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J Fam Viol (2006) 21:497–507 DOI
10.1007/s10896-006-9048-9
ARTÍCULO ORIGINAL
¿Todos en la familia? Factores del entorno familiar en la violencia entre hermanos
Shelley Eriksen · Vickie Jensen
Publicado en línea: 30 de noviembre de
2006 C Springer Science+Business Media, Inc. 2006
Resumen Se presume que la violencia entre hermanos es la forma más
común de violencia familiar y la menos estudiada. Basado en datos de
“Violencia física en familias estadounidenses, 1976”, este documento
evalúa los factores del entorno familiar asociados con la violencia física
entre hermanos. De una gama de influencias familiares potenciales, las
medidas de desorganización familiar fueron los predictores más
significativos de la violencia entre hermanos, anulando las características
de los niños o las demandas familiares particulares. Lo que más importaba
para la ocurrencia de violencia entre hermanos era la experiencia real de
violencia física de un niño a manos de un padre, las prácticas disciplinarias
maternas y si los maridos pierden los estribos. Estos hallazgos apuntan al
efecto nocivo del castigo corporal y sugieren que la violencia entre
hermanos en las familias está asociada con dinámicas familiares y de
género más ominosas.
Palabras clave Violencia entre hermanos. Agresión física. Abuso entre
hermanos. Infancia y adolescencia. Conflicto entre hermanos.
Violencia/abuso familiar. Ambiente familiar . El castigo corporal
Introducción
La violencia entre hermanos es la forma de violencia familiar menos
estudiada, pero probablemente sea la más frecuente. Straus, Gelles y Steinmetzasocia con resultados psicosociales negativos posteriores en la edad
S. Eriksen ( )
El Programa de Desarrollo Humano y el Departamento de
Sociología, Universidad Estatal de California, Long Beach, 1250
Bellflower Blvd., Long Beach, CA 90840, EE. UU. Correo
electrónico: seriksen@csulb.edu
Jensen
Departamento de Sociología, Universidad Estatal de California, Northridge,
Northridge, CA 91330, EE. UU.
(1980) fueron los primeros en llamar la atención sobre la violencia entre
hermanos como un fenómeno generalizado y problemático. Con base en
los hallazgos de su encuesta “Violencia física en las familias
estadounidenses, 1976”, sugirieron que la relación entre hermanos, en
lugar de la díada esposo/esposa o padre/hijo, era el entorno más probable
en el que un miembro de la familia podría ser víctima.
Cuando se aplicó a los aproximadamente 36,3 millones de niños de la
nación de 3 a 17 años de edad en el año de la encuesta, Straus y Gelles
extrapolaron que más de 29 millones de niños estadounidenses participan
en uno o más actos de violencia física hacia un hermano (Straus et al.,
1980).
Aunque la prevalencia del abuso entre hermanos en la infancia aún no
se ha explorado sistemáticamente utilizando datos representativos más
recientes, una cantidad limitada de investigación clínica sugiere que la
violencia entre hermanos puede estar asociada con problemas emocionales
y de comportamiento graves en los niños (Caffaro & Conn-Caffaro, 1998;
Duncan, 1999; Kashani, Daniel, Dandoy y Holcomb, 1992; Rosenthal y
Doherty, 1984).
Patterson, Dishion y Bank (1984) encuentran que el comportamiento
coercitivo de los niños hacia un hermano está relacionado con el
comportamiento antisocial entre compañeros y el rechazo de los
compañeros. De manera similar, Duncan (1999) encuentra una relación
significativa entre el acoso entre compañeros y entre hermanos, y los
niños que experimentan ambos sufren consecuencias emocionales negativas.
Algunos investigadores sugieren que la violencia entre hermanos se
adulta. Por ejemplo, los estudios encuentran que la violencia entre
hermanos en la infancia está asociada con un comportamiento violento
posterior en las relaciones con los íntimos, los compañeros y como padres
(Gully, Dengerink, Pepping y Bergstrom, 1981; Loeber, Weissman y Reid,
1983; Simonelli, Mullis , Elliott y Pierce, 2002; Steinmetz, 1977). Entre los
médicos que estudian adultos, se cree que la violencia entre hermanos
tiene efectos duraderos y dañinos en los lazos relacionales entre hermanos
y hermanas adultos (Bank y Kahn, 1982; Caffaro y Conn-Caffaro, 1998;
Wiehe, 1997).
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Varios estudios también encuentran que la violencia entre hermanos subyace a otros
problemas emocionales y de comportamiento entre los adultos jóvenes.
Por ejemplo, Graham-Bermann, Cutler, Litzenberger y
Schwartz (1994) encontró que las estudiantes universitarias que
fueron el objetivo anterior de la violencia leve o severa de un hermano exhibieron
tasas más altas de ansiedad en la edad adulta joven
que aquellos que no lo hicieron. Jensen (1998) informa que los jóvenes
adultos, especialmente hombres, en su muestra universitaria que eran
perpetradores de abuso entre hermanos, antes y después de la edad de
12, mostró un uso más frecuente de drogas y más alcohol
consumo.
A pesar de la evidencia de su prevalencia y efectos a largo plazo,
y con algunas excepciones notables (Felson, 1983; Goodwin
y Roscoe, 1990; resistente, 2001; Simonelli et al., 2002; Vaya,
1997), pocos estudios posteriores, utilizando ya sea Straus et al.
datos o en base a nuevas muestras no clínicas– han establecido
el contexto familiar de la violencia entre hermanos, especialmente aquellos factores
que dan forma a la violencia entre hermanos en relación con la familia más amplia
dinámica de la violencia. Este trabajo busca remediar este descuido.
explorando las características sociales de las familias en las que
existe violencia entre hermanos y determinando los factores del entorno familiar
más destacados para la ocurrencia de violencia entre hermanos.
violencia, especialmente en sus formas más atroces. esta consulta
contribuirá a la comprensión tanto teórica como empírica de la violencia entre
hermanos. Además, una exploración de la familia
factores ambientales asociados con la violencia entre hermanos también
ayuda a aclarar mejor qué familias están en riesgo, ayudando en
detección temprana y prevención.
Este artículo también amplía nuestra comprensión de una relación familiar
sistemáticamente poco estudiada en sociología: la de
hermanos, ya sea de niños o de adultos. Debido a que la violencia entre hermanos
se descarta con demasiada frecuencia como una rivalidad entre hermanos normal,
buscan ubicar la violencia entre hermanos dentro del contexto de violencia
familias y dentro de las relaciones entre hermanos en general. Por
colocándolo a lo largo del continuo de conductas de violencia familiar, nuestro
objetivo es desmitificar la violencia entre hermanos como innata
o inevitable, y forjar un vínculo más sólido entre el
amplia literatura sobre la violencia familiar y nuestra todavía limitada
comprensión de las relaciones entre hermanos.
Fondo
Varios investigadores han notado que la violencia entre hermanos no se estudia
ni se denuncia (DesKeseredy & Ellis, 1997;
Acciones, 1993; Wiehe, 1997). La violencia entre hermanos sigue sin estudiarse
por varias razones. Gelles y Cornell (1985)
Tenga en cuenta que los hermanos que se golpean entre sí son tan comunes que pocos
la gente lo considera un comportamiento desviado. De hecho, observan
que muchos padres estadounidenses creen que la agresión entre hermanos
facilita el aprendizaje de sus hijos sobre cómo
Manejar el comportamiento agresivo en futuras relaciones no familiares.
DesKeseredy y Ellis (1997), dibujo de Caná
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Dian, así como la investigación de los EE. UU., se hacen eco de esta observación y afirman
que la mayoría considera que ese conflicto es una parte inevitable de la relación entre hermanos.
relaciones.
Las normas sociales fomentan aún más las expresiones de comportamiento
agresivo entre hermanos. La mayoría de los hermanos son agresivos.
el comportamiento, por supuesto, se piensa que es atribuible a la normalidad
rivalidad entre hermanos, algo que los niños presumiblemente superan y
los adultos inevitablemente olvidan. Sin embargo, la investigación sobre la
rivalidad entre hermanos está lamentablemente subdesarrollada, tanto como un
fenómeno infantil como como una dimensión continua de las relaciones entre
hermanos adultos. Su operacionalización inconsistente a través de los estudios.
también convierte en espuria cualquier pretensión de su universalidad (Eriksen,
1998). Sin embargo, esta noción de hermanos como “rivales” –un
concepto popularizado por la teoría psicoanalítica– continúa
impulsan la mayoría de las discusiones sobre las relaciones entre hermanos en laicos y
círculos académicos, minimizando como lo hace los actos de agresión
que de otro modo se considerarían agresiones en cualquier otro
relación familiar o personal.
A partir de la práctica clínica, Caffaro y Conn-Caffaro
(1998) señalan que la rivalidad entre hermanos es insuficiente para explicar
completamente la agresión entre hermanos. La rivalidad, argumentan, incluye el conflicto.
entre hermanos que implica la posesión de algo el
otro también quiere, un fortalecimiento de la relación, y
comparaciones equilibradas entre hermanos. Por el contrario, asalto
Implica patrones repetidos de agresión física con el
intención de dañar, así como de humillar y derrotar. Además, describen la
agresión entre hermanos como parte de una escalada
patrón de agresión entre hermanos y represalias no controlado por
intervención de los padres, así como la solidificación de la víctima y
Roles de delincuentes entre hermanos. Tales comparaciones no son
encontradas en investigaciones distintas a las extraídas de la práctica clínica, lo
que deja sin examinar la delineación sistemática de
diferencias entre la rivalidad entre hermanos y la violencia entre hermanos.
Los investigadores se han enfrentado a muchos acertijos de definición
con la conceptualización de la violencia entre hermanos. Algo como
Wallace (1996), define el abuso entre hermanos como cualquier forma de abuso
físico, mental o sexual infligido a un niño por otro,
incluidos los hermanos y hermanastros. Observando inconsistencias conceptuales
similares en la literatura sobre la violencia entre hermanos,
DesKeseredy y Ellis (1997) eligieron definir la violencia entre hermanos como
“violencia física intencional infligida por un niño
en una unidad familiar sobre otra” (p. 399). Stock (1993) sugiere
que las definiciones legales contribuyen a este problema de definición,
porque ninguna ley específica protege a los hermanos de otros hermanos
y que dicha protección sólo puede obtenerse cuando uno de los padres
presenta cargos contra el abusador en nombre de la víctima. En
Además, muchos estudios se centran en los niños, dejando de mediados a finales
la adolescencia y la adultez temprana menos examinadas como posibles
periodos de violencia entre hermanos. También hay una tendencia general
en la literatura para combinar o usar indistintamente tales términos
como abuso, conflicto, agresión y violencia (Jensen, 1998).
Ante la falta de investigación sistemática y conceptualización de la violencia
entre hermanos, especialmente su entorno familiar
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correlaciones, necesariamente tomamos prestado de una amplia gama de
estudios sobre la violencia familiar, así como de los pocos centrados
específicamente en la violencia entre hermanos. De esta escasa literatura, encontramos
tres áreas potenciales de influencia familiar en la violencia entre hermanos:
características sociodemográficas y familiares; familia
recursos y estabilidad; y desorganización familiar.
Características sociodemográficas y familiares
Las investigaciones sugieren que la edad, el género y la composición familiar
son consecuencia de la ocurrencia de violencia entre hermanos.
La edad es el predictor más consistente de la violencia entre hermanos, pero
su configuración real de influencia sigue sin estar clara. Examen de niños más
pequeños, Pepler, Abramovitch y Corter
(1981) encontraron que los hermanos mayores (de 4 a 7 años) tenían más probabilidades
para iniciar la agresión, mientras que los hermanos menores (3 años) tendían
tomar represalias o someterse. Otra investigación sugiere que
La agresión entre hermanos disminuye con la edad (Deskeseredy & Ellis,
1997; Steinmetz, 1977; Straus et al., 1980), que los hermanos
tienden a pelear más con los hermanos menores que con los mayores
(Felson, 1983) y más frecuentemente con aquellos más cercanos en edad
(DesKeseredy & Ellis, 1997; Felson, 1983; Minnett, Vandell,
y Santrock, 1983). Sin embargo, otros no encuentran ningún efecto de la
diferencia de edad en la ocurrencia de violencia entre hermanos (Abramovitch,
Pepler y Corter, 1982).
Los estudios también sugieren que el género del perpetrador y
la mezcla de género de los conjuntos de hermanos son variables centrales. Entre
sus sujetos en edad universitaria, Graham-Bermann et al. (1994)
encontraron que sus sujetos masculinos informaron niveles más altos de
perpetración de violencia, y la díada de hermanos en mayor riesgo
involucró a un hermano mayor perpetrador y una hermana menor
víctima. Goodwin y Roscoe (1990) encontraron de manera similar entre
sus estudiantes de secundaria y preparatoria que los hombres jóvenes
ya que los perpetradores amenazaron con lastimar a sus hermanos con más
frecuencia y se involucraron en una gama más amplia de actos violentos (por ejemplo, golpear
hermanos con objetos, sujetar a los hermanos contra su voluntad, golpearlos,
asfixiarlos y arrojarlos), aunque
los hermanos eran tan probables destinatarios de estas acciones como lo eran las
hermanas. Duncan (1999) también encontró que los niños reportaron significativamente
más victimización a manos de hermanos acosadores que de niñas.
Sin embargo, otros investigadores no reportan diferencias significativas en
la perpetración o victimización de violencia física entre
hermanos masculinos y femeninos (Felson, 1983; Minnett et al., 1983).
Pocos estudios han destacado directamente el efecto de la familia
tamaño en la frecuencia de la violencia entre hermanos. Hardy (2001) encontró
no existe una relación significativa entre el número de hermanos y
violencia entre hermanos. Otras investigaciones sobre el maltrato infantil en
general reporta mayor violencia por parte de los padres hacia los niños
entre familias de tamaño familiar más grande que el promedio (Gil, 1970;
Maden y llave inglesa, 1977; Consejo Nacional de Investigación, 1993;
Wiehe, 1998). Gelles y Straus (1979) encuentran lo contrario
patrón, sin embargo. En su muestra nacional, los padres con dos
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los niños tenían una mayor tasa de violencia hacia sus hijos
que aquellos con familias más grandes.
La investigación relacionada también sugiere que otra estructura familiar
variables están implicadas en la ocurrencia de violencia entre hermanos.
Investigadores anteriores informan una asociación entre
familias monoparentales y diversas formas de violencia familiar
como el abuso infantil (Maden & Wrench, 1977). Del mismo modo, otros
han encontrado que muchos de los perpetradores de abuso físico en
familias no estaban biológicamente relacionadas con el niño, lo que sugiere
Las familias corren más riesgo de violencia en familias divorciadas, separadas o
familias mixtas (Martin & Walters, 1982; Wiehe, 1998). El examen directo de la
violencia entre hermanos realizado por Hardy (2001) encontró
diferencias significativas entre la composición familiar y
violencia entre hermanos. Sin embargo, muy pocos estudios han examinado
la relación entre familias reconstituidas y hermanos
violencia para establecer cualquier pauta.
Así, mientras que la edad, el género y la composición familiar son
claramente componentes de la violencia familiar, las formas en que
pueden aumentar o disminuir la violencia entre hermanos permanece
poco claro.
Recursos familiares y estabilidad familiar
Hardy (2001) sugirió que los efectos de los recursos familiares
y la estabilidad familiar sobre la violencia entre hermanos se obtienen de
estudios sobre violencia familiar, en lugar de violencia entre hermanos por
se. Los estudios de violencia familiar sugieren estatus socioeconómico,
empleo a tiempo parcial o desempleo, matrimonio de los padres
o el divorcio, y las redes de apoyo de parientes y la comunidad influyen
potencialmente en el comportamiento violento entre los hermanos.
En general, las familias que enfrentan desafíos económicos tienen
se ha demostrado que tienen tasas más altas de violencia familiar. Para
ejemplo, a pesar del adagio necesario de que la violencia familiar
ocurre en todos los grupos sociales y culturales, la investigación sobre la
violencia familiar en las décadas de 1970 y 1980 encontró que tanto la esposa
el maltrato y el maltrato infantil eran más frecuentes entre las familias
nivel socioeconómico más bajo (Gelles, 1980; Gelles &
Strauss, 1979; Strauss et al., 1980). De manera similar, otros han encontrado
que los padres que están desempleados (Gil, 1970;
Maden y Wrench, 1977), que están empleados a tiempo parcial, especialmente
los maridos (Gelles y Straus, 1979), y que reportan
problemas financieros (Maden & Wrench, 1977) corren un mayor
riesgo de maltrato infantil. Los esposos que informan una baja satisfacción
laboral también están vinculados con tasas más altas de abuso de la esposa (Prescott
& Letko, 1977). El Consejo Nacional de Investigación (1993) informó que la
pobreza está fuertemente asociada con el abuso infantil,
aunque el informe del Consejo advierte que la pobreza funciona dentro
una constelación de factores para aumentar la probabilidad de que un niño
abuso. Aunque algunos señalan el posible efecto de la inestabilidad financiera
en la violencia entre hermanos (Caffaro & Conn-Caffaro, 1998),
solo Hardy (2001) ha encontrado que las tensiones financieras y comerciales, y
cualquier transición laboral en la familia, aumentan
probabilidad de violencia entre hermanos.
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La ausencia de un empleo estable puede añadir a la familia
el estrés y el aislamiento social de la familia, factores habitualmente vinculados
con familias violentas (Gelles, 1980; Wiehe, 1998). En consonancia con un
modelo de estrés familiar, investigaciones anteriores sugieren
que las familias abusivas están socialmente más aisladas que las familias no
abusivas (Maden & Wrench, 1977), particularmente aquellas
familias que han vivido en el mismo barrio por menos
de tres años o tienen menos vínculos con organizaciones fuera
el hogar (Gelles & Straus, 1979). De hecho, Hardy (2001)
encontraron familias con altos niveles de violencia entre hermanos
más aislados, con un límite rígido creado entre la familia y los extraños como
resultado. Falta de afiliación con, o
participación en organizaciones religiosas podría ser especialmente
importante en la creación de un ambiente para la violencia entre hermanos.
La investigación encuentra que la afiliación religiosa de los esposos y la asistencia al
baile actúa como un elemento disuasorio potencial para el abuso de la esposa (Prescott &
Letko, 1977).
Desorganización Familiar
Los estudios también sugieren que la violencia entre hermanos tiene lugar dentro de
un contexto más amplio de violencia familiar y desorganización
que normaliza la agresión entre los niños. Dos modelos teóricos –el aprendizaje
social y la teoría de los sistemas familiares–
sugieren, respectivamente, que los niños aprenden cómo comportarse de
las acciones que ven tomar a sus padres y que cualquier díada de relación
particular en una familia refleja el ritmo general
y el tono de la constelación familiar en su conjunto. Tomados en conjunto, estos
modelos dirigen nuestra atención a la manera en
que la agresión entre hermanos podría reflejar, o incluso generarse
por, otras formas de violencia que ocurren alrededor de los niños en un
familia. En este marco, varias formas de violencia familiar
parecen particularmente importantes. Investigadores que estudian la
transmisión intergeneracional de la violencia entre hombres que
Los bateadores han notado que ser testigo de la violencia de los padres en la
infancia puede ser un factor más importante en los ataques posteriores
perpetrados por hombres que ser el objetivo directo de la misma (Fagan,
Steward y Hansen, 1983). Esto le daría sentido a la investigación que encuentra
una relación significativa entre los padres
uso de violencia severa para resolver conflictos entre los padres y uso de
violencia severa por parte de los niños para resolver conflictos con cada uno
otro (Bender, 1953; Graham-Bermann et al., 1994). Sin embargo, otros abogan
por un efecto más directo, citando evidencia
de niños involucrados en ataques homicidas contra hermanos menores que a
menudo eran víctimas de abuso por parte de los padres
o negligencia (Carek & Watson, 1964; Paluszny & McNabb,
1975; Tooley, 1975, citado en Rosenthal & Doherty, 1984).
Investigaciones paralelas reportan un mayor abuso físico y sexual
de los niños de hogares en los que el conflicto padre-hijo era
significativa (Martin & Walters, 1982). Literatura existente en
el campo de la violencia entre hermanos que examina la relación
entre el abuso físico de los niños por parte de los padres y la violencia entre
hermanos reafirma la importancia de analizar este aspecto en particular.
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factor lar (Caffaro & Conn-Caffaro, 1998; Simonelli et al.,
2002).
Si bien tanto la experiencia presenciada como la experiencia real de los padres
violencia son índices concretos de desorganización familiar,
factores relacionados más vagamente también pueden dar forma a los niveles de
violencia entre hermanos. Por ejemplo, la investigación ha encontrado que el abuso
familias tienden a tener niveles más altos de discordia marital y
problemas con la bebida (Martin & Walters, 1982), al igual que abuso
maridos (Gelles, 1980). De hecho, Hardy (2001) encontró que
La tensión marital tuvo un impacto significativo en la violencia entre hermanos.
Menos examinado es el equilibrio relativo de poder entre marido y mujer, así
como la orientación de los padres hacia el castigo corporal, ya que cada uno
puede dar forma a una relación relacional particular.
ethos entre los niños que legitima la agresión basada en
autoridad presunta. Bajo esta luz, los estudios sugieren que los padres abusivos
son particularmente propensos a creer en las nalgadas.
(Deley, 1988), y que el castigo físico se correlaciona
con mayor riesgo de abuso de sustancias adultas posteriores y delincuencia
actividad final (Straus, 1991). Finalmente, porque la relación de sumisión de
dominación asumida por los géneros más tradicionales
La ideología del rol está fuertemente asociada con la violencia familiar.
(Howell & Pugliesi, 1988), exploramos aquí también la relación entre las ideas de
los adultos sobre equidad de género/familia y
la denuncia de la violencia entre hermanos dentro de las familias.
Tomados en conjunto, los esfuerzos dispares de investigación sugieren que
las características individuales y familiares, los recursos y la estabilidad familiares,
y la desorganización familiar se encuentran entre los factores más sobresalientes.
factores ambientales que subyacen a la violencia entre hermanos.
Nuestra investigación examina directamente el efecto relativo de estos
Factores de la violencia entre hermanos.
Método
Muestra
Utilizamos una submuestra de las 2143 parejas casadas que
fueron entrevistados en la Encuesta Nacional de Violencia Física en Familias
Estadounidenses (NSPVAM) de Straus y Gelles (1976).
Para estos análisis, incluimos participantes de la encuesta que habían
dos o más niños de 0 a 17 años de edad.1 Aunque los datos
conjunto está fechado, la versión de 1976 de esta encuesta en curso de
violencia familiar es el único año en el que los datos sobre hermanos
Se recogieron las violencias. Además, es la única muestra representativa de este
tipo que incluye la violencia entre hermanos.
Los datos de la NSPVAM, especialmente la Escala Táctica de Conflicto, han
1 La encuesta preguntó acerca de los niños menores de 3 años, así como
los que tienen entre 3 y 17 años. La mayoría de los análisis de cónyuge e hijo
abuso utilizando este conjunto de datos han analizado a los padres con niños entre
las edades de 3 a 17 años. Dado que nuestro enfoque está en la violencia entre hermanos, algo
que podría ocurrir incluso a edades muy tempranas, plausiblemente con niños mayores
victimizando incluso a los bebés, elegimos incluir a los padres con dos o más
niños de cualquier rango de edad.
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ha sido constantemente criticado con respecto a la violencia de pareja
íntima, sobre todo por investigadores feministas (ver revisión de Yllo).
No obstante, estos datos siguen siendo el único intento representativo
a gran escala de evaluar la violencia entre hermanos y sus correlatos
con la violencia familiar en una muestra nacional. Además, aparte de
los análisis de datos preliminares realizados por los investigadores
originales del estudio (Straus et al., 1980), no conocemos ningún otro
esfuerzo sistemático para analizar los datos de violencia entre hermanos
de la manera que lo hacemos aquí.
De los 2143 encuestados en el año de la encuesta de 1976, 994
tenían al menos dos hijos viviendo en casa. En ese año de la encuesta,
se entrevistó a una persona de cada pareja sobre una variedad de
violencia familiar presenciada y experimentada, incluida la cantidad de
agresión dirigida o iniciada por un niño seleccionado al azar en el
protocolo de la entrevista (conocido como el “niño de referencia”). .
Otros han observado acertadamente que la decisión de centrarse
en un niño y desde el punto de vista de los padres, alguien que es poco
probable que sea testigo de todos los altercados físicos entre los niños,
resultó en una subestimación de la violencia entre hermanos en las
familias estadounidenses (Cappell & Heiner, 1990; Goodwin y Roscoe,
1990). Esta probable subestimación debe tenerse en cuenta en estos
análisis.
Variables
Variables dependientes. La variable dependiente central en estos
análisis se refiere a la frecuencia de violencia física entre hermanos en
el último año. Se preguntó a los encuestados si habían observado o no
que el niño de referencia usaba una variedad de estrategias para
resolver conflictos en el último año (consulte el apéndice para obtener
una descripción completa de la CTS). Nuestra medida de violencia entre
hermanos incluye solo los elementos de la CTS que representan
violencia más grave, aquellas acciones que conllevan un mayor riesgo
de lesiones corporales. Los elementos CTS incluidos son: tiró algo al
otro; empujó, agarró o golpeó al otro; pateado, mordido o golpeado con
un puño; golpeó o trató de golpear con algo; golpear al otro; amenazado
con una pistola o un cuchillo; usó un cuchillo o una pistola. Las opciones
de respuesta ordinal iban desde 1 (ni en el último año ni antes, nunca)
a 7 (21 o más veces en el último año). Así, operativizamos la violencia
entre hermanos como violencia física que conlleva un riesgo de lesión.
Las acciones violentas o agresivas entre hermanos que eran verbales
o de bajo riesgo de lesiones no se incluyeron en este estudio.
Variables independientes. Creamos varias variables independientes
para operacionalizar las variables sociodemográficas y de composición
familiar. Incluimos tanto la edad como el sexo del niño de referencia (0
= mujer; 1 = hombre). También incluimos la variable “porcentaje de
varones” (la proporción de hijos varones a todos los hijos de la familia)
para evaluar el efecto de tener más hermanos varones versus menos
en la frecuencia de violencia entre hermanos. La composición familiar
actual está representada por tres variables: Hijos presentes de un
matrimonio diferente (0 =
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no; 1 = sí); la relación del hijo referente con el encuestado (0 = no es
hijo biológico; 1 = el hijo es hijo biológico) y si los padres están
actualmente separados (0 = no; 1 = sí).
El tamaño de la familia es una escala ordinal de cuántos niños de 0 a
17 años vivían actualmente en el hogar en el momento de la entrevista
(rango posible de 2 a 9 niños).
Los recursos familiares y la estabilidad familiar incluyen los
siguientes indicadores. Para la estabilidad y el bienestar conyugales,
se preguntó a los encuestados si alguna vez habían considerado la
separación o el divorcio (0 = no; 1 = sí), su sentimiento general en el
matrimonio (1 = muy negativo a 7 = muy positivo), y el número de años
casados o juntos. Los recursos socioeconómicos se evaluaron por el
ingreso familiar total, con 0 = ninguno a 14 ($35,000), si el esposo y la
esposa estaban o no preocupados por su seguridad financiera, medidos
por separado (1 = nada a 7 = muy preocupado) , y el nivel educativo
tanto del esposo como de la esposa (1 = alguna escuela primaria; 9 =
título de posgrado). Para examinar el efecto de la situación laboral de
los padres y la disponibilidad de los padres a lo largo de la jornada
laboral, incluimos medidas de la semana laboral por hora del marido y
la mujer, así como una medida de si ambos padres trabajaban o no a
tiempo completo (1) o trabajando medio tiempo o desempleado (0).
La participación con los parientes y la comunidad se evaluó de
diversas formas. Incluimos medidas de los años reales vividos en el
vecindario, años vividos en la casa/apartamento, la cantidad de ciudades
o pueblos diferentes en los que vivió la pareja desde su matrimonio, el
registro del número total combinado de parientes del esposo y la esposa
que viven dentro de una hora de
su residencia, y con qué frecuencia tanto el esposo como la esposa
asisten a los servicios religiosos (1 = nunca a 5 = semanalmente).
Finalmente, para nuestras medidas de desorganización familiar,
creamos cinco escalas diferentes para evaluar el efecto de la violencia
presenciada y experimentada frente a los padres. Dichas escalas
incluían violencia de esposo a esposa, violencia de esposa a esposo y
violencia de padre a hijo, usando las mismas medidas de violencia física
detalladas en la CTS que usamos para la violencia entre hermanos (ver
arriba y el Apéndice). Para comprender mejor cómo un entorno familiar
conflictivo da forma a la violencia entre hermanos, incluimos medidas
separadas de si, o cómo, con frecuencia el esposo o la esposa se
emborrachan, cada uno pierde los estribos, o si comienza una discusión
por nada, con categorías de respuesta de 1 (nunca) a 7 (mucho).
Las medidas de los modelos de castigo de los padres incluyen el
uso del castigo físico por parte del esposo en el último año cuando el
hijo de referencia hizo algo malo (0 = nunca a 6 = 21 o más veces).
También se incluye una medida del uso del castigo físico por parte de
la esposa. De manera similar, incluimos una medida del grado en que
el encuestado creía que era normal o no normal que un padre abofeteara
o azotara a un niño de doce años por una infracción percibida (1 = no
normal a 7 = normal ), y el grado en que el encuestado lo consideró
bueno (rango de 1 a 7
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con malo = 1 y bueno = 7). Para evaluar la potencia total
estructura de una familia a lo largo de las líneas de género, creamos una escala
que evaluó si una esposa o un esposo deben decidir solo
solos (1), algo más solos (2) o deciden
igualmente (3) en los seis elementos combinados: comprar un automóvil; tener
niños; en qué casa o departamento debe vivir una familia;
qué trabajo debe tomar un esposo/pareja; sea o no un
la esposa debe ir o dejar de trabajar; y cuanto dinero para
gastar en comida semanalmente.
Resultados
Para analizar la violencia entre hermanos, usamos la regresión OLS para
Examinar una colección de variables que representan sociodemografía/
composición familiar, recursos familiares/estabilidad y desorganización familiar.
Estas variables se examinaron en el subconjunto de casos para los que había
dos o más
niños. El análisis procedió a lo largo de tres vías. Primero,
la violencia física entre hermanos en el último año se retrocedió en
cada colección de predictores individuales por separado. Segundo,
cada colección de variables individuales se analizó utilizando
regresión por pasos para determinar los más significativos
predictores de violencia física entre hermanos para cada grupo. Finalmente,
creamos un modelo de todos los indicadores significativos
para la mejor explicación posible de la violencia entre hermanos.
Composición Sociodemográfica y Familiar: Modelo I
Este conjunto de variables refleja tanto la información demográfica
sobre el niño de referencia, el niño que comete violencia entre hermanos y la
estructura básica de la familia. cuando hermano
la violencia física se retrocede en estos datos demográficos/familiares
variables de composición, la edad del niño referente es la
única variable significativa (Cuadro 1). Como la edad del niño
aumenta, disminuye el número de actos de violencia física cometidos por
hermanos. Las variables, colectivamente, explican
un pobre pero significativo 7.8% de la variación en el estado físico de los hermanos
violencia.
Cuando estas variables se sometieron a una selección paso a paso, la
edad y el género del hermano de referencia surgieron como
los factores más importantes entre estas variables. mientras que la edad
disminuye la cantidad de violencia entre hermanos, los niños eran más
probable que participe en actos de agresión física entre hermanos que
muchachas. Estas dos variables eran tan importantes en este grupo que
ellos solos representaron un significativo 7.7% de la varianza
en la violencia entre hermanos.
Así, es claro que sólo las características demográficas
del hermano de referencia, y no la estructura familiar, son importantes
predictores de violencia entre hermanos. Sin embargo, la edad exitosa y
género son, no pueden explicar completamente el fenómeno de
violencia física entre hermanos. Ahora nos dirigimos a familiares adicionales
variables
Saltador
J Fam Violación (2006) 21: 497–507
Tabla 1 (Modelo I) OLS y regresión por pasos de violencia entre hermanos
y características sociodemográficas y familiares: beta estandarizada
pesos, valores R2 y F ajustados
Sociodemográfico y familiar
composición Beta R2F _
modelo MCO
(Referente) Edad del niño ÿ.261ÿÿÿ
Sexo del niño .077+
Porcentaje masculino .063
Hijos de otro matrimonio .031
Niño biológico a R ÿ.040
Padres separados o divorciados .023
Tamaño de la familia ÿ.013 .078 9.997ÿÿÿ
modelo paso a paso
ÿ.267ÿÿÿ
edad del niño
Sexo del niño .116ÿÿÿ .077 32.030ÿÿÿ
+p < .10. ÿp < .05. ÿÿp < .01. ÿÿÿp < .001.
Recursos y Demandas Familiares: Modelo II
A continuación, examinamos las variables que representan los recursos
familiares y la estabilidad familiar por su papel en la explicación de la violencia
entre hermanos. Cuando se retrocedió la violencia entre hermanos en este
conjunto de variables, vemos cuatro predictores que alcanzan estadísticas
importancia en esta ecuación (Cuadro 2). Cuanto más la pareja
considerada separación o divorcio, mayor será la cantidad de
violencia entre hermanos. Asimismo, cuantos más años tenga la pareja
estado casado o juntos, menos violencia entre hermanos se produce.
Existe una relación negativa significativa entre los ingresos
de la violencia familiar y entre hermanos; a medida que aumenta el ingreso
familiar, disminuye la cantidad de violencia entre hermanos. Notablemente,
cuanto más frecuente sea la asistencia religiosa, más a menudo
se produce violencia física entre los niños. Dos variables adicionales se
acercaron a la significación. Cuanto más trabajaban los padres a tiempo
completo, menos violencia entre hermanos (un efecto
probablemente similar al ingreso familiar). Contrariamente a lo esperado,
cuanto mayor sea el nivel educativo alcanzado por las esposas, más
Violencia física entre hermanos. Como vimos con el conjunto de variables
anterior, los recursos familiares/demanda de los padres
predictores por sí solos explican una cantidad pequeña pero significativa de
la variación en la violencia física entre hermanos (9,7%).
La regresión paso a paso agregó claridad a este modelo emergente.
Ambos años de casados o juntos, y si una pareja consideró la separación o el
divorcio, persistieron como predictores significativos
para la construcción de modelos. Los ingresos de la familia se mantienen
su relación negativa con la violencia entre hermanos. El más alto
el nivel académico alcanzado por la esposa también se mantuvo como un
elemento significativo en este modelo. Juntos, estos cuatro indicadores
modelo explica un significativo 9,5% de la varianza en hermanos
violencia.
Con el interés de crear una imagen general de la violencia entre hermanos,
las variables más significativas de la
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J Fam Violación (2006) 21: 497–507 503

Tabla 2 (Modelo II) MCO y regresión por pasos de recursos familiares olencia Como se vio anteriormente, los niños mayores tienen menos probabilidades de
y demandas de los padres y violencia entre hermanos: Pesos beta estandarizados,
ser físicamente violentos que los niños más pequeños. parejas que
valores ajustados de R2 y F
han considerado la separación o el divorcio son más propensos a
Recursos familiares y parentales tienen hijos que exhiben niveles más altos de violencia entre hermanos.
demandas Beta R2F _
Los hijos varones tienen muchas más probabilidades de involucrarse en

modelo MCO violencia entre hermanos, al igual que las familias con ingresos más bajos. Juntos,

Separación considerada .127ÿÿ estas cuatro variables explicaron un importante 16.1% de la

ÿ0,044 diferencia.
Sentimiento general sobre el matrimonio.

Años casados/juntos ÿ.189ÿÿÿ

Ingresos familiares ÿ.139ÿÿ

Desorganización Familiar: Modelo III
Preocupaciones financieras: esposo ÿ.006
Preocupaciones financieras: Esposa .061
El conjunto final de variables a examinar son las variables de desorganización
Grado más alto: esposo ÿ.007
familiar en la Tabla 3. Estas variables indican
Grado más alto: esposa .103+
ÿ0,070 diversas formas de disfunciones familiares o conducentes a la violencia
Horas de trabajo semanales: Esposo
Horas de trabajo semanales: Esposa .040 normas que incluyen la violencia entre miembros de la familia,
Ambos padres trabajan a tiempo completo. ÿ.083+ problemas, abuso de alcohol/drogas, desequilibrios de poder entre
Años vividos en el barrio .013 maridos y esposas, la creencia en el castigo físico de los niños y la creencia
Años vividos en apartamento/casa ÿ.062
en los rígidos roles de género tradicionales.
Número de ciudades habitadas .034
Este análisis reveló tres variables significativas. los
Registro de parientes familiares totales .002
aumento de la cantidad de violencia entre padres e hijos en el último año
vivir cerca
.096ÿ .097 4.380ÿÿÿ
la cantidad de violencia entre hermanos de manera dramática y significativa.
Total de parejas = Religiosidad
Esto sugiere, al igual que otras investigaciones, que la violencia entre hermanos es
modelo paso a paso
Años casados/juntos ÿ.192ÿÿÿ un problema mayor incrustado en un contexto de violencia parental. Sin
Separación considerada .134ÿÿ embargo, lo interesante es que la violencia entre
Ingresos familiares ÿ.180ÿÿÿ esposos y esposas no lograron significación. Por lo tanto,
Grado más alto: esposa .121ÿÿ .095 32.8415ÿÿÿ
el mecanismo a través del cual se transmite la violencia a
Modelo paso a paso: modelo combinado
1 y modelo II
ÿ.334ÿÿÿ Tabla 3 (Modelo III) OLS y regresión por pasos de desorganización familiar sobre violencia
(Referente) Edad del niño
.143ÿÿÿ entre hermanos: Pesos beta estandarizados, R2 ajustado,
Separación considerada
y valores F
Sexo del niño .135ÿÿÿ

Ingresos familiares ÿ.099ÿÿ .161 24.586ÿÿÿ Desorganización familiar Beta R2F _

+p < .10. ÿp < .05. ÿÿp < .01. ÿÿÿp < .001. modelo MCO
Violencia de marido a mujer .017
Violencia de esposa a esposo .054
análisis demográfico/composición familiar (p. ej., edad y Violencia de padres a hijos .423ÿÿÿ
género del niño de referencia) se agregaron a esta regresión (datos Se emborracha: Marido .028
no mostrado). La regresión combinada logró un ajuste Se emborracha: Esposa ÿ.056+

R-cuadrado de .158, lo que indica que habíamos mejorado la cantidad Pierde los estribos: esposo .104ÿÿ

Pierde los estribos: Esposa ÿ.014

de la varianza explicada por este modelo combinado. Agregando estos
Argumento de inicio: Marido .000
dos variables cambiaron varias relaciones. los ingresos de
Argumento de inicio: esposa ÿ.004
la familia mantiene su relación negativa, pero se disminuye el significado.
Castigo físico del niño: .078+
Aquellos que han considerado la separación Esposo
o divorciados tienen hijos que exhiben mayores niveles de violencia física. .100ÿ
Castigo físico del niño:
Años casados o viviendo juntos deja de ser Esposa

significativo, lo que indica que el efecto se debió principalmente a Normal/no normal azotar al niño ÿ0,046

la edad del niño y la mayor probabilidad de que las parejas Bueno/malo azotar al niño .065
Igualdad de poder doméstico Modelo ÿ0,016 .346 27.9719ÿÿÿ
que estuvieron juntos más tiempo tienen hijos mayores. el de la esposa
Stepwise
el nivel de grado deja de ser significativo, pero resurge la religiosidad
Violencia de padres a hijos .444ÿÿÿ
como un predictor importante.
Pierde los estribos: esposo .120ÿÿÿ
Cuando estas variables combinadas se sometieron a la .150ÿÿÿ .343 129.271ÿÿÿ
Castigo físico: Esposa
procedimiento de selección paso a paso, surgieron cuatro predictores como
los más significativos para explicar la vi física entre hermanos. +p < .10. ÿp < .05. ÿÿp < .01. ÿÿÿp < .001.

Saltador
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504 J Fam Violación (2006) 21: 497–507

hermanos es menos la observación de ello y más la directa
experiencia de actos físicos de violencia de padres a hijos.
También es significativo el castigo físico que realizan las esposas.
Cuanto más castigan físicamente las esposas como madres a sus hijos, más
agresivos actúan los niños entre sí.
Quizá de manera similar, cuanto más pierden los maridos su
explicó el 33,3% de la varianza en la violencia física entre hermanos,
un modelo muy significativo. La violencia de padres a hijos fue la
predictor más fuerte (Beta = .365) y fue altamente significativo. El castigo
físico por parte de las esposas también aumentó significativamente la
violencia entre hermanos, una vez que se consideraron otros factores,
al igual que la pérdida de los estribos de los maridos. En este modelo, los niños varones

temperamento, más violencia entre los niños. Estos dos últimos
Las variables sugieren, también, que no se trata de violencia presenciada sino
la amenaza o la experiencia real de ello a manos de un padre,
en particular las madres, que facilita la violencia entre hermanos. Combinadas,
las variables en este modelo representaron una parte sustancial
34,6% de la varianza en violencia entre hermanos.
también eran más propensos a ser físicamente violentos con sus hermanos
en comparación con las hembras. Agregando estas variables en este modelo
cambió la importancia de otros factores. Edad (p = .376),
ingreso familiar (p = .198), y la consideración de separación o divorcio de los
padres (p = .780) dejó de ser significativo una vez que todos
Se consideraron los factores.

De hecho, el uso de la regresión por pasos en este modelo
produjo los mismos predictores. Violencia de padres a hijos en la
el año pasado continúa siendo un factor fuerte y positivo en el abuso entre
hermanos. La frecuencia con la que el marido pierde su
el temperamento está significativa y positivamente relacionado con la
violencia entre hermanos. Estos dos factores son responsables del 33,3% de
la varianza explicada por las variables de desorganización familiar. (El
castigo físico por parte de las esposas sigue siendo importante, pero
explica solo un 1,1% adicional de la varianza total).
Violencia entre hermanos: un modelo integral
Al combinar las variables incluidas en los modelos de regresión por pasos
La selección paso a paso se aplicó a este modelo de regresión
para extraer el mejor modelo posible de estos predictores.
Tres variables explicaron el 33,1% de la varianza explicada. Estos fueron
violencia de padres a hijos, violencia física de las esposas
castigo, y la frecuencia con que el marido perdía su
temperamento. En conjunto, parece que los factores más fuertes
en la explicación de la violencia entre hermanos son los que se relacionan
con la experiencia directa de violencia física de padres a hijos, a
hábitos de disciplina de los padres y la amenaza impuesta por los hombres
ira en los hogares. Cualquier efecto real de los cambios sociodemográficos
características, recursos familiares o cualquier otra desorganización familiar
puede ser indirecta a través de efectos directos sobre la violencia física de
los padres contra los niños y el afrontamiento de los padres
mecanismos.

para cada grupo de variables, comenzamos

ver la mejor explicación posible para la violencia entre hermanos en
Tabla 4. Discusión

Se realizó una regresión de la violencia entre hermanos según el sexo y la edad de los

niño de referencia, ingresos familiares, si los padres habían considerado la Estos análisis arrojan una serie de observaciones acerca de los hermanos
separación o el divorcio, la violencia de padres a hijos, la violencia. En nuestros análisis iniciales de datos sociodemográficos y
el castigo físico de la esposa, y la frecuencia con que el efectos de la composición familiar sobre la violencia entre hermanos, encontramos que
marido pierde los estribos. El resultado fue un modelo que ex las características reales de los niños importaban más que
la estructura demográfica del hogar. Más específicamente, los niños más
pequeños y, en menor medida, los niños varones,
Tabla 4 (Modelo IV) OLS y regresión por pasos de todos los
tienen una mayor probabilidad de ser violentos con sus hermanos que sus
factores de cada modelo: Pesos beta estandarizados, R2 ajustado y
valores F respectivas contrapartes. Patrones relacionados con la edad
en la violencia entre hermanos fueron observados por primera vez por Straus et al. (1980)
modelo combinado Beta R2F _
cuando inicialmente analizaron el conjunto de datos: encontraron violencia
Modelo MCO las tasas disminuyen con cada categoría posterior de mayor edad. Sin
(Referente) edad del niño ÿ0,031
embargo, también señalaron que incluso entre los niños de edades
Sexo del niño .059ÿ
15–17, dos tercios de ellos todavía estaban involucrados en actos como
Separación considerada ÿ.009
mordiendo y golpeando, a menudo en numerosas ocasiones. En nuestro multivariante
Ingresos familiares ÿ0,039
Violencia de padres a hijos .365ÿÿÿ análisis, encontramos que a medida que aumentaba la edad del niño,

Pierde los estribos: Esposo .134ÿÿÿ las tasas de violencia física entre hermanos disminuyeron. este patrón

Castigo físico del niño: Esposa .194ÿÿÿ Modelo paso a .333 55.079ÿÿÿ puede ser, en parte, atribuible a la escala de violencia física
paso empleamos, que incluía una amplia gama de acciones,
Violencia de padres a hijos .374ÿÿÿ desde tirar algo hasta usar una pistola o un cuchillo. Lo menos
Castigo físico del niño: Esposa .211ÿÿÿ formas flagrantes (p. ej., arrojar algo) pueden ser más en tipos de acciones
Pierde los estribos: Esposo .130ÿÿÿ .331 29.1846ÿÿÿ
nocivas típicas de los niños más pequeños, mientras que

+p < .10. ÿp < .05. ÿÿp < .01. ÿÿÿp < .001. las acciones que amenazan la vida pueden ser un reflejo de algo

Saltador
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J Fam Violación (2006) 21: 497–507
más clara y problemática. La investigación futura podría promover
diferenciar la violencia severa de las formas menos atroces
para comprender mejor la dinámica relacionada con la edad en la ocurrencia
de violencia entre hermanos.
El género también fue inicialmente significativo. Numerosos observadores
han notado el papel que juegan los niños en las interacciones agresivas
dentro de una gama de relaciones sociales, un estilo de compromiso
eso es una parte constante, de hecho, esperada, de los primeros
experiencias de socialización. Nuestros hallazgos destacan la tendencia de los niños
varones hacia la violencia entre hermanos, especialmente en las interacciones con
hermanos o hermanas menores. estas relaciones
están implicados como un entorno de aprendizaje potencialmente fértil
por la posterior agresividad masculina en otros lugares. A este respecto,
hallazgos de Patterson et al. (1984) que vincula la agresión entre hermanos y el
comportamiento antisocial de los hombres en sus grupos de pares es
igualmente sugerente. Esta agresión se descarta con demasiada frecuencia.
como inocuas "peleas" infantiles, o los más proverbiales "chicos
siendo chicos.” Pero estos hallazgos sugieren una reconsideración de
lo que los niños están aprendiendo cuando actúan violentamente hacia sus
hermanos, y el papel que juega este aprendizaje en la incidencia de
violencia masculina en las relaciones posteriores de la adolescencia y la adultez.
Gran parte de la literatura reciente sobre el acoso pone en primer plano la
papel de los niños como acosadores (ver revisión de Smith, 2000), pero
la exploración sistemática de las relaciones entre hermanos como uno
lugar para el desarrollo de la conducta de acoso sigue siendo para
investigación futura.
En cuanto a los recursos familiares y la estabilidad, encontramos que
ninguna de las variables relacionadas con el empleo de los padres fue
fundamental para la ocurrencia de violencia entre hermanos (p. ej., si
la madre o el padre, o ambos, trabajaban a tiempo completo). Estos hallazgos
sugieren que la ausencia de los padres como supervisores para
sus hijos pueden no ser tan importantes para la violencia
que se produce entre ellos. Sin embargo, nuestras medidas de parentesco
empleo, limitado exclusivamente a las horas de trabajo, puede encubrir las formas
en que el trabajo o la flexibilidad horaria, o el tipo de niño
arreglos de cuidado, dan forma a la disponibilidad de los padres y
intervención.
Encontramos que nuestras medidas de si los padres habían considerado la
separación o el divorcio y sus recursos económicos
fueron fundamentales para la violencia entre hermanos. La investigación confirma
un vínculo entre la discordia marital y los problemas de conducta infantil (Emery
& O'Leary, 1982), así como ansiedad y depresión entre
adultos jóvenes (Forsstrom-Cohen & Rosenbaum, 1985); nuestro
Los análisis sugieren un vínculo similar entre los problemas maritales y
violencia física entre hermanos. El estrés marital puede tener una onda
efecto en y a través de cómo los niños hacen frente a los conflictos. A lo largo de
esas líneas, una línea de investigación más larga corrobora el papel de
recursos socioeconómicos en la incidencia de la violencia familiar,
especialmente el abuso de esposas e hijos (p. ej., Kornblit, 1994 ; Strauss
et al., 1980). Aquí, también, el costo de la disminución de los recursos económicos
puede ser otra tensión familiar que se manifiesta en
Relaciones disfuncionales entre hermanos.
505
Estábamos más intrigados por nuestras medidas de desorganización familiar,
especialmente el efecto sobre la violencia entre hermanos de
la violencia de padres a hijos y la frecuencia con la que los maridos pierden los
estribos. La inclusión de una gama de familias
factores de desorganización, especialmente violencia conyugal, alcohol
o consumo de drogas, el equilibrio del poder marital y el rol de género
ideologías- fue en parte para evaluar el papel de testigos familiares
desigualdades y disfunciones en la configuración de los comportamientos de
afrontamiento de los hermanos. De hecho, investigaciones previas sugerirían que presenciar
agresión es fundamental para su eventual perpetración en la intimidad
relaciones sexuales, especialmente la violencia perpetrada por hombres (Fagan
et al., 1983; Kornblit, 1994). Aquí, lo que importaba mucho más
a la frecuencia de la violencia entre hermanos fue la experiencia real
de violencia física a manos de uno de los padres, particularmente
madre. De hecho, nuestras medidas de desorganización familiar fueron
los predictores más significativos de la violencia entre hermanos, por encima de las
características de los niños o de la familia en particular.
demandas.
Nuestros análisis sugieren que los hábitos disciplinarios de los padres y
los estados emocionales figuran en el nivel de violencia entre hermanos. De hecho,
otros han encontrado que el comportamiento disciplinario de las madres
hacia sus hijos es especialmente importante para los sentimientos
de la satisfacción familiar entre los adolescentes (por ejemplo, Martin et al.,
1987), y problemas de comportamiento en niños (McLoyd & Smith,
2002), aunque la evidencia tentativa sugiere que este patrón puede
varían según la raza (Deater-Deckard, Dodge y Bates, 1996). Siendo
temeroso del temperamento de un padre también puede sumarse a la agresividad
impulso de atacar físicamente o dañar a un hermano en respuesta,
un elixir que puede ser especialmente inflamable en familias con
Niños.
En general, parece haber una forma perjudicial de aprendizaje
entre los niños cuando los padres los disciplinan físicamente o abusan de ellos.
Estos hallazgos brindan un apoyo tentativo para
un creciente cuestionamiento del castigo corporal, especialmente
su papel potencial en el fomento de una orientación hacia la agresión—
ocurriendo entre varios científicos sociales y expertos en familias (Deley, 1988;
Straus, 1994). Agregaríamos la violencia entre hermanos a estas preocupaciones
emergentes como una de las posibles consecuencias del castigo corporal, e
instaríamos a realizar más investigaciones.
sobre los efectos de ambos en el bienestar infantil. Estos hallazgos también
sugieren que los factores específicos del entorno familiar, especialmente
violencia de padres a hijos, prácticas disciplinarias maternas y
intimidación masculina, fomentar un ambiente hostil que el hermano
la violencia es en parte un reflejo de.
Nuestros datos ciertamente fechados necesitan comparaciones actuales, tanto
de muestras nacionales, así como de poblaciones no clínicas más específicas. No
obstante, estos hallazgos reafirman
Nuestra observación de que la violencia entre hermanos sigue siendo un fenómeno
poco estudiado, pero que es una “especie indicadora” potencial de dinámicas
familiares y de género más ominosas y, por lo tanto, merece una investigación
considerablemente mayor.
atención.
Saltador
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506
Apéndice Escala de tácticas de conflicto: conflicto de niño a niño en el pasado
Año
una. Discutir el tema con calma
b. Obtuvo información para respaldar su versión de las cosas c.
Trajo a alguien para ayudar a arreglar las cosas d. Insultar o
maldecir al otro
mi. Se enfurruñó y/o se negó a hablar del tema f.
Sacado de la habitación, casa o jardín pisoteado g.
lloró H. Hizo o dijo algo para fastidiar al otro i. Amenazó
con pegarle o tirarle algo al otro j. Arrojó, aplastó, golpeó
o pateó algo k. Le tiró algo al otro l. Empujó, agarró o empujó al otro
m. Pateado, mordido o golpeado con el puño n. Golpeó o trató de
golpear con algo o. Golpear al otro p. Amenazado con una pistola o
un cuchillo q. Usó un cuchillo o una pistola r. Otro
Agradecimientos Una versión de este documento se presentó originalmente en las
reuniones anuales de la American Criminological Association, San Francisco, CA,
noviembre de 2000.
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