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ENFERMEDADES QUE AFECTAN A LOS ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS

Hemos visto los órganos de los sentidos y cómo funcionan, además de cómo cuidarlos
para que se conserven en perfectas condiciones. Sin embargo, estos órganos y los
sentidos no están exentos de sufrir trastornos y de experimentar problemas que pueden
afectar e incluso anular dichos sentidos. Los órganos sensoriales nos permiten
relacionarnos con el medio que nos rodea, pues a través de ellos percibimos toda clase
de estímulos que nos proporcionan información sobre el exterior. Existen patologías
específicas que pueden afectar a dichos órganos.

EL SENTIDO DEL OLFATO

LA ANOSMIA

La anosmia afecta directamente al olfato. Al igual que el resto de enfermedades que


vamos a ver, tienen al cerebro como punto clave donde se produce el fallo que desarrolla
la patología. Las personas que sufren de anosmia son incapaces de percibir olores y
sabores. Lo primero que notan es que ya no son capaces de saborear los alimentos, sino
que todo les sabe insípido.

Detrás de la anosmia hay como origen un traumatismo craneoencefálico, pero también es


frecuente en personas que padecen cáncer y han sido sometidas a radioterapia, la cual
ha destruido las células olfativas.

La parosmia es un cambio en la percepción normal de los olores, por ejemplo, cuando se


distorsiona el olor de algo familiar, o cuando algo que normalmente le agradaba de
repente se vuelve desagradable.

Miopia es un problema de refracción (forma en que la luz se refleja dentro del ojo)
que hace que los objetos lejanos se vean borrosos.

Afección en la que los objetos cercanos se ven claramente, pero no así los que están
lejos.

La miopía generalmente es hereditaria.

Los objetos lejanos se ven borrosos. La enfermedad se puede desarrollar gradual o


rápidamente.

Las opciones de tratamiento incluyen el uso de anteojos y lentes de contacto, y cirugías


(por ejemplo, LASIK).

Hipermetropía

es un error de refracción que hace que los objetos cercanos se vean borrosos. Se
presenta cuando la forma del ojo hace que la luz se enfoque por detrás de la retina (una
capa de tejido sensible a la luz en la parte de atrás del ojo) en lugar de directamente en la
retina
¿Qué es la ageusia?
Es un trastorno que se caracteriza por la ausencia del sentido del gusto.

 Hipoageusia: disminución de la capacidad de saborear alimentos. Es decir, es una


pérdida parcial.
 Disgeusia: El sentido del gusto está alterado o distorsionado, habitualmente con
una percepción de sabor metálico en la boca.

Causas de la pérdida del sentido del gusto


La ageusia en sí es un trastorno muy poco frecuente. No obstante, se pueden
experimentar los mismos síntomas por gran variedad de causas.

El astigmatismo es un problema común que puede hacer la visión borrosa o


distorsionada. Ocurre cuando la córnea (la capa transparente en la parte frontal del ojo)
o el cristalino (una parte interna del ojo que ayuda a enfocar) tiene una forma anormal.

1. Hipoacusia

La hipoacusia es una patología del oído que produce sordera parcial o una acusada
pérdida auditiva. Generalmente los síntomas se manifiestan de diferentes maneras.
Pueden percibirse sonidos más fuertes de lo que realmente son, dificultad para seguir el
hilo de la conversación cuando hay varios interlocutores, mayor dificultad para entender
voces femeninas que voces masculinas, difícil distinción de sonidos agudos o voces que
se emiten entre dientes…

Existen también otros síntomas algo más complejos como perder el equilibrio o sentirse
mareado (más común en un neuroma acústico), presión en el oído o acúfenos.

Actualmente, existen diferentes tipos de hipoacusia: la hipoacusia neurosensorial,


conductiva o mixta. La primera se produce en el oído interno y la segunda es una
enfermedad del oído externo y oído medio.

Cuando se produce en una etapa prelingual, es decir, antes de que el bebé comience a
hablar, puede no presentar ninguna sintomatología. Sin embargo, en algunos casos
pueden producirse síntomas alarmantes, como que el bebé no reaccione ante ruidos o
que no pueda alertar de algo mediante balbuceos.

Por norma, todo recién nacido debe someterse a un estudio auditivo para detectar
problemas de este tipo. Pero si no se observan hasta más tarde, entonces habrá que
consultar con un pediatra, y deberá realizar una audiometría tonal, una logoaudiometría, y
una impedanciometría.

En ningún caso, esta patología forma parte de las enfermedades raras del oído.

2. Pérdida auditiva bilateral


Esta patología se produce cuando hay una  pérdida auditiva en ambos oídos a la vez y en
el mismo grado.

Puede producirse por varios motivos, pero los más comunes son la exposición excesiva a
una fuente de sonido muy elevada, el paso de la edad o también por factores genéticos.

En este caso, el tratamiento más frecuente es el uso de audífonos en ambos oídos,


dependiendo del grado de sordera. Otro tratamiento común sería la cirugía.

El diagnóstico para la pérdida auditiva bilateral

Para poder implantar un audífono en el oído de la persona con pérdida de audición, se


hace necesario haber practicado una revisión de oído previa para determinar el grado de
pérdida. Si la pérdida auditiva es muy severa, el otro tratamiento común a tener en cuenta
sería la cirugía.

3. Enfermedad de Ménière

Es razonablemente común. Se produce cuando el líquido de los laberintos, situados en el


oído interno, tiene una presión demasiado alta. Estos laberintos, junto con otro nervio del
cráneo ayudan al cuerpo a mantener el equilibrio.

Cuando aparece la enfermedad de Ménière se sintomatiza de diversas maneras, pero la


más común es la pérdida de equilibrio o los molestos vértigos.

También es muy frecuente que se presente hipoacusia variable o acúfenos. Quizás el


más molesto sea el vértigo, con los síntomas que ello conlleva: náuseas, vómitos,
sensación permanente de mareo…

No se conoce un tratamiento eficaz para acabar con la Enfermedad de Ménière pero, tal y
como recomienda el portal Medtronic, se ha comprobado que con la ingesta de diuréticos
y alimentos bajos en sal se pueden aliviar considerablemente los síntomas.

EL SENTIDO DEL TACTO

Sentido mediante el que un organismo puede percibir ciertas cualidades de un objeto


cuando se establece un contacto del objeto con la piel. Los principales receptores
nerviosos del tacto son los corpúsculos de Golgi, de Meissner y de Pacini; todos
localizados en la piel y en las mucosas, especialmente en las manos. Los trastornos que
pueden afectar al sentido del tacto son la

hipoestesia (disminución de la sensibilidad), El entumecimiento puede tener causas que


no se deben a una enfermedad subyacente. Por ejemplo, cuando se "duerme" una
extremidad, una cicatriz, un procedimiento reciente con anestesia o la ropa ajustada.

la anestesia (ausencia total de sensibilidad) Ausencia de la sensibilidad al dolor en un


determinado territorio. || En sentido estricto, como transtorno de la sensibilidad,
desaparición del sentido del tacto a consecuencia de una enfermedad o debido a la
analgesia. || Estado de insensibilidad frente a estímulos somatosensoriales o
viscerosensoriales, inducido de forma farmacológica y reversible. Dentro de las técnicas
de anestesia, se distinguen la anestesia general balanceada (aplicación de diversos
fármacos, con el fin de reducir las necesidades de cada uno, disminuyendo los efectos
secundarios nocivos), y la anestesia locorregional o de conducción, basada en la
administración de fármacos con efecto anestésico local, que interrumpen transitoriamente
la conducción nerviosa en los plexos y en las ramas nerviosas periféricas o a nivel
medular-perimedular. Dentro de este último grupo se pueden distinguir la anestesia de
campo (infiltración anestésica en un área quirúrgica), la anestesia caudal (mediante la
administración de anestésicos locales por el conducto sacro), la anestesia
epidural (mediante administración en el espacio epidural) y la anestesia
intradural (administración en el espacio subaracnoideo).

la hiperestesia (exageración de la sensibilidad). es un síntoma en el que se produce un


trastorno de la percepción y una distorsión sensorial por el aumento de la
intensidad de las sensaciones. De este modo, incluso los estímulos de baja intensidad
como el roce de la ropa sobre la piel se perciben de forma anormalmente intensa

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