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Así lo hacen los suecos para no trabajar demasiado y ser

felices: el truco está en el 'lagom'

Conciliar vida laboral y familiar se está convirtiendo en una tarea cada vez más compleja para
cientos de familias en nuestro país. Y por si encontrar el equilibrio entre los dos ámbitos no fuera
ya difícil, la Covid-19 ha llegado para complicar todavía más la situación. Las restricciones que ha
traído consigo no han hecho más que multiplicar la sensación de intranquilidad e incertidumbre.
Por todo ello, es más importante que nunca saber cómo acabar con este estrés y detectarlo antes
de que provoque graves problemas relacionados con la salud física y mental.
En este sentido, nos podríamos fijar en Suecia, uno de los países más felices del mundo, y en su
fórmula para lograr esta conciliación familiar y laboral. Para referirse a esta realidad usan el término
lagom, que significa “ni mucho, ni poco”, “lo suficiente” o “en su justa medida”. Este modelo
parece ser el secreto de la felicidad y la clave del éxito sueco.
Las claves de Lagom residen en poner en práctica una serie de pautas para vivir de una manera
más equilibrada, es decir, son pautas para evitar el exceso y la limitación extrema y empezar a
conocer qué es lo que realmente nos hace felices y lo que es mejor para nuestro bienestar
emocional. Siguiendo esta fórmula, no tienes que renunciar a darte un capricho, pero siempre hay
que asegurarse de no llegar al exceso y para ello, lo primero es identificar fuentes de estrés e
intentar reducirlas.
El término el término lagom resume a la
perfección la fórmula sueca que permite lograr
la conciliación familiar y laboral.

Conciliar vida social, ocio y trabajo


Uno de los puntos fuertes de esta práctica
tiene que ver con el trabajo. Este país nórdico
en vez de buscar más horas hábiles para
trabajar desmedidamente, con el objetivo de
producir más, se ha preocupado por
la proporcionalidad y moderación. Para
ellos, existe una marcada frontera entre la vida
privada-familiar y la laboral. Apuestan por
jornadas laborales de seis horas, con al menos
18 días festivos anuales y cinco semanas anuales de vacaciones. Todo eso es sostenible a través
de un sistema impositivo alto, a fin de que nadie deje de tener satisfechos sus derechos básicos.
Defienden que es importante tener claro que el horario de trabajo tiene límites y que el resto de
nuestro tiempo libre hay que dedicarlo a tareas externas a las que realizamos durante la jornada
laboral. Los especialistas invitan a realizar tareas que permitan despejar la mente, como practicar
deporte, salir con amigos y familia o realizar algún hobby.

Planificar las compras


No obstante, modificar el modelo laboral en muchas ocasiones no depende de nosotros. Este
modelo no se queda solo ahí pues plantea otras pautas básicas relacionadas con distintos
aspectos de la vida cotidiana. Una de ellas está relacionada con el hecho de planificar las compras.
No quiere decir que no gastes ni restringidas a la hora de invertir, sino que es más
importante gastar el dinero en algo bueno y duradero que en algo asequible y mal elaborado.
Alimentación equilibrada
Por otro lado, este modelo también aboga por una alimentación simple pero que a su vez tienda al
consumo sostenible, ético y local, con abundancia de productos frescos y temporales. La
filosofía inculca que sigamos dietas realistas, que puedan mantenerse diariamente sin
incomodidades y que se rechace por completo ponerse prohibiciones. Permite por lo tanto que nos
demos ciertos caprichos, pero no hacerlo de forma excesiva.

Acciones sostenibles
Apagar las luces, desconectar los electrodomésticos, ahorrar agua, reciclar, reutilizar las bolsas de
plástico, son algunas de las acciones que propone este método. Este modelo también defiende que
cuando haga frío y necesitamos calentar el hogar, no es necesario tener la calefacción a tope y lo
mismo en el caso contrario, con el aire acondicionado. Se trata de ser un poco más responsables
con los recursos naturales, lo que nos ayudará a vivir más tranquilos.
Si aplicamos todos estos conceptos en nuestro día a día nos daremos cuenta de que la felicidad no
se encuentra en tenerlo todo. Todo tiene como base la moderación y el equilibrio y, a fin de
cuentas, conseguir un estilo de vida basado en estos conceptos, que es donde reside la virtud.

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