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CO M U N I CACI Ó N ESPECI AL ACTAS UROLÓGICAS ESPAÑOLAS NOVIEMBRE/DICIEMBRE 2002

FÍSTULAS URINARIAS: PUESTA AL DÍA


A. ALLONA ALMAGRO*, J.L. SANZ MIGUELÁÑEZ**, P. PÉREZ SANZ*,
B. POZO MENGUAL*, S. NAVÍO NIÑO*
*Servicio de Urología. **Urólogo ex-residente. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid.

PALABRAS CLAVE:
Fístulas urinarias. Fístulas uro-ginecológicas. Fístulas uro-digestivas. Fístulas uro-entéricas. Fístulas uro-arteriales. Fístulas uro-vasculares.
Fístulas uro-cutáneas. Fístula vésico-vaginal. Fístula vésico-uterina. Fístula urétero-vaginal. Fístula uretro-vaginal. Fístula uretro-cutánea.
Fístula vésico-entérica.

KEY WORDS:
Urinary fistulas. Uro-ginecologicals fistulas. Uro-digestive fistulas. Entero-urinary fistulas. Uro-arterial fistulas. Uro-vasculars fistulas. Uro-cutaneous fistulas.
Vesicovaginal fistula. Vesicouterine fistulas. Uretherovaginal fistula. Urethrovaginal fistula. Uretherocutaneous fistula. Enterovesical fistula.

Actas Urol Esp. 26 (10): 776-795, 2002

RESUMEN
Las fístulas urinarias constituyen una patología poco frecuente en nuestra práctica diaria, si
excluimos las vésico-vaginales. Se necesita, sin embargo, conocerlas para diagnosticarlas y tra-
tarlas adecuadamente. De una forma bastante resumida ponemos al día el manejo de las fístu-
las uro-vasculares, urocutáneas, urodigestivas y uro-ginecológicas, repasando igualmente su
etiología.

ABSTRACT
The urinary fistulas are not a frequent problem in our urological rutinary work, being the
vesicovaginal ones the most common. However, it will be neccessary to know them to be able to
diagnose and treat them in the best way. In this article we clasificate the different urinary fistu-
las (uro-gynecologicals, uro-vasculars, uro-cutaneous and entero-urinarys), explaining the posi-
ble etiologies and the correct management.

INTRODUCCIÓN FÍSTULAS UROGENITALES


Afortunadamente las fístulas urinarias van Fístulas vésico-vaginales
disminuyendo en su frecuencia día a día con los Las fístulas vésico-vaginales definen la exis-
avances en nuestro manejo médico y el mayor tencia de una comunicación anómala entre la
desarrollo de la Sanidad en los diversos países. vagina y la vejiga. Representan el grupo más fre-
En nuestro medio, cada día son más esporádicas, cuente entre las fístulas urogenitales. La rela-
aunque requieren ser conocidas, prevenidas y ción anatómica existente entre la vagina y la
convenientemente tratadas en caso de presen- vejiga favorece la formación de una comunica-
tarse. ción anatómica anómala entre estos órganos
La palabra fístula indica una comunicación debido a numerosas causas iatrogénicas y no
anómala entre dos superficies epiteliales. iatrogénicas1.
En esta revisión actualizada se repasan las Existe una clara diferencia epidemiológica
diversas fístulas urinarias: uroginecológicas, uro- entre los países en vías de desarrollo y los desa-
vasculares, uro-cutáneas y uro-digestivas. rrollados en su origen.

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FÍSTULAS URINARIAS: PUESTA AL DÍA

En los primeros, el trauma obstétrico es la prin- puede hacerse evidente después del procedimien-
cipal causa de esta patología, fundamentalmente to quirúrgico, lo habitual es que tenga lugar entre
asociado a partos traumáticos y en menor medida el 7º y 14º día del post-operatorio por necrosis
a secciones durante cesáreas y roturas uterinas. parietal.
En un porcentaje no desdeñable de pacientes (8%) Hay que considerar la posibilidad de que exista
pueden coexistir fístulas rectovaginales o desga- un extravasado de orina en aquellos pacientes con
rros perineales de tercer grado concomitantes2. una evolución tórpida después de una cirugía pél-
La mejora de la asistencia al parto en los paí- vica, sobre todo si presentan dolor hipogástrico
ses desarrollados ha permitido reducir el origen inusual, íleo paralítico, síndrome irritativo miccio-
obstétrico de las fístulas vésico-vaginales siendo nal o hematuria.
en la actualidad la iatrogenia quirúrgica, en espe- El signo clásico es la incontinencia, habitual-
cial la cirugía ginecológica la causa más frecuen- mente total, aunque en función del tamaño del ori-
te de estas fístulas3,4. De ésta, la histerectomía, ficio podremos encontrar la pérdida total de la
abdominal o vaginal, se asocia con el 75% de las orina por vagina en fístulas grandes o la coexis-
fístulas génito-urinarias, identificándose como tencia de un patrón miccional e incluso inconti-
factores predisponentes la cirugía uterina previa, nencia parcial en fístulas pequeñas6.
incluida la cesárea, la endometriosis y la radiote- Las fístulas relacionadas con radiación pueden
rapia pélvica5. desarrollarse varios meses o años después del tra-
Las anomalías congénitas, las infecciones, los tamiento y deben considerarse como cáncer reci-
cuerpos extraños y los tumores pélvicos local- divante hasta que una biopsia de la zona afecta
mente avanzados son responsables de la mayoría desestime esta opción1.
de las fístulas no iatrogénicas1 (Tabla I).
Diagnóstico
TABLA I Como en cualquier otro paciente la evaluación
ETIOLOGÍA DE LA FÍSTULA VÉSICO-VAGINAL1 debe basarse en una historia clínica exhaustiva.
El conocimiento de los antecedentes personales
Congénita
(antecedentes quirúrgicos, endometriosis, radio-
Adquirida
terapia...), el diagnóstico que motivó la cirugía, la
Iatrogénica extensión de la misma y las medicaciones recibi-
Histerectomía das (ej. corticoides) pueden influir en el trata-
Cirugía de la incontinencia
miento ofertado.
La exploración pélvica y los pasos diagnósticos
Colporrafía anterior
que se deben tomar se organizan para confirmar
Laparoscopia pélvica que la secreción acuosa de la vagina es orina,
Biopsias ginecológicas determinar que la pérdida de orina no se debe a
Lesión por radiación incontinencia a través de la uretra sino a una
comunicación anómala entre el tracto urinario
No iatrogénica
inferior y la vagina, y la localización del punto
Carcinoma pélvico avanzado
exacto de la fístula entre estos dos órganos1.
Parto traumático El diagnóstico diferencial de la pérdida de orina
Infecciosa-tuberculosa por la vagina incluye la incontinencia por disfun-
Cuerpos extraños (vaginales o vesicales)
ción vesical o uretral, ectopia ureteral, fístula ure-
trovaginal y fístula urinaria uterina. Asímismo se
debe tener en cuenta la posibilidad de drenaje
vaginal de líquido peritoneal, una comunicación
Clínica y presentación anormal con una trompa de Falopio, infección
En nuestro medio, la mayoría de las pacientes vaginal o un absceso pélvico7.
debutan con la emisión continua de orina por la Se puede confirmar que la secreción obtenida
vagina después de una cirugía pélvica. Aunque es orina mediante la medición de urea y creati-

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nina presentes en el fluido evacuado. El conte- Clásicamente se ha utilizado la cistografía mic-


nido de creatinina de la orina es varias veces cional secuenciada para demostrar el paso de con-
superior al que se encuentra en el suero, en el traste a la vagina pero su importancia reside en
fluido linfático, en las secreciones de la trompa que permite identificar otras anomalías anatómi-
de Falopio o en un exudado vaginal excesivo1. cas como prolapso de la pared vaginal anterior,
Esta determinación se puede asociar de forma incompetencia uretral, fístula uretrovaginal aso-
complementaria con el uso simultáneo de test ciada y reflujo vésico-ureteral.
con colorantes como el clorhidrato de fenazopi- Aunque no es de uso rutinario, la evaluación
ridina. urodinámica del tracto urinario inferior demues-
En todos los pacientes con sospecha de fístula tra la existencia de una elevada incidencia de ano-
vésico-vaginal debe realizarse una cistoscopia con malías funcionales en pacientes con fístulas del
vaginoscopia. tracto urogenital. Se encuentra algún tipo de ano-
La cistoscopia debe analizar la relación entre malía hasta en el 83% de los pacientes. Las más
los orificios ureterales y el trayecto fistuloso, el comunes fueron la incontinencia de esfuerzo
tamaño y número de tractos fistulosos, la capaci- (47%), la inestabilidad del detrusor (40%), la dis-
dad funcional o máxima de la vejiga y cualquier minución de la acomodación (17%) y la alteración
patología asociada en la vejiga como un cuerpo en la fase de vaciado, fundamentalmente detrusor
extraño o tumor1. hipocontráctil en casi la mitad de las pacientes.
Según su localización en la cistoscopia aten- Estos trastornos se encuentran con mayor fre-
diendo a la clasificación de Benchekroun´s pode- cuencia en pacientes con fístulas localizadas en el
mos distinguir en fístulas de tipo I o uretrovagi- cuello o en la uretra, sobre todo en el caso de
nal, de tipo II o cérvico-vaginal y tipo III o vésico- incontinencia de esfuerzo e inestabilidad del
vaginal. detrusor. La mayoría de estas anomalías se resuel-
La vaginoscopia complementa el examen ven tras la corrección quirúrgica, aunque la ines-
mediante la valoración de la inflamación e indu- tabilidad del detrusor puede persistir y requerir
ración de la pared vaginal. Se debe valorar la cali- tratamiento adicional en algunas mujeres8.
dad y flexibilidad del tejido, la relación del orificio En casos complejos de pérdida urinaria, la
con posibles colgajos de rotación y con las inci- video-urodinámica facilita la distinción entre la
siones previas a fin de planificar la cirugía poder incontinencia urinaria debida a deficiencia esfin-
conseguir cierres sin tensión y conservar la fun- térica intrínseca grave y la debida a pérdida por
ción sexual1. vía vaginal (fístula vésico-vaginal, vésico-uterina o
En pacientes con antecedentes tumorales y vésico-ureterovaginal).
radioterapia se debe biopsiar el punto fistuloso También se han empleado la tomografía axial
con el fin de descartar una recidiva del proceso computerizada y la resonancia nuclear magnética
tumoral previo. en el diagnóstico y evaluación de las fístulas uro-
Es obligatorio evaluar en todas las pacientes el genitales, aunque en nuestra opinión su uso debe-
tracto urinario superior, ya que en un 10% de los ría quedar restringido a aquellas fístulas neoplá-
casos coexiste una fístula urétero-vaginal. La téc- sicas o por radioterapia en las que una correcta
nica más comúnmente utilizada es la urografía delimitación anatómica e identificación de la pato-
intravenosa donde la existencia de obstrucción logía pélvica asociada supone una gran ayuda a la
ureteral total o parcial puede ser indicativa de la hora de decidir la actitud terapéutica.
existencia de una fístula urétero-vaginal. Pero la Igualmente se ha utilizado el uso del Eco-
técnica más fiable para el diagnostico y localiza- doppler en el diagnóstico de las fístulas vésico-
ción es la pielografía retrógrada, técnica que se vaginales, asociado a la instilación del medio de
puede realizar en el momento de la cirugía y que contraste Levovist. La identificación de un "jet" a
se debería realizar siempre que se sospeche la través de la pared vesical hacia la vagina evi-
existencia de afectación ureteral o en caso de que dencia la fístula con una rentabilidad del 92%,
la urografía intravenosa no defina de forma preci- aunque todavía no esta definida su utilidad en la
sa la anatomía ureteral7. práctica clínica9.

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Tratamiento a 6 meses debido a la respuesta inflamatoria e


El desarrollo de una fístula vésico-vaginal isquémica asociada a estas lesiones aunque esto
supone un acontecimiento catastrófico para la está en desuso excepto en fístulas complejas10. En
mujer, que sufre un importante menoscabo en su aquellas asociadas a radioterapia, la endarteritis
vida personal y profesional. La incontinencia, con obliterante secundaria a ésta aconseja un periodo
la sensación permanente de humedad, la sensa- de espera aproximado de 12 meses11. En casos no
ción de olor y de poder ser olida, el desarrollo de complicados, habitualmente de origen iatrógeno,
infecciones de orina y vaginales, y los problemas la corrección precoz, a las 2 ó 3 semanas después
cutáneos asociados no sólo se manifiestan en la del debut de la fístula ofrece resultados equipara-
esfera psicológica, donde son frecuentes los tras- bles a los comunicados clásicamente con repara-
tornos de ansiedad y de baja autoestima, sino que ciones tardías. En casos de lesiones complicadas
van a limitar la reinserción social y laboral con el se debe considerar una reparación tardía con el
consecuente perjuicio económico7. objeto de mejorar al máximo las condiciones de los
Por esta razón, con el fin de minimizar el impac- tejidos afectados1.
to psicológico y médicolegal asociado se debe con- En nuestro medio la paciente suele ser referi-
siderar la posibilidad de una corrección precoz. da a los pocos días de debutar la fístula tras un
Hay que tener en cuenta una serie de conside- procedimiento quirúrgico. En casos de fístulas
raciones generales a la hora de planificar el trata- pequeñas y no complicadas con isquemia, radia-
miento. ción o inflamación, se puede realizar un abordaje
Puede ser necesario el uso de un catéter vesi- conservador de la misma basado en el drenaje
cal, uretral o suprapúbico, con el fin de reducir las vesical permanente. A esta actitud se ha asociado
pérdidas de orina mientras se espera la corrección el intento de desepitelizar el trayecto utilizando
quirúrgica. nitrato de plata, electrocauterio o legrado con tor-
Se debe realizar un uso racional y bien progra- nillos metálicos.
mado de antibióticos para el control de posibles En estas condiciones, el drenaje vesical aso-
infecciones bacterianas y por levaduras. El trata- ciado al uso racional de antibioterapia para man-
miento de las vaginitis por cándida debe hacerse tener la orina estéril y el uso de anticolinérgicos
con preparaciones antifúngicas orales dada la para controlar los espasmos pueden conseguir la
posibilidad de que exista una infección vesical aso- curación del 10% de las fístulas pequeñas post-
ciada y la escasa eficacia de las preparaciones histerectomía1. Si no se produce la curación o la
tópicas en presencia de pérdidas continuas de reducción endoscópica tras 3 semanas de trata-
orina1. miento, no tiene sentido prolongar el drenaje de
En mujeres post-menopáusicas o con meno- un trayecto que ha tenido mucho tiempo de epite-
pausia inducida quirúrgicamente, la terapia hor- lizarse, pudiéndose además asociar las complica-
monal sustitutiva es útil para mejorar la revascu- ciones menores del cateterismo prolongado.
larización y la calidad general de los tejidos pre- Para la corrección quirúrgica de las fístulas
viamente a la reparación7. vésico-vaginales se han empleado diversos abor-
El éxito de la corrección, independientemente dajes: vaginal, abdominal y combinado. La elec-
del acceso, reside en lograr la aproximación de un ción de la vía se basa en las características del
tejido libre de inflamación y con buena vasculari- trastorno y en la experiencia del cirujano.
zación. En aquellos casos en los que la calidad del La mayoría de las fístulas son susceptibles de
tejido no sea adecuada, se recomienda la interpo- ser reparadas por un acceso transvaginal poco
sición de un colgajo bien vascularizado entre los invasivo que permite una recuperación más rápi-
dos planos de sutura1. da, una menor morbilidad y una mejor tolerancia
El momento de la corrección quirúrgica debe de la paciente. La técnica quirúrgica básicamente
individualizarse, aunque el factor limitante es la descrita consiste en la creación de un colgajo vagi-
resolución de la inflamación del tejido perifistulo- nal en forma de U de la pared anterior, cierre sin
so. En casos de lesiones obstétricas se recomen- tensión en varias capas de la fístula y el uso apro-
daba un enfoque tradicional con una demora de 3 piado de colgajos bien vascularizados interpuestos.

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No es necesaria la excisión del trayecto fistuloso Fístulas uretrovaginales


aunque debe procederse a la excisión del tejido no La existencia de una comunicación anómala
viable12. La excisión de ésta aumenta el tamaño entre la uretra y la vagina puede ir desde la exis-
del defecto y puede disminuir la fuerza del cierre. tencia de una mínima comunicación que puede
En casos difíciles se puede asociar el uso de ser asintomática hasta la existencia de un gran
catéteres ureterales que facilitan la movilización defecto tisular que afecte no solo a la uretra sino
de colgajos vaginales y la exposición de la fístula. también al trígono y al cuello vesical.
En caso de introitos estrechos la realización de Como en el caso de las fístulas vésico-vagina-
una incisión pósterolateral facilitará una exposi- les, encontramos una distribución etiológica simi-
ción adicional. lar. En nuestro medio, su aparición tiene relación
Cuando existan dudas sobre la viabilidad del con procedimientos quirúrgicos vaginales, como la
tejido adyacente o sobre la estanqueidad del cierre, colporrafía anterior, la diverticulectomía uretral y
si hubo fracaso previo o la fístula es secundaria a el uso de cabestrillos para el tratamiento de la
radioterapia, se debería interponer un colgajo incontinencia, mientras que en países en vía de
pediculado. El más ampliamente utilizado es el desarrollo es la lesión obstétrica, habitualmente
colgajo pediculado de grasa labial (Martius) aun- asociada a partos prolongados que provocan lesio-
que también se ha comunicado el uso de colgajos nes isquémicas de vejiga y uretra secundarias a la
de fibras musculares mediales del elevador del presión del feto contra la sínfisis del pubis, el ori-
ano, colgajo muscular o músculo-cutáneo del gra- gen de la mayoría de estas lesiones7.
cilis y colgajos de piel y del glúteo. La repercusión clínica de la fístula va a depen-
La reparación vaginal permite realizar procedi- der de su tamaño y localización. Aquellas que afec-
mientos vaginales concomitantes como los previa- ten al tercio medio y distal por fuera del mecanis-
mente descritos colgajos de interposición, proce- mo de continencia pueden ser asintomáticas o
dimientos correctores de la incontinencia o repa- producir la evacuación de parte de la orina por
raciones del prolapso de bóveda, del cistocele o del vagina. En fístulas proximales, se puede producir
rectocele y perineorrafias. una incontinencia total o de esfuerzo debido a una
El acceso abdominal se suele reservar para el presión de cierre uretral disminuida en el contex-
caso de fístulas complicadas (varias) o complejas to de una uretra funcional corta.
(afectación de dos o más órganos), o en aquellas Para su estudio hay que incidir no sólo en la
pacientes en las que se quiera reimplantar los uré- extensión del defecto tisular sino también en la
teres o se planee una cistoplastia de aumento1,7. identificación de la existencia concomitante de
La reparación se puede realizar intra y/o hipermovilidad uretral o de deficiencia esfintérica
extraperitoneal, dando esta última vía la opción intrínseca y en la evaluación de la calidad del teji-
de utilizar el omento como tejido de interposi- do vaginal. La uretroscopia no sólo permite iden-
ción, aunque también se ha descrito el uso del tificar la fístula y su extensión sino que permite
apéndice epiploico del colon sigmoide, de colga- evaluar la afectación del trígono y del cuello vesi-
jos miofaciales del recto mayor y de duramadre cal. Cuando se demuestre compromiso del trígo-
liofilizada. no se debe evaluar la integridad del tracto urina-
Los éxitos con ambas vías oscilan entre el 85- rio superior.
100% 2,13-18 , aunque en caso de fístulas post- El uso de la cistografía miccional secuenciada,
radioterapia el resultado disminuye (60%)19. Esto identificando el defecto uretral y la existencia aso-
hace del acceso transvaginal el procedimiento de ciada de anomalías del suelo pélvico, y de la uro-
elección para la reparación de la mayoría de las dinámica, evaluando la función vesical y la fun-
fístulas vésico-vaginales. ción esfinteriana intrínseca, también es de utili-
En casos catastróficos de fístulas complejas, dad en el estudio7.
fundamentalmente asociadas a radioterapia o a La reparación quirúrgica debe seguir las mis-
tumores recidivantes, se deben plantear aborda- mas consideraciones generales que en el caso de
jes paliativos como la colpocleisis o la derivación fístulas vésico-vaginales, lograr la aproximación
urinaria. de un tejido libre de inflamación con buena vas-

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cularización, asociando el uso de colgajos pedicu- Así pues, vamos a encontrar desde el punto de
lados en aquellos casos en los que existan dudas vista clínico tres situaciones: incontinencia urina-
sobre la integridad de los tejidos. ria, la más frecuente (50-85%), hematuria cíclica
La mayoría de las reparaciones se abordan por asociada a amenorrea y una combinación de las
vía vaginal realizando un colgajo de pared vagi- anteriores. La asociación de cesárea previa, ame-
nal anterior en U invertida, un cierre en dos pla- norrea y hematuria cíclica en ausencia de incon-
nos del trayecto fistuloso y la interposición de col- tinencia se describe como el síndrome patogno-
gajos pediculados, siendo el más ampliamente mónico de fístula vésico-uterina y se ha denomi-
utilizado el graso labial (Martius), en caso nece- nado Síndrome de Youssef24.
sario. En caso de grandes defectos uretrales El diagnóstico es habitualmente sugerido por
puede ser necesaria la reconstrucción uretral. La la historia clínica. La exploración ginecológica
técnica más ampliamente utilizada es la pro- permite identificar una pared vaginal íntegra que
puesta por Blaivas20 utilizando un colgajo vagi- descarta la existencia de una fístula vésico-vagi-
nal tubulizado cubierto por un colgajo labial nal así como comprobar que no existe una incon-
pediculado. tinencia de esfuerzo asociada. En ocasiones se
Los abordajes abdominales y combinados se puede identificar la evacuación de orina por el
reservan para aquellos casos de grandes defectos orifico cervical con el esfuerzo o la eliminación por
que afecten cuello y trígono y que necesiten reim- éste de colorantes infundidos en la vejiga. La cis-
plantación ureteral. Habitualmente incorporan un tografía miccional secuenciada y las placas tar-
colgajo vesical de pared anterior21 o posterior22, días de la urografía intravenosa pueden demos-
permitiendo la interposición de colgajos como el trar el paso de contraste a la cavidad uterina,
omento o recto anterior. pero el valor de la urografía reside en la identifi-
cación de una lesión ureteral asociada. La cis-
Fístulas úterovesicales toscopia rara vez permite identificar el orificio fis-
La existencia de una comunicación adquirida tuloso, pero cuando lo hace éste suele ser medial
entre el útero y la vejiga es una entidad poco fre- y supratrigonal. Su uso permite descartar la exis-
cuente que es habitualmente resultado de una tencia de una endometriosis vesical. Pero la téc-
complicación obstétrica. Suponen aproximada- nica que ofrece más rentabilidad diagnóstica es
mente el 3% de las fístulas urogenitales y en más la histerosalpingografía, sobre todo en proyeccio-
de la mitad de los casos ocurren tras una cesárea, nes laterales, mostrando en muchas ocasiones el
aunque también pueden ser resultado de trabajos trayecto fistuloso y la repleción vesical antes de
de parto laboriosos, asociados o no al uso de fór- opacificarse el cuerpo uterino23.
ceps, y a roturas uterinas23. Rara vez pueden pro- En su evolución, aunque es poco frecuente, se
ducirse por intervenciones ginecológicas vía vagi- puede producir el cierre espontáneo tras la recu-
nal, como legrados o amputaciones cervicales, peración del tono uterino. El tratamiento conser-
traumatismos, infecciones asociadas a dispositi- vador reside en el drenaje vesical y en el trata-
vos intrauterinos, en el contexto de neoplasias miento hormonal que suprima los ciclos mens-
uterina o tras radioterapia pélvica19. truales durante 6 meses25. Se ha propuesto aso-
Su manifestación clínica va a venir condicio- ciar la electrocoagulación del orificio fistuloso26.
nada por la longitud y dirección del trayecto fis- Cuando fracasa el abordaje conservador o
tuloso, sobre todo con su relación con el istmo ute- como abordaje inicial, es el tratamiento quirúrgi-
rino. Una fístula ístmica es una fístula de un único co el que ofrece una mejor garantía de éxito. Se ha
sentido úterovesical con amenorrea y hematuria recomendado, aunque no es obligada, una espera
cíclica, la continencia urinaria es perfecta por la de 3 meses para lograr la resolución de la infla-
tonicidad del istmo que es superior a la del detru- mación y asegurar una involución uterina ade-
sor. Una fístula localizada debajo del istmo va a cuada24. El abordaje preferido es el abdominal,
condicionar la existencia de pérdidas urinarias, extraperitoneal transvesical o transperitoneo vesi-
aisladas o asociadas a un doble sentido de circu- cal, con el desdoblamiento uterino, la identifica-
lación de orina y sangre23. ción del trayecto fistuloso, la sutura del orificio del

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útero en un plano y de la vejiga en dos y, si es nece- compresión de la cabeza fetal sobre el marco pél-
saria, la interposición de epiplon, peritoneo o liga- vico y suelen asociarse a grandes defectos tisula-
mento ancho. En pacientes menopáusicas o con res que abarcan el suelo de la vejiga e incluso a la
deseos genésicos cumplidos, se puede realizar de uretra. En nuestro medio, aunque infrecuentes,
forma simultánea una histerectomía19,23,27. pueden producirse tras una cesárea. En este caso
la lesión puede localizarse en el trígono, en caso
Fístulas uréterovaginales de incisiones verticales, o ser lateral, en caso de
La relación del uréter pelviano con el aparato secciones transversales segmentarias35.
genital femenino hace que en ocasiones sea lesio- Los mecanismos de la lesión ureteral pueden
nado durante procedimientos pélvicos y retroperi- 36
ser :
toneales. Una de las manifestaciones de esta – Ligadura del uréter, total o parcial; es el meca-
situación es el desarrollo de una fístula urétero- nismo de lesión más frecuente.
vaginal, la comunicación anómala entre el uréter – Acodamiento o angulación del uréter, produci-
y la vagina, con la consiguiente incontinencia total do por bridas cicatriciales o puntos de tracción, pro-
e independiente de los aumentos de la presión duciendo generalmente una obstrucción parcial.
intra-abdominal. – Laceración o sección del uréter.
La incidencia global de lesión ureteral secun- – Aplastamiento ureteral, habitualmente por
daria a cirugía pélvica oscila entre el 0,5 y el 1%28. atrapamiento del mismo durante maniobras
La cirugía ginecológica es responsable de la mayor hemostáticas, dependiendo sus manifestaciones
parte de éstas con una incidencia aproximada de del tiempo y de la extensión del traumatismo.
1,6%29, localizándose la mayor parte de las lesio- – Devascularización y necrosis secundaria del
nes a la altura del ligamento infundibulopélvico, uréter, situación que suele pasar inadvertida
de la arteria uterina y de los ángulos de la vagi- durante la cirugía y que tardará 1-2 semanas en
na30. Globalmente la histerectomía simple repre- ponerse de manifiesto.
senta aproximadamente la causa del 60% de las – Avulsión ureteral, habitualmente como resul-
lesiones, no existiendo claras diferencias entre la tado de abordajes endourológicos, aunque tam-
vía vaginal y la abdominal (0,02-0,04) aunque bién se puede producir por tracciones indebidas,
parece existir un mayor riesgo en el abordaje lapa- lesiones con el separador,...
roscópico (1,35-1,9%)31,32. Pero la incidencia esti- – Compresión extrínseca.
mada de lesión ureteral puede suponer hasta un Independientemente del mecanismo de la
10% en caso de cirugía radical, aunque en oca- lesión, se produce habitualmente una solución de
siones se trata de resecciones deliberadas por continuidad en la pared del uréter con extravasa-
englobamiento del uréter por crecimiento del ción de orina, pudiéndose formar una colección o
tumor33. Otros procedimientos ginecológicos de abrirse camino la orina hacia la vagina (fístula
riesgo son la cirugía anexial, los procedimientos vésico-vaginal), la cavidad peritoneal, el útero (fís-
para tratamiento de la incontinencia y la cirugía tula urétero-uterina), el intestino (fístula urétero-
vaginal anterior. intestinal) o incluso hacia la piel (fístula urétero-
Con menor frecuencia los procedimientos uro- cutánea). Se produce localmente una gran reac-
lógicos (ureteroscopia, ureterolitotomía, colposus- ción local que a largo plazo causará la estenosis
pensiones...), digestivos (colectomía, resección del uréter37.
abdóminoperineal, apendicectomía), vasculares
(by-pass aortobifemoral, cirugía del aneurisma Clínica y diagnóstico
abdominal) y ortopédicos34 pueden asociarse a El mecanismo de la lesión va a determinar el
lesiones ureterales. complejo de signos y síntomas de la fístula uréte-
Las fístulas uréterovaginales pueden ser el rovaginal, habitualmente de forma inespecífica y
resultado también de traumatismos obstétricos. tardía38.
En países en vías de desarrollo son resultado de En caso de lesiones ureterales directas nos
partos laboriosos o de una asistencia deficiente encontraremos con fugas de orina, que se pueden
que producen una lesión isquémica debida a la exteriorizar por la herida quirúrgica, o por el dre-

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FÍSTULAS URINARIAS: PUESTA AL DÍA

naje, la vagina o el periné, asociadas o no a mic- La pielografía retrógrada juega un papel fun-
ciones normales. El débito puede ser precedido damental en el diagnóstico y en la planificación del
por dolor de variable intensidad en la hemipelvis tratamiento. Permite estudiar la integridad vesical
afecta y en ocasiones se puede palpar la masa cau- y delimitar la anatomía del segmento ureteral dis-
sada por la acumulación de orina (urinoma), clí- tal. En caso de anulación funcional de la unidad
nica que desaparece de forma brusca al drenarse renal se debe recurrir a la pielografía anterógrada
por la vagina e instaurarse la fístula18. para definir la anatomía ureteral proximal y ase-
Cuando se produce el atrapamiento y la lesión gurar el correcto drenaje de la misma. El papel de
del uréter por presión, se instaura en el postopera- la pielografía retrógrada se ve reforzado por la
torio inmediato un cuadro sintomático que puede posibilidad de cateterizar el uréter afecto, hecho
comprender dolor secundario a la obstrucción del que de lograrse se convierte en una maniobra tera-
tracto urinario superior, nauseas, vómitos, disten- péutica39.
sión abdominal, íleo paralítico, fiebre y deterioro del La ecografía, aunque tiene un papel limitado en
estado general... hasta que se instaura la fístula, el estudio de las fístulas urinarias, puede en un
habitualmente en el 5º - 18º día post-quirúrgico. post-operatorio tórpido demostrar la existencia de
En caso de lesiones por devascularización, el inicio hidronefrosis o de colecciones que aconsejen la
suele ser insidioso, debutando a los 10-14 días tras realización de otras pruebas.
un post-operatorio normal18,38. Por último, la tomografía axial computerizada
El signo clásico de la fístula uréterovaginal con- y la resonancia nuclear magnética permiten iden-
siste en la pérdida de orina por la vagina con la tificar las anomalías responsables, definir la rela-
consiguiente incontinencia, habitualmente total, ción anatómica entre el órgano afecto y la fístu-
con coexistencia de un patrón miccional normal; la, y proporcionar reconstrucciones tridimensio-
a no ser que nos encontremos con una lesión bila- nales e imágenes multiplanares que constituyen
teral, que se manifestará como una anuria obs- una ayuda en la planificación de la estrategia
tructiva o como una incontinencia total y ausen- terapéutica.
cia de micciones.
La exploración pélvica y los pasos diagnósticos, Tratamiento
como en el caso de las fístulas vésico-vaginales, se El reconocimiento intraoperatorio de una
dirigen a demostrar que la secreción acuosa pro- lesión accidental del uréter es raro, siendo evi-
veniente de la vagina es orina. Los niveles de pro- dente en el 20-30% de los casos. En caso de sos-
ductos nitrogenados son varias veces superiores y pecha, la administración intravenosa de índigo-
a los del plasma y fluidos linfáticos1. Esta prueba carmín puede facilitar la localización de la lesión
se puede complementar con el uso de colorantes y su reparación40.
intravenosos (índigo-carmín) e intravesicales. Aunque clásicamente se ha considerado que la
Una vez constatada la existencia de una fístu- colocación profiláctica preoperatoria de catéteres
la génito-urinaria los pasos diagnósticos se diri- ureterales disminuiría la incidencia de lesiones
gen a constatar el funcionamiento de ambas uni- ureterales, los estudios sugieren que no existen
dades renales, la integridad del tracto urinario diferencias estadísticamente significativas con su
superior, la lateralidad, el nivel y el tamaño de la uso41, y que la meticulosidad en la técnica qui-
lesión, y la presencia de lesiones asociadas18. rúrgica, identificando y disecando las estructuras
La urografía intravenosa, a pesar de los avan- del tracto urinario durante la cirugía, es el mejor
ces de los métodos diagnósticos por imagen, sigue modo de evitar lesiones del tracto urinario29.
siendo la técnica de elección para la visualización Las lesiones producidas por aplastamiento
del tracto urinario, aportando datos anatómicos y deberían ser manejadas mediante la colocación de
funcionales (cualitativos) de las unidades renales. un catéter ureteral doble J por al menos 10 días.
Proporciona datos sobre la función renal homo y En caso de que el segmento ligado mostrase sig-
contralateral, y en un 90% demostrará la existen- nos de isquemia o de tratarse de una lesión ure-
cia de dilatación proximal a la lesión y en ocasio- teral directa es preferible la resección, espatula-
nes el trayecto fistuloso. ción y anastomosis de los extremos ureterales

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sobre un catéter ureteral42, aunque en lesiones sión de los segmentos proximal y distal a la zona
extensas o por avulsión puede ser necesaria la del defecto. Este proceso también reduce el tiem-
reimplantación (ureteroneocistostomía), ya direc- po de cicatrización facilitando el cierre de los teji-
ta, sobre una vejiga psoica o en un colgajo vesical dos blandos adyacentes45. Así se han comunica-
(Boari). do tasas de éxito en el tratamiento de fístulas
El uso de catéteres ureterales, aunque discuti- seleccionadas tratadas mediante NPC con o sin
ble en otros procedimientos ureterales, en estas cateterismo del 73%.
circunstancias puede ser esencial para una En fístulas de elevado volumen, en las que el
correcta cicatrización, ya que va a permitir una tratamiento conservador ha sido ineficaz y en
adecuada alineación de la anastomosis, deriva la aquellas pacientes demasiado enfermas como
orina, evitando su extravasado, y alivia la obs- para resistir una intervención más radical, puede
trucción producida por el edema postoperatorio43, ser adecuada la oclusión temporal o permanente
pero la elección de un catéter de un grosor exce- del uréter utilizando diferentes sistemas como
sivo puede comprometer la vascularización urete- balones desprendibles, adhesivos tisulares, elec-
ral y conducir a la formación de estenosis. trocauterio,... técnicas que implican un drenaje
El empleo de métodos endourológicos en una urinario externo permanente. Con estas técnicas
fístula urinaria requiere paciencia, ya que el cierre se ha mejorado la calidad de vida en pacientes no
completo puede tardar varios meses. En casos en candidatas a procedimientos quirúrgicos no con-
los que el uréter no es seccionado por completo, vencionales, aunque la dilatación progresiva del
sino acodado por la manipulación quirúrgica o uréter puede facilitar la migración del tapón y la
las suturas adyacentes, las técnicas endouroló- reinstauración de la fístula46.
gicas pueden proporcionar el tratamiento defini- En aquellos pacientes que no son candidatos
tivo44. a las técnicas endourológicas o cuando éstas han
La colocación de un drenaje urinario externo fracasado, los procedimientos quirúrgicos abier-
mejora el estado post-quirúrgico agudo del pacien- tos son la norma. La reparación de la lesión en
te y permite el estudio de la anatomía del uréter ausencia de infección o mal estado del paciente
lesionado y ayuda a seleccionar el método de repa- debería realizarse de forma ideal en el post-ope-
ración más adecuado, por lo que es en muchas ratorio inmediato. El uréter debe ser liberado con
ocasiones el primer paso terapéutico. cuidado, conservándose la adventicia y los vasos
Una vez diagnosticada la fístula, si la lesión ureterales, evitando una disección excesiva para
es incompleta, se debe realizar un intento de prevenir el compromiso vascular. La presencia de
cateterismo retrógrado y colocación de un caté- tejido periureteral facilitará el deslizamiento del
ter ureteral doble J. A veces sólo se consigue uréter con el peristaltismo. Para reducir el riesgo
colocar un catéter ureteral simple, pero éste de fibrosis y estenosis postoperatorias, la anas-
puede ser el primer escalón para luego colocar el tomosis entre mucosas debe ser estanca, sin ten-
doble J en un segundo intento. Si el paso no es sión y usando suturas finas reabsorbibles 43
posible, el acceso anterógrado mediante nefros- (Tabla II).
tomía percutánea puede permitir el cateterismo
anterógrado. TABLA II
La colocación de una fijación mediante un caté- DEFECTOS URETERALES QUE SE PUEDEN SALVAR
CON DIFERENTES TÉCNICAS RECONSTRUCTIVAS43
ter a través de la zona de pérdida de orina produ-
ce abundantes beneficios, acelera el cierre del 2-3 cm Ureteroureterostomía
defecto ureteral por el epitelio transicional, redu-
4-5 cm Ureteroneocistostomía
ce la salida de orina a través del defecto y propor-
ciona una zona fija que impide la estenosis duran- 6-10 cm Ureteroneocistostomía + vejiga psoica
te el proceso de cicatrización. Si la fístula se aso-
12-15 cm Ureteroneocistostomía + colgajo vesical
cia a un urinoma de gran tamaño, es obligado el (Boari)
drenaje de la colección antes de la canalización del
5-8 cm Descenso renal
defecto ureteral, con objeto de reducir la distor-

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El acceso quirúrgico dependerá de la porción riales aloplásticos anti-infectivos permitirán redu-


de uréter lesionada y así, mientras la lumbotomía cir la contaminación bacteriana y acelerar su apli-
permite un buen acceso al uréter proximal, una cación clínica48.
incisión de Gibson modificada es ideal para acce- La ingeniería tisular para el desarrollo de teji-
der al uréter medio e inferior. En la mayor parte do urológico es otra vía esperanzadora. Datos
de las lesiones del uréter distal existe un acceso obtenidos de modelos animales sugieren que
previo de Pfannenstiel que puede ser ampliado puede conseguirse la creación in vivo de uréteres
cranealmente en su porción lateral (incisión en artificiales mediante el empleo de polímeros degra-
palo de hockey) en caso de necesitarse. Otras dables como vehículos para la transferencia de
posibilidades de acceso al uréter distal son la inci- células transplantadas y expansión de células
sión suprapúbica en V de Turner-Warwirck y la nativas. La combinación de andamiajes de polí-
laparotomía media infraumbilical41,43. El aborda- meros con músculo liso o con urotelio permite pro-
je del uréter, que habitualmente se realiza extra- porcionar una plantilla sobre la cual crear de novo
peritonealmente, en estos casos se prefiere trans- un uréter funcional. Esta estrategia ha sido tam-
peritoneal. bién utilizada para intentar la reconstrucción de
La necesidad de lograr una anastomosis sin la uretra49.
tensión limita el uso de la urétero-ureterostomía
a lesiones cortas del uréter medio y superior, con FÍSTULAS URÉTEROARTERIALES-
un éxito mayor del 90%. Las lesiones de mayor URÉTEROVASCULARES
longitud en el uréter distal se benefician de la La comunicación entre el uréter y la arteria ilía-
reimplantación. Existen multitud de técnicas de ca es una situación poco frecuente, que puede pro-
uretoneocistostomía, clasificándose anatómica- ducir una hemorragia masiva si no es rápidamen-
mente en transvesicales, extravesicales o mixtas, te diagnosticada y tratada1. Existen descritos en
pero todas comparten la creación de un mecanis- la literatura 80 casos2 aunque estamos asistiendo
mo valvular de túnel-lengüeta que actúa compri- a un incremento en su frecuencia debido al
miendo el uréter durante la repleción y contrac- aumento en la complejidad de las cirugías uroló-
ción vesicales. De forma ideal la longitud del túnel gicas y ginecológicas, y a la generalización del uso
debe ser de 5 veces el diámetro ureteral. prolongado de catéteres ureterales3.
Si no es posible crear una anastomosis sin ten- Los pacientes con fístulas urétero-arteriales se
sión, la utilización de una vejiga psoica y/o de un pueden dividir en dos grupos4:
colgajo vesical irrigado por la arteria vesical supe- Con enfermedad arterial primaria como aneu-
rior (Boari) permite corregir defectos de hasta 15 risma aterosclerótico o micótico y pseudoaneuris-
cm. En ambos casos es importante constatar una mas anastomóticos, y procedimientos quirúrgicos
correcta funcionalidad vesical mediante estudios vasculares como endarterectomía y utilización de
urodinámicos que evalúen la capacidad del detru- injertos y prótesis vasculares.
sor y la acomodación. Pacientes que presentan combinación de ciru-
En caso de reconstrucciones más complejas del gía radical por tumores pélvicos o abdominales,
aparato urinario puede ser necesario realizar ure- disecciones ureterales extensas, derivaciones
terotransureterostomía, sustitución segmentaria intestinales, radioterapia, y cateterismo ureteral
por íleon o incluso el autotransplante41,43. prolongado.
Actualmente se está estudiando la aplicación Respecto a la etiología de las fístulas, el cate-
de biomateriales y de técnicas de ingeniería tisu- terismo ureteral prolongado era el factor de riesgo
lar en la reconstrucción funcional del aparato uri- asociado con más frecuencia (65%). Una parte de
nario. Existe una prótesis ureteral consistente en los casos comunicados a principios del siglo pasa-
un tubo aloplástico conectado al tracto urinario do correspondía a pacientes con pielonefritis y
mediante una anastomosis término-terminal o obstrucción asociada a embarazo. Desde que exis-
sólo con intubación y cierre, en el que no son nece- ten catéteres flexibles y con la mejora de los tra-
sarios sistemas antirreflujo o mecanismos peris- tamientos antibióticos, no se han vuelto a descri-
tálticos47. Los avances en el diseño de biomate- bir casos en este tipo de pacientes. Teóricamente

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seguiría como causa el cateterismo crónico, pues Estas incluyen la ureteropielografía con oclusión
produciría una necrosis por presión que contri- por balón, la retirada del catéter ureteral sobre
buiría a la degeneración de la pared ureteral, ya una guía, la arteriografía selectiva y la manipula-
comprometida por los factores previos, y a la for- ción de la pared ureteral con el objeto de movili-
mación de la fístula. En el momento actual la pato- zar el trombo oclusor4,5,8,9. Al realizar estas manio-
logía predisponente la componen la patología arte- bras hay que estar preparado para manejar un
rial, los procedimientos quirúrgicos y la irradia- sangrado masivo, mediante la recolocación del
ción previa. catéter ureteral o el inflado de un catéter balón,
En el 38% de los pacientes existe patología vas- aunque a veces habrá que intervenir quirúrgica-
cular en forma de aneurisma vascular o cirugía mente de urgencia4.
vascular. La enfermedad arteriosclerótica se aso- Las fístulas urétero-arteriales se han asociado
cia a inflamación y fibrosis local y el uréter, loca- clásicamente a elevada mortalidad, situación que
lizado en la proximidad de estos procesos, puede se ha atribuido al retraso en el diagnóstico y en el
ser atrapado y obstruido. El traumatismo pulsátil tratamiento. La mejora de las técnicas diagnósti-
crónico sobre un uréter fibroso y rígido puede pro- cas ha permitido reducir la mortalidad del 64% al
ducir necrosis de la pared y la fístula posterior. Por 31%5,9. La importancia de un correcto diagnósti-
otro lado, durante la cirugía vascular, se puede co es fundamental, pues la mortalidad en los
alterar la vascularización del uréter, sobre todo pacientes sometidos a exploración quirúrgica sin
durante los procesos de reparación y colocación diagnóstico preciso fue del 54%, cifra que se redu-
de prótesis vasculares. El uréter también puede ce al 8% en aquellos que contaron con un correc-
verse atrapado por la reacción inflamatoria y sufrir to diagnóstico preoperatorio4.
necrosis por presión5. Las opciones de tratamiento quirúrgico emplea-
Se encuentran antecedentes quirúrgicos uro- das incluyen la ligadura primaria, la reparación
lógicos y pélvicos previos en el 68% de los casos5,6, vascular o la ligadura con bypass3. El manejo del
en su mayoría procedimientos de derivación uri- componente vascular está condicionado por la
naria asociados a radioterapia y cateterismo ure- existencia de infección local, la calidad de los teji-
teral crónico, aunque también se han vistos casos dos, en ocasiones radiados, la permeabilidad vas-
asociados a ureterolitotomía, a colocación de dre- cular distal y la existencia de circulación colateral
najes y a apendicectomía7. viable5.
La clínica es habitualmente insidiosa, oscilan- La embolización proximal y distal puede mane-
do entre la hematuria microscópica o intermiten- jar de forma permanente la fístula evitando la mor-
te y la hematuria masiva. La duración de la hema- bilidad asociada a la exploración quirúrgica9 y
turia intermitente variaba entre 3 días y 3 sema- evita la manipulación del componente ureteral.
nas antes de que se produjese la hematuria masi- Este procedimiento asociado a la reconstrucción
va5, y esto se debe presumiblemente a la obstruc- vascular extra-anatómica del miembro inferior es
ción de la comunicación por un trombo mural, actualmente el tratamiento recomendado, aunque
provocando que la urografía y la angiografía no se desconoce la tasa real de éxito de este procedi-
sean capaces de demostrar la fístula8. miento. La reparación vascular extra-anatómica
Debido a su rareza, esta fístula no suele ser evita la isquemia del miembro inferior pero no está
considerada en el diagnóstico diferencial de la exenta de problemas y puede ser origen de trom-
hematuria, lo que retrasa el diagnóstico correcto. bosis, isquemia distal por bajo flujo de la fuente e
Éste es difícil no sólo por su bajo índice de sos- infección tisular en el trayecto del injerto4.
pecha sino por la escasa rentabilidad diagnóstica El uso de prótesis endovasculares abrió una
de las pruebas convencionales. Así, la pielografía, prometedora vía terapéutica, ofreciendo como
anterógrada y retrógrada, y la arteriografía, son los ventaja la oclusión de la fístula con mantenimien-
tests más sensibles, con una rentabilidad del 45 y to de la permeabilidad del vaso afecto, obviando la
41% respectivamente9. Para mejorar la rentabili- necesidad de revascularización. Esta técnica evita
dad diagnóstica se han diseñado maniobras de la manipulación del uréter, obviando una posible
provocación dirigidas para provocar la hemorragia. resección del mismo, así como la lesión de otras

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estructuras intra-abdominales. Se desconoce aún Las fístulas vesicocutáneas congénitas son


la eficacia, seguridad e incidencia de refistuliza- con frecuencia debidas a un defecto completo en
ción a largo plazo de está técnica3,4, aunque exis- el cierre del uraco en toda su longitud, y en gran
te la posibilidad de que se produzca trombosis, parte de estos pacientes se encuentra patología
hiperplasia intimal, arteriosclerosis progresiva e obstructiva prostatocervical1. También se han
infección de la prótesis. descrito en el síndrome de Prune-Belly asociado a
Otras fístulas uro-arteriales con afectación de atresia uretral. El síndrome se caracteriza por
regiones urinarias distintas del uréter (como la atrofia o hipoplasia de la pared abdominal, mal-
vejiga), son excepcionales, por lo que no se inclu- formaciones génito-urinarias complejas, criptor-
yen. quidia en varones y anomalías genitales, sobre
todo útero bicorne en mujeres. La atresia uretral
FÍSTULAS UROCUTÁNEAS es incompatible con la vida a no ser que exista una
Se definen como la comunicación patológica, comunicación entre la vejiga y la cavidad amnió-
congénita o adquirida, entre la vía urinaria y la piel. tica a través de un uraco patente o que la vejiga se
La comunicación entre el riñón y la piel es en rompa y se establezca una fístula vesicocutánea,
su gran mayoría adquirida, habitualmente como vésicovaginal o vésicorrectal. En estos pacientes el
resultado de un procedimiento quirúrgico o per- desarrollo de la fístula palía el oligohidramnios
cutáneo1, asociado a un mal drenaje de la vía uri- secundario y permite la maduración pulmonar16.
naria, o litotricia2,3. También puede aparecer de Las fístulas uretrocutáneas congénitas son
forma espontánea como resultado de patología una entidad poco frecuente y pueden afectar a la
renal preexistente con obstrucción litiásica e uretra anterior y posterior. En el primer caso pue-
infección concomitante. El mecanismo último de den aparecer aisladas o en compañía de otras ano-
todos estos procesos es la destrucción del parén- malías peneanas como corda ventral o hipospa-
quima y la comunicación de éste con estructuras dias y se cree que son el resultado de un defecto
vecinas, piel, intestino, pulmón,... existiendo en del desarrollo de la placa uretral o de un fracaso
muchos casos una pielonefritis xantogranuloma- en su tubulización17,18. En el segundo caso se
tosa como base4-6. Se han descrito asímismo casos pueden asociar a anomalías anorrectales y repre-
asociados a tuberculosis génitourinaria7 y reflujo sentan más que una fístula una forma de dupli-
vésicoureteral8. cación uretral, que se caracteriza por la presencia
Las lesiones ureterales, aunque pueden ser de de una uretra dorsal funcional a diferencia de
origen espontáneo9, suelen ser resultado de un otras formas de duplicación uretral19.
traumatismo penetrante por arma de fuego (pro- Las formas adquiridas suelen ser resultado de
yectiles de alta velocidad), o de un procedimiento una complicación de una cirugía uretral o ser
quirúrgico. En el trasplante renal, la fístula ure- secundarias a una infección periuretral por este-
teral es una de las complicaciones urológicas más nosis inflamatorias20. Otras formas adquiridas
frecuentes. son resultados de infecciones micóticas (miceto-
Las fístulas vesicocutáneas, a diferencia de mas)21, traumatismos, fracturas peneanas22, tra-
otras fístulas vesicales son más frecuentes en los tamiento del priapismo23, dispositivos en anillo
varones. Suelen ser resultado de una cateteriza- para prolongar la erección24 y quemaduras25.
ción suprapúbica prolongada u otro procedimien-
to quirúrgico que afecte a la pared anterior vesi- Clínica y diagnóstico
cal. Se han descrito como factores predisponentes La manifestación clínica característica común
el incremento de la resistencia al vaciado vesical es la presencia de un sinus cutáneo a través del
y la inestabilidad del detrusor10,11. Existen casos cual se drena orina, débito que puede ser inter-
asociados a cálculos y divertículos vesicales12, a mitente.
complicaciones obstétricas13, a cirugía ortopédi- Las fístulas renocutáneas espontáneas, suelen
ca14, a radioterapia15, a tumores vesicales infil- cursar con afectación del estado general dado el
trantes, a tuberculosis génito-urinaria o a esquis- estado séptico habitualmente asociado, cuadro
tosomiasis1. que mejora cuando se establece la fístula y se eva-

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cua la orina infectada, aunque en ocasiones puede sión tisular en la reparación, debutando al retirar
cursar de forma asintomática4. En caso de pione- el catéter uretral20. Las fístulas asociadas a este-
frosis o pielonefritis xantogranulomatosa no es nosis inflamatorias se desarrollan habitualmente
infrecuente encontrar ocupación y efecto masa en en múltiples trayectos por la existencia de presio-
el lado afecto. nes miccionales elevadas y de orinas infectadas.
En pacientes sometidos a cirugía, la fístula se En casos extremos se puede originar un periné en
manifiesta en forma de débito de orina a través de regadera (watering can perineum)20,26.
la herida o por el tubo de drenaje, situación que En el estudio de las fístulas uretrales, la ure-
suele ser indicativa de necrosis parenquimatosa trografía retrógrada y la uretroscopia permiten
extensa o de obstrucción urinaria distal. identificar la localización anatómica de la fístula y
Las fístulas vesicocutáneas congénitas debu- la presencia, número y longitud de las estenosis
tan como pérdidas de orina por el ombligo, mien- asociadas. La resonancia nuclear magnética apor-
tras que en aquellas adquiridas, a la fuga de orina ta información sobre detalles anatómicos de la ure-
habrán de sumarse las manifestaciones propias tra y tejidos periuretrales que no aportan las técni-
del proceso mórbido acompañante. cas antes citadas. Permite identificar anomalías
La radiografía simple de abdomen puede alertar génito-urinarias complejas, la presencia de infla-
sobre la existencia de gas en el riñón o en el uréter mación, abscesos o sinus periuretrales y, en caso
en pacientes no sometidos a manipulación (signo de de lesiones traumáticas, la extensión de la lesión,
Kent o neumonefrosis). La urografía intravenosa así como anticipar posibles complicaciones27.
puede demostrar la existencia del trayecto fistuloso
que parte del riñón o del uréter, o poner en eviden- Tratamiento
cia un riñón no funcionante por lo que puede ser En el tratamiento de las fístulas renocutáneas,
necesaria la realización de una pielografía, anteró- los factores que condicionan la estrategia tera-
grada y/o retrógrada, para delimitar la anatomía del péutica son la funcionalidad de la unidad renal
tracto urinario superior e identificar la fístula. afecta, la etiología y la patología asociada.
En fístulas vesicales, la cistografía miccional En muchas ocasiones se pueden tratar con
secuenciada y la urografía intravenosa pueden, buenos resultados con derivación urinaria, y en
indirectamente, sugerir la presencia de inflama- casos necesarios asociando fijación ureteral. La
ción con irregularidades o defectos de repleción lesión de la pelvis renal o ureteral secundaria a
causados por edema mucoso, y, ocasionalmente, manipulaciones en el momento de la NLPC se
demostrar el trayecto fistuloso. La cistoscopia suele cerrar a las 48 horas siempre que se haya
puede confirmar el diagnóstico en la mayoría de establecido un drenaje urinario externo adecua-
los casos y permite la toma selectiva de muestras do. Si la fístula se asocia a una colección de gran
para estudio anatomopatológico. tamaño, su evacuación permite reducir la distor-
La tomografía axial computerizada y la reso- sión anatómica del tracto urinario superior y el
nancia nuclear magnética son las técnicas más tiempo de cicatrización, facilitando el cierre de los
sensibles para detectar las fístulas, identificar las tejidos blandos adyacentes. El drenaje externo se
anomalías responsables y definir la relación ana- mantiene hasta que se confirma el cierre de la fís-
tómica entre el órgano afecto y la fístula. La capa- tula mediante estudios con contraste; en este
cidad de estas técnicas de proporcionar recons- momento se realiza la conversión al drenaje inter-
trucciones tridimensionales e imágenes multipla- no hasta que se complete la cicatrización28.
nares constituye una ayuda en la planificación de Hasta en el 20% de las exploraciones quirúrgi-
la estrategia terapéutica. cas de las fístulas renocutáneas se produce la exé-
Las fístulas uretrocutáneas pueden drenar a resis de la unidad renal afecta. En su mayor parte
través de la piel del pene o del periné26 y su evo- se trata de fístulas espontáneas en las que se cons-
lución va a depender de la presencia o no de este- tata la escasa viabilidad de la unidad renal afec-
nosis uretrales asociadas. Las fístulas post-qui- ta, como en el caso de las asociadas a pielonefri-
rúrgicas son resultado de un defecto en la cicatri- tis xantogranulomatosa y a litiasis con obstruc-
zación secundario a hematoma, infección o ten- ción crónica.

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FÍSTULAS URINARIAS: PUESTA AL DÍA

La reconstrucción quirúrgica comprende el suele estar infectada y sustituida por tejido de gra-
mantenimiento de la funcionalidad renal, la solu- nulación, sinus y fístulas que impiden la creación
ción de la causa subyacente, el desbridamiento del de colgajos. Las estenosis además suelen ser lar-
tejido no viable, la interposición de tejido bien vas- gas, tortuosas, y asociadas a una extensa espon-
cularizado y el establecimiento de un drenaje uri- giofibrosis potencialmente infectada. El tratamien-
nario adecuado, externo-interno de forma habitual. to debe ser por tanto individualizado, requiriéndo-
El tratamiento de las fístulas ureterales y vesi- se derivación urinaria suprapúbica, desbridamien-
cales ya ha sido ampliamente expuesto en otros to cutáneo amplio y múltiples uretrotomías26.
capítulos de la revisión, sin embargo se han des-
crito casos tratados con pegamento cianoacrílico FÍSTULAS URINARIAS AL TRACTO
y mediante cistorrafia transuretral con buenos DIGESTIVO
resultados en pacientes seleccionados29,30. La fístula urodigestiva indica una comunica-
En el tratamiento de las fístulas uretrocutáneas ción anómala entre las dos superficies epiteliales
hay que tener en cuenta su origen y localización. de ambos sistemas1.
Las fístulas congénitas de la uretra anterior pue-
den manifestarse como un defecto aislado o como Tracto superior o nefrointestinales
un defecto tipo hipospadias. En caso de que exis- Las fístulas entre la vía excretora alta y el apa-
ta un desarrollo normal de la uretra distal y del rato digestivo se establecen, en orden decreciente
cuerpo esponjoso podemos considerarlo un defec- de frecuencia, a colon ascendente y/o descenden-
to aislado. Si existe un defecto de la uretra distal te, duodeno, estómago e intestino delgado2-4.
o cuerpo esponjoso asociado a corda ventral o Aunque la etiología más frecuente era secun-
hipospadias se recomienda considerar la fístula daria a complicaciones asociadas a tuberculosis
como un hipospadias17. génito-urinaria, en la actualidad existe una mayor
La mayoría de las fístulas uretrocutáneas en incidencia en relación con abcesos perirrenales en
nuestro medio son resultado de los diferentes pro- el seno de la litiasis renal complicada (pionefro-
cedimientos reconstructivos del hipospadias. En sis, piocáliz). Más raramente aparecen fístulas
estos casos se recomienda el cierre en dos o tres secundarias a traumatismos, pseudoquiste de
planos, interponiendo un colgajo cutáneo en caso páncreas, etc.
necesario, con una tasa de éxito que oscila entre el Al ser clínicamente tortuosas, su diagnóstico se
71-92%. En caso de fracaso se deben utilizar col- suele realizar tras advertir en UIV y/o pielografía
gajos de tejido libre sin cambios cicatriciales, como retrógrada la existencia de fuga de contraste hacia
el dartos y la túnica vaginal31,32. Se está estudian- el tracto intestinal, casi siempre en pacientes con
do en modelos animales la trasposición de submu- fiebre de origen desconocido o con antecedentes
cosa intestinal, y los datos iniciales sugieren que de litiasis.
proporciona un molde sobre el que el tejido se El manejo conservador suele tener poco éxito,
puede remodelar o regenerar, pudiendo reducir el precisándose intervenir quirúrgicamente el foco
riesgo de formación de fístulas uretrocutáneas des- de origen de la fístula. Si existe una gran altera-
pués de la cirugía uretral33. El material de sutura ción de la función renal y es severa la lesión, la
utilizado en la reparación es también un factor a nefrectomía simple y el cierre en un tiempo del
considerar, y las suturas con un tiempo de absor- intestino suele ser eficaz. En casos de buena fun-
ción corto-medio son las que proporcionan los ción renal y en monorrenos, la cirugía conserva-
mejores resultados en la cirugía uretral34. dora con extracción de la litiasis, colocación de
Las fístulas uretrocutáneas espontáneas sue- derivación urinaria tipo Nefrostomía y el cierre del
len ser resultado de estenosis uretrales inflama- defecto intestinal y/o colectomía segmentaria, es
torias de larga evolución. Las estenosis se locali- la indicada.
zan con más frecuencia en la uretra bulbar y pue-
den asociarse a divertículos y cálculos. En estos Vésico-intestinales
pacientes la uretroplastia suele ser impracticable Son las más frecuentes. Atendiendo a su ori-
porque la piel local, incluyendo escroto y periné, gen podemos clasificarlas en5:

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– Apéndicovesicales: secundarias a apendicitis La cistoscopia es una de las pruebas diagnós-


perforadas, abcesos, … ticas mejores, dándonos la confirmación del pro-
– Ileovesicales: aparecen en el seno de blema en dos tercios de los casos. En contadas
Enfermedad de Crohn o de tuberculosis del intes- ocasiones se visualizan la conexión fistulosa o
tino delgado. heces en la vejiga. Es más habitual visualizar un
– Colovesicales: las más frecuentes fístulas área inflamatoria o edematosa en la zona póstero-
urodigestivas. Más habituales en varones que en lateral alta vesical. Si nos ayudamos de la com-
mujeres con una relación 3:1, debido en éstas a la presión abdominal, ésta puede hacer emanar gas
presencia del útero que se interpone entre el intes- y burbujas hacia la luz vesical.
tino y la vejiga. Sus causas más frecuentes son las El TAC con o sin enema opaco es la prueba más
diverticulitis complicadas (50-70%) y las neopla- sensible, en cuanto a visualizar gas en la vejiga6,
sias (10-20%, adenocarcinoma de colon y carci- y por último la cistografía es el más eficiente pro-
noma vesical). La enfermedad de Crohn puede ceso radiológico para confirmar la presencia fis-
también ser origen de estas fístulas, siendo más tulosa, dándonos el diagnóstico en dos tercios de
rara su aparición en traumatismos y/o patología los casos.
de cérvix uterino4. La sigmoidoscopia y el enema opaco son útiles
– Ileo-neovesicales o Colo-neovesicales: las que en el 15 y 25% de los casos respectivamente, aun-
aparecen tras sustitución o ampliación vesical por que nos ayudan en la orientación de la etiología de
segmento ileal o colónico. Siempre son post-ope- la fístula (diagnosticando por ejemplo un cáncer
ratorias, precoces o tardías. Son más frecuentes de colon)7.
en la sustitución vesical tras cistectomía, normal- Existen por último otras técnicas diagnósticas
mente por cáncer vesical (con creación de neove- como la administración de índigo-carmín intra-
giga ortotópica), que en casos de simple amplia- venoso (tiñe las heces) o de azul de metileno (tiñe
ción vesical. Su diagnóstico suele ser fácil y evi- la orina), pero que son menos usadas de forma
dente. habitual.
Los signos y síntomas claves del diagnóstico En general, para alcanzar un diagnóstico exac-
son la clínica de ITU baja persistente con impor- to suele precisarse el empleo de múltiples explo-
tante componente irritativo, la hematuria micros- raciones.
cópica y la piuria en el sedimento de orina. En cuanto al tratamiento de las fístulas urodi-
La neumaturia aparece en un alto porcentaje gestivas sabemos que raramente se produce un cie-
de los pacientes pero no es patognomónica, preci- rre del trayecto fistuloso de un modo espontáneo5.
sando hacerse el diagnóstico diferencial con infec- En términos generales, las fístulas crónicas con
ciones por microorganismos formadores de gas en escaso componente inflamatorio se manejarían
diabéticos y con antecedentes de cateterización de mediante resección intestinal segmentaria del
la vía urinaria. La aparición de fecaluria sí es un tramo implicado, así como, con cierre vesical sin
signo específico pero tan sólo se presenta en colostomía.
menos del 20-50% de las ocasiones. Sin embargo, en aquellas ocasiones en las cua-
El diagnóstico se complica más aún puesto que les aparece gran inflamación y/o abcesificación, la
hasta un tercio de los pacientes carece de sinto- colostomía inicial tiene una indicación más clara,
matología urinaria o ésta es tan leve que no llega pautándose además antibioterapia de amplio
a objetivarse. Todo ello condiciona que alcance- espectro hasta atacar de forma diferida la resolu-
mos normalmente el diagnóstico de forma tardía ción de la fístula.
(incluso tras años en algunas series). Es necesario en todos los casos exponer hasta
En cuanto a la utilidad de las exploraciones tejido sano y resecar todo el tejido inflamatorio que
complementarias, la Rx simple de vías urinarias sea posible, procurando no superponer las líneas
es raramente útil, y objetiva en pocas ocasiones de sutura; es práctico interponer diversos mate-
gas en la vía urinaria. riales como musculatura del elevador del ano, gra-
En la UIV podríamos visualizar una distorsión cilis o incluso omento entre ambas suturas, sien-
en la silueta vesical, pero es poco útil igualmente. do a veces absolutamente imprescindible.

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FÍSTULAS URINARIAS: PUESTA AL DÍA

Una excepción es la fístula colovesical, de más Generalmente, en pequeñas fístulas podría


sencilla disección por planos, donde no suelen intentarse un manejo conservador con sonda vesi-
superponerse las suturas. cal, pero si la fístula persiste tras 2-3 semanas, es
Es discutible la necesidad de resecar o no el recomendable la reparación quirúrgica. Las fístu-
extremo vesical de la fístula, pero es muy útil en las agudas suelen asociarse a infección urinaria,
presencia de tumor (se remite a anatomía patoló- extravasación fecal y/o urinaria con gran compo-
gica) y posibilita la eliminación de microorganis- nente inflamatorio y edema asociado, por lo cual
mos que faciliten la perpetuación del trayecto fis- la reparación debe diferirse un mínimo de 3-4
tuloso. semanas como norma1,8,9.
Siempre es recomendable realizar una buena Para la reparación quirúrgica de estas fístulas
preparación intestinal previa a toda intervención, existen diferentes abordajes básicos, así como
siendo discutible la necesidad de derivación intes- variaciones de éstos. La indicada será aquella en
tinal de forma rutinaria. Algunos autores la indi- la cual el urólogo se desenvuelva más cómoda-
can sólo en casos en los cuales no existió una ade- mente, con algunas excepciones claro está. La
cuada preparación intestinal, no hay un buen con- aplicación de técnicas de colgajos de musculatu-
trol de la inflamación y de la infección con anti- ra vecina o incluso omento será la norma 5,8 .
bioterapia o en pacientes que recibieron radiote- Igualmente debe ser rutinaria la realización de
rapia previamente. No sucede de igual modo con colostomía preoperatoria, que se cerrará en 2-3
la derivación urinaria, siendo siempre recomen- meses tras la corrección de la fístula.
dable la colocación de talla vesical. Muy brevemente describiremos los diferentes
abordajes quirúrgicos para tratar las fístulas ure-
Fístulas rectouretrales trorrectales.
Pueden ser de dos tipos:
CONGÉNITAS Perineal
Asociadas a ano imperforado, por incompleta Fue Frankel quien primero lo describió en
división embriológica del tabique entre recto y ure- 1876, pero fue modificado por Young and Stone,
tra posterior. La fístula suele estar a nivel del veru basándose en la técnica empleada por Tedenat en
montanum o de la uretra membranosa. 1903, a su vez una variación de la hemorroidec-
Para su tratamiento se realiza una colostomía tomía de Whitehead. En esa técnica, tras liberar
inicial con cierre diferido de la fístula tras unas el recto del esfínter anal y tras dividir la fístula ure-
semanas, asociada a reparación del ano imperfo- tro-rectal, se extrae la porción de recto que con-
rado. Tras sondaje vesical, se coloca al paciente en tiene la fístula, excindiéndolo. Se reanastomosa el
decúbito prono. Mediante incisión desde sacro extremo distal rectal con el borde perineal y se cie-
hasta región anal accedemos hacia los laterales de rra la uretra prostática afecta en varias capas.
recto, y éste se separa del trayecto fistuloso, que Existe una variante técnica, útil en pacientes con
se cierra posteriormente. Se recomienda dejar grave traumatismo perineal y severa estenosis
talla vesical o sondaje al menos durante 3 sema- uretral asociada, en la cual la extirpación del tra-
nas. La retirada se hace bajo control cistográfico yecto fistuloso así como de la porción de uretra
y la colostomía suele cerrarse en unos 2 meses5. estenosada se sigue de una anastomosis término-
terminal entre uretra bulbar y uretra prostática.
ADQUIRIDAS La técnica de Wilheim interpone la porción
Son secundarias a diversos procesos, como: anterior del esfínter rectal movilizado previamen-
prostatectomía radical, traumatismos perineales, te entre los dos extremos fistulosos, mientras que
absceso prostático, cáncer de colon y cirugía repa- Lewis utiliza músculo elevador del ano aproxi-
radora de ano imperforado. mándolo a la línea media.
El diagnóstico se realiza mediante uretroscopia Goodwin realiza una disección más amplia de
y/o uretrografía retrógrada, pero la aparente nor- la región anterior del recto, con interposición del
malidad de estas pruebas no excluye la presencia elevador del ano y Ryan usa colgajos de músculo
de la fístula. recto interno.

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Transanal externo en la línea media, con lo que se expone la


En la técnica de Vose, tras visualizar con anos- fístula, la cual se extirpa. Requiere que nueva-
copio la fístula en la pared anterior del recto, se rese- mente suturemos y reconstruyamos los esfínteres
ca circularmente la misma, movilizando la mucosa y los diversos planos quirúrgicos. Esta técnica
rectal 2 cm multidireccionalmente, eliminándose los también se describió para el tratamiento de peque-
bordes. Se realiza el cierre por capas de la pared del ños tumores rectales y conlleva cierto riesgo de
recto, sin suturar el extremo vesical o uretral. incontinencia anal.
Parks y Motson movilizan la mucosa rectal dis- Beneventi y Cassebaum describieron una varia-
tal a la fístula, alejando la pared rectal unos 4 cm ción de la técnica anterior, pues realizan una inci-
de la fascia de Denonvillers, creando una lengüe- sión elíptica, denudando la mucosa rectal. Luego
ta con todas las capas de la pared rectal que se se efectúa un plegamiento del tejido descubierto
superpone a la fístula. bajo la abertura fistulosa, reaproximando la pared
Tiptaft realiza una disección del rectosigma por rectal anterior sobre ello. Como ventajas tiene que
vía abdominal, liberando la porción distal del recto no afecta las estructuras neurales y vasculares
y defuncionalizando ese tramo. Tras disecar la periprostáticas, conservándose así la potencia.
mucosa, se transfiere el rectosigma a través de esa
Transano-rectal anterior
manga sin mucosa suturándola al borde mucoso
Cuenta con diversas técnicas:
creado, dejando el mesenterio contra el lado ure-
En la de Gecelter se incide la línea media peri-
tral de la fístula.
neal en posición de litotomía y se disecan los esfín-
Turner-Warwick utiliza para grandes fístulas,
teres anales. Se abre el recto y se extirpa la vía fis-
en especial aquellas asociadas a radioterapia,
tulosa, reparándose el defecto en capas.
interposión del omento. Obviamente, en pacientes
La técnica de Zimmern y Cukier interpone
con limitaciones para obtener omento se puede
musculatura del elevador del ano entre los extre-
sustituir éste por musculatura bulbocavernosa.
mos fistulosos, mientras que Venable emplea un
colgajo de músculo dartos.
Pósterosagital
Técnicas combinadas:
Está indicado en fístulas de localización inter-
La de Wiseman es similar a la de York Mason;
media, de difícil abordaje por vía abdominal o vía
se diseca y circunscribe totalmente el recto, se
anal.
divide la fístula y se desplaza el recto hacia el ano
En la técnica de Kraske mediante incisión en
de forma similar a la técnica de Young y Stones,
la línea media posterior extendida a región sacro-
reparando los esfínteres en la línea media.
coccígea, se realiza sacrococcigectomía y se late-
En la técnica de Al-Ali mediante incisión para-
raliza el recto, permitiéndonos acceder a la fístu-
sacra se expone el recto y se divide a modo de la
la; esta vía facilita en el caso de neoplasias recta-
técnica de York Mason, creando por disección un
les asociadas, la resección segmentaria del intes-
colgajo de pared rectal para cubrir la fístula como
tino afecto con anastomosis término-terminal. De
en el método de Parks.
hecho fue descrita para el tratamiento quirúrgico
de pequeños tumores rectales.
REFERENCIAS
La técnica de Kilpatrick es similar a la previa,
FÍSTULAS UROGENITALES
movilizando totalmente el recto en torno al tra-
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