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EL SISTEMA PENITENCIARIO Y LOS EFECTOS DE LA PRISIONALIZACION

Jeison David Cala Acosta

El sistema penitenciario colombiano en comparación al de los demás países


latinoamericanos, esta considerado como uno de los mejores y no solo por la
preparación y la capacitación de sus funcionarios si no también por sus modelos
de resocialización y de tratamientos con el personal privado de la libertad.

Pero cuando conocemos a fondo la verdadera situación interna de nuestro sistema


penitenciario, que nace de una problemática nacional, de un país con
innumerables actuaciones de violencia, con antecedentes de corrupción y de
pobreza. Podemos evidenciar las falencias por las cuales pasan la mayoría de
cárceles a nivel nacional.

Dentro de estas falencias encontramos la sobrepoblación o el hacinamiento que


viven todos los centros de reclusión del orden nacional el cual es para mí el más
notorio, ya que de ese hacinamiento se desprende los demás problemas que
afectan la población carcelaria. Todos los días vemos como ingresan personas
capturadas a cumplir con su pena, como el delito no da tregua, como la policía en
el desarrollo de sus funciones capturan a los infractores de la ley, vemos como los
jueces en honor a su labor, dictan sentencia y ordenan medidas de
encarcelamiento a diestra y siniestra como si esta fuera la solución a un problema
que tiene un trasfondo social, el cual parte desde una mala educación,
drogadicción, violencia y problemas familiares. A título personal, no considero que
el encierro o la privación de la libertad, sea un modo de ayuda o de garantía para
que el infractor o el delincuente se resocialice, en un sistema penitenciario como el
de nuestro país en cuanto a ciertos delitos. No podemos negar que hay conductas
de personas que reflejan que son un peligro para la sociedad y donde el encierro
sea una medida prudente, mas no creo que sea aplicable para todos los delitos
que existen en un país como Colombia, si lo que se busca, es una verdadera
transformación y una resocialización de todo aquel que atenta contra lo
establecido en nuestra constitución.

Partiendo de este hacinamiento, podemos evidenciar que los problemas sociales


que invaden a nuestro país, no desaparecen al interior de las cárceles, al contrario
se trasladan de lugar, se maximizan y se convierten en problemas mucho mas
notorios, potenciales y peligrosos; la convivencia en lugares reducidos se torna
intolerante, el abuso de drogas aumenta y todas estas conductas se originan por
que el individuo al verse encerrado se vuelve vulnerable y a su vez débil,
asumiendo inconscientemente un código de conducta llamada subcultura
carcelaria, en la cual es necesario para poder adaptarse a la nueva forma de vida, él
debe aprender las costumbres, creencias, tradiciones, actitudes y estilos de vida que son
inherentes a la convivencia dentro del penal en particular, esto lo aprende mediante la
trasmisión y visualización de otros internos, aquí prima de manera importante el estatus y
la jerarquía, trayendo consecuencias la mayoría de las veces negativas.

Todos estos comportamientos, traen consigo cambios o consecuencias psicológicas ya


que el cambio es brusco e inmediato, sin tiempo para digerirlo, los individuos al momento
de perder su libertad tienen que someterse a seguir normas, reglamentos, y situaciones
que en libertad no tenían por qué acatar, su limitación, su ingreso a un mundo hostil, hace
que salgan a flote comportamientos no muy saludables desde el punto de vista
psicológico. Y las ayudas o los planes de tratamiento para llevar a estos individuos a una
correcta resocialización, por muy buenos que estos puedan ser, en Colombia no dan
abasto para tratar con tantas personas privadas de la libertad.

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