Está en la página 1de 5

Ecología Urbana - Trabajo #1

docente: Mauro Berazategui


estudiante: Carla Minetto Pintos

Las dinámicas urbanas que transforman la superficie terrestre tienen consecuencias


negativas en los ecosistemas naturales y éstas han crecido drásticamente en los últimos 50
años, generando un aumento en la heterogeneidad del paisaje y modificaciones
irreversibles en la biodiversidad.

El proceso de urbanización presenta cambios muy rápidos, notorios y con mayor


importancia que el ser humano ejerce sobre la tierra. El establecimiento de los humanos en
el suelo genera ecosistemas (urbanos) propios que se diferencian de los ecosistemas
naturales existentes pero que comparten los mismos componentes esenciales como agua,
suelo y microorganismos y dependen en gran parte de los mismos procesos (de carbono,
nutrientes y ciclos de agua). Ambos, seres vivos y medio ambiente, permanecen en
continua interacción transformándose y adaptándose pero aún así la ecología sólo se centró
por mucho tiempo en estudiar los ambientes naturales “vírgenes” o con poca intervención
humana.

Las actividades humanas han ido afectando a lo largo de la historia directa e indirectamente
a diferentes procesos naturales, al apropiarse de recursos naturales, al crear redes de
drenaje artificial, con la quema de combustible fósil, por la creación de grandes superficies
impermeables; modificando así microclimas, calidad del aire, aumentando el calor global y
cambiando los flujos del agua, afectando por ende la sostenibilidad a largo plazo de las
ciudades y el bienestar humano. Todo esto hizo evidente un cambio de dirección en la
atención de la ecología.

Es recién a principios del siglo XXI que los ecólogos comienzan a estudiar la ecología
urbana, y cómo los patrones y procesos estructuradores que surgen de estos sistemas
urbanos determinan un estudio más amplio de la ecología.

Para que esta convivencia (humanos y medio ambiente) pueda ser simbiótica y sostenible,
es imperante entender cómo es la evolución e interacción entre la vida del planeta con los
ecosistemas urbanos. Se ha constatado que la urbanización afecta los procesos
geomorfológicos e hidrológicos pero no se conocen los mecanismos a través de los cuales
los patrones de urbanización influyen y transforman los procesos de los ecosistemas
naturales. A su vez, estos cambios dinámicos de los procesos biofísicos influyen en las
acciones y elecciones del ser humano en su forma de establecerse en el paisaje.

La ecología urbana estudia las formas de relacionamiento e interacción que se da entre los
sistemas humanos y ecológicos y cómo éstos evolucionan juntos en las ciudades y el medio
urbano. Intenta crear ‘modelos ecológicos de ecosistemas urbanos’ donde se abarque todas
(o las que más se puedan) las dimensiones que intervienen en las dinámicas del urbanismo.
Los ecosistemas urbanos se conforman según las actividades, actitudes y elecciones
humanas por lo que el aporte de las ciencias sociales, económicas son importantes.

Además se preocupa por conocer la evolución y desarrollo que las ciudades tienen a través
de los distintos procesos. Tiene en cuenta que las ciudades son sistemas complejos y en
cambio permanente, que se requiere incluir todos los componentes que intervienen,
reconocer todas las interacciones entre los procesos humanos y ecológicos a las distintas
escalas (desde lo local hasta lo regional) y así poder entender cómo evoluciona el paisaje a
partir de las regiones urbanizadas.

La planificación de las ciudades, su estructura y relación con el entorno (continuidad o el


impacto que generan) se entienden como un sistema complejo, abierto, no lineal y
vulnerable a cambios inesperados y sorpresas. La ecología urbana intenta identificar la
capacidad de recuperación de estos sistemas, determinar su resistencia y cuánta
perturbación pueden tolerar antes de autoorganizarse. Con este conocimiento se pueden
minimizar daños en el medio ambiente.

La ecología urbana se relaciona con otras ramas de la ecología por el estudio de las
interacciones de estos sistemas complejos donde intervienen los ecologistas ambientales
con cuestiones sobre los grandes aportes de energía, la gran capacidad de absorción de
emisiones y desechos que tienen las ciudades, asentamientos, residuos, etc; la ecología de
estudios de sistemas proporciona ecuaciones formales para obtener balances de energía y
el ciclos de materiales. Es necesario también la inclusión de otras disciplinas como la
biología, ya que muchas áreas de desarrollo urbano cuentan con alta riqueza de especies
nativas y endemismo. La hidrología para determinar la contaminación de aguas
subterráneas, abastecimiento de agua potable para consumo o inundaciones; la sociología
estudiando las actividades humanas (que están aumentando las áreas de tierra
impermeables) y su repercusión en los ecosistemas naturales como ser el diseño y
planificación urbana.
---

El desarrollo urbano (según la cantidad y forma del mismo) afecta la estructura del
hábitat y los procesos que controlan los patrones de diversidad y abundancia. Al modificar
las condiciones ambientales, el desarrollo urbano genera heterogeneidad en el paisaje.

Los paisajes urbanos quedan compuestos por la interacción de muchos procesos que
operan en distintas escalas por lo que presentan patrones espaciales distintivos también a
distintas escalas y que pueden ser por los diferentes procesos que afectan a esas escalas.

Las acciones humanas intervienen el paisaje a través de cambios directos como la


conversión de la tierra, e indirectamente modifican flujos de energía y disponibilidad de agua
y nutrientes, además de generar calor y cambios en la calidad del aire. Las altas
concentraciones urbanas pueden aumentar o disminuir la frecuencia y magnitud de las
perturbaciones naturales, incluso generar nuevas perturbaciones. Además, los patrones de
desarrollo urbano influyen en los sistemas ecológicos a lo largo de un gradiente urbano,
donde las formas de las estructuras (agrupadas o dispersas, monocéntricas o policéntricas)
afectan las diferentes condiciones ecológicas.

Los ecosistemas urbanos funcionan dentro del paisaje urbano, siendo afectados por los
patrones espaciales humanos y ecológicos, manteniéndose en permanente cambio y
adaptándose a los distintos contextos a lo largo de la historia.

Estudiando el paisaje urbano como una dinámica de parches (físicos y biológicos) y,


encontrando los mecanismos que vinculen a patrones urbanos con las funciones
ecosistémicas, podemos evaluar la condición del ecosistema siguiendo los indicadores de
abundancia, distribución e interacciones dinámicas de las especies o de la cantidad de
energía solar que se fija para los procesos de fotosíntesis a diferentes escalas espaciales y
temporales.

A escala micro, los procesos humanos afectan la función hidrológica contaminando o


modificando el flujo de agua por los cambios en la cobertura del suelo; alterando la
escorrentía, estos procesos humanos y ecológicos interactúan generando patrones en los
paisajes urbanos.

En el capítulo (Alberti 2005, p.176), se vinculan patrones (uso y cobertura del suelo,
topografía, hidrología, etc), procesos (económicos, demográficos, políticas de uso del suelo,
hidrológicos, etc) y funciones (producción primaria neta, ciclo de nutrientes, biodiversidad,
régimen de disturbios, etc) en los ecosistemas humanos y ecológicos acoplados y se
presentan tablas donde se evidencia el efecto de la urbanización sobre las funciones del
ecosistema.

Las formas urbanas pueden afectar los distintos ecosistemas, por ejemplo el ecosistema
acuático se verá afectado del grado en que las superficies de tierras altas sea cubierto por
carreteras, ya que éstas funcionan como conductos artificiales de drenaje de aguas
superficiales y provocan aumento en la velocidad de flujos, más superficie impermeable
significa un aumento en la escorrentía y la vegetación intercepta menos las aguas
superficiales. Los patrones espaciales afectan de forma horizontal (nutrientes en las aguas
superficiales) como verticalmente (carbono en la atmósfera).

---

En el funcionamiento del paisaje urbano vemos las interacciones de las especies, la


genética y la evolución de los ecosistemas que están siendo cada vez más dominados por
los humanos.

El estudio de la Ecología urbana nos puede ayudar a predecir escenarios futuros de


crecimiento urbano, teniendo en cuenta que los patrones del paisaje urbano son fenómenos
híbridos que surgen de la interacción de procesos humanos y ecológicos que actúan en
múltiples escalas temporales y espaciales donde debemos integrar sus dinámicas, como las
interacciones entre los procesos biofísicos y los socioeconómicos, ya que los intereses
humanos afectan directamente a escala local (valor de la tierra, mercado inmobiliario,
cambio de costumbres o de preferencias de vivienda).

Como paisajistas debemos transformar el entorno urbano logrando un ambiente ecológico


sano para nuestro bienestar, tener interacciones directas con el mundo natural (hoy
escasas) sin provocar la desaparición de especies que atenten contra la función de los
ecosistemas.

Nuestro deber es encontrar en la heterogeneidad espacial, el mantenimiento de la


integridad del funcionamiento del paisaje urbano. Trabajar partiendo del concepto de “huella
ecológica”, generando o cuidando el área requerida para mantener los servicios ecológicos
que el ser humano necesita para vivir. Debemos considerar que una solución a un
“problema perverso” (según la lectura de Gaston) puede ser una “operación de una sola
vez” porque las acciones de planificación pocas veces son reversibles y tienen
consecuencias, que pueden ser buenas o malas.

Bibliografía

● Marina Alberti Alberti 2008 - Advances in Urban Ecology Integrating Humans and
Ecological Processes in Urban Ecosystems
● Kevin J. Gaston 2010 - Urban Ecology

También podría gustarte