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TEMÍAS DE
NFUROCTFNCTAS
MODULO III
2009
TEMAS DE
NEUROCIENCIAS
MODULO III
Capítulo 13
Atención
Introducción.
fios órganos de los sentidos recogen permanentemente una gran cantidad de información.
La mente y el cerebro del hombre están sometidos a un enorme bombardeo de información,
fisto se ha incrementado sobre todo en la sociedad moderna. La información que recibimos
efe compleja, heterogénea y cambiante. Pero no toda la información que llega al organismo
es relevante para nuestra conducta. Sería imposible vivir respondiendo a todos los estímulos
provenientes del exterior. Habitualmente, atendemos sólo a una fracción de la información
sensorial, es decir que seleccionamos aquélla que es relevante para nuestros intereses y
objetivos en curso.
Bor otra parte, el hombre no sólo atiende a los estímulos provenientes del medio externo.
Coa conducta adecuada también requiere volcar recursos de procesamiento a la búsqueda y
selección en la memoria de aquellas experiencias pasadas que sean más adecuadas para
resolver las situaciones en curso.
Finalmente, la ejecución de los esquemas de acción seleccionados también consume
■ifoución para controlar la ejecución de la acción. Baste para esto, imaginar las operaciones
que requiere el manejo de la maquinaria industrial moderna.
En los animales de experimentación, las lesiones controladas en distintas partes del SN, b la
manipulación farmacológica, también producen patrones específicos de alteración de los
componentes de la atención que traducen la existencia de varios subsistemas neurales bou
funciones específicas.
2
En el marco de la neurocíencia cognitiva, se ha propuesto un modelo de la atención
constituido por tres subsistemas neurales o redes (Posner 1992, 1994);1 ellos son:
a) una red de alerta relacionada con el control y el mantenimiento del alerta,
b) una red de orientación relacionada con la dirección de la atención sobre los estímulos
sensoriales,
c) una red ejecutiva relacionada con la selectividad y la administración de recursos
atencionales.
A continuación, vamos a exponer un conjunto de datos sobre los mecanismos neurales de la
atención siguiendo este modelo de Posner.
Hay una fuerte relación entre el estado de alerta y la capacidad de procesar información: un
sujeto dormido (bajo nivel de alerta) es incapaz de responder adecuadamente a los
Estímulos, mientras que un sujeto despierto (alerta o vigil) es capaz de llevar a cabo
diversas tareas complejas tales como procesar información sensorial., buscar huellas
¿.decuadas en su memoria, organizar acciones complejas, etc. Lo mismo puede decirse de
Ips dos extremos en que la neurología estudia el estado de alerta: el sujeto1 en coma (sujeto
inconsciente debido a daño neurológico) no puede reaccionar a los estímulos, mientras que
áí lo puede hacer el sujeto consciente (alerta).
En el marco del enfoque de Posner, se llama red a un conjunto de distintas áreas cerebrales relacionadas con
iu|a determinada función. Se trata entonces de una red interconectada a distancia y no de una red local. El
término utilizado por Posner equivale a lo que nosotros llamamos sistemas siguiendo la división en niveles de
omanización del sistema nervioso, .ámbos términos: red (como lo usa Posner) y sistemas se refieren a diversas
estructuras, en distintas localizaciones cerebrales, conectadas por fibras blancas y que están relacionadas con
urja determinada función. En cambio, el término red local se refiere a una población neuronal dentro de un
ár£a reducida (por ejemplo, unos pocos milímetros o centímetros de la corteza cerebral).
3
En los estudios psicológicos en los que se mide el tiempo de reacción (por ejempló el
tiempo que un sujeto tarda en detectar un estímulo determinado: un color, una forma o bna
letra), sí se da al individuo una señal de aviso medio segundo antes de la aparición del
estímulo, se produce un estado de alerta fásica. El alerta fásica provocado por la seña: de
aviso se manifiesta tanto en una reducción del tiempo de reacción (el sujeto detecta Irás
rápidamente el estímulo) como neurofisiológicarneóte, ya que en dicho período se producen
modificaciones en el electroencefalograma (EEG).
El alerta tónica implica cambios más lentos en la disponibilidad del organismo para
procesar estímulos. Se pone de manifiesto sobre todo en tareas como la que realizan los
operadores de radar. En estas tareas, se requiere un sostenimiento de la atención sobre úna
fuente de señales, la pantalla del radar, a la espera de la aparición de una señal. En estas
condiciones, se observan cambios en el nivel de alerta a lo largo del tiempo: a los 15
minutos, aproximadamente, los operadores de radar presentan una reducción del nivel de
alerta tónica que se traduce en un menor rendimiento en la tarea (más lentitud y menor
precisión en Ja detección de señales). Al sostenimiento de la atención también se lo s^ete
denominar “vigilancia”, “atención vigilante” o “mantenimiento” de la atención.
Las primeras experiencias que condujeron a estas conclusiones fueron las de Brehw
(1936). Este autor utilizó eu. el gato una técnica consistente en practicar secciones a
distintos niveles del SNC y observar el efecto que estas secciones tenían sobre el nive de-
actividad cortical Para contar con una medida de la actividad cortical, Bremer utilizó el
registro electroencefalográfico (EEG). Interesan los efectos provocados por las secciqm-
practicadas a dos niveles:
1) Uno de los experimentos consistía en practicar una sección a nivel de la unión del bQlbo
con la médula espinal Este experimento recibe el nombre de preparación de “encéfalo
aislado” debido a que e> cerebro se mantiene unido al tronco cerebral y ambos (encéfalo)
quedan separados de la médula (figura 1). El efecto de esta lesión sobre el EEG no era
importante, no modificaba su ritmo sino que mantenía las características propias del EEG
de vigilia (ritmos rápidos).
4
p) Otro experimento consistía en practicar la sección a un nivel más elevado, a nivel de la
parte más alta del tronco cerebral. Este experimento se denomina preparación de “cerebro
aislado" porque el corte separaba al cerebro del tronco cerebral (este último quedaba unido
$ la médula). En este caso, el EEG cortical sí se modificaba, se hacía lento, similar al EEG
|e! sueño, sólo que a diferencia del sueño la lentificación del EEG era irreversible, el
ípúmal ya no recuperaba el estado de vigilia.
Figura 1
Experimento de Bremer.
Arriba: preparación de “encéfalo
aislado”, en la que el tronco
queda unido al cerebro y ambos
(encéfalo) separados de la
médula. En esta preparación, el
EEG es semejante al del estado
de vigilia.
Abajo: preparación de “cerebro
aislado”, en la que el cerebro
queda separado del tronco y el
EEG es semejante al del sueño.
Eqtos mismos autores trabajaron luego con animales sanos, utilizando estimulación con
electrodos y registro del EEG. Primero, se anestesiaba al animal y se registraba el EEG que,
5
debido a la inducción del anestésico, estaba fortificado como en ei sueño. Luego, se
colocaba un electrodo en la formación reticular y se introducía a través del mismo una
corriente de intensidad adecuada. Pese a la anestesia, la estimulación de la formación
reticular producía una reacción de despertar y cambios equivalentes en la actividad
electroeneefalográfica del cerebro (ritmos rápidos típicos de la vigilia). Concluyeron qtpe la
estimulación de la formación reticular era el mecanismo que producía el pasaje de un estado
d© sueño (inducido por ©1 anestésico) a un estado de vigilia conducto^ y
electroeneefalográfica.
Corteza
Tálamo
Núcleos
de la Base
^'■Hipotálamo
Pedúnculos Cerebrales
Sustancia Protuberancia
Reticular Figura 2
Bulbo
La formación reticular o
sustancia reticular se extiende h
la largo del tronco el hipotálamo
y el tálamo, Recibe conexiones
Vías sensitivas—* -Vías motoras de las vías sensoriales que va$
hacia la corteza y de las víate
motoras que salen de la corteza.
Figura 3
En grisado oscuro, se índica
la localización de las
lesiones que producen coma
en los humanos. Esta zona
coincide con la localización
de la formación reífedai.
7
Un rasgo distintivo de la formación reticular es que sus neuronas proyectan sus axbnes
ampliamente desde el tronco cerebral, tanto en dirección rostral como en dirección cabdal.
La figura 4 muestra la gran cantidad de conexiones que establece una sola céhila óe la
formación reticular, algunas conectan con núcleos del tronco, otras descienden hasta la
médula espinal y otras ascienden hasta el tálamo y el hipotálamo. Esta amplia distribución
de las conexiones permite a la formación reticular ejercer amplias influencias sobre ¿tras
estructuras del SNC. En esto, se distingue de los sistemas sensoriales y del sistema motor
en los que se observa una disposición ordenada y estricta, con estaciones de relevo
(sinapsis) establecidas de manera discreta. Otro rasgo organizativo en la formación retí pillar
es que tanto las aferencias sensoriales como las eferencias motoras hacen conexiones que
pueden tener un efecto activador. A su vez, se piensa que existe ungí relación de ida y vúelta
entre estas estructuras y la corteza cerebral. La formación reticular ejerce una acción
activadora sobre la corteza pero al mismo tiempo experimenta ella misma la influencia
reguladora de la corteza tal como se ilustra en la figura 2.
Figura 4
Arriba: conexiones de
una sola neurona de la
formación reticular bn
el gato.
Abajo: las neuronas de
la sustancia reticular
tienen la disposición
Cuerpo de la ordenada de Jas
neurona neuronas de los núcleos
motores y sensoriales.
Sustancia reticular
/ tegmenta!
Sustancia reticular
del rafe
8
Lbs datos estructurales y los estudios fisiológicos hasta aquí mencionados hicieron pensar
nidalmente que la formación reticular era una estructura homogénea, que actuaba como
sistema de activación difuso, participando en la regulación del ciclo sueño-vigilia y en el
nivel de alerta cortical.
Estudios microscópicos detallados, y sobre todo estudios con técnicas histoquímicas,
permitieron establecer que la formación reticular, sin perder su amplio conexionismo, no
tiene una organización tan difosa como se pensaba. Mediante técnicas de coloración que
tifien a las neuronas que utilizan un determinado tipo de neurotransmisor se pudieron
identificar grupos de neuronas a partir de sus características morfológicas y bioquímicas,
A^í se pudo poner en evidencia la existencia de distintos grupos de neuronas dentro de Ja
formación reticular que se diferencian por utilizar un tipo de neurolransmisor. Dentro de la
.formación reticular, hay tres sistemas de neuronas interconectadas a las que se las denomina
per el neurotransmisor que utilizan: a) el sistema noradrenérgico (utiliza el neurotransmisor
urt adrenalina, b) el sistema dopaminérgico (utiliza dopamina) y c) el serotoninérgico
(utiliza serotonina o 5 hidroxitriptofano -5HT-). Todos ellos son neuro transmis ores
mmioammérgicos.
En relación con estos hallazgos, también se pudo establecer que la formación reticular
pc see otras funciones, al menos cuatro: 1) la ya mencionada función de regulación del
alerta, 2) la modulación de los reflejos musculares, 3) la regulación de funciones
autonómicas, como la frecuencia respiratoria y cardíaca y 4) la modulación, de la sensación
d© dolor (para más detalles ver Nota 2).
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La orientación a estimator sensoriales, La red de orientación visual.
Nos referimos con el término “orientación” a los procesos que permiten dirigir el foco de
atención hacia una determinada fracción del mundo exterior. Orientar es, entonces, ajustar
los canales sensoriales para que capten mejor una fracción de los estímulos que entran
dentro del rango sensible de cada sistema sensorial. Podemos orientar nuestro oído hacia los
tonos agudos porque nos pareció escuchar una sirena, o podemos dirigir nuestra mirada
hacia el hemicampo visual izquierdo para explorar un objeto que brilla intensamente,
Aunque estén muy relacionados, no es conveniente confundir la selección de un blanco con
la orientación sensorial hacía él. En el reflejo de orientación, por ej smplo, lo que dctennw
que cierto estímulo sea tratado prioritariamente es su carácter novedoso. La selection
precede, pero no se confunde con la orientación, que consiste en los mecanismos po^ los
cuales se concentran los canales sensoriales adecuados en el objetivo seleccionado.
En experimentos con sujetos sanos en los que se les indica por medio de una señal que
atiendan a una localización en el campo visual (por ejemplo hacia la derecha), la respuesta a
los eventos que ocurren en. esa localización es más rápida y la señal de aviso da origen a un
aumento de la actividad eléctrica que se puede registrar por medio de los potenciales
evocados en el cuero cabelludo. Además, después de una señal de aviso, el estímulo ptiede
ser detectado en la localización indicada aunque tenga intensidades menores a lo habitual
Esta facilitación del procesamiento en una localización visual, ocurre dentro de los 50 a 50
milisegundos posteriores a la indicación que orientó la atención hacia esa zona y iolo
dentro de la localización indicada. Estos experimentos se han realizado también en monos
reemplazando la indicación hacia una localización mediante recompensas adecuadas
De manera similar, cuando se le pide a alguien que mueva sus ojos hacia un blanco visual
se verifica una mejoría en la eficiencia del procesamiento visual en esa localización bye
comienza aún antes de que los ojos se muevan. Es decir que hay un cambio encubierta de la
atención que no es el resultado de un desplazamiento de los globos oculares, sino que pqr el
10
¿ontrario, parece funcional como una guía para el movimiento de los ojos hacia
Ipcalízac iones adecuadas en el campo visual. Es más, hay evidencia de que los movimientos
4acádicos de los ojos (movimientos rápidos que permiten fijar sucesivamente distintos
¿unios visuales) requieren un cambio de atención hacia la localización blanco antes de que
Ips propios movimientos sacádicos se realicen.
Los daños en el área parietal posterior afectan sobre todo el “desenganche” del foco
atencional de un blanco previo, e impiden dirigir el foco atencional hacía un blanco
localizado en el hemicampo visual opuesto al lado de la lesión. Estas lesiones no afectan en
chmbio los desplazamientos del foco atencional dentro del hemicampo visual homolateral a
lá lesión.
Per ejemplo, pacientes con lesiones en el lóbulo parietal derecho no pueden dirigir el foco
atencional visual hacia objetivos que se localizan en el hemicampo visual izquierdo, pero
n|iuestran buena orientación visual hacia blancos dentro del hemicampo visual derecho.
(Jomo resultado, el sujeto no explora la mitad izquierda de su campo visual, queda
Enganchado” en la mitad derecha. Esto se pone dramáticamente en evidencia en la copia
de dibujos (figura 6) o en la lectura de números, por ejemplo se escribe el número 2.456 y el
paciente lee “56”.
Las lesiones del lóbulo parietal no afectan sólo la orientación visual. Lesiones extensas en
esta región producen también negligencia de otros estímulos sensoriales, por ejemplo
negligencia de los estímulos auditivos provenientes de un hemiespacio externo y
negligencia de los estímulos somatosensitivos, en este último caso el paciente “neglige”, es
djecif, ignora la mitad de su propio cuerpo contralateral a la lesión, no lo reconoce como
propio.
EJ efecto del daño del lóbulo parietal tiene una cualidad distinta según cuál sea el lado
dañado. La lesión del lóbulo parietal derecho tiene un efecto global mayor que el daño del
izquierdo. Hay hipótesis diferentes para explicar esta asimetría. Una propuesta sostiene que
e, lóbulo parietal derecho es dominante para la atención espacial y controla la atención a
amibos lados del espacio, mientras que el lóbulo parietal izquierdo juega un roí subsidiario.
Ljos estudios con tomografía por emisión de positrones apoyan esta hipótesis: el lóbulo
parietal derecho se activa con cambios de atención en ambos campos visuales, mientras que
el lóbulo parietal izquierdo se activa sólo cuando los cambios de atención ocurren en el
hemicampo visual derecho.
11
Figura 5
Los tres componentes de la red de orientación de la atención visual son el puhinar (núcleo del tálamo!
los edículos superiores del tronco encefálico y el lóbulo parietal posterior.
Las estructuras de la red ejecutiva que se visualizan en esta figura son el cíngulo anterior y el árda
motora suplementaria.
12
Uigurs 6
Dibujos a la orden y a la copía de
pacientes con lesión parietal derecha.
íJNegligen” es decir, inoran la parte
izquierda del modelo (bicicleta) y utilizan
sólo la parte derecha de la hoja.
Legiones en el colículo superior afectan la habilidad para producir cambios del foco
atehcional que se manifiesta por enternecimiento para pasar de un objetivo visual a otro. En
esips casos, la lentificación en el cambio del foco atencional afecta a estímulos visuales sin
importar el lado del campo visual en que el que se localicen. La lentificación independiente
de la localización sugiere que lo que está afectado es el desplazamiento de la atención
ha^ia la nueva localización. Esto parece corroborarse en el hecho de que no sólo ei
de^lazamiento de la atención hacia un nuevo blanco es lento sino que inmediata y
velozmente se vuelve a la localización previa no bien cesa el estímulo. Este retorno
cor .hasta con lo que ocurre en sujetos normales, y aún en los lesionados en el lóbulo
parcial, en los que hay una baja probabilidad de que la atención retome a una localización
ya Examinada.
Finalmente, pacientes con lesiones en el tálamo (y monos con lesiones químicas más
circunscriptas a un núcleo del tálamo, el pulvinar) también muestran dificultades con la
orientación hacia estímulos localizados en el lado opuesto a la lesión. Pero aquí no se trata
de negligencia como ocurre por lesiones del lóbulo parietal, sino que la dificultad afecta el
13
sostenimiento de la atención sobre un blanco ya enfocado porque no se puede Inhibir la
respuesta a eventos distractores que ocurren en otras localizaciones y se abandera el
objetivo que se debe sostener. Esto es coherente con lo hallado en sujetos sanos med'ante
estudios con PET. Cuando a los sujetos se les pide que filtren estímulos irrelevant©]^ se
observan aumentos metabólicos selectivos en el pulvinar del lado opuesto al estímulo que
está siendo atendido.
Esto sugiere una hipótesis sobre la participación de estas distintas áreas en los cambids en
la orientación visual:
1) El lóbulo parietal tiene la fruición de “desenganchar” la atención desde el foco actual
*
2) Los edículos superiores del tronco encefálico se activan para desplazar el punto de
atención hacia el nuevo objetivo.
3) El pulvinar restringe la entrada de estímulos al área seleccionada de manera de elinjinar
distractores provenientes de otras localizaciones.
Hay otro aspecto del sistema de orientación de la atención. Así como se puede atender s una
localización espacial, se puede atender a un objeto de distinta escala (grande o pequeño). SÍ
miramos a una gran letra “T” por ejemplo, pero compuesta por puntos que son pequeñas
letras “x”, podemos atender a. la forma global, o a sus constituyentes (figura. 7). Es decir que
se debe ajustar el sistema a una escala de tamaño a la cual se mostrará más sensible.
XKX h*XX>^XXXXXXXXXKXX
KXXXKXXXXXXXX
5EXKXXXXXXXX8X
XXXWtXWíXXX
os
rn.rnrnTi ity ■JTiWít!
n^rimmrr w^uinm
XT7CWC57CXXXXX
xmxxxxxxxxx ••iv ¿un B3 it rrái ini
Figura 7
El agrupan) iento de rasgos en conjuntos (perceptos) varía según la escala (zoom) en que se enfoque i a
atención visual. A la izquierda vemos las letras “x” y “m” si enfocamos los detalles y las letras “TEé sí
enfocamos la configuración global.
14
hemisferio izquierdo para un procesamiento local. Pacientes con lesiones en hemisferio
derecho frente a una lámina como la recién mencionada pierden la orientación global y
chpian la letra local (pequeña) debido a que el procesamiento está llevado a cabo por el
hemisferio izquierdo. Pacientes con lesiones en el hemisferio izquierdo copian la
orientación global (letra grande) y pierden los constituyentes locales (figura 8).
Lesionado Lesionado
Modelo derecho izquierdo
Figura 8
Los lesionados en el
hemisferio derecho
copian los detalles del
modelo (trabaja el
hemisferio izquierdo).
Los lesionados en el
hemisferio izquierdo
copian ía configuración
global (trabaja el
hemisferio derecho).
15
La atención tiene una capacidad limitada. Esto se hace evidente si intentamos realizar dos
tareas al mismo tiempo, por ejemplo leer y escuchar lo que dice un noticiero. En general no
podemos realizar dos tareas complejas al mismo tiempo, aunque hay algunas excepciones,
Por un lado, podemos mover alternadamente nuestra atención entre dos focos distintos,! leer
una frase y luego escuchar un párrafo del noticiero. Aunque no sea lo más eficiente, esta
movilidad permite obtener información desde dos fuentes diferentes,
Por otro lado, hay algunas tareas complejas que se pueden ejecutar paralelamente. Es el
clásico ejemplo de sostener una conversación coherente mientras se conduce un automóvil.
En este último caso, lo que permite la ejecución de dos tareas complejas simultáneamente
es que una de ellas está considerablemente automatizada, por lo que consume menores
recursos atencionales. De cualquier modo, los ejemplos citados no cuestionan la notion
básica de que 4a atención es un mecanismo de capacidad limitada y los ejemplos ponen de
manifiesto la complejidad que existe para coordinar las operaciones que son necesarias ¡para,
organizar la conducta.
Se han estudiado los factores que influyen en la limitación de aquello que podemos atender
al mismo tiempo. En la percepción, los sujetos se muestran más hábiles para atender a
distintos aspectos del mismo objeto que para atender al mismo aspecto en diferentes
objetos. Otro factor limitante; se relaciona con la similitud de la información atendida^ Es
más difícil atender a dos fuentes de información cuando ambas ingresan por la misma
modalidad que si se presentan en modalidades separadas. De igual manera, tareas que d^ben
ser transformadas en códigos similares o que se vinculan con contenidos semánticos
similares, son más difíciles de atender que cuando su contenido o código son diferentes,
Detrás de todos estos fenómenos, se encuentra una limitación general que es la cantidad de
información a la que podemos atender simultáneamente. Si dos mensajes son de naturaleza
diferente, podemos alternar más fácilmente nuestra atención entre ellas. Pero esto no ocurre
si ambos mensajes deben ser procesados por la misma modalidad, si utilizan el mismo
código o si su contenido semántico es similar.
Tal vez la principal fuente de interferencia sea la simultaneidad de los eventos que deben
ser atendidos. Debido a ello, uno de los paradigmas más utilizados en las investigaciones
sobre la selectividad de la atención consiste en suministrar simultáneamente al sujeto
experimental dos estímulos (por ejemplo, dos mensajes diferentes, uno a cada oído) para
observar cómo la naturaleza de los estímulos y sobre todo su relación temporal influye en la
detección de señales. (Este mismo paradigma sirve para observar el papel selectivo de los
16
objetivos del sujeto en la detección de señales. En la situación experimental, el objetivo del
sujeto puede determinarse a partir de la consigna que se le imparte. Por ejemplo, el
experimentador le dice “preste atención a lo que escuche por el oído derecho” y esto hace
que se priorice una de las fuentes de información y se desatienda la otra, de manera que
desde ésta no se detecte ninguna señal).
Hay también un buen conjunto de evidencias de que otras operaciones mentales interfieren
coa la detección de señales. Ellas son: a) el almacenamiento de información recientemente
ingresada (retener una lista de palabras, por ejemplo), b) la generación de ideas desde la
xpemoria de largo plazo, c) el desarrollo de esquemas complejos de acción. De manera que
ijnuchas de las entradas perctptuales no serán conscientemente atendidas cuando algunos de
4stos aspectos ocupan el foco de la atención.
A tender, en este sentido, está conjuntamente determinado por los eventos ambientales, los
qojetivos actuales del individuo y sus intereses. Cuando están adecuadamente balanceados,
ditos dos tipos de entradas conducirán a la selección de la información relevante para el
hallazgo de objetivos y darán coherencia a la conducta. El sistema debe además ser
suficientemente flexible como para permitir que los objetivos e intereses sean repriorizados
spbre la base de los cambios en los eventos ambientales.
LJjna de las evidencias de que las estructuras mencionadas están involucradas en la atención
ejecutiva consiste en que, cuando una lesión produce daño extenso al. lóbulo frontal
destruyendo su región medial, y la corteza singular anterior, se pierde la selectividad y se
desorganiza la respuesta balanceada a los estímulos de ambiente. Luria (1974) señala que
pácientes con lesiones frontales extensas muestran incapacidad para desarrollar conductas
orientadas hacia un objetivo y se distraen fácilmente porque han perdido la capacidad de
17
inhibir sus respuestas hacia estímulos irrelevantes. Estos pacientes -relata Luria-
habitualmente comienzan a realizar la tarea que les proponemos pero, tan pronto como
aparece en escena un extraño, o en la cama vecina una enfermera susurra algo, el paciente
deja de realizar la tarea, transfiere su atención al recién llegado o se une invohm tariámente
a la conversación de su vecino. Muchas veces, es más fácil obtener la respuesta del pacier te
tomándole el test a su vecino, que dirigiéndose directamente al paciente.
Hay evidencia suplementaria que aportan los estudios con imágenes funcionales c|on
tomografía por emisión de positrones. El cíngulo anterior se activa durante tareas fiel
lenguaje y durante tareas que implican selección de blancos visuales, lo que confirma h
utilización de las conexiones mencionadas más arriba en los procesos de detección de
señales visuales y verbales. Además, la magnitud de la activación en el girus cinglar
anterior aumenta a medida que el número de blancos a ser detectados se incrementa, es
decir que su activación es proporcional a la tarea de detección. De esta manera, esta área
parece estar vinculada con las operaciones mentales relacionadas con la detección Uel
blanco.
Como se mencionó más arriba, la función selectiva de la red ejecutiva no se aplica sólo a la
selectividad necesaria para detectar blancos y contribuir por esta, vía a la ubicación de
determinados procesos sensoriales en el foco de la consciencia. También se ha implicado la
participación de esta red en la administración de los recursos necesarios para operaciones
complejas que requieren no sólo dirección consciente de los procesos sensoriales sino
también búsquedas dirigidas de estrategias adecuadas en la memoria de largo plazo y
control voluntario de la conducta. Un hecho sorprendente que los sujetos sanos solo
experimentan durante los sueños (o en situaciones de estrés extremo) es la vivencia de
disociación entre consciencia y control voluntario. Durante los sueños, podemos estar Mea
conscientes de los eventos que ocurren en el sueño pero somos incapaces de ejercer control
voluntario sobre ellos. En relación con este aspecto de la función ejecutiva, se ha reportado
que ciertas lesiones en el giras cingular anterior pueden producir vivencias de pérdida de
control sobre la propia conducta. Estos pacientes pueden pensar que alguna otra persona
controla la actividad de sus brazos o que algún otro controla sus procesos de pensamiento
(Nota 3).
18
A nivel sinóptico y molecular, se ha establecido que el cíngulo anterior recibe entradas del
sistema dopaminérgico. Como se mencionó al estudiar el alerta, el sistema dopaminérgico
se origina en los núcleos tegmentales de la formación reticular y desde allí, sus fibras se
proyectan hacia arriba, El sistema dopaminérgico se proyecta, entre otras estructuras, hacia
cíngulo anterior directamente, e indirectamente por medio de una estación intermedia en
os ganglios básales.
l|efe rancias.
pe Vega M. 1984. Introducción a la Psicología Cognitiva. Alianza Editorial. Madrid.
N.j»ta 1.
Lys estudios con imágenes funcionales.
Ujia técnica de estudio que ha provisto mucha información funcional sobre el cerebro es la
topografía por emisión de positrones (PET). Esta técnica de imágenes funcionales se basa
ep la utilización de marcadores radioactivos combinados con el estudio tomográfico. Las
19
sustancias radioactivas se utilizan para marcar algunos constituyentes de la materia
biológica (oxígeno, carbono) que forman parte de moléculas (como por ejemplo, la gluebsa)
que se utilizan en el metabolismo del cerebro. Introducidas por vía sanguínea, ejstas
moléculas marcadas se comportarán igual que la glucosa presente en sangre y se fijará en
las regiones cerebrales que presenten mayor actividad metabólica. De manera que las áreas
cerebrales más marcadas por la radioactividad serán aquellas en las. que el metabolismo fue
más intenso. Las mediciones de radioactividad las toma un cabezal que gira alrededor del
cráneo del sujeto examinado y son tratadas por una computadora que construye imágenss a
distinto nivel de “corte”. Estas imágenes no representan sólo las estructuras anatómicas,
sino además su nivel de activación durante una tarea específica.
Nota 2. :
Los sistemas de neurotransmisión de la formación reticular (FR) y sus funciones.
El sistema noradrenérgico utiliza ei neurotransmisor noradrenalina (NA). Este sistema se
origina en dos grandes grupos celulares de la formación reticular: el locus coeruleus y los
núcleos del tegmento lateral. Es el sistema dentro de la FR que posee la forma? de
proyección más difusa, está vinculado al control de la frecuencia respiratoria, cardíaca de
la presión arterial. En la atención, es el subsistema más vinculado con el alerta.
20
El sistema serotoninérgico (y el noradrenérgico) son sitios de acción de drogas
antidtepresivas.
Nota.3.
Una Question que genera fuerte polémica es la de concebir una red ejecutiva como un
elemunlo que ejerce el control voluntario. De esta manera, la red ejecutiva se constituiría en
algo ásí como una voluntad dentro de la voluntad, lo que supone una regresión ad
infinutum. Pese a este riesgo, hay poca duda de que existe un control central sobre nuestros
parioqes de pensamiento y conducta. En particular los estudios sobre la habilidad humana
para resolver problemas y otras conductas complejas ha considerado siempre un sistema
ejecutivo central que puede describir una porción importante de las operaciones mentales
involucradas en la resolución de problemas. Comprender las relaciones entre consciencia,
capacidad limitada y control ejercido por niveles cognitivos superiores constituye un
enon^e desafío para la ciencia cognitive y para las neurociencias y una de las áreas
“calientes” de la investigación sobre la atención. ■
21
Marcelo Rodrigues y Aldo Re Ferreres ■
Capítulo 14
Emociones y sentimientos
I. Introducción.
¿Qué son las emociones? ¿Cuál es su papel en la supervivencia del organismo? ¿Cómó
influyen en la conducta humana? ¿Cómo se relacionan con otros aspectos de la actividad
mental, con el razonamiento y la conciencia, por ejemplo? ¿Podemos controlar nuestra^
emociones? ¿Qué aportan las neurociencias a la comprensión de las emociones b
sentimientos?
22
velocidad de respuesta, etc.). Si es necesario la inmovilidad se transforma en huida o en
ataqué y se despliega el conjunto de respuestas motoras características: gestos faciales
agresivos, exhibición de dientes y uñas, erizamiento de los pelos en los mamíferos o del
plumaje en las aves, etc. Im puesta en marcha y la coordinación de esta maravillosa
maquinaría se produce gracias a la acción de sistemas neníales específicos seleccionados
por la evolución y llamativamente semejantes entre distintas especies.
Todos los cambios corporales inducidos por una emoción específi ca son registrados por el
sister^ia nervioso. Percibimos palpitaciones, la opresión y el aletee
* nasal que acompañan a
la taduipnea (frecuencia respiratoria aumentada), la tensión muscular, el. erizamiento del
vello de la piel, etc. Llamaremos sentimiento a la percepción consciente de los cambios
corporales inducidos por una emoción. Otros autores utilizan otros términos como
“experiencia emocional”, “percepción emocional”, o “emoción consciente”. El
denominador común en todas estas expresiones es la percepción de los cambios corporales
por parte de un sujeto consciente.
La distinción de estos dos fenómenos es relevante para comprender los mecanismos que
subyacen a las emociones y sentimientos, evita confusiones que trabaron su estudio en el
pasadp y permite precisar la metodología de investigación. Los cambios corporales, por
ejemplo, pueden medirse de manera experimental en hombres y animales (frecuencia
cardíaca, temperatura y sudcración de la piel, presencia de un gesto facial, etc.), mientras
que el sentimiento sólo puede ser reportado por un animal que posea consciencia y
lenguaje.
¿Emoción o emociones?
Otra distinción. importante señalada por LeDoux es que no existe una facultad psicológica
llamada “emoción” ni tampoco un único sistema cerebral de la emoción. La palabra
emoción es una etiqueta adecuada para el capítulo dé 'un libro pero no se corresponde ..con
fun.denes reales. Sucede lo mismo que en el procesamiento sensorial, no existe una facultad
llamaba “percepción”, vemos a través del sistema visual y oímos a través del sistema
auditivo, que tienen mecanismos cerebrales diferentes. Las diferentes emociones están
controladas por sistemas neurales diferentes. Los mecanismos para detectar y generar
respuestas apropiadas ante el peligro son distintos de los que se utilizan para procrear o para
conseguir alimento. Consecuentemente, las sensaciones (y sentimientos) que resultan de la
actividad de esos sistemas (miedo, placer sexual, saciedad) no tienen el mismo origen. No
existe un mecanismo emocional, sino varios, cada uno con una fondón diferente. De allí
que la búsqueda de un área, órgano o sistema emocional único en el cerebro es un objetivo
mal concebido.
23
básicas. En esta perspectiva, las emociones son funciones biológicas del sistema nervioso y
se basan en mecanismos neurales que controlan las interacciones con el entorno, sobre todq
aquellas conductas encargadas de asegurar la supervivencia.
Además, entre los vertebrados (peces, reptiles, aves y mamíferos) los mecanismos neurales
que subyacen a las conductas de miedo, alimentación y sexual son muy similares. Animales
diferentes pueden actuar de; manera muy similar ante circunstancias parecidas. Y aúrt
cuando exteriormente las conductas parezcan muy diferentes, puede existir una
equivalencia funcional que las relacione: un ave escapa volando, una roedor corriendo y un
pez nadando. Aunque las conductas (volar, nadar, correr) sean muy diferentes, todas tienen
la función de apartar al organismo de un peligro. Esta constancia y equivalencia funcional
foe lo que llevó a Darwin a postular que ciertas emociones humanas tienen su origen en
nuestros antepasados animales. La evolución parece conservar ciertos mecanismos básicos
que resultaron útiles para la supervivencia del organismo.
24
predador, la huida de otros animales, etc., pueden, luego de una o más experiencias,
desencadenar la respuesta emocional. Se constituyen de esta manera los estímulos
desencadenantes adquiridos. Veremos más sobre este aspecto cuando tratemos el
condicionamiento del miedo..
Evolución y consciencia.
Los sentimientos (emociones conscientes) ocurren cuando los mecanismos emocionales se
producen en un animal que posee la capacidad de tener consciencia de si mismo. Cuando
mecanismos emocionales ancestrales, como el que desencadena la defensa ante el peligro,
actúan en un cerebro conscientes se produce la percepción de la respuesta emocional del
propiq organismo bajo la forma de sentimientos. Si el animal no posee consciencia, los
mecanismos emocionales del cerebro cumplen su función sin conocimiento consciente.
Sabemos que los humanos podemos generar conocimiento consciente (y además
comunicarlo mediante el lenguaje). No estamos completamente seguros de que la
consciencia o formas rudimentarias de conocimiento consciente existan en otros animales.
Sí es idente que las emociones y los mecanismos neurales subyacentes están ampliamente
difundidos entre las especies animales, con o sin consciencia. Los sentimientos constituyen
la noqedad evolutiva generada por un cerebro capaz de conocimiento consciente.
Llama la atención los casi 100 años durante los que la ciencia neurobiológica le volvió la
espalda a la emoción. Sobre todo si se considera el lugar privilegiado que la emoción tenía
en el discurso científico de pensadores como Charles Darwin, Williams James y Sigmund
25
Freud. Darwin estudió en profundidad la expresión de las emociones en ios animales y en
diferentes culturas humanas, estaba convencido de que las emociones humanas eran los
vestigios de etapas evolutivas previas. James analizó con perspicacia algunos de los
principales aspectos de la emoción y produjo un informe publicado en 1884 que sigue
siendo una piedra angular en el tema (What an emotion is?). Freud percibió con claridad
potencial patológico de la emoción perturbada y anunció su importancia en términos mu4
precisos. También en el siglo XIX, el neurólogo John Hugh lings Jackson, inició el estudié
de las bases neurológicas de la emoción al suponer su asiento en el hemisferio derecho.
La causa de que la emoción quedara fuera de la comente principal de lo que luego devino
en neurociencia y ciencia cognitiva radica tal vez- en la influencia del pensamiento)
cartesiano. A. Damasio dice: “en el abordaje de la mente post-cartesiano, la emoción llegó á
considerarse como la antípoda de la razón”. No deja de ser significativo que muchos
aspectos de la neurobiología de la emoción se descubrieran de manera tangencial, en ei
curso de investigaciones de la memoria, una función privilegiada por la ciencia cognitiva.
Para Joseph LeDoux, la historia de las teorías sobre la emoción puede analizarse con
provecho si tenemos en cuenta que uno de los objetivos principales es dilucidar la secuencia
estímulo-sentimiento. En otras palabras, el objetivo es dilucidar los procesos que
intervienen entre la ocurrencia de un estímulo que despierta una emoción y la percepción
consciente de los sentimientcs que provoca:
En 1884, William James formuló la pregunta: ¿qué es una emoción? y dijo que la respuesta
no era de ninguna manera obvia. Respondió con una nueva pregunta; ¿escapamos del oso
porque tenemos miedo o tenemos miedo porque comemos? Señaló que la respuesta obvia
(corremos porque tenemos miedo) no era la correcta y que la respuesta aparentemente más
extraña era la correcta: tenemos miedo porque corremos. Para James, la experiencia
consciente de la emoción (en el presente trabajo, la llamamos “sentimiento”) ocurre después
de que el cerebro dispara la respuesta y como consecuencia de que la corteza recibe las
señales de los cambios en el estado fisiológico del cuerpo. Para James, la información
26
cinaiada del cuerpo en estado emocional era el núcleo esencial para comprender los
sentimientos. Decía:
Segqn esta teoría, las emociones (“sentimientos” en nuestros términos) son precedidas por
los cambios fisiológicos y consisten en respuestas cognitivas a la información que procede
de Iq periferia. La secuencia sería:
En l|a versión neural de esta teoría, el estímulo emocional era detectado en las zonas
sensoriales de la corteza y las respuestas partían de las zonas motoras. La zona sensorial era
requerida primero para detectar el estímulo y después para sentir el “feedback”
(retroalimentación) de las respuestas, lo que generaba la percepción emocional (figura 1).
Los principales aportes de James fueron definir la emoción como un proceso que involucra
el cuerpo y considerar al feedback como el material sobre el que se construyen los
sentimientos. La valiosa observación de que la respuesta emocional se produce
automáticamente (sin una valoración cognitiva de la situación que causa la emoción)
descuidó el hecho de que en nuestra vida como seres sociales conscientes, las emociones
también se pueden disparar como consecuencia de un proceso mental evaluative voluntario.
Por qtra parte, como veremos a continuación, algunos de los supuestos de la versión neural
de la teoría de James fueron rebatidos con evidencia experimental
27
Walter Cannon, Phillip Bard y la “falsa ira” en los gatos.
Los trabajos de Cannon y Bard aportaron importantes evidencias experimentales sobre la
participación de estructuras subcorticales en la mediación entre los estímulos y las
respuestas emocionales. En 1927» formularon su teoría según la cual el hipotálamo era la
principal estructura en la generación de la respuesta emocional y en proveer a la corteza de
la información necesaria para distinguir los estímulos emocionales de los que no lo son.
Las investigaciones tenían como objetivo averiguar qué zonas del cerebro se necesitan para
expresar ira (una de las respuestas emocionales fácilmente objetivables). Vieron que los
gatos a los que se les extirpó por completo la corteza cerebral seguían mostrando los signos
característicos de activación emocional: cuando se los provocaba se erguían, arqueaban el
lomo, retraían las orejas, saleaban las uñas, maullaban, daban bufidos, mostraban los
colmillos y mordían cualquier objeto cercano. Además mostraban los signos de activación
del SNA como erizamiento del pelo, dilatación de las pupilas, elevación de la presión
sanguínea y del ritmo cardíaco. La conducta de los animales extirpados no era.
completamente normal, se los podía provocar muy fácilmente y reaccionaban
28
emocionahnente ante los hechos más insignificantes. Los autores interpretaron que los
animales no podían inhibir la ira debido a que las zonas corticales extirpadas normalmente
tenía)ri la función de inhibir las reacciones emocionales (figura 2).
Fagina 2
Tipo de lesión realizada por Baid para aislar al hipotálamo como centro emocional. Extirpando todas las
zonas cerebrales desde la línea b hacia la izquierda, exceptuando al hipotálamo y algunas partes del
iálamo, no desaparecían las reacciones emocionales. Sin embargo, cuando la lesión se ampliaba y
afectaba a la zona comprendida entre las líneas b y a, así como a la zona comprendida entre la zona
frontal y la línea b, las reacciones emocionales desaparecían por completo.
Se realizaron lesiones cada vez mayores, que avanzaban poco a. poco hacia las partes
inferiores del cerebro, con el objeto de observar qué extirpación eliminaba las respuestas de
ira. Encontraron que recién cuando la extirpación destruía al hipotálamo, las respuestas eran
suprimidas. En ausencia del hipotálamo, sólo se producían reacciones emocionales
parciales y únicamente en respuesta a estímulos muy intensos y dolorosos. Estas respuestas
no ocurrían simultáneamente ni de manera coordinada, como cuando el hipotálamo estaba
intacto. Estos hallazgos le sugirieron a Cannon y Bard que el hipotálamo es la parte esencial
del cerebro emocional.
29
son (los estímulos no emocionales no serían marcados por la aferencia desde el
hipotálamo), dando origen a los sentimientos.
Figura 3
Modelo de Cannon-Bard. Los estímulos externos procesados por el tálamo se dirigen hacia la corteza
cerebral (2b) y hacia el hipotálamo (2a). A su vez, el hipotálamo envfa información a los músculos y a los
órganos del cuerpo (3a). La acción recíproca de la información en la corteza scbre lo que es el estímulo
(2b) y sobre su significación emocional (3b) tiene como consecuencia la experiencia consciente de la
emoción (sentimientos).
Cannon y Bard creían que las experiencias conscientes de las emociones, los sentimientos,
dependían de la activación de la corteza a través de las fibras nerviosas que ascendían desde
el hipotálamo. Debido a que en ausencia de la corteza se produce la conducta de furia, pero
sin estar acompañada del sentimiento consciente, llamaban a los ataques, emocionales de
animales sin corteza “falsa ira”.
Estos autores creían que el feedback no tenía suficiente rapidez y especificidad como para
explicar por qué las distintas emociones se sienten como diferentes. Consideraban que en
todos los estados emocionales, el cuerpo participaba activándose de una manera muy
similar debido a la acción de la división simpática del SNA que lo preparaba para la acción.
Llamaban “reacción de emergencia” a esta activación corporal (ciertamente algunos
componentes son lentos, por ejemplo, la modificación del metabolismo). La información
30
del hipo tálamo, de esta manera distinguía los sentimientos de otros estados mentales no
emocionales, pero lo central ocurría en el cerebro, entre el hipotálamo y la corteza.
Esíop trabajos destacaron por primera vez el papel del hipóíálamc, una estructura clave en
la coordinación entre el sistema motor somático, el SNA y'el sistema endocrino (inserción
IX .
La predicción más importante de esta teoría es que si se indujera a un sujeto una activación
fisiológica ambigua, se podría influir sobre la emoción experimentada manipulando el
contexto social en el que ocurre la activación. Schachter y Singer sometieron a prueba esta
hipótesis inyectando adrenalina a un grupo de sujetos. La adrenalina es una sustancia que
activa la sección simpática del SNA y provoca artificialmente la activación fisiológica. A
otro grupo control sólo le inyectaron un placebo (suero). Inmediatamente, sometieron a los
sqjd'os a situaciones agradables, desagradables o neutras. Como se esperaba, en los sujetos
que recibieron adrenalina, el humor que reportaban variaba de acuerdo con el contexto (se
sentían alegres, tristes o sin sentimiento alguno cuando habían sido expuestos a situaciones
agradables, desagradables o neutras, respectivamente). En cambio, el humor variaba muy
poco en los sujetos que habían recibido el placebo. Las experiencias emocionales
(sentimientos) surgían por la combinación de la activación artificial con indicadores
sociales analizados cognitivamente.
De allí que para Schachter, la activación (el feedback de James) es necesaria, pero los
sentimientos son el resultado de la interpretación cognitiva de las situaciones. En esta
teoría, la experiencia de la emoción (el sentimiento) es una historia que el encéfalo inventa
para explicar las reacciones c orporales. La secuencia causal sería la siguiente:
31
ESTÍMULO ACTIVACION COGNICION SENTIMIENTO
(feedback) (interpretación)
Con esta teoría, Schachter rellena uno de los vacíos de la argument ación de James, que es la
participación de los procesos cognitivos de alto nivel en la generación de los sentimientos.
Nótese, sin embargo, que la interpretación cognitiva se produce a posteriori de la respuesta
emocional, ya que la activación es el feedback de una respuesta corporal ya en ejecución.
¿Cómo y dónde se dispara, la respuesta emocional? ¿Qué dispositivo evalúa que debe
producirse una respuesta emocional? En otras palabras, además de una
evaluadón/interpretación cognitiva (que ocurre a posteriori de la activación), debe existir
una evaluación previa del estímulo mismo. En alguna parte del cerebro, se evalúa el
significado emocional de los estímulos y se pone en marcha la respuesta emocional. Como
veremos más adelante, ciertas estructuras subcorticales juegan un papel crucial en este
proceso que queda en gran medida fuera del control de la conciencia,
Papez estaba influido por ideas de su época que distinguían, desde el punto de vista
evolutivo, dos partes de la corteza cerebral: la lateral (más moderna) y la medial (más
antigua). La parte lateral se relaciona con funciones sensoriales y motoras y se la vincula
con procesamientos superiores como el lenguaje y el pensamiento. A la parte medial se le
atribuyeron funciones más primitivas como la conducta emocional. Mucho antes que Papez
elaborara su teoría, la corteza medial había sido estudiada por P. Broca, quien utilizó el
nombre de “lóbulo límbico” para referirse a las circunvoluciones corticales que rodeaban al
cuerpo calloso (circunvolución del cíngulo) y que se continúan por debajo con la
circunvolución del hipocampo (esta circunvolución contiene como un repliegue interno de
sustancia gris, la formación hipocámpica) (figura 5).
32
Fórom
Lóbulo frontal
Papez incluyó en su circuito a la corteza del cíngulo porque se había observado que su
lesión en humanos producía apatía, pérdida de la espontaneidad emocional y otros síntomas
(somnolencia, desorientación y en ocasiones, coma). También incluyó al hipocampo debido
a la observación de que esa es la estructura más afectada en la hidrofobia, enfermedad
causada por el virus de la rabia y caracterizada por “síntomas agudos de emoción,
convulsiones y parálisis” durante los que el paciente manifiesta “una apariencia de temor
intenso y una mezcla de terror y cólera”.
líitefpi'etando estos datos clínicos, los experimentos en animales (que señalaban el papel del
hipe tálamo) y utilizando las conexiones anatómicas conocidas en su época, Papez propuso
un qircuito de dos canales para el procesamiento de las emociones: el canal del pensamiento
y el -cuñal del sentimiento (figura 6). La información sensorial llegaba al tálamo y desde allí
podía seguir dos caminos: el canal del sentimiento y el canal del pensamiento. En el canal
del sentimiento, la información viajaba hasta el hipotálamo, dónele originaba la respuesta
física, y era transmitida hacia la corteza cingular a través de otros núcleos talámicos
(núcleos del tálamo anterior); ésta era una vía subcortical de activación del cíngulo. En el
canal del pensamiento, la información iba desde el tálamo a la corteza sensorial (donde se
percibían los estímulos y se activaban los recuerdos) y de allí, al cíngulo; ésta era la vía
cortical de activación del cíngulo. Para Papez, el cíngulo era el lugar en que “los sucesos
del entorno adquieren conciencia emocional”; las experiencias emocionales (sentimientos)
tendrían lugar en el cíngulo porque allí se integran señales prevenientes de la corteza,
sensorial y del hipotálamo. Finalmente, proponía que la conexión cínguloriiipocampo’-
hipotálamo permitía a los pensamientos (originados en la corteza) controlar las respuestas
emocionales.
33
Figura 6
Modelo de Papez. Propuso una serie de conexiones desde el hipotálamo hasta el tálamo anterior (a) y
desde éste hasta la corteza singular (b) (la parte de la corteza medial evolutivamente más antigua), Las
experiencias emocionales tienen lugar cuando la corteza cingular integra las señales recibidas desde la
corteza sensorial (parte de la corteza lateral evolutivamente nueva) y desde el hípotálamo. La
información que sale de la corteza cíngular hacia el hipocampo (c) y , desde aquí, al hipotálamo (d)
permite que los pensamientos que tienen lugar en la corteza cerebral controlen las respuestas
emocionales.
Algunos años más tarde, McLean amplió la teoría de Papez utilizando datos del síndrome
de Klüver-Bucy y tratando de integrarla con la teoría freudian a. Fue McLean quien impuso
la denominación “sistema Hnibico” a un conjunto de estructuras en las que se incluían a las
del circuito de Papez y se sumaban otras como la amígdala y la corteza prefrontal McLean,
además, le asignaba una importancia central al hipocampo en el procesamiento de lv>
emociones y pensaba que el “sistema límbico”, constituido por un conjunto de estructuras a
las que creía evolutivamente antiguas y fimcionalmente integradas, era el cerebro
emocional
34
estímulos que previamente resultaban amenazantes y se volvían excesivamente mansos, 2)
modificaban su conducta sexual, se volvían hipersexuales e internaban copular con monos
de m mismo sexo o con miembros de otras especies, 3) se alteraba su conducta alimentaria,
se nevaban a la boca una variedad de cosas que normalmente encontraban desagradables
(rocas, heces) y se volvían hiperorales, 4) perdían la capacidad de reconocer visualmente los
cbjl-tos y su significado peligroso (por ejemplo, no se asustaban cuando veían una
serpiente), al mismo tiempo que se exageraba la tendencia a reaccionar (manipular) los
objetos vistos,
En bambio, la idea de que el “sistema límbico” sea el asiento del cerebro emocional no se
sos'pene. Sobre todo porque la estructura “estrella” del sistema, el hipocampo, hoy se sabe
que tiene muy poca relación con la emoción y en cambio juega un papel central en procesos
cügnitivüc como los sistemas de memoria explícita. Por otra parte, estructuras que están
Jmrna del sistema límbico, como los núcleos, noradrenérgicos y serotoninérgicos del tronco
cerebral, se sabe que juegan un rol destacado en la emoción y los sentimientos (inserción 2).
35
la respuesta de miedo de manera innata) con un estímulo neutro cualquiera (sonido, luz,
etc.) que no despierta de por sí respuesta alguna.
Figura 7
Condicionamiento del miedo en una rata. Primero, se emite sólo el sonido, la rata se orienta tiacia el
mismo, pero tras varias repeticiones, no hace caso del sonido. A continuación, el sonido y la breve
descarga eléctrica se emiten a la vez varias veces. Por último, cuando el sonido se vuelva a emitir solo,
provocará respuestas condicionadas del miedo.
Esto sugiere que, como consecuencia del condicionamiento, el sonido activa el mecanismo
neuronal que controla las respuestas que se relacionan con la presencia de un predador u
otros peligros naturales. El sonido provoca esas respuestas sólo tras el condicionamiento del
miedo, de modo que es un estímulo condicionado (EC) adquirido. El condicionamiento no
produce el aprendizaje de la respuesta, aunque las ratas se queden inmóviles luego de la
exposición a un sonido después del condicionamiento y nunca antes de éste. El
condicionamiento no enseña a las ratas a permanecer inmóviles, ésta respuesta es algo qus
las ratas hacen de forma natural cuando se exponen a una situación peligrosa. Lo que
36
aprende el animal es a responder al estímulo condicionado. Éste comienza a actuar como
señpl de que es probable que- aparezca el estímulo incondicionado (el shock eléctrico).
ESTÍMULO CONDICIONADO
| señal acústica o luminosa
j B-5OM0L© NO CONDICIONADO
। descarga eléctrica
conducto de defensa
-* activación del SNA
hlpoalgeisia
* agudización de lo» reflejos
o—eje pitpitariiMuprarrena!
Figura 8
Cc-ndicíouanüentG del miedo. Se introduce un estímulo incondicionado, que suele ser una breve descarga
eñe trica, al finalizar la emisión de un estímulo condicionado, por lo general un sonido o una señal
luminosa (arriba). Luego del condicionamiento, el estímulo condicionado adquiere la capacidad para
provocar un amplio abanico de .respuestas fisiológicas y conductuales que se producen cuando el animal
enfrenta a estímulos amenazadores o que despiertan miedo (abajo). De esa. manera, una rata que ha
sido adicionada expresará las mismas respuestas tanto hacia un estímulo condicionado como hacia una
amenaza natural (por ej.i un gato).
Obviamente, este aprendizaje representa una ventaja adaptad va. Representa un recurso de la
evolución para afrontar los nuevos sucesos que ocurren en el ambiente, permite adquirir y
almacenar los estímulos novedosos que alertan sobre situaciones peligrosas (como las
huelias de un predador cercano o el lugar en que éste ha sido visto).
37
El condicionara lento del miedo es muy duradero, una vez establecido no se olvida, aunque
sí puede “extinguirse”, también por aprendizaje. Cuando la exposición repetida al EC
(sonido) se produce en ausencia del El (shock eléctrico), puede provocarse la extinción del
reflejo, es decir, la atenuación de la capacidad del EC para provocar la reacción del miedo.
Esto también representa una ventaja adaptativa; por ejemplo, un animal que tuvo un
encuentro con un predador en el único lugar de su hábitat en donde obtiene agua, evitará el
lugar porque le producirá temor. Sin embargo, la sed lo hará volver al lugar, sediento y
atemorizado. Si vuelve día tras día sin encontrarse con el predador, teiuiinará actuando
como si nunca lo hubiera visto, Es necesario aclarar, que la extinción no conlleva la
supresión del condicionamiento ya que el EC puede volver a mostrar su efecto luego de un
tiempo. Pavlov llamó a este fenómeno “recuperación espontánea” del condicionamiento.
Dado que el EC era sonoro, se trabajó con el sistema auditivo. El sistema, auditivo (figura
9), como el resto de los sistemas sensoriales, está organizado de forma que la corteza es el
último elemento en la cadena de procesamiento de la información que empieza en los
receptores sensoriales periféricos, en este caso, el oído. Para averiguar cuál era el eslabón
final al que el estímulo tenía que llegar para que el condicionamiento del miedo ocurriese,
se practicaron lesiones en distintos eslabones de la vía auditiva de las ratas. Lesionar el oído
no era útil, pues el animal sordo no podría percibir ningún sonido. En cambio, se empezó
lesionando la última zona de la vía auditiva (la corteza auditiva). Se observó que las
lesiones en la corteza auditiva, no tenían ningún efecto en el condicionamiento de la
respuesta de inmovilidad, ni de la presión sanguínea. Pese a tener destruida la corteza
auditiva, las ratas seguían respondiendo al EC (sonido) con una reacción de miedo. Luego,
se practicó una lesión en el eslabón anterior, los núcleos auditivos del tálamo, Estas
lesiones impidieron totalmente el condicionamiento del miedo. También ocurrió lo mismo
con lesiones en el eslabón anterior a éste, los núcleos auditivos del mesencéfalo.
38
Fignm 9
Vías del procesamiento auditivo. Se muestra un esquema simplificado de las vías auditivas del cerebro
humano, esta disposición es similar también para el resto de las especies vertebradas. Las señales
¿cikíicas del ambiente son recogidas por unos receptores especiales del oído (no indicados en la
Ih.ñ: ación) y son transmitidas hacia el cerebro por el nervio auditivo (flecha inferior izquierda), que
Lnfica en los núcleos del tronco cerebral. Los axones de estas zonas atraviesan casi totalmente el
cerebro hasta el otro extremo y ascienden al tubérculo cuadrígémino inferior del mesencéfalo. Después,
lo^ axones del inferior viajan hasta el núcleo auditivo del tálamo (el cuerpo geniculado medio) que
proporciona los datos principales a la corteza auditiva.
Para localizar la vía desconocida, se inyectó en los núcleos auditivos del tálamo una
sustancia de rastreo llamada “peroxidasa de rábano” (sustancia que se difunde a través de
las conexiones marcando el recorrido de la vía por la que viaja la información). Se
detectaron cuatro regiones subcorticales que recibían proyecciones procedentes del tálamo
auditjivo, una de ellas el núcleo amigdalino. Luego, se realizaron experimentos de lesión
con el fin de interrumpir el flujo de información desde el tálamo hacia cada una de estas
zonaf, Los resultados fueron que la destrucción de tres de las cuatro regiones con las que se
conectaba el tálamo no tuvieron ningún efecto sobre el condicionamiento del miedo. En
cambio, la destrucción de la cuarta zona, el núcleo amigdalino, hacía desaparecer la
iespi|e$ta condicionada de miedo.
39
En síntesis, la respuesta condicionada del miedo no se afectaba por una lesión de la corteza
y sí se suprimía si se lesionaba el núcleo amigdalino. El hecho de que el aprendizaje
emocional dependa de vías que no entran a la neocorteza, sugiere fuertemente que las
respuestas emocionales pueden producirse sin la participación de Los mecanismos
cerebrales superiores de procesamiento, el razonamiento y la consciencia.
LeDoux postuló que la información de los estímulos externos llega al núcleo amigdalino
por vía directa desde el tálamo (el camino secundario), así como por vías que van desde el
tálamo a la corteza y de ésta, al núcleo amigdalino (el camino principal) (figura 10).
Figura 1©
Camino principal y secundario al núcleo amigdalino,
40
desencadenar una respuesta inmediata en los casos en los que; está comprometida la
supervivencia.
La lía eoréie&l (camino principal) tarda el doble de tiempo en recorrer el camino hacia el
núcleo amlgdalino, tiene varias conexiones intermedias, proporciona representaciones más
detal■ladas y exactas y su tarea consiste en evitar la respuesta inadecuada, más que en
pro4ucir la apropiada.
Figura 11
Ejemplo del excursionista que se encuentra con una serpiente enroscada detrás de un tronco (recuadro
superior derecho) y la representación sobre la Interacción de las dos vías que procesan ese estímulo
vhwaL
El estímulo visual se procesa en el cerebro a través del tálamo, una parte de éste transmite
la mfonnación (tosca), hasta el núcleo amigdalino. Este último empieza a responder ante el
peligro potencial que supone un objeto curvo y delgado, que podría ser una serpiente, una
rama o cualquier otro objeto inofensivo. Mientras tanto, el tálamo también envía la
información hacia la corteza visual La corteza visual es la encargada de crear una
41
representación exacta y precisa del estímulo y le envía al núcleo amigdalino la información
resultante del procesamiento cortical. Esta información mucho más exacta sobre el
estímulo, llega más tarde que aquella que había llegado por la vía directa desde el tálamo.
En situaciones de peligro, es importante reaccionar rápidamente, ya que el tiempo que ganó
el núcleo amigdalino para actuar con la información Islámica, en lugar de esperar la llegada,
de los datos corticales, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Reaccionar ante la
rama como si fuera una serpiente es mejor que no haber reaccionado ante una posible
serpiente.
Figura 12
Corte transversal de la amígdala, (a) Visiones lateral y medial del lóbulo temporal que muestran la
localización de la amígdala en relación al hipocampo, (b) Corte coronal del cerebro donde se observa la
amígdala,
42
La amígdala se desarrolla tempmwnente en la gestación (entre los 30 y 50 días del
embrión), pero sus distintos núcleos no se diferencian hasta la vida postnatal, lo que indica
plasticidad para completar su maduración luego del nacimiento. La antigua visión de la
amígdala era que estaba interconectada sólo con el hipocampo, pero evidencia reciente
reveló que se interconecta con muchas regiones cerebrales.
Con o modelo experimented del condicionamiento del miedo, se pudo trazar de manera
bastante precisa la función de los distintos núcleos (figura 13).
F^gu.jra 13
Las |/ías neurales que participan en el condicionamiento del miedo. Los estímulos
externos auditivos son transmitidos hacia el núcleo lateral (NL), provenientes del
área de procesamiento auditivo del tálamo y desde la corteza auditiva. Ei NL, a su
vez, procesa y distribuye los resultados hacia el núcleo central (NC), éste último
coiit^ola las respuestas emocionales del sistema endócrino (SE), del sistema nervioso
autónomo (SNA), y de la conducta.
El estímulo condicionado acústico (EC) alcanza la amígdala por vía, tanto del tálamo
auditivo como de la corteza. Esas dos vías convergen en las células del núcleo lateral de la
amígdala (NL), que es la puerta de entrada principal del núcleo amigdalino. Una vez que la
información alcanza al NL, se distribuye por las conexiones hasta el núcleo central (NC),
éste último provoca el complejo repertorio de respuestas de- defensa. El NC, es la puerta de
salida, el punto de conexión con las zonas que controlan las respuestas emocionales, las que
abarcañ:
Las respuestas motoras, que son los movimientos de huida o de defensa. Incluyen
expresiones emocionales como los gestos, el temblor y la producción de sonidos, que
comunican a los otros el estado emocional.
Las respuestas del sistema nervioso autónomo (SNA), que producen cambios en el
funcionamiento visceral como el aumento de la presión sanguínea y de la frecuencia
respiratoria y cardíaca.
Las respuestas del sistema endócrino (secreción de hormonas del estrés).
Las lesiones del núcleo central impiden la manifestación de todas estas respuestas, mientras
que las lesiones en alguna, de las vías de salida interrumpen únicamente la respuesta
correspondiente.
44
| Figura 14
i L-s- upras sombreadas representa.! los sectores ventromediales.
' A: I-feinisfmo cerebral derecho, vista externa (lateral); B: Hemisferio cerebral derecho, vista interna
¡ (med ai); C: El cerebro visto desde abajo (vista ventral u orbital); D: Hemisferio izquierdo, vista externa;
E: í •lernisferio izquierdo, vísta interna.
En cupto a su ser social, presentan dificultad para iniciar, organizar y completar sus
actividades normales; son Ir.capaces de proyectar y organizar su vida laboral, familiar y
social. Consecuentemente, pierden el trabajo, emprenden negocios riesgosos que
genera mente fracasan y terminan en desastres financieros, se idteran sus relaciones
iuIcrpqrsonales, toman decisiones desastrosas, se divorcian y se casan de manera insólita,
son impermeables a los consejos y no aprenden de sus experiencias fallidas. Sus modales
pueden ser correctos aunque estereotipados y superficiales (se los describe como de “‘valet
hqdéti p y en ocasiones, muestran una total carencia de tacto social haciendo comentarios
fuera db lugar, utilizando lenguaje procaz y violando las reglas sociales.
45
Algunos pacientes pueden mostrar un patrón diferente, como un paciente? de Damasio que
se mostraba emoción al men te distante, calmo y sin rencor, “controlado”, Este paciente
conocía sus problemas (económicos y familiares), pero se mostraba completamente
indiferente. Cuando se le mostraron fotos de alto contenido emotivo (que en sujetos sanos
de control inducían respuestas emocionales y sentimientos conscientes), se mostraba
indiferente, decía “mis sentimientos cambiaron”, podía describir la escena de la foto y
comprender la situación, pero no lo afectaban emocionalmente, “sabía pero no sentía”.
46
miedo. Aprendía hechos nuevos sin ninguna dificultad, pero una parte de su aprendizaje era
defectuoso: el condicionamiento a estímulos desagradables, el aprendizaje basado en el
miedo..
Torios estas características señalan el lugar destacado que tiene la formación amigdalina en
una ¡conducta emocional particular, el miedo, y en su percepción como sentimiento
consciente. La lesión bilateral pura de la amígdala produce: un deterioro en la detección de
estímulos peligrosos, de los que se asocian en la señalización del peligro (como la
identificación de los gestos de miedo en las expresiones faciales de otros); una alteración de
la expresión de las respuestas emocionales del miedo (por parte del paciente) y en la
percepción subjetiva del sentimiento de temor. Significativamente, la lesión de la amígdala
no afpeta el reconocimiento de expresiones de alegría o repugnancia..
47
Muy raramente la estimulación provoca los estados de plenitud o alegría que los pacientes
refieren durante sus crisis espontáneas.
d) En pacientes con ataques de pánico (cuadro caracterizado por una reacción masiva de
temor: palpitaciones, sudor ación, sensación de muerte, etc., desproporcionada con los
estímulos que la incitan), la tomografía por emisión de positrones obtenida entre las crisis
muestra una hiperactividad cíe los núcleos amigdalinos.
En suma, tal como lo sugieren los estudios en animales, el complejo amigdalino también
tiene un lugar preponderante entre las estructuras que controlan la conducta emocional y el
sentimiento del miedo en los hombres. También, tal como señalaba LeDoux, la afectación
emocional no es global sino que compromete alguna de las emociones y respeta otras.
En la región posterior del hemisferio derecho, se localizan las estructuras necesarias para
generar una información integrada del estado del cuerpo: la corteza samatosensitiva de cada
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uno de los hemisferios recoge la información del estado de la piel y del sistema músculo-
esquelético del hem.icu.erpo contralateral, la ínsula recibe la información, visceral y en la
región parietal posterior del hemisferio derecho se integran las aferencias somatosensítivas
de ambos hemicuerpos y las viscerales. La integración de las informaciones de ambos lados
del cuerpo en un esquema único, integrado y dinámico es una función lateralizada que
asienta en eí hemisferio derecho y que responde a la necesidad de un controlador final único
del estado corporal.
El hecho de que la lesión de la región que integra la información proveniente del cuerpo
produzca un compromiso de la conducta emocional y de los sentimientos subraya la
importancia de la aferencia corporal (el feedback del que hablaba V/. James) en la
organización de la conducta emocional y los sentimientos. Es un componente indispensable
en la organización neural de las emociones y sentimientos.
Lteura 16
V|su de ía superficie interna de los dos hemisferios cerebrales, que muestra las áreas
edrrespendientes a la corteza singular anterior.
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recupera (en casos de lesiones parcialmente reversibles), refieren que durante su
inmovilidad no sintieron an^pistia ni miedo; que nada los forzaba a. callar, más bien que “no
tenían nada que decir”. En este estado de ausencia de iniciativa para analizar información
externa o interna y para realizar operaciones extemas (movimiento) o internas
(razonamiento, planificación), también se ven afectadas las conductas emocionales y los
sentimi entos <
Estas lesiones, más que un defecto emocional específico, producen un defecto general en la
actividad del cerebro que se expresa también en el dominio de la emoción y el sentimiento.
Ponen de manifiesto que el aparato neural que sustenta el procesamiento emocional también
depende de la alimentación de los sistemas que controlan la activación y la distribución de
los recursos atencionales.
vrnucunrdiai
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INSERCIONES
InserMóa 1: El hípotálamo
Muchos de los cambios fisiológicos durante una respuesta emocional dependen del sistema
nervioso autónomo (SNA). El SNA es un sistema efector que se diferencia del sistema
motor somático (también efector) por sus funciones. Mientras que el sistema motor
somático se encarga del control de los músculos esqueléticos y con ellos, de la mayoría de
los movimientos voluntarios, el sistema autónomo controla la musculatura lisa (intestinos),
el músculo cardíaco y las glándulas exócrinas (tales como las sudoríparas y salivares),
generalmente mediante ajustes reflejos e involuntarios.
Hipo tálamo
Hipófisis
Táiamís
Figura 4
Vista- medial del encéfalo
que muestra la localización
del hi^otátamo, la hipófisis y
«I tálamo.
El hipo tálamo (figura 4) actúa como intermediario entre regiones del encéfalo tales como la
corteza Cerebral, la amígdala, la formación reticular, y el SNA. Su función en este sentido
es la de integrar toda la información que recibe desde estos centros y actuar sobre el SNA
controlando una serie de reflejos viscerales. Esto lo hace de dos formas:
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1- Haciendo conexiones con regiones del tronco cerebral que están involucradas con el
sistema parasimpático tanto en el control de la temperatura, la frecuencia cardíaca y la
respiración; como con otras regiones del tronco cerebral cuya estimulación lleva a una
activación del simpatice, con un aumento de la piloereccíón, sudoración y dilatación de
la pupila. Además, proyecta hacia eferencias autónomas de la medula espinal.
2- Actuando sobre el sistema endocrino, el cual libera hormonas que afectan al sistema
autónomo.
La teoría del sistema límbico empezó a enfrentarse con problemas casi al instante de haber
sido expuesta, a mediados de los años 50, ya que un daño en el hipocampo, la pieza central
del sistema límbico, conducía a severos déficit en una función cognitiva, la memoria a largo
plazo (Scoville & Milner 1957). Esto era incompatible con la idea original de que la
primitiva arquitectura del sistema límbico, especialmente el hipocampo, no eran
apropiados para participar en las funciones cognitivas (MacLean 1949, 1952).
Posteriormente, a finales de los 60, se descubrió que el equivalente al neocórtex de los
mamíferos está presente, aunque en forma rudimentaria, en los vertebrados no mamíferos
(Nauta & Karten 1970), En consecuencia, la distinción córtex antiguo / córt&x nuevo se
desmoronó, impugnando los principios evolutivos que asignaban la emoción al sistema
límbico y la cognición al neocórtex (Swanson 1983).
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conejos núcleos subcorticales del cerebro anterior, hasta la inclusión de algunas áreas del
cerebro medio, e incluso al^junas regiones del neocórtex. Varios intentos para recuperar al
sistema límbico han respondido a esta delimitación más precisa. No obstante, después de
fiiedij) siglo de debate y discusión, aún no se ha acordado un criterio que pueda ser usado
para decidir cuáles áreas del cerebro pertenecen al sistema límbico. Incluso algunos
investigadores han propuesto que este concepto sea abandonado (Brodal 1982; LeDoux
1987J 1991; Kotter & Meyer 1992).
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- Trastorno de estrés postraumático: es la presencia de una ansiedad aguda provocada por
los estímulos que aparecieron durante un trauma externo o que están relacionados con
estos estímulos. Por ejemplo, este trastorno se observa en los veteranos de guerra, en las
víctimas de agresiones sexuales o físicas graves, así como las. víctimas de catástrofes
naturales. Estas personas intentan evitar las situaciones y hasta los pensamientos que le
recuerdan el trauma.
- Trastorno obsesivo-compulsivo: se caracteriza por la presencia de pensamientos
extraños, recurrentes y persistentes o conductas repetitivas que se ejecutan de un modo
preciso como reacción a los pensamientos obsesivos. La conducta obsesiva tiene como
objetivo neutralizar la ansiedad, pero esta conducta no corresponde con la situación real
o es desmesurada respecto a la situación que se pretende neutralizar.
- Ansiedad generalizada: también conocida como ansiedad fluchiante, comporta una
preocupación excesiva por asuntos inconexos durante un largo período de tiempo.
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y socialización del individuo. De esta manera, marcan y clasifican las contingencias
individuales en una perspectiva social y personal.
El sistema interno de preferencias está dispuesto a evitar el dolor, buscar el placer potencial
y probablemente esté afinado para conseguir esos objetivos en situaciones sociales. La base
neural del sistema interno de preferencias consiste en disposiciones reguladoras innatas
dispuestas para asegurar la supervivencia.
Desde temprano, premio y castigo son aplicados no sólo por las entidades mismas, sino por
los padres, otros adultos y pitres que habitualmente representan las convenciones sociales y
las normas éticas a las cuales pertenece el organismo. Cuando a la elección de la opción X,
que desemboca en el mal resultado Y, sigue un castigo, y por ende un: estado corporal
penoso^ el sistema de marcadores somáticos incorporará esa conexión de experiencia. La
reiteración de la exposición del organismo a la opción. X, o pensamientos sobre el resultado
Y, tendrá de ahí en más el poder de reactuar el estado corporal penoso y servirá de
recordatorio automático de las malas consecuencias por venir. Este ejemplo simplificado un
poco burdamente ilustra de qué manera los MS pueden actuar señalándole al organismo
“peligró” o por el contrario “adelante”. Demasió desarrolla otros aspectos tales como que
los MS pueden actuar de manera manifiesta o encubierta (no consciente) y desempeñar
roles ni|s complejos y sutiles que señalar positiva o negativamente un evento.
Damasio piensa que las capas corticales prefrontales de la región ventrobasal se encuentran
en una ubicación ideal para elaborar MS: 1) reciben aferencias de todas las regiones
sensoriales, tanto de las que. representan objetos del mundo externo (visuales, auditivas,
olfativa^) como representaciones de los estados corporales pretéritos o actuales interno
(somatqsensitivas); 2) reciben aferencias de los sistemas biorregulatorios (hipotálamo,
núcleos del tronco cerebral, de la amígdala, el cíngulo y otras áreas límbicas) que pueden
informar sobre las preferencias innatas del organismo que conciernen a su supervivencia; 3)
tiene eférencias a sistemas de salida (al sistema motor esquelético, al SNA, hipotálamo y
núcleos del tronco cerebral). Esa zona sería también una suerte de almacén de los
marcadores somáticos adquiridos a lo largo de la vida del individuo
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Bibliografía
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