Nahiara Feito

5to Año
Historia

1 y 2) El fraude científico es un acto de engaño o tergiversación del trabajo (ejemplos:

falsificación, plagio en la propuesta, ejecución o comunicación de los experimentos).
La investigación científica está basada en altos estándares éticos, y como está
cimentada estrictamente en la observación y en la comprensión de la naturaleza,
pocas personas se atreven a cuestionar la certidumbre de los enunciados científicos.
Por eso, el fraude está vinculado a la deshonestidad de los científicos y las científicas.
También, por esa leal conexión de la humanidad con los enunciados científicos que
“jamás se equivocan” es fácil para los científicos sin integridad engañar y extorsionar a
la población con información errónea.

3) La inconducta científica es la violación de los códigos estándar de conducta

académica y comportamiento ético en la investigación científica profesional. Es
distorsionar el proceso de investigación intencionalmente mediante la fabricación de
datos, texto, hipótesis o métodos de la forma o publicación del manuscrito de otro
investigador; o distorsión del proceso de investigación de otras formas. Las
consecuencias de la inconducta científica pueden ser perjudiciales tanto para los
científicos como para los individuos expuestos a la información.

4) En 2020, se encontró que en la investigación llevada a cabo por Logan Fulford en el

hospital de niños de Cincinnati, EEUU, incurrió en inconducta científica falsificando
intencionalmente los datos de inmunohistoquímica, al reutilizar y volver a etiquetar
imágenes para representar la expresión de diferentes proteínas y / o diferentes
condiciones experimentales, promoviendo el cáncer de próstata.

En 1998, el médico Andrew Wakefield publicó un estudio afirmando una conexión

entre el autismo y la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola. Esta
investigación fue muy respetada y eliminó la confianza del público en la vacuna, lo que
llevó a muchos padres a rechazar la inyección. En última instancia, esto llevó a un
aumento en el número de casos de sarampión y paperas en EEUU y Europa, que
informaron brotes muy peligrosos y generalizados. Cuando se enfrentó a una
investigación en 2010, se reveló que Wakefield y sus colegas habían alterado los
hechos sobre los niños en su estudio, y Wakefield incluso había sido pagado por un
abogado que planeaba demandar al fabricante de la vacuna. El Consejo Médico
General Británico encontró a Wakefield culpable de fraude y mala conducta, y su
trabajo es ahora visto por la comunidad médica y de investigación como un "fraude
elaborado".

5) En 1985 el doctor Vidal afirmaba mediante una investigación que la Crotoxina,

obtenida del veneno de las serpientes del Norte del país, tenía la capacidad de
detener o disminuir el crecimiento tumoral y que, por lo tanto, se estaba ante las
puertas de una posible cura para el cáncer. Era tal la conmoción popular que se había
generado tras la manifestación de los médicos investigadores, que pronto pasó a
transformarse en un suceso mundial. Pero tras la convocatoria de médicos oncólogos
especialistas para que evaluaran los dichos de los médicos Vidal se llegó a la
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conclusión que no había una comprobación científica sobre los efectos terapéuticos
que la crotoxina pudiera ejercer en los enfermos de cáncer y, por lo tanto, se prohíbe
que se continúe con el tratamiento. Eso no paró las esperanzas de las familias con
enfermos que preferían apostar por la crotoxina a pesar de las negativas oficiales.
Como consecuencia surge el mercado negro de la Crotoxina.

En octubre de 1986, luego de comprobar que varias de las pruebas presentadas por
Molina y por Vidal, habían sido fraguadas, se prohíbe el tratamiento con Crotoxina por
ser una droga más de todas las que en el mundo se encontraban en evaluación,
sumándose a otros tantos casos de fraude científico en el mundo.

6) El plagio se define como “la práctica de tomar las palabras, el trabajo o las ideas de
otra persona y hacerlas pasar como propias”. Probablemente sea la forma más común
de deshonestidad científica que se encuentra en los artículos de investigación.

Se descubrió que dos científicos informáticos de la Universidad de Kansas, habían

plagiado partes importantes de su investigación, para la cual habían publicado tres
artículos con una audiencia internacional. Gran parte de su trabajo se extrajo del
trabajo de otros científicos. A diferencia de muchos otros involucrados en escándalos
de investigación, a Visvanathan y Lushington se les ha permitido mantener sus
trabajos, pero bajo un acuerdo con la Oficina de Integridad de la Investigación se debe
monitorear cuidadosamente la legitimidad de la investigación que publiquen durante
los próximos años.