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Unidad IV:

Sistemas De Mantenimiento Del Cuerpo


Humano II
(Sistema Urinario)
Introducción.

Con frecuencia consideramos que el aparato urinario es fundamentalmente el «productor de la orina», algo que
realmente es cierto. Sin embargo, este sistema quedaría mejor descrito como el «equilibrador del plasma
sanguíneo». Cada uno de los riñones procesa la sangre que le llega de forma que pueda salir de él en mejores
condiciones. El contenido en agua se ajusta para evitar que exista demasiada cantidad o una carencia de ella en el
organismo y así mantener la constancia del medio interno. Del mismo modo, se ajusta el contenido de algunos iones
importantes, como el sodio y el potasio, de forma que se correspondan a las concentraciones definidas. Incluso es
posible alterar el pH de la sangre para que se ajuste a los valores deseados. De este modo, el aparato urinario regula
el contenido del plasma y permite mantener la homeostasis o «constancia dinámica» de todo el medio líquido
interno dentro de límites normales.

Anatomía Del Aparato Urinario

Estructura macroscópica

Los principales órganos del aparato urinario son los riñones, que procesan la sangre y forman la orina como desecho
para su excreción (eliminación del cuerpo). La orina excretada sale de los riñones para abandonar nuestro cuerpo a
través de unos órganos accesorios, los uréteres, la vejiga urinaria y la uretra.

Riñón

Los riñones tienen forma de alubia, porque son ovalados con una indentación medial. Un riñón de tamaño medio
mide aproximadamente 11x7x3 cm. El riñón izquierdo suele ser algo más grande que el derecho. Ambos tienen una
localización retroperitoneal, lo que quiere decir posterior al peritoneo parietal, contra la pared posterior del
abdomen. Se localizan a los dos lados de la columna vertebral y van desde la última vértebra torácica hasta justo por
encima de la tercera vértebra lumbar (L3). La parte superior (polo superior) de los dos riñones asciende por encima
del nivel de la duodécima costilla y el margen inferior de la pleura parietal torácica. Estas relaciones anatómicas
tienen importantes implicaciones clínicas. En general el riñón derecho está algo más bajo que el izquierdo,
posiblemente porque el hígado ocupa parte del espacio por encima del riñón derecho.

Una densa almohadilla de grasa, la cápsula adiposa renal, suele rodear en condiciones normales a los riñones y los
mantiene en su posición. Un tejido conjuntivo, la fascia renal, ancla los riñones a las estructuras circundantes y
también contribuye a mantener la posición normal.
La superficie medial de cada riñón presenta una escotadura cóncava llamada hilio. Los vasos sanguíneos renales y
otras estructuras salen o entran al riñón a través de esta escotadura. Cada riñón se rodea por una cápsula fibrosa
blanca y resistente.

El corte frontal del riñón derecho muestra las principales estructuras internas del mismo. Identifique la corteza renal,
o región externa, y la médula renal, o región interna. Gran parte del tejido medular está constituido por una docena
aproximadamente de cuñas triangulares definidas, que se llaman pirámides renales. La base de cada pirámide mira
hacia el exterior y la estrecha papila de cada una afronta el hilio. Cada papila renal tiene múltiples orificios por los
que sale la orina. Obsérvese que el tejido cortical se hunde en la médula entre las pirámides y forma unas áreas
conocidas como columnas renales.

Cada papila renal (punta de la pirámide) se introduce hacia una estructura a modo de copa llamada cáliz. Los cálices
se consideran el inicio del «sistema de tuberías» del aparato urinario, dado que en ellos se recoge la orina que sale
de la papila renal para ser transportada al exterior del cuerpo. Las copas que drenan las papilas renales de forma
directa se llaman cálices menores. Estos cálices menores son una serie de ramificaciones que se unen para dar
origen a otras de mayor calibre, llamadas cálices mayores. Estos cálices mayores se unen a su vez para formar un
gran cuenco de recogida llamado pelvis renal. La pelvis renal se estrecha al salir por el hilio para dar origen al uréter.
Pelvis significa «cuenco» en latín y, al igual que sucede en el cuenco del lavabo, recoge líquido para drenarlo
rápidamente a través de un conducto.
Vasos sanguíneos renales

Los riñones son órganos ricamente


vascularizados. Cada minuto fluyen por ellos
unos 1.200 ml de sangre. Dicho de otro modo,
aproximadamente una quinta parte de toda la
sangre que bombea el corazón cada minuto
llega a los riñones. Este hecho nos debe hacer
suponer, con buen criterio, que los riñones
procesan la sangre en algunos aspectos
importantes antes de devolverla a la
circulación general. Una rama grande de la
aorta abdominal, la arteria renal, aporta la
sangre a cada riñón. Cuando se acerca al
riñón, se divide en arterias segmentarias, que
a su vez se dividen para dar origen a las
arterias lobulares. Entre las pirámides de la
médula renal las arterias lobulares se
ramifican para dar lugar a las arterias
interlobulares, que se extienden hacia la
corteza para luego formar un arco por encima
de las bases de las pirámides y formar las
arterias arciformes. A partir de estas arterias
arciformes las arterias interlobulillares
penetran en la corteza. Como se irradian por
la corteza, en ocasiones se llama a las arterias
interlobulillares arterias corticales radiadas.
Unas ramas de las arterias interlobulillares
denominadas arteriolas aferentes llevan
directamente la sangre a unas unidades
funcionales diminutas del riñón, las nefronas.

Uréter

Los uréteres, que miden 28-34 cm de longitud, son dos tubos que transportan de forma activa la orina de los riñones
a la vejiga urinaria. Comienzan a los dos lados del estrecho orificio de salida de la pelvis renal en la primera vértebra
lumbar (Ll). Cada uno de los uréteres es retroperitoneal y circula hacia la pelvis hasta llegar a la vejiga, donde se
introducen por su parte inferior. Posteriormente tienen un trayecto angulado de unos 2 cm a través de la pared
vesical y desembocan en los ángulos laterales del trígono (suelo) de la vejiga. Dada su trayectoria oblicua a través de
la pared vesical, los extremos del tubo se cierran y se comportan como válvulas cuando la vejiga está llena,
impidiendo el reflujo de la orina.
El uréter se reviste por epitelio transicional, que permite la distensión sin lesiones del revestimiento epitelial. Este
rasgo permite una velocidad de flujo elevada o baja a través de los uréteres.
Cada uno de los uréteres está constituido por tres capas de tejido: un revestimiento mucoso, una capa media de tipo
muscular y una capa fibrosa externa. La muscular corresponde a músculo liso, que empuja la orina por peristaltismo.
La velocidad y la potencia de estas ondas peristálticas aumentan al hacerlo el volumen de orina.

Vejiga Urinaria

La vejiga urinaria es una bolsa muscular colapsable, localizada directamente por detrás de la sínfisis del pubis y
delante del recto. Se encuentra situada por debajo del peritoneo parietal, que cubre exclusivamente su parte
superior. El resto de la superficie vesical aparece cubierta por una adventicia fibrosa. En las mujeres se localiza
anterior a la vagina y delante del útero, y en los hombres reposa sobre la próstata.

La pared vesical está formada principalmente por tejido muscular liso. Este músculo se llama detrusor con frecuencia
y está formado por una red de haces entrecruzados de fibras musculares lisas. Los haces se orientan en todas las
direcciones: circular, oblicua y longitudinal. La vejiga se reviste por un epitelio transicional mucoso que forma unos
repliegues llamados pliegues vesicales. Dados los repliegues y la extensibilidad del epitelio transicional, la vejiga se
puede distender notablemente. Existen tres orificios en el suelo de la vejiga, dos para los uréteres y uno hacia la
uretra. Las desembocaduras ureterales se sitúan en los márgenes posteriores del suelo con forma triangular, el
trígono, mientras que la abertura de la uretra está en el margen anterior e inferior.

La vejiga realiza dos funciones principales:

1. Sirve como reservorio para la orina antes de salir del cuerpo.


2. Con ayuda de la uretra expulsa la orina del cuerpo.

Uretra

La uretra es un pequeño tubo revestido de una mucosa (epitelio transicional), que va desde el suelo vesical (trígono)
al exterior del organismo. En las mujeres está directamente por detrás de la sínfisis del pubis y anterior a la vagina,
donde atraviesa el suelo pélvico muscular. Se extiende hacia abajo y delante desde la vejiga unos 3cm y termina en
el meato urinario externo. Por otro lado, la uretra masculina sigue un trayecto tortuoso de unos 20 cm. La uretra
masculina atraviesa el centro de la próstata inmediatamente después de salir de la vejiga. En el interior de la
próstata recibe dos conductos eyaculadores. Tras salir de la próstata la uretra se extiende hacia abajo, adelante y
luego arriba para entrar en la base del pene. Posteriormente atraviesa el centro del mismo y termina en el meato
urinario en la punta del pene.
Como la uretra masculina recibe dos
conductos eyaculadores, sirve como
conducto para la salida del semen
(líquido que contiene
espermatozoides) cuando este es
eyaculado a través del pene. Por lo
tanto, la uretra masculina forma
parte de dos aparatos distintos: el
urinario (cuando se emplea para la
micción de la orina) y el reproductor
(cuando permite la eyaculación del
semen). La orina no se mezcla con el
semen durante la eyaculación porque
se produce el cierre reflejo del
esfínter muscular que regula la
desembocadura vesical. La uretra
femenina está separada del aparato
reproductor inferior (vagina), que se
encuentra situado justo detrás de
ella.

Micción

El mecanismo de la micción comienza con unas contracciones involuntarias del músculo detrusor en la pared vesical.
La micción también recibe el nombre orinar o vaciar la vejiga. Se ve que conforme aumenta la presión de la orina
contra el interior de la pared vesical al incrementarse el volumen de orina, aparecen unas contracciones
involuntarias que provocan la micción. Esta rápida sucesión de contracciones involuntarias activadas por un reflejo
parasimpático se vuelven cada vez más potentes conforme se llena la vejiga y aumenta el volumen y la presión de la
orina. El reflejo parasimpático condiciona también la relajación simultánea de los músculos del esfínter interno de la
uretra. Estos músculos incluyen una parte a modo de anillo del músculo detrusor de la pared vesical, como puede
verse en la figura. La relajación de estos esfínteres internos junto con las contracciones miccionales de la vejiga
pueden empujar a la orina para que abandone la vejiga y salga por la uretra.

Por suerte, la mayor parte de las personas aprenden a regular de forma consciente las contracciones voluntarias de
los músculos esfínter externos de la uretra y detener la micción, al menos hasta que sea el momento oportuno. Se
muestra que los músculos esqueléticos del suelo pélvico, incluido el músculo elevador del ano, se comportan como
esfínteres uretrales externos. El control voluntario de la micción solo es posible cuando los nervios que inervan el
suelo pélvico, las vías de proyección del sistema nervioso central (SNC) y las áreas motoras del encéfalo están
intactos y funcionan con normalidad. No resulta posible aprender esta función hasta que el sistema nervioso alcanza
un grado de maduración suficiente, lo que impide contar con este control durante la lactancia y los primeros años de
la infancia.
Las lesiones de cualquiera de estas regiones del sistema nervioso por una hemorragia cerebral o lesión medular, por
ejemplo, se traducen en un vaciamiento involuntario de la vejiga con determinados intervalos. La micción
involuntaria se llama incontinencia. En una vejiga media, 250 ml de orina provocan una sensación de distensión
moderada y la necesidad de orinar.
Estructura Microscópica

La mayor parte de cada uno de los riñones está constituida por más de un millón de estructuras funcionales
microscópicas, que se llaman nefronas. La forma de la nefrona es poco frecuente e inconfundible, además de tener
una adaptación única a su función de procesamiento del plasma sanguíneo y la formación de la orina. Recuerda a un
embudo diminuto con una guía ondulada larga de unos 3 cm de longitud.
Cada nefrona está constituida por dos regiones fundamentales: el corpúsculo renal y el túbulo renal. El líquido es
filtrado desde la sangre en el corpúsculo renal, a continuación, el filtrado fluye a través del túbulo renal y el túbulo
colector (TC), desde donde gran parte del filtrado se devuelve a la sangre. El resto del filtrado sale del TC en forma
de orina. Se comentará más adelante el procesamiento del filtrado. De momento, se va a analizar la estructura de la
nefrona y el TC. A continuación, se enumeran las principales estructuras que se comentan, recogidas según el orden
por el que fluye el líquido:

Nefrona

 Corpúsculo Renal
 Glomérulo (capilares)
 Cápsula de Bowman (cápsula
glomerular)

 Túbulo Renal
 Túbulo contorneado proximal
 Asa de Henle (asa de la nefrona)
 Túbulo contorneado distal

Túbulo Colector
NEFRONA

 Corpúsculo Renal

El corpúsculo renal es la primera parte de la nefrona y está constituido por la cápsula de Bowman y el glomérulo. La
formación de un corpúsculo renal se compara, en ocasiones, con la introducción de un puño dentro de un globo
inflado. Obsérvese que cuando el penacho glomerular de capilares empuja dentro del globo, queda rodeado por una
copa con dos paredes que se denominan capas parietal (externa) y visceral (interna): la cápsula de Bowman.
El líquido de la sangre sale en primer lugar del glomérulo mediante filtración y luego pasa a la cápsula de Bowman.

 Cápsula de Bowman

La cápsula de Bowman es la boca con forma de copa de una nefrona. En ocasiones se llama cápsula glomerular. La
cápsula está formada por dos capas de células epiteliales con un espacio, conocido como espacio capsular (espacio
de Bowman).
Los líquidos, productos de desecho y electrólitos que atraviesan los capilares glomerulares porosos y entran en este
espacio constituyen el filtrado, que es posteriormente procesado por la nefrona para formar la orina.
La capa parietal o externa está constituida por un epitelio pavimentoso simple. No participa en la producción de la
filtración glomerular. Sin embargo, la capa visceral (interna) es bastante distinta. Está constituida por unas células
epiteliales especiales que se llaman podocitos (que significa «células con pies»). Obsérvese que las ramificaciones
primarias originadas en el cuerpo celular se dividen para dar lugar a una red de ramas que terminan en unos
pequeños «pies» llamados pedicelos. Los pedicelos se disponen tan densamente agregados que entre ellos solo
existe una pequeña hendidura. Estos espacios se llaman hendiduras de filtración. Sin embargo, las hendiduras no
corresponden a meros espacios abiertos, porque en su interior existe una trama de fibras de tejido conjuntivo finas
llamadas el diafragma en hendidura, que impide que las hendiduras aumenten de tamaño cuando se someten a
presión, al tiempo que mantienen la permeabilidad de las mismas. El diafragma en hendidura es un componente
importante del mecanismo de filtrado porque impide que muchas macromoléculas grandes, como las proteínas,
puedan pasar.

 Glomérulo

El glomérulo es posiblemente la red capilar mejor conocida del cuerpo y posiblemente una de las más importantes.
Existen muchos poros o fenestraciones (que significa «ventanas») en el endotelio glomerular. Estos poros no existen
en los capilares normales. Es necesario este aumento de la porosidad para que se produzca la filtración a la velocidad
exigida para que la función renal sea normal. La relación entre el tamaño de las fenestraciones y la velocidad de la
filtración glomerular es otro ejemplo de la vinculación entre la forma y la función.
Las células mesangiales son propias de los corpúsculos renales. Tienen una forma irregular, presentan numerosas
prolongaciones citoplásmicas y aparecen dispersas al azar en el seno de una matriz extracelular localizada entre los
capilares glomerulares retorcidos. La mayoría de los fisiólogos consideran que su función es de soporte y fagocítica,
igual que la microglía y otros tipos de células gliales localizados en el sistema nervioso. Sin embargo, la presencia de
filamentos parecidos a la miosina y receptores para la angiotensina II en el citoplasma también sugiere una posible
participación en el control del flujo de la sangre a través del asa glomerular.
Entre el glomérulo y la cápsula de Bowman se encuentra una membrana basal (lámina basal). Está constituida por
una delgada capa de fibrillas delgadas en el seno de una matriz de glucoproteínas. La capa visceral de la cápsula de
Bowman contacta con la membrana basal a través de un número incontable de pedicelos («pies») en los podocitos.
El endotelio glomerular, la membrana basal y la capa visceral de la cápsula de Bowman constituyen la membrana
capsular glomerular, una estructura bien adaptada para su función de filtración.

 Túbulo Renal

El túbulo renal es un tubo hueco y contorneado cuyas paredes están principalmente constituidas por un epitelio
cúbico y pavimentoso simple. Las células epiteliales tienen cada una de ellas un único cilio primario, que se comporta
como receptor sensitivo que monitoriza la composición química y la velocidad de flujo de líquido a través de la luz
del túbulo. Esto permite a las células tubulares renales responder a los cambios en la composición y el flujo del
líquido para regular el crecimiento y funcionamiento tubular. El túbulo renal se extiende desde el corpúsculo renal
hasta el extremo de la nefrona, donde se une a un TC compartido con otras nefronas vecinas. El túbulo renal se
divide en distintas regiones: el túbulo contorneado proximal, el asa de Henle y el túbulo contorneado distal.

 Túbulo Contorneado Proximal

El túbulo contorneado proximal (TCP), que también se llama de forma más sencilla túbulo proximal, es la segunda
parte de la nefrona, pero la primera del túbulo renal. Como su propio nombre indica, el TCP es el segmento proximal
o más cercano a la cápsula de Bowman. Como tiene un trayecto contorneado e intrincado, se denomina túbulo
contorneado. Su pared está constituida por una capa de células epiteliales con un borde en cepillo, que afronta la luz
del túbulo. El borde en cepillo está constituido por miles de microvellosidades, que aumentan mucho la superficie
luminal, un dato estructural importante para la función.
 Asa de Henle

El Asa de Henle, o asa de la nefrona, es el segmento del túbulo renal localizado por detrás del túbulo proximal. Está
constituido por una rama descendente delgada, un giro abrupto y una rama ascendente.

 Túbulo Contorneado Distal

El túbulo contorneado distal (TCD), o sencillamente túbulo distal, es una parte contorneada del túbulo por detrás
(distal) al asa de Henle. Este TCD conduce el filtrado fuera de la nefrona hacia el TC.
El aparato yuxtaglomerular (que significa «estructura cerca del glomérulo») se localiza en un punto en el que la
arteriola aferente sobrepasa el TCD. Conocido también como complejo yuxtaglomerular, esta estructura es
importante para mantener la homeostasis del flujo de la sangre porque secreta de forma refleja renina cuando se
reduce la presión arterial en la arteriola aferente.
Las células propias del aparato yuxtaglomerular representan una modificación de las células de las paredes del TCD y
de la arteriola aferente en el punto en que contactan entre ellas. Las células musculares lisas de gran tamaño
situadas en la pared de la arteriola aferente y que se llaman células yuxtaglomerulares (YG) contienen gránulos de
renina. Estas células son sensibles al aumento de la presión en la arteriola y se consideran desde una perspectiva
funcional mecanorreceptores. Las células modificadas del TCD del aparato yuxtaglomerular forman una estructura
con células agregadas de forma densa que se llama mácula densa. Las células de esta mácula densa son
quimiorreceptores, que pueden percibir la concentración de solutos en el líquido que atraviesa el túbulo. Actuando
en conjunto, estos dos tipos de células del aparato YG contribuyen a la homeostasis de la función renal porque
influyen sobre la capacidad renal de producir una orina concentrada.

TÚBULO COLECTOR

El túbulo colector (TC) está formado por la unión de los túbulos renales de varias nefronas. Todos los TC de una
pirámide renal convergen en la papila renal y liberan orina a través de sus desembocaduras en uno de los cálices
menores. La cápsula de Bowman y los dos túbulos contorneados se sitúan totalmente dentro de la corteza renal,
mientras que las asas de Henle y los TC se extienden hacia la médula.

Vascularización de La Nefrona

La sangre pasa desde la arteriola aferente a los capilares glomerulares y posteriormente sale a través de una
arteriola eferente. A continuación esta arteriola entra en otra red capilar, situada a lo largo del túbulo renal. Estos
capilares se llaman capilares peritubulares. Parte de la sangre de la arteriola eferente fluye a través de unas largas
asas a modo de horquilla que siguen al asa de la nefrona. Estas arteriolas largas y con forma de asa se llaman vasos
rectos o arteriolas rectas. La sangre fluye muy lenta a través de los vasos rectos, un hecho con importancia clave
para la función de los mismos.
Como se puede observar, la sangre fluye a través de la arteriola eferente hacia los capilares peritubulares y los vasos
rectos, la vascularización peritubular, y después regresa al corazón por las venas interlobulillares y las venas
arciformes que se dirigen hacia las venas renales de gran calibre.
FISIOLOGÍA DEL APARATO URINARIO

Resumen de la función renal

Las principales funciones del riñón incluyen procesar el plasma sanguíneo y excretar la orina. Estas funciones
resultan vitales porque mantienen el equilibrio homeostático del organismo. Por ejemplo, los riñones son los
órganos corporales más importantes para mantener el equilibrio acidobásico e hidroelectrolítico. Los riñones
realizan este papel mediante la modificación de la cantidad de agua y electrólitos que salen de la sangre a través de
la orina de forma que se compense con la cantidad que entra a la sangre desde otros muchos orígenes. Los desechos
nitrogenados del metabolismo proteico, principalmente la urea, salen de la sangre por vía renal.

A continuación, se enumeran una serie de los elementos de la sangre que no se pueden mantener dentro de los
valores de concentración normales si los riñones fallan:

 Sodio
 Potasio
 Cloruro
 Desechos nitrogenados (sobre todo urea)

En resumen, la insuficiencia renal es una insuficiencia de la homeostasis y, si no se alivia, conduce a una muerte
inevitable.
Además de procesar el plasma de la sangre y formar orina, los riñones realizan otras funciones importantes. Influyen
sobre la velocidad de secreción de la hormona antidiurética (ADH) y la aldosterona y sintetizan la forma activa de la
vitamina D, la eritropoyetina y algunas prostaglandinas.
Como ya sabrá, la unidad funcional básica renal es la nefrona. Cuenta con dos partes fundamentales: el corpúsculo
renal y el túbulo renal, que elaboran orina por tres procesos:

1- Filtración: desplazamiento de agua y solutos sin proteínas desde el plasma al glomérulo, atravesando la
membrana capsular glomerular y hasta alcanzar el espacio capsular de la cápsula de Bowman.
2- Reabsorción tubular: salida de moléculas de los distintos segmentos del túbulo hacia la sangre peritubular
3- Secreción tubular: salida de moléculas de la sangre peritubular hacia el túbulo para su excreción

Estos tres mecanismos se emplean de forma concertada para procesar el plasma de la sangre y formar la orina. En
primer lugar, un gradiente de presión hidrostática regula la filtración de gran parte del plasma hacia la nefrona.
Como en dicho filtrado existen materiales que el cuerpo debe conservar (guardar), las paredes de los túbulos
empiezan a reabsorberlos hacia la sangre. Cuando el filtrado (orina) empieza a salir de la nefrona, el riñón debe
secretar algunas sustancias «de último minuto» a la orina para su excreción. En resumen, el riñón no solo filtra de
forma selectiva las sustancias dañinas o que tiene en exceso. En principio filtra gran parte del plasma y luego
reabsorbe aquello que «no debe ser eliminado» antes de que el filtrado alcance el final del túbulo y sea ya orina.
Este mecanismo permite ajustes muy finos de la homeostasis de la sangre, como comentaremos. En la figura se
muestran las cantidades de algunas moléculas importantes que se filtran y luego se reabsorben por la nefrona.

 Filtración

La filtración, el primer paso del procesamiento de la sangre, es un proceso físico que ocurre en los 2,5 millones de
corpúsculos renales localizados en los riñones. Cuando la sangre fluye a través de los capilares glomerulares, el agua
y los solutos pequeños se filtran pasando de la sangre a las cápsulas de Bowman. Los únicos elementos de la sangre
que no salen de la sangre son los sólidos (células) y la mayor parte de las proteínas plasmáticas. El resultado es la
formación de unos 180 L. de filtración glomerular cada día. Esta filtración ocurre a través de la membrana capsular
glomerular.
La filtración de los glomérulos hacia las cápsulas de Bowman se produce por los mismos motivos que la filtración de
otros capilares al líquido intersticial, que es la existencia de un gradiente de presión. El principal factor que establece
un gradiente de presión entre la sangre de los glomérulos y el filtrado de la cápsula de Bowman es la presión
hidrostática de la sangre glomerular. Tiende a provocar filtración del plasma de la sangre glomerular hacia las
cápsulas de Bowman.

 Reabsorción

Reabsorción en el túbulo proximal

La reabsorción, el segundo paso en la formación de orina, tiene lugar por mecanismos de transporte activos y
pasivos en todas las regiones de los túbulos renales. Una parte importante del agua y los electrólitos y
(normalmente) todos los nutrientes se reabsorben en los túbulos contorneados proximales. El resto del túbulo renal
reabsorbe poco filtrado en comparación. Los investigadores siguen indagando sobre los mecanismos exactos de la
reabsorción en los distintos segmentos de la nefrona.
Los túbulos contorneados proximales reabsorben nutrientes del líquido tubular, principalmente glucosa y
aminoácidos, que pasan a la sangre peritubular mediante un mecanismo especial de transporte activo llamado
cotransporte del sodio. Normalmente toda la glucosa que se filtra por el glomérulo regresa a la sangre por este
mecanismo de cotransporte de sodio. Por eso se pierde muy poca glucosa en la orina. Sin embargo, si la glucemia
supera una cantidad umbral (en general, entre 130 y 300 mg/dl), no resulta posible reabsorber toda la glucosa. El
exceso de glucosa se queda en la orina.

La urea es un desecho nitrogenado que se forma como consecuencia del catabolismo de las proteínas. En realidad se
forma en primer lugar amoníaco tóxico, pero gran parte de este se transforma con rapidez a la forma menos tóxica
de urea. La urea del líquido tubular permanece en el TCP mientras el sodio, el cloruro y el agua se reabsorben hacia
la sangre. Cuando estas sustancias desaparecen, queda un líquido tubular rico en urea. Dado que la concentración de
urea en el túbulo es en ese momento superior a la concentración en la sangre peritubular, se produce una difusión
pasiva de la misma hacia la sangre. Aproximadamente la mitad de la urea del líquido tubular sale del TCP por ese
mecanismo.

Reabsorción en el Asa de Henle

Las principales funciones del asa de Henle se resumen a continuación:

- El asa de Henle reabsorbe el agua del líquido tubular (y capta la urea del líquido intersticial) en la rama
descendente. Re-absorbe el sodio y el cloruro del líquido tubular en la rama ascendente.
- Al reabsorber la sal en la rama ascendente, consigue diluir el líquido tubular (hipotónico).

- La reabsorción de sal en la rama ascendente también genera y mantiene una presión osmótica elevada o una alta
concentración de solutos en el líquido intersticial medular.

Reabsorción en los túbulos distales y los túbulos colectores

El TCD se parece al proximal porque reabsorbe también algo de sodio mediante transporte activo, pero en una
cantidad muy inferior. Por sí mismas, las células de la pared de los túbulos distales son relativamente impermeables
al agua, lo que implica que se puede retirar el sodio, pero el agua no lo acompaña por osmosis, de forma que la
concentración de solutos del líquido tubular se sigue reduciendo.

 Secreción tubular

Además de participar en la reabsorción, las células tubulares también secretan diversas sustancias. La secreción
tubular corresponde al desplazamiento de sustancias que salen de la sangre hacia el líquido tubular.
Recuerde que la rama descendente del asa de Henle elimina la urea mediante difusión. Los túbulos distales y los
túbulos colectores secretan potasio, hidrogeniones e iones amonio. Sacan mediante transporte activo iones potasio
(K+) o hidrogeniones (H+) de la sangre hacia el líquido tubular, intercambiándolos por iones sodio (Na+), que
posteriormente se difunden de nuevo hacia la sangre. La secreción de potasio aumenta cuando la concentración de
aldosterona en sangre lo hace.
La aldosterona, una hormona
de la corteza suprarrenal,
actúa sobre las células de los
túbulos distales y túbulos
colectores y aumenta la
actividad en los mismos de las
bombas sodio-potasio, que
sacan sodio del túbulo e
introducen potasio en el
mismo. La secreción de
hidrogeniones aumenta
cuando su concentración en la
sangre aumenta. Los iones
amonio se secretan hacia el
líquido tubular por difusión
desde las células tubulares,
donde se sintetizan.
Las células tubulares también
secretan distintos iones y
compuestos orgánicos.
Diversas toxinas y muchos
fármacos, como penicilinas y
ácido paraaminohipúrico
(PAH), pueden ser eliminados
del plasma de la sangre por
este método.
Regulación del Volumen Urinario

La ADH realiza un papel central en la regulación del volumen urinario. El control de la concentración de solutos en la
orina tiene repercusión sobre el control del volumen urinario. Si no se reabsorbiera agua en el túbulo distal y los
túbulos colectores, el volumen de orina sería relativamente alto y la pérdida de agua del organismo también. Cuando
se reabsorbe agua bajo la influencia de ADH, el volumen total de orina se reduce en función de la cantidad de agua
eliminada de los túbulos. Por lo tanto, la ADH reduce la pérdida corporal de agua.
Otra hormona que tiende a reducir el volumen de orina y conservar agua es la aldosterona, que se secreta en la
corteza suprarrenal. Aumenta la absorción de sodio en el túbulo distal y el TC, lo que a su vez provoca un
desequilibrio osmótico que ocasiona la reabsorción de agua del túbulo. Dado que la reabsorción de agua en el túbulo
distal y el TC necesita de ADH, el mecanismo de la aldosterona debe funcionar junto con el mecanismo de ADH para
poder mantener la homeostasis del contenido líquido corporal. Los papeles en colaboración de ADH y aldosterona
en la regulación del volumen de orina, y por lo tanto del equilibrio de líquidos en todo el organismo.

Otra hormona, llamada hormona natriurética auricular (ANH), influye también sobre la reabsorción de agua a nivel
renal. La ANH es secretada por unas fibras musculares especializadas en la pared auricular cardíaca. Su nombre nos
indica su función: la ANH induce la natriuresis (pérdida de sodio en la orina). La ANH actúa indirectamente como
antagonista de la aldosterona, porque induce la secreción del sodio hacia los túbulos renales en lugar de la
reabsorción del mismo. Por lo tanto, la ANH reduce la concentración de sodio en el plasma y el líquido intersticial, lo
que reduce la reabsorción de agua porque ejerce efectos contrarios a la aldosterona. La ANH inhibe también la
secreción de aldosterona y se opone al mecanismo de aldosterona-ADH para reabsorber menos agua y producir así
más orina. En resumen, la ANH inhibe el mecanismo de la ADH, inhibiendo la conservación de agua en el medio
interno y aumentando la diuresis. El volumen de orina se relaciona también con la cantidad total de solutos distintos
del sodio que se excretan por la orina. En general, cuantos más solutos, más orina. Posiblemente el mejor ejemplo
de este principio se encuentra en la diabetes mellitus no tratada. El síntoma que suele determinar que el paciente
con diabetes no diagnosticada consulte al médico es la eliminación de una enorme cantidad de orina. El exceso de
glucosa se elimina por la orina, lo que aumenta la concentración de solutos en la misma (y reduce su concentración
en el plasma); esto, a su vez, ocasiona diuresis.

El volumen de la diuresis no se suele alterar por los cambios en la FG, que permanece bastante constante en los
individuos normales durante períodos prolongados de tiempo. Un proceso llamado autorregulación de la FG
mediante retroalimentación tubuloglomerular depende de pérdida de agua un buen funcionamiento de las células
(p. ej., sudor) de la mácula densa y el aparato yuxtaglomerular. Este mecanismo de regulación ayuda a proteger el
riñón de variaciones rápidas en la presión arterial sistémica, que podrían provocar grandes cambios de la FG en caso
contrario. Lo consigue mediante la regulación de la resistencia en las arteriolas aferentes y eferentes. Cuando se
producen variaciones en la presión arterial sistémica, los quimiorreceptores sensibles a la velocidad de flujo y la
osmolaridad del filtrado pueden acelerar o retrasar la FG, lo que permite contar con más o menos tiempo para el
procesamiento químico del filtrado tubular.
Además, la respuesta de regulación mediante retroalimentación influye también sobre el mecanismo de renina-
angiotensina y la presión arterial sistémica.

Composición de la orina

En la tabla se recogen las características físicas de la orina normal. El análisis que se utiliza para la evaluación de la
misma se denomina orina completa, y ofrece excelente información acerca de la función renal y de los equilibrios
ácido-base e hidroelectrolítico; también puede aportar datos sobre alteraciones metabólicas y de patologías renales
y extra-renales.

Examen Físico Resultado

Color  La orina normal debería ser clara; el color


depende de la densidad especifica.
 Orina Diluida: color pajizo transparente.
 Orina Concentrada: amarillo oscuro ambarina.

Aspecto  Transparente

Olor  Ligeramente aromática. “Siu Generis”.

Densidad Especifica  1,005 – 1,03 (habitualmente 1,01 – 1,025)

pH  4,6-8 (media 6)

Examen Químico Resultado

Glucosa  Negativo

Proteínas  Negativo

Cuerpos Cetónicos  Negativo

Bilirrubina  Negativo
Examen Microscópico Resultado

Leucocitos  0 a 2 (elementos por campo)

Hematíes  0 a 2 (elementos por campo)

Cristales  Negativo

Cilindros  Negativo

Células Epiteliales  Escasas

Urocultivo

El Urocultivo es un análisis de orina que permite determinar la existencia de una Infección del Tracto Urinario (ITU),
como así también del germen causal de la misma.
La ITU se define como la presencia y proliferación de gérmenes en el tracto urinario. Habitualmente es bacteriana y
excepcionalmente, micótica o vírica. Se pone en evidencia mediante el cultivo de la orina en medios de crecimiento
apropiados. Si hay bacterias, crecerán formando colonias que pueden ser contadas como unidades formadoras de
colonias por mililitro (UFC/ml)2.

Indicaciones del urocultivo: El urocultivo no está indicado de forma rutinaria, las indicaciones serán las siguientes:

1. Posible bacteriuria asintomática en pacientes con factores de riesgo como embarazo, edad inferior a 5 años,
existencia de anomalías urológicas, trasplante renal, neutropenia e inmunodepresión, diabetes, cirugía o
manipulación urológica reciente o litiasis infecciosa.

2. Disuria, polaquiuria, síndrome miccional, dolor suprapúbico con o sin hematuria propios de una cistitis en paciente
Varón, en infección recurrente ya sea por la persistencia de la cepa original (recidiva) o por una cepa distinta
(reinfección), en infección complicada y en infección intrahospitalaria.

3. Síndrome febril agudo con dolor lumbar o próstata agrandada y dolorosa, con o sin síntomas irritativos y/o
obstructivos del tracto urinario inferior, indicativos de pielonefritis o prostatitis aguda.

Recomendaciones generales para la recolección de muestras para orina completa y urocultivo.

 Higiene de genitales externos


 Los hombres deben retraer el prepucio e higienizar la región del glande con agua y jabón neutro, enjuagando
bien. Secar con toalla limpia o estéril.
 Las mujeres, deben higienizar la región vulvo vaginal con agua y jabón neutro, de adelante hacia atrás.
Enjuagar bien, secar con toalla limpia o estéril. Aplicar un tampón vaginal, antes de proceder a la recolección
de orina.
 Recolecte la primera orina de la mañana u orina con 4hs. de retención mínima.
 Descarte la primer parte de la micción (correspondiente a un chorro largo de orina), y recolecte el resto en
un frasco estéril (para urocultivo) o un frasco limpio (para orina completa). La muestra debe ser de al menos
10 ml.
 Remitir la muestra lo antes posible al laboratorio.
 Puede guardarse en la heladera hasta su entrega.
 En ciertas situaciones puede ser necesario realizar sondaje vesical para la recolección de estas muestras.
 ACTIVIDADES SUGERIDAS PARA INTEGRACION, FIJACION Y EVALUACION DEL

APRENDIZAJE

1-Indique en el siguiente grafico los órganos que integran el sistema urinario.

2- Enuncie las funciones generales del sistema urinario

3- Describa las estructuras y funciones de los órganos que integran el sistema urinario.

4- Localice la posición anatómica de los riñones en la cavidad abdominal.


5- Identifique en la figura la estructura interna del riñón.

6- Identifique en la figura las partes de la nefrona.


7- Explique los diferentes pasos de la filtración, reabsorción y secreción de la orina.

8- Explique cómo se regula el volumen urinario.

9- Diferencie los objetivos de los análisis de orina completa y urocultivo

10- Comente las recomendaciones generales para la recolección de muestras de orina completa y urocultivo.

11- Indique en el cuadro las características normales de la orina.

Examen Físico Resultado

Color

Aspecto

Olor

Densidad Especifica

pH

Examen Químico Resultado

Glucosa

Proteínas

Cuerpos Cetónicos

Bilirrubina

Examen Microscópico Resultado

Leucocitos

Hematíes

Cristales

Cilindros

Células Epiteliales

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