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RECURSOS – CLASE 1
¡Bienvenidos a la primera clase de Recursos digitales para la educación primaria! Durante las
próximas semanas nos acercaremos a las diversas alternativas que nos ofrece el universo digital
para enriquecer nuestras clases. Hablaremos de contenidos, portales, entornos, programas y
herramientas. Para comenzar, les proponemos un tema importante y transversal: el desafío de
buscar en internet.
Internet es una inagotable fuente de información, recursos, herramientas y entornos con potencial
didáctico. Frente al buscador, alumnos y docentes nos vemos envueltos en un enorme desafío
cuando nos disponemos a encontrar en ese interminable mar de información, aquella que es
pertinente y confiable para enseñar y para aprender.
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En esta clase, analizaremos las principales características de la información que circula en internet,
intentaremos develar qué hay detrás de un motor de búsqueda y finalmente pensaremos las
implicancias educativas y las posibles intervenciones docentes para promover la construcción de
criterios de búsqueda y selección crítica de la información.
La historia universal contemporánea nos ha dejado ya tres grandes revoluciones. Las dos primeras
en relación a dos innovaciones en el plano industrial: la máquina de vapor y la línea de montaje. La
tercera, de la mano de los avances tecnológicos en materia de información y comunicación, ha
dado lugar a una nueva época: la sociedad del conocimiento.
Existen dos conceptualizaciones que en el último tiempo han intentado dar cuenta del conjunto de
transformaciones que caracterizan a la sociedad actual. Por un lado “sociedad de la información” y
por el otro “sociedad del conocimiento”. No pretendemos aquí hacer una revisión bibliográfica de
ambos términos, sin embargo diremos que “sociedad del conocimiento” expresa de forma más
adecuada la complejidad de la sociedad actual ya que no sólo da cuenta de las innovaciones
tecnológicas relacionadas con la información, sino que además, incluye una dimensión de
transformación social, cultural, económica, política e institucional, así como una perspectiva más
pluralista y desarrolladora (Unesco, 2003).
El sociólogo español Manuel Castells advierte sobre la mediación histórica realizada por la
organización social entre el potencial de las nuevas tecnologías y sus efectos en la realidad
(Castells, 1995). Esto significa que, en la sociedad del conocimiento, las tecnologías de la
información y la comunicación tienen gran impacto sobre el desarrollo social, pero que sus efectos
varían de acuerdo a la interacción con los procesos políticos sociales y culturales que dan forma a
la producción y al uso de los nuevos medios tecnológicos. (Castells, 1995). En este escenario,
Internet, en tanto tecnología y producción cultural, es una de las principales expresiones de la
sociedad del conocimiento. Es un medio de comunicación, producción y organización social en
red.
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Desde hace algunos años, el acceso a internet crece de forma exponencial. Diversos estudios
afirman que, en el mundo, países como Islandia, Noruega y Suecia han alcanzado más de un 90%
de penetración de internet. En el extremo opuesto, países africanos no alcanzan el 1%. Un poquito
más cerca de nuestra realidad, en América Latina, el 45% de la población tiene acceso a internet.
En nuestro país se calcula entre el 60% y el 70% de penetración de Internet. No pretendemos dar
cuenta de los diferentes estudios acerca del acceso, analizar los criterios y metodologías de
medición o problematizar los intereses que median en la publicación de los datos. Lo importante
aquí, es notar que las cifras no alcanzan a dar cuenta de la complejidad de la realidad, si cuando
hablamos de acceso no nos referimos únicamente a tener una computadora conectada, sino a
poder hacer un uso responsable y significativo. Burbules y Callister (2001) diferencian entre las
condiciones técnicas de acceso y los criterios de acceso. Las primeras hacen referencia a la
disponibilidad de recursos. En nuestra región, los programas de entrega de equipamiento en
escuelas han logrado avances en este sentido y, probablemente, el próximo paso sea garantizar
cada vez más conectividad. Sin embargo, resolver solo los problemas técnicos (...) no será
suficiente si los usuarios no cuentan con la oportunidad de desarrollar las aptitudes y actitudes
necesarias para aprovechar el recurso. (Burbules y Callister 2001). En este punto, nuestro rol como
docentes es determinante.
Uno de los principales usos que se hace de internet es la búsqueda de información. Los motores
de búsqueda reciben diariamente millones de consultas en todo el mundo. Analicemos, entonces,
las implicancias educativas de buscar información en internet…
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2. El desafío de navegar en internet: la búsqueda online
Los navegantes en internet son barcos a la deriva si no se sabe
tomar decisiones y seleccionar información.
Emilia Ferreiro, 2001.
La metáfora es una herramienta poderosa para explicar lo nuevo a partir de lo conocido (Cassany,
2011). Es por ello que, al hablar de internet o de la educación con TIC, usamos tan frecuentemente
metáforas1 al punto de, en muchos casos, haberlas incorporado al lenguaje cotidiano.
Una de las primeras metáforas utilizadas ha sido la de ciberespacio2. William Gibson, en su novela
Neuromante, publicada en 1984, narra la historia de un hacker en el ciberespacio al que describe
como una complejidad inimaginable. Otras metáforas se han usado para referirse a internet: todas
ellas dan cuenta de la complejidad del entorno, de la inmensidad y, por tanto, de la posibilidad de
perderse o desorientarse.
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En el ámbito educativo, su poder se refleja por ejemplo en las ya tan utilizadas exploradas y criticadas categorías de “Nativos e
inmigrantes digitales” ¨Para una revisión de estas categorías, leer el artículo ¿Son sólo un mito los nativos digitales? en el que se
problematiza la validez de la metáfora.
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En términos estrictos, Internet no es el ciberespacio sino que constituye el mayor ámbito del ciberespacio.
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permitirá a alumnos y docentes construir criterios de búsqueda y selección de información en
internet. Para comenzar, revisemos algunas cuestiones relativas a las particularidades de la
información que circula en la web y las principales características de los motores de búsqueda.
La información que se encuentra en la web tiene características propias del entorno. Conocerlas
ofrecerá algunas pistas para comenzar a reflexionar acerca de la búsqueda de información online.
Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta es la cantidad de información. Algunos estudios
afirman que en internet hay unos 5 millones de terabytes (TB), es decir: muchísima. Es difícil saber
con exactitud cuánta información hay en internet, existen mediciones, no obstante depende con
qué criterio se mide y quién lo hace. Lo importante, aquí, es que la cantidad de información crece a
un ritmo muy acelerado y nos resulta inabarcable. Esta sobrecarga nos obliga a realizar búsquedas
eficientes y a ser selectivos.
Otra cuestión, aún más interesante, es la variedad de géneros y formatos en los que podemos
encontrar información en internet. Diversos formatos (por ejemplo texto, imagen, video, etc.)
convergen en la web proponiendo nuevas formas de representación de la información que modifica
la manera en que la utilizamos, evaluamos y comprendemos. Gran variedad de géneros (artículos,
películas, ensayos, infografías, mapas interactivos, etc.) nos ofrecen un abanico interminable de
posibilidades. Además, la información se encuentra en entornos diversos (portales, blogs, redes
sociales etc.) que también le imprimen sus particularidades a la información.
Es importante destacar también que la información que circula en Internet es dinámica y volátil.
Algo que encontramos hoy, mañana podría no estar o aparecer modificado. La principal ventaja es
la actualización constante. Una enciclopedia impresa, por ejemplo, contiene información estática,
es decir que si se produjeran avances en algún campo deberíamos comprar una nueva edición. En
internet, en cambio, la información se actualiza rápidamente. No es casual que, en 2012, se haya
anunciado que la Enciclopedia Británica se dejaría de editar en papel tras 244 años y su
presidente, Jorge Cauz haya expresado: Es como un rito de iniciación en esta nueva era (...) La
página web está constantemente actualizada, es mucho más extensa y tiene contenidos
multimedia.
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acceso a la red y por medio de plataformas cada vez más populares e intuitivas, millones de
videos, textos e imágenes, elaborados por autores más y menos expertos, son subidos diariamente
a la web. Gran variedad de sitios online invitan a los internautas a comentar, opinar, votar e,
inclusive, a aportar en la edición colaborativa de información académica, como es el caso de
Wikipedia. En internet, se diluyen los criterios socialmente construidos y consensuados que
determinaron históricamente la validez de los contenidos. Esta multiplicación de voces, enriquece y
democratiza la producción y difusión de contenidos, pero al mismo tiempo complejiza la selección
de información.
Esta página web simula en tiempo real la velocidad en que “se mueve” la web,
información que se sube y transfiere, nuevos usuarios, videos que se suben…
Relacionado con lo anterior, una última característica que resulta importante resaltar de internet
tiene que ver con la (des)organización de la información. Suele decirse que se encuentra
descentralizada, distribuida y en estado de dispersión. No hay criterios generales para organizar y
recuperar información en internet. Es por este motivo que, si desconocemos la ubicación exacta de
un contenido (es decir su URL), debemos usar buscadores. Al utilizarlos, estos nos ofrecen
resultados jerarquizados, fragmentados y descontextualizados.
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Veamos ahora cómo funcionan los buscadores y cómo ordenan, fragmentan y descontextualizan la
información que solicitamos…
Fuente: Perelman y otros (2011) Enseñando a leer e Internet: pantalla y papel en las
aulas. Buenos Aires: Aique p. 37 (Gentileza de las autoras).
Existen varios buscadores3, los más conocidos son Bing, Yahoo y Google. A partir de aquí,
tomaremos a Google como objeto de análisis, ya que se trata del más utilizado en el mundo (se
considera que recibe más del 75% de las búsquedas). El buscador de Google (o Google Search)
fue desarrollado originalmente en 1997. A través del motor de búsqueda de Google podemos
buscar sitios, libros, noticias, mapas, videos, imágenes y una gran variedad de información en
múltiples formatos. A esto Google lo denomina: “búsqueda universal”.
Los motores de búsqueda cuentan con robots o “arañas” (el de Google se llama Googlebot) que
recorren la web y recolectan datos (rastreo o crawlin), los categorizan y almacenan en sus bases
de datos. A este proceso se lo denomina “indexación”. Si un sitio está indexado por Google,
entonces podremos encontrarlo usando el buscador de Google. Pero para realizar este proceso de
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Como alternativa a los buscadores, encontramos los metabuscadores: sistemas que localiza la información a través de los principales
motores de búsqueda. No tiene base de datos propia, usa la de los buscadores ofreciendo una combinación de los mejores resultados
de todos ellos. Algunos ejemplos son: Dogpile, Zoo o Ixquick.
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indexación los motores de búsqueda acceden solo a una parte superficial de la web y dejan una
enorme cantidad de información sin indexar: a esta parte de internet se la llama internet profunda
(deep web o dark web). Podría ser de gran
valor toda esta información a la que los
buscadores no llegan. Por lo tanto, cuando
suponemos que estamos buscando en internet,
debemos saber que en realidad lo estamos
haciendo en una parte menor de internet.
Internet profunda.
Fuente: Wikimedia Commons
Búsqueda sintáctica
Larry Page, co-fundador de Google, en un discurso en Standford en el año 2003, afirmó que “el
motor de búsqueda definitivo será tan inteligente como la gente, o más”. Sin embargo, al menos
por ahora, los motores de búsqueda no piensan como las personas.
Existe un imaginario muy amplio acerca de la lógica y funcionamiento de Google. Una tendencia
habitual es realizar búsquedas como si el buscador pudiera interpretarlas. Pero los motores de
búsqueda realizan búsquedas automáticas y sintácticas. Esto quiere decir que, a través de un
algoritmo, asocian términos de búsqueda con los de sus bases de datos sin otorgar sentido ni
interpretar la búsqueda.
Otra creencia habitual es que los resultados de búsqueda aparecen organizados por su calidad o,
inclusive, su veracidad. Esto es totalmente erróneo. Google promete ofrecernos de forma rápida y
eficiente un listado de páginas ordenadas por “importancia”, pero… ¿cuáles son los criterios que
usa? La información es jerarquizada según complejos algoritmos que determinan la “relevancia”
de los sitios. En el caso de Google, este algoritmo se llama “Page Rank”. Se trata, en realidad, de
una familia de algoritmos que ordena las páginas web. Utiliza diversas variables para otorgar más o
menos relevancia a una página web, por ejemplo, su estructura de enlaces. Las páginas que
aparecen entre los primeros resultados no son necesariamente las mejores ni las más completas o
rigurosas y, menos aún, las que más se corresponden con el sentido de nuestra búsqueda.
Por otro lado, los desarrolladores de Google trabajan en la personalización de los resultados. Cada
usuario obtiene resultados diferentes en función de variables como por ejemplo el historial de
navegación (intereses) o su ubicación geográfica. Google supone que los mejores resultados son
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los más personalizados. Un criterio que probablemente sea más adecuado en materia de consumo
o publicidad, pero no tanto cuando se trata de búsquedas con objetivos de aprendizaje.
Nicholas Carr (2011), en su libro Superficiales, cita a Robert Darnton para dar
cuenta del objetivo loable que persigue Google al fomentar el acceso a la
información, pero al mismo tiempo, llama la atención sobre el riesgo de concederle
ese monopolio.
NOTA: El video está en inglés, al comenzar la reproducción deberán activar los subtítulos (más información sobre
subítulos en You Tube aquí). El botón correspondiente se encuentra en la barra inferior del video y tendrá alguno de
estos aspectos:
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La página de resultados: al realizar la búsqueda, Google ofrece una o varias páginas de
resultados. En la primera línea informa la cantidad de resultados. En el margen superior a la
derecha de los resultados puede ofrecer publicidad (marcada con la etiqueta “anuncio”).
Los resultados orgánicos, es decir los que no son publicidad, incluyen: título, URL y un extracto
desconextualizado del contenido que puede tener resaltadas las palabras clave utilizadas en la
búsqueda.
Además, puede ofrecer otros tipos de resultados. El gráfico del conocimiento consiste en una
sección a la derecha o arriba en la página de resultados, en la que se destacan datos e imágenes
de búsquedas tales como “Sistema solar”, “Einstein”, “Libros+Borges”, “Aconcagua” etcétera.
Filtros de búsqueda: El buscador ofrece opciones para hacer nuestra búsqueda más ajustada.
Una vez colocadas las palabras clave podemos hacer clic en web, imágenes, videos, noticias, etc.
para decidir qué tipo y formato de resultados deseamos. También contamos con la opción
herramientas de búsqueda, donde podemos solicitar información filtrada por ubicación, idioma,
fecha, tamaño, color, tipo, derechos de uso, etcétera.
Google ofrece además el servicio de búsqueda avanzada (o búsqueda avanzada de imágenes) que
nos permite detallar aún más algunos filtros.
Signos en las búsquedas: otra forma de tener un mayor control sobre los resultados es utilizando,
además de palabras, operadores de búsqueda. La utilización de signos en los motores de
búsqueda no se corresponde necesariamente al uso que hacemos habitualmente al escribir o
realizar operaciones matemáticas, por tanto, aunque ayudan a ajustar la búsqueda, pueden no
resultar intuitivos.
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Veamos algunos ejemplos de signos y otros operadores:
Tradicionalmente, en los primeros niveles del sistema educativo, el libro de texto ocupaba el lugar
de todas las voces en una sola voz de un maestro omnisciente. (Maggio, 2011). Un libro abarcaba
todos los saberes necesarios. Hace algunos años, nuevas voces ingresaron en las aulas y con
ellas nuevos desafíos que se amplifican aún más cuando la fuente de información está en la web.
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fragmentan, descontextualizan y jerarquizan la información). También ofrecimos pistas acerca de
cómo estas cuestiones convierten a la búsqueda y selección de información en internet en un
desafío. Ahora, profundizaremos en esta problemática y analizaremos cuestiones relativas a la
construcción de criterios de búsqueda y selección en internet que permitan encontrar
información pertinente y evaluar su confiabilidad.
Mariana Maggio (2011) afirma que cada vez que un alumno llega a determinada información a
través de la web, se crea una necesidad y una oportunidad pedagógica. La necesidad de
orientarlo para que pueda evaluar quién escribe, y la oportunidad consiste en que, al favorecer ese
discernimiento, enseñamos.
Toda búsqueda comienza con un objetivo. Este debe definirse de forma clara ya que otorga
sentido a la búsqueda y proporciona orientación para las decisiones que se tomarán. No es lo
mismo buscar, por ejemplo, sobre el proceso de formación de las cadenas montañosas que buscar
cuál es la montaña más alta del mundo, o buscar imágenes para conocer cómo era la Ciudad de
Buenos Aires en 1900. En cada caso, usaremos distintas palabras clave, haremos un análisis
diferente de los resultados, y elegiremos diversos recorridos.
Al comenzar a buscar, los alumnos, pueden probar varias alternativas y combinaciones de palabras
y signos hasta encontrar la información pertinente. Es importante que puedan tomar decisiones
acerca de la conveniencia del uso de sustantivos o verbos, que identifiquen el efecto de los
términos ambiguos, tengan en cuenta la polisemia del lenguaje, exploren sinónimos y diferentes
signos para refinar sus búsquedas. En ese proceso, se hace necesaria la reflexión acerca del
comportamiento del buscador en cada caso. De esta forma, los alumnos podrán comprender que
los buscadores no “piensan” como ellos, no “interpretan” sus necesidades de búsqueda, sino que
rastrean y asocian términos desprovistos de significado (búsqueda sintáctica).
Por otro lado, y atendiendo al hecho de que las búsquedas nunca tienen lugar de forma aislada, es
fundamental que los alumnos inicien su búsqueda con un marco de referencia y un conjunto de
conocimientos previos, para llegar al momento de buscar con preguntas genuinas y más
ajustadas comprendiendo el sentido conceptual de la consulta (Perelman, 2011).
Otro aspecto fundamental que complejiza la interpretación de los resultados es que, como vimos,
los motores de búsqueda fragmentan y descontextualizan la información. Nicholas Carr (2011)
advierte que cuando hacemos búsquedas en internet no vemos el bosque. Por lo tanto, para
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evaluar la pertinencia y confiabilidad de la información los alumnos deben desentrañar su sentido y
procedencia, así como recontextualizar y reconstruir los resultados (Perelman, 2011).
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Preguntas orientadoras4
¿A qué entidad u organización pertenece el sitio? ¿Es posible establecer contacto?
Sobre el ¿A qué tipo de audiencia se dirige? ¿Cuál es el propósito del sitio (informar, vender
sitio etc.)? ¿Hay publicidad? ¿Está actualizado? ¿Explicita las normas de uso (licencias)?
¿Explicita autores y fuentes de información? ¿Quiénes pueden editar el sitio?
Sobre el ¿El autor está identificado? ¿Hay información sobre el autor (nombre completo,
autor referencias profesionales, etc.) que permita analizar o investigar desde qué
perspectiva (ideológica, teórica, epistemológica etc.) escribe?
¿A qué sección del sitio pertenece el contenido? ¿Está actualizado? ¿Se acompaña
Sobre el de fuentes? ¿Qué tipo de fuentes? ¿Hay referencia a otros sitios? ¿Qué tipo de
contenido sitios? ¿Hay errores ortográficos, tipográficos o gramaticales? ¿A qué género
pertenece? ¿Es clara y completa la información? ¿Ofrece recursos y enlaces
relacionados? ¿Incluye fecha de publicación? ¿Incluye información que permita
analizar el contexto de producción? ¿Se contradice con otras fuentes?
El caso de Wikipedia, desde esta óptica, ha sido analizado en varias oportunidades. Seguramente
la conocen y saben que es un sitio muy consultado por los alumnos. Se trata de una enciclopedia
colaborativa en la que cualquier usuario puede realizar nuevos artículos o editar los existentes. Si
bien el proyecto contempla mecanismos de corrección, es muy probable encontrar imprecisiones.
El problema radica en que Wikipedia se constituya en una fuente en sí misma (Maggio, 2011) y
quede invisibilizada la forma en que se construye. Ante este riesgo, convertir sus artículos en
objeto de análisis en el aula promueve la construcción de criterios de selección.
Si bien no es una cuestión propia del universo web, esta se complejiza cuando los sitios no brindan
los datos suficientes sobre la autoría y el contexto de producción. Sabemos que la “voz” que
enuncia (a través de un texto o una imagen) lo hace desde una determinada perspectiva y contexto
histórico y cultural. Esa “voz” expresa una visión de mundo, una ideología, determinados valores,
un punto de vista sobre una disciplina o tema, una tradición de investigación o enfoque
epistemológico, incluyendo los modos en que el conocimiento se construye y se valida (Maggio,
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Adaptado de: Síntesis de resultados de investigación sobre las características de los sitios que tienen en cuenta usuarios expertos
(Cassany, 2011) y Lista de criterios para evaluar fuentes de información, Modelo Gavilán. (Eduteka).
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2011). Los alumnos de primaria, experimentando con buscadores, explorando la web, analizando
resultados, comparando fuentes y de la mano de nuestras intervenciones, podrán ir aproximándose
a la idea de que existen diversas formas de expresar lo mismo, diferentes posturas acerca de los
mismos temas y que la información puede ser errónea, parcial y contradictoria.
Se trata de orientar a los alumnos frente a cada búsqueda de información para que hagan
explícitas y justifiquen las decisiones que toman. Para ello, podemos intervenir de forma
oportuna con preguntas tales como: ¿qué saben del tema de búsqueda?, ¿qué tipo de
información esperan encontrar?, ¿por qué seleccionaron esas palabras clave?, ¿por qué ese
sitio y no otro?, ¿qué pistas utilizaron para considerar confiable esa información?, ¿qué saben
del autor?, ¿qué otras fuentes pueden consultar para corroborarla?
Una última cuestión que deseamos mencionar, es la posibilidad de trabajar con búsquedas guiadas.
Implica que los docentes realicemos la selección de sitios o recursos a partir de los criterios
anteriormente vistos y en relación a los contenidos curriculares, los objetivos de aprendizaje y el
contexto. De esta forma, podremos incluir en la consigna el listado de enlaces previamente
seleccionados. Sin embargo, para que resulten verdaderas oportunidades para reflexionar acerca
de la información, es importante que los docentes hagamos explícitos con nuestros alumnos los
criterios que utilizamos para la selección, así como la autoría y el contexto de producción.
Llegamos al final de la clase… Hemos intentando dar cuenta del desafío que implica utilizar
Internet como entorno de búsqueda de información en el aula y proponer algunos criterios para que
ésta tarea sea eficiente y crítica. La propuesta es entonces, crear las oportunidades en el aula
para hacer visibles (Ritchhart, Chruch y Morrison, 2014) nuestras reflexiones y las de los
alumnos, así como las decisiones que tomamos y los criterios que ponemos en juego al
buscar y seleccionar información en internet.
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Actividades
Foro de presentación: Les invitamos a que se presenten contándonos acerca de
ustedes y su contexto de trabajo. Además, les proponemos que acompañen su
presentación con una imagen que represente para ustedes el desafío de buscar en
internet. Una condición: ¡no pueden usar la metáfora del océano y la navegación!
¿Qué otras metáforas o imágenes se les ocurren? Expliquen por qué la eligieron.
Foro de consultas: En este foro, que estará abierto durante toda la cursada,
podrán realizar a sus tutores y colegas consultas relacionadas con los contenidos,
las consignas y el uso de las diversas herramientas que les proponemos en las
actividades.
Bibliografía de referencia
- Albarello, F. (2011) Leer / Navegar en internet. Buenos Aires: La Crujía.
- Burbules, C; Callister, T. (2011) Educación: Riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de
la información. Barcelona: Granica.
- Casanny, D. (2011) En-línea. Leer y escribir en la red. Madrid: Anagrama
- Castells, M. (1995) La ciudad informacional: tecnologías de la información, reestructuración
económica y el proceso urbano regional. Madrid: Alianza Editorial
- Carr, N. (2010) Superficiales ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes? Buenos Aires.
Taurus.
- Eduteka. Lista de criterios para evaluar fuentes de información, Modelo Gavilán. Disponible en:
http://www.eduteka.org/pdfdir/CMIListaCriteriosEvaluarFuentes.pdf [Fecha de consulta: enero
de 2015]
- Ferreiro, E. (2001) Presente y pasado de los verbos leer y escribir. Buenos Aires: FCE.
- Gutiérrez M. A. (2003) Alfabetización digital, algo más que ratones y teclas. Barcelona: Gedisa.
- Maggio, M. (2011) Enriquecer la enseñanza. Buenos Aires. Paidós.
- Perelman, F. (2011) Enseñando a leer en internet: pantalla y papel en las aulas. Buenos Aires:
Aique.
- Ritchhart, R; Chruch, M; y Morrison, K. (2014). Hacer visible el pensamiento. Buenos Aires:
Paidós.
- Trejo Delarbre, R. (1996) La nueva alfombra mágica. Usos y mitos de internet. Madrid:
Fundesco.
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Autora: Ana Laura Rossaro
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