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Hemos visto los órganos de los sentidos y cómo funcionan, además de cómo cuidarlos
para que se conserven en perfectas condiciones. Sin embargo, estos órganos y los
sentidos no están exentos de sufrir trastornos y de experimentar problemas que pueden
afectar e incluso anular dichos sentidos. Los órganos sensoriales nos permiten
relacionarnos con el medio que nos rodea, pues a través de ellos percibimos toda clase
de estímulos que nos proporcionan información sobre el exterior. Existen patologías
específicas que pueden afectar a dichos órganos.
LA ANOSMIA
Miopia es un problema de refracción (forma en que la luz se refleja dentro del ojo)
que hace que los objetos lejanos se vean borrosos.
Afección en la que los objetos cercanos se ven claramente, pero no así los que están
lejos.
Hipermetropía
es un error de refracción que hace que los objetos cercanos se vean borrosos. Se
presenta cuando la forma del ojo hace que la luz se enfoque por detrás de la retina (una
capa de tejido sensible a la luz en la parte de atrás del ojo) en lugar de directamente en la
retina
¿Qué es la ageusia?
Es un trastorno que se caracteriza por la ausencia del sentido del gusto.
1. Hipoacusia
La hipoacusia es una patología del oído que produce sordera parcial o una acusada
pérdida auditiva. Generalmente los síntomas se manifiestan de diferentes maneras.
Pueden percibirse sonidos más fuertes de lo que realmente son, dificultad para seguir el
hilo de la conversación cuando hay varios interlocutores, mayor dificultad para entender
voces femeninas que voces masculinas, difícil distinción de sonidos agudos o voces que
se emiten entre dientes…
Existen también otros síntomas algo más complejos como perder el equilibrio o sentirse
mareado (más común en un neuroma acústico), presión en el oído o acúfenos.
Cuando se produce en una etapa prelingual, es decir, antes de que el bebé comience a
hablar, puede no presentar ninguna sintomatología. Sin embargo, en algunos casos
pueden producirse síntomas alarmantes, como que el bebé no reaccione ante ruidos o
que no pueda alertar de algo mediante balbuceos.
Por norma, todo recién nacido debe someterse a un estudio auditivo para detectar
problemas de este tipo. Pero si no se observan hasta más tarde, entonces habrá que
consultar con un pediatra, y deberá realizar una audiometría tonal, una logoaudiometría, y
una impedanciometría.
En ningún caso, esta patología forma parte de las enfermedades raras del oído.
Puede producirse por varios motivos, pero los más comunes son la exposición excesiva a
una fuente de sonido muy elevada, el paso de la edad o también por factores genéticos.
3. Enfermedad de Ménière
No se conoce un tratamiento eficaz para acabar con la Enfermedad de Ménière pero, tal y
como recomienda el portal Medtronic, se ha comprobado que con la ingesta de diuréticos
y alimentos bajos en sal se pueden aliviar considerablemente los síntomas.