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Sábado

Mantengámonos “sin mancha, sin defectos y en paz” (2 Pedro 3:14)


Sesión de la mañana parte 1

Les damos una calurosa bienvenida. La sesión de hoy comenzará con un video musical que muestra
las bendiciones que Jehová nos tiene preparadas para el futuro. Nos animará a compartir la verdad
con otras personas. Espero que les guste.

Durante esta sesión y la siguiente, escucharemos los discursos y veremos los videos que
corresponden al sábado en su programa impreso. El tema del día para estas dos sesiones está
basado en 2 Pedro 3:14, donde se nos anima a mantenernos “sin mancha, sin defectos y en paz”.
Aprenderemos lo que podemos hacer cada uno de nosotros para buscar “la paz con todos”. Pero,
antes, cantaremos la canción 58, Voy a buscar a los amigos de la paz. Canción 58.

Voy a buscar a los amigos de la paz


(Lucas 10:6)

1.Cristo buscó amigos de la paz


y no dejó de enseñar
la fiel Palabra de Jehová.
Con gran amor a todos predicó,
de sol a sol, en las calles,
en cualquier lugar.
Sus pasos voy a imitar,
a todos quiero proclamar
que pronto llegará un mundo mejor.
(ESTRIBILLO)
Voy a buscar
a las personas que desean
la salvación,
los corazones que anhelan
la paz de Dios,
su amistad.

2.El tiempo pasa, poco queda ya.


Es muy urgente predicar,
aún hay muchos que salvar.
Es el amor lo que me moverá
a ofrecer el alivio
que Jehová les da.
En pueblos y en la ciudad,
habrá quien quiera escuchar,
y seguiré buscando sin descansar.
(ESTRIBILLO)
Voy a buscar
a las personas que desean
la salvación,
los corazones que anhelan
la paz de Dios,
su amistad.

(Vea también Is. 52:7; Mat. 28:19, 20; Luc. 8:1; Rom. 10:10).
A los siervos de Jehová nos enorgullece hablar del Dios de la paz y anunciar su Reino. ¿Cómo
podemos mejorar nuestra predicación y ayudar a quien lo desee a progresar? En la primera serie
de discursos de la sesión, se contestarán estas preguntas. El hermano Kenneth Flodin, ayudante
del Comité de Enseñanza, presentará el primer discurso de la serie. “Esté listo para predicar ‘las
buenas noticias de la paz’: No pierda el entusiasmo”.

SERIE DE DISCURSOS: Esté listo para predicar “las buenas noticias de la paz”
• No pierda el entusiasmo (Romanos 1:14, 15)
Kenneth Flodin

Esta serie de discursos es sobre predicar “las buenas noticias de la paz”. ¿No es un honor ayudar
a la gente a tener una relación pacífica con Jehová? Hablando sobre esta obra, en Efesios 6:15
Pablo dice algo interesante sobre nuestros pies. Él nos compara con soldados. Como bien sabía
Pablo, los soldados romanos marchaban cientos de kilómetros por las calzadas que cruzaban el
Imperio. Así que, en Efesios 6:15, dijo lo siguiente: “Teniendo los pies calzados y [¡listos!] listos para
anunciar las buenas noticias de la paz”. Así es, todos tenemos que estar listos para predicar en
cualquier momento. En esta serie veremos cinco cosas que nos ayudarán a estar listos para
predicar y enseñar.

Primero, hablaremos de cómo conservar el entusiasmo. A modo de comparación, digamos que el


entusiasmo es como el fuego. Cuando alguien tiene mucho entusiasmo, a veces decimos que tiene
un fuego por dentro. ¿Y cómo se manifiesta ese entusiasmo? Vean conmigo Romanos 1:14, 15.
No nos vamos a encontrar aquí con la palabra entusiasmo, pero veremos que describe a quien lo
siente, a quien tiene un fuego por dentro, al rojo vivo, que quema. ¿Ya lo tienen? Romanos 1:14, 15:
“Tengo una deuda con griegos y con extranjeros, con sabios y con insensatos. Así que estoy deseando
[¿Lo vieron? ¡Con entusiasmo, con fervor!] anunciarles las buenas noticias”. Como Pablo, quienes
sienten entusiasmo por la predicación están al rojo vivo, quieren con todo el corazón que la gente
conozca a Jehová.

¿Pero podría algo ir apagando ese fuego? ¿O existe la posibilidad de que se extinga por completo,
de que perdamos el deseo de ayudar a la gente que, aun sin darse cuenta, anhela la paz? Sí. Es muy
difícil mantener ese fuego en el corazón cuando nos enfrentamos a problemas como un territorio
apático, la crítica, la persecución o la oposición de familiares, o las dificultades de la vida diaria.
Esos problemas también se pueden comparar a un fuego, pero a un fuego que destruye, como los
grandes incendios que ha habido últimamente en la parte oeste de Estados Unidos. Sí, tales
problemas pueden ahogar nuestro entusiasmo por la predicación. Y ¿qué podemos hacer? Hay una
expresión que suelen utilizar a menudo los bomberos. Y es esta: “El fuego se combate con fuego”.
Para detener un incendio que se ha salido de control, a veces se enciende un fuego que se pueda
controlar. Ese fuego controlado consume todo el material combustible que hay. Y, cuando llega allí
el fuego descontrolado, no tiene nada que consumir, así que se apaga. El fuego se combate con
fuego. Y el fuego del entusiasmo apaga el fuego de los problemas. Acompáñenme a 1 Timoteo 4:16.
Si nos falta entusiasmo, si el entusiasmo se nos apaga, podríamos perder oportunidades de ayudar
a otros a salvarse, a vivir en paz con Dios. Vean lo que dice 1 Timoteo 4:16: “Presta constante
atención a tu conducta y a tu enseñanza. [Tenemos que prestar atención a cómo enseñamos,
tenemos que enseñar con entusiasmo. Y dice:] No dejes de hacer estas cosas, pues así te salvarás
a ti mismo y también a los que te escuchan”. Sí, hay que esforzarse por mantener el entusiasmo en
la predicación. En el siguiente video, veremos a una pareja que se da cuenta de que la predicación
ya no los entusiasma tanto. No es que el fuego se les haya apagado por completo, pero tienen que
encontrar la manera de avivarlo para así estar listos para predicar.
VIDEO: No sé en qué momento nuestro día de predicación se convirtió en algo tan rutinario.
Ya no teníamos el mismo entusiasmo que antes. Y nos dimos cuenta de que teníamos que hacer algo
al respecto. Es cierto que hay personas que no quieren escuchar, pero no queríamos que fuera por
culpa nuestra. No nos hizo falta investigar demasiado para encontrar buenas ideas, que nos
ayudaron a ponernos algunas metas, como predicar con hermanos que nos animaran. Con Ryota y
Ami siempre hablamos de lo que podemos hacer para llegar al corazón de la gente. Nos centramos
en cosas sencillas: ser amables, escuchar, dejar que la conversación fluya de manera natural, tratar
de leer un versículo animador… Y no nos rendimos. Nuestro entusiasmo puede hacer que personas
sinceras se acerquen a la verdad.

Según el video, ¿qué problemas, comparables a incendios, ahogaban el entusiasmo por la


predicación de esta pareja? Pues de los cuatro que vimos antes, es posible que esta pareja haya
perdido el entusiasmo porque, al parecer, predicaban en un territorio apático. Y, por la cara de
cansado que tenía el esposo al principio, seguro que también tenían que combatir las dificultades
de la vida. ¿Cómo se dieron cuenta de que tenían un problema, de que tenían que combatir fuego
con fuego? ¿Recuerdan cuando se sentaron a conversar? El esposo pensaba que es verdad que hay
personas que no quieren escuchar, pero dijo que no querían que fuera por culpa de ellos, es decir,
por su forma de predicar. Así que decidieron combatir fuego con fuego. Encendieron un fuego
controlado, su entusiasmo, para combatir los problemas que los estaban desanimando. ¿Qué cosas
hicieron para lograrlo? Lo primero fue orar a Jehová. ¿Habrá incluido el hermano en su oración las
palabras de Romanos 12:11? Sí. Bien pudiera haberle pedido a Jehová que su espíritu los llenara
a ambos de fervor. ¿Recuerdan cuando dijo: “No sé en qué momento nuestro día de predicación se
convirtió en algo tan rutinario”? Pidámosle a Jehová que nos “llene de fervor” para predicar con
entusiasmo. Que la falta de interés de la gente del territorio no sea un reflejo de nuestra falta de
entusiasmo. ¿Qué más notaron que hizo la pareja para avivar su entusiasmo? Consultaron las
publicaciones para ver qué sugerencias útiles encontraban. Si estudiamos la Biblia con
regularidad, tendremos presente por qué nos esforzamos en la obra de hacer discípulos. Pensemos
en todo lo que aprendemos de la actitud de Jesús, del valor con el que predicaron los apóstoles a
pesar de la persecución, del ejemplo de Pablo, de Áquila y Priscila, de Esteban y de otros siervos
del pasado. Todos ellos pueden contagiarnos su entusiasmo. También, dele variedad a su
ministerio. ¿Cómo puede hacerlo? Si ve que a la hora que suele salir a predicar nadie contesta el
teléfono —que viene a ser lo mismo que salir a predicar de casa en casa y que nadie salga—, pues
intente predicar a otra hora del día, cuando es más probable que haya alguien en casa. ¿O por qué
no prueba otras formas de predicar? Y, curiosamente, la pandemia nos obligó a muchos que solo
nos gustaba ir de puerta en puerta —y nada más— a variar, a predicar por teléfono, a escribir
cartas… Haber aprendido a utilizar todos estos distintos métodos nos da más oportunidades de
predicar y nos mantiene alegres. ¿Y notaron cuál fue el objetivo que se puso la pareja del video?
Decidieron salir a predicar de vez en cuando con hermanos que los mantuvieran animados. Y, sea
que estuvieran llamando a las personas por teléfono o predicando de casa en casa, siempre
hablaban de lo que podían hacer para predicar mejor.

Jehová valora nuestros esfuerzos en el ministerio sin importar cómo respondan las personas.
Hebreos 6:10. Lo conocen bien, ¿verdad que sí? Allí no dice nada como: “Jehová no se olvida de
cuántas revisitas hacen”. Tampoco dice: “Él no se olvida de cuántos cursos bíblicos dirigen”. No.
Dice que él “no se olvida de las obras de ustedes ni del amor que demostraron por su nombre”.
El entusiasmo que mostramos en el ministerio demuestra lo mucho que amamos a Jehová y a
Jesús. Si, como el matrimonio del video, usted siente que los días que sale a predicar se están
volviendo un poco rutinarios, ¡combata el fuego con fuego! Mantenga vivo ese entusiasmo y esté
listo para “predicar las buenas noticias de la paz”.

El hermano Robert Ciranko, ayudante del Comité de Redacción, presentará el siguiente discurso
de esta serie “Esté listo para predicar ‘las buenas noticias de la paz’: Prepárese bien”.
SERIE DE DISCURSOS: Esté listo para predicar “las buenas noticias de la paz”
• Prepárese bien (2 Timoteo 2:15)
Robert Ciranko

¿Cómo se sentirían si yo me presentara para dar este discurso, pero no hubiera hecho nada por
saber qué decir y prepararme; si no tuviera ni idea de cuál es el tema, no hubiera estudiado el
bosquejo, no supiera cuáles son los puntos principales y tuviera que estar adivinando qué textos
voy a utilizar? Seguro que lo que diría no tendría mucho sentido y sería muy incómodo para todos.
Yo estoy seguro de que, a mí, los nervios me matarían y de que ustedes pensarían que tal vez no me
importan, al menos no lo suficiente para prepararme y ayudarlos a que se beneficien al máximo de
esta información. ¿Ya saben adónde voy con esto? ¿Podría pasar lo mismo si salimos a predicar sin
que tengamos la menor idea de qué es lo que vamos a decir, sin haber repasado las ideas para
conversar que se nos dan, sin saber cómo vamos a empezar la conversación y sin saber qué texto
vamos a leer? ¿No se sentiría nervioso? ¿Y qué cree que pensaría la persona? Seguro que sería una
conversación corta, y también muy incómoda, ¿verdad? Y es muy probable que la persona
no quiera que la vuelva a visitar después.

Debemos tomarnos el tiempo para prepararnos bien antes de ir a predicar. ¿Por qué? Porque el
mensaje que llevamos es el mejor de todos. ¡Llevamos las buenas noticias de la paz! Así que
debemos esforzarnos por hacer que ese mensaje llame la atención de la gente. Jesús les ayudó a
sus discípulos a prepararse para la predicación. En el capítulo 10 de Lucas, vemos que, antes de
que enviara a 70 de sus discípulos a predicar, él les enseñó a saludar de forma amigable, les dijo
sobre qué hablarían —el Reino de Dios— y también los ayudó a estar preparados para la forma en
como respondería la gente del territorio. Y el resultado fue que, como estaban bien preparados, los
discípulos tuvieron experiencias emocionantes. Cuando nos preparamos bien, nos sentimos más
seguros, predicamos con entusiasmo y disfrutamos más. En el siguiente video, verá los buenos
resultados de prepararse bien.

VIDEO: Hicimos algunos cambios, pero teníamos que hacer más. Le pregunté a Yuri de qué había
pensado hablar. Y, como siempre, empezamos a buscar algo rápido. Y lo encontramos: las ideas para
conversar. Con eso basta. Pero, claro, para hacerlo bien tenía que acordarme del texto. Los dos
estábamos un poquito despistados esa mañana. Sí, teníamos que prepararnos mejor. Estábamos
confiando en nosotros mismos y no tanto en Jehová. Así que primero preparamos nuestro corazón.
Y luego preparamos nuestra mente. Y descubrimos nuevas formas de usar las herramientas que
tenemos. Con prepararnos un poquito para conversar con la gente y para hacer revisitas, nos fue
mucho mejor.

El esposo dijo: “Sí, teníamos que prepararnos mejor”. ¿Se ha sentido alguna vez así? Igual que la
pareja del video, podemos, primero, preparar nuestro corazón y nuestra mente y después ver cómo
podemos usar nuestras herramientas. Nuestra meta debe ser la misma que la del apóstol Pablo.
En 1 Corintios 9:23, él escribió que quería hacer “todas las cosas por las buenas noticias, para
compartirlas con otros”. Así que vamos a hablar de algunas cosas específicas que podemos hacer
para prepararnos bien.

Primero veremos lo que podemos decir durante la primera conversación, ya sea que la tengamos
en persona o por teléfono. En cada Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos,
encontramos ideas para conversar que suelen ser muy útiles. Y, claro, podemos adaptar esas ideas
o usar otras diferentes. Tal vez un tema que se haya usado en meses pasados o un texto bíblico
diferente le guste más a la gente de su territorio. Lo primero que le decimos a la persona es de las
cosas más importantes, así que pensemos bien en eso. Si no logramos captar el interés de la gente,
lo más seguro es que nos cierren la puerta antes de que podamos citar el texto. Nos va a ir mucho
mejor si nos esforzamos por preparar bien las primeras dos o tres frases que le diremos a la persona
después de saludarla. Podríamos decir: “A muchas personas les preocupa…” o “¿Usted qué opina
sobre tal cosa?” o algo parecido. Escoja un tema que le interese a la gente de su territorio y haga
una pregunta bien pensada que invite a la persona a conversar con usted.

Y ¿cómo nos podemos preparar para la revisita? Pues en la revisita se responde la pregunta que
dejamos pendiente, así que debemos preparar bien esa primera conversación para saber qué
preguntaremos. Este es el modelo que se nos da en la Guía de actividades para la primera
conversación y para la revisita. Si hacemos una pregunta que ponga a pensar a la persona al final
de cada visita, es más probable que podamos continuar con la conversación la próxima vez que
vayamos. Se podría comparar con esto: imagínese un tren que lleva al frente una locomotora y
detrás lleva vagones de carga, uno detrás del otro. ¿Qué es lo que les permite a todos esos vagones
seguir avanzando unidos por las vías? En cada extremo de los vagones existe un mecanismo
llamado acople. Este sirve para enganchar los vagones unos con otros. Gracias a ese mecanismo
que los engancha, todos los vagones pueden avanzar unidos por las vías del tren. Bueno, la
pregunta que le dejamos pendiente a la persona al final de la visita es a lo que nos podemos
enganchar para comenzar la siguiente conversación. De esa manera podremos mantener el hilo de
la conversación entre visita y visita.

Por ejemplo, tal vez en la primera conversación usted puede hablar con la persona sobre por qué
sufrimos. Y, al final de la conversación, puede preguntarle: “¿Qué siente Dios al vernos sufrir?”.
Pero no le responda a la pregunta sino hasta la siguiente visita. Y, después de que le responda a
esa pregunta en la primera revisita, hágale a la persona esta pregunta: “¿Qué hará Dios para acabar
con el sufrimiento?” y contéstesela en la en la siguiente visita. También es importante que tengamos
muy claro lo que queremos lograr en cada revisita. Sí, antes de visitar a la persona, piense bien en
qué objetivo quiere alcanzar. Si dejó una pregunta pendiente, seguro que su objetivo será responder
esa pregunta usando la Biblia. Y, claro, nuestro objetivo final es iniciar un curso bíblico con el
folleto ¡Disfrute de la vida para siempre! Bueno, ¿y cómo podemos prepararnos para los cursos
bíblicos que dirigimos? Aunque conozcamos muy bien la información, tenemos que prepararnos
para cada sesión pensando en el estudiante. Eso implica pensar de antemano en sus necesidades
y en las preguntas u objeciones que pueda tener. ¿Qué puntos podría costarle trabajo entender o
aceptar? También implica familiarizarse con la lección que van a estudiar esa semana del curso
interactivo. Estudie bien la lección, entienda por qué hay que leer los textos que se nos dice que
leamos, vea los videos que tiene que mostrar durante la lección y repase los temas de la sección
“Descubra algo más” para ver cuáles de ellos podrían ser especialmente útiles para su estudiante.
Así estará bien preparado para dirigir la lección. Recuerde que es Dios quien hace crecer la semilla
de la verdad en el corazón de una persona, así que debemos pedirle a Jehová que nos ayude a
prepararnos bien para la lección. De esa manera, nuestro estudiante podrá conocerlo mejor.

Y nos irá mejor en el ministerio si nos mantenemos al día con el contenido y la información de
jw.org y de JW Library®. Así que aprenda a usar el sitio de internet y la aplicación. Dos secciones
muy útiles en nuestro sitio son “Preguntas sobre la Biblia”, bajo la pestaña “Enseñanzas bíblicas”,
y “Preguntas frecuentes”, bajo la pestaña “Sobre nosotros”. También las puede encontrar en la
aplicación bajo “Catálogo de artículos”. En 1 Corintios 3:10, Pablo se describió a sí mismo como un
maestro de obras experto. Lo dijo porque estaba trabajando en una obra de construcción espiritual:
la obra de hacer discípulos. Nosotros participamos en la misma obra —también estamos
construyendo—, pero para poder hacerlo bien debemos aprender a usar nuestras herramientas.
Primero que nada, tenemos que aprender a usar bien nuestra herramienta principal, la Biblia.
Y también debemos aprender a usar de la mejor manera nuestras publicaciones del kit de
enseñanza. Cuando un constructor se prepara bien antes de empezar la obra puede evitar errores
y fracasos. ¿Recuerdan lo que el hermano dijo al final del video? “Con prepararnos un poquito […],
nos fue mucho mejor”. Y seguro que a usted también le irá mejor si se prepara para la predicación.
Es como Pablo recomendó en 2 Timoteo 2:15. Por favor, sigan la lectura en su Biblia. 2 Timoteo
2:15. “Haz todo lo posible para presentarte ante Dios como alguien aprobado, un trabajador que
no tiene de qué avergonzarse, que maneja la palabra de la verdad correctamente”. Si hace esto,
estará listo y muy bien preparado para la obra de hacer discípulos y será muy feliz al dar a conocer
a otros las buenas noticias de la paz.
El hermano Anthony Morris, miembro del Cuerpo Gobernante, presentará el siguiente discurso de
esta serie, titulado: “Esté listo para predicar ‘las buenas noticias de la paz’: Tome la iniciativa”.

SERIE DE DISCURSOS: Esté listo para predicar “las buenas noticias de la paz”
• Tome la iniciativa (Juan 4:6, 7, 9, 25, 26)
Anthony Morris

En este discurso de la serie “Esté listo para predicar ‘las buenas noticias de la paz’ ”, vamos a ver
la importancia de tomar la iniciativa. Primero, vamos a ver por qué debemos tomar la iniciativa,
cómo lo podemos hacer y, por último, veremos quién está con nosotros, dirigiéndonos, en esta obra
tan importante.

Entonces, primero: por qué tomar la iniciativa. Bueno, es que piensen en esto: somos testigos de
Jehová y, como testigos de Jehová, siempre estamos de guardia. En ningún momento, nunca, nos
tomamos un descanso de dar testimonio, sin importar dónde estemos. No pensamos que somos
Testigos solo cuando salimos a predicar con nuestro grupo de predicación. Recuerde: somos
testigos de Jehová todo el tiempo. Somos Testigos las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
Ahora, para que se hagan una idea de la gran importancia que tiene aprovechar bien las
oportunidades, les voy a dar un dato. Hace unos años, se hizo una encuesta a un grupo de
hermanos, y tal vez se sorprendan del resultado. Participaron más de 200 hermanos bautizados y,
noten: más del 40 % —casi la mitad— aprendió la verdad gracias a la predicación informal.

Increíble, ¿cierto? Sabemos que ir de casa en casa es importante. Aunque, claro, durante la
pandemia no ha sido posible. Hemos tenido que escribir cartas y llamar por teléfono... Pero el
asunto es que aún nos surgen oportunidades de predicar informalmente. Así que veamos cómo
podemos hacerlo. Y el mejor ejemplo de cómo predicar de manera informal fue Jesús, por supuesto.
Hay un relato que todos conocemos muy bien en el Evangelio de Juan. Síganme, por favor, al
capítulo 4. Y veamos con cuidado cómo fue que Jesús tomó la iniciativa, para así poder imitarlo.
Veamos qué aprendemos de él. Aquí, en el capítulo 4 de Juan, primero se nos da un poco de
contexto. Jesús estaba pasando por Samaria y, aquí, en el versículo 6, leemos: “De hecho, allí estaba
el pozo de Jacob. Y Jesús, que estaba cansado del viaje, se sentó junto al pozo. Era alrededor de la
hora sexta”. Son detalles interesantes, ¿verdad? Jesús estaba cansado. Un hombre perfecto, pero
humano al fin. Así que el viaje lo había agotado. Y eran las 12 del mediodía, estaba sentado junto
al pozo, y noten lo que pasó. Versículo 7: “En eso llegó una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús
le dijo: ‘Dame de beber’ ”. Solo dijo eso, “Dame de beber”. Bien, ¿y qué aprendemos de esto? Como
dijimos, Jesús estaba cansado, y nosotros también nos cansamos, y con facilidad; difícil evitarlo.
Si Jesús, que era perfecto, se cansaba, nosotros más aún. Puede que a veces pensemos: “Bueno,
creo que le puedo predicar a esta persona, pero es que no tengo ganas. Estoy cansado”. Jesús
no pensó así. ¿Queremos imitar a Jesús? Pues, incluso cuando estemos cansados, pensemos en
los demás y aprovechemos la oportunidad para empezar una conversación. Ese es el primer paso.

Ahora, veamos qué más aprendemos de esta conversación. Aquí, en el capítulo 4 de Juan, versículo
9. Dice: “Pero la samaritana le preguntó: ‘¿Cómo es que tú, que eres judío, me pides agua a mí, que
soy samaritana?’ ”. Y se nos hace una aclaración aquí, entre paréntesis, que dice: “Porque los judíos
no tienen trato con los samaritanos”. Y viceversa tampoco. Así es, por el prejuicio, no tenían trato.
Y encima era una mujer. Y lo que sucede es que a las mujeres no se las trataba nada bien durante
esa época. Entonces, era una mujer, una samaritana, pero Jesús le pidió agua, y así empezó una
conversación con ella. Bueno, de esto aprendemos una lección valiosa. Jesús no permitió que el
hecho de que ella fuera una mujer —y una samaritana (porque él andaba en territorio samaritano)—
lo llevara a retenerse de hablar con ella. Nada de eso. La lección, entonces, ¿cuál es? No juzguen a
las personas por las apariencias, cosas como el color de piel, la cultura… Este mundo ya tiene
muchos jueces. Pero los testigos de Jehová no estamos para juzgar. Son Jehová y Jesús los que
tienen que juzgar. Y jamás piensen que no van a querer escucharlos. Eso está mal. Jesús no hizo
eso. Y, como dijimos, él fue el modelo perfecto. Inténtelo. Y, si se siente muy nervioso, pídale a
Jehová que lo ayude con su espíritu, que le dé el valor que necesita para poder hablar con otros
sobre su nombre y su propósito.

Y de aquí también podemos sacar otra lección muy importante. Al conversar, no se apresure a
predicar de inmediato, sino que deje que la conversación fluya. Justo eso hizo Jesús. En los
versículos 8 y 9 empiezan a hablar y conversar, y así siguen por un buen rato. Y llegamos al
versículo 24, donde Jesús dice que Dios es un espíritu y que hay que adorarlo con espíritu y con
verdad… Y noten lo que pasó después de esta conversación que empezó con algo tan sencillo como
pedir agua. Versículo 25: “La mujer le dijo: ‘Yo sé que va a venir el Mesías, al que llaman Cristo.
Cuando él venga, nos lo explicará todo’ ”. ¿Vieron? La mujer dijo lo que estaba en su corazón.
Sigamos con el versículo 26. “Jesús le contestó: ‘Ese soy yo, el que está hablando contigo’ ”. ¡Guau!
¿Se imaginan? ¡Qué honor tan grande! ¡Ella estaba hablando con el mismo Mesías! Pero pónganse
ustedes a pensar en lo siguiente: ¿qué tal si Jesús, en vez de esto, hubiese empezado la
conversación diciendo: “Soy el Mesías. Dame de beber”? ¡Quién sabe! Pero Jesús, quien era muy
sabio y tenía el espíritu santo de Jehová, primero empezó a conversar con ella. Pues nosotros
deberíamos tratar de hacer lo mismo: intentar conversar primero. Podríamos empezar con un
comentario sincero que despierte el interés de la persona. Por ejemplo, imagínese que va al médico
y está en la sala de espera. Y usted se pone a pensar un poco y ve que hay alguien ahí que lo está
mirando y usted le dice: “Ay, ojalá llegue el día en el que ya no me enferme más”. Bueno, podrían
verlo y pensar para sus adentros: “¿Y este loco qué?”. O podrían decirle: “Eso no suena mal. ¿Usted
de verdad cree que eso sea posible?”. En cualquiera de los dos casos, usted empezó a conversar,
tomó la iniciativa. Ahora queda en manos de Jehová. Él es quien se lleva la honra, pase lo que pase.
Bueno, ahora vamos a ver un video. Y, mientras lo vaya viendo, fíjese en cómo una hermana logra
tomar la iniciativa y predicar informalmente.

VIDEO: Parecían amables. Sabía lo que estaba pensando Yuri. Quería conversar con ellos, pero
no quería molestarlos. Y, cuando tuve una oportunidad, me quedé paralizada. Terminé predicándole
a toda prisa. Fue muy forzado. Me consoló saber que no soy la única a la que le ha pasado algo así.
Cuando no forzamos las cosas y tratamos de hablar con las personas de algo que tengamos en
común, las oportunidades de predicarles suelen surgir solas. Le llamó la atención cómo íbamos
vestidos. Y resulta que ella nunca había hablado con los testigos de Jehová.

Bueno, todos pudimos ver cómo tomó la iniciativa, aunque, claro, al principio se congeló un poco,
no supo qué decir… Es normal ponerse un poquito nerviosos. Después de todo, nadie es perfecto.
Y, cuando vio que la señora se iba a ir, salió corriendo a entregarle un tratado. Mejor vaya con
calma. Sencillamente empiece una conversación y deje que el espíritu de Jehová la dirija, tal como
hizo Jesús. Y así, poco a poco, podrá ir introduciendo el mensaje en la conversación con la persona
de manera natural. Ahí tenemos, mis hermanos, una buena técnica. Inténtenlo. Jehová los va a
bendecir. Y, por último, quiero que recuerden esta idea que los va a animar y a ayudar a siempre
tomar la iniciativa al conversar con otros sobre las buenas noticias de la paz. No la olviden porque,
aunque muchos la conocen, es un excelente recordatorio. Está aquí, en Apocalipsis 14. Vamos al
versículo 6, que, como dije, ya seguramente conocen. Y dice: “Vi a otro ángel que volaba en medio
del cielo. Tenía buenas noticias eternas que anunciarles a los que viven en la tierra: a toda nación,
tribu, lengua y pueblo”. Noten ahí un punto muy importante. Ahí habla de un ángel que vuela en
medio del cielo. La nota nos ayuda a entender que el ángel está “en lo alto”, es decir, donde vuelan
los pájaros y los podemos ver. Entonces, el ángel está ahí, muy cerca de nosotros. Sí, tan cerca.
Y vale la pena que meditemos en eso. Recuerdo cuando estaba en la obra de circuito y a veces salía
a predicar con algún hermano, o alguna hermana, y había cierta hostilidad en el territorio en el
que predicamos ese día, y veía que se sentían muy mal por la reacción que tenían algunas personas
o por cómo los trataban. Y algo que solía hacer en esos casos, y que a los hermanos les gustaba —
claro, cuando entendían—, era que, mientras iba caminando, me detenía, miraba y les decía: “¿Lo
ve?”. Y se quedaban: “¿Quién?”. “Pues el que está allí, por encima de los árboles”. Y me miraban
como diciendo: “Este hermano ya se volvió loco”. Pero les decía: “Ahí está”. Y después les mostraba
Apocalipsis 14:6. Entonces, cuando estamos en la predicación —sea de manera informal o de
manera formal, de puerta en puerta—, los cosechadores son los ángeles. Siempre hay por lo menos
uno con nosotros. ¡Cuánto nos anima esta idea!, ¿verdad? Ellos son los cosechadores. Ellos son los
que nos conducen a las personas que tienen un buen corazón. Nunca lo olviden. Para estar listos
para poder predicar informalmente solo es cuestión de tomar la iniciativa y empezar una
conversación. Seguro que tendrán muchas oportunidades para predicar las buenas noticias de la
paz.

Ahora el hermano Gary Breaux, ayudante del Comité de Servicio, presentará el siguiente discurso
de esta serie, titulado: “Esté listo para predicar ‘las buenas noticias de la paz’: Vuelva a hablar con
quien muestre interés”.

SERIE DE DISCURSOS: Esté listo para predicar “las buenas noticias de la paz”
• Vuelva a hablar con quien muestre interés (1 Corintios 3:6)
Gary Breaux

Para que entendamos por qué debemos volver a hablar con las personas que han mostrado interés,
Pablo comparó nuestra obra con la que hace un agricultor que siembra una semilla. ¿Qué tiene
que hacer el agricultor para que una plantita crezca? Los expertos dicen: “De todas las cosas que
ayudan a una planta a crecer, el agua es, en definitiva, la más importante”. Y también se ha dicho:
“Hasta que la semilla germine, la tierra debe mantenerse húmeda, no se debe permitir que se
seque”. Así que ¿qué sucederá con una semilla sin agua? Nada, no crecerá. Es de suma importancia
regar la semilla para que esta germine y eche raíces, y para que siga creciendo.

Pues, de las palabras de Pablo en 1 Corintios 3:6 podemos aprender que algo parecido sucede con
las semillas de la verdad que sembramos al predicar. Leamos lo que dijo Pablo aquí, en 1 Corintios
3:6: “Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndolo crecer”. Aunque toda la gloria va a Jehová
por hacer que esa semilla crezca, ¡qué bonito es que nos permita contribuir en el proceso! ¿Notaron
la importante función que cumplió Apolos? Él fue quien regó. Por decirlo así, Apolos mantuvo
húmeda la tierrita en el corazón de cada uno de ellos. No dejó que esta se secara. Muchas personas
que muestran interés en nuestro mensaje andan en busca de la verdad acerca de Dios. Para que
su interés crezca y sigan aprendiendo, hay que visitarlas una y otra vez. Esto requerirá que nos
preparemos bien y que hagamos buenos planes. Si visitamos cuanto antes a quien muestra interés,
demostramos que de verdad nos importa esa persona, que queremos que crezca en sentido
espiritual y llegue a tener una amistad con Jehová. En el siguiente video, fíjense en lo que hace
una hermana para cultivar el interés de una persona.

VIDEO: Ami dejó una pregunta pendiente muy interesante. ¡Ay, mi revisita! ¡La señora Iwata! Le dije
que pasaría por la mañana, pero no le dije la hora. Al menos puedo intentarlo antes de irme. Otra vez
no hay nadie. Si no hago algo diferente, no la voy a encontrar nunca en su casa. Primero, quería que
supiera que no me había olvidado de ella. “Querida señora Iwata, espero que se encuentre bien.
La semana que viene, pasaré a visitarla más temprano, a las once. Por cierto, sus flores están
preciosas”. Entonces hice un horario para mi día de predicación. Porque, si quedas en volver,
no puedes dejarlo a la casualidad.

Cuando haga planes para salir a predicar, imite el ejemplo de la hermana que vimos en el video y
aparte un tiempo específico para hacer revisitas. Las revisitas son igual de importantes que otros
aspectos de nuestro ministerio. Esas visitas que hacemos para cultivar el interés de las personas
son esenciales para poder comenzar un curso bíblico. Muchas veces felicitamos a las personas en
la predicación cuando vemos las bonitas flores que tienen en su jardín, ¿no?, tal como hizo la
hermana del video que vimos. Pero ¿por qué se ven tan bonitas? Porque seguramente la persona
las regó en un cierto horario. Quizás hasta tiene programado uno de esos sistemas de riego
automático para que riegue las plantas cada cierto tiempo. Para que las plantas estén fuertes y
saludables, hay que asegurarse de regarlas a menudo. Y ¿cuál es la lección para nuestro
ministerio? Pues, antes de despedirnos de alguien que haya mostrado interés, intente establecer el
tiempo para regar la semilla con el agua pura de la verdad. A lo mejor podría preguntar: “¿Cuándo
cree que puedo regresar para seguir conversando o para contestar la pregunta?”. Esta es una buena
manera de mostrar respeto por la persona, pues así podrá decirnos qué hora le conviene más.
Es muy importante que esa semilla la reguemos en el momento que la persona diga que es más
conveniente para ella. Entonces, fije un recordatorio. Anótelo donde no se le vaya a olvidar.
La hermana del video lo anotó en el calendario de su teléfono; así recibiría un recordatorio. Si le
dijo a una persona que volvería, cumpla su promesa. ¿Recuerdan esas palabras tan conocidas de
Mateo 5:37? Jesús dijo: “Cuando digan ‘sí’, que sea sí”. Imagínense, si tiene interés, puede que
haga hasta lo imposible por recibirlo. ¡Cuán decepcionada se sentirá si no le cumplimos! Hacer
estas visitas es muy importante. ¡No podemos dejarlo a la casualidad! Por supuesto, debido a que
las personas andan tan ocupadas en estos días, a veces es difícil encontrarlas en casa, aunque nos
hayan dicho que van a estar. Así que, en ciertos casos, una opción podría ser pedir los datos de
contacto, tal vez su teléfono. Para poder hablar de nuevo con las personas, algunos publicadores
preguntan: “¿Le envío un mensaje?”. Quizás por este medio sea posible seguir en contacto con la
persona y cultivar su interés. Y, si no es posible conseguir los datos de contacto y la persona no está
en casa en el momento acordado, tal vez podría dejarle una notita, tal como hizo la hermana del
video. Así la persona se dará cuenta de que usted no se olvidó de ella.

La obra de hacer discípulos requiere que seamos pacientes y que no nos rindamos. Con respecto a
esto, miren lo que dice Eclesiastés 11:6. Eclesiastés 11:6 dice: “Siembra tu semilla por la mañana,
y que no descansen tus manos hasta el atardecer; pues no sabes cuál dará buenos resultados, esta
o aquella, o si las dos serán buenas”. Cuando uno siembra semillas de verdad, no sabe exactamente
dónde o cuándo germinarán. Puede que haya muchas cosas que no se puedan controlar. Lo mismo
sucede con nuestra obra de hacer discípulos. Hay que tener paciencia y ser positivos, porque
no sabemos quién va a aceptar la verdad.

Finalmente, pero no menos importante, aunque la conversación sea breve, léale un versículo de la
Biblia. Lo que distingue nuestras visitas de cualquier otra es que nosotros vamos a compartir los
pensamientos de Dios. Puede que tengan vecinos, familiares o compañeros de trabajo que vayan a
ver cómo están, pero ¿los ayuda eso a crecer en sentido espiritual? No, porque para eso hay que
regarlos con el agua de la verdad que está en la Biblia. Con leerles un breve pensamiento de la
Biblia probablemente baste para mantener la tierrita del corazón húmeda.

Cultivar el interés de las personas que han escuchado el mensaje es muy importante. Y Jehová
confía en que lo hagamos. Con esto en cuenta, volvamos a la comparación que hizo Pablo y notemos
ahora cómo nos ve Jehová. Esta vez leeremos 1 Corintios 3:9. Dice así: “Somos colaboradores de
Dios. […] El campo de Dios que él está cultivando, el edificio de Dios”. ¡Qué privilegio! ¡Poder ser
colaboradores de Dios y así demostrar que lo amamos a él y también a nuestro prójimo! ¿Verdad
que nos da mucha alegría poder volver a hablar con quienes ya han mostrado interés en las buenas
noticias? Y no lo duden. Las personas a quienes les prediquen jamás olvidarán los esfuerzos que
hagan por volver a hablar con ellas cuanto antes y enseñarles la verdad.

El hermano William Malenfant, ayudante del Comité de Enseñanza, presentará ahora el discurso
final de esta serie: “Esté listo para predicar ‘las buenas noticias de la paz’: Ayude a sus estudiantes
a madurar espiritualmente”.
SERIE DE DISCURSOS: Esté listo para predicar “las buenas noticias de la paz”
• Vuelva a hablar con quien muestre interés (1 Corintios 3:6)
William Malenfant

Las enseñanzas fundamentales de la Biblia son maravillosas. De hecho, son esas enseñanzas
fundamentales, las enseñanzas básicas de la Biblia, las que atraen a la gente a la verdad. Pero las
enseñanzas básicas de la Biblia son solo el comienzo. Hace falta más para conocer a Jehová.
En Hebreos 6:1, el apóstol Pablo invita a todos los que estudiamos la Biblia a ir más allá de las
enseñanzas básicas. Vamos a leer lo que dice Hebreos 6:1: “Por lo tanto, ya que hemos dejado atrás
las enseñanzas básicas acerca del Cristo, avancemos hacia la madurez”. ¿Y no es eso lo que
queremos que nuestros estudiantes hagan? Que no se queden solo con las enseñanzas básicas de
la Biblia, sino que maduren espiritualmente. Y esa madurez de la que habla Pablo se obtiene a
medida que los estudiantes van aprendiendo y valorando lo que aprenden sobre la verdad. Nuestros
estudiantes tienen que aprender a amar a Dios y sus normas. Tienen que darse cuenta de que todo
lo que él nos dice que hagamos es para nuestro bien. Él nos ama de verdad. Cuando los estudiantes
de la Biblia ven los buenos resultados de obedecer a Jehová y de hacer las cosas como él dice, su
amor por él crece. Fijen su atención en el siguiente video. Por favor, noten cómo una hermana
ayuda a su estudiante a progresar y madurar espiritualmente.

VIDEO: El curso con la señora Iwata iba muy bien. Ya estábamos en la lección 10. Tenía muchas
ganas de que empezara a ir a las reuniones. Comentamos el texto de Hebreos 10:24, 25 y vimos el
video. ¿Hice algo mal? Supongo que sí. Estaba tan concentrada en acabar las lecciones que no me
daba cuenta de lo que ella necesitaba. Su esposo le dijo que, si iba a las reuniones, sería una
deshonra para su familia. Él quería que dejara el curso. La señora Iwata quería seguir, pero cada vez
que hablaban del tema terminaban discutiendo. Le mostramos dónde encontrar información que la
ayudara y sacamos tiempo en las clases para hablar más del tema. Y todos le pedimos a Jehová que
bendijera su esfuerzo. Hicimos todo lo que pudimos por predicar “las buenas noticias de la paz”, y
Jehová hizo el resto.

Como vimos, la estudiante dio un paso importante para madurar espiritualmente: empezó a asistir
a las reuniones. Cuando esté estudiando con su estudiante las lecciones 7 a la 11 del libro Disfrute
de la vida, no se olvide de destacar las bonitas cualidades que demuestra Jehová a medida que
repasan la información.

Por ejemplo, la lección 7 habla sobre las cualidades de Jehová y destaca el hecho de que él es amor.
Cuando la estudien, ayuden a sus estudiantes a entender que Jehová de verdad los quiere a cada
uno de ellos y que su deseo es que logren alcanzar la vida eterna. De hecho, el apóstol Juan, en
1 Juan 4:9, destaca el amor de Dios. Menciona que Jehová envió a Jesús a la Tierra para que
muriera por nosotros. Con su sacrificio, pagó por nuestros pecados y nos liberó de esa esclavitud.
Sí, por amor, Jehová nos dio la magnífica oportunidad de tener una estrecha relación con él. Esta
es una de las formas en las que Jehová nos muestra su amor.

Y la lección 8 nos enseña cómo ser amigos de Jehová. Esta es una posibilidad que a muchas
personas jamás se les hubiera ocurrido. ¿Se lo imaginan? ¡Qué privilegio! Ser amigos de Dios. Así
que ayuden a sus estudiantes a entender que, si son leales y obedientes a Jehová, podrán llegar a
ser amigos de él. Proverbios 3:5, 6 nos dice específicamente qué es lo que Jehová quiere que
hagamos. Proverbios 3:5, 6 dice: “Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio
entendimiento. Tómalo en cuenta en todos tus caminos, y él hará rectas tus sendas”. Si hacemos
todo lo que él nos manda, le demostramos que confiamos en él. Como resultado, él nos verá como
sus amigos. Y Jehová cuida muy bien de sus amigos. Él nunca les va a fallar.

En la lección 9 se habla sobre lo importante que es orar. Enséñenles a sus estudiantes cómo deben
orarle a Jehová. Y que, además de orar, también tienen que leer la Biblia todos los días para crecer
en sentido espiritual. En Salmos 1:2, 3 se nos anima a leer la Biblia. Vamos a buscarlo juntos.
Salmos, capítulo 1. Y estaremos leyendo los versículos 2 y 3. Aquí se habla sobre la persona que
valora las enseñanzas de Dios. Dice así: “Sino que disfruta con la ley de Jehová”. Y, bueno, la ley
de Jehová se encuentra en la Biblia. El salmo sigue diciendo: “Día y noche lee su ley y medita en
ella. Será como un árbol plantado junto a corrientes de agua, un árbol que da fruto a su tiempo y
cuyas hojas no se marchitan. Todo lo que él haga tendrá éxito”. Así es: todo lo que él haga como
cristiano, lo que haga por obedecer a Dios, tendrá éxito. Si leemos la Biblia y ponemos en práctica
lo que dice, Jehová nos bendecirá. Ahora, si su estudiante siente que no es capaz de entender lo
que la Biblia dice —tal vez porque no tenga muchos estudios—, por favor, dígale que le ore a Jehová
y que le pida constantemente y sin cesar que le dé la ayuda que necesita para comprender su
Palabra. Santiago 1:5 nos asegura que Jehová está listo para darle sabiduría a todo el que le pida
su ayuda constantemente.

Hablemos ahora sobre la lección 10. Se nos ha dicho que tenemos que invitar a nuestros
estudiantes a las reuniones lo antes posible, porque lo que escuchen y observen en las reuniones
puede tocar sus corazones y ayudarlos a madurar espiritualmente. Así que, cuando muestre el
video ¿Cómo son nuestras reuniones?, que está en la lección 10, ese será un buen momento para
invitarlo con cariño a que asista a las reuniones. También tenga la costumbre de invitar a diferentes
hermanos a que lo acompañen al curso. De esa manera, su estudiante conocerá a varias personas
de la congregación y eso lo ayudará a sentirse más cómodo cuando asista a las reuniones.

Lección 11. Esta lección es para que les enseñemos a nuestros estudiantes a usar JW Library y
jw.org para que hagan su estudio personal. Así que enséñenles cómo usar estas herramientas. Y,
si usted se siente incapaz de enseñarle a su estudiante cómo utilizar su dispositivo electrónico para
buscar información, no dude en pedirles ayuda a los hermanos de la congregación. Seguro que
ellos estarán encantados de ayudarle.

Enseñarles la verdad a las personas nos llena de felicidad. Es tal y como dijo el apóstol Juan en su
tercera carta, en el versículo 4: “Nada me da más alegría que oír que mis hijos siguen andando en
la verdad”. Sí, Juan estaba hablando de sus hijos espirituales. Y esa felicidad también puede ser
nuestra.

¿Qué nos ha enseñado toda esta serie de discursos? Hemos visto cómo podemos mantener el
entusiasmo al predicar. También nos ha enseñado a prepararnos bien para hablar de la verdad con
otros. Aprendimos a tomar la iniciativa para predicar informalmente, a volver a hablar con quien
muestra interés y a ayudar a los estudiantes a madurar espiritualmente. Si hacemos nuestro mejor
esfuerzo en la predicación, sea que la gente nos escuche o no, tendremos paz, porque sabremos
que Jehová está contento con nosotros. Hebreos 13:15, 16 nos dice cómo agradar a Dios. Y, sin
duda, eso es algo que todos queremos hacer, ¿verdad? Leamos Hebreos 13:15, 16. Dice así: “Por
medio de él [es decir, de Jesús] ofrezcamos siempre a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto
de nuestros labios, que declaran públicamente su nombre. Además, no se olviden de hacer el bien ni
de compartir lo que tienen con los demás, porque estos sacrificios le agradan mucho a Dios”. Cuando
ustedes se esfuerzan por predicar “las buenas noticias de la paz”, le están haciendo un sacrificio a
Dios y pueden estar seguros de que Jehová estará muy contento al ver todo lo que, por amor y
lealtad, hacen por él.

Gracias, hermanos, por ayudarnos a estar mejor preparados para predicar las buenas noticias de
la paz en cada oportunidad. La organización de Jehová sigue creciendo y hay mucho trabajo que
hacer. Los jóvenes en particular tienen muchas oportunidades de hacer más por el Reino. ¿Qué
bendiciones puedes obtener ahora y en el futuro si decides servir a Jehová a tiempo completo?
¿Qué obstáculos podrían impedirte empezar el servicio de tiempo completo? Y ¿cómo puedes
superarlos? Jóvenes, los animamos a prestar mucha atención a lo que escucharán ahora.
El hermano Mark Sanderson, miembro del Cuerpo Gobernante, dará el discurso “¡Joven, elige un
camino en la vida que te dé paz!”.
¡Joven, elige un camino en la vida que te dé paz! (Mateo 6:33; Lucas 7:35; Santiago 1:4)
Mark Sanderson

Un hermano de 18 años tenía que decidir qué iba a hacer cuando terminara la escuela. Se había
criado en la verdad y tenía el deseo de ser precursor regular. Pero también lo habían aceptado en
una universidad y le habían ofrecido una beca y otras ayudas para pagar sus estudios. Tenía
muchas preguntas. Por ejemplo, ¿cómo iba a poder mantenerse? Sus profesores y otras personas
en la escuela lo presionaban para que fuera a la universidad. ¿Qué decisión iba a tomar el hermano?
La verdad es que puede que tú, que estás escuchando este discurso ahora, estés pasando por una
situación parecida o tengas que tomar la decisión en un año o dos. ¿Qué camino vas a elegir? Hay
algo que debes tener claro: Jehová quiere que tengas no solo una vida normal, una vida más o
menos buena; quiere que tengas una vida genial, increíble. Quiere que seas feliz ahora, pero
también durante el resto de tu vida. Por eso, en Eclesiastés 11:9 la Biblia dice: “Joven, disfruta de
tu juventud, y que tu corazón esté feliz mientras seas joven”.

Muchos jóvenes han encontrado verdadera paz y felicidad al escoger una vida en el servicio de
tiempo completo. Pero ¿qué significa esto de servir a tiempo completo? El servicio de tiempo
completo no es solo una cosa. En realidad, pueden ser muchas cosas. Puede ser servir de
precursor, quizás en tu propia congregación, o servir en otro lugar: en otra ciudad, provincia, estado
o incluso en otro país. O también puedes hacer otras cosas, como trabajar en proyectos de
construcción, quizás haciendo Salones del Reino o de Asambleas o construir oficinas remotas de
traducción o incluso construir o remodelar una sucursal. O si prefieres puedes llenar una solicitud
para servir en Betel y hacerte betelita. De verdad, hay tantas cosas geniales que puedes hacer para
servir a Jehová, cosas que un joven como tú puede disfrutar en el servicio de tiempo completo.
Pero, una pregunta: ¿qué obstáculos podrían hacer que no empezaras o que dejaras el servicio de
tiempo completo? Y aún más importante: ¿cómo puedes superar esos obstáculos? Veamos tres de
ellos y qué te ayudará a superarlos.

Este es el primero: la preocupación por el dinero. “¿Qué voy a hacer para mantenerme?”. Vamos a
ver algo que dijo Jesús en Mateo 6:33. En Mateo 6:33 Jesús dijo: “Por lo tanto, sigan buscando
primero el Reino y la justicia de Dios, y entonces recibirán también todas esas cosas”. Bueno, OK.
Aquí dice: “todas esas cosas”. ¿Qué son esas cosas? ¿De qué cosas está hablando Jesús? Para
descubrir la respuesta, vayamos al versículo 25. Aquí vamos a ver de qué estaba hablando Jesús
cuando dijo las palabras que leímos antes. Mateo 6:25: “Por eso les digo: dejen de angustiarse por
su vida, por lo que van a comer y beber; o por su cuerpo, por lo que van a ponerse. Al fin y al cabo,
¿no vale más la vida que el alimento y el cuerpo que la ropa?”. Bueno, ahora ya lo entendemos.
Ya sabemos de qué cosas está hablando Jesús. De nuestras necesidades: comida, techo y ropa.
Pero ahora veamos los ejemplos que pone Jesús comenzando desde el versículo 26: “Observen con
atención las aves del cielo. No siembran ni cosechan ni almacenan en graneros, pero su Padre
celestial las alimenta. ¿Y acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, por angustiarse,
puede alargar un solo codo la duración de su vida? Además, ¿por qué se angustian por la ropa?
Aprendan una lección de cómo crecen los lirios del campo. No trabajan duro ni hilan; pero les digo
que ni siquiera Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. Entonces, si Dios viste así a la
vegetación del campo, que hoy está aquí y mañana se echa al horno, ¿no los vestirá a ustedes con
mucha más razón, gente de poca fe? Así que nunca se angustien y digan: ‘¿Qué vamos a comer?’, o
‘¿Qué vamos a beber?’, o ‘¿Qué vamos a ponernos?’. Porque es la gente de las naciones la que busca
todas estas cosas con tanto empeño. Su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas
cosas”. Bueno, ¿captas cuál es la idea? Jesús quería decir que, si Jehová puede darle lo necesario
a toda su creación, también te dará lo necesario a ti. Solo tenemos que fortalecer nuestra fe en que
Jehová nos dará las cosas que necesitamos si ponemos en primer lugar su servicio.

¿Significa esto que Jehová hará que aparezcan milagrosamente las cosas que necesitamos? No.
Jehová espera que usemos las capacidades que nos ha dado y nuestro tiempo para mantenernos y
ganarnos la vida. Así que sería muy bueno que pensaras ahora qué vas a hacer en el futuro y que
consigas las habilidades que necesitas para poder cubrir tus gastos. Y, bueno, en algunos lugares
puedes aprender un oficio mientras todavía estás en casa. Puede que te lo enseñe tu papá o tu
mamá, o a lo mejor te lo enseña algún otro familiar. En otros lugares, los jóvenes que todavía están
en la enseñanza media superior tienen otra opción. En su escuela pueden aprender un oficio que
les permita trabajar. Pero este es el punto: hay que hacer planes. Por eso, hazte esta pregunta:
“¿Qué habilidades tengo que me podrían servir para trabajar y ganarme la vida?”. Una hermana
que se llama Kelly tenía claro que quería ser precursora regular. ¿Qué hizo para lograrlo? Bueno,
esto es lo que ella dice: “Busqué algo que me permitiera cubrir mis necesidades y mantenerme en
el ministerio”. Así que Kelly decidió aprender un oficio en su escuela y, gracias a eso, pudo hacerse
precursora. Mira lo que ella dice: “Lo que más quería era servir a tiempo completo. Lo demás era
secundario”. ¿Y qué piensa Kelly ahora de la decisión que tomó? Ella misma responde diciendo:
“Creo que mi decisión fue la mejor”. Como ven, queridos jóvenes, para superar este primer
obstáculo es bueno que hagan planes y que se aseguren de adquirir alguna habilidad práctica para
poder mantenerse.

Hablemos del segundo obstáculo: la presión de otros. “Mi familia quiere que me centre en ganar
dinero”. Si te está pasando eso, explícales cuáles son tus metas con calma y de forma respetuosa.
Colosenses 4:6 nos dice: “Que sus palabras sean siempre agradables, sazonadas con sal”. ¿Verdad
que cuando la comida no tiene sal no tiene muy buen sabor? Pero le pones un poquito de sal y
¿qué pasa? Ahora está muy rica. Por eso, recuerda: cuando vayas a hablar con tu familia, échale
un poquito de sal a tus palabras. Así estarán más dispuestos a escucharte y podrás ayudarlos a
ver lo buena que es tu decisión. Pero también puede ser que tu familia no esté de acuerdo contigo.
Si es así, mira lo que dijo Jesús en Lucas 7:35. Aquí Jesús dijo: “En cualquier caso, la sabiduría
queda demostrada”, fíjate, “queda demostrada por todos sus resultados”. ¿Cuál es el punto? Que,
a veces, cuando tomamos una decisión, no siempre está claro desde el principio si fue una buena
decisión. Pero, cuando da buenos resultados, cuando las cosas te salen bien, cuando tu familia ve
que estás contento, que te va bien, ven tu felicidad, tu satisfacción… entonces, ¿qué pasa? Bueno,
puede que tus familiares vean que la decisión que tomaste fue buena, y así queda demostrado que
lo que decidiste fue sabio.

Ahora veamos el tercer obstáculo: desafíos que no te esperabas. “Pensaba que esto iba a ser más
fácil”. Bueno, puede haber muchos desafíos inesperados. Puede ser que tengas que acostumbrarte
a vivir con un compañero o una compañera o tal vez te cueste llevarte bien con alguien o hasta
puede ser que eches de menos tu casa. Esta es la clave: no te rindas. Mira lo que dijo Santiago aquí
en Santiago 1. Santiago 1:4. Si te fijas un momento en el versículo 2, verás que Santiago está
hablando de las pruebas y de cómo las pruebas pueden tener un efecto positivo en nosotros. Ahora
fíjate en el versículo 4: “Pero dejen que el aguante complete su obra, para que ustedes sean completos
y sanos en todos los sentidos, y no les falte nada”. ¿Qué quiso decir Santiago? ¿Cuál es el punto?
Bueno, en inglés tenemos esta expresión: “No pain, no gain”. Algo como: “Sin dolor —o sin
esfuerzo— no hay recompensa”. Si quieres estar en forma o ser muy bueno en un deporte, seguro
que a veces vas a estar cansado y te va a doler el cuerpo. Y, como puede que al principio no seas
muy bueno en lo que estás haciendo, quizás algún día te duela un poquito el orgullo. ¿Pero qué
haces? Si quieres ser bueno, si quieres lograr esa meta, no te puedes rendir. Tienes que seguir
esforzándote. Nos pasa algo parecido cuando nos ponemos metas espirituales. Lo que Santiago dijo
nos enseña que las pruebas nos ayudan a descubrir nuestras debilidades. Quizás nos damos
cuenta de que tenemos que mejorar algo en nuestra forma de ser, nuestra personalidad, o quizás
algo en nuestra relación con Jehová. Quizás necesitamos más fe o necesitamos más confianza en
Jehová. Si seguimos adelante, si aguantamos durante las pruebas y no nos rendimos nunca, nos
hacemos más fuertes, nos hacemos más fuertes en sentido espiritual. Y nuestra relación con
Jehová, nuestro amor por él, nuestra fe en él, nuestra confianza en él sigue y sigue creciendo. Así,
como escribió Santiago, llegaremos a ser “completos y sanos en todos los sentidos”, y no nos faltará
nada. Por eso, cuando vengan estas pruebas, porque van a venir, no renuncies enseguida al tiempo
completo. Aguanta, sigue luchando, ¡no te rindas! Pídeles consejo a hermanos y hermanas que han
pasado por pruebas como las tuyas y las han superado, y entonces tú también podrás superarlas.
En el siguiente video, fíjate en cómo algunos siervos de tiempo completo han encontrado paz a
pesar de los tres obstáculos: la preocupación por el dinero, la presión de otros y los desafíos
inesperados.

VIDEO:
HARLEY MADRID (FILIPINAS) Yo le dije a Jehová: “Si es tu voluntad, me encantaría ser precursor”.
Pero tenía que trabajar mucho para ayudar a mi familia económicamente, porque mi papá había
muerto cuando tenía apenas 45 años. Hablé con un anciano y me dijo que no fuera muy exigente a
la hora de aceptar un trabajo. Me recordó lo que dice Mateo 6:33 y me dijo que no me preocupara
demasiado. Hablamos del tema en familia y se nos ocurrieron varias ideas. Mis hermanos fueron
conscientes de que ellos también tenían que ayudar a cubrir las necesidades de la familia. Cuando
llevaba un año como precursor, los hermanos me animaron a mandar una solicitud para Betel.
¡Y ahora estoy en Betel! He podido ver el amor de Jehová —cómo me quiere, cómo me cuida— y que
valora todo lo que hago para servirle.
ANJIL BAJRACHARYA (NEPAL) Mis primos me presionaron para que estudiara una carrera. Yo sabía
que lo hacían porque me quieren. Si no estudiaba la carrera, ellos se iban a sentir decepcionados, y
eso afectaría nuestra relación. Yo estaba muy angustiado. Quería ser precursor para demostrarle a
Jehová que confío en él. Estaba seguro de que él me ayudaría a disfrutar de mi servicio y a ser feliz.
También quería que mis primos supieran que los valoro mucho. Así que pensé en maneras de
demostrarles mi cariño con lo que decía y hacía. Ellos han podido ver que ahora soy mejor persona y
que me intereso más por los demás. Y también se han dado cuenta de que estamos aprendiendo
cosas buenas y de que somos más felices y nuestra vida tiene verdadero sentido.
CARLEE LOFGREN (CANADA) Quería servir donde se necesitara ayuda. Y, cuando llegué allí, pensé:
“Estar aquí es genial”. Pero, aunque sabía que había mucha pobreza, verla con mis propios ojos me
afectó mucho más de lo que esperaba. Y solo pensaba en volver a casa. Cuando iba al Salón, veía a
los hermanos… y ellos tenían problemas, pero siempre salían adelante porque se apoyaban en
Jehová. Así que fijarme en su ejemplo me ayudó mucho. Y entendí que mi actitud no tenía que
depender de las circunstancias que tuviera. Proverbios 15:15 me impresionó mucho, porque ahí dice
que el que tiene un corazón alegre disfruta de un banquete continuamente, sin importar sus
circunstancias. Leí un artículo que hablaba de ese texto, y después de analizarlo me pregunté:
“¿Cómo puedo aprovechar lo que estoy viviendo y aprendiendo para ayudar a otros?”. Y decidí servir
en un grupo de habla extranjera. Todo aquello, todo lo que viví, me hizo querer mucho más a la gente,
y desde luego cambió mi vida.

Algunos familiares que no son Testigos tal vez te den consejos sobre qué estudiar o qué trabajo te
conviene más. Tienen buenas intenciones y te están diciendo lo que creen que es mejor para ti
porque te quieren mucho. Pero, querido joven, estamos convencidos de que las bendiciones que
disfrutarás en el tiempo completo serán mucho mayores que cualquier obstáculo que encuentres.
Recuerda lo que nos contaron los hermanos que salían en el video. Las decisiones de Harley le
permitieron ir a Betel y lo ayudaron a sentir que Jehová lo amaba mucho. Anjil tuvo que ser muy
valiente, pero las decisiones que tomó lo ayudaron a preocuparse más por los demás, y sus
familiares pudieron ver que había tomado una buena decisión. Y Carlee no se rindió cuando le
llegaron las pruebas. En vez de eso, aprendió a amar aún más a las personas y se convirtió en una
cristiana mucho más fuerte en sentido espiritual.

Queridos jóvenes, ¿por qué estamos tan convencidos de que el servicio de tiempo completo los
ayudará a tener una vida increíble de verdad? Porque esa es la decisión que muchos de nosotros
tomamos cuando éramos jóvenes. ¿Se acuerdan de ese joven de 18 años que tenía que decidir qué
hacer con su vida? Bueno, ese era yo hace unos cuantos años. Y estoy tan feliz de que, gracias a
Jehová, gracias a mis padres y gracias a la ayuda de hermanos maduros de la congregación, tomé
la decisión, como muchos otros hermanos y hermanas por todo el mundo, de no aceptar la beca
que me ofrecieron, de no ir a la universidad y comenzar inmediatamente a servir a tiempo completo.
Esa es una decisión de la que nunca me he arrepentido. Es una decisión de la que jamás me
arrepentiré.
Querido joven: Jehová te ama. Él quiere que tengas una vida increíble y emocionante. Si puedes
hacerlo, elige el camino del tiempo completo. Nunca te arrepentirás. Ese será un camino que te
ayudará a ser feliz y a tener paz al lado de nuestro maravilloso Dios, Jehová.

Gracias, hermano Sanderson, por animar a los jóvenes a servir a Jehová a tiempo completo lo antes
posible. Ahora queremos invitarlos a todos a cantar la canción 135, Jehová te pide: “Sé sabio, hijo
mío”. Canción 135.

Jehová te pide: “Sé sabio, hijo mío”


(Proverbios 27:11)

1.Oh, ven, hijo mío,


y dame tu amor.
Decide servirme
de todo corazón.
Mi cruel enemigo
tendrá que admitir
que somos amigos,
que vives para mí.
(ESTRIBILLO)
Escúchame, querido hijo,
y dame lo mejor de ti.
Sé sabio y nunca te rindas;
harás que sea muy feliz.

2.Agarra mi mano,
que yo te llevaré.
Y, si te tropiezas,
yo te levantaré.
Si otros te fallan,
yo te consolaré.
Y nunca lo dudes:
yo siempre te querré.
(ESTRIBILLO)
Escúchame, querido hijo,
y dame lo mejor de ti.
Sé sabio y nunca te rindas;
harás que sea muy feliz.

(Vea también Deut. 6:5; Ecl. 11:9; Is. 41:13).

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