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Rusia y Ucrania tensa la cadena de suministro y pone en

riesgo las operaciones de miles de empresas.


El ataque masivo de Rusia a Ucrania está teniendo un impacto inmediato en
los mercados. Sin embargo, las consecuencias van mucho más allá. Esta
guerra afecta a la economía a través de tres vías: las sanciones, el precio de
las materias primas (relacionada con la anterior) y las cadenas de
suministro. Mientras que las dos primeras llevan días copando titulares, el
impacto de la guerra sobre la cadena de suministro ha quedado en un
segundo plano, por el momento. No obstante, un nuevo atasco en la 'correa
de distribución' de la economía global puede poner en peligro a muchas
empresas que ya venían sufriendo problemas similares como consecuencia
de la crisis del covid-19.

Pese a la corta vida de esta guerra ya hay ejemplos de cómo este conflicto
está afectando a la cadena de suministros, retrasando la llegada de envíos,
incrementando los costes de la industria y, a la postre, poniendo en riesgo la
disponibilidad de algunos bienes. Las empresas de varios sectores ya se
están preparando para hacer frente a este nuevo atasco de la cadena de
suministro.

La cadena de suministro se tensa


Los analistas de Economist Intelligence Unit (EIU) explican en una nota
cuáles son los grandes rasgos de este nuevo golpe a la cadena de
suministro, "la interrupción de las cadenas de suministro provendrá de tres
fuentes: dificultades que afectan a las rutas terrestres; restricciones a los
enlaces aéreos; y la cancelación de rutas de carga marítima desde Ucrania".

Por otro lado, "las sanciones financieras también tendrán un impacto en las
cadenas de suministro y el comercio, ya que las empresas tendrán
dificultades para encontrar canales financieros a través de los cuales
comerciar con Rusia. Además, la posible destrucción de algunas
infraestructuras de transporte (especialmente los puertos de Ucrania)
agravará los problemas existentes", aseguran desde EIU.

Rutas comerciales interrumpidas


Estos expertos exponen que las rutas comerciales terrestres entre Asia y
Europa se interrumpirán si el transito a través de Rusia se complica a
medida que se incrementa la tensión. Esto afectará especialmente a algunas
empresas chinas, que habían aumentado su tráfico en rutas terrestres a
través de Rusia (en ruta hacia Europa) como alternativa al transporte
marítimo y aéreo durante la pandemia del coronavirus.

También los lazos aéreos entre Rusia y Europa (y, a su vez, Asia y Europa)
se verán gravemente obstaculizados tras la decisión de los países de la UE
de cerrar su espacio aéreo a los aviones y la carga rusos (y la medida
recíproca de Rusia de cerrar su propio espacio aéreo a los aviones
europeos). Alrededor del 35% de la carga mundial se transportaba por aire
antes de la pandemia.

También el mar se verá afectado. Las rutas de carga marítima a través del
Mar Negro se cancelarán durante varias semanas tras la decisión de Ucrania
de cerrar las rutas comerciales y la decisión de Turquía de restringir el
tránsito a través del Bósforo. Esta situación tendrá un impacto notable en
los envíos de cereales que transitan por los puertos de Ucrania, Rusia y
posiblemente de Bulgaria y Rumanía.

¿Cómo afecta a la empresa española?


Todo lo anterior retrasará la llegada de materias primas, inputs y otros
bienes que son necesarios para el buen funcionamiento de muchas
empresas españolas, sobre todo las pequeñas y medianas que tienen un
menor margen de negociación y más problemas para encontrar nuevos
proveedores a precios competitivos. Desde Cesce apuntan a que existen
cerca de 15.000 empresas españolas con relaciones comerciales de
exportación o importación con Rusia y Ucrania.

Alrededor de 5.400 empresas españolas mantienen relaciones comerciales


con Ucrania. El valor de sus operaciones ascendió el año pasado a más de
3.000 millones de euros, de los que 2.410 millones fueron en importaciones,
mientras unas 3.700 empresas españolas exportaron bienes por valor de 680
millones de euros.
El volumen comercial con Rusia es más alto todavía, aseguran desde Cesce.
Unas 5.000 empresas españolas exportaron bienes y servicios por valor de
2.200 millones de euros, mientras otras 4.600 compañías importaron por
valor de 6.000 millones. Con estos datos, que en términos relativos (respecto
al comercio total de España) son muy bajos, se puede afirmar que el impacto
directo sobre las empresas españolas no será muy grave de forma agregada,
sin embargo algunos sectores pueden sufrir de forma intensa como es el
caso de la industria de piensos o la del automóvil.

Fuentes de una importante fábrica de piensos para animales situada en el


sureste de Madrid aseguran al elEconomista que la preocupación es
máxima. La base de estos piensos se elabora con harinas de unos cereales
que venían de Ucrania (el granero de Europa). Ahora, los fabricantes de
harina tienen que pagar precios mucho más altos y buscar otros
productores ante las interrupciones que sufre la cadena de suministros. En
esta fábrica de piensos ya están esbozando planes para modificar precios y
la composición del producto para intentar sortear esta situación inesperada.

Desde uno de los supermercados más importantes de Madrid también están


sufriendo las consecuencias de una forma similar. Más allá del
racionamiento del aceite de girasol (que está ya golpeando de lleno a
algunos sectores), algunos tipos de harina también podrían escasear pronto
y sufrir subidas de precios, mientras que los huevos también van a sufrir el
impacto puesto que un tercio de la alimentación de las gallinas está
compuesto de cereales que vienen de Ucrania o Rusia, según revelan desde
las oficinas centrales en una conversación con elEconomista.

Tal es la situación que desde el Gobierno de España se está presionando a


Bruselas para que facilite la importación de cereales de Argentina y EEUU,
que ahora mismo se encuentra obstaculizada por una serie de parámetros y
regulaciones que los cereales americanos no cumplen, por lo que tienen
serios problemas para entrar en Europa y competir con el resto de
productores.

Otra consecuencia de este conflicto es la escasez que se está generando de


algunos productos básicos ante la respuesta masiva de los españoles para
ayudar al pueblo ucraniano: "Nos están dejando sin stock de básicos en las
tiendas (papel, harina, legumbres...), por la cantidad donaciones y de puntos
de donación que hay por todo el país", nos confiesan desde la cadena de
supermercados. Aunque este caso, este desabastecimiento puntual tiene
solución a corto plazo, en principio, y está más que justificado por la
situación que viven millones de personas en Ucrania.

También las empresas europeas tendrán problemas similares. La firma Dun


& Bradstreet, una compañía dedicada al suministro de información
comercial, ha publicado un informe dedicado a los problemas a los que se
enfrentan los negocios europeos y del resto del mundo por esta nueva
vuelta de tuerca que están sufriendo las cadenas de suministro. Es un
problema para las importaciones de miles de empresas de sectores
concretos pero cuyo impacto puede terminar generando un problema más
extendido.

"Aunque Rusia y Ucrania representan solo el 1,9% y el 0,3% del valor de las
exportaciones mundiales de mercancías, respectivamente, estos países son
los mayores exportadores del mundo de determinadas materias primas. Por
ejemplo, Rusia y Ucrania en conjunto representan el 59% de las
exportaciones mundiales de aceite de girasol, el 36% de las exportaciones
mundiales de hierro o acero y el 26% de las exportaciones mundiales de
trigo", señala el informe.

La logística bajo presión


Desde UBS señalan en una informe que "la exposición de los ingresos de las
empresas europeas a Rusia y Ucrania es baja, sí vemos dos consecuencias
principales del conflicto en el sector de la logística: i) la destrucción de la
demanda de fletes a través de mayores presiones inflacionarias y un menor
crecimiento del PIB; ii) aumento de la escasez/congestión de la cadena de
suministro en los próximos meses. Los avisos a los clientes de Maersk dejan
entrever que habrá más presión sobre los centros de carga y descarga ya
congestionados, mientras que Freightos informa un aumento del 80% en las
tarifas de flete aéreo Asia-Europa semana tras semana".

Aunque no esté directamente relacionado con los problemas en la cadena de


suministro, las sanciones a Rusia impuestas por Occidente están
disparando el precio de una amplia gama de materias primas (petróleo, gas,
metales, cereales...) que incrementarán los costes de casi todas las
empresas. Al final, esta situación puede llevar a que las pequeñas y
medianas empresas, con un margen de maniobra inferior, se vean obligadas
a absorber una mayor parte de estos costes a través de una reducción de
márgenes que puede poner en peligro sus cuentas.

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