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DEL MATRIMONIO
Y DE LA PAREJA CON COMPROMISO HACIA EL FUTURO
Introducción
La elección de la pareja
La sexualidad
que permita que cada uno se muestre de verdad como es, sin miedo a que
se frustre el matrimonio.
El sexo existe a toda edad, de diferentes maneras. Es el lugar más
deseado y vulnerable del matrimonio y la pareja. El más fácilmente
postergable. Los hijos, el trabajo, los problemas económicos, los padres
enfermos, son todas realidades que no pueden erradicarse a la hora de la
sexualidad.
El sexo puro, con su innegable importancia, no es reportado como
factor de calidad de la relación en las encuestas espontáneas de
matrimonio o parejas exitosas. La ternura en cambio, aparece como un
factor vital.
En el matrimonio o la pareja que va siendo satisfactorio en otros
aspectos, el sexo mejora con el tiempo y es un componente necesario,
aunque no suficiente.
El manejo del dinero es muy importante, porque tiene que ver con el
manejo de la vida de la pareja. Es fundamental entonces que tanto el
hombre como la mujer participen conciente y responsablemente de las
decisiones sobre cómo se manejará la economía. No importa tanto lo que se
resuelva: la administración de ingresos y egresos puede quedar en manos
del varón o de la mujer, o ser compartido. Lo que importa es que ambos lo
decidan, y puedan cambiar la decisión cuantas veces sea necesario para
que haya en este terreno una razonable satisfacción.
Aquí también existe un mito a superar: Con el amor, las cosas del
dinero se arreglan solas.
Establecer reglas adecuadas sobre el manejo del dinero facilitará la
relación. Tradicionalmente ha sido el hombre quien lo traía y
administraba mientras la mujer dirigía la casa y criaba los niños. Hoy en
día esto no es así y la mayoría de las mujeres trabaja también fuera del
hogar. Se usa entonces una participación más equitativa y paritaria en las
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padres. A veces servirá para discutir o decirse lo que a uno le molesta del
otro, otras veces será para charlar amigablemente o disfrutar de alguna
actividad recreativa. En todos los casos es útil y necesario mantener estas
salidas, sin pensar que ellas surgirán espontáneamente, sino que deben
ser agendadas como una obligación más, inclusive pidiendo ayuda para
cuidar los hijos si hiciera falta.
Las diferencias entre los padres con respecto a la crianza de los
hijos no son un problema, lo que es un problema es no procesarlas
adecuadamente en prácticas realizadas desde un frente común, coherente,
para cada uno de los temas de la crianza.
Es conveniente que las diferencias y disensos respecto de temas
atinentes a los hijos (escolaridad, límites, salidas, hábitos, etc.) sean
discutidos y resueltos entre los adultos. Los hijos necesitan un mensaje
coherente de sus padres.
En cuanto a la idea generalizada de que no se debe discutir delante
de los hijos, lo importante no es tanto no discutir sino cómo se discute.
Si la discusión tiene un final constructivo, si cada uno logra hacer
luego una autocrítica que reemplaza al enojo inicial, si el objetivo es
discutir una idea y no “vencer al otro”, no es malo que los hijos la
presencien.
Es peor que no haya peleas sino un clima de tensión permanente
que los hijos perciben igualmente. A veces, por no conocer la causa,
terminan considerándose culpables de provocarlo.
Tampoco es bueno “acumular”, guardar broncas, simular un
acuerdo que no es real, porque “lo que está encerrado fermenta”, y cuando
todo se exteriorice será una verdadera explosión que causará más daño.
No es recomendable que el hijo perciba el malestar y se le diga que
“no pasa nada” porque no aprenderá a construir un adecuado sistema
emocional, sino a desconfiar de lo que percibe.
Es fundamental no hacer alianzas con los hijos en contra del otro
padre.
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Epílogo
Notas introductorias:
2. Las emociones son la parte principal, más importante de la personalidad. Para conocer
realmente a una persona la pregunta clave NO es: ¿Qué ideas tiene? ¿Qué conducta
observa? Sino, ¿Cómo reacciona emocionalmente ante las cosas? ¿Qué ama, que odia, que
le alegra, que teme, que le duele?
4. Si la espiritualidad no toma muy en cuenta las emociones de la persona será una
espiritualidad muy mediocre. Muchas veces el “problema espiritual” no será otro que:
¿Cómo ayudar a esta persona a cambiar sus emociones?
5. Podría uno preguntarse: ¿No sería bueno formarse para tener siempre emociones
“positivas”? No. Sería dañino. Hay que experimentar todas las emociones naturales y
humanas y reeducar las “aprendidas”. El “pensar positivo” siempre, puede ser una gran
falacia.
Dolor
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Miedo
Alegría
Amor
Son “aprendidas” porque aprendimos a reaccionar así; o nos enseñaron a reaccionar de esta
forma en la casa, educación…
Las reacciones naturales “exageradas” son también aprendidas (Por ej.: llorar por haber
perdido un lápiz hace 6 meses).
Hay un prejuicio universal contra ella. Pero es una emoción necesaria. La rabia (ira,
agresividad) es la fuente de: la unión, la alegría, el entusiasmo, la energía, la sensibilidad
frente al ambiente, frente a la injusticia. Por ejemplo: el conflicto no es posible sin la ira y
la unión no es posible sin el conflicto.
Pero la ira es un tigre peligroso. De acuerdo. ¿1o mataré entonces? No, porque matas la
fuente de tu energía.
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Si no estás en contacto con tus propias emociones, nunca entenderás al otro. Si quieres
estar en contacto con los demás, ponte en contacto contigo mismo y con tus emociones en
primer lugar. El que mejor se conoce a si mismo (por débil que sea) es el que mejor puede
ayudar a los otros. (Si no sabes resolver el conflicto, mejor no sacarlo).
1. Sentirla (siempre). Es una emoción positiva para ti. Si sientes tu ira, si te haces
consciente de que está en ti, bastará muchas veces para darle cauce ya mismo y
adecuadamente.
2. Darle cauce (siempre). Porque la ira tiende siempre a la acción, al exterior. Exprésala,
primero en la ausencia de la persona con la que te has enfadado. ¿Cómo?
a. Por el diálogo: habla -en ausencia- a la persona con la que estás enojado. Al enfadarte y
expresarlo, con la agresividad, se te va la depresión (los escrupulosos tienen la ira
reprimida). Una de las mayores causas de la depresión es la falta de agresividad. Otra
emoción favorita mal aprendida es la culpabilidad: Recordar la triple “C”: Yo no lo causo,
no lo curo, no lo controlo…cuando sentimos culpabilidad malsana frente a diversas
situaciones…
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b. Por las groserías: dentro del contexto apropiado son muy positivas.
3. Expresa tu ira (algunas veces), delante de la persona que la causó. Dos reglas para esto:
2.No analices, no juzgues, (¡no insultes!). No digas: no sirves, no harás nunca nada, eres
desobediente, malo... Se trata -y esta es la regla- de describir el hecho que te ha causado
rabia, y expresa el enfado o sentimiento que te produjo. Así te pones primero de parte del
otro (como debe ser) para atacar los dos juntos el problema.
lo que me irrita me estoy descubriendo yo, me estoy manifestando yo, cuál es mi propio
carácter, cuál es mi personalidad.
A propósito de resentimientos pasados, es vital la relación con los propios padres. El sanar
los resentimientos infantiles es muy importante para otras relaciones de la persona. Aquí
también, el método será el diálogo con los propios padres (no necesariamente teniendo que
estar presentes ellos). (Una es la madre real, y otra la imagen de ella que tenga yo en la
mente, es decir, la manera de percibirla yo). Si se trata de cosas pasadas uno mismo debe
sanar su problema. “Comprenderlo todo es perdonarlo todo". El pecado se comete más por
ignorancia qué por otra cosa.”No hay nada que perdonar”.
¿La gente que “explota” por la ira? La tiene reprimida y la ira, entonces, domina a la
persona, y no viceversa.
5. NUNCA dejarse influir por la ira. Quizás ves la injusticia. Te enfadas. Te lanzas a
defender a los pobres. Bien. Pero en el momento de actuar, de tomar decisiones y lanzarse
a la acción: nada de enfados.