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Enunciado

La Responsabilidad Social Empresarial y la Gestión Ambiental


El “Banggai” es un apacible lugar ubicado a las afueras de la gran ciudad donde
conviven diferentes especies de animales entre ellas, el Banggai de ahí su nombre.

Este animal es un ícono de la región y es muy querido por los lugareños, pues hace del
paisaje un lugar maravilloso a través de las cristalinas aguas de sus pozos se le puede
observar. Algunos son de color dorado y hay quienes piensan que se debe a un refl ejo
del sol, otros dicen que son de oro, otros, que son benditos, en todo caso, en lo que sí
coinciden es que es un espectáculo para chicos y grandes, y que hasta milagros hace a
quienes logran avistarlo al caer la tarde.

No se deja atrapar, al tomarle una foto no aparece en las imágenes, desaparece como
si se lo llevara el viento, las viejas historias del lugar cuentan que es un reflejo del alma
y por eso no se puede retratar. En invierno, cuando hay subienda en el rio, el Banggai se
multiplica, sus colores son más vivos y hasta cuentan que aumenta de tamaño, en fin,
es toda una atracción.

Hipólito, un viejo y querido lugareño dice que a él este curioso y misterioso animal lo ha
curado desde hace mucho tiempo, que es bendito y que solo basta con verlo y estar
cerca de él para que el milagro ocurra. Doña Alba, la más religiosa del pueblo ha dicho
que muchas veces ha tenido que recurrir a incluir al “Banggai” en sus oraciones para
que suceda lo inexplicable y que jamás le ha fallado, cierto o no el Banggai es todo un
personaje en la región.

Tal ha sido el impacto del Banggai que hasta extranjeros han visitado la región solo para
verlo, hay quienes dicen que propios y extraños pasan noches enteras en las orillas y
laderas del rio a la espera de poderlo ver o incluso sentir, más sin embargo, no siempre
se deja ver, es como si supiera que están allí por él y decide cuándo y cómo dejarse
ver. Pero eso no es impedimento, dice Amanda, la dueña de la sastrería del pueblo. por
sus milagros esperamos el tiempo que sea necesario.

El pasado jueves del mes de mayo, los lugareños vieron con asombro como
contratistas de la empresa multinacional “El Maderero” instalaron su maquinaria pesada
en el tranquilo lugar; cierras sin fin, volquetas, guadañas, procesadoras, taladoras, entre
otros, fueron algunos de los “aparatos e instrumentos” que dejaron allí cerca de la
cañada y de los árboles del sitio.

Nota Técnica preparada por Asturias Corporación Universitaria. Su difusión, reproducción o uso total o
parcial para cualquier otro propósito queda prohibida. Todos los derechos reservados.
Elías, el alcalde del pueblo estuvo enterado de la situación y en la pasada junta
comunal del día sábado indicó a la gente que “El Maderero” realizará trabajos en la
zona, y que la idea es atraer turistas al lugar ya que se realizará un complejo turístico
dotado de atracciones para grandes y chicos. “Aprovecharán todos los espacios, zonas
verdes, zonas húmedas y demás, será maravilloso” indicó Elías. En esa junta, Dolores
Sandoval presidenta del comité de ética del pueblo preguntó enérgicamente si “El
maderero” contaba con los permisos y licencias para construir en zonas naturales, pues
argumentó que por años lo maravilloso del sitio era justamente su diversidad de fauna y
flora y no entendía cómo se iba a preservar en situaciones completamente distintas.

La respuesta por parte de quienes asistieron a la reunión no se hizo esperar, algunos


decían que “El Maderero” traería consigo más y mejores empleos para todos, otros
indicaban que “El Maderero” les iba a permitir crear sus propios emprendimientos, pues
al atraer turistas a la zona fácilmente podría vender sus artículos o idear algunos nuevos
para satisfacer sus necesidades; en conclusión, para la gran mayoría de lugareños la
llegada de “El Maderero” a la zona era sinónimo de cambio y mejora para sus familias.
Pese a todo lo anterior, para Dolores Sandoval la llegada de “El Maderero” no
representaba una mejora, todo lo contrario, lo veía como una amenaza y un peligro para
el tranquilo lugar que sin abundantes riquezas ni visitantes acaudalados dio buena vida
a todos sus pobladores.

No hubo un contrato formal con “El Maderero” todo fue de palabra, desde luego,
tampoco permisos ni licencias, solo maquinaria pesada y dinero, mucho dinero para
tumbar y construir a diestra y siniestra. En el proceso de levantamiento del centro
turístico, se talaron árboles, se sacaron pequeños riachuelos y se construyó sobre el
verde césped que por décadas decoró el hermoso lugar.

Muchos de los lugareños cambiaron sus tradicionales hábitos, pues al emplearse con
“El Maderero” no solo obtuvieron más recursos económicos sino que aprendieron a vivir
de una forma muy diferente, los viernes ya no eran para compartir con sus familias a las
orillas del rio escuchando los pájaros cantar, ahora, se divertían en un bar improvisado
que “El Maderero” construyó para el esparcimiento de sus trabajadores. Del mismo
modo, los fines de semana ya no eran para acampar y disfrutar del rio, se volvió
imposible, pues sencillamente ya no había rio; en su lugar, se construyó una moderna
montaña rusa que atravesaba todo el lugar, en la que por cierto se accidentó más de
uno.

“El Maderero” trajo consigo la opulencia y el dinero. Sentimientos de arrogancia y altivez


se apoderaron de los humildes campesinos que en otrora vivían del sudor de su frente,
realizando actividades que aunque difíciles nuca pusieron en riesgo ni a sus familias, ni
al hermoso y maravillo lugar del que ahora solo quedan las historias.

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20 años después del Banggai no queda ni la sombra, más allá de las buenas historias
que vagamente algunos aun medio recuerdan, como es el caso de Pedro Contreras
quien manifestó al diario el Conserje que el “Banggai” fue una criatura que representó y
simbolizó el sentimiento de sus lugareños, que realmente fue una figura mítica que se
aparecía solo a los de buen corazón y buenos sentimientos.

Jorge Mora, un campesino del lugar quien emigró del sitio pocos meses después de la
llegada de “El Maderero” afirma que vive muy bien, mejor que muchos llenos de dinero;
él siempre humilde, pero honesto, goza de buena salud, paz y tranquilidad y dice que
no cambiaría por nada del mundo su lugar de vida, pues argumenta que no hay precio
para pagar lo que todas las tardes puede ver y sentir, y que le trae alegría y
tranquilidad: “Una pequeña criatura dorada que aparece en invierno cuando cae el poco
sol que alumbra las mañanas”.

Cuestiones
• ¿Hay relación entre la Responsabilidad Social Empresarial y la Gestión
Ambiental?

• ¿Es realmente importante considerar el impacto ambiental cuando de


responsabilidad social se trata?

• ¿La gestión con el ambiente debe ser tenida en cuenta en nuestras acciones
como sociedad?

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