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Hola compañeros y profesora, buen día.

Les comparto mis respuestas a las preguntas detonadoras


del foro:

¿Cuáles son las características de la política económica del estado mexicano a finales del siglo XX?

Durante la década de 1970, la respuesta gubernamental a la desaceleración de la economía fue la


expansión del gasto público que se tradujo en una evaluación del déficit publico y el deterioro de
la balanza pagos por cuenta corriente. Estos déficits se financiaron mediante una elevación del
endeudamiento exterior y las ventas de petróleo. Los gobiernos de Luis Echeverria y José López
Portillo trataron de reavivar la economía a la vez que introducían el desarrollo social en sus
políticas incrementando el gasto público. Con el descubrimiento de nuevos yacimientos
petroleros, en un momento en que los precios del petróleo se encontraban en máximos históricos
y las tasas de interés en mínimos, el gobierno concertó prestamos en los mercados internacionales
para invertir en la compañía estatal petrolera, que parecía asegurar ingresos a largo plazo que
financiarían el bienestar social en un plan que se nombro plan de desarrollo compartido.

En 1981 el panorama económico internacional había cambiado drásticamente al desplomarse el


precio del petróleo y elevarse los tipos de interés en Estados Unidos y Europa. En 1982, el
presidente López Portillo, antes de terminar su administración suspendió los pagos de la deuda
externa, devaluó el peso mexicano y nacionalizo el sistema bancario junto con otras industrias
afectadas por la crisis. Aunque el modelo ISI había producido el crecimiento industrial en décadas
anteriores, había sobreprotegido al sector, haciéndolo poco competitivo, poco rentable y poco
productivo.

En agosto de 1982 México declaro a los organismos financieros internacionales que no podía hacer
frente a los vencimientos de la deuda externa pendiente. Las reservas de divisas estaban casi
agotadas y la deuda Latinoamericana. Como consecuencia de la crisis, entre 1982 y 1990, se
produjo una fuga masiva de capitales, un uso exclusivo de fuentes oficiales de financiación
internacional y un acceso nulo a acreedores privados.

Se produjo una recesión severa con una recuperación lenta, que se pone de manifiesto en la
disminución anual del PIB, en el lapso 1981-1988, del 0,16% y el ingreso por cápita, en 1986 era
aún un 10% más bajo que el de 1981.

A partir de 1986, se puso en practica un programa liberalizador de la economía, con el apoyo del
Banco Mundial y, en menor grado, del Fondo Monetario. Se eliminaron muchas restricciones al
comercio, los aranceles, se instauro un programa de desregulación industrial y agilización
administrativa y se llevo a cabo una extensa reforma del sector financiero.

Uno de los primeros pasos hacia la liberalización del comercio fue la admisión de México al GATT
en 1986.

Durante la administración del presidente Salinas, se privatizaron la mayoría de las empresas


nacionalizadas con la excepción de la industria petrolera y energética (protegidas
constitucionalmente).
En 1989, la aprobación del Plan Brady supuso una restructuración de la deuda externa y los
inversores extranjeros comenzaron a acudir de nuevo al país, transformándose la situación
económica. En 1992 se firmo el Tratado de Libre Comercio de Norte América entre los Estados
Unidos, México y Canadá, que entro en vigor el 1 de enero del 94. Salinas también introdujo
controles de incrementos de precio estrictos y negocio aumentos salariales muy pequeños, con el
fin de reducir la inflación. Aunque la estrategia si redujo la inflación a un solo digito, el crecimiento
económico anual tan solo promedio 7,8% y la desigualdad del ingreso se incrementó.

La crisis del peso, conocida como efecto tequila o error de diciembre fue una crisis cambiaria
provocada por la súbita devaluación del peso frente al dólar norteamericano en diciembre de
1994, que se convirtió en una de las primeras crisis financiera de la economía globalizada.

Con una política de tasa de cambio fija, el peso se sobrevaloro a la vez que el consumo aumento
rápidamente, provocando un déficit en la cuenta corriente del 7% del PIB en 1994. La deuda
publica incluyo un nuevo mecanismo denominado tesobonos, que aseguraba el pago en dólares.

El levantamiento armado en Chiapas, el asesinato del candidato presidencial del partido oficialista,
así como del procurador de justicia encargado del caso, mandaron señales negativas a los
invasores, los cuales vendieron rápidamente los tesobonos vaciando las reservas del Banco
Central, y la inversión en cartera, que representaba el 90% de los flujos totales de inversión, salió
del país tan rápido como había entrado. Esta situación insostenible forzó al presidente entrante a
abandonar la tasa de cambio fija, en aquello que su predecesor llamo el “error de diciembre”. El
peso se devaluó rápidamente, y el país entro en recesión en 1995. El crecimiento acelerado de las
exportaciones aunado al paquete de emergencia aprobando por el presidente norteamericano Bili
Clinton, amortiguaron la crisis. En menos de 18 meses la economía estaba creciendo nuevamente,
y el crecimiento promedio anual del PIB fue de 5,1% entre 1995 y el 2000.

No obstante, los drásticos efectos de la crisis, en el poder adquisitivo, y en el sistema bancario,


durarían por muchos años más, ya que las tasas de interés superaron el 100% durante los
primeros seis meses de la crisis.

¿Cuáles son las características de la crisis económica hacia el ultimo cuarto del siglo XX y como
afecto a los sectores productivos del país?

Algunos de los principales indicadores económicos en México con la inserción del sector
agropecuario a la globalización han agudizado la crisis del sector agrícola. Por parte del Estado, la
crisis se manifiesta en ciertas acciones específicas:

-La reducción del presupuesto publico para el campo: “el crédito al campo se calcula que decreció
en un 60%. En el caso de la inversión publica esta disminuyo a niveles mínimos; esto es, al 2,4%
(Montoya, 2007).

-En la falta de estrategias de apoyo diferenciada para las diversas agriculturas nacionales.
-En el desmantelamiento de las instituciones de fomento, comercialización y asistencia técnica
para el sector, sin instituciones mercantiles de reemplazo [Ibarra, 2006].

El mercado exportador agrario se concentra en los Estados Unidos, con dos tercios de las ventas
totales, lo que beneficia principalmente a un pequeño segmento de un 3% de agra exportadoras
con producción de legumbres, hortalizas, flores y frutas (77% de las ventas foráneas) y, en menor
medida, a otros tipos de explotaciones agrícolas de productos pesqueros y azucares, y a la
preparación de cereales; y sobre todo, a los productos bases para la preparación de las bebidas
alcohólicas (45% de las ventas al exterior) (Ibarra,2006). “De acuerdo con datos del Consejo
Nacional Agropecuario, en los últimos 10 años, el ingreso de los productores agropecuarios ha
disminuido en un 24.5% en términos reales; la rentabilidad de las actividades del campo en 16%
(Montoya, 2007).

-La minería, como actividad económica principal, genero un contexto nuevo en el virreinato. El oro
y la plata se consolidaron como productos de exportación, sirvió de enlace entre España y su
colonia, además de unir la economía mundial con la del incipiente virreinato.

El comercio, la agricultura y la ganadería se vieron consolidados y fortalecidos, así como otras


áreas como manufacturas y artesanías. Además, el oro impidió durante mucho tiempo la
devaluación de la moneda al brindar un medio estable de canje. Una de las consecuencias de la
actividad minera fue la exploración de la zona norte del país que había quedado abandonada
desde la caída, pero el descubrimiento de minas llevo a misioneros, agricultores y ganaderos a
establecer en las vastas praderas del norte, convirtiendo aquellas zonas inhóspitas, estériles y
desoladas en zonas de producción, como Monterrey, capital del Nuevo Reino de León. Así, la
minería fue consolidando su posición como la actividad económica mas redituable en el virreinato,
pero cayo a mediados del siglo XIX, al surgir la industria, caer las minas a causa de las guerras, y
devaluarse la moneda de oro en 1882.

En su fase inicial, el comercio entre México y España se limito bastante a los metales preciosos, ya
que los costes y tecnología del transporte hacían invaluable otro comercio a lo que hay que añadir
la falta de demanda en Europa de los productos americanos, por ser desconocidos en un principio
o por su precio. Posteriormente los territorios americanos enviaron a Europa oro, plata, cobre,
diamantes, alimentos como el azúcar, el cacao y el tabaco, pieles de vaca y materias tintóreas y
recibían de Europa sal, vino, aceite, armas, paños, telas y artículos santuarios, además de esclavos.

El puerto de Veracruz fue su principal puerto en el océano Atlántico, y el de Acapulco el principal


en el Pacifico. Ambos constituyeron elementos fundamentales para el comercio ultramarino,
especialmente con Asia, como fue el caso del Galeano de Manila y Acapulco, cuyas mercancías
eran después transportadas por tierra de Acapulco a Veracruz y posteriormente reembarcadas de
Veracruz a España. Así pues, los buques que zarpaban de Veracruz iban generalmente cargadas de
mercancías de oriente procedentes de los centros comerciales de las filipinas, mas los metales
preciosos y recursos naturales de México, Centroamérica y el Caribe.

REFERENCIAS:
Víctor López Villafañe. (2009). Limites y potencialidades de la economía de México al final del siglo
XX. 6 de noviembre de 2020, de Anónimo Sitio web:

http://www.mty.itesm.mx/dhcs/deptos/n/articulos/ecomex.html

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