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Camila Soto Ianisewski

Ingeniería Civil en Obras Civiles


Universidad Diego Portales
Arte y memoria de Latinoamérica

Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro

.... el futuro no se hace sólo


con los guardianes del pasado
también con los fundadores del presente
(Mario Benedetti, s.f)

El reciente estallido social en Chile, ocurrido en octubre de 2019, removió la memoria


histórica de este país, principalmente por el uso de fuerza represiva desmedida de parte
del Estado y con ello revivió los recuerdos traumáticos de muchas personas que
sufrieron los abusos, persecución, encarcelamiento, maltrato, torturas, desaparición y
asesinatos ejercidos en el los años de la dictadura militar, un período histórico que
parecía olvidado por las generaciones post dictadura, pero que con el estallido social,
reaparecieron, lo que da cuenta de las consecuencias que dichos hechos violentos aún
afectan en el presente.
El mundo de las artes ha abordado esta temática desde distintas disciplinas,
siendo las más connotadas a nivel nacional e internacional, dos cortometrajes
emblemáticos: Historia de un Oso y Bestia, ambas realizaciones planteadas como
metáforas de la realidad de vida, de la represión, el exilio y la prisión que sufrieron
muchos chilenos y chilenas en dictadura, período histórico en Chile que dejó huellas y
traumas en muchas personas, sean estos conscientes o inconscientes, con implicancias
emocionales profundas y enraizadas en nuestra identidad nacional y personal, historia
que muchos niegan. Sirviendo de testimonios perdurables en el tiempo que transmiten y
generan un vinculo que movilizado por la memoria.

Estos dos ejemplos


de filmografía nacional,
intentan dar cuenta, desde
una mirada artística, los
hechos políticos que vivió
este país entre los años
1973 con el golpe de
Estado hasta el año 1989 con el plebiscito; utilizando herramientas con las que se
aborda el rescate de la memoria histórica. Concepto utilizado por varios autores
dedicados a los Derechos Humanos en el mundo, quienes argumentan que esta idea
puede llegar a ser un vehículo para esclarecer hechos violentos, dignificar las voces de
las víctimas y la construcción de una paz sostenibles en los territorios (CNMH, 2015b,
parr. 1).

En el caso del cortometraje Historia de un


Oso, realizado en fecha anterior al estallido social,
nos presenta un conmovedor relato de los
acontecimientos subyacentes al hecho político
represivo de la época como lo son la prisión, la
separación de las familias, el exilio pero también
nos permite entender y reflexionar sobre los
hechos que ocurrieron en Chile durante la
dictadura militar y como afectaron a muchas
personas y con ello a las generaciones posteriores.

Por otro lado, el cortometraje titulado


Bestia, aborda con crudeza la maldad desplegada
durante el periódico histórico de la dictadura
militar y nos muestra esa horrorosa realidad sufrida por decenas, quizás cientos de
mujeres encarceladas y torturadas, episodios de violencia política extrema ejercida por
una mujer que conmueven y llevan a formular debate respecto a recordar u olvidar.

En Historia de un oso (2016), las imágenes van contando una parte biográfica
de su director, Gabriel Osorio referida al exilio que sufrió su abuelo, retratadas
simbólicamente con el recurso de animación, y que en solo 10 minutos transmite
infinidad de emociones como tristeza originada por la separación forzada de una
familia, situación vivida por muchas personas en Chile que se vieron obligadas a buscar
el exilio y también resiliencia para continuar una vida lejos de las raíces y sin ninguna
certeza de un reencuentro. Es una pieza fílmica que conecta la emoción con la
memoria colectiva no solo de Chile, sino también con situaciones semejantes ocurridas
en cualquier país y en cualquier época.
El más reciente ejemplo de cortometraje
titulado Bestia (2021), un thriller psicológico,
dirigido por Hugo Covarrubias, realizado en
formato Stop Motion, con una duración de 15
minutos, no tiene diálogos y relata hechos reales
basados en investigación periodística realizada por
Nancy Guzman, autora del libro “La mujer de los
perros” y que detallan una forma brutal de tortura
a la que fueron sometidas mujeres detenidas
durante la dictadura militar, y que ejecutó Ingrid
Olderock integrante de la Dina quien adiestró
perros para violar a prisioneros políticos. Historia
de un horror y crudeza indescriptible, un pedazo de
memoria histórica que permite mostrar la maldad y atrocidades que ocurrieron en Chile
y que han estado ocultas por décadas.

Ambos ejemplos, conocidos y reconocidos, nos señalan la tendencia desde la


disciplina cinematográfica chilena post dictadura militar, a ir en búsqueda de la
memoria histórica de un país, una invitación a indagar en nuestra historia reciente que
nos permita comprender, desarrollar y profundizar respecto a temas como democracia,
sistema político, derechos humanos y reflexionar sobre los valores que deben estar
siempre presentes en nuestra sociedad como la empatía, la tolerancia, solidaridad. En
este sentido es que estas piezas fílmicas plantean abordar cuestiones que puedan orientar
interrogantes y articulaciones entre lo traumático individual y os fenómenos y marcas
colectivas.

Estos cortometrajes revelan episodios reales de nuestra historia, son fragmentos


de memoria de un país, metáforas para estudiar y reflexionar sobre las personas que
vivieron y sufrieron bajo un contexto social y político que dividió la historia de Chile
en un “antes” y un “después” de la dictadura militar. Son también elementos artísticos
que nos interpelan como sociedad a debatir respecto a cuál es el camino para lograr
sanar las heridas provocadas por la dictadura militar: resistir al olvido; recordar para no
repetir los horrores cometidos.
Y si bien son obras con temáticas muy parecidas en términos generales, se
diferencian en el rol de los protagonistas que actúan en ellos, mostrando a quien ejerció
la tortura y por otro lado a quien se vio afectado por ese momento histórico. En este
sentido llama la atención el uso de herramientas filmatográficas principalmente en el
uso de texturas como forma de representar la dualidad frialdad/calidez y lo que ello
genera en el espectador.

En el cortometraje, Historia de un oso, el director se interesa por el recurso de


unos osos muy peludos que parecen peluches, para mostrar el exilio de un familiar suyo
como algo familiar, apelando a la calidez de un hogar y la pérdida de esta debido al
exilio obligado durante la dictadura. Mientras que el cortometraje titulado Bestia, como
su nombre lo indica, muestra todo lo contrario, intenta representar la crueldad de una
torturadora mediante el uso de la porcelana, exponiendo al personaje principal como
alguien duro, frío pero al mismo tiempo frágil, se infiere de esta forma que no quiere
inspirar afecto por el personaje, sino más bien repudio.

Ante lo expuesto anteriormente es que cabe destacar una pregunta realizada muy
repetida a propósito de las recientes nominaciones y premiaciones de piezas artísticas
nacionales en los Premios Oscar ¿Es la dictadura militar el único tema al que se puede
referir el cine chileno? La respuesta es claramente no; personalmente creo que nadie
podría negarlo. Pero si las producciones artísticas continúan abordando desde esta
temática es porque todavía hay heridas sin cerrar para una parte significativa de las
personas que fueron torturadas, tienen familiares y amigos desaparecidos o que les
contaron a través de relatos de otros, las vivencias de crueldad de ese período oscuro de
la historia de este país y que existen otros que se esfuerzan en ocultar u omitir. Recordar
además que el Derecho a la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición ha
sido repetidamente vulnerado, incluso en la actualidad y son este tipo de obras
mundialmente conocidas las que intentan recuperar un poco de esa injusticia.

Así es como el cine nacional se toma esta libertad arrebatada por décadas, para
realizar obras artísticas que hablen de recordar, de volver con el corazón a esas
vivencias que parecen salidas de la ficción, del cine de horror y suspenso que nadie
pensó ni imagino podían llegar a ser realidad y que magistralmente estos nuevos
directores, muchas veces hijos, hijas, nietas, nietos de sobrevivientes, realizan obras
como las mencionadas, para dar cuenta a los pocos –o no tan pocos- que no lo creen o
desconocen esas historias y a los millones de personas en el mundo que no conocieron
el horror y la crueldad ejercida durante la dictadura militar. Puede llegar a sonar incluso
como un cliché la relación del cine latinoamericano con los horrores vividos en años de
dictadura, llegando incluso a sonar como fatalidad, si bien es sabido que la academia
sigue premiando estos tipos de temáticas ¿Qué tal malo es continuar con este cliché que
visibiliza la violencia y tragedias que marcaron la historia latinoamericana del siglo
XX?
Bibliografía

Amnistía Internacional (1983) Desapariciones Ed. Fundamentos Madrid España.

Centro Nacional de Memoria Histórica. (2015b). Caminos para la memoria.


Orientaciones para la participación de las víctimas en los procesos misionales
del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Bogotá, CNMH.
Recuperado de
www.centrodememoriahistorica.gov.co/micrositios/caminosParaLaMemoria/
descarga bles/cartilla.pdf

Gabriel Osorio (Director) (2016) Historia de un oso [Cortometraje animado] Punkrobot


Studio

Hugo Covarrubias (Director) (2021) Bestia [Cortometraje animado] Trébol 3


Producciones, MALEZA Estudio.

Lira E.(1988) Consecuencias psicosociales de la represión política en Chile en la


Revista de Psicología de El Salvador Vol. VII. Nro.28 Junio.

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