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Miguez: La agricultura y la ganadería. 1880-1914.

Durante la presidencia de Avellaneda y Roca llego a su fin la frontera interior, hasta entonces siempre había
existido un espacio de limites imprecisos donde la presencia del Estado era débil, y también existían amplios
territorios que pertenecían a los aborígenes.

La frontera había tenido un enorme impacto en la estructura social y económica de la sociedad rioplatense y
en su medio rural. Las campañas de Alsina y Roca pusieron a disposición de la sociedad de origen europeo
enormes territorios e incrementaron la seguridad de la propiedad y la vida de los aledaños. En ese sentido
desapareció la frontera interior, aunque la ocupación de esos territorios no se dio de forma inmediata.

Desde el punto de vista económico, se habría la posibilidad de reformular el proceso productivo que
potenciara sus posibilidades. En primer lugar, era necesario definir la condición jurídica de las tierras dentro
del sistema de propiedad establecido por las leyes del Estado. También era necesario determinar su
potencial productivo y el tipo de producción que mejor se adaptara a sus características de fertilidad y
clima, pero también a su ubicación relativa a los mercados y a la evolución de precios. Finalmente había que
dotarlas de capital y trabajo para ponerlas en producción. Era imposible determinar el potencial productivo
sin alguna experimentación para la cual se requirió efectuar inversiones.

Debido al pensamiento liberal de esa época nadie cuestionó que esas tierras debían privatizarse, el debate
entonces fue acerca de la mejor manera de llevar esto a cabo. Una antigua ideología agraria propiciaba la
distribución de tierras en pequeñas unidades para la colonización agrícola. La ley de inmigración y
colonización, conocida como Ley Avellaneda, propiciaba este mecanismo.

Factores en contra: había tierras ya comprometidas antes de su conquista (por Campaña de Rosas a través
de bonos canjeables x tierra y un mecanismo similar para premiar a los militares) y además la exitosa
expansión de la economía lanar requería de mayores extensiones de tierra de pastoreo que las que se
ofrecían para la colonización.

Para un Estado que necesitaba fondos la venta de grandes extensiones a estancieros o especuladores
prometía recursos más inmediatos que la colonización y fue así como se generó un mercado de bonos
canjeables. Fueron las propias condiciones productivas de la tierra y la evolución del mercado, las que
determinaron una estructura agraria a través del proceso de privatización. En el centro-norte de Santa Fe
continuo el proceso de colonización agrícola, en tanto que el sur de Santa Fe y Córdoba Y Bs As
evolucionaros hacia la consolidación de la estancia. El nordeste de La Pampa vio florecer algunas colonias
agrícolas junto a las estancias ovinas. En Patagonia surge la gran estancia Patagonia, con inversión extranjera
y orientada a la cría ovina.

En la meseta la cría lanar combino la gran unidad con una modesta, que terminara generando al largo plazo,
problemas de erosión. En las tierras más pobres de Neuquén y sur de Mendoza se desarrolló una cría caprina
trashumante. En la región chaqueña la experiencia no fue menos variada. Desde la enorme extensión de la
explotación forestal (una vez más, con un fuerte componente de capital internacional) pasando por un
limitado interno de ingenio azucarero, llegando hasta la colonización algodonera.

Se demuestra entonces el limitado impacto de la legislación en la escala productiva, lo que deja ver a su vez
el impacto de las desigualdades en la aptitud de las tierras y condiciones de mercado. Y por, sobre todo, el
impacto enorme que tuvo el transporte facilitando la circulación de innovaciones, de personas y de tropas.

En 1880-1895 hubo una expansión ferroviaria. Por su impacto económico pueden diferenciarse distintos
tipos de ferrocarril.

 Algunos captan y multiplican el transporte en regiones ya desarrolladas.


 Otros deben ellos mismos generar la actividad económica que les permita sustentarse.
 Otros tienen una intensa actividad en cada una de sus estaciones intermedias.

El ferrocarril fue una condición necesaria para el despegue nacional, su impacto sobre estas económicas fue
con mayor frecuencia acelerar y profundizar algunos de sus rasgos, más que revertir drásticamente su
orientación económica y estructura. Al intensificar la inserción regional en el mercado nacional e
internacional favoreció a los sectores que en mejores condiciones estaban para aprovechar las
oportunidades que estos mercados presentaban, promoviendo el surgimiento de una considerable
diversidad regional. Lo que sí tuvo el ferrocarril fue en el establecimiento de una estructura de precios en
el mercado de bienes y factores, la evolución de este último es un indicador clave del desarrollo de la
expansión agraria.

Sobre el desarrollo de la estructura rural pesaron más las aptitudes naturales, las tecnologías productivas y
las condiciones de oferta de factores, que las condiciones institucionales o las vocaciones especulativas. Los
mecanismos de privatización de la tierra tuvieron impacto en la estructura agraria, pero estos también
parecen explicarse en función de las condiciones económicas como la de la capacidad de presión de ciertos
grupos de interés.

La expansión productiva 1880-1914: la ganadería.

Si algo había caracterizado al desarrollo agrario había sido la producción lanar. Para entonces, esta
producción dominaba casi toda la provincia de Buenos Aires, y se había extendido sobre Entre Ríos y sur de
Santa fe y Córdoba. Con “la Conquista del Desierto” se abrieron enormes extensiones de producción, los
nuevos territorios, cubiertos de pastos duros y altos, eran destinados a la cría de vacuno criollo o mestizo,
mejor adaptado a ese medio. Luego de un par de años, la irse modificando el medio, se introdujeron los
lanares. Con la víspera de la Gran Guerra las exportaciones del producto crecieron.

En otros territorios se produjo la desmerinizacion, método de congelamiento de carnes que hacia factible su
exportación. Pero esto no permitía res vacuna (muy grande), por lo que en 1883 aparecen las primeras cifras
de exportación de carnes ovinas, y para 1890 ya comienza a ser significativas. Las viejas merino comenzaron
a ser desplazadas por razas de origen británico –especialmente Lincoln- que, si bien eran inferiores en
calidad de lana, se adaptaban también a la producción de carne.

La creciente valorización del vacuno va a propiciar un nuevo cambio en la distribución regional de la


producción ovina. El flujo de inmigrantes no solo aumentaba la población, sino que premiaba una carne más
adaptada al gusto europeo que la que ofrecía el viejo ganado criollo. El refinamiento de las razas bovinas
será motorizado por un reducido grupo de importantes inversiones.

Hacia mediados de la década, se hace visible una producción especializada en el creciente mercado de
exportación, el que sufrirá un retroceso hacia 1900 por la prohibición británica al ganado argentino como
consecuencia de la fiebre aftosa. El impacto de esta restricción, sin embargo, será muy breve.

La Agricultura:

Las colonias santafesinas, estimuladas por los mercados laborales, habían logrado establecerse de manera
solida para 1880. Para esa fecha había unas setenta colonias, que cubrían un total de mil hectáreas. En los
quince años hectáreas. No toda la superficie era cultivada.

El tamaño de las unidades de producción no deja dudas sobre el papel de la pequeña propiedad en este
proceso. Es cierto que su superficie era inferior al lado de las grandes estancias, pero dado que el grueso de
la actividad agrícola se concentraba en las unidades menores, no parece haber dudas sobre el papel de las
colonias en la producción agrícola santafesina.

Las colonias santafecinas, especializadas en trigo, dan cuenta de la etapa inicial de la expansión agrícola.

La demanda de pasturas tiernas para el ganado refinado comenzó a presionar sobre la producción agrícola.
El contexto de alto costo de dinero y escasez de crédito general en la economía, periodo agudizado por la
crisis de 88/90, no era favorable para la fuerte inversión que requiere roturar extensas superficies para
instalar pasturas artificiales. Una carta de Carril aparecida en los Anales de la Soc. Rural en 1892 proponía
proponía un método para solucionar este proceso, establece contratos de aparcería para la siembra de tres
cosechas, agregando semilla de alfalfa junto con la tercera siembra.

La realidad es que la propuesta de Del Carril, en secreto, eran los contratos de aparcería, alambrando
potreros de 1600 lotes de alfalfa y subdividiéndolos en lotes amojonados de 200, ocho o diez apareceros
aseguraban un enorme lote de alfalfa.

En Córdoba como en el sur de Rosario el cultivo triguero se realizo bajo diversas formas: colonias, aparcería
en las estancias como complemento de la ganadería o simplemente una especialización en el arredramiento
o la aparcería agrícola. En Entre ríos, en cambio, se difundió una colonización al estilo del centro de Santa Fe.

La tradición ha ubicado al trigo en el centro de la expansión agraria Argentina, y esto refleja los hechos de
buena parte del periodo. En vísperas de la guerra el maíz era el principal producto de exportación argentino.
Era uno de los cultivos que aparecía rotativa, por su mayor rusticidad, el primero en tierras recién roturadas.
Era la opción mas remunerativa. Así en el cordón norte de Bs As y sur de Santa Fe y Córdoba, hubo tierras
especializadas en el cultivo de maíz.

El tercer producto agrícola fue el lino, en su doble función textil y oleaginosa. El lino era una opción de muy
alto rendimiento económico por hectárea, pero con un fuerte efecto de desgaste sobre la tierra, por lo que
no se reiteraba su cosecha en la misma parcela. Estaba totalmente orientado a la exportación, comienza a
generar saldos hacia 1880, y experimentando una fuerte expansión desde comienzos del siglo. Otros
cereales como la avena y el centeno completaban el panorama de la agricultura.

Cultivos Regionales:

La expansión de la demanda interna por el crecimiento económico y las migraciones internacionales y la


llegada del ferrocarril a Tucumán, facilitaron una expansión más sólida a fines del s. XIX, la que se extenderá
a Salta, Jujuy y en menor medida a Formosa, Chacho y Misiones. La comunicación ferroviaria impulsada por
el Estado facilito el acceso del producto al mercado y la llegada de maquinaria moderna para el
mejoramiento del rendimiento. Los productos tucumanos obtuvieron una protección aduanera especial para
incentivar la producción local. para 1890 la producción total ya supera cómodamente las importaciones. a
partir de ese año las importaciones caen drásticamente gracias a una fuerte protección tarifaria.

La vid también fue un cultivo colonial regional que se convertiría en una agroindustria floreciente contando
con un fuerte apoyo del Estado. La llegada del ferrocarril a Mendoza en 1885, impulsada por el estado, así
como la legislación provincial que promovía el cultivo de la vid, fueron elementos significativos en la
expansión de esta producción. La vid se convirtió en un en el motor de una poderosa industria bodeguera.

otra creciente agroindustria fue la forestal. Las iniciativas para la explotación de los grandes bosques
subtropicales en busca de sus maderas fueron numerosas tanto en el noreste como en el noroeste, Y de ella
surgieron varias empresas exitosas de capital nacional o extranjero. De entre ellas la más importante fue La
Forestal Land, Timbera and Rallway Company, una compañía británica. si bien la empresa instaló
ferrocarriles, plantas industriales y embarcaderos en sus propiedades, el tipo de explotación que practicaba
limitó su efecto sobre el Desarrollo Regional. Esto y el fuerte control social regional generaron intensos
debates entre contemporáneos e historiadores sobre los efectos sociales y ecológicos de la empresa.

El capital inglés también tuvo un fuerte impacto en la otra actividad agrícola de alta capitalización, el cultivo
frutal en el Valle rionegrino. Esta producción se desarrolla tardíamente habiendo debido esperar la
información del sistema de regado. La mayor parte del cultivo era llevado a cabo por pequeñas y medianas
productores, nativos o inmigrantes, cuyo capital debe considerarse nacional.

Estas modalidades reflejan no solo las características técnicas de la producción, sino la situación del mercado
de mano de obra. Siendo esta generalmente escasa y cara, y por lo tanto difícil de controlar, el capital
prefirió en general avanzar poco en el ámbito de la producción agraria, dejando un campo abierto a
pequeños y medianos productores regionales.

Trabajadores y empresas rurales.

Las condiciones de escasez laboral no afectaron solo a la agricultura industrial. Todo el desarrollo horario de
amplias regiones de Argentina del siglo XIX fue marcado por el signo de la falta relativa de trabajadores. Las
clases elevaba el costo del trabajo, haciendo que la contratación de asalariados en las actividades que
requerían una dotación proporcionalmente mayor de mano de obra costosa. Si las cosechas eran exitosas, la
inversión podría ser ampliamente justificada. Pero rentabilidad de las cosechas está sujeta a fuertes
variaciones, ya fuera que provenían de la producción (sequías como langostas y otras plagas, inundaciones),
o de caídas de precios en el momento de la venta del producto. Como ya señalamos era un riesgo invertir
fuertes cantidades de dinero que pocos podían correr para volcar a la agricultura a las grandes estancias
pampeanas. Parte de la respuesta a esta situación vino a través de la difusión de una versión moderna
agraria europea: la aparcería agrícola.

Disponibilidad monetaria, ganancia y riesgo son los factores en juego en las formas de contratación rural.
Tampoco debe pensarse que el arrendamiento y la aparcería fueron siempre una forma de contratación
laboral.

El otro gran sector de trabajadores agrícolas estuvo constituido por hacer asalariados temporarios,
mayormente contratados para la cosecha. la cosecha requirió volúmenes crecientes de trabajadores
estacionales. Disponer de suficiente mano de obra para recogerla fue siempre una preocupación de cada
productor, y también del Gobierno.

La masa de trabajadores provenía de una “migración golondrina”, trabajadores italianos y españoles que
venían a la Argentina luego de una cosecha europea, para aprovechar el trabajo en contra estación. El
estado favoreció estas migraciones con campañas publicitarias en Europa. Los inmigrantes no venían solo
por una cosecha, busca un trabajo para el invierno en las ciudades o incluso en áreas como Tucumán, que
requerían trabajo agrícola invernal.

El trabajo asalariado fue también la forma de empleo mas habitual en la ganadería. En el periodo lanar
fueron frecuentes las formas de parcela hasta 1880. El fenómeno también parece frecuente en la cría
bovina. El arriendo y la ganadería también existieron en la ganadería mayor. Era bastante habitual que los
asalariados, pequeños productores autónomos, que guardaban el ganado de la estancia a cambio de un
porcentaje en la ganancia y de autorizar para pastar sus propios animales en las tierras de establecimiento.

Fuera de las relaciones laborales, también en la ganadería se generaron una gran variedad de formas
contractuales.

Otro aspecto de la estructura empresarial de la actividad ganadera era la distinción entre cría e invernada
(engorde). Las tierras de menor riqueza de pasturas son utilizadas para la cría de animales. A los dos o tres
años los animales eran llevados a campos de mejor calidad, alfalfados o sembrados con otra pastura
artificial, y más próximos a los puntos comerciales, para que alcanzaran su peso ideal y fueran colocados en
el mercado.

Una parte muy significativa de la ganadería era llevada a cabo por grandes productores y hay evidencia de
que estos combinaban ambas actividades. Cuando los campos carecían de aptitud para efectuar la cría y el
engorde, era practica habitual entre los grandes productores la adquisición de campos de invernada. no
parecen existir evidencias de la supuesta dependencia de los criadores respeto de los invernados.

La relativa abundancia de las tierras y escasez de mano de obra y capital, además de favorecer la
concentración de extensiones importantes en pocas manos y de generar un modelo de asignación de
factores productivos que se caracterizó por una baja concentración de inversiones por superficie, a ver yo
también el camino a un tipo de relación contractual que brindaba hacia otras posibilidades de movilidad
social, y que creaba gran diversidad de situaciones productivas.

La movilidad social no fue un simple mecanismo por el cual se accede a la propiedad rural. Fue un proceso
multiforme que permitió que muchos individuos desarrollarán sus propias estrategias de progreso, con
resultados también muy variables. Solo en esos casos muy excepcionales alguien logró elevarse de la nada a
inmensa fortuna. Algunos alcanzaron sólidas propiedades, otros un bienestar que les permitió un buen
pasar, ya fuera en la Argentina rural o urbana, o regresando a sus tierras.

otras investigaciones han mostrado que el camino del Desarrollo Agrario estuvo sembrado de innovaciones,
riesgos aciertos y errores. Participaron de algunos capitales externos pero la mayoría de los empresarios que
llevaron a cabo desarrollo fueron nativos. La poderosa transformación de la ganadería y la agricultura
argentina no fue producto espontáneo de la fertilidad de las pampas, las condiciones de transporte y el
comercio internacional. Un variado conjunto empresarial fue quien tradujo estas condiciones favorables en
un notable fenómeno de crecimiento. Dentro de este conjunto una parte muy significativa del papel de
adaptación e innovación tecnológica partido de la gran empresa. Por supuesto no todos los grandes
terratenientes fueron innovadores.

El crédito agrario y la tecnificación.

La expansión agraria consigo un intenso proceso de renovación tecnológica, una pregunta clave es sólo el
origen del capital que financiaron dicha renovación, y los mecanismos de crédito que los hicieron accesibles
a los productores. La renegociación en 1827 de la antigua deuda del crédito Baring de 1824, se había
restablecido el crédito externo el que se había volcado fundamentalmente hacia la construcción de
ferrocarriles y préstamos al Estado. Esto jugó un papel crucial para el desarrollo agrario, los capitales
externos que ingresaron al aún muy incipiente sistema financiero, se volcaron fundamentalmente al crédito
comercial. La expansión agraria fue motor del crecimiento económico, y ofreció atractivas tasas de beneficio
a los inversores. El capital comercial también fue la fuente financiera de peso, a través de varios
mecanismos. Por ejemplo, las grandes empresas exportadoras, tanto de lana como el cereal, ofrecían
créditos a sus acopiadores locales y estos lo transmitían a los productores. Pero hubo otra fuente de
financiamiento agrario aún más específica. Se trata de la creación oficial de bancos hipotecarios, primero en
la provincia de buenos a aires y posteriormente en el estado nacional. Los bancos operaban a través de
bonos (cédulas hipotecarias) que se emitían a favor del propietario, y éste colocaba en el mercado. Las
células se colocaron tanto del país como en el exterior, canalizando un considerable flujo de capitales hacia
el sector rural. Se ha argumentado que el crédito sólo sirvió para incrementar la especulación improductiva,
y un aumento superfluo de los valores inmuebles.
Uno de los problemas centrales en cuanto a la cuestión de la financiación rural se ha referido al carácter
segmentado del mercado de crédito. Por un lado, el crédito institucional no estaba tan concentrado en la
gran propiedad como se suponía. Por otro el crédito un informal del comercio local parece haber sido menos
inequitativo de lo supuesto.

Otros rasgos impuestos por la disponibilidad de factores a la estructura agraria pampeana, estrechamente
vinculado al problema del crédito, fue el aprovechamiento intensivo de la tecnología agrícola. La falta de
mano de obra propicio la adopción relativamente rápida de maquinaria agrícola. Pero la escasez de crédito
impidió la intensiva tecnificación individual del productor, como ocurrió en Canadá o Estados Unidos. Otro
fenómeno vinculado, fue la existencia de grandes capitalistas que invertían en maquinaria agrícola, y
cultivaban enormes extensiones con contrato de arriendo o a porcentaje de la cosecha. En cuanto a la
ganadería, sus demandas de capital son menores en la agricultura. Además, las mayores inversiones se
requieren en la producción de reproductores de calidad, actividad que fue concentrada por grandes
establecimientos con acceso directo nacional e incluso externo.

En conclusión:

El crecimiento económico de la Argentina en al período 1880-1914 fue uno de los más espectaculares del
mundo, y puso en el primer plano de la economía mundial a un país que hasta entonces había ocupado un
lugar apenas marginal. Para que esto fuera posible, concluyeron varios factores: la disponibilidad de
productos naturales, la migración internacional de factores de producción (capital y trabajo), un Estado que
no obstruyó –y en ocasiones estimuló- el crecimiento, un sólido proceso de modernización técnica y
administrativa de la producción. Los actores del proceso sin duda buscaron su propio beneficio y al hacerlo
contribuyeron en buena medida al crecimiento general que, sin embargo, tuvo sus límites

LINEA DE TIEMPO

S XVIII  el sector de punta es el cuero vacuno sobre el cuero criollo, esos animales se crían en las estancias
de forma medio precaria porque todavía no hay límites de alambres.

Comienzo SXIX  gran demanda de carne salada (tasajo) lo que lleva a los productores a realizar saladeros
(cerca del río), esta carne sin embargo es muy dura y se secaba al sol, que una vez que apareció el frigorífico
se usaba para los esclavos que tenían los brasileros en las plantaciones. Además, se vende la grasa animal y
se exporta.

Siglo XIX (1830-60)  lanas, ovino mestizo, es el sector de punta, aunque lo anterior también se sigue
exportando.

Siglo XIX (1860-1880)  se exporta ganado en pie, vacuno – ovino en donde ayudó la aparición en escena del
barco a vapor.

Siglo XIX (1880)  carnes congeladas de ganado vacuno y ovino por la aparición del frigorífico, a la par que hay
un desarrollo de la agricultura y el trigo, es recién allí donde se da su auge y compite con la ganadería.

S XX  carnes enfriadas, chilled con procesos que conllevaban una mayor modernización y lograba que la
carne fuera más refinada y tuviera mejor gusto, lo que daba un mayor aprovechamiento.

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