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Dirección, redacción y administración


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La Habana (Cuba)
tel.: (537) 832 75 81-3 - fax: (537) 832 22 33
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revista@mogno.com
Directora general
Irma Armas Fonseca
Directores culturales
Dario Mogno, Manuel Pérez Alfaro
Redacción
Gladys Armas Sánchez
Fermín Romero Alfau
Diseño
Tony Gómez
Ilustración de cubierta Editorial 189
«Don Sabino» de
Rafael Fornés Collado
AUTORES
La Revista latinoamericana de estudios sobre
la historieta es el órgano oficial del Observato- Rafael Fornés Collado
rio permanente sobre la historieta latinoa- Apuntes de un dibujante y una
mericana. Su periodicidad es trimestral: sale el entrevista 191
15 de marzo, el 15 de junio, el 15 de septiembre
y el 15 de diciembre de cada año. El precio de
cada ejemplar es de 10 $MN en Cuba, de 3 US$ HISTORIA
en los demás países. La suscripción anual indi-
vidual cuesta 40 $MN para el envío en Cuba, 12 Mario Lucioni
US$ para el envío a los demás países. La sus-
cripción anual para las instituciones cuesta 20 La historieta peruana (2) 203
US$ sea en Cuba sea en los demás países.
©2002-2004 Revista latinoamericana de estu- HISTORIA
dios sobre la historieta / Observatorio permanen-
te sobre la historieta latinoamericana. Cristian Eric Díaz Castro
© Las ilustraciones que aparecen en este número La historieta en Chile (3) 219
son propiedad de sus autores.
Fotomecánica e impresión: Departamento técni- ARQUEOLOGÍA
co de la Editorial Pablo de la Torriente.
ISSN: 1683-254X
Hugo Arturo Cardoso Vargas
La primera novela ilustrada
mexicana.
Rosa y Federico.
Novela ilustrada contemporánea 240
Mientras nuevos vientos de guerra soplan sobre este atormentado plane-
ta, el 2002 marcha rápido hacia su fin y se cumple el segundo año de la
atormentada vida de nuestra revista. Si las provisiones para la situación
mundial no parecen favorables, a la revista –al menos– parece que tiempos
mejores la esperen, pues están encaminándose a solución los graves pro-
blemas distributivos de que hasta ahora ha padecido. Amigos solidarios
nos están ayudando en esa tarea –nudo crucial de cualquiera producción
editorial independiente, como bien saben los que intentaron iniciativas de
esa naturaleza en América Latina– y ya tenemos puntos de difusión en
Argentina, México... a que los lectores de los correspondientes países pue-
den dirigirse para la compra de ejemplares y/o para abonarse.
Si los de la distribución están encontrando su solución, otros problemas
siguen afectando el proyecto de la revista. Hemos publicado hasta ahora en-
sayos sobre la historieta en Argentina, en Brasil, en Chile, en Colombia, en
Costa Rica, en Cuba, en México, en Perú y en Uruguay; continuamos sin in-
formación sobre los demás países, y esto lo consideramos como una grave
laguna en el desarrollo de nuestro proyecto. Invitamos nuevamente a amigos
y lectores a ayudarnos para establecer contactos en los países aún ausentes.
Otro problema que ya desde hace unos meses estamos experimentando
es el de las demoras de los autores. Como ya señalamos en el editorial del
no. 6, sabemos que estos atrasos proceden directamente de la irregulari-
dad que hasta ahora ha marcado las salidas de la revista. De verdad es difí-
cil solicitar la puntualidad al autor cuando él mismo sabe que después
puede ser que la impresión se postergue por meses por falta de papel, de
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tinta o porque la máquina está rota. Y de todas formas hemos a ese propósi-
to también de pedir la ayuda y la comprensión de los colaboradores... por-
que, mientras frente a las travesías técnicas somos lamentablemente
impotentes, tenemos que recordarles que los atrasos no se compensan, sino
se suman. Y no queremos compartir el destino de tantas revistas científicas
y culturales con la mala costumbre de salir con una fecha de cubierta retra-
sada de un año o más.
Deseándoles un sereno 2003 a colaboradores y lectores, ese no. 8 se pre-
senta con una jaba de gustosos regalos.
Mientras sigue la monumental reseña de las publicaciones chilenas de-
dicadas a la historieta de Cristian Eric Díaz Castro –que con esta entrega
nos lleva hasta 1964–, después de un año exacto de ausencia reaparece el
inefable Mario Lucioni con la segunda y última parte de su historia de la
historieta peruana (la demora de Mario está justificada: durante ese año se
mudó para Italia, se le acabó la beca que tenía en la universidad, tuvo que
buscarse un nuevo trabajo y ahora vive en un pueblito tan lejos de la ofici-
na que cada día tiene que invertir como seis horas de viaje).
Hugo Arturo Cardoso Vargas nos cuenta su descubrimiento de la que
probablemente es la primera historieta mexicana, hasta ahora pasada
inadvertida en cuanto apareció «en una publicación del interior, en la ca-
pital de uno de los estados menos propicios para este tipo de medios de in-
formación como lo era la ciudad de San Luis Potosí».
Completa el número –mejor: lo abre– la redición de unos textos de Rafael
Fornés Collado, originalmente publicados en la revista cubana Signos en el
imposible de encontrar no. de enero-agosto de 1975. La publicación de estos
textos es en nuestra opinión importante y nos llena de orgullo. A pesar del
alto nivel artístico de su obra, Rafael Fornés Collado es poco conocido o
totalmente desconocido fuera de Cuba, y dentro sólo pocos lo recuerdan. No
se sabía nada más de él, cuando Dario Mogno y Manolo Pérez fueron a
buscarlo sabiendo apenas que hace tiempo vivía en un edificio de una calle
del barrio habanero del Vedado: preguntaban de él a la gente que pasaba
por la calle y ya estaban perdiendo las esperanzas cuando de un balcón de
un primer piso una canuta noble figura de anciano que había oído les dijo
«¿Están buscando a Fornés? Soy yo». ¡Qué alivio, qué intensa emoción! Eso
fue el pasado febrero. ¡Ojalá la publicación de estos textos llame la atención
de algún editor y a Rafael Fornés Collado y a su «Sabino» se dedique
finalmente el lujoso libro que ambos merecen!
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AUTORES

Apuntes de un dibujante y una entrevista

Rafael Fornés Collado


Poeta del plumín, La Habana, Cuba

Resumen
Prácticamente desconocida en el exterior y lamentablemente olvidada en su misma patria, en
Cuba en los años 1957-1963 ha sido creada y publicada una de las historietas más lindas: «Don
Sabino», de Rafael Fornés Collado.
El sentido profundo y los motivos inspiradores de la obra emergen vivamente de los «Apuntes de
un dibujante» y de la «Entrevista a Sabino Fornés» publicados en el ya imposible de hallar no. de ene-
ro-agosto de 1976 de Signos, la estimulante revista dirigida por Samuel Feijóo.
Por su gran interés, proponemos aquí de nuevo aquellos materiales, que para esta edición Fornés
ha querido revisar, corregir y completar con nuevas observaciones. Atribuimos a él sólo su autoría,
considerando que –como él mismo nos contaba– lo de la entrevista fue en realidad un expediente for-
mal, ya que fue él mismo quien escribió las preguntas y las respuestas.

Abstract
Practically unknown abroad and regrettably forgotten in its same homeland, in Cuba in the years
1957-1963 one of the prettiest comics have been created and published: «Don Sabino» by Rafael For-
nés Collado.
The deep sense and the inspiring reasons of the work emerge vividly from the «Notes of a designer»
and the «Interview to Sabino Fornés »already published in the impossible to find issue of January-Au-
gust of 1976 of Signos, the stimulant Santa Clara magazine directed by Samuel Feijóo.
For their great interest, we propose here again those materials that for this edition Fornés has
wanted to revise, to correct and to complete with new observations. We attribute to him alone their
authorship, considered that –as he counted us– this of the interview was in fact only a formal expe-
dient and he wrote questions and answers.

Sabino Fornés mundial por sus rasgos y por su acción


interior.
Rafael Fornés es un dibujante que ha Agradecemos a Rafael Fornés el ma-
creado en nuestra gráfica un personaje terial inédito que nos ha ofrecido para
singular: Sabino. esta saludable exposición de su mejor
Cargado de problemas, enigmas más obra. Por lo demás, Sabino se yergue
o menos solubles, sugerencias, ironías contra lo reaccionario y mal conserva-
benévolas y perplejidades sin hiel, Sa- dor. Sobre esto Fornés aclaró: «El ca-
bino es personaje único en la gráfica rácter de Sabino es el de un espectador,
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Rafael Fornés Collado
y no le cabe estar en actitud de estarse Mi ansiedad me hizo asistir rápida-
irguiendo, a favor o en contra de nadie, mente a la escuela Villate, Escuela de
ni de nada». Arte sostenida por la Sociedad Econó-
Fornés es un poeta que utiliza como mica de Amigos del País, que estaba en
signo el dibujo. Es un error considerar el Cerro, y concurrir como quince o
que el signo alfabético usual es aquel en veinte días. Me hizo matricular en la de
que sólo se piensa, cuando todo signo San Alejandro, a la que asistí como un
genera pensamiento, si afortunado, si mes. Y aún algo más tarde concurrir a la
profundo. Anexa, que se fundara por aquellos
Fornés fue el director de El Pitirre, días, en La Habana Vieja, y a la que fui
inolvidable semanario gráfico dónde se algo menos.
desratizó al imperialismo yanqui. En todas estas escuelas enseñaban
Samuel Feijóo modelado y antiguo griego, pero mi im-
paciencia era muy grande y sentía como
Apuntes de un dibujante muy dilatados aquellos métodos.
Además, en los viajes perdía tiempo
Imagino la impresión de un rústico y dinero.
de tiempos de Leonardo que detenido a Por lo tanto, me compré lápices, pa-
su lado le viera extraer de sus pinceles pel y tinta, y día a día me ponía a dibu-
la imagen de la «Gioconda». jar, horas tras horas.
En otro taller un grabador extraería Mi padre, que era mi crítico, y que al
de la prensa un papel y revisaría las tin- principio mostraba en lo externo una
tas de un grabado. discreta reserva, y en lo íntimo un orgu-
Eran tiempos sencillos. Los medios lloso contento, ante la adopción de mis
de divulgación masiva de grandes tira- métodos, ya manifestaba su entusiasmo
das rotativas no habían comenzado. por mis progresos.
En mi adolescencia yo examinaba Esto ocurría en el año 1934; pero la
otros grabados. Ya existían las grandes situación económica apretaba; yo era el
rotativas, y venían en un periódico mayor de muchos hermanos y tuve que
diario, ya de gran tirada. Sería El País, irme a trabajar a una tienda.
y los grabados los firmaba Kuchilán. Seguía dibujando luego que termina-
Ilustraban sucesos de la página roja. ba mi trabajo.
Y mi admiración era tanta como pu- A finales de 1936 había alcanzado mi
do haber sido la de aquel rústico. más notable éxito de promoción.
Había cosa de poder y magia en lo- En septiembre de este año se publica-
grar aquello. ba mi primer «José Dolores» en la Re-
Trasladar al lector que ahora leía el vista Rosa del periódico Avance; entra-
periódico, y poderle hacer ver y ser tes- ba en la nómina del periódico, y a partir
tigo presencial de aquella tragedia o de de ahí, se publicaría semanalmente, du-
aquel accidente mortal, que horas antes rante tres años.
había ocurrido, y ahora comentaba la Había que trasladarse a La Habana
ciudad. de hace cuarenta años 1, en que todos
No concebí otra forma de realizarme: los diarios y suplementos de nuestros
me haría dibujante. periódicos estaban copados por los ser-
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Rafael Fornés Collado
vicios de los sindicatos norteamerica- nuestro pueblo, y mis personajes eran
nos, para darse cuenta de que realmen- negros.
te, en esto había un logro. Y no blancos pintados de negro, como
Para mis antiguos compañeros de los de nuestro teatro bufo; sino negros.
trabajo, no sólo significaba que yo, aún El que le dio nombre a las páginas fue
antes de cumplir los diecinueve años, «José Dolores», y a este lo tomé de
me hubiera liberado de la obligación King-Kong, que así le decían a un esbelto
de adular a una clientela, de tener que y apuesto negro que era personaje de la
obedecer las disposiciones de los jefes, playa de Viriato, por aquellos años.
y de marcar en el reloj la hora de Su vocación de clavadista lo hacía
entrada. Veían mi firma en el lanzarse a diario desde la mayor altura
periódico, al igual que las de las de la más alta torre de las torres del cas-
principales figuras del periodismo, me tillo de aquella playa. Y aquello siem-
consideraban en trato directo con los pre era espectacular.
que lo sabían todo, con los que estaban Nunca le hablé. Mi timidez me hu-
enterados de todo, y me consideraban biera impedido hacerlo, pero una tarde
una persona de excepción. me dirigía a la playa en guagua, y él iba
«José Dolores» fue una página de di- de pie, parado en el estribo, y hablaba
bujos de factura normal, quiero decir, con el chofer (posiblemente no hubiese
sin la estilización de lo grotesco utiliza- pagado el pasaje). Llevaba el típico
da por los caricaturistas políticos nues- pantalón campana, el sombrerito de ala
tros, ni por los autores de las tiras cómi- corta, la camisa por fuera, y las mangas
cas extranjeras, aunque la página ilus- arremangadas.
traba, en consecuencia, una anécdota Lo comencé a dibujar de memoria en
humorística. mi casa, le creé una anécdota, y ya co-
Jamás utilicé el globo en «José Do- menzó a salir publicado en el periódico,
lores», ni el formato de los cuadros semana tras semana.
característicos de la historieta norte- Es probable que él leyera aquellas pá-
americana. ginas más de una vez, porque fueron po-
Yo atribuyo esto a que jamás me ha- pulares, y las editaba un periódico de
bía sentido inclinado a hacer historietas. buena circulación en La Habana, y que
Kuchilán recogía un hecho real en las nunca sospechara de su colaboración: ha-
páginas de policía. bía sido observado con mucha atención y
Yo también recogía un hecho real de había sido captado en todos sus gestos,
la vida de nuestros barrios y lo presen- modos, proporciones y vestimenta.
taba en secuencia.
Sólo que descubrí que los hechos re- Entrevista a Sabino Fornés
ales también pueden ser imaginados,
que no había necesidad de esperar que Fornés, usted nos dice que «José
ellos se produjeran, y que, procediendo Dolores» fue una creación autóctona,
así, la cantera se hacía inagotable. de humor popular, publicada por es-
Yo quise serle fiel al ingenio, a la as- pacio de tres años en forma continua-
tucia, a la hombría, al hambre y a la pi- da. Usted parece recordar aún con
cardía de la gente más desposeída de afecto ese trabajo de su juventud. ¿A
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Apuntes de un dibujante y una entrevista

qué atribuye usted el cese de la conti- Pero esto es una idea mercantilista, y
nuidad de su publicación? es una monstruosidad.
En nuestro país tuvimos un Rafael Cervantes tampoco vivió la época
Blanco. Cuando yo me inicié en el di- capitalista. Pero pudiéramos imaginar a
bujo y comencé a frecuentar las redac- su Quijote atrapado en esta era, y verlo
ciones de periódicos, ya Blanco no apa- reproducido, una y otra vez, en series
recía en nuestra prensa. Y vivía, y tenía interminables, como «Tarzan».
edad para producir. En los años de «José Dolores», la ca-
Yo no lo conocí. Todos lo alababan; si totalidad de los dibujos que se publi-
me decían que era muy bueno; pero que caban en nuestra prensa diaria eran ex-
no dibujaba ya porque se había dedica- tranjeros.
do al ajedrez. Los sindicatos norteamericanos que
También tuvimos a Abela. Su genial distribuían los comics, o historietas en
«Bobo» había mantenido a la totalidad colores, en Norteamérica y en América
de la población del país en vilo durante Latina, distribuían también una
la época machadista. Luego, dejó de enorme cantidad de flanes (especie de
existir. cartón encerado), que venía por correo
Los sindicatos o trust que controlaban ordinario y servía para fundir el plomo
la distribución de los muñequitos directamente sin necesidad de gra-
americanos, o comics, mantienen bado.
la producción de sus Bud Fisher, y sus Aquellos flanes contenían gráficos
McManus, mucho después de la muerte del material más variado: chistes, tiras
de sus autores. cómicas, modas, dibujos de entreteni-
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Rafael Fornés Collado

miento, «La vida en los Estados Uni- Esto contrariaba a la empresa que te-
dos», «Créalo o no lo crea», etc. nía disputas con el grabador.
La enorme extensión de su mercado El grabador culpaba al dibujante, que
le permitía darlos a muy bajos precios. hacía las líneas o demasiado finas o de-
Si el periódico quería publicar un di- masiado anchas.
bujo cubano, lo primero que tenía que Los flanes de los norteamericanos
hacer era mandarlo a un taller para que habían sido hechos de grabados bien
le hicieran un grabado. terminados, y siempre daban una ima-
Esto encarecía los gastos de la empresa, gen limpia y bien impresa.
pues ese taller trabajaba a destajo y Al dibujante que era del patio y hacía
cobraba de acuerdo con el número de dibujos, o una página, también había
pulgadas. que pagarle, y esto hacía mucho más
Los grabadores que trabajaban en los costosa la producción nacional y au-
periódicos, trabajaban a bajos precios, mentaba considerablemente sus dife-
y no solían ser los mismos que trabaja- rencias de precio con el producto ofre-
ban a los anunciantes, por ejemplo, que cido por los monopolios extranjeros.
cobraban a más altos precios y hacían Pero había aún algo más. Un dibu-
un trabajo más esmerado. jante nacional podía ser un creador.
Los grabados nuestros podían venir Un individuo inquieto, no conven-
con la línea quebrada o con tacos; algu- cional, que pensara por su cuenta, y que
nas veces podía ocurrir que llegaran a se le ocurría indagar por terrenos dife-
que no se entendieran los textos que rentes. Esto podía alterar los nervios de
acompañaban las ilustraciones. los lectores, habituados por los sindica-
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Apuntes de un dibujante y una entrevista

tos a la inocuidad de una lectura de lidades de empleo para otros dibujantes


chistes intrascendentes, y de historias es seguro que hubieran aumentado. Pero
que se repetían. Podía ocurrir que se re- el problema es que la prensa diaria es un
cibieran quejas y protestas, etc. Y podía medio de divulgación masiva.
ocurrir que, al final, se le alteraran los Esto resulta un estímulo de gran atrac-
nervios a la empresa que era quien nos ción para cualquier creador, que aspira
pagaba. a un tipo de comunicación, y a que su
Todas estas consideraciones podrían obra sea difundida. Pero siempre tenía
conducirnos a una interrogante opuesta la amenaza de que su obra se convirtie-
a la que encierra su pregunta. ra en mercancía. Si se acomodaba a es-
¿Cómo fue que se publicó «José Dolo- to, dejaba de ser autor.
res» y cómo fue tan larga su permanencia? Esta amenaza pende, sobre todo tipo
Usted nos ha dado una acabada de creador. Para un pintor cuya obra sea
descripción de la situación de los di- contratada por una galería, para el autor
bujantes cubanos en los años en que teatral, guionista, escultor, músico, bai-
nuestros órganos de prensa estaban larín, director cinematográfico, etc.
penetrados por los sindicatos extran- El fenómeno de la creación artística
jeros. ¿Usted cree, que de no ser por es mucho menos frecuente de lo que
esos monopolios hubiesen sido mayo- podemos suponer.
res las posibilidades de que surgieses Tampoco debemos suponer que se ha-
otros autores nuestros? lle en extinción, ni que ha de desaparecer.
Bueno, había que ver a qué tipo de po- Sobre aquella época pudiera agregar-
sibilidades nos referiremos. Las posibi- le algo más.
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Rafael Fornés Collado

Vivíamos rodeados de un mundo sen- Nuestros diarios hubiesen descubier-


sacionalista, y de gran producción que se to también lo que los diarios del norte
nos presentaba como artística, y el grue- ya habían descubierto: que sus públicos
so de lo que nos llegaba no pasaba de ser gustaban más de ver las historias que de
una hábil producción artesanal. leerlas. Y hubiesen también inventado
El culto al éxito nos distrae; el desa- sus propios muñequitos e historietas,
rrollo de las técnicas aplicadas nos lo que hubiesen salido calzadas con fir-
hace difícil detectarlo: el continuo gol- mas cubanas en vez de extranjeras. Los
pear de los grandes órganos de publici- nuestros, imitando a aquellos. Algo más
dad nos confunde; y aquellas invencio- penoso todavía.
nes que pudimos suponer favorecieran Fornés, en su pequeño esbozo bio-
la divulgación de la obra poética, nos la gráfico todo lo dicho se refiere a su
bloquea. etapa juvenil; omite de ella a «Sabi-
La obra artística puede ser popular, no» que es una creación posterior.
como lo fuera el Quijote; llana, como ¿Cómo surgió «Sabino»? ¿Qué signi-
los versos de Machado; intelectualiza- fica? ¿Cuándo nació? Tampoco me
da y culta, como la de Joyce. ha dado la fecha de nacimiento, ni el
Pero esta ha de ser señera. El hecho nombre de su pueblo. A «José Dolo-
de que ella concurra adonde todos va- res» usted lo vio en una playa. ¿Y
mos, ha de ser mera coincidencia. Sabino... es usted?
Y esto la hace dura; difícil de manejar. Sabino es, sin prevención. Sin cono-
Siempre opto entre el ser y el estar, cimiento ni experiencia: sano de saber.
por lo primero. ¿Cómo decirle la fecha de nacimiento
Volviendo de lo general a lo particu- de Sabino, si nace cada día?
lar y para dar respuesta su pregunta. Si yo fuera como Sabino, tampoco
No creo que, porque la prensa nues- podría decirle mi edad (no la hubiese
tra de los años treinta dejase de estar pe- comenzado todavía). Sin embargo pue-
netrada por los monopolios de servicios do decirle que nací en la Víbora el 6 oc-
extranjeros, habría de mejorar las posi- tubre de 1917. También puedo decirle
bilidades de ese supuesto autor nuestro. que desde entonces he venido acumu-
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Apuntes de un dibujante y una entrevista
lando conocimientos y experiencias, y
que muy poco pudiera encontrar usted
en mí fuera de esto: todo ese saber acu-
mulado y en un orden algo precario, y,
sobre todo, muy marcado por mi época
y por mi propio acontecer.
El tiempo, las fechas, la valuación de
las cosas y los hechos, son marcas que
no existen en el mundo de Sabino; que
es un continuo fluir, sin encierro, nom-
bre, comienzo ni fin.
En este mundo se desenvuelve Sabino.
Usted y yo podemos comprender al
Pato Donald, y hasta reír con él, porque
se desenvuelve en un mundo de con-
venciones que comprendemos; pero no
a Sabino; a lo sumo podemos gustar de
él, y esto es suficiente.
Usted me arrebató algunas tiras de
«Sabino» para publicar en Signos, y me
pidió les diera respuesta a unas pregun-
tas. En este momento que las contesto,
no tengo presente esas tiras, y me asalta
la duda de que ellas no respondan a lo
que le estoy diciendo.
En el momento en que usted viera Pero su biografía ha quedado mani-
una tira de «Sabino» y esa tira estable- fiestamente trunca. En ella usted va
ciera comunicación con usted, en ese desde aquellos primeros estímulos
momento habrá nacido Sabino. que lo hicieron adoptar la profesión
El día que usted la haya publicado en de dibujante, hasta su descripción de
Signos si algún lector estableciera co- «José Dolores». Pero pasaron algu-
municación con Sabino, ese día, habrá nos años antes de que le surgiera la
nacido otra vez. idea de realizar a «Sahino». ¿Qué la
El día que no pudiese establecer co- motivó? A la historieta biográfica
municación, ese día habrá quedado sin que usted me hace le faltan cuadros...
expresión, habrá muerto Sabino. Si usted cree que es menester que aún
Usted me pide intente una definición continúe mi biografía, le diré que aún
de Sabino; y ya usted ve cómo, en el después de haber dejado de publicar mis
momento mismo de intentarla, todo se originales en la Revista Rosa de Avance
oscurece. todavía estuvieron publicándose mis
Fornés, usted me dice qué no pue- «José Dolores» durante algún tiempo.
de darme una definición de Sabino y La Revista Rosa, que era un suple-
no obstante, en su respuesta me pare- mento semanal sabatino del periódico
ce que usted nos dice bastante de él. Avance había dejado de editarse.
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Rafael Fornés Collado

Había sido sustituida por un plan de chando por arrancar a los vendedores
rifas. Le adicionaban a cada ejemplar de periódicos los ejemplares de Avan-
del diario un sobre cerrado con un cu- ce, con los Sobres de la Sorpresa.
pón numerado. Hubo gente que compraba los ejem-
En aquel cupón venía su regalo. Al plares por docenas, les arrancaban los
comprar un ejemplar del diario en la ca- sobres y tiraban los diarios.
lle, usted podía obtener con él lo mismo La redacción ahora estaba invadida
un cepillo de dientes que un viaje a Va- por centenares de muchachas, que sen-
radero, o un auto. tadas en mesas alineadas, frenética-
No sé cómo esto se pudiera hacer. mente llenaban sobres con cupones y
Pero al día siguiente, el propio periódi- los pegaban a los diarios.
co publicaba las fotos de la multitud Yo, había sido cesanteado.
que atiborraba los pasillos del diario Del periódico que se vendía antes,
mostrando en alto los sobres de los cu- sólo quedaba el cascarón.
pones premiados. Fotos y entrevista del No puedo decirle cuánto duró aquel
nuevo y feliz propietario del auto. Fotos plan. Ni si alguien ganó con él. Yo salí
de la gente amontonada en la calle, lu- perdiendo. El tiempo de duración del
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Apuntes de un dibujante y una entrevista
plan, es posible que también estuviese laba demasiado que yo le fuera a repetir
calculado. Todos aquellos planes casi los grabados por él publicados, y mi
siempre terminaban en fraude. Alguien stock tendía a agotarse. Yo ni siquiera
más que yo, debe haber perdido también. había guardado aquellos grabados des-
Pero salía un nuevo periódico. Este de el inicio de mi producción en Avan-
era pequeño y pobre. Se vendía al pre- ce, sino desde un día que se me ocurrió
cio de un centavo, en la calle. El perso- que podía darle un uso posterior a aque-
nal de su redacción no excedía de tres o llo que estaba haciendo.
cuatro. Pero se habría paso. Su director Luego se me presentó una oportuni-
era hábil. dad de empleo con mayores posibilida-
La guerra de España estaba en su des de ingreso.
apogeo. La tensión mundial pendía de Era en la Snear, compañía norteame-
los partes de guerra. Nuestros órganos ricana que realizaba la construcción de
de prensa consolidados se inclinaban las obras que para la extracción del ní-
hacia Franco. A él se le ocurría tirar ha- quel se hacían en Nicaro. Allá me pre-
cia la izquierda. Nuestro pueblo, que senté y trabajé durante varios meses co-
sufría indignación ante el asalto a la re- mo pintor de brocha gorda.
pública por el fascismo, empezó a re- Mi falta de conocimiento y experien-
sentir de los periódicos grandes, y a cia en el oficio hizo que me trasladaran
comprar aquel chiquito: era Informa- (ya que yo no podía lograr el acabado
ción, en sus primeros tiempos. de mis más experimentados compañe-
Claret, que era su director, no podía ros, de pintar las casas que habían de
darme empleo, pero podía comprarme habitar los dirigentes de la empresa), a
mis «José Dolores» que ya habían sido un lugar que todos llamaban La Siberia.
publicados en Avance y que saldrían de Allí el trabajo consistía en rasparle el
nuevo (era como una segunda edición). óxido a grandes vigas de hierro, y pin-
Él me pedía que siempre le trajera las tarlas de rojo para protegerlas.
historias más viejas, en su esperanza de La aspereza del óxido hacía que mis
que el lector olvidara que ya las había manos sangraran, pero, con el trabajo,
leído y las considerara como material estas fueron cogiendo la consistencia
inédito. del hierro.
Yo, en Avance, había tenido la pre- Usted quiere saber qué originó la idea
caución de recoger aquellos grabados de Sabino, y yo no creo que Sabino fue-
una vez usados, y de guardarlos en mi ra una idea; sino un hecho.
casa. Esto me permitía ofrecerlos ahora Y si usted cree verle alguna originali-
a precios de competencia. El periódico dad en Sabino, debe ser por esto.
no tendría ya necesidad del gasto en Las ideas nunca suelen tener la origi-
grabados. Los míos servían para impri- nalidad de los hechos.
mir, igual que los flanes extranjeros. Nuestro pueblo siempre fue de inge-
A pesar de esto mis utilidades eran nio fértil. Y yo siempre le fui a la zaga,
mezquinas. Claret me pagaba un peso en esto. En «José Dolores», yo quise re-
por cada una de mis páginas, y estas sa- producir el ingenio de mi pueblo; no es
lían una vez por semana. Además aque- que «José Dolores» fuese una creación
llo no podía durar siempre. Claret vigi- ingeniosa.
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Rafael Fornés Collado
Todo ello pertenecía a un ámbito muy
«José Dolores» fue producto de una vi- distinto del mío, ciudadano.
sión de aquellos años del ambiente de los Cuando regresé a la ciudad, sus hom-
barrios habaneros que yo trataba de repro-
ducir. Desde luego, como no podía ser tes- bres y sus afanes, sus motivos y su cul-
tigo de una anécdota así, cada semana, te- tura, me parecían de arenilla.
nía que inventarla. La locuacidad de los nuestros con-
«Sabino» fue otra cosa; más bien el trastaba con la parquedad de los medios
producto de dudas y certezas que en mí
mismo anidaban. Por esto, uno de mis hi- de expresión de aquellos.
jos, cada vez que se refiere a mí, me nom- Y me parecía que la inquietud de
bra Sabino estos era porque no podían ver nada; las
luces de la ciudad los hacían ciegos a la
visión nocturna del cosmos, y les ha-
Pero en «Sabino», no. Sabino es huér- bían hecho creer que podían ser impor-
fano de ingenio. También puedo decir- tantes; que tenían que ser importantes.
le, que en Sabino, no hay ideas. Sabino Las leyes del tránsito les impedían
es huérfano de ideas. También que Sa- moverse en cualquier dirección: en la
bino surgió de sí, y sin que nadie lo diagonal, hacia occidente o sur, norte u
ideara. Y en esto puede radicar su origi- oriente. Le decían cuándo podían parar;
nalidad. En que Sabino sea un hecho, y cuándo caminar de nuevo.
nada más, sin ingenio y sin ideas. Y sin poder escapar a su destino igual
Pero los hechos también tienen su (nacimiento y muerte), lo hacían todo
origen en otros hechos. más intrascendente y vacuo.
Y el que surgiera «Sabino» pudiera El hombre eterno estaba allá, y era
tener su origen en las vivencias que yo aquel, más cerca del sol, de las playas,
tuviera en Nicaro. Sus hombres, los que las estrellas y las montañas, que tenían
yo conociera trabajando a mi lado, eran sus propias leyes, que no se podían ob-
distintos de los que yo conociera aquí viar. Y que no era necesario que se ob-
en La Habana. Eran menos inquietos y viaran, porque eran las que tenían más
ágiles; pero a su vez más sólidos. gracia, más belleza y eternidad.
La amplitud del paisaje me anonada- Fornés, veo que usted es un filóso-
ba; al propio tiempo que me hacía cre- fo, veo que usted le ha añadido un
cer e incorporarme a él. La visión pró- cuadro a su biografía pero no me la
xima de aquellas montañas que en señe- concluye.
ra y eterna permanencia preparaban en Es un problema de estilo, Feijóo, tam-
sus cumbres las tormentas que luego poco mis tiras...
lanzarían en forma de torrentes por sus Pero usted no me dice, cuándo ni
laderas. El sereno desplazamiento de dónde publicó su primer «Sabino»...
las auras. La visión cósmica de sus no- Esa es otra historia, Feijóo, no pode-
ches, con sus miríadas de estrellas. La mos abarcar tanto en un solo día, ten-
displicencia de su enorme bahía, al lan- dría que ser para otra edición...
zar los extremos de sus olas contra el
verdor de sus contornos; para marcar Notas
las horas, que a ella no interferirían, 1. Época en que Feijóo hizo esta entrevista,
porque era eterna. ahora sería 66 años.

202 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA


HISTORIA

La historieta peruana
2

Mario Lucioni
Estudioso y recopilador de la historieta peruana, Lima, Perú

Resumen
En este período la historieta peruana conoce la popularidad, la proliferación (siempre relativa) de
soportes y obras, e incluso alguna sequía creativa. Como los grandes! Pero no durará...

Abstract
In this period, peruvian comics know public success, proliferation of formats (always relative to
our size), and even some drop of creativity. Like the big ones! It will not last...

En la primera mitad de la década del la historieta internacional, pero también


cuarenta la historieta prácticamente de- a la posición social de sus autores, mar-
saparece en Perú a causa de las limta- ginales y creativos, urgidos de hablar
ciones de espacio en las publicaciones sobre el país.
provocada por la escasez de papel du- Desde fines de la década del cuarenta
rante la segunda guerra mundial, pero la historieta peruana asume como for-
también porque muchos de los perio- ma principal de difusión la tira diaria,
distas de estilo más moderno están en el coincidiendo con la aparición (y en Pe-
exilio. Bajo una «dictablanda» como la rú es una novedad) de una prensa popu-
de Prado, y en el contexto de la guerra, lar de gran tiraje. Es a partir de ese mo-
la prensa nacional aparece débil y poco mento que sus personajes entran a la
interesante: prácticamente no hay se- historia colectiva, al lenguaje de los pe-
manarios populares de actualidad en ruanos urbanos.
esos años. Ese mismo proceso de masificación
Esta ruptura prepara un cambio radi- permite la profesionalización del dibu-
cal en la historieta peruana. El valor que jante, que antes era un bohemio, y que
ella tiene en los decenios anteriores, es- ahora entra a formar parte de la redac-
pecialmente de 1922 a la fértil estación ción del diario, integrándose mejor a la
de Palomilla en 1940, se debe al lugar sociedad limeña y perdiendo un poco
poco central que ocupa en la prensa, a del filo crítico que caraterizó a los me-
su relativa libertad frente a las reglas jores historietistas de la generación an-
del mercado y del lenguaje y géneros de terior. Pierde también algo de libertad,
vol. 2, no. 8 203
Mario Lucioni
y se tiene la impresión de que el dibu- es este modo? El de la historieta políti-
jante pasa a ser, parcialmente, un ins- ca, producto de las necesidades de lu-
trumento de la opinión del diario. cha ideológica y propagandística entre
A nivel de dibujo, los dibujantes del diversos grupos de poder ante el retorno
período se caracterizan por una limpie- de la democracia, ausente del país des-
za del trazo casi ausente en las décadas de 1931.
precedentes, y ahora la soltura en el di- Se habían sucedido sin embargo va-
bujo será más bien una adquisición de rios procesos electorales, generalmente
madurez. amañados o desconocidos por la pode-
A nivel narrativo, el conocimiento rosa cúpula militar, en 1936 y 1939.
un poco lejano que los dibujantes ante- Ahora, en 1945, las cosas eran diferen-
riores tenían de la historieta internacio- tes, y Bustamante fue elegido en elec-
nal y que se traducía en una notable ori- ciones libres por una amplia mayoría:
ginalidad, se ve sustituida en este perío- más del 70 % de los votos. Además por
do por la referencia constante al modelo primera vez en una década participaba
argentino, sea en las historietas de aven- el APRA, puesto fuera de la ley desde el
turas como en las tiras de humor. año siguiente al de su fundación como
En el primer caso, sentiremos en las partido de izquierda, y que aportó su
tiras peruanas de aventuras, a partir de 30 % del electorado al triunfo de Busta-
la década del cincuenta, la influencia mante. Ese será uno de los problemas,
artística y ética de los trabajos inicia- pues lo que algunos (entre ellos el presi-
les de Hugo Pratt y Oesterheld, con la dente) entendieron debía ser un gobier-
diferencia de que ellos, a veces obli- no de transición y reforzamiento de la
gados por el editor, deben buscar co- democracia, se convirtió para el APRA
mo escenario Estados Unidos, mien- en una ocasión para ejercitar ese poder
tras la historieta peruana sigue siendo que sentían largamente merecido, en el
localista. parlamento, y a pesar del presidente.
En el caso de las tiras de humor, en Por otro lado, la notoriamente caver-
cambio, el modelo argentino se basa en naria derecha peruana, que hasta los
personajes monotemáticos, caracteriza- primeros años de la guerra había sim-
dos por un solo vicio o virtud. patizado con Hitler y que había recogi-
El contexto social en el que esta his- do como refugiados sólo a los niños
torieta peruana se inserta está caracteri- del lado franquista de la guerra espa-
zado por la inestabilidad del cambio, en ñola, le hará la guerra tanto a Busta-
el que conviven movimientos sociales y mante como al APRA, financiando pe-
culturales contradictorios entre sí. riódicos serios y satíricos, desde el día
mismo del cambio de gobierno. A ellos
La reactivación de la prensa el APRA responderá algo aislada, con
sus propios órganos de prensa. Es en
El nuevo período se inicia de un mo- este contexto que los principales histo-
do que no permite adivinar su desarro- rietistas del período se inician y empie-
llo posterior, aunque en el fondo sugie- zan a desarrollar el estilo, que sin cam-
re un tipo de relación entre dibujante y bios profundos se mantiene hasta hoy
medio que luego se mantendrá. ¿Cuál en las tiras diarias.
204 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta peruana

Figura 1: Una página de «Tangama del Amazonas en: El otorongo blanco»de Rubén Osorio, pu-
blicado en El Trome. Revista de Expreso, no. 5 de 2 de octubre de 1971.

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Mario Lucioni
Del lado aprista está Carlos Roose, pacios cotidianos para la historieta pe-
conocido como Crose, que empieza di- ruana. El primero durante quince años,
bujando las tiras de «Don Credulio», abandonándola sólo hacia la década
cuyo protagonista, como su nombre lo del sesenta para convertirse en autor y
indica, es un ingenuo que cree en las crítico teatral; el segundo hasta el día
promesas de la derecha. Las estrategias de hoy, verdadero decano de la histo-
retóricas de la tira, que se basan en la rieta nacional.
confrontación entre la promesa y la rea-
lidad (proyectada al futuro), no son Las tiras diarias
muy diferentes de las que animaban a la
historieta anticlerical, por ejemplo. Pe- Salvo algunos cortos experimentos
ro un estilo de representación casi dis- de tiras realizadas sin continuidad, la ti-
neyano y una estructura de tira a la ar- ra diaria con globos se establece con la
gentina señalan derroteros distintos, en serie «Vida y milagros de Anacleto Ba-
los que influencias internacionales en- rriga» de ALAT, el 25 de febrero de
tran en una relación no descontada con 1947 en El Comercio. Si la mayor parte
la relación política. de personajes en nuestra tradición se
Por el lado antiaprista está ALAT distribuye entre vivos y víctimas, Ana-
(Alfonso La Torre), que dibuja tiras sin cleto pertenece al segundo grupo, pero
personaje fijo, que se alternan entre el no en otros casos por deficiencias del
protagonismo del hombre anónimo de personaje, sino por la agresividad del
clase media (el típico mono de la épo- mundo lunático que lo rodea, que re-
ca), y el de los líderes apristas, repre- cuerda lo suficiente a la realidad para
sentados en un estilo distinto, deudor de tener un valor metafórico.
la caricatura política. En las primeras se Realizada como doble tira, será atípi-
enfatizan los problemas económicos y co también el modo en que el protago-
la carestía de alimentos, en las segun- nista va aprendiendo a defenderse, mo-
das la corrupción e hipocresía de los dificando la premisa de la serie, por lo
políticos del APRA. Vida cotidiana y que no será extraño que ella acabe y sea
mundo de los políticos como dos mun- sustituida en 1948 por la duradera «Fal-
dos separados, entre los que la comuni- seti», sobre un vivo a salvo de dudas y
cación aparece como estilísticamente transformaciones.
negada. Crose, por su parte, apenas un mes
Tanto ALAT como Crose serán fun- tras el estreno de ALAT y su «Anacleto
damentales para el nacimiento (tardío) Barriga», inaugura «Pachochín», un
de la tira diaria en el Perú. Y en reali- hombre de paciencia, en el diario apris-
dad ninguno de los dos se siente muy ta La Tribuna. Otra víctima, pero de su
atraído por la tira política. Por ello, propia estupidez y de la lentitud de sus
cuando el experimento democrático de procesos mentales, el humor de la serie
Bustamante se cierra con un golpe de depende precisamente de la peculiari-
estado en 1948, se dedicarán a la histo- dad de su punto de vista y de la imprevi-
rieta de personaje fijo, desarrollando sibilidad de sus razonamientos.
una carrera en el género y promovien- Aunque mayormente descontextua-
do con su éxito la apertura de más es- lizado, en sus primeros años será leído
206 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta peruana
por el público como una caricatura del
presidente Bustamante.
El éxito de «Pachochín» hará que se
hable de la exportación de la tira y de un
proyecto de revista infantil que se frus-
tra con la clausura de la editorial que al-
bergaba al personaje. «Pachochín» ha
seguido publicándose, saltuariamente,
hasta el día de hoy.
Después del golpe, ambos autores
confluyen en el diario La Crónica, don-
de ALAT, sin interrumpir su tira en El
Comercio, publica la tira «Pancho Fle-
cha», sobre un periodista deportivo
(1948-1953). Tira de humor poco na-
rrativa orientada al comentario de even-
tos deportivos, incluye sin embargo una
larga secuencia de estilo realista, que
presenta la hazaña de un nadador perua-
no que cruzó el Canal de la Mancha.
Por su parte, Crose crea en 1953 a su
eterno borrachín «Jarano» (de jarana:
fiesta popular), y comienza a dar rienda
suelta a su humor metalinguístico, en el
que su presencia como autor de la tira y
gran manipulador de la realidad dibuja- Figura 2: La página inicial de «Buchisapillo
en: El petroleo» de Maximino Cerezo Barre-
da (mediante la aparición de su mano, do, publicada en Buchisapillo. Casos y cosas
de textos de comentario y de personaji- de la selva no. 2, sin fecha.
llos extradiegéticos), lo pone en con-
flicto con el personaje. (1954-1955), Carreta (1954), Loqui-
En 1948, como se ha dicho, ALAT bambia o Pedrín Chispa (1955, que
crea «Falseti». Esta serie se enmarca incluye historietas de Guillermo Mor-
claramente en el modelo argentino, y dillo). Pletóricas de tiras con persona-
está protagonizada por un «vivo» en- jes monotemáticos, su espaciada apa-
vidioso, infantil e inescrupuloso, ver- rición no les permite desarrollarse. En
dadero manojo de deseos insatisfechos ese estilo de revista, una excepción
de la clase media limeña, que por eso provinciana al origen uniformemente
parece estar en pie de guerra contra limeño de las mismas es la revista are-
los demás y la realidad. Este será el ti- quipeña Characato, que alterna los
po de humor que encontraremos de artículos y tiras de humor con algunas
1949 en adelante en los mensuarios de historietas de aventuras. Sólo se pu-
humor (esporádicos equivalentes de blicaron tres números.
los semanarios argentinos como Rico También en El Comercio (1950) apa-
Tipo) Tacu Tacu (1949-1951), Patita rece una tira de estilo realista, adapta-
vol. 2, no. 8 207
Mario Lucioni

Figura 3: Una tira de «Selva misteriosa» de Javier Florez del Águila, publicada en el diario El Co-
mercio en 1971.

ción de las «Tradiciones de don Ricar- dad, en su miseria cotidiana, resemanti-


do Palma». Desconfiando de la aventu- zándola. Fairlie, que había debutado
ra pura, gratuita, el diario elige a un au- con un buen policial de trazo algo débil
tor peruano clásico, irrefutable, que en Palomilla (1940), se caracteriza por
aporta su lustre cultural junto a una bue- unir un humor muy limeño a una ima-
na dosis de humor y anécdotas a veces ginación metalingüística que consigue
movidas, que pueden inscribirse en más efectos poéticos inusitados en medio a
géneros: el terror, la aventura, la pica- la picaresca. Su éxito llevará al diario a
resca, el cuento moral, etc. El dibujante realizar un concurso de historieta en
inicial de la serie es Dante Gavidia, que 1952, sustituyendo todas sus tiras ex-
realiza una hermosa historieta, detalla- tranjeras en septiembre, no sin antes
da en su recreación de los ambientes de despedirlas con la intrusión de Sampie-
la Lima colonial, y caricaturesca en los tri (¡tenía que ser!) en cada una de ellas.
rostros que expresan emociones entre Entre las ganadoras del concurso
arcaicas y actuales de modo trasparen- la mejor será «La cadena de oro»
te. Cuando la serie sea realizada por (1953-1956) de Rubén Osorio. Aventu-
ALAT, destacará por un uso más abs- rera y realizada en un estilo realista y
tracto del medio, con mayor presencia cálido de líneas gruesas, presenta am-
del texto en las disquisiciones que ca- bientes y personajes de la sierra perua-
racterizan a Palma, y en el uso de un na modelados con un sombreo de rayas
estilo realista, pero de entintado ex- que les da textura y una consistencia ru-
traordinariamente suelto para la época, gosa, sosteniendo mejor un contexto de
que representa a una Lima bulliciosa y relaciones sociales específicos. La aven-
sórdida. tura, sea policial o de exploración exó-
Otro personaje fundamental de la tica, tiene como soporte ese mundo en
historieta peruana aparece ese mismo el que podemos reconocer una visión
año, en el diario popular Última Hora: crítica de la jerarquía racial entre mes-
«Sampietri» (1950-1991) de Julio Fair- tizos. El protagonista, un indígena
lie, otro pícaro y sinvergüenza, distinto con una cadena mágica, tiene el nom-
del «Falseti» de ALAT en cuanto más bre de un histórico líder de revueltas
carenciado y más fresco que malo. La campesinas.
viveza de Sampietri es un modo de so- Otras tiras nacionales, atípicas por su
brevivir, pero también de negar la reali- filiación estética, ajena a la inflencia ar-
208 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta peruana
gentina son «El rey y Nazario» de Pa- copas asomándose por la ventana.
quín, en Pueblo (1958-1959) y «Puchi- También la fantasía tiene lugar en la ti-
to» de Raúl Valencia en El Diario ra, como cuando Puchito echa tierra y
(1962). La primera presenta al palacie- semillas en el ala del sombrero de un
go y algo snob presidente Prado como mexicano, le echa agua y recoge un her-
si fuera un rey solitario, sólo acompa- moso ramillete de flores. Champaña,
ñado por el flaco Nazario, hombre del puros, flores, pollos al horno; Puchito
pueblo con cara de intelectual y pelo busca objetos fuertemente heterogé-
parado que intenta servir de conciencia neos, con diferentes cargas culturales y
a su majestad. La ropa Virreinal del go- sociales.
bernante, además de simbolizar política
y sicológicamente a Prado, lo hace pa- Los guiños a la vanguardia
recer un poco loco por el contraste con
la vestimenta moderna de Nazario. La década del cincuenta es también
Por su parte «Puchito» es quizás la la época en que el Perú intelectual des-
única tira dibujada por Valencia en el cubre el arte no figurativo y las van-
Perú tras su larga experiencia en Chile y guardias de la posguerra, incluso en su
Argentina (donde realizó innumerables vertiente caricaturesca. Así, reaparece
carátulas de Leoplán). Se trata de una la tendencia que liga a los historietistas
especie de Chaplin con pinta de anar- con el arte culto de su época. En reali-
quista, barbón y vestido con mameluco. dad se trata de la característica común a
Elige la mayor abstracción de la tira todo el arte de ese decenio, que se resu-
muda, en un lenguaje que no intenta su- me en una cierta frialdad y esencialidad
gerir el movimiento, ofrecer el tiempo en la utilización de los medios artísti-
en términos de fluidez, como dejar in- cos, una posición metalingüística que
tactas las huellas de su ausencia, la uni- teoriza sobre la materialidad de dichos
cidad del instante, lo que también re- medios, y una temática que oscila entre
fuerza la sensación de que estamos sien- la melancolía y la desesperanza.
do testigos de momentos privilegiados. Algo de ello se introduce en la histo-
Su estilo esquemático pero de pincela- rieta peruana a través de las tiras de hu-
da fluida la emparienta con tiras como mor que realizan dos plásticos, Xanno
«El reyecito» («The Little King», Otto (Alejandro Romualdo Valle) y Braca-
Soglow). Valencia expresa el carácter monte Vera.
de Puchito mediante la línea y su movi- Bracamonte Vera, luego conocido
miento, configurando una personalidad como diseñador gráfico y director de
gestual a ratos dulce, infantil, algo tími- la Escuela de Bellas Artes, muestra
da. Pero la inocencia de la serie también una cierta preferencia por los temas
está en la inmediatez de las reacciones de la decadencia y la muerte, por la
de Puchito a su entorno. confrontación de lo poético y lo pro-
Los figurantes de la tira son más que saico, por la relación entre elementos
nada ricachones estereotípicos con chis- de diferentes escalas. En su notable ti-
tera, a los que Puchito pide trabajo, per- ra diaria «Inventario de la tarde» (de
sigue en busca de sus puros, fastidia 1950, de vida tan breve como la del
vendiéndoles huachitos, o bebe de sus diario que la albergaba: ¡dos días!)
vol. 2, no. 8 209
Mario Lucioni
realiza una exploración de los detalles tribución en colegios religiosos, Avan-
mínimos que hacen un relato, a través zada alcanzará un tiraje de 20 000
de personajes que se vuelven poéti- ejemplares y 190 números entre 1953 y
cos, porque para ellos todo es impor- 1968, que la convierten en la más dura-
tante. Simples detalles de observación, dera revista infantil peruana.
en relación contrapuntística con el tex- Si Palomilla supuso para los niños li-
to, delicado, irónico. meños el descubrimiento de la sierra,
En la primera viñeta, un hombre sen- Avanzada les ofrece el paisaje inédito
tado en el café. Según el texto, invita- de la selva. «Las aventuras de Padre La
ción a la metafísica, símbolo de la sole- Fuente», dibujadas por Osorio, presen-
dad. Hasta que alguien llega, lo abraza tan en términos aventureros el trabajo
y se van de farra. En la viñeta siguiente, de un sacerdote barbado en su obra mi-
un ómnibus. Alguien piensa en cómo sionera entre las tribus de la Amazonía
hacer que el bebé tome toda su sopa. Fi- peruana. La historieta está costruida co-
nalmente, un tipo paseando, que silba mo una especie de novela corta, con
una pena de amor hasta que le cae una mayor atención a su sentido global que
pelota. a las emociones y suspenso.
Xanno, el pintor y poeta Alejandro En el período en que la serie es con-
Valle, también realiza historietas que tinuada por Javier Flórez del Águila,
pueden incluirse en este estilo. Pero su se publica un episodio que demuestra
tendencia a la abstracción se expresa en una seriedad de empeño que sólo tie-
la imagen. En «Piropo» (1949) sólo se ne paralelo (en nuestra historieta clá-
ven planos de detalle de unos ojos ba- sica) en los trabajos de Demetrio Pe-
jando lentamente, hasta que en la últi- ralta: por una lamentable serie de equí-
ma viñeta los ojos están negros. En vocos, una tribu masacra a una familia
«Sueño profundo» el personaje sueña de colonos blancos, de la que sólo se
que sueña que sueña con el árbol que salva el hijo. Narrativamente ejemplar,
está a su costado, globo dentro de glo- el drama aparece, terrible, casi inopi-
bo. Xanno está más interesado en la nadamente, en medio de una historia
mecánica visual de la historieta, en el iniciada con alegría solar y finalizada
misterio de la elipsis y en la lógica y la en un clima de fatalismo, sin salvatajes
poética de la secuencia. de último minuto. Los indígenas no
asumen el rol de malos, pues sólo ha-
El fenómeno de Avanzada cen lo que, en las circunstancias, creen
que deben hacer. Así, es el tema de
Rubén Osorio, junto a otro ganador una tolerancia difícil el que se ofrece al
del concurso de tiras de Última Hora, joven lector.
Hernán Bartra, en ese entonces ambos Javier Flórez del Águila, por su par-
comunistas, serán convocados por el te, quedará ligado al paisaje de la selva
sacerdote Ricardo Durand para realizar desde este espléndido episodio.
una revista quincenal de historietas en También en Avanzada aparece la re-
apoyo a las misiones y a su labor evan- cordada serie de aventuras infantiles
gelizadora en la selva. Sostenida por la «Coco, Vicuñín y Tacachito» de Her-
organización eclesiástica y por su dis- nán Bartra.
210 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta peruana

Figura 4: Una página de «Orateman» de Juan Acevedo publicada en Monos y Monadas no. 221 de
2 de septiembre de 1982.

vol. 2, no. 8 211


Mario Lucioni
Los niños solos y el nuevo Otra serie similar aunque protagoni-
paisaje urbano zada por jóvenes será la inconclusa
«Frejolada» de Manuel Estradacaldas,
Pero la selva no es el único espacio de la que sólo llega a publicar dos epi-
inédito que la historieta empieza a ex- sodios, uno en su revista Tiburón, dedi-
plorar en este período. Están también cado al básquet, y otro en la revista in-
las zonas periféricas de Lima, pobrísi- dependiente de Osorio y Bartra El Tro-
mas, levantadas en medio del arenal me, dedicado al fútbol. Y no se debe ol-
que rodea a la capital. Allí el dibujante vidar la también inconclusa y muy her-
de «Coco, Vicuñín y Tacachito» am- mosa «Los machuchos», de Rolando
bienta su «La patota de Sotelo» de Her- Polar (Ropy), publicada en la revista
nán Bartra, que en un estilo muy suelto arequipeña Characato. Esta tiene un
narra la historia de un grupo multirra- curioso estilo a medio camino entre la
cial de niños futbolistas y enamorado- caricatura y el realismo, con manchas
res. Estos nuevos barrios, frecuente- negras impresionistas y tramas mecáni-
mente realizados de paja trenzada (en cas que le dan una textura diferente. En
Lima no llueve) representaban un anhe- ella el mundo de los chicos tiene sus
lo de progreso, que también cierto cine propias reglas, y es visto con respeto y
mexicano o argentino rodearía de un ternura.
aura romántica.
A ello se suma la posibilidad de as- La década del sesenta
censo social representada por el fútbol
y el deporte en general. En esta serie es La década del cincuenta fueron años
simpático también el modo en que es- de abundancia historietística en Perú.
tán planteadas las relaciones multirra- Innúmeras revistas argentinas y mexi-
ciales, con los niños que además de ju- canas en los quioscos, alrededor de
gar fútbol y mandarse la parte a discre- 600 títulos de historietas peruanas en-
ción, se dan tiempo para coquetear con tre tiras y páginas esporádicas y series
las niñas. decenales.
Del mismo autor es también la serie En ese período, la tendencia a la sus-
de Avanzada «La pandilla de Fulbito». titución de tiras extranjeras por nacio-
No deja de resultar interesante que una nales se mantiene, pero una vez im-
revista como Avanzada, adquirida por puesto el modelo de personajes mono-
los niños de clase media, incluyera una temáticos, hay pocas novedades dignas
historieta sobre niños de barriada al pie de ser recordadas. Una es la historieta
del cerro, más allá de que el estilo hu- de 1962 «El mundo es ancho y ajeno»,
morístico galvanizara parte del posible basada en una adaptación del libro del
rechazo. mismo título realizada por el propio no-
Esta serie está contada en primera velista Ciro Alegría, quien incluso pro-
persona por Fulbito, cuyo fuerte lide- veyó al dibujante Gonzalo Mayo de
razgo futbolístico conduce el ritmo de storyboards, sobre los que este se basó
las historias. Por ello no hay mención para realizarla en un estilo muy detalla-
a la pobreza en el texto: ella simple- do, a medio camino (con algunos pla-
mente se ve. gios) de Arturo del Castillo y Harold
212 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta peruana
Foster. La historieta quedó inconclusa las páginas sin título fijo de los mejores
cuando el dibujante viajó, primero a dibujantes de Monos y Monadas en su
México y luego a Estados Unidos, don- nueva etapa.
de su trabajo más conocido fue la ilus- «Selva misteriosa», de Javier Flo-
tración de algunos episodios de «Vam- rez del Águila, ya mencionado en re-
pirella». lación con Avanzada, ganó un concur-
También en los primeros años de la so de historietas promovido en 1972
década del sesenta aparecen las histo- por el diario El Comercio con una
rietas romántico-policiales de Ricardo magnífica historia de suspenso y muer-
Fujita, en un estilo semi-expresionista, te ambientada en la selva peruana y
cargado de sombras. narrada de forma casi experimental,
En 1965 se intentan los primeros co- dos veces: en la primera, el uso del
mic-books peruanos en colores, con claroscuro, de las viñetas alargadas y
adaptaciones de leyendas prehispáni- del plano de detalle enfatizan el nexo
cas nacionales. Apoyados por una con la historieta de terror; en la segun-
fuerte campaña, afirmaron tener un ti- da la compasión era más fuerte que el
raje de 60 000 ejemplares. Sin embar- miedo, y una nota patética inusual en
go, aparentemente sólo se publicaron nuestra historieta no dejaba prever
cinco números. ninguna continuación.
En 1968 se produce esa anomalía en Más adelante, la serie descubriría
la historia del país que es un golpe de una vocación documental del lenguaje
estado de izquierda, a cargo del general y costumbres de la selva, y (tras la lec-
Juan Velasco Alvarado. Sólo con ese ción de un Pratt) sus posibilidades de
gobierno atravesado de contradicciones integración a la aventura más clásica,
se termina de liquidar el latifundismo y en la que hay, sin embargo, como un
se aceleran los procesos sociales de suplemento inubicable, una dimensión
mestización de la capital que llevarán, vagamente onírica que es sobre todo
treinta años después, a una legitimación un logro de su lenguaje historietístico
de lo cholo en el país. Además, el relati- elíptico y hecho de fuertes contrastes
vo aislamiento que promueve el régi- de escala, típicos de la selva. En su pe-
men termina acentuando el localismo ríodo final apunta a una denuncia de
en el gusto y en el consumo de industria las condiciones sociales del mediador
cultural de los sectores populares. de los contrabandistas, que no excluye
Así, el día de hoy, y a diferencia de la la ambigüedad de la comprensión a los
mayor parte de países de América Lati- malos.
na, en los diarios peruanos se publica «Teodosio» de Luis Baldoceda
una sola tira estadounidense, «Dilbert» (1974-1980) era la página dominical de
de Scott Adams. estilo casi clásico que no tuvimos en las
Por otro lado, las mejores historietas décadas del treinta o cuarenta. Realiza-
de esa década, en que se da una renova- da en tonos vivos, con todos los matices
ción del género en el país, matienen una del color directo, pinta un fresco de la
relación creativa con el proceso de mo- vida campesina en el que lo cotidiano
dernización del gobierno militar. Ellas (la cosecha, la fiesta, la cerveza, el hu-
son «Teodosio», «Selva misteriosa» y mor y el amor) no se oponen a la aven-
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Mario Lucioni
tura, que en más de una ocasión bebe de cos, todos pertenecientes a la Univer-
lo fantástico, basándose en las creen- sidad Católica.
cias del interior del país (como el terro- En ella destacaron como historietis-
rífico Pishtaco, que ataca a los indios tas especialmente Dare, creador de
para chuparles la grasa), y en otras en- secuencias surrealistas; Carlín (mag-
carna los temas sensibles del momento, nífico en el humorístico policial negro
como la reforma agraria, llevándolos al «Lima 2001»), y especialmente Juan
mundo de la ficción del pueblito de Acevedo, que aquí desarrolla «Pobre
Teodosio. diablo», serie sólo recientemente reco-
El mismo Baldoceda, en algún mo- pilada. Su protagonista no es nadie
mento durante el período del terrorismo (efectivamente un pobre diablo, que
senderista, realiza otra gran historieta puede ser cualquiera), a veces sólo una
en colores, demostrando que es capaz mirada a las miserias cotidianas, ilu-
de historietizar cualquier tema: «Confi- minadas por una esperanza en la fanta-
dencias de un senderista», publicada sía. Poética y metalingüística, su estilo
anónimamente y sin firmar (pero con se prolonga (aunque más en prosa, di-
ese estilo suyo reconocible a un kilóme- gamos) en series como «Oratemán»,
tro de distancia). Es el documentado y «Guachimán» (deformación de wat-
escalofriantemente verosímil testimo- chman, es el nombre que recibe el per-
nio de la incorporación involuntaria de sonal de vigilancia en el Perú), que mi-
un poblador a las huestes senderistas, man la aventura con una carga existen-
obligado a escoger entre matar a otros cialista y desesperada. En una de las
inocentes o morir él mismo. Ignoro si secuencias más hermosas de «Orate-
existe una segunda parte: el álbum pro- mán», este acaba de ser testigo del ase-
bablemente fue editado por el Ministe- sinato de su chica; moribunda, ha que-
rio de Marina, en el que el dibujante tra- rido hacerle el amor, la policía lo ha
bajó por muchos años. No se vio jamás visto desnudo y ensangrentado; él ha
en librerías y debió de ser distribuido huido, luego ha tomado un micro (co-
gratuitamente entre la población de las mo se llama al servicio de ómnibus en
zonas afectadas. Lima) y, en subjetiva, ha empezado a
Por su parte, Monos y Monadas re- hacer un inventario de las sensaciones
nueva el humor gráfico peruano, ac- que lo asaltan al mirar por la ventana:
tualizando la relación entre este y el las luces de neón, los colores, las caras
diseño gráfico, así como con la plásti- de la gente, los chistes populares que
ca, llevándolo a un planteamiento en se contaban en el colegio... Tras ese
el que conviven un lenguaje más inte- desvío emocional y sensible, la serie
lectual, frecuentemente metalingüís- no se siente capaz de proseguir y queda
tico, y un humor más tradicional basa- inconclusa.
do en la burla fisionómica y en los El mismo Juan, llegada la década del
golpes bajos. La publicación fue resu- ochenta, ofrecerá con su personaje del
citada por el nieto del editor original, «Cuy», una identidad a los hombres
en unión con un grupo de amigos su- clasemedieros de la izquierda peruana,
yos, escritores o plásticos, política- pero también un ícono a los movimien-
mente comprometidos, pero apartíti- tos populares.
214 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta peruana

Figura 5: «Viento de la tarde»: historieta de una sóla pagina de Darko Dovdjenko (Dare) publicada
en Monos y Monadas no. 225 de 30 de septiembre de 1982.

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Mario Lucioni
En efecto, trasformado en tira diaria pueblo cuya población sobreviviente,
para El Diario Marka, acompañará las amedrentada, ha tenido que migrar toda
alegrías y decepciones de la izquierda a la capital. En la carne de estas perso-
en esos años, así como sus dudas frente nas reales, y con un uso del lenguaje
al feminismo o al radicalismo punk o historietístico muy medido, Acevedo
terrorista de la siguiente generación. devuelve su dimensión humana y esca-
¿Qué fue primero, la crisis del Cuy o la lofriante a lo que en la época se había
de la izquierda? vuelto apenas una sangrienta estadísti-
También el Cuy le servirá después ca en la televisión: estadística de cam-
para iniciar su exploración de la historia pesinos muertos, y por lo tanto lejanos.
nacional, con el objetivo declarado de
entender la independencia del Perú des- Historieta contemporánea
de la izquierda y por lo tanto como un
proceso inacabado; pero también de ac- Otro de los historietistas peruanos
ceder al sentimiento de lo nacional a más importantes del momento es Alfre-
través de la imagen. Costruido narrati- do Marcos. Hermano del también dibu-
vamente con la seguridad de un album jante Pablo Marcos (que hoy trabaja pa-
de «Tintin» y en la recurrencia a arque- ra Estados Unidos y que, contra la
tipos de la historieta infantil de probada creencia general, no es filipino), en los
capacidad comunicadora (como «La primeros años de la década del ochenta
pequeña Lulú» de Stanley), el segundo creó su popular tira diaria para el coti-
objetivo se encuentra sin embargo me- diano La República, «El país de las ma-
diatizado por las limitaciones estilísti- ravillas», una especie de cruce entre las
cas de un dibujo un poco duro que aún series familiares y la caricatura política.
no sabe integrar personajes animales- La protagoniza una familia literalmente
cos y fondos naturalistas. Su siguiente desnuda, calata como se dice en el Perú,
intento, en cambio, será ese «Túpac símbolo transparente de la desposesión
Amaru» que constituirá una inconclusa más absoluta, siempre a merced de las
obra maestra, en dos álbumes varias ve- falsas esperanzas y las duras realidades.
ces reimpresos. Aquí el estilo ha encon- Resultado del encuentro entre una vi-
trado su madurez, y un montaje más sión simbólica de la vida cotidiana y los
lento, que de Breccia ha aprendido el efectos reales de la política, sus prota-
valor analítico de las repeticiones de gonistas ni siquiera tienen nombre.
imagen, le permite integrar con natura- Más rica en su relación entre ambos
lidad grabados de época, pinturas y el elementos será «Los achoraos», sobre
valor del paisaje a una historia interior una familia negra, cuya cotidianidad
de la revuelta indígena más compleja e tiene más facetas que la sola dimensión
importante del país. político-económica, aunque frecuente-
En 1989 presentará otro trabajo im- mente esta sirva de metáfora a la vida
portante, su serie (publicada con el apo- cotidiana y viceversa. Especialmente
yo de un ONG) «Luchín González». El en esta serie, Alfredo ha desarrollado un
primer episodio es el mejor, y enfrenta lenguaje verbal barroco, que basándose
el tema del terrorismo a través del testi- en el habla de la calle lleva al paroxismo
monio de una familia perteneciente a un el juego de los dobles y triples sentidos.
216 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta peruana
En la década del noventa se desarro- Sin embargo, en algún nivel debió
lla una nueva generación de historietis- ser percibido como un éxito, y es así
tas, diferente por las escuelas a las que que poco después se asiste a una proli-
hace referencia, en especial porque to- feración de suplementos en los diarios.
ma contacto con la historieta europea, El diario Ojo publicará dos a la semana,
que se suma a las influencias argentinas orientados al humor, la aventura o el ro-
y estadounidenses. mance, de estilo estadounidense o me-
Esta nueva generación, reunido en el xicano. El Popular presentará un breve
grupo Nazca, logra interesar con sus suplemento de historieta erótica humo-
propuestas a Guillermo Thorndike, el rística, y Onda publicará el más longe-
periodista que había apadrinado (y él vo de los suplementos, el ¡Chesu...!,
diría parido a medias) las historietas de reaparecido hace poco. Basado en el
Alfredo. En su nueva aventura edito- reciclaje de viejos chistes racistas,
rial, el interesante diario Página Libre con maridos cornudos y jefes lascivos
da un amplio espacio al género, que se con secretaria en la rodilla, alcanzará
despliega en tiras diarias, y un suple- un cierto éxito que lo llevará a indi-
mento dominical en colores de ocho pá- pendizarse del diario (en crisis) al que
ginas, que lamentablemente alcanzó só- sostenía.
lo 15 ediciones. Algunas personalidades interesantes
Destacaron en el primer formato el de revelan ahí, sin embargo. Uno será
humor sarcástico de Rubén Sáez en Álvaro Contreras que, influenciado por
«Vida mundana», poblado de niños Crumb y el underground estadouniden-
perversos o inocentes de grandes ojos, se, dibuja en «Vida de alcantarilla» his-
y de adultos melancólicos y resignados torias de ratas pobres y tristonas que
de clase media, aún con capacidad para son el contrapunto ideal del limeño; el
sorprenderse de las agresiones de una otro es Wilmer Fashé, que aún reprodu-
Lima anónima; y Raúl Kimura, que en ciendo chistes anodinos crea como un
su «Niños de la calle» dio el retrato sen- segundo discurso en sordina en la ina-
sible y coral, a veces muy duro, de un decuación de los rostros y actitudes de
submundo de abandono integrado a la sus personajes. De cualquier modo, lo
ciudad de todos los días. mejor de su obra son algunos trabajos
En las dominicales destacaría como de naturaleza experimental que no han
una novedad audaz el trabajo experi- sido publicados.
mental de Jaime Higa, alimentado de También de ¡Chesu...! y del Club
poesía y plástica (en efecto su autor es Nazca sale Roger Galván, editor en los
más conocido como uno de los mejores últimos años de la revista Warmi (en
pintores de las nuevas generaciones), y quechua, mujer), dedicada a la historieta
absolutamente historietístico en su ex- erótica de estilo niponizante, pero clara
ploración de los ritmos de la página pe- ambientación peruana. Ella supone casi
ro también en su descubrimiento del una posición de ruptura frente a los afi-
humor en el arte culto. El experimento cionados que han editado hasta el año
duró poco, y la carrera historietística de 2001 centenares de páginas de manga
esa joven y talentosa generación ha que- peruano en Tenkaichi y Mangakán, pre-
dado mayormente truncada. sentando a personajes que tienen nom-
vol. 2, no. 8 217
Mario Lucioni
bres japoneses, pero que se movilizan En los últimos años han destacado
en las peruanísimas combis (camionetas Tiene Dientes, Resina, Crash, Boom,
que van de transporte público), pues sus Zap!, algo superficial pero de aparien-
autores lo ignoran todo sobre el Japón. cia casi profesional; El Cuerpo, ambi-
Más allá de su escasa personalidad y ciosa e interesante revista cultural no
confusa narrativa, esas revistas supusie- sólo de historietas, ligada a la Univer-
ron un esfuerzo considerable hasta su sidad de San Marcos; y tanto A-Cul-
clausura debido a la fuerte crisis econó- tura como Contracultura, con las co-
mica, y fueron el primer tentativo de pu- laboraciones de Jesús Cossio, uno de
blicación que alcanzó regularidad de pu- los talentos más interesantes de los úl-
blicación en veinte años. timos años, que tan pronto realiza fic-
En la década del noventa, se asiste a ción como comentario vitriólico.
un fenómeno de desprofesionalización Como un animal más raro se yer-
del género y al aumento de una afición gue la única revista de historietas rea-
especializada que le sirve de contrape- lizada fuera de Lima, la excelente
so. Parte de este fenómeno son los con- Ch’illico de César Aguilar, de publi-
cursos de historieta juvenil en los que se cación esporádica.
revelan algunos grandes y precoces ta- Esta tendencia se ha visto subrayada
lentos, así como la presencia de histo- por lo que fue el acontecimiento histo-
rietas realizadas por profesionales que rietístico nacional más importante du-
no llegan a publicarse, y los fanzines, rante varios años, el Concurso Juvenil
por los que al menos una parte de esta de Historieta de la Asociación de Co-
creatividad llega al papel. municación Popular Calandria. El con-
Uno de los primeros fanzines, siem- curso tenía el objetivo de promover el
pre en el fatídico 1988 que ve el naci- uso de la historieta como medio de ex-
miento del Club Nazca, es Etiqueta Ne- presión personal, y descubrió a dibu-
gra, casi una revista, animada desde jantes valídisimos (que en otro contexto
Arequipa por Sergio Carrasco. En él, ya serían profesionales) como Sebas-
además de artículos de buen nivel, al tián Burga o Paulo Rivas.
estilo de las revistas europeas, encon- En estos últimos años la metáfora
tramos algunas reimpresiones de Brec- creada por el neozelandés Horrocks pa-
cia, Federico del Barrio, y un amplio es- ra su historieta «Hicksville», que ima-
pacio dedicado a la historieta experi- gina una biblioteca de obras maestras
mental, en la línea de la revista españo- de la historieta, inéditas pues sus auto-
la Madriz, tendencia que se radicaliza res no lograron encontrar un medio que
en Manos Negras, del mismo director. les permitiera publicarlas, nos permite
En Etiqueta Negra debuta Jaime Higa. entender el drama de la historieta pe-
Sólo se publicaron dos números. ruana en el momento actual. En un mo-
Le seguirán Búmm!, antología dirigi- mento en que la circulación de nuevos
da por Julio Polar, un notable historie- estilos y planteamientos de la historieta
tista cuyos mejores trabajos lamenta- mundial se ve facilitada gracias a inter-
blemente están prácticamente inéditos: net, la inquietud de los jóvenes y no tan
«Rata-plan», «La soledad no es una con- jóvenes historietistas peruanos amena-
juntivitis», «Karne Kruda» y otras. za quedar inédita.
218 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
HISTORIA

La historieta en Chile
3

Cristian Eric Díaz Castro


Dibujante de historietas, coleccionista, investigador de la historieta, Valparaíso, Chile

Resumen
Durante estnoos años el lema de las revistas es cambiar o desaparecer de los quioscos. Colosos de
antaño desaparecen a pesar de los esfuerzos editoriales. Sólo los genios creativos se proyectarán en
el tiempo y siempre gracias al poder de la sátira. El replanteamiento va acompañado de una mejora
en los medios de impresión. A pesar de ser una poderosa empresa Zig-Zag entiende que debe ir con
los tiempos y los gustos del lector. De esta manera comienza el preámbulo de lo que será la época do-
rada del cómic chileno.

Abstract
During this years the Chilean comic books moto is to change or to dissapear from the newsstands.
Former big guns magazines come to an end in dispite the publishers efforts. Only the geniuses will
survive as time goes by thanks the power of their satiric characters. The publisher´s changes come
along with technological improvements. The Zig-Zag publishing house understands the evolving pro-
cess and readers likings. This manner starts the preamble to the Chilean comic book golden age.

1950-1964 los comics «Dick Tracy», «Jorge el


piloto», «Timmy», «Craxjax», «Ana
Durante el siguiente período donde la huerfanita», «Tía Rufina», «Winnie
artistas chilenos logran reconocimiento Winkle», y más tarde «Pepín», «Juan
en el extranjero, en la época de las tintas Pistolas», «Benitín y Eneas», «La gata
sepia y un pobre diseño e impresión pa- de Jobita», «Periquita», «Terry y los pi-
ra un país de lectores seminalfabetas ratas», «Daniel el travieso», «Juan sin
donde se acostumbra numerar las viñe- miedo», «Marilú», «Cosas de la vida»,
tas, los estilos de dibujo ya están defini- «Pulgarcito», «Don Tito», «Apartamen-
dos y comienzan a tomar caracteres pro- to 3-G», «Pomponio», «Pillín», «Los pi-
pios siempre inspirados en la escuela capiedras», comics que se publicaron
norteamericana con fuerte predominio hasta la desaparición del suplemento
del humor. en 1972.
Para ejemplificar la popularidad del En el resto de la prensa también se da
producto importado en el suplemento cabida a las obras norteamericanas co-
dominical del diario La Unión aparecen mo las tiras de «Batman» y «Tarzán».
vol. 2, no. 8 219
Cristian Eric Díaz Castro

Figura 1: «Hace mucho tiempo...» de Luio Cerna, publicada en El Peneca en 1960.

220 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA


La historieta en Chile

Figura 2: Tira de «Manilong (el caco perfecto)» de Percy, publicada en Risas de Pepe Antártico.

También en estos años se populari- 1950


zan los cursos de dibujo por correspon- 29 de marzo: Toqui fue una revista
dencia, los que uniforman el estilo grá- que apareció los miércoles, con perso-
fico de los futuros artistas. najes chilenos y temas chilenos en apa-
Llegan regularmente las revistas sionantes historietas y novelas dibuja-
mexicanas con material norteamerica- das y escritas por chilenos. Algunos de
no y las publicaciones argentinas con ellos fueron las hazañas de Varolli, el
genios de la narrativa trasandinos que popular automovilista, «El Súper Roto»
estimulan la creación gráfica. (muy parecido a «Condorito» y «Verde-
En este segmento cronológico pa- jo»), «Quintín y Romero en el Antárti-
saremos por el ocaso de El Peneca, co». Las portadas estuvieron a cargo
la consolidación de la competencia del prolífico Pepo.
de la poderosa Editorial Zig-Zag, el
nacimiento de Barrabases, El Pin- 1951
güino, la aceptación de las fotono- 15 de junio: Risas de Pepe Antárti-
velas y la llegada de los títulos Dis- co, como dice a partir del no. 2, es una
ney, entre otros hechos relevantes revista editada por Antonio Poupin y
como la radical mejora en el mate- dirigida por Percy salida de los talleres
rial impreso. de Imprenta Imperio, la que constituye
vol. 2, no. 8 221
Cristian Eric Díaz Castro
la segunda aventura editorial de este di- ba esos párrafos y Christie comienza
bujante con su famoso personaje. La re- sus absurdos. Tantan firma la ilustra-
vista de aparición semanal, en formato ción de contratapa al igual que la porta-
tradicional, con portadas a dos tintas da del no. 7 y el tiro. En la página 2 de
usadas en forma expresionista, cuasi este número se anuncia la aparición del
bauhaus (muy acertada) y contenido en segundo libro recopilatorio de las tiras
blanco y negro en mediocre impresión, de «Pepe Antártico». También apare-
presenta textos sarcásticos, a veces pí- cen los dibujos de los lectores. En el
caros, algunos firmados por el mismísi- no. 8 vuelve a aparecer Pepe en porta-
mo Pepe Antártico, autor de cada edito- da y comienza el concurso «¿Cual es la
rial, «Los chistes de don Otto» donde cara de Manilong?», cuyo resultado se
nuevamente se dibuja a Von Pilsener y daría a conocer el 20 de diciembre se-
su perro, «Avisos económicos para la gún se indica, y Tantan se encarga de
risa», «Los cuentos de Peñaloza», «Por las páginas centrales. En el 9 vuelve a
los Cines», «Consejos ridículos», «Di- aparecer Pepe en portada y debuta Jor-
cen que andan diciendo», etc. La revista car con un chiste en el tiro, quien se en-
tenía publicidad pagada y desde un co- carga también de los chistes de las pá-
mienzo se invita a los lectores a colabo- ginas centrales. En el no. 10 debuta
rar. A partir del no. 2 comenzaron a pu- «Una chica moderna» por René Castro
blicar fotos de mujeres hermosas y lige- y «Pura Boca» por Lago. Siempre se
ras de ropas. mantienen los chistes en las páginas
Entre los comics que se publicaron centrales. En el no. 11 aparece una vi-
muy pocos fueron extranjeros y eran ñeta dibujada por Nato. En el no. 14
sólo viñetas de chiste corto. Entre lo na- aparecen «Pitonizo» por Zury y «Paja-
cional estaban «Manilong», «Caco fa- rón» de Percy. En el no. 15 (28/09/51),
moso», «Don Clota», «Pepe Antártico» el último en salir al mercado, Nato fir-
todos de Percy; «Tenía un jefe que me ma su «Barbaridades», y aparecen los
decía», «Casimiro Bellavista» de Zury; comics ya tradicionales como «Pepe»,
«El marqués de Villa Verde» (René Cas- «Manilong», «Pura Boca» y «Chica
tro); «Virgilio Penurias» (Mauro Cabre- moderna». La divertida revista, here-
ra). Las portadas en su mayoría fueron dera del estilo de Pobre Diablo, pero
dibujadas por Percy y las contratapas técnicamente limitada, sólo llega hasta
por René Castro. En el no. 3 (30/06/51) el no. 19 (09/51).
recién aparece Pepe Antártico en porta- Agosto: «Pepe Antártico», segundo
da, en el 4 aparecen los créditos en pri- tomo recopilatorio del personaje de
mera página indicando a dibujantes: Percy con más de cien historietas con
Peken, Zury, Roberts, Christie, René un prólogo del escritor Ernesto Silva
Castro, y reza a pie de página que es Román, con portada en colores y en for-
«Revista semanal humorística para ni- mato apaisado.
ños y adultos». Se vende en toda Amé-
rica. Aparece los viernes. En el no. 6 la 1952
editorial la escribe un colaborador que 9 de octubre: Coke recibe el premio
firma como Kike, remplazando al per- María Moors Cabot en la Universidad
sonaje principal de la revista que firma- de Columbia. Por primera vez este im-
222 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta en Chile
portante premio se les otorgaba a dos na. En lo importado se deben destacar
caricaturistas. Quien compartiera hono- a los célebres dibujantes franceces Pi-
res con el insigne dibujante chileno fue chard y Jean Giraud, el futuro Moebius
el mexicano Arias Bernal. en sus comienzos con un estilo carica-
turesco (nos. 49, 68, 72). La revista te-
1953 nía 32 páginas impresas en blanco y
«Don Inocencio», de Osvaldo Salas, negro. Sólo desde el no. 50 se imprime
quien más tarde firmaría sus trabajos a dos tintas en algunas páginas aunque
como Don Inocencio, aparece en El Si- el no. 48 celebrando dos años de vida
glo en este año, así como «Barrabases», la revista fue impreso en cuatro colores
de Guido Vallejos se publica en el dia- y más páginas, al igual que el no. 60,
rio Los Tiempos, antes de tener revista que fue un especial navideño de 48 pá-
propia. ginas. Un hecho por destacar es que re-
1 de enero: Tío Moncho, revista in- cién en el no. 68 figura como director
fantil editada en su único número en Juan Carlos, y en el no. 75 aparecen
Temuco por el Padre Las Casas en los nombrados redactores, colaboradores
talleres de Imprenta San Francisco en y traductores.
un pequeño formato similar al de Sim- Con formato de bolsillo y una malí-
bad y Aladino. sima impresión, incluso en su portada
en colores a lo largo de su vida edito-
1954 rial, lograron captar al lector ávido de
Junio: La Ronda, Selección del Hu- ver mujeres hermosas, pues sus porta-
morismo Mundial, fue otra pionera re- das mostraban a las reinas de la noche
vista para mayores que toma el nombre capitalina y el humor que cobijaba era
de una obra de Arthur Schnitzler y de la picaresco.
cual se hizo un largometraje en Francia. 1 de agosto: Barrabases, revista de
Famosos son los diez diálogos de la cómic deportivo debida al genio de
ronda compilados en un libro el cual era Guido Vallejos, quien nació en Copia-
ofrecido a los lectores, quienes eran in- pó en 1930, comienza su primera etapa,
vitados a colaborar, los que eran suscri- aunque en el interior se indica como fe-
tos a la revista Rouge. cha 1 de septiembre de 1954 en una edi-
El contenido de La Ronda eran notas, ción de 28 páginas salidas de los talle-
cuentos, chistes, todos de origen fran- res de El Imparcial. Los 10 000 ejem-
cés. A pesar de esta usufructuación in- plares distribuidos en Santiago y Val-
ternacional los dibujantes y escritores paraíso del primer número se venden
chilenos que participaron en ella fue- todos. Un mes y medio después el no. 2
ron: Nato, César («Moralito», «Pilu- alcanza 15 000 ejemplares que también
chi»... nadas con uso de fotografías). Se se agotan, situación que en el no. 3 de
desprende de esta práctica el que algu- 25 000 ejemplares se repite.
nos usaban el pretexto de ser fotógrafos Este fenómeno es detectado por la
de la revista para facilitar su trabajo, lo Editorial Zig-Zag que se encarga de pu-
cual fue desmentido por la publicación; blicar la singular revista a partir del no.
Lugo, Lugoze («Lucila»), Pepo, Urtia- 4 con un tiraje de 75 000 ejemplares en
ga («Clavito»), Ribot, Boce y Matelu- una mejor edición que de mensual pasa
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Cristian Eric Díaz Castro
a quincenal y la aceptación de la revista más destacados exponentes. El carácter
hace que en los números aniversario el emprendedor del señor Vallejos le ha-
tiraje sea de 120 mil ejemplares (hay cen incursionar en el periodismo con la
discrepancias en cuanto a los tirajes de revista Flash y Novedades, y en el cine
aquellas ediciones dependiendo de las al convertirse en productor del film
entrevistas al dibujante). Los persona- «Deja que los perros ladren», de Anum
jes de «Barrabases» fueron creados en Kramarenko. Dibujantes que publica-
la etapa de colegio en 1944 con el nom- ron en Barrabases fueron Leo («Hur-
bre de «Los Cometas», contando las pe- gando el deporte»), Pepo («Payasadas
ripecias de las pichangas en el Estadio deportivas»), Urtiaga («El cinturón de
Zamorano de Quinta Normal. Los pro- oro» y «Primicio el cronista deporti-
tagonistas de esta singular serie am- vo»), Lugoze («Don Pitín» y «Paque-
bientada en Villa Feliz eran y siguen tón el peso pesado»), Nato («Cachu-
siendo: Sam el arquero, Roque y Mono pin», «Pituto» y «Fanatincha»), Vi-
los marcadores de punta, Ciruela y Pe- car, Víctor Carvallo («Hipólito» y «Ca-
lusa los zagueros centrales, Bototo, milo»), y Themo Lobos («Ñeclito»,
Chico y Guatón los medios campistas, «Cicleto», «Máximo Chambónez» y
Pirulete, Pelao y Torito los atacantes. «Cucufato»). También aparecía en esta
Palmatoria es otro jugador habitual en revista el personaje Falabelito haciendo
el legendario equipo. Asistiendo al publicidad al departamento infantil de
equipo están míster Pipa el director téc- la conocida tienda y Bocinita, un auto-
nico; Cacharro el kinesiélogo, Serrucho movilista dibujado por Guido Vallejos.
el doctor, Ñeque el preparador físico y En 1955 el dibujante editor hizo des-
Rasca, el perro mascota. cender al equipo emulando la situación
Los partidos son comentados por del equipo Universidad Católica, lo que
Tato Plumilla, relatados por Pancho mermó las ventas por lo que lo hizo vol-
Matraca y Cegatini, ex Zegatini, entre- ver a primera división rápidamente. Fa-
vista en la cancha. Otros personajes re- moso es el ejemplar en que los simpáti-
currentes en al serie son Lipiria el ven- cos y habilidosos niños futbolistas se
dedor del estadio, Don Pepe, hincha enfrentan al popular equipo Colo-Colo
no. 1 de Barrabases y dueño del café en la historia titulada «El partido del
donde se reúnen los jugadores, Chupil- año» (Barrabases no. 43 del 12/12/56)
co el administrador del Estadio, Men- que no es más que una ficción del niño
tolatum, funcionario que les hace a to- reportero Tato Plumilla (quien necesi-
dos los servicios y Manguera y el Cabo taba una buena nota deportiva) y sus
Matamala los representantes de la ley. compañeros. El estilo de dibujo de Va-
A ellos se suman los habitantes del lu- llejos era más realista en los primeros
gar y los contrincantes futbolísticos de números y la galería de personajes de
cada episodio. esta inmortal serie debutarían desde un
Al cambiar la periocidad de la publi- comienzo. Singular fue el período en
cación Guido Vallejos debe formar un que los personajes se enfrentaron a las
equipo de trabajo y considerar las obras divisones infantiles de los equipos chi-
de otros dibujantes junto con presentar lenos pues se usaron como fondo de vi-
notas sobre el deporte en general y sus ñetas fotografías de los estadios de Chi-
224 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta en Chile
le. La popularidad de la revista generó un cazador que vive historias mudas en
un programa radial con los partidos del pocas viñetas) Mono («Masculino y fe-
singular equipo los que eran dirigidos menino», «Doña Celedonia, una mujer
por Renato González (Mister Huifa) y celosa») y Luar («Barbeto»). Debemos
relatados por Máximo Claverías siendo destacar que la revista aceptó colabora-
sus alumnos los que personificaban a ciones de los lectores y publicó más de
los jugadores. El actor Jorge Quevedo algún dibujo, y que aquí también apare-
puso la voz a Mister Pipa. Otra muestra ce Don Otto en una sección de chistes
de la popularidad de los futbolistas de alemanes, y la figura que lo caracteriza
tinta y papel fue el hecho de que a lo lar- es, nuevamente, la de Von Pilsener y su
go de Chile se crearon equipos homóni- perro, quienes aparecen en la portada
mos. La revista duraría hasta el no. 171 del no. 7 (05/55). En el no. 12 (11/55) se
(01/1962) cuando se organizaba un anuncia el lanzamiento del libro colec-
concurso de dobles para los personajes tivo de «Historietas Ltda.». La revista
de la revista y el autor pide disculpas a siempre incluyó fotos de mujeres y
los lectores por la desaparición de la se- chistes en las páginas centrales a cargo
rie principal al estar muy ocupado en de uno o más artistas. El último número
editar sus numerosas revistas. Por esto de esta simpática revista fue el 13
bajan las ventas y el editor decide poner (12/55)
fin a la otrora exitosa publicación.
23 de noviembre: Rouge, Impropia 1955
para Tontos Graves como reza a partir «Perejil» de Lugoze debuta este año
del no. 2 es otra revista de humor pícaro en El Mercurio con su tira diaria. El
cuyas portadas a 3 tintas estuvieron a personaje había sido creado por el dibu-
cargo de Lugoze. Con un formato pe- jante durante su estadía en Argentina en
queño hasta el no. 3 (18/01/55) y pobre 1949 con el nombre de «Pajarito Flor de
impresión a lo largo de su corta vida en Vago». Las andanzas de este reticente
su primera editorial se acusa que lo pu- al trabajo y el baño durarían hasta 1970
blicado en otras revistas es principal- durante las elecciones presidenciales. La
mente extranjero, que pretende seguir última viñeta en publicarse (05/09/70)
la huella de Arturo Durhle, creador de muestra al personaje tomando caldo de
nuestro teatro humorístico, y que los cola tras ganar don Salvador Allende.
chistes e historias serán chilenas. El di- Se debe destacar que Lugoze volvió
rector de la revista fue Luis Goyene- desde Estados Unidos a colaborar en
chea Zegarra (Lugoze) y colaboraron al campaña electoral de don Jorge
redactando notas divertidas: Toni, Gon- Alessandri.
zalo Orrego, Mario Rivas, Sigfrido y 20 de agosto: Ventarrón, revista de
Raúl Morales. La revista de 28 páginas Ediciones Blanco, impresa en Santiago,
salida de Imprenta El Derby tuvo como marca el debut de quien se convertiría
dibujantes a Pepo, Lugoze («En las en una figura señera del cómic nacio-
buenas y en las malas»), Nato («On nal: Máximo Carvajal. En un formato
Chuma»), Alhue («Rouge»), Cesar tradicional y con 32 páginas en un papel
(«Tontolito Jockey», el personaje que de baja calidad, al igual que la impre-
más se repitió), Laufer (quien dibuja a sión en blanco y negro, el no. 1 presen-
vol. 2, no. 8 225
Cristian Eric Díaz Castro
taría una portada a tres tintas y reclama- planeta Marte y allí, luego de escapar
ría ser «La primera revista de historie- con las vestimentas de uno de sus cap-
tas totalmente ilustrada en Chile». tores, debe buscar la forma de regresar
Estas comienzan en el tiro (el revés de a la Tierra. En este número se promete a
la portada), siendo la primera «Tifón», los lectores que la revista será de apari-
un marinero de armas tomar. Luego ción quincenal.
viene «Ventarrón», un boxeador que da En el no. 4, primera quincena de oc-
nombre a la publicación. Como último tubre, se usa otro afiche de vaqueros pa-
personaje está «Raúl Montero», un de- ra la portada. Siguen «El club de los de-
tective. Lo curioso de estas historias es tectives» y «Joaquín Murieta» de Luis
que todas transcurrían en territorio na- Robert; «Tito el interplanetario» de
cional, entendiéndose que eran héroes Ernesto López y con R. Morelli en los
chilenos sus protagonistas principales. guiones. Curiosamente en esta segunda
En el no. 2 empezaría una sección lla- aventura el protagonista ya tiene un
mada «El club de los detectives», a car- amigo inventor, el cual le facilita un ae-
go del dibujante Luis Robert, quien rocarro experimental con el que se ve
también ilustraría «Joaquín Murieta», envuelto en una competencia, la cual
«Los relatos del inspector Pierre» y gana obviamente. También «Venta-
«Polillita», con un estilo más caricatu- rrón» de Carvajal se hace presente. De-
resco el empleado en este último traba- butan «Martín el intrépido» de Fernan-
jo. Carvajal dibujaría «Max Dardo», do Ibáñez, donde las aventuras transcu-
donde se empezaría a manifestar el in- rren en las costas del sur de Chile, y «El
terés por las aventuras aéreas y espacia- capitán Ñeque» de Pato Zamora, siendo
les que harían famoso al dibujante. En el protagonista Antonio Castillo, un as-
esta edición se anuncia un nuevo per- trofísico chileno que reside en Las Con-
sonaje: «Tito el interplanetario», de des. Las aventuras que vive son gracias
Ernesto López, y ya se incluyen con- a su amistad con un venusino quien lo
cursos y cartas de los lectores. llevará de planeta en planeta. Como
El no. 3, de septiembre, usa para su historia final, y en la contratapa, sigue
portada un afiche de cine sobre una pe- «Cantimplora» de Nebur.
lícula de vaqueros y es a tres tintas. En El no. 5, aparecido en la segunda
su interior sigue «El club de los detecti- quincena de octubre, usa en su portada
ves», «Joaquín Murieta» y «Polillita», un afiche de cine retocado para presen-
todas de Luis Robert. Carvajal se hace tar a un nuevo personaje: «El duende».
presente con «Ventarrón». Debutan Esta historieta tiene la triste particulari-
«Cantimplora», un cazador para la risa dad de ser una burda copia del celebé-
del lápiz de Nebur, y «Tito el interpla- rrimo personaje norteamericano «Spi-
netario» de Ernesto López. Lo simpáti- rit», del legendario Will Eisner.
co de este personaje es que es un estu- Claramente usurpando aventuras del
diante de la Universidad de Chile, co- enmascarado, Roberto Pe, el autor, no
rresponsal del diario El Espectador, duda en alterar levemente la apariencia
que fotografiando al volcán Riñinhue de Spirit para convertirlo en un perso-
que ha entrado en erupción se topa con naje original y de su autoría. En vez de
unos extraterrestres que se lo llevan al un antifaz y sombrero, opta por una ca-
226 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta en Chile
pucha en la cual lleva impresa la letra rio. El libro contó con un prólogo del
D. Lo demás se mantiene prácticamen- escritor y humorista Avelino Urzúa
te igual. Mala práctica. Las demás his- (Juan Lanas). En esta fecha el dibujante
torietas en esta edición son «El club de Miguel Gordon realiza una exposición
los detectives», «Ventarrón», donde sa- en la sala del Círculo de Periodistas.
le Max Dardo y presenta a Pancho Mu- Diciembre: «Condorito», primer to-
rano, enfrentándose todos con extrate- mo recopilatorio del popular personaje
rrestres. «Tito el interplanetario» se creado por Pepo con material inédito y
manifiesta como una burda copia de el publicado en las páginas de la revista
«Flash Gordon». Siguen «Martín el in- Okey, editado por Zig-Zag. Cuando se
trépido» y «El capitán Ñeque». Apare- consolida como revista regular colabo-
ce una sección llamada «El noticiario raron en ella: Hernán Vidal, Jorge Dé-
del tío Alejandro», de un programa ra- lano Concha, Daniel Fernández, Luis
dial, «Dibujos de los lectores» y «De la Peñaloza, Edmundo Pezoa, Sergio
vida real», dibujada por Máximo Car- Nawrath (quien cumplía veintecinco
vajal. El no. 6, de noviembre de 1955, años de colaboración en 1983) y Dino
presenta una portada de Carvajal. «El Gnecco.
club de los detectives», «El duende»,
«Tito el interplanetario», la tríada 1956
«Ventarrón, Pancho Murano y Max Durante este año Hervi debuta a los
Dardo»; «Capitán Ñeque» y «Pepito», trece años con una tira cómica en el dia-
colaboración de un lector de diez años, rio católico La Voz y el personaje era un
R. Torreblanca, son las historietas de la angelito en situaciones de humor livia-
presente edición. Se incluye la sección no. Al año siguiente sería ayudante de
«Ventanas a la ciencia» de Antonio Pepo en «Condorito» y colaboraría en
Cruz que se suma a la «De la vida real». varias pubicaciones. También en este
El no. 7, de abril de 1956, es el último período se realiza «La vida es una histo-
de la revista. En la «Editorial» se anun- rieta», programa radial con las andan-
cian cambios en la publicación para sa- zas de Viborita, la mordaz fémina crea-
tisfacer las demandas de los lectores. da por Pepo. La actriz Shenda Román
«Tito el interplanetario», «Pancho Mu- (recordada por su papel en el «Chacal
rano, Max Dardo y Ventarrón», invi- de Nahueltoro») pone la voz.
tando a «Pancho», «Pablo Lunasa» y 3 de enero: Fray Pedro Suberca-
«Roberta», son las historietas que po- seaux (Lustig) creador del célebre «Fe-
nen punto final a esta efímera pero sig- derico Von Pilsener», fallece en Santia-
nificativa publicación. go. Sus memorias quedan inconclusas.
Octubre: «Libro de la Sociedad de El dibujante había nacido en 1880 y en
Historietas Limitadas», un libro recopi- 1920 ingresó al patronato benedictino
latorio con los comics de «Homobono» de Quarr en Inglaterra para fundar más
(Alhué), «Viborita» (Pepo), «Perejil» tarde el primer convento de esa orden
(Lugoze), «Macabeo» (Leo-Leoncio en Chile.
Rojas), «Desfiladero» (Abel Romero), 29 de agosto: El Pingüino, La Revis-
«Imposible» (Miguel Gordon), todos ta de las Historietas Cómicas, dirigida
aparecidos en las páginas de El Mercu- por Guido Vallejos, que aparecía los
vol. 2, no. 8 227
Cristian Eric Díaz Castro
miércoles en forma quincenal y luego el no. 388 (25/08/64) aparece junto al
semanal (llegando al no. 40) es editada resto de los personajes de la revista por
por Zig-Zag. ser una edición aniversario) Rafael
Con excelentes portadas en colores Martínez ( «Sócr at es », «Faki r »,
de Pepo y su característica tinta sepia «Click», «Mecha»), Alhué («Fatalis-
para el interior dio cabida a legendarias to», «Deportino», «Pilucho», «Adán y
firmas en el ámbito historietístico chile- Eva»), Adduard («Don Juato»), Faruk
no. Con secciones literarias irreveren- («Sherlock Gómez»), Lukas («Micro-
tes, fotos de chicas semidesnudas, his- dramas», «Omar»), Pedro Flores
torietas de calidad y chistes subidos de («Otelo»), Ego («Gotitas»), Francho
tono en la medida justa, se consagró co- («Bajo un ancho sombrero»), Gin
mo la revista picaresca por casi trece («Cochayuyo» llamado «Chalupa» en
años de publicación. otras revistas, «Ladrillo», «Clementi-
Cambiando de aspecto durante los na»), Alberto Vivanco («Flor de Qui-
años en que salió a los quioscos, los llay»), Iñigo («Sofía»), Pepe Huinca
que le dieron vida fueron: Nato («Inso- («Machuca y su amigo Checho»).
lencio», «Don Mínimo», «Pantruca el Llegando al no. 400 la revista es edi-
pingüino patiperro», «Toribio el náu- tada por Ediciones Guido Vallejos y
frago»), Fantasio («La costilla de Editorial Lord Cochrane, y ya venía
Adán», «Pan de Dios», «Cosiacas», apareciendo semanalmente los martes,
«Deportino»), Mono («Don Postizo», ahora en blanco y negro para luego re-
«Memorión», «Cañita»), Luís Herrera cuperar el uso de dos tintas de colores
(«Don Tilo»), Lugoze («Olfatillo», variados pasando las portadas a ser ilus-
«Cuando nos ven y... cuando no nos traciones de los españoles Gin o Raf,
ven»), Themo Lobos («Alaraco», dejando algunas a Fantasio pasados los
«Transparencio», «Mr. John Vistavi- 500 números. Comics que se mantienen
sión», «Penjamón», «Los González en esta época son: «Ramón», «Mitigüe-
van a Viña», «Dolchevita» más tarde so», «Quevedo» (Vicar), «Baldovino»,
«Dolchevito», «El reino animal»), Ti- «¡Oh, el deber!», «Cosiacas», «La cos-
to («Mr. Dolartime», «Ajenjo»), Leo tilla de Adán», «Pan de Dios» (Fanta-
(«Solterina», «Contrafuegos»), Urtia- sio), «Primitivo» (Alberto Vivanco),
ga («Marilyn Morrón», «Envidiote», «Tremebunda», «Robustita» (Lino Pa-
«Frescolín», «Latón»), Jorcar («Val- lacios), «Calcetinera», «Sócrates»,
verde»), Pepo («Viborita», «Don Ro- «Fakir» (Rafael Martínez), «Héroes del
drigo»), Ibáñez («Clavito»), Cesar siglo XXI», «Rey de la policía desmon-
(«Tablerito Verde»), Vicar («Queve- tada», «Agua de Boldo», «Dolchevita»,
do», «Mitigüeso», «Ramón», «Paqui- «Alaraco» (Themo), «Clementina»,
ta»), Jimmy Scott («Maranfio», «Entre «Sócrates» (Rafael Martínez), «Fresco-
microbios», «Macabro»), Guido Va- lín», «Sexilia» (Urtiaga), «Macabeo»
llejos («Cogo» y «Terito» continuados (Leo), «Cochayuyo» (Gin), «Sofía»
por Urtiaga), Mazzone («El señor Ge- (Iñigo), «Manrique el mago», «Drácu-
rente», «El vendedor les dijo...», «Chi- la» (Jorge Mateluna), «Coquette la ve-
ki la corista», «Perkins»), Pedro Seguí dette» (Angélica) y «Otelo» (Pedro
(«Willy», «Gina Frigidaire» quien en Flores). Junto a los comics aparecían
228 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta en Chile
simpáticas notas pícaras, datos de la centrales y en colores, «Rani la de los
bohemia, la radio y el teatro chilenos tigres», «Doctora Claudia», «Jesse Ja-
así como los entretenidos «Relatos del mes el justiciero» y «Arsenio Lupín».
pato Peñaloza», que desde un comienzo Además la pequeña revista daba cabida
amenizaron las páginas de El Pingüino a las novelas seriadas (popular práctica
compartiendo con los «Relatos de Cha- en las revistas de la época). Entre estas
morro» pasados los 400 números, y to- estaban: «El submarino volador», «Oro
dos los chistes gráficos tomados de la prohibido», «El hijo del hombre miste-
producción mundial. Llegando al no. rioso», «La perversa», «El mensajero
520 la revista sufre otro cambio en su del reino», «La banda fantasma» y «El
edición y queda bajo la dirección del di- huérfano del río», esta última de José
bujante Alberto Vivanco, con Pepe Zamorano, quien se convertiría en pro-
Huinca en al subdirección siempre edi- lífico guionista de los comics que edita-
tada por Lord Cochrane, con el fin de ría la casa Zig-Zag desde mediados de
mejorar la alicaída publicación, ponien- la década del sesenta. En materia nacio-
do fin a la etapa clásica en el no. 519 nal estuvo el cómic Cascarrabias de
(14/03/67). Alhué que aparecía en cuatro viñetas a
Diciembre: «Condorito» en su se- dos columnas y a mitad de página. La
gundo libro recopilatorio de 96 páginas modesta revista llegaría hasta el no. 25
publicado por Editorial Zig-Zag con (1957). Can-Can ve la luz este año pero
material inédito y lo publicado en revis- por un breve período ya que desaparece
ta Okey. al año siguiente.
2 de enero: Mampato, suplemento
1957 semanal de ocho páginas en colores del
En este año se edita Selección del diario El Mercurio que publica historie-
Humorismo Mundial que es una revista tas extranjeras, aparecía los miércoles y
impresa por El Derby en un formato pe- se destacan entre lo aparecido «Pillín»,
queño. De aparición mensual alcanza el «Archie», «Pomponio», «Juan el intré-
no. 14 en 1958. También en este año sa- pido», «El reyecito», «El diario de una
le a la venta Cascabel, suplemento de vida», «El Gran Ben Bolt», entre el ma-
historietas de 32 páginas que aparecía terial foráneo. En lo nacional destacan:
los lunes editado por El Mercurio, y «Historia de Chile» e «Historia univer-
Lord Cochrane en un formato tradicio- sal» de Tardito, «Comenunca», «Ca-
nal, con portada en colores en mala im- chito y Chachito» de Mauro Cabrera,
presión, a cargo de José Rubén Orella- «Camilo» por Lincoln, y «Jimmy
na o Abel Romero, e interior en blanco Scott» con su publicidad para el Chicle
y negro publicando material extranjero. Filatélico. El suplemento aparecería
Los comics comienzan en el tiro y se hasta mediados de la década del sesenta
prolongaban hasta la contratapa. Entre y el nombre sería utilizado por la popu-
ellos estaban: «Rick Randor el detecti- lar revista dirigida por Eduardo
ve del espacio», «Big Ben Bolt», «El Armstrong. Tiempo después en el dia-
perro amarillo», adaptación de una obra rio El Mercurio reaparecería un suple-
de Goerge Simenon, «El vengador» mento de comics importados, pero no
(western), «Capitán Blood» en páginas tendría nombre.
vol. 2, no. 8 229
Cristian Eric Díaz Castro
21 de octubre: Lukas debuta en el suplemento. «Las hazañas de Supervi-
diario La Unión y comienza su triunfal talminito» fue otra tira de origen nacio-
escalada en el humor gráfico de la pren- nal firmada por Dgo que aparecía al pie
sa diaria. de página en la contratapa. En el no. 9
29 de octubre: Panchito, suplemen- (24/12/57) en «Esta es tu sección» apa-
to de ocho páginas que aparecía los rece un dibujo firmado por Alberto Vi-
martes en formato periódico del diario vanco quien se repite con otra situación
La Unión. Con una pésima impresión cómica dibujada en el no. 10. En el 25
se publicaron comics nacionales y ex- (15/04/58) debuta un personaje de
tranjeros, entre estos estuvieron: «Cris- Alberto Vivanco: «Poliomelitis». En
tóbal», «Trotamundos del espacio» (a los nos. 26 y 27 aparece «Vlady» del
cuatro tintas en la portada), «Super- mismo dibujante. En esta edición se
man», «Kerry Drake», «Nero Wolfe», anuncia el cambio de historietas y el de-
«Trucutú» (cuatro tintas en la contrata- but de la mascota del semanario junto
pa), ambos hasta el 27, ya que desde el con promover la serie nortemericana
28 «Daniel el travieso» remplaza a la «Steve Roper», donde los guiones esta-
saga espacial (pero sólo a dos tintas rojo ban basados en hechos reales. El suple-
y azul alternándose horizontalmente mento al parecer llegaría al medio cen-
dejando el negro para las viñetas lo que tenar de números no pudiendo emular
resultaba estéticamente horrible), y el éxito de su veterano colega domini-
«Pancho Tronera» ocupa el lugar de cal del mismo diario.
«Trucutú». Diciembre: «Condorito» en su libro
En el suplemento además de comics no. 3 siempre editado por Zig-Zag en
venían las secciones como «La natura- una revista de 96 páginas.
leza es así» de Walt Disney más los
siempre útiles datos y chistes. En lo na- 1958
cional destacan la adaptación del 13 de febrero: Pimpinela, revista ju-
«Adiós al 7° de Línea» de Jorge Inos- venil de Editorial Marinetti y en exce-
troza con dibujos de Isidro Arteaga lente impresión en colores y dos tintas
(obra que sería recopilada más tarde en cada dos hojas, en un principio tuvo
tres tomos y alcanzaría varias redicio- aparición quincenal. En un formato
nes) y que era continuada durante la se- grande y con 16 páginas de papel de ca-
mana; Lukas comienza ilustrando chis- lidad hasta el no. 12 (07/58) y tomando
tes, y recién en el no. 8 (17/12/57) apa- el nombre de su publicación hermana
rece su personaje «Grillete», un regor- argentina, presentó comics de factura
dete presidiario en simpáticas situacio- extranjera como el primero que se pu-
nes alternando con sus chistes. blicó en portada titulado «¡Bienvenido
Otros dibujantes que colaboraron fue- al hogar!», historia de ciencia ficción
ron Edwin Escudero, Jarret, Chilo con de sólo dos páginas.
sus tiras publicitarias el que poco a po- Títulos que se prolongaron por varias
co adquiere notoriedad hasta hacer las ediciones fueron «El pequeño mesti-
tiras de «Panchito» en el no. 28 zo», «El manto del templario», «Rastro
(06/05/58) personaje que hasta ese mo- de sangre», «El pirata de hierro», «Peli-
mento sólo aparecía en la editorial del gro sobre el Tíbet», «El hombre negro
230 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta en Chile
del hurón», «El imperio de los Césa- ra estar las viñetas en forma vertical en
res», «Náufragos del infinito», «Dos el lado izquierdo de la portada en el no.
hombres de ley» y «Belinda». Otras 7 y ya en el no. 8 (22/05/58) dejar sólo
historias sólo aparecían en una edición una ilustración de Mario Igor, excelen-
como «Pepino pasea», «Frendy y Lau- tes acuarelas que aparecerían hasta el
chín», «La última cacería», «El chivo no. 17 (22/09/58).
Raimundo», «Coyotito», «El enviado La revista reduce su formato a partir
del cielo», «Pelusín aventurero», «Ca- del no. 13 (31/07/58), aumentando la
nibalito Sakalonja» o en dos ediciones cantidad de páginas a 32 hasta el final
como «Año 2306», «El enigma del za- de su vida editorial y manteniendo la
firo negro», «Era un valiente» y presencia del color cada dos páginas
«Johnny Orquídea», por citar algo del para dejar sólo dos tintas cada otras dos.
material europeo o norteamericano de En este número aparecen «Los halco-
la época de distintas calidades gráficas, nes negros», importante serie de corte
algunos indicando el autor. bélico y cuasi superheroico de origen
Además de historietas la revista con- norteamericano con los dibujos de Lou
taba con una página titulada «Caja de Fine y Chuck Cuidera, material que en
sorpresas», donde había juegos, infor- ese tiempo llegaba en las ediciones me-
mación, chistes del español Manuel xicanas de increíble calidad. Esta saga
Vásquez, así como datos interesantes aparecería hasta el no. 20 (05/11/58).
que se distribuían al pie de página de al- Al mismo tiempo que los halcones de-
gunas de las historias seriadas. Los butaba el «Pato Donald» con una pági-
cuentos ilustrados y seriados también na en contratapa hasta el no. 24
fueron parte del contenido de la exce- (02/01/59). «Bugs Bunny» llega en el
lente publicación que a la fecha venía a no. 20 y se queda hasta el final. Rem-
ser una suerte de Okey de lujo. Persona- plazando a Mario Igor en las portadas
je cómico regular de la revista fue «Fi- un anónimo dibujante, tal vez Alberto
rulete mosquetero», cómic seriado de Lugenstras, realizó su labor hasta el fin
una página dibujado por Lino y que a de la revista que a partir del no. 25
partir del no. 2 (27/02/58) y hasta el 7 (28/01/59) y el último, el 26 (10/03/59)
(08/05/58) apareció en contratapa y en se editó sólo a dos tintas en papel de ba-
colores. Desde la siguiente edición se ja calidad.
publicó en el interior de la revista sólo a En el penúltimo número se anuncia-
dos tintas, en que además se publicitaba ba que la distribución de la revista ya no
un programa de Radio Corporación la haría Editorial Lord Cochrane, sino
donde actuaban Alejandro Gálvez y Fi- la firma Baliellos y Salvo Ltda. Direc-
rulete, personaje que aparece por últi- tor de la aceptable revista fue Irene So-
ma vez en el no. 12 (07/58). La modali- lar, subdirector Alberto Lugenstras, y
dad de comenzar con los comics en por- colaboraron Antonio Burgos, América
tada varía en el no. 5 (10/04/58) pues Ried, Eliana Grande y Jorge Fernández.
Mario Igor realiza una ilustración para Material del último número fue «El
la misma, la que es acompañada de un misterio del valle sagrado», varios chis-
par de viñetas al pie de ella, situación tes en tiras, «Bugs Bunny», «Contrato
que se repite en el siguiente número pa- de sangre», «El dios de las tormentas» y
vol. 2, no. 8 231
Cristian Eric Díaz Castro
el «Pato Donald». Ante la mayor acep- comics: «Paty», de Jimmy Scott, el cual
tación de la competencia por los lecto- se distribuía a lo largo de la publicación
res como Okey y Don Fausto, y la tra- y que apareció en todas las ediciones;
yectoria Pimpinela no pudo mantenerse «El gordo Sotito» de Alberto Vivanco,
en el mercado. que debuta en el no. 10 y sigue hasta la
17 de abril: Mi Vida, La Compañe- última edición. La firma de Citto apare-
ra de tus Horas Tranquilas, primera ce en los chistes deportivos y René Oli-
revista de fotonovelas –en un comien- vares en «Faquires». Junto a la produc-
zo de origen italianos– de Editorial ción nacional estuvieron los comics ex-
Zig-Zag, editada por Guido Vallejos, tranjeros «Don Devas», una fábula, y
tuvo aparición semanal –los días jue- «Silvia» de Al Capp y Bob Lubbers.
ves– en un formato grande, aunque va- Además estaban las infaltables novelas
ría con el paso de los años con 32 pági- seriadas como «Panne en la noche»,
nas aumentando a 68 en los especiales «El tío misterioso», «La sorpresa de Ju-
de aniversario o monográficos como lia» y cuentos como «La pandilla» de
por ejemplo el de James Dean. Al co- Marcela Paz, relato que daba nombre a
mienzo era a dos tintas y traía notas so- la revista con las travesuras de Pancho-
bre el mundo del espectáculo, seccio- co, Iván, Marcela, Andeco, Paula y Pe-
nes de interés femenino y comics ro- pe. Esta saga sería recogida en forma de
mánticos norteamericanos firmados libro titulado «Los pecosos» en 1977
por Vince Colletta y otros nacionales por la autora de Papelucho. Otro cuento
como «Polola Charrázuriz» de Themo publicado en la revista fue «Las aventu-
Lobos o argentinas como «Micaela» ras de Huck Finn» de Mark Twain. Cu-
por Mazzone. Su vida editorial alcanza riosa sección fue la de grafología im-
hasta el no. 471 (05/68). partida por Zenni Boccara. Otras más
Diciembre: «Condorito» en su libro clásicas fueron las guías de cine, de lec-
no. 4, conservando los atributos de edi- tura, chistes, concursos literarios, jue-
ciones previas. gos de salón, concurso de chascos (el
primero se publicó en el no. 2), «Sabía
1959 que...» por el profe Malabarra, los in-
4 de marzo: Pandilla, revista para ventos, concurso de rompecabezas jun-
niños y jóvenes de Editorial Zig-Zag de tando la pieza que aparecía en contrata-
aparición semanal editada en un forma- pa, manualidades, páginas recortables,
to grande, en colores sólo en las porta- consejos para ser escritor, etc. Una pá-
das, pues en su interior se ocupan los to- gina encuesta con el nombre de Haraki-
nos sepias y grises.Las portadas de esta ri aparece en el no. 4 para mejorar la re-
versión moderna de El Peneca (36 pá- vista en el futuro. En el no. 7 ingenua-
ginas incluyendo las tapas) contaron mente piden en la editorial crear Comi-
con las excelentes acuarelas de Abel tés Pandilla emulando a los de su mo-
Romero hasta el no. 4, siendo rempla- delo El Peneca. Su estilo poco original
zado por Mario Igor y René Poblete, sólo le hace llegar hasta el no. 16
cuya firma figura a partir del no. 11. (24/06/59).
Hasta ese número las portadas no lleva- 31 de julio: El Saquero, el Deporti-
ban firma. En su interior estuvieron los vo en Chunga, revista de humor depor-
232 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta en Chile

Figura 3: «Faquires» de René Olivares, publicada en Pandilla no. 6 de 1959.

tivo de aparición semanal que sale los vieron a cargo de Pepo, quien además
viernes. Las portadas a dos tintas estu- era el director de la revista que tenía
vol. 2, no. 8 233
Cristian Eric Díaz Castro

Figura 4: Debut de «El gordo Sotito» de Alberto Vivanco en Pandilla no. 10 de 1959.

secciones dedicadas a casi todos los de- siempre en tono humorístico («Pensa-
portes, aunque el fuerte era el fútbol mientos póstumos», «Se anotó un poro-
234 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta en Chile
to», «Se sacó un huevo», «Consultorio 7 de noviembre: Elvira Santa Cruz-Ro-
sentimental», «Box con Pancho Casti- xane, antigua directora de El Peneca,
lla»). En esta publicación colaboraron fallece a los setenta y cuatro años,
Vicar («En sus marcas», «Ciertas cosas después de toda una vida dedicada a
del deporte»), Alhué, Franklin («Piri- los niños.
nolo», «Craquito») Hervi («Olimpito»). 25 de noviembre: Cine Amor, La
En el no. 4 aparece en contratapa «El Revista de las Fotonovelas Chile-
saquero», el árbitro malencarado nas fue otra publicación de Edito-
mascota de la revista, adquiriendo rial Zig-Zag bajo la tutela de Guido
mayor protagonismo, pues hasta ese Vallejos. Fue el título más exitoso de
momento sólo aparecía dando mora- esta temática. De aparición quincenal y
lejas al interior de la revista en una en un formato grande, de 48 páginas
sección pequeña. con portadas en colores e interior en
Como dato curioso está el detalle en blanco y negro (tonos grises) sobrepasa
la sección correo. Aquí aparece un bu- los 440 números, celebrando en el 439
zón, siendo orinado por un perro, igual (26/12/69) nueve años de publicación.
a la mascota de Condorito, justo donde En sus páginas se publicaron los co-
se lee «Muera el roto Quezada». Tam- mics: «Pepe Galano» (Themo Lobos),
bién en la revista la publicidad la hacíany los comics de origen extranjero «Ema
deportistas destacados y se promocio- la colérica», «Jane la modelo», «Pepita
naba la tienda Donde Golpea el Sapito de la nueva ola» («Ponytail» que tam-
con la figura de Sergio Livingstone. bién se publicaría como «Patty» gracias
La revista sólo duró hasta el no. 7 a Editorial Lord Cochrane y Guido Va-
(11/09/59). llejos en 1966).
Diciembre: «Condorito» en su libro Además de las fotonovelas se hacían
no. 5 que muestra en contratapa una si- concursos para los lectores y algunas
tuación años antes dibujada en una por- veces traía notas para las mujeres,
tada de El Peneca. Una obesa bailarina principal público de este tipo de revis-
pisa a su acompañante. Ambas obras tas. La mayoría de las fotonovelas ter-
son de Pepo. minaban en el mismo número pero hu-
En la década del sesenta Radio Mine- bo una serie titulada «Contigo pan y
ría lleva al aire el programa «Condori- cebolla» con Marta Erices y Andrés
to», donde Andrés Rojas Murphy hace Gómez. Algunos actores que partici-
la voz del emplumado, Roberto Parada paron en este título fueron Luis Dávila,
la de Don Chuma y Alicia Quiroga la de Sara Astica, Víctor Zalaquett, Luis del
Yayita. Se dice que un disco fue graba- Valle, Emmanuel (cantante brasileño),
do con estas experiencias, pero el más- Gloria Benavides, Héctor Noguera,
ter estaría perdido. Pat Henry, el Pollo Fuentes, Gervasio.
También se publicaron obras en tono
1960 humorístico con «Lucho Barra» y
En este año se edita el primer tomo «Guillermo Bruce».
de la obra «Adiós al 7° de línea» de Jor- La popularidad de este tipo de revista
ge Inostroza con dibujos de Isidro Artea- comienza a decaer cuando la televisión
ga bajo el sello Zig-Zag. comienza a masificarse.
vol. 2, no. 8 235
Cristian Eric Díaz Castro
Enero: «Pellejerías de Perejil», re-
copilatorio del popular personaje crea-
do por Lugoze años antes en Argentina
y conocido como «Pajarito flor de Va-
go», editado por Lord Cochrane e im-
preso en Rotativa Ross, con las tiras
aparecidas en el diario La Nación. El
personaje es un mendigo que evita el
trabajo y el agua, pero es muy fresco
con las mujeres, aunque tiene una eter-
na enamorada y siempre está ham-
briento. En la revista de 96 páginas en
una deficiente impresión en colores se
disfruta el fino humor de Lugoze retra-
tando las costumbres de esos años con
las carcterizaciones de Perejil y sus
amigos Cuchuflí y Peinetita, la humil-
de novia. Como dato curioso en una vi-
ñeta aparece el personaje Homobono
de Alhué quien niega al personaje prin-
Figura 5: Viñeta de Vicar para El Saquero. cipal un trozo de su bocado.
La tira de «Perejil» seguiría apare-
Diciembre: «Condorito» en su libro ciendo hasta después del triunfo de don
anual no. 6 siempre manteniendo las Salvador Allende en las elecciones de
características previas. 1970.
Junio: Selecciones Escolares, la edi-
1961 ción para Chile de una exitosa revista
En este año se publicarían Amarotto, italiana dedicada a los escolares. Editó
revista de humor del dibujante argenti- Zig-Zag en formato bolsillo y en co-
no Oski, es editada por Zig-Zag con el lores en edición de 64 páginas con apa-
mismo formato de Condorito: 96 pági- rición semanal. Duró un centenar de
nas y tapas de cartulina con ilustración números y tuvo en sus páginas comics
en colores. Al parecer fue un solo nú- de origen italiano.
mero el que se publicó con las aventu- Diciembre: «Condorito» en su libro
ras del singular personaje que solía apa- anual no. 7. Desde el próximo año y
recer en las páginas de El Pingüino. hasta 1964 aparecería dos veces al año
También ve la luz «Pepe Antártico», logrando tirajes de 200 000 ejemplares
recopilatorio con las tiras diarias de la contrastando con los 15 000 de un co-
prensa del popular y aún vigente perso- mienzo.
naje de Percy.
Otro hecho importante es que el ge- 1962
nial Lukas comienza a colaborar en el En este año el dibujante chileno Luis
diario La Nación. El segundo tomo de Goyenechea Zegarra (Lugoze) recibe el
«Adiós al 7° de Línea» ve la luz. premio SIP Merganthaler.
236 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta en Chile
27 de julio: Disneylandia, revista
editada por Zig-Zag en colores, todos
los viernes semanalmente comienza la
invasión de títulos Disney en los kios-
cos chilenos. La revista dirigida por
Elisa Serrana pasaría a ser editada por
Pincel, ex Zig-Zag durante el gobierno
de la Unidad Popular y luego por Pincel
y Editora Nacional Gabriela Mistral.
Como todos los títulos Disney pasarían
a ser una edición conjunta con Editorial
Tucumán de Argentina a finales de la
década del setenta. La periocidad de la
revista se mantiene llegando a los ‘70
para ser quincenal a mediados de esa
década.
Septiembre: «Adiós al 7° de Línea»
en su tomo no. 3 con la síntesis gráfica
de cinco tomos escritos por Jorge Inos-
troza, con los dibujos de Isidro Arteaga,
material ya publicado en el suplemento
del diario La Unión. Colaboró en la sín-
tesis Raquel Pino Parraguez.

1963
En este año «Artemio», de Pepe Figura 6: Portada de El Saquero por René
Huinca, comienza a aparecer en la Ríos Boettiger (Pepo).
prensa diaria (El Mercurio) cuando su
dibujante tiene veintidós años. Al serPremio Nacional de Periodismo, Men-
ción Dibujo. Durante este año Malín fir-
contador en las tiras de su personaje re-
fleja el mundo burocrático en el que ma los «Ercigráficos» de revista Ercilla,
participó. El estilo gráfico en «Arte-que son fotos con textos en bocadillos
de corte humorístico.
mio» generaría críticas por considerar-
lo muy parecido a «Beto el recluta». 6 de abril: Aventuras Disney, tam-
bién el primer número de El Zorro, es
Otro personaje que aparece en la prensa
es «Chambeco», de Palomo, que debuta otro popular título del sello Disney, que
en el diario Última Hora.Al parecer presenta en sus páginas las aventuras de
también hace su debut en el diario El «Spin y Marty» (una serie televisiva
Clarín el personaje «Lolita» creación norteamericana) con las aventuras en el
de Alberto Cornejo y Alberto Vivanco. «Rancho Triple R» dibujadas por Dan
Spiegle.
1964 La revista también alternaba adapta-
Este año el dibujante chileno Luis ciones de películas que la empresa pro-
Goyenechea Zegarra (Lugoze) recibe el ducía como «Rob Roy» en el no. 14
vol. 2, no. 8 237
Cristian Eric Díaz Castro
(10/64). A veces se incluían breves re- naturaleza es así» de Walt Disney,
latos y notas informativas referentes a «Amenidades el diario vivir» («Brin-
los comics publicados. ging up Father»), «Perejil» de Lugoze,
A poco de editarse son las aventuras «Juan el intrépido» de Frank Robbins y
de El Zorro las que se adueñarían segu- «Big Ben Bolt» de John Cullen
ramente por el éxito del serial televisivo Murphy.
con el actor Guy Williams. En un co- 25 de septiembre: 7 Días de
mienzo lo referente al Zorro se publicó Zig-Zag, continuación en el no. 3103
con material extranjero, para más tarde del semanario Zig-Zag. La revista,
ser todo dibujado por autores chilenos que fue vital en el desarrollo de la ca-
como Avelino, Onofre, Mario Igor y ricatura nacional y los balbuceos del
Manuel Rojas. La revista se editaría cómic local, llega hasta el no. 3317
hasta septiembre de 1971 alcanzando (29/11/68) cuando los dibujos ya son
las 188 ediciones teniendo como refe- un mero adorno o sólo con fines pu-
rencia el 182 (04/06/71) cuando blicitarios.
Zig-Zag cambia su razón social por Octubre: Bigote (Alberto Reyes
Pincel. Mosso) remplaza a Malín en los «Erci-
Otro título Disney que aparece es- gráficos» de revista Ercilla.
te año es Fantasías, con material de 4 de noviembre: Carlos Alberto
origen italiano. De aparición sema- Cornejo hace una selección de las cari-
nal siempre en 32 páginas en colores caturas sobre el presidente Eduardo
y de editorial Zig-Zag se editaría Frei Montalva en una nota a dos pági-
hasta 1973. nas de revista Ercilla no. 1537, donde
11 de julio: Lukas en el diario La se rescatan viñetas de Pekén, Lugoze,
Unión presenta un chiste que destaca la Coke, Mono, Pepo y Alhué. La nota lle-
falta de noticias importantes en la pren- va por título «¿Qué hay en esa nariz?»,
sa al preguntar un parroquiano a su mu- y cada viñeta lleva al pie de la misma un
jer: «¿Cuál es la noticia más importante texto cómico.
que publica el diario?». A lo que la mu- 1 de diciembre: Okey moderniza su
jer responde: «Que Dick Tracy se retira aspecto tomando de modelo las revis-
de la policía». Este chiste es ocupado tas norteamericanas. Manteniendo la
por la agencia United Press Internatio- cantidad de páginas opta por los co-
nal para promover en America Latina mics en colores y poco a poco el «con-
su tira, ya todo un clásico de Chester tinuará» desaparece de sus historietas,
Gould, mediante una carta y la repro- así como la temática de las mismas de-
ducción de la tira de Lukas aparecida en cantan al género de aventuras en el vie-
el diario porteño. En esos momentos jo salvaje oeste.
Lukas cursaba una beca en Indiana, Sin embargo, la página de «Condo-
Estados Unidos y el hecho es desta- rito» seguiría hasta llegar a los 880
cado en la revista Ercilla no. 1542 números, período en que la revista ya
(09/12/64) tiene otro nombre en portada. En la
1 de agosto: El Mercurio de Valpa- etapa de transición Okey mantuvo al-
raíso viene publicando a esta fecha en la gunos de los viejos comics como los
página de «Avisos económicos» «La dramas pasionales («La bella y el
238 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
La historieta en Chile
ogro» de Stan Drake) o familiares («El opuestas debuta en revista Ercilla no.
extraño testamento»); las peripecias 1541, en una serie a pie de página en
espaciales («Brick Bradford» y «El dos hileras de viñetas donde se contra-
navío errante», aventura de «Jeff ponen los ideales y conocimientos de
Hawke», la tercera en la revista, ahora los niños.
con el nombre de «Jesy Carter y su La primera entrega es sobre el des-
ayudante Marlon») y de intriga como pertar sexual, donde terminan viendo
«Roque Marlo» (un cómic hecho so- un maniquí sin ropa en una vitrina. En
bre la base de la copia de personajes la segunda la diferencia de metas en la
de otras historietas de pésimo nivel vida y el asumir de las mismas por la
grafico) y «Dan Flagg». condición de vida donde el acomodado
También en estos números en nuevo dice ser jefe de sección y el pobre el
formato se incluyeron novelas seriadas mozo en forma instantánea, además de
y autoconclusivas. la inocencia del mismo que siempre an-
Los comics nacionales de esta etapa da descalzo.
fueron: «El fin del conquistador» (813) En la tercera entrega se ve cómo el ri-
de Jorge Inostroza adaptado por José co explota al pobre quien no mide al
Zamorano y Mario Igor con Manuel momento de ser solidario. La cuarta
Cárdenas en los dibujos; «Leyenda de muestra la existencia de analfabetas y
sierra Lillanca» (818), también de Jor- semianalfabetas en Chile, y cómo se
ge Inostroza con los dibujos de Abel engaña al que no sabe además de los
Romero y Gilberto Ulzurrún; «Jack La- efectos al manipular la información. La
ne» (827) de Juan Araneda y páginas de quinta y última entrega juega con el
humor de Jorcar. concepto de hombría y desinformación
Los comics de vaqueros se seguían al probar el par de niños los cigarrillos.
presentando como «Polvorita» y «Aguas Esta alegoría de la vida en nuestro país
sangrientas», incluso aparece una sec- deja de publicarse en el no. 1545
ción dedicada al «Lejano oeste» llegan- (30/12/64) de la revista Ercilla.
do a los 820 números. 7 de diciembre: Rincón Juvenil, edi-
Es a partir del no. 826 que este géne- tada por Zig-Zag alcanza 115 números
ro se adueña de la revista y se publican (01/03/67) en formato tradicional y de
títulos como: «El castigo», «Kansas aparición semanal.
Kid», «Buck Jones», «Teddy Ted», Comics sobre adolescentes ameniza-
«Kit Karson», Bill el sonriente», y el ron sus páginas. Esta revista en materia
«Jinete justiciero» quien debuta en el de notas a los artistas no pudo competir
no. 839 y siempre es presentado en por- con Ritmo.
tada hasta el no. 843 (27/09/65), última 23 de diciembre: Ercilla 1544 publi-
edición oficial de Okey como revista, ca material de la revista norteamericana
ya que esta se convierte en Justiciero a Mad en una nota a dos páginas donde se
partir de la siguiente entrega, mante- reseña el éxito internacional de la mis-
niendo la numeración. ma y rescata unas viñetas en que se
2 de diciembre: «Luchín y Perico», muestra cómo se mantienen los vicios
tira de Pepe Huinca con las aventuras desde la infancia y afectan en la vida
de dos escolares de clases sociales profesional.
vol. 2, no. 8 239
ARQUEOLOGÍA

La primera novela ilustrada mexicana

Rosa y Federico
Novela ilustrada contemporánea

Hugo Arturo Cardoso Vargas


Sociólogo, docente e investigador, Escuela nacional de estudios profesionales Acatlán,
Naulcalpan, México

Resumen
Entre los múltiples trabajos desarrollados en torno a la historieta en México, a pesar de su abun-
dancia no descubren ni menos describen la que vendría a ser la primera historieta publicada en las
páginas de la prensa mexicana del siglo XIX. Entre otras razones porque fue publicada en las páginas
del periódico de la ciudad de San Luis Potosí: La Ilustración Potosina. La historia de Rosa y Federico,
hay que decirlo, no es una gran joya ni de la literatura ni de la litografía mexicana, pero su existencia
es importante.

Abstract
Among the multiple works developed around the comic in Mexico, in spite of their abundance they
don’t discover neither fewer describe the she would come to be the first comic published in the pages
of the Mexican press of the XIX century. Among other reasons because it was published in the pages of
the newspaper of San Luis Potosí’ city: La Ilustración Potosina. Rosa and Federico’s history, are to
say it, it is not a great jewel neither of the literature neither of the Mexican lithograph; but their exis-
tence is important.

Introducción Sigüenza y Góngora y su texto «Infor-


tunios de Alonso Ramírez».
La historia de la literatura en Méxi- Todo esto es el pretexto que viene a
co ha aceptado como verdad incon- colación para explicar el objetivo y ra-
movible que la primera novela fue la zón de este escrito; porque así como su-
célebre obra de El pensador mexica- cede con los «Infortunios...» la existen-
no, don José Joaquín Fernández de Li- cia de acuerdos entre los especialistas,
zardi, «El periquillo sarniento». Pero se basan en los conocimientos que se
esto tal vez no sea del todo correcto si han adquirido paulatinamente como re-
tenemos a la vista la poco conocida sultados de investigación que se van
obra de otro destacado polígrafo me- acumulando a los conocimientos ya
xicano, aunque haya vivido en el siglo existentes.
XVII, lo que justifica que en especial Así que también en el presente caso,
este texto sea poco conocido. Claro se puede decir, que la primera novela
que se hace referencia a don Carlos de ilustrada mexicana es la que se presenta
240 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
Rosa y Federico
aquí, hasta que no se investigue y des- la época, pero sobre todo a los distintos
cubra una más antigua. Consecuente- trabajos en torno a la litografía y la his-
mente, los resultados de estas investi- torieta que han aparecido en los últimos
gaciones estarían en condiciones para tiempos, en ningún libro aparece la his-
que cuestione no sólo el título, sino, toria de Rosa y Federico.
además, el contenido de este trabajo. Desde luego que se pueden argumen-
Consecuentemente, el objetivo de es- tar muchas razones para esta carencia.
te ensayo es describir y ubicar en el En primer lugar que la historia no fue
contexto del desarrollo técnico de esta publicada por periódico alguno de la
la primera novela ilustrada que apare- capital de la república; porque aparece
ció en la prensa mexicana; es decir, se en una publicación del interior, en la ca-
trata de poner como ejemplo del desa- pital de uno de los estados menos propi-
rrollo alcanzado tanto en términos de la cios para este tipo de medios de infor-
producción literaria como en el campo mación como lo era la ciudad de San
de la representación litográfica que Luis Potosí. Así mismo, las cualidades
existía en México el año en que apare- estéticas de la publicación, a pesar de
ció: 1869. los esfuerzos de su editor en jefe, no pu-
Pero además, esta novela ilustrada dieron ser superadas.
aparece como una expresión única, un En todo caso hay que reconocer que
verdadero hito, en el desarrollo tanto una publicación como La Ilustración
del periodismo como de la comunica- Potosina, nombre de la publicación en
ción masiva en México; puesto que la donde aparece la historia de «Rosa y
historia de «Rosa y Federico» se pre- Federico», debió desarrollarse en un lu-
senta como una obra esencial y básica gar con escasos antecedentes y recursos
–por ser pionera e iniciadora del llama- para la impresión de un periódico, y
do subgénero de la historieta– así como además con litografías como las que
para la historia de la novela en México. describen la ya citada historia de «Rosa
Para lograr este objetivo, el texto y Federico».
contiene una descripción de las caracte- La importancia de La Ilustración...
rísticas tanto literarias como visuales de es evidente: «Con La Ilustración Poto-
la «Novela ilustrada contemporánea. sina se agrega un capítulo más no sólo a
Rosa y Federico», tal vez, la primera las letras patrias, sino también a la his-
novela ilustrada de México. Finalmen- toria mexicana: el que corresponde al
te, en la última parte, se refiere a una so- período llamado de la República Res-
mera discusión en torno al ilustrador de taurada. El marco histórico y cultural
esta historia. devela el pulso emotivo que da vida, en
su mejor expresión, a la literatura como
La Ilustración Potosina resultado de una perspectiva personal
del escritor; los textos, por ellos mis-
Inicialmente, es necesario aclarar que mos, lo confirman» (Díaz Alejo, 1989:
a pesar de la extensísima biblio-hemero- 11-2).
grafía que existe en cuanto a los medios La Ilustración Potosina es, pues, un
impresos mexicanos del siglo XIX, a los periódico que se edita en condiciones
múltiples trabajos sobre periódicos de bastante adversas que se expresa, entre
vol. 2, no. 8 241
Hugo Arturo Cardoso Vargas
otras cosas, por su breve duración. El y textos al pie de cada dibujo. En 16
primer número apareció el 1 de octubre cuadros se expone: la primera mirada
de 1869 y después de cuarenta semanas entre Rosa y Federico; la incorporación
llegó a su fin el 9 de julio de 1870. Una de él al ejército por la “comisión”; el
razón de la poca calidad de La Ilustra- dolor y enfermedad que por tal causa
ción... está tomada del señalamiento padeció Rosa; el rescate de Federico del
formulado por El Siglo XIX del 20 de oc- ejército por medio de un “remplazo”; el
tubre de 1869: «El mérito de estos ar- noviazgo de Rosa y Federico, su boda,
tículos y de los publicados en las entre- el nacimiento de su primer hijo, la infi-
gas anteriores, presagia larga vida y delidad de Rosa y la relación con su pri-
bien conquistado aprecio a este periódi- mo; el descubrimiento del engaño por
co, en el cual sólo sería de desearse una Federico y el final “romántico”: “una
impresión más elegante y un papel me- noche (Federico) se sentó cómodamen-
nos ordinario» (Clark de Lara, 1989: te con el objeto de volarse la tapa de los
36; cursiva propia). sesos”. Se dice que se sentó cómoda-
Así mismo, Cuellar reconoce que de- mente para suicidarse lo que no se
bemos «prepararnos para mejorar sus precisa es sí llevó a cabo su determi-
condiciones a favor de nuestros amables nación.»
lectores, a quienes suplicamos nos per- A continuación la autora indica que:
donen la clase del papel, teniendo pre- «La novela presenta por una parte un
sente que es nuestro periódico el primer aspecto romántico: el amor imposible
ensayo de este género que se establece de Rosa y su primo, con un suicidio al
en esta ciudad, y que por lo mismo tiene final, pero no el del amante, sino el del
que luchar con graves inconvenientes» marido engañado; por otra parte, el tex-
(Cuellar y Flores Verdad, 1989: 42). to presenta otro aspecto: la transición
El formato de La Ilustración Potosi- romanticismo-realismo, que es el rela-
na era de caja de 18 por 12 cm; las 343 jamiento de las costumbres, en este ca-
páginas que suponen el que la mayoría so el adulterio, es una de las constantes
de las entregas semanales consistía en preocupaciones de Cuellar.»
16 páginas y sólo dos de 24; están for- La conclusión es definitiva: «Los di-
madas de dos columnas; salvo el último bujos no ofrecen calidad artística, pero
artículo: «Despedida», y desde luego sí complementan la idea exacta que el
las poesías. Pero para un trabajo más autor quiere exponer» (Clark de Lara,
detallado puede consultarse el estudio 1989: 86).
realizado por Belem Clark de Lara en la Por su parte el editor y autor de la re-
edición facsímil de esta publicación se- vista indica en la correspondiente al no.
manal. 14 que «ni por mal pensamiento nos
De acuerdo con el estudio preliminar ocurriría cortar la revista, que de por sí
se habla del folletín ilustrado y que a la es un trabajo de actualidad que no ad-
letra dice: «La Ilustración Potosina pu- mite divisiones ni demoras, de tal ma-
blicó un folletín ilustrado de autor anó- nera que, en grave conciliábulo con
nimo (“Rosa y Federico. Novela ilus- nuestro impresor y con nuestro apre-
trada contemporánea”). Consta de cua- ciadísimo litógrafo, hemos resuelto la
tro páginas con cuatro dibujos cada una cuestión del modo siguiente, no sin pe-
242 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
Rosa y Federico

dir la aprobación de nuestros suscripto- laborador el S. Villasana, pueda respi-


res. Insértese íntegra esta revista dando rar un poco y salir con esta interrupción
a nuestros suscriptores 24 páginas en del muchísimo trabajo que tiene en su
vez de 16, conciliando que nuestro co- establecimiento, sin duda el más favo-
vol. 2, no. 8 243
Hugo Arturo Cardoso Vargas

recido en esta ciudad y próximo a estar tros suscriptores de la falta de litografía


montado como lo requiere, ya el estado –¿entonces las cuatro páginas de Rosa y
de adelanto y movimiento de esta po- Federico?– en esta entrega [...]. Desde
blación; y por mejor contentar a nues- luego este placentero refuerzo de cola-
244 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
Rosa y Federico

boración –“En la muerte de mi madre” vados de la litografía que tenemos pre-


de Luisa Muñoz Ledo– indemnizará a parada y que publicaremos con el nú-
nuestros lectores, más que nuestras pá- mero 15» ( Cuellar y Flores Verdad,
ginas de revista, del pesar de verse pri- 1989: 109-110).
vol. 2, no. 8 245
Hugo Arturo Cardoso Vargas

Pero tal vez a Belem Clark de Lara se Curiel llama la tercera literatura: «la
le olvida lo más importante de esta «no- escritura icónica, la literatura icónica,
vela ilustrada», que es ser la primera trenza a todas luces dos órdenes sígni-
narración en donde se reúnen lo que cos (dicho esto con términos globaliza-
246 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
Rosa y Federico
dores). El textual y el plástico. Com- que se denunciaban las arbitrariedades
prendiendo, el primero (textual) a la y despotismo de Santa Anna; o «El ár-
oralidad y a la escritura y el segundo bol del amor» (primera y segunda par-
(plástico) al dibujo (cómic), a la foto- tes) publicada en el calendario nigro-
grafía fija (fotonovela), a la fotografía mántico de Murguía en 1855; también
cinética (cine, televisión), al grafismo existe otra litografía llamada «Trono de
electrónico (videoclip) a la tipografía S.A.S.».
(cartel )» (Curiel, 1989: 37). En todas ellas aparece el uso de viñe-
Dicho de otra forma, la investigadora tas que se distribuyen, no tan arbitraria-
se olvida resaltar que en esta «novela mente, en el espacio de la hoja blanca;
ilustrada» se expresa la búsqueda pre- esta distribución obliga a una «lectura»
cursora de un lenguaje –y sus conse- que puede iniciarse por cualquier punto
cuentes reglas de juego– para vincular de la litografía; así que en el caso de la
la literatura escrita y la literatura –ape- historia de Rosa y Federico se dan a las
nas incipiente– icónica. imágenes litografiadas un orden; orden
Porque, como lo ilustran algunos ejem- que implica una determinada manera de
plos recuperados por Juan Manuel Au- leerlas. Es pues un primer intento de
rrecoechea y Manuel y Armando Bartra emplear un lenguaje propio de los co-
en «Puros cuentos. La historia de la his- mics, o de las historietas: la lectura se
torieta en México 1874-1934», desde la hace de izquierda a derecha y de arriba
introducción de la litografía con Linati hacia abajo. Lo que no ocurría con otras
se empieza a expresar un rudimentario propuestas de lenguaje icónico verbal
lenguaje icónico, que requiere de la pre- como las ya citadas arriba; y por ende,
sencia fundamental de la escritura para supera el lenguaje de la caricatura.
poder manifestar mejor su mensaje. Por todo esto, creo importante insis-
Pero esos escarceos iniciales no fruc- tir en que la «Novela ilustrada contem-
tifican en la construcción icónico ver- poránea» (de 1869) es la primera histo-
bal de un relato sino cuando se publica ria narrativa en la literatura mexicana,
la historia de Rosa y Federico. Esto últi- puesto que «La relación de aconteci-
mo implica otro detalle esencial propio mientos, el suceder dramático, es con-
de la historia de Rosa y Federico; a sa- dición ineludible de toda L(iteratu-
ber, independientemente de que sea un ra)/I(cónica), tanto en su representación
relato romántico o realista; o bien sea L/I/F(ija) como L/I/C(inética)» (Curiel,
un híbrido entre las dos corrientes lite- 1989: 145).
rarias, la «novela ilustrada», no es una Literatura icónica que es caracterizada
simple aglomeración –ordenada o no– por el autor así: «“Denomino (a lo mejor
de imágenes con sus textos. Esto es, la irresponsablemente) (LI) a todo cuerpo
existencia de un relato, de la narración ficticio en el que concurran por lo menos
de una historia, es lo que hace diferente cuatro (4) aspectos: a) un relato; b) dos o
–y precursora– a la historia de Rosa y más sistemas de signos; c) una hipercodi-
Federico de todas las demás tentativas ficación de convenciones, y d) una pro-
previas de «construir» el relato de una ducción seriada» (Curiel, 1989: 38).
historia como por ejemplo la hoja suelta Cada característica es apropiadas pa-
intitulada «6 de diciembre de 1844» en ra describir la historia de Rosa y Federi-
vol. 2, no. 8 247
Hugo Arturo Cardoso Vargas
co; por eso es necesario subrayar la im- de esas líneas perpendiculares sirven
portancia de esta producción litográfica de márgenes interiores entre las ilus-
como la primera novela ilustrada y por traciones; los márgenes exteriores se
ende, precursora tanto de la historieta identifican mediante otras cuatro lí-
como del cómic. neas –dos horizontales y dos vertica-
Pero regresando a la historia de Rosa les– que enmarcan las cuatro ilustra-
y Federico, hay que indicar que está de- ciones de la página. De esto resulta que
sarrollada en 16 litografías, aunque por cada estampa está colocada en un ni-
características de impresión de La Ilus- cho, perfectamente definido. Esta deli-
tración Potosina, quedaron reunidas en mitación tipográfica de la imagen per-
cuatro páginas, por lo que en cada una mite leerla en sí misma, cuando a la
de ellas aparecen cuatro diferentes imá- imagen le corresponde un pie donde se
genes que conservan una lectura de iz- «narra», desde una postura de observa-
quierda a derecha y de arriba abajo. dor externo la historia. Así, una noto-
El grupo se reunió, sin numeración ria coincidencia entre lo verbal y lo
de La Ilustración... entre las páginas icónico es otra cualidad de esta histo-
correspondientes a las nos. 106 y 107. ria de amor y desamor.
Esto quiere decir que esta «novela ilus- Habría que agregar que sólo en la pri-
trada contemporánea» fue encartada en mera página, donde aparece el título.
una de las entregas del periódico y, tal existe un trazo semejante al que rodea a
vez, por el tipo mismo de impresión se las estampas litografiadas, y que tienen
omitió la numeración. Aunque tam- la finalidad de encerrar también en un
bién puede entenderse como un obse- nicho el nombre del conjunto de imáge-
quio adicional a los suscriptores. Aun- nes que aparecen enseguida; aunque su
que en cualquier caso lo que importa trazo horizontal está centrado y sus la-
destacar es que no aparecen numera- dos continúan la línea hasta unirse con
das las cuatro páginas que en La Ilus- las horizontales externas.
tración... ocuparon las litografías de Los elementos del lenguaje icónico
«Rosa y Federico». son muy interesantes, pero destaca su
Ahora bien, sin intentar un detallado trazo rápido y económico; hay pocos
análisis de la historia de Rosa y Federi- elementos «escénicos» en cada una de
co, es pertinente indicar algunas de sus las viñetas. Los personajes casi siempre
características. aparecen de cuerpo completo (en térmi-
En primer lugar el autor de las lito- nos del lenguaje cinematográfico: son
grafías de la historia de Rosa y Federi- campos medios) en 13 de las 16 imáge-
co hace uso de líneas estilizadas para nes; y sólo en tres aparecen de medio
dividir cada una de las cuatro estampas cuerpo (que no corresponden ni al pla-
que integran una hoja; esto es que el no americano ni al de media figura);
centro de la página es el punto de inter- son de destacar las dos últimas: Federi-
sección de dos líneas: una horizontal y co descubre el engaño y cuando él «una
la otra vertical, que forman una cruz; noche se sentó cómodamente con el ob-
en cada uno de sus ángulos se localizan jeto de volarse la tapa de los sesos», res-
las estampas que narran la historia. Ade- pectivamente. En una sola imagen apa-
más el mismo trazo rápido y delicado rece el personaje en una posición verti-
248 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
Rosa y Federico
cal; en cambio las demás son figuras gen y consecuencia de esta historia –tan
horizontales en general. igual a la de Rosa y Federico– es firma-
Claro está que el verdadero desenlace da, en este caso, por Facundo.
no aparece en esta historia; tal vez por no Así pues, no se duda en afirmar que
molestar con la muerte de Federico a los el autor del texto literario de Rosa y Fe-
lectores; pero también podría ser enten- derico fue Facundo, seudónimo de don
dido como un acto de Federico que no José Tomás de Cuéllar 1.
llega a consumir su suicidio. Lo que im- Mas, saber quién es el autor de las
porta es la ambigüedad del final. Cada imágenes litografiadas de Rosa y Fede-
lector tendrá la libertad de interpretarlo rico la respuesta no puede ser ni fácil ni
de acuerdo con su capacidad y calidad. contundente. Pero desde luego, que se
Por razones obvias es necesario dejar pueden apreciar algunos argumentos a
aquí la descripción de la historia de rosa y favor de quien se propone como autor:
Federico; pero indicando que está por rea- José María Villasana.
lizarse un análisis detallado desde la teoría Esto porque es el único artista que en
de la llamada literatura icónica y dentro la ciudad de San Luis se desempeña co-
de ella a las distintas propuestas para el es- mo litógrafo; segundo porque desde un
tudio de la historieta y del cómic. principio fue incorporado al proyecto
de La Ilustración Potosina.
Rosa y Federico Se desprende del propio testimonio
de José Tomás de Cuéllar: «Siempre
Para concluir este trabajo, inevitable- hemos considerado que el divino arte
mente breve, es necesario responder a del dibujo debe acompañar a las obras
un par de preguntas finales: quién fue el literarias de recreación, y con esta idea
autor del texto de Rosa y Federico, y nos pusimos a buscar un artista, un her-
quién el autor de las litografías que na- mano que ilustrase nuestro periódico.
rran esa historia. »Decididamente la suerte estuvo de
Para la primera pregunta, la respues- nuestra parte; y en un taller de litografía
ta es casi inmediata, automática: el au- encontramos a un discípulo de la Aca-
tor fue José Tomás de Cuéllar, y como demia Nacional de San Carlos, cuya vi-
argumento se presenta enseguida una da de incesante lucha y de laboriosidad
composición literaria del editor de La formaría el más halagador panegírico
Ilustración Potosina en donde median- del trabajo y la honradez.
te breves «cuadros» narra la historia de »Este hermano nuestro se llama D.
Julieta y Romeo, y aparece con el título José Ma. Villasana, y es un artista por
de «Novela por vapor». organización; vive sobre sus simpáticas
La temática es semejante aunque con piedras litográficas en incesante traba-
un desenlace más definitivo: los aman- jo; y en hablándole de pintura, se delei-
tes, como los protagonistas de Shakes- ta, se siente bien, se encanta.
peare, mueren por su propia voluntad. »Acogió, pues, con entusiasmo nues-
La historia implica que por su estructu- tro pensamiento, y trazó, a nuestra vis-
ra narrativa, por los valores morales y ta, la graciosa y bien entendida carátula
por el contexto de conflicto entre el de La Ilustración Potosina por la que ha
amor y el desamor que es la causa, ori- merecido los elogios del distinguido es-
vol. 2, no. 8 249
Hugo Arturo Cardoso Vargas
critor D. Ignacio M. Altamirano, y los cación, son las siguientes, tomadas del
de la Redacción del Siglo XIX» (Cué- no. 41 del Renacimiento.
llar, Flores Verdad, 1989: 42 y ss.). «“El movimiento literario continúa
La calidad artística y el profundo sen- haciéndose sentir en los estados. San
tido de la profesión lo describe el mis- Luis Potosí tiene ya un periódico de li-
mo Facundo: «Arrostrando con el in- teratura, y un periódico muy bonito y
conveniente de ofender la modestia de que honraría a cualquier país. Redác-
nuestro hermano artista, y ya que da- tanle en primer lugar nuestro queridísi-
mos hoy la primera prueba de confianza mo amigo y hermano José T. de Cuéllar,
a nuestros lectores, vamos a revelarles uno de los fundadores de las veladas li-
un incidente particular. terarias en México, y uno de los que han
»Terminaba Villasana su tercer dibu- contribuido más eficazmente a desarro-
jo, cuando llegó a sus oídos, por nuestro llar el amor a las bellas artes en la época
conducto, el concepto que de sus traba- actual, y a quien debemos en todas
jos formaba la prensa en México; aca- nuestras tareas y empresas la más entu-
baba de ejecutar con sumo acierto el re- siasta cooperación. Facundo no podía,
trato de Víctor Hugo, que nosotros ad- estando lejos del círculo de sus amigos
mirábamos; suspendió su trabajo para y colegas, permanecer más tiempo
oírnos, y lo vimos conmoverse al oír las inactivo o reducido al papel de colabo-
cortas pero expresivas frases con que lo rador o de escritor político apóstol de la
saludaba Altamirano; y lejos de mos- literatura, debía continuar su propagan-
trarse satisfecho y recompensado, refle- da en aquellas regiones y dejar una hue-
xionó un momento y pasó rápidamente lla brillante de su paso en la hermosa
una piedra pómez sobre su dibujo... ciudad de San Luis, que nos es querida,
»–Es necesario hacerlo mejor, mur- particularmente porque todas las publi-
muró; y dando a limpiar su piedra, em- caciones literarias de México cuentan
prendió de nuevo su trabajo. Algunos allá con mayor número de suscritores
días después nos mostró el magnífico re- que en otras partes, lo que prueba que
trato de Víctor Hugo que repartimos en San Luis es tierra buena para que fecun-
la quinta entrega, y que es, sin duda, y de la semilla de las artes. Damos pues el
con mucho, superior al que había con- parabién a Cuéllar por su pensamiento
cluido. feliz, y le prometemos ayudarle con el
»He aquí los efectos del estímulo y la mismo empeño con que él nos ha ayu-
recompensa: unas cuantas palabras obli- dado siempre en todas nuestras publica-
garon al artista, cansado tal vez de tra- ciones. La Ilustración Potosina está re-
bajar, en la oscuridad, a hacer un es- dactada, como lo hemos visto, en pri-
fuerzo de voluntad, mejorando su obra. mer lugar por Cuellar, quien tiene por
»Damos conocimiento de este hecho a compañero a un joven de México dota-
nuestros lectores, en honor del fino escri- do de un talento claro y de una instruc-
tor que sabe sacar las fibras del artista, y ción poco común, D. José M. Flores
del artista delicado para quien esas pala- Verdad, nieto del ilustre patriota del
bras tienen una significación halagadora. mismo nombre que fue uno de los ini-
»Las líneas en que el Sr. Altamirano ciadores de nuestra independencia y
se ha servido ocuparse de nuestra publi- que pereció víctima de su amor a la li-
250 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA
Rosa y Federico
bertad. Un artista que ha comenzado unión de la agencia literaria y adminis-
por dibujar una lindísima carátula para tración de nuestras publicaciones.
La Ilustración..., el Sr. D. José M. Vi- »En la actualidad está concluyendo
llasana, es el encargado de ilustrar el un exquisito trabajo, con el que serán
periódico que, no lo dudamos, llamará obsequiados los señores suscriptores al
la atención de todos los estudiosos y “Pecado del siglo”. Son dos cro-
honrará la literatura mexicana. El Re- mo-litografías, de cuyo mérito in-
nacimiento saluda a su nuevo colega”. tencionalmente no hablamos, seguros
»Tan galante calificación ha ido más de que los suscriptores serán agradable-
allá, sin duda, de lo que por nuestra par- mente sorprendidos.
te merecemos, y ha cooperado a coro- »Nos despedimos hasta la vista de
nar el éxito de nuestros deseos, pues nuestros amables lectores, a quienes les
nuestro semanario ha sido favorecido estamos profundamente agradecidos, de
del público, al grado de vernos precia- nuestros corresponsales a cuya eficacia
dos a hacer una reimpresión de los pri- debemos la exactitud de la circulación y
meros números y a prepararnos para deseando para este hermoso estado la
mejorar sus condiciones a favor de nues- prosperidad y la grandeza de que es dig-
tros amables lectores, a quienes supli- no, estamos seguros de volver a pisar sus
camos nos perdonen la clase del papel, límites con la emoción que engendra en
teniendo presente que es nuestro perió- el alma el sitio en donde la amabilidad,
dico el primer ensayo de este género la galantería y la amistad, nos han pro-
que se establece en esta ciudad, y que porcionado la satisfacción del que se
por lo mismo tiene que luchar con gra- consideró bien avecindado» (Cuéllar,
ves inconvenientes» (Cuéllar, Flores Flores Verdad, 1989: 337-338).
Verdad, 1989: 42 y ss.). Pero un argumento más a favor de la
Las cualidades de Villasana que es- autoría gráfica de la historia de Rosa y
tán presentes tanto en las cinco litogra- Federico a favor de José María Villasa-
fías que dibujó especialmente para La na, consiste en que a partir de su regreso
Ilustración Potosina, desde la portada a la Ciudad de México, y consecuente
hasta «La caja de agua» como en las incorporación a distintos medios impre-
cuatro que formaban parte de «Ensala- sos empezó a explotar las cualidades ex-
da de pollos», permitieron que su traba- presivas del lenguaje icónico que había
jo fuera reconocido por algunos intelec- ¿descubierto? con la «novela ilustrada».
tuales de su época, pero también por el Muchos son los ejemplos para poder ha-
propio Cuellar, quien decide regresar a blar de Villasana como precursor e im-
la Ciudad de México con Flores Verdad pulsor de la historieta en México 2.
y Villasana. Dice: «Al separarnos por Una cuestión que no conozco se re-
un poco de tiempo de esta ciudad, tene- fiere a la participación de Villasana co-
mos el gusto de ser acompañados por mo alumno en la Academia de San Car-
nuestro buen amigo el hábil litógrafo D. los, porque aunque consulté la Guía del
José María Villasana, llamado a la capi- Archivo de la Antigua Academia de
tal de la república para desempeñar al- San Carlos, su nombre no aparece en
gunos trabajos importantes de su arte, ningún documento; pero esta es una
dejando en San Luis, su casa abierta en parte poco relevante, porque si fue o no
vol. 2, no. 8 251
Hugo Arturo Cardoso Vargas
alumno no importa; lo que si importa y —: «Los caligramas en el periodismo mexicano
del siglo XIX: un estilo (casi) inexistente»,
mucho es la calidad de sus trabajos lito- propuesta para «Literatura mexicana».
gráficos que fue abundante, y sobre to- —: «José María Villasana; creador de la historie-
do, la búsqueda –se reitera– de un len- ta en México», en preparación.
guaje verbo-icónico que propició el de- Cuellar, José T. de y Flores Verdad, José María:
sarrollo de la historieta en México. «La ilustración potosina. Semanario de litera-
tura, poesía, novela, noticias, descubrimien-
José María Villasana se especializó tos, variedades, modas y avisos», edición fac-
en la caricatura. En su taller de la calle símil de Ana Elena Díaz Alejo. Estudio preli-
de Capuchinas ilustró la primera serie minar, notas, índices y cuadros de Belem
de «La linterna mágica» de José T. de Clark de Lara», UNAM II Filológicas, 2ª ed.
facsímil, México 1989.
Cuéllar y otras producciones para los Curiel, Fernando: «Mal de ojo. Iniciación a la li-
distintos periódicos en que participó. teratura icónica», UNAM DGP, México 1989.
Así, la labor de Villasana en México Masotta, Oscar: «Reflexiones presemiológicas
fue abundante. Colaboró en 1872 en sobre la historieta: el esquematismo», en Va-
«México y sus costumbres»; en 1873 en rios: «Lenguaje y comunicación social», Edi-
ciones Nueva Visión, Col. Lenguaje y socie-
La Historia Danzante, un periódico de dad, Buenos Aires 1976.
temas musicales; un ejemplo: la litogra- Mathes, Miguel: «La litografía y los litógrafos en
fía de Villasana hacía alusión tanto a la México, 1826-1900: un resumen histórico»,
música como al tema el jueves 13 de en «Nación de imágenes. La litografía mexi-
cana del siglo XIX», CNCA, México 1994.
marzo de 1873. La litografía «Las tres
Jiménez Codinach, Guadalupe: «La litografía
gracias» de la época está acompaña por mexicana del siglo XIX: piedra de toque de una
una polka-mazurka de Andrés Díaz de época y de un pueblo», en «Nación de imáge-
la Vega. Además, La Patria Ilustrada nes. La litografía mexicana del siglo XIX»,
(1888), fundado por Iríneo Paz, reunió CNCA, México 1994.
Pérez Escamilla, Ricardo: «Arriba el telón. Los
a dos Villasana y Posada. litógrafos mexicanos, vanguardia artística y
José María Villasana, una vez reco- política del siglo XIX», en «Nación de imáge-
nocido como un feroz crítico del go- nes La litografía mexicana del siglo XIX»,
bierno de Lerdo de Tejada, fue uno más CNCA, México 1994.
de los personajes protegidos de don Pérez Salas C., Ma. Esther: «El impacto de la
imagen en las revistas literarias del siglo pasa-
Porfirio Díaz hasta su muerte en 1904. do durante los años cuarenta», en Castro, Mi-
guel Ángel: «Tipos y caracteres: la prensa me-
xicana (1822-1855)», memoria del coloquio
celebrado los días 23, 24 y 25 de noviembre de
Biblio-hemerografía 1998. UNAM; IIBibliográficas, Col. Semina-
Aurrecoechea, Juan Manuel y Bartra, Armando: rio de Bibliografía Mexicana del Siglo XIX.
«Puros cuentos. La historia de la historieta en
México 1874-1934», CONACULTA, Museo
Nacional de Culturas Populares y Editorial
Grijalbo, 3 tomos, México 1988. Notas
Bermúdez, Jorge R.: «Gráfica e identidad nacio- 1. Para más datos del personaje, cfr. Hugo
nal», UAM, México 1994, ArturoCardoso Vagas: «Los caligramas en el
Cardoso Vargas, Hugo Arturo: «La información periodismo mexicano del siglo XIX: un estilo
científica de El Iris», Espacios Públicos, Re- (casi) inexistente».
vista FCPAPca de la UAEM, año 3, no. 6, 2. Para datos biográficos cfr. RicardoPérez
Septiembre de 2000 (pp 176 y ss). Escamilla: 1994, 32 y ss. Además de Cardo-
—: «La historia del registro gráfico», en elabora- so Vargas Hugo Arturo: «José María Villasa-
ción. na: Creador de la historieta en México».

252 REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA HISTORIETA


E l International Journal of Comic Art
llena un vacío en el conocimiento de
la cultura del comics. Aparece dos
veces al año como una publicación consa-
grada a los aspectos históricos, prácticos y
teóricos de la caricatura y los comics. Con
el objetivo de publicar materiales ilustrati-
vos el Journal aborda todo lo relacionado
con el arte de los comics en el mundo, cari-
caturas, libros de comics, tiras, humor y
caricaturas políticas, así como ilustracio-
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Su edición incluye unas 300-350 páginas,


con un promedio de 18 artículos y más de
cien ilustraciones. Unos treinta países de
todos los continentes han estado repre-
sentados en sus artículos.

Adicionalmente International Journal of


Comic Art refleja editoriales, libros y ca-
tálogos de exposiciones, ensayos biblio-
gráficos, columnas de opinión, un portafo-
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