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II

Percepción

4 Percepción de belleza . . . . . . . . . . . . . . . 34
4.1 Preferencias estéticas comunes
4.2 Teoría de la fluidez de procesamiento
4.3 Razones

5 Belleza y verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
5.1 Bello−→ Bueno, cierto
5.2 Fluido −→ (Bello)−→ Bueno, cierto
4. Percepción de belleza

"Three things concur in creating beauty: first of all


integrity or perfection, and for this reason we consider
ugly all incomplete things; then proper proportion or
consonance; and finally clarity and light....The sight of
the beautiful implies peace"
— Umberto Eco, The Name of the Rose

4.1 Preferencias estéticas comunes

Como ya hemos expresado anteriormente, parece que dentro de la subjetividad del contexto cultural
y los gustos personales, existen ciertos elementos comunes que nos gustan especialmente [6]. Pero
¿cómo se puede afirmar esto en primer lugar?.

4.1.1 Simetría, patrones y fractales

La simetría es uno de los ejemplos más claros de objetividad y universalidad de una preferencia
entre los humanos. Es difícil pensar en algún edifico o elemento útil de cualquier tiempo o cultura
que no posea alguna simetría (por lo menos hasta el modernismo, en el que se intentó innovar y
romper con los estándares clásicos). En cierto grado esto es debido a una razón de economía de
esfuerzo (una simetría de n ejes implicaría tener que diseñar sólo una parte equivalente a 1/n),
pero existen casos en los que la búsqueda por esta simetría ha requerido más esfuerzo sin aportar
ninguna utilidad a cambio que lo justifique. [16]

Por ejemplo se han encontrado bifaces tan antiguos como unos 750.000-500.000 años en Sudáfrica
que exhiben una simetría buscada intencionadamente cuando realmente no suma a la utilidad de
la herramienta. Este tipo de comportamientos deja entrever una cierta preferencia estética que
compensa al individuo por el esfuerzo extra invertido en esta simetrización. [25]
4.1 Preferencias estéticas comunes 35

Figura 4.1: Simetría y patrones en la historia. a)Simetría en un bifaz.Sudáfrica(750,00 − 500,000


B.P.),b)patrones griegos clásicos,c) mosaico romano

En la figura 4.1 también podemos encontrar ejemplos de patrones clásicos. Se pueden encontrar
patrones de algún tipo en el arte de casi todas las culturas del mundo. Seguramente la cultura más
famosa por ello sea la islámica, que por no deber representar a su creador optó por usar este tipo
de decoración para embellecer sus edificios. Desarrollaron tanto estos patrones que se pueden
encontrar incluso diversos ejemplos de teselados de Penrose.

En otros sitios en cambio, la decoración típica no es tan geométrica pero si que posee un marcado
carácter fractal. En la India, Camboya y alrededores, los templos son típicamente recubiertos como
podemos ver en la figura 4.2. Este estilo de decoración más elaborada se puede encontrar también
en China, Japón y Corea.

Figura 4.2: Decoración camboyana típica de carácter fractal

Hoy en día también podemos encontrar arte basado en patrones o fractales, del cual el pintor más
36 Capítulo 4. Percepción de belleza

representativo seguramente sea Jackson Pollock. [21] [24]

4.1.2 Formas y proporciones

Pero ¿qué pasa con las formas y las proporciones en cambio?. Usamos muchas más que las que nos
pueden parecer ideales o estéticamente bellas. ¿Cómo podemos encontrar algún tipo de preferencia
entre todas las posibles?. Para esto normalmente se hacen experimentos con gente de diversas
culturas y procedencias en los que al participante se le da a elegir entre un set de muy diversas
opciones (como en las figuras 4.3 y 4.4). Si se coge un universo lo suficientemente grande se
empieza a vislumbrar una cierta preferencia.

Figura 4.3: Parte de las opciones a elegir en un experimento para encontrar preferencias por la
forma. El elegido comúnmente es el primero de la segunda fila.

Figura 4.4: Opciones a elegir en un experimento para encontrar preferencias por ciertas proporciones.
El máximo corresponde a 8/5 = 1,6 ≈ φ

Por razones que explicaremos en la siguiente sección, preferimos las formas redondeadas en
contraste a las puntiagudas, y la proporción que más nos atrae parece estar entorno a los 8/5 = 1,6.

Esta proporción especial se aproxima muy bien a nuestra proporción áurea φ , lo cual no sorprende
visto la cantidad de veces que, en diferentes culturas y en diferentes momentos de la historia,
4.2 Teoría de la fluidez de procesamiento 37

arquitectos y artistas han gravitado hacia ella (por ejemplo los de la figura 4.5). Hoy en día es una
proporción que se sigue usando en la construcción (en la Torre Eifel por ejemplo) o en el diseño de
logotipos (National Geographic) y es más conocida de lo que pensamos ya que todas las tarjetas
de crédito son rectángulos áureos. La espiral áurea también aparece habitualmente en diferentes
composiciones como en la de "La gran ola de Kanagawa" de Hokusai [14].

Figura 4.5: Ejemplos en los que la proporción dorada se puede encontrar en el arte clásico. a)
Pirámides de Giza. b) Partenón (diseñado por Phidias). c) El David de Michelangelo. d) La Gioconda
de Da Vinci.

Pero el impacto de esta proporción va mucho allá ya que diversos estudios apoyan la idea de que es
justo esta proporción la que usamos para valorar la belleza estética de una cara o un cuerpo. Cuanto
más se aproximen los ratios entre diversos elementos de la cara (o el cuerpo) a esta proporción
(figura 4.8), más atractiva la encontraremos estéticamente. Éste es el criterio usado actualmente por
los cirujanos plásticos para medir las ïmperfecciones".

4.2 Teoría de la fluidez de procesamiento

Para poder explicar la razón de estas preferencias primero tenemos que entender cual es el fenó-
meno físico que nuestro cerebro traduce en esa percepción de belleza. Hay ramas enteras de la
neurociencia, psicología e incluso de la filosofía que intentan responder a esta pregunta, pero la
respuesta es tan compleja como nuestro cerebro.

Aunque aún no este muy claro el mecanismo completo ni es aplicable a cualquier caso, parece ser
que siempre aparece entre medias una facilidad especial para procesar ese estímulo que percibimos
como bello. Este hecho dio pie a lo que hoy en día se conoce como la teoría de fluidez de
procesamiento o facilidad cognitiva.

En esta teoría parte de la agradable sensación que sentimos al apreciar la belleza es a causa de esta
facilidad particular con la que procesamos la información de ese estímulo [11]. Pero, ¿cuál es el
origen de esta facilidad en primer lugar?
38 Capítulo 4. Percepción de belleza

Hay muchas razones por las que podemos tener estas facilidades y no siempre desencadenan una
sensación de bienestar o belleza. Se pueden separar en dos grandes categorías:

Estamos evolutivamente programados para ello. Por alguna razón ser sensible a este
estímulo ha presentado una ventaja evolutiva importante para nuestros ancestros por lo que se
ha fomentado mediante el centro de recompensa del cerebro y ha sobrevivido en el reservorio
genético hasta hoy en día. Pueden desencadenar una reacción de atracción o de rechazo y
normalmente suelen ser impulsos difíciles de controlar.
Realmente es lo más económico para nuestro cerebro. En esta categoría se pueden incluir
elementos que aunque en un principio no son simples de tratar, para nuestro cerebro lo son.
Además, si la situación no requiere mucha energía para ser procesada, seguramente sea
porque es una situación conocida, por lo que el cerebro libera endorfinas para reforzar el
quedarte en un entorno controlado. Son muy dependientes de la experiencia y percepción del
individuo (y normalmente suelen ser la causa de la gran mayoría de sesgos cognitivos[11]).

4.3 Razones

Como ya hemos explicado, esta facilidad cognitiva apunta directamente a esa sensación placentera
de belleza, y hemos comentado que tipo de estímulos pueden desencadenar esta fluidez. Y por
fin llegamos a la cuestión original ¿por qué nos parecen bella la simetría, los patrones, fractales o
ciertas formas y proporciones?. ¿Qué tienen de especial para suscitar esas preferencias generales en
toda una especie tan diversa como la nuestra?

4.3.1 Evolutivamente programado

¿Que tipo de ventaja evolutiva nos puede aportar ser sensibles a estos elementos?. Una ventaja
evolutiva puede estar relacionada a muchas cosas, pero en este caso nos interesan dos en particular:
evitar peligros potenciales y ser más eficiente en el propósito de tener una descendencia sana.

Del evitar peligros potenciales podemos fácilmente entender el hecho de que prefiramos formas
suaves y redondas ("maternales" en un cierto sentido) a formas picudas o afiladas (que evocan
dientes, garras y pinchos que es mejor evitar). Somos tan eficientes en reconocer ciertas formas
que procesamos la silueta de una serpiente en la mitad del tiempo que necesitamos para procesar
cualquier otro estímulo visual habitual (0,25s) y esta habilidad se observa ya a tempranas edades
[10].

Figura 4.6: Tanto la asimetría como las proporciones pueden ser efectivos indicadores de potenciales
peligros
4.3 Razones 39

Además, siendo la mayor parte de la naturaleza simétrica, una sensibilidad especial a la asimetría
nos permite detectar eficazmente elementos que desentonen, los cuales a veces pueden constituir
peligros de todo tipo (figura 4.8).

Una sensibilidad especial para reconocer patrones puede ser crucial también en ciertos escenarios
en los que tu presa se está camuflando o estás tú por convertirte en presa (figura 4.7).

Figura 4.7: Leopardo camuflado entre el patrón rocoso

Pero hay otro tipo de peligro no tan obvio del que puede ser igual de importante protegerse: ingerir
alimentos en mal estado. Este mal estado puede ser causado por diferentes factores: la repulsión
que sentimos por esos olores nos protege de que esté en descomposición, pero no de que el ser vivo
que vamos a ingerir tuviera una enfermedad o infección parasítica.

Pero, ¿cómo se puede evaluar (en cierta medida) la salud de un ser vivo a simple vista? La única
forma es intentar detectar anomalías respecto a la media de individuos de esa especie. Siendo la
naturaleza generalmente simétrica y siendo algunas proporciones especialmente comunes (φ ), las
asimetrías, protuberancias o malformaciones normalmente indican algún tipo de enfermedad o
infección parasítica [8]. Una sensibilidad especial a la simetría y estas proporciones es lo que nos
protege (junto a una reacción de repulsión que en cierta gente se desencadena hasta con organismos
sanos como el cangrejo de la figura 2.1).

Y ¿qué hay al respecto de engendrar una progenie sana?. ¿Qué tipo de ventaja evolutiva nos
puede aportar alguna de estas sensibilidades?. Simplificando mucho el análisis, ambos miembros
intentarán escoger una pareja que parezca ser fuerte y sana, donde entra de nuevo la valoración
visual de la salud y cualidades del otro. Un individuo de proporciones estándares y simétricas tiene
más probabilidad de ser una pareja sana, por lo tanto la sensibilidad a estos factores puede presentar
una ventaja en el proceso de selección [5].
40 Capítulo 4. Percepción de belleza

Pero ¿cómo se puede maximizar la probabilidad de que un individuo se mantenga atento a estos
estímulos, maximizando así también la probabilidad de que sobreviva y pueda transmitir eficiente-
mente sus genes?. La estrategia evolutiva más común en este tipo de problemas suele ser convertir
la acción en placentera, así, si cada vez que un sujeto presta atención a alguno de estos factores el
centro de recompensas de su cerebro libera endorfinas, es más probable que repita en un futuro
la acción que le ha hecho sentirse bien [5]. Al final, siendo más exitoso el set de genes que sea
eficiente en esto, terminará por expandirse y perdurar en el reservorio genético, asentando las bases
de una placentera percepción de belleza común en la especie.

4.3.2 Patrón regular o predecible

Con los patrones regulares y los objetos simples (en el sentido de Kolgoromov) estaríamos en
cambio en el caso de la economía de la energía del cerebro. Este tipo de elementos los entendemos
enseguida y somos capaces de extrapolar la regla sin ningún esfuerzo. Esta facilidad cognitiva hace
sentirse más a gusto a nuestro cerebro (y a nosotros), por lo que sentimos una especial fluidez.

Pero, ¿qué es este concepto de complejidad de Kolgoromov?

 Definición 4.3.1 — Complejidad de Kolgoromov. La complejidad de Kolgoromov es una


unidad que mide la cantidad de información que hay en un elemento mediante el número de
líneas de código que hacen falta para que un programa lo reproduzca.

La fuerza de este concepto reside en que cuando nosotros hablamos de simpleza (en el sentido
común), nuestra forma de evaluar esta complejidad se parece más a la que define Kolgoromov
que a la puramente gráfica/visual que pensaríamos que usamos. Y esto puede no ser obvio con
patrones gráficamente simples, pero si se aplica sobre los fractales te permite sacar conclusiones
interesantes.

Porque, ¿por qué nos parece bellos los fractales?. El conjunto de Mandelbrot es muy complejo
gráficamente, es infinito y para nada regular ni predecible. ¿No debería aborrecer nuestro cerebro
tanta complejidad?

La cuestión es que realmente no es tan complejo, en el sentido de Kolgoromov al menos. Matemáti-


camente podemos definirlo como:

 Definición 4.3.2 — Conjunto de Mandelbrot. El conjunto de Mandelbrot lo compones los


puntos c del plano complejo para los cuales tras infinitas iteraciones de la siguiente formula
recursiva, el módulo de zn sigue acotado:

zn+1 = z2n + c donde z0 = 0

Como se puede ver, no es una definición muy compleja ni difícil de implementar mientras que
podríamos llenar infinitos discos duros con imágenes intentando definirlo gráficamente. Obviamente
no somos capaces de medir esta complejidad, pero sí que somos capaces de intuir otras cosas
(que no tienen por qué estar relacionadas), y en el caso de los fractales la más llamativa es la
autosimilaridad. Es justo ésta la razón por la que pese a su complejidad visual nos parece que
4.3 Razones 41

siguen unas reglas simples, y poder encapsular tanta complejidad con una (aparente) explicación
sencilla es muy atractivo y gratificante para nuestro cerebro.

Figura 4.8: Fragmento del conjunto de Mandelbrot llamado isla de Julia

4.3.3 Familiaridad

Pero hay un último efecto que produce una sensación de fluidez cognitiva: la familiaridad. Cuanto
más conocemos un elemento nuestro cerebro requiere un esfuerzo menor para procesarlo, lo que
conlleva a su vez una alteración en nuestra percepción al respecto. Además, como hemos comentado
anteriormente, manteniendonos en un entorno conocido podemos evitar potenciales peligros, por lo
que la evolución fomenta quedarnos con lo conocido haciendo que nuestro cerebro libere endorfinas.

El ejemplo más evidente de este efecto (aunque también se vean influidos por otros factores) son
las modas (tanto en el ámbito estético como en el de la música o muchos otros). Muchas veces
cuando aparece un elemento que rompe con lo habitual a la gente no suele convencerle, pero si este
elemento consigue sobrevivir y establecerse como tendencia la percepción de la gente se vuelve
positiva cuanto más presente se vuelve en su entorno. Y esta es la explicación por la música que
ponen en la radio puede pasar de no gustarte a valoraciones más positivas o por qué la música de
países extranjeros muy diferentes al tuyo es más difícil que te guste de primeras. Además, en el
momento que se asienta una tendencia, el resto de productores buscan aprovecharse de ese efecto
de familiaridad hacia ese otro producto, lo que, en el caso de la música, hace que toda la música
pop del momento suene bastante parecido.

Como explicaremos en el siguiente capítulo, este fenómeno tiene implicaciones bastante importantes
ya que es habitual que desemboque en diferentes sesgos cognitivos que pueden hacernos caer en
falacias o ser explotados por un tercero.
5. Belleza y verdad

“Mathematics, rightly viewed, possesses not only truth,


but supreme beauty, a beauty cold and austere, like that of
sculpture, without appeal to any part of our weaker nature,
without the georgeous trappings of painting or music, yet
sublimely pure, capable of a stern perfection such as only
the greatest art can show”
— Bertrand Rusell

‘Beauty is truth, truth beauty.’


— John Keat, Ode to a greek urn

5.1 Bello−→ Bueno, cierto

Las matemáticas y la física son seguramente el ejemplo en el que mejor se percibe la profunda
e inconsciente relación que hacemos entre verdad y belleza. Pero esta belleza ya no es la "sim-
ple" belleza estética anteriormente descrita, si no un concepto más abstracto (y escurridizo) de
belleza matemática. G.H. Hardy definió una prueba matemática bella como una que es ïnevitable,
inesperada y económica; destella sorpresa e intrigantes conexiones entre áreas de la matemática
dispares".[9]

En estas áreas de conocimiento, esta belleza ha cogido tanta importancia que ha llegado casi a
convertirse en otro criterio de veracidad más al que someter una nueva teoría. Muchos físicos y
matemáticos famosos como A. Einstein, H. Weyl, M. Atiyah o P.Erdös han demostrado una fuerte
convicción de esto (llegando incluso a afirmar que una teoría era cierta o falsa antes de ninguna
prueba experimental) y Paul A.M. Dirac propuso cambiar el principio de simplicidad (también
conocido como "la navaja de Ockham") por el principio de belleza matemática.[9]
5.2 Fluido −→ (Bello)−→ Bueno, cierto 43

Pero éste no es para nada un criterio infalible, de hecho existen muchas teorías más bellas que las
actuales que no son para nada ciertas y muchos teoremas que carecen de esta belleza. Un caso
curioso es el de la que se considera en la comunidad matemática como la fórmula más fea de todas
las matemáticas: el desarrollo de 1/π de S.A.Ramanujan (la cual irónicamente es extremadamente
útil para el cálculo de decimales de π debido a su muy rápida convergencia).

1 2 2 ∞ (4n)! 1103 + 26390n
= ∑ (n!)4
π 9801 n=0 3964n

Otro caso en el que un criterio de belleza se cruzó en el camino de la ciencia es cuando Galileo
se negó a renunciar a las órbitas circulares "perfectas" aun teniendo datos observacionales que
apoyaban las leyes que Kepler había apenas propuesto. En aquel momento parecía absurdo pensar
que ni siquiera el Sol estuviera en el centro y que ni los radios ni las velocidades fueran constantes.

Este tipo de casos son frecuentes en las grandes revoluciones científicas, y esto en parte se debe al
mecanismo de familiaridad descrito en el capítulo anterior (junto a otros muchos factores [13]).
Una teoría o un paradigma familiar será procesado más fácilmente por nuestro cerebro, lo que nos
puede llevar a percibirlo más bello y a una percepción sesgada de veracidad.

Pero este efecto no es exclusivo de la ciencia, de hecho muchos estudios señalan que tendemos a
considerar las personas más bellas como más inteligentes, competentes, productivas y dignas de
confianza, favoreciendo a algunos candidatos en ciertos procesos de selección (como en política por
ejemplo). Diversos estudios han encontrado correlaciones entre el atractivo de una persona y sus
ingresos (un 3 − 8 % más altos), que probabilidad tiene de ascender en su trabajo, de sacar mejores
notas, de tener éxito en carreras como el arte la música o el deporte, e incluso de ser absueltos o
recibir una condena menor en un juicio. Un caso famoso es el de Rowan Atkinson, que seguramente
no podría haber interpretado tan bien su papel de Mr. Bean) si no fuera por que es muy inteligente
(CI de 178 en comparación con los 160 de Einstein o Hawking), pero irónicamente no podría haber
representado tan consistentemente este papel de poco avispado si se adecuara a los estándares de
belleza. [17]

5.2 Fluido −→ (Bello)−→ Bueno, cierto

Pero aún va más allá. Hasta ahora hemos explicado como relacionamos la belleza con ser mejor en
todo tipo de cualidades que nada tienen que ver con ésta, pero si tenemos en cuenta que nuestra
percepción de belleza es también bastante maleable (por mecanismos que favorezcan la fluidez
cognitiva como hemos explicado anteriormente), encontramos efectos más sorprendentes aún.

Por ejemplo, todo elemento que facilite la lectura de un texto (caligrafía, estilo, tamaño, espaciado,
color...) aumenta también su credibilidad, pudiendo llegar a convertirse en el equivalente a una
verdad para nuestro cerebro si no se sabe sobre el tema y/o no se está haciendo una lectura crítica.
Algunos profesores optan por usar fuentes más difíciles de leer para fomentar una lectura crítica y
activa. [11]

Pero no necesitamos ni siquiera que el sujeto a valorar tenga un significado, muchas veces el
fenómeno de familiaridad tiene suficiente efecto. El hecho de ser expuesto repetidamente a la frase
(sin contenido) "La temperatura corporal media de una gallina" es suficiente para aumentar la
44 Capítulo 5. Belleza y verdad

probabilidad de que juzgues como cierta la afirmación "La temperatura corporal media de una
gallina es de 31oC", sólo por tener el familiar comienzo de la frase (en realidad es de 41oC).

Pero este efecto es más evidente aún en un famoso experimento desarrollado por dos universidades
de Míchigan. Estas universidades introdujeron en su periódico palabras sin sentido (como kardirga,
saricik, biwonjni..), pero cada una con una frecuencia diferente y complementaria a la otra uni-
versidad (si iktifaf era la mas habitual en un periódico era la menos en el otro). Al de un tiempo
se pidió a los lectores que valoraran el significado de esas palabras en una escala de positivo a
negativo, y los resultados concordaban perfectamente con la frecuencia con la que cada una de las
universidades había usado esas palabras como podemos ver en la figura 5.1. [20]

Figura 5.1: Representación gráfica del experimento de los periódicos y la percepción del significado
que correspondería a cada palabra en cada caso, siendo 1 positivo y −1 negativo

Hay que estar atento a este tipo de sesgos, ya que, más allá de poder aparecer y nublar nuestro
juicio sin darnos cuenta, son también el motor de algunas estrategias cada vez más populares como
la repetición firme de mentiras o los llamados fake news.
III
Conclusión

6 Comentario final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46

Bibliography . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Articles
Books
misc
6. Comentario final

“The great tragedy of Science — the slaying of a


beautiful hypothesis by an ugly fact.”
— Thomas Henry Huxley

"The first principle is that you must not fool yourself, and
you are the easiest person to fool”
— Richard Feynman

En este texto hemos intentado explicar brevemente la especial relación que tenemos con algunos
elementos geométricos como la simetría, las proporciones, los fractales, las figuras y los patrones
geométricos. Para eso en la primera parte hemos visto cómo estos elementos emergen habitualmente
en la naturaleza, analizando los ejemplos más representativos. En la segunda hemos intentado
explicar cuales son nuestras preferencias estéticas respecto a estos elementos y cuales son las
razones biológicas y evolutivas que podrían haber desembocado en esta placentera percepción de
belleza.

Pero, en cierto sentido, aunque las explicaciones aquí dadas sean las mismas que la comunidad
científica normalmente acepta como correctas, a lo largo de este texto hemos caído más de una vez
en las trampas que hemos puesto bajo lupa en las últimas secciones.

Algunas explicaciones se han simplificado demasiado. Por ejemplo, el caso de la aparición de la


serie de Fibonacci en las plantas es cierto, pero no es para nada tan común como se puede pensar
de esa explicación. De hecho existen muchas plantas en las que, aunque crezcan girando y tengan
los mismos intereses por maximizar la exposición a luz y agua, nuestra proporción áurea no está
presente, y si se coge una flor en el campo y se cuentan los pétalos lo más probable es que no sea
de la serie.
47

Además existen otras series que también suelen emerger bastante habitualmente en las plantas
(principalmente la de Lucas y variantes de la de Fibonaci) como podemos ver en los gráficos de la
figura 6.1 [23].

Figura 6.1: Dos gráficas representando a) el número de girasoles encontrados para cada cantidad de
espirales en las semillas. b) el número de espirales hacia cada lado en un mismo girasol (que se
supone que tendrían que ser números de Fibonacci consecutivos). En este estudio se usaron también
datos recolectados por voluntarios mostrados en la gráfica de "public"

Las famosas espirales áureas que podemos ver en la imagen 2.11 tampoco son del todo ciertas.
Aunque es verdad que la espiral áurea emerge en algunos casos, no lo hace como se explica y muchas
veces se confunden con espirales logarítmicas comunes (y con otras mucho más disparatadas).

El ejemplo más famoso es el de la concha del nautilo, que presuntamente sigue una espiral áurea
debido a que crece siguiendo esta proporción. Pero, aunque su concha está relacionada con φ , desde
luego no lo está en el sentido que se explica habitualmente, como podemos ver en la imagen 6.2 a).

Figura 6.2: a) Espiral áurea sobrepuesta a una concha de nautilo. b).2 Espiral en la que las distancias
radiales a las diferentes cavidades en esa dirección cumplen la proporción áurea como se muestra
en b).1
48 Capítulo 6. Comentario final

Para poder encontrar la relación, tenemos que buscar la proporción áurea respecto a otros puntos
que no son el centro. Como podemos ver en la imagen 6.2 b,1, la longitud entre un punto exterior
y el siguiente punto en la dirección radial con respecto a la longitud entre ese último punto y el
primero desde el centro en la dirección opuesta sí que cumplen la proporción áurea. Como podemos
ver en la imagen 6.2 b,2, si construimos la espiral matemática que cumpla esta condición y la
superponemos a la concha obtenemos un resultado mucho mejor. [19]

Al igual que con las espirales, la frecuencia con la que aparece la proporción áurea se sobreestima.
Estas proporciones tienden a buscarse en arte y arquitectura antigua, y aunque parece que los
egipcios sí que usaban esta proporción en la construcción de templos y pirámides (parece ser que
dieron casualmente con esa proporción por basarse en su percepción de las proporciones humanas
ideales [2]), no esta muy claro que otras culturas como los romanos o los griegos las usaran tanto.
Del mismo modo, al no haber una razón clara para que emerja en las proporciones corporales de
muchos animales, este tipo de afirmaciones se suelen poner en duda también.

Figura 6.3: Las caras femeninas y masculinas consideradas "perfectas" según los criterios de la
proporción áurea.

Otro de los grandes mitos es que cuanto más cuanto más se ajuste una cara a φ y cuanto más
simétrica sea, mas bella la vamos a percibir. Diversos estudios demuestran que esto es así, pero hasta
cierto punto sólo. Las caras que normalmente sacan una nota mas alta en un test de proporciones
no suelen ser las que más atractivas nos parecen (figura 6.3) y mucho menos las completamente
simétricas (figura 6.4). Una cara demasiado previsible nos aburre y transmite artificialidad ya
que son justo esas asimetrías las que transmiten el carácter y hacen posibles la gran mayoría de
complejas expresiones faciales.

Pero si se sabe con certeza que algunos de estos hechos no son ciertos (y muchos de ellos son
muy fáciles de comprobarlos uno mismo), ¿por qué persisten tan insistentemente en la literatura
divulgativa (en el libro de National Geographic sobre la "divina proporción por ejemplo [7]) y en
consecuencia en la sociedad (y en parte de la comunidad científica)?

Seguramente parte del problema sea que es mucho más bella una teoría en la que un concepto tan
abstracto como la belleza pueda ser encapsulado en un único número mágico que aparece en toda
la naturaleza uniendo plantas, conchas y galaxias áureas perfectas. Pero la realidad no es así, y
aunque a nuestro cerebro le gustaría más tener una teoría simple que pudiera procesar, seguramente
49

Figura 6.4: George Clooney (considerada la persona más atractiva del mundo según otros parámetros
más complejos que φ ) con sus dos versiones totalmente simétricas.

sea mucho más bella que cualquier teoría que podamos construir en nuestras mentes.

Tenemos que tener claro que, como hemos anticipado en la introducción, este es un tema extre-
madamente complejo (y eso que nosotros solo hemos ojeado la punta del iceberg). Muchos otros
efectos entran en juego a la hora de una percepción de belleza (aún y cuando hablamos de la ya no
tan pura estética) y en este texto solo se han presentado algunas de las teorías más aceptadas.

Pero, aunque no haya sido mucho, lo que hemos explicado es suficiente como para empezar
a intuir la íntima relación que hay entre nuestra percepción de belleza y los elementos que la
naturaleza presenta (y para entender qué tipo de mecanismos evolutivos han desembocado en una
experiencia de atracción o sensación placentera). Por ello, retomando las dos preguntas planteadas
en la introducción:

¿Por qué es bella la naturaleza?


¿Podría no serlo?


A la primera espero haber dado algún tipo de respuesta a lo largo de este texto, y, en base a ésta, es
inevitable sentir que la respuesta a la segunda tiene que ser negativa. La naturaleza tiene que ser
bella porque lo que nosotros consideramos o no bello (y toda la experiencia de percibir una belleza
en primer lugar) está dictado por ella misma.
Bibliografía

Artículos
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article/pii/S0305440306001762 (véase página 34).
[17] Dario Maestripieri, Andrea Henry y Nora Nickels. “Explaining financial and prosocial
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2016), páginas 1-76. DOI: 10.1017/S0140525X16000340 (véase página 43).
[18] Ian Mcmanus y Paul Gesiak. “Experimenting with Mondrian: Comparing the method of
production with the method of choice”. En: (jun. de 2014). DOI: 10.13140/2.1.1561.2967
(véase página 5).
[22] “Report of the Executive Committee for 1991”. En: Acta Crystallographica Section A
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[23] Jonathan Swinton y Erinma Ochu. “Novel Fibonacci and non-Fibonacci structure in the
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[24] Richard Taylor y col. “Perceptual and Physiological Responses to Jackson Pollock’s Fractals”.
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2011.00060 (véanse páginas 5, 36).
[25] Mark White y Frederick Foulds. “Symmetry is its own reward: On the character and signifi-
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Libros
[5] Anjan Chatterjee. The Aesthetic Brain: How We Evolved to Desire Beauty and Enjoy Art.
Oxford University Press, 2013 (véanse páginas 39, 40).
[7] Fernando Corbalán. La divina proporción. 2014 (véase página 48).
[9] G.H. Hardy. Apología de un matemático. Capitán Swing, 1967 (véase página 42).
[11] Daniel Kahneman. Thinking, Fast and Slow. 2011 (véanse páginas 37, 38, 43).
[13] Thomas Kuhn. Estructura de las revoluciones científicas. University of Chicago, 1962 (véase
página 43).

Misceláneo
[14] List of works designed with the golden ratio. URL: https://en.wikipedia.org/wiki/
List_of_works_designed_with_the_golden_ratio (véase página 37).
52 Capítulo 6. Comentario final

[19] Gary Meisner. Is the Nautilus shell spiral a golden spiral? URL: www.goldennumber.net/
nautilus-spiral-golden-ratio/ (véanse páginas 16, 48).
[20] Derek (a.k.a. Veritasium) Muller. The illusion of Truth. URL: https://www.youtube.com/
watch?v=cebFWOlx848 (véase página 44).
[21] Jackson Pollock. The fractal structure of Pollock’s paintings. URL: https://fractalkit.
wordpress.com/2013/07/09/the-fractal-structure-of-pollocks-paintings/
(véase página 36).
[26] Minhui Zhu. Activator-Inhibitor Model for Seashell PatternFormation? URL: http : / /
guava . physics . uiuc . edu / ~nigel / courses / 569 / Essays _ Spring2018 / Files /
zhu1.pdf (véase página 26).

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