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Conócete a ti mismo

Carmen Vázquez Bandín

“La personalidad es ‘transparente’,


se la conoce de arriba abajo,
ya que es el sistema de lo que
ha sido reconocido como propio”.
(PHG II, 10, 8, 4)

“Noverim te, noverim me”


(conocerte para conocerme)
(San Agustín)

Introducción

Laura Perls decía: “El contacto supone reconocer al ‘otro’, supone


estar consciente de que existen diferencias”1. Pero para poder establecer
diferencias, necesariamente tenemos que conocer el criterio de
comparación. ¿Un “otro” diferente a quién? ¡Diferente a mí!
Y esto nos lleva, inevitablemente, a otra importante pregunta: ¿Quién
soy yo? ¿Cómo soy? ¿Qué sé de mí?

Esta necesidad y utilidad de conocerse a sí mismo están


profundamente enraizadas en la esencia de la Humanidad. Desde el origen
de los tiempos, desde que el ser humano adquirió la capacidad de
reflexionar parece que ha estado buscando este saber de sí mismo.
En el frontispicio del templo de Apolo en Delfos, según se cuenta,
estaba escrita esta máxima: γνοσι τε αυτον. Gnosci te ipsum para los
romanos. Conócete a ti mismo.

Por lo tanto, antes de poder hacer un repaso de algunas técnicas de


auto-conocimiento, es interesante echar una mirada acerca de la teoría
gestáltica sobre el origen y el mantenimiento de nuestra forma de ser.

Por sus obras los conoceréis

1
.- Perls, Laura (1953): Apuntes sobre el soporte fundamental del proceso de contacto, en Viviendo en
los límites, Ed. Promolibro, Valencia, 1994, pág. 87.
2

Para poder saber quién somos, la Terapia Gestalt nos envía como
referencia a la personalidad. Dice nuestro texto fundamental 2 : “La
Personalidad […] es la asunción de lo que uno es y lo que sirve de base a
partir de la cual se podría explicar el propio comportamiento. […] Es una
especie de entramado de actitudes con el que se comprende uno a sí
mismo y que se puede utilizar para cualquier tipo de comportamiento
interpersonal”.

Pero sabemos que, cualquier personalidad individual como cualquier


sociedad organizada se van a desarrollar a partir de las funciones de
coherencia que son completamente esenciales como son el amor, el
aprendizaje, la comunicación, la identificación, etc. Esto nos lleva a admitir
que “aunque la personalidad es constantemente modificada aún en sus
más mínimos detalles”, 3 podríamos decir que mantiene una cierta
coherencia a través de la identidad.

También sabemos que la personalidad es una de las estructuras del


4
self , y, por lo tanto, como estructura que es podemos atribuirla las
características que los estructuralistas, especialmente Piaget, en el campo
de la Psicología, otorgan a una estructura5:

1º.- que es la organización o el orden de las diferentes partes de un


fenómeno;
2º.- que es un modelo basado en hechos observables;
3º.- que tiene como características la totalidad, la transformación y la
autorregulación;
4º.- que es temporal.

También Perls, Hefferline y Goodman nos dan una explicación


contundente estableciendo claros sinónimos: “Configuración, estructura,
tema, relación estructural o totalidad significativa y organizada son los
términos que se acercan más a la palabra alemana Gestalt”.6

La construcción de la personalidad

2
.- Perls, F.S., Hefferline, R. y Goodman, P. (1951): Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la
personalidad humana, Ed. Sociedad de Cultura Valle-Inclán, Colección Los Libros del CTP,
Ferrol/Madrid, 2002. (A partir de ahora PHG volumen, capítulo, párrafo). PHG II, 10, 8, 1.
3
.- PHG II, 8, 1, 3.
4
.- PHG II, 10, 8, 1.
5
.- PIAGET, Jean: El Estructuralismo, Ed. Proteo, Buenos Aires, 1968, pág. 18
6
.- PHG, Introducción general, pág. xlii.
3

“La personalidad es una estructura creada a partir de las primeras


relaciones interpersonales precoces”.7

Sabemos que no existe ninguna función humana que pueda


satisfacerse sin entorno, por lo tanto, en la formación de la personalidad,
los factores sociales son esenciales.

Desde el momento del nacimiento, el niño está en relación con un


entorno: su familia. Este es un entorno restringido. Es allí con los padres,
hermanos y otras figuras de prestigio emocional en donde el niño va
conformando su identidad. Pero es a partir de los dos o tres años de vida
cuando empieza a aceptar como suyas determinadas características y
cualidades que le otorga su entorno. Aunque es obvio que cada niño va a
tener sus propias peculiaridades vitales y energéticas en la relación con los
distintos elementos de su familia va a ir identificando y nombrando
aspectos de su modo de reaccionar que van a determinar su identidad y su
personalidad.

Por ejemplo, un niño muy vital, en una familia cuyos progenitores


son más bien desvitalizados y pasivos, pronto sacará la conclusión, en el
mejor de los casos, de que es un niño nervioso e intranquilo, si no llega a la
conclusión de que “es malo e inadecuado”. Otro niño, a lo mejor, con esa
misma vitalidad y energía puede ser considerado un niño pasivo y
desvitalizado, si sus padres son excesivamente activos y nerviosos.

Junto con la aparición de los primeros rudimentos del lenguaje, el


niño empieza a conformar su personalidad. Existe una necesidad de poner
palabras a sus modos de reaccionar, de relacionarse. “Es útil, nos dice el
PHG, definir la personalidad como una estructura de hábitos de lenguaje y
considerarla como un acto creativo del segundo o tercer año de vida”.8

Los elementos básicos para la formación de la personalidad son:

• Adopción y dependencia
• Comunicación
• Imitación y aprendizaje
• Elecciones amorosas y relaciones de compañía
• Pasiones de simpatía y antipatía
• Ayuda mutua y ciertas rivalidades

7
.- PHG II, 7, 1, 2.
8
.- PHG II, 7, 1, 3.
4

Del mismo modo, las funciones opuestas, de división, como el


rechazo, el odio, la alienación, etc., son también elementos de formación de
la personalidad.

Ampliando el círculo

Ya hemos visto que el niño hace sus primeras identificaciones en el


seno de la familia. Su identidad y su personalidad empiezan a estructurarse.
Y de alguna manera empieza a darse una especie de círculo vicioso: las
palabras con las que han llamado a nuestros distintos modos de relación y
de manifestación empiezan a cobrar sentido y significado en nosotros, con
lo que nuestros actos están encaminados a confirmar estas cualidades y
características, de modo que “todo lo que se ha convertido en acto, en
cierta medida, se ha asimilado”.9

Con la escolarización, nuestro círculo se amplia. Muchas de las


características se reafirman y otras sufren modificaciones y cambios.
Algunas, incluso, empiezan a sufrir divisiones y polaridades. En función
del entorno, esgrimimos unas u otras características personales. Esto va
reforzándose hasta llegar a la adolescencia en donde la pandilla, el grupo de
iguales, ejerce un poder transformador y definitivo.

Podríamos decir que es a partir de los 12 años de edad cuando cada


individuo va redefiniendo su personalidad, y es esta la etapa en la que más
se lleva a cabo un intento de asimilación. Si la identidad, quién soy, se
forma entre los tres y los seis años, el cómo soy o personalidad es a finales
de la adolescencia cuando encuentra su exaltación máxima. El adolescente
necesita de su función personalidad para diferenciarse de su familia y de
sus amigos, para poderse sentir un individuo aislado y diferente. Dice PHG:
“La enfermedad, las deficiencias somáticas y los excesos ocupan un lugar
alto en la jerarquía de la dominancia. Así como los peligros ambientales.
Pero también la necesidad de amor, de encontrar a alguien, el evitar el
aislamiento y la soledad, y la necesidad de autoestima. De la misma
manera, poder seguir siendo uno mismo y poder desarrollarse: la
independencia. Se va a estar atento también a la confusión mental
aguda”.10 El resultado de este balance es la auto-estima. Esto le servirá
para poder entrar en el mundo adulto.

9
.- PHG II, 13, 6, 3.
10
.- PHG II, 4, 5, 2.
5

El mantenimiento de la personalidad: la lealtad, la moralidad y las


actitudes retóricas

Esta característica de coherencia de la personalidad, que he


nombrado antes, se mantiene a través de tres hábitos: la lealtad, la
moralidad y las actitudes retóricas.

“La identificación con el grupo que ha satisfecho las necesidades y


potencialidades y que es una fuente de fuerza para las acciones posteriores
es el hábito de la lealtad”;11 ya que hemos “cogido” los hábitos a partir de
los comportamientos que hemos adoptado en compañía, al imitar a los
otros o cuando nos identificamos con ellos. Santayana12 llamaba a esto “las
fuentes de nuestro ser”. La lengua, determinados giros personales de
nuestra forma de hablar, las costumbres, la forma de vestir, nuestros
hábitos alimenticios, etc. se mantienen gracias a la lealtad al grupo.
En la mayor parte de las ocasiones, cuando las necesidades cambian,
cambia el grupo de referencia, y la prudencia13 gana fuerza a la lealtad. El
cambio de grupo se hace sin un conflicto especialmente sentido y
consciente.

Pero, otras veces, surgen conflictos fuertemente sentidos entre los


dos fondos de acción en las relaciones con cualquier grupo con el que nos
sentimos identificados. Aquí entra la moralidad14. Se tendrían que resolver
poniendo en juego la lealtad y la prudencia pero habitualmente se utilizan
otras dos formas diferentes de evaluación que no son el resultado de
ninguna asimilación: la elección moral aprendida y la auto-conquista.
Para abandonar una lealtad es necesario encontrar una nueva lealtad,
“ya que”, como nos recuerdan PHG, “la sociabilidad forma siempre parte
de las necesidades humanas”15.

El tercer modo de mantener la personalidad es mediante la actitud


retórica, esto es, la forma personal y particular de hablar. Dice el PHG: “se
la puede observar si se centra uno en la voz de alguien, en su sintaxis y en
sus modales. Estas actitudes pueden ser de queja, de fanfarronería, de
11
.- PHG II, 13, 6, 2.
12
.- Santayana, George (1925): Dialogues in Limbo, London: Constable and Co. (1925); New York:
Scribner's (1926).
13
.- Entendiendo por prudencia la virtud o la cualidad de que dispone la razón práctica para discernir
nuestro verdadero bien y elegir los medios justos para realizarlo. La lealtad, por definición es una acción
de permanencia; el concepto define una conducta consistente de apego, elección o preferencia hacia algo
o hacia alguien.
14
.- Para ampliar este aspecto, ver: Vázquez Bandín, Carmen (2006): Cuando la lealtad se convierte en
un ancla, Madrid.
15
.- PHG II, 13, 7, 3.
6

impotencia, solapadas o abiertas, de hacer concesiones, de ser imparcial,


etc.”, de comprensión, de apoyo… 16 Todas estas son técnicas de
manipulación que los niños adquieren rápidamente, ya que suelen tener una
audiencia limitada y concreta para sus actividades y descubren enseguida
qué recursos tienen éxito y cuales no. Después son sacadas de la
consciencia inmediata y seguimos utilizándolas pero ya sin ser conscientes
de nuestra autoría.17

Autonomía y responsabilidad

La personalidad es la única estructura responsable del self, y además


es autónoma. Autónoma no quiere decir espontánea. Dice el PHG: “La
autonomía es una elección libre y supone siempre una sensación de falta
de compromiso básico, seguido de un compromiso.”18 La elección libre o
libertad alude a que la base de la actividad ya se ha conseguido y se ha
asimilado, con lo que la situación no es nueva. Supuestamente esta
situación nueva real es la imagen en espejo de la personalidad, con lo que
se sabe que es propia y eso hace que nos sintamos seguros.
En la espontaneidad no hay ni libertad ni seguridad que aporta el
conocimiento de lo que uno es, del sitio en el que se está, ni de la capacidad
para comprometerse o no; “se está comprometido y llevado, no a pesar de
uno mismo, sino más allá de uno mismo”.19
La autonomía es menos activa que la actitud deliberada pero es
menos pasiva que la relajación. Esto da lugar a la “personalidad libre” y su
modo de operar es a través de la fuerza de voluntad.
La responsabilidad consiste en el cumplimiento de un acuerdo, y un
acuerdo se hace según lo que uno es. “La responsabilidad consiste en
mantener un comportamiento coherente en el marco acordado”. 20 Esta
responsabilidad puede ser el marco, el encuadre para una actividad, siendo
en sí misma la actividad espontánea y creativa.

La personalidad neurótica

A veces, como un ajuste creativo, frente a una amenaza crónica, el


ser humano hace una división neurótica de su personalidad y se repliega a
sus mecanismos de seguridad: represión, alucinación, desplazamiento,

16
.- PHG II, 13, 8, 1.
17
.- Para ampliar este aspecto, ver: Vázquez Bandín, Carmen (2006) ¿Cantan las sirenas?, Madrid.
18
.- PHG II, 10, 8, 3.
19
.- PHG II, 10, 8, 3.
20
.- PHG II, 10, 8, 5.
7

aislamiento, huída, regresión y, de este modo, “trata de hacer ‘del arte de


vivir sobre sus nervios’ una nueva proeza de la evolución”.21

Esta división suele aparecer prácticamente desde la infancia. Dice


PHG: “Durante su formación [de la personalidad] ha habido ya la
incorporación de un gran material ajeno, no asimilado e incluso no
asimilable (lo que hace, evidentemente, que los conflictos posteriores entre
el individuo y la sociedad sean aún más insolubles)”.22 Esto da lugar a la
neurosis, a la incapacidad para resolver creativamente un conflicto.
Porque la neurosis es la pérdida de la espontaneidad en beneficio de
la fisiología secundaria como hábitos no disponibles. La terapia, conocerse
a sí mismo, supone un contactar deliberadamente con estos hábitos
mediante ejercicios progresivos con el fin de hacer tolerable la ansiedad.
“La neurosis, como una perturbación de las funciones del self, se sitúa a
medio camino entre la perturbación del self espontáneo, que es el
sufrimiento, y la perturbación de la función ello, es decir, la psicosis”.23
La neurosis, como pacificación prematura de los conflictos, supone
una huída de la excitación espontánea y la limitación de cualquier
excitación. Con el paso del tiempo y la repetición, algunos ajustes creativos
se convierten en automatismos y salen del awareness, dejan de ser algo
consciente. El individuo, entonces, está lleno de actitudes sensoriales y
motoras cuando la situación no las justifica o, realmente, cuando no existe
ninguna situación de contacto. Estos hábitos intervienen en la
autorregulación fisiológica y causan dolor, cansancio, susceptibilidad y
malestar. No existe ninguna descarga total ni ninguna satisfacción final.
Dice el PHG: “Alterado por las necesidades no satisfechas y manteniendo
de una manera no consciente una influencia inflexible sobre sí mismo, el
neurótico no puede abstraerse en sus intereses cotidianos ni llevarlos a
buen fin con éxito, sino que es su propia personalidad la que ocupa su
consciencia: avergonzado y avergonzando, alternativamente resentido y
culpable, orgulloso e inferior, audaz y timorato, etc.”.24

Javier lleva ya tiempo haciendo terapia pero un día llega a la


sesión apesadumbrado porque se ha dado cuenta de su incapacidad
para sonreír. “Me he dado cuenta”, dice, “de que los músculos de
mi cara están siempre contraídos y tensos, como si siempre estuviera
enfadado y a la defensiva. Y me he dado cuenta”, continúa diciendo,
“porque el otro día salí con una chica que me gustaba y fui incapaz
de estar en sintonía con ella. Me sentía intranquilo, a disgusto,

21
.- PHG II, 6, 10, 1.
22
.- PHG II, 7, 1, 2.
23
.- PHG II, 14, 2, 2.
24
.- PHG II, 14, 2, 5.
8

incluso, enfadado con ella sin tener motivos… y, de pronto, me di


cuenta de que me dolía la cara, de que tenía tensos y crispados todos
los músculos de la cara”. “Pero cuando llegué a casa y me miré en
el espejo, no vi nada que fuera diferente de mi cara habitual. Me he
seguido observando durante varios días después y he llegado a la
conclusión que siempre tengo los músculos de la cara en tensión”.

Así, el neurótico está en una constante hipertonía crónica muscular,


un estado de alerta máxima sensorial y perceptiva, y una propiocepción
reducida, aunque esta situación la ha relegado fuera de su consciencia
inmediata. El self solamente se siente como un yo deliberado, y se viven
como cualidades la fuerza de voluntad y la consciencia reflexiva.

El auto-conocimiento

Ahora estamos en mejores condiciones para volver a nuestras


preguntas iniciales: “¿Cómo soy yo?”, “¿Qué sé de mí?” y dar un paso más.
Contestar a estas preguntas podríamos llamarlo auto-conocimiento o
análisis de la personalidad. Pero cuando hablamos de auto-conocimiento,
conocimiento de uno mismo o análisis de la personalidad en Terapia
Gestalt, ¿a qué nos estamos refiriendo exactamente?
Para contestar a esta pregunta tenemos que acudir a una de las tres
estructuras parciales del self: la personalidad, que también es una de las tres
etapas principales del ajuste creativo.
La personalidad, de acuerdo a la teoría de la Terapia Gestalt es: “la
figura creada en la que el self se convierte y asimila al organismo,
uniéndola con los resultados del crecimiento anterior” 25 . Es un
“entramado de actitudes”26 que responderían a la pregunta “¿Cómo soy?”.
Pero esta pregunta está incompleta si no la formulamos sin tener en cuenta
las relaciones interpersonales.
La personalidad es la parte del self que podemos conocer y
reconocer, y se guía por la autonomía, esto es, por lo que se hace, dado que
el comportamiento es algo propio porque, en principio, ya se ha conseguido
y asimilado. Este comportamiento conocido y propio da lugar al
“entramado de actitudes” con el que cada uno de nosotros nos
identificamos.

Y ¿qué es una actitud? Una actitud es una forma de respuesta a


alguien o a algo, aprendida y relativamente permanente.

25
.- PHG II, 10, 5, 3.
26
.- PHG II, 10, 8, 1.
9

El término “actitud” ha sido definido como “una reacción afectiva


positiva o negativa hacia un objeto, persona o proposición abstracto o
concreto denotado”27. Las actitudes son aprendidas, y raramente son un
asunto individual, generalmente son tomadas de grupos en los que nos
sentimos emocionalmente implicados. Se componen de tres elementos: lo
que se piensa (componente cognitivo), lo que se siente (componente
emocional), y la tendencia a la manifestación (componente conductual).
Tenemos determinadas actitudes ante los objetos o personas que
conocemos, y formamos actitudes nuevas ante las personas, objetos o
situaciones que también son nuevas para nosotros.

La identidad es la conclusión personal e individual con la que nos


identificamos como resultado de una actitud.

Por lo tanto en el auto-conocimiento hay que tener en cuenta dos


elementos:

- las actitudes con relación al entorno, a lo aparentemente “fuera de la


piel”, y
- las cualidades/defectos con los que me identifico, lo aparentemente
“dentro de la piel”.

Métodos de auto-conocimiento

Podríamos hablar de dos técnicas principales de auto-conocimiento:


la introspección y la consciencia inmediata.

La consciencia inmediata o awareness es la sensación espontánea de


lo que surge en ti, o de lo que haces, sientes, proyectas; por el contrario, la
introspección es una vuelta deliberada de la atención sobre esas cosas para
evaluar, corregir, controlar, intervenir, por lo que, a menudo, la propia
atención que se le presta modifica o impide su aparición en la consciencia
inmediata. Dice Perls: “La consciencia inmediata es como el fulgor de un
carbón que proviene de su propia combustión; lo que se da en la
introspección es como la luz reflejada por un objeto cuando una linterna lo
enfoca”.28
Es el self en su totalidad quien se ocupa de la consciencia inmediata,
mientras que la introspección está a cargo del yo deliberado.

27
.- Papalia, Diane E.: Psicología del desarrollo, Ed. MacGrawHill, México, 1993.
28
.- PHG I, pág. 396.
10

En la introspección se utilizan la retroflexión y el egotismo. Hay una


separación y una división del propio individuo entre sujeto y objeto,
observador y observado.
“Si se utiliza la introspección como técnica de observación, el ‘yo
mental’, en este caso, está activo mientras que el self ‘mental’ y ‘corporal’
está pasivo”.29 La introspección es un análisis racional y por lo tanto no
está implicado el self en su totalidad, ni hay ninguna consciencia inmediata
de las sensaciones ni del cuerpo en general. Pueden recrearse
intelectualmente las sensaciones pero será el “yo mental” quien las genere.
Por decirlo de alguna manera un poco burda, no son reales; no se
corresponden al aquí-y-ahora de la situación. Mediante la introspección
vamos a poder conocer, de un modo explícito y a ser conscientes de una
manera racional, de nuestro concepto de nosotros mismos (“el egotismo de
los introyectos”) y del ideal del yo de cada uno (“la expresión espontánea
de los introyectos”). Esto último es posible porque, como dice PHG: “La
formación del sí mismo [la función personalidad], el auto-ajuste creativo en
circunstancias variadas se desarrolla desde el principio no solamente
como un ‘condicionamiento’ extrínseco, que se podría ‘descondicionar’,
sino también y principalmente como un verdadero crecimiento”. 30 Es
evidente que la mayor parte de nuestras cualidades y defectos que sentimos
como propios y como formando parte de nuestra “esencia” e identidad, no
son otra cosa que reacciones “condicionadas” a nuestras experiencias de
infancia y que han sido integradas y asimiladas pasando a formar parte de
nosotros mismos. La creencia, el convencimiento lleva a la acción y esta a
su vez, refuerza la creencia y la convicción. ¿Actúo, por ejemplo, cómo
alguien inteligente y que puedo ser reconocida como tal, porque soy
inteligente o porque me han dicho en la infancia que lo soy y, por lo tanto
actúo como tal y lo acepto como parte de mi identidad?

”La introspección habitual es patológica; la introspección


ocasional, puede ser una técnica útil pero muy difícil”.31 No se puede estar
constante y habitualmente haciendo introspección, esto, supondría una
fijación, creando una actitud obsesiva y dando lugar a la mal llamada
“personalidad libre”32 en donde la persona sabe mucho de sí misma de un
modo racional y prevé todas sus actitudes y comportamientos para evitar la
sorpresa y el desconcierto de las situaciones nuevas pero aislándose de la
vida. Acabará sintiéndose solo, aburrido y vacío.
La introspección consciente y ocasional requiere seriedad e
implicación y sus resultados acaban siempre en un awareness porque,

29
.- PHG II, 11, 2, 13.
30
.- PHG II, 4, 7, 3.
31
.- PHG I, pág. 396.
32
.- Vázquez Bandín, Carmen (2006): Cuando la lealtad se convierte en un ancla, Madrid.
11

como nos señala PHG: “En el contexto de la introspección consciente, los


pensamientos son la realidad: son la situación real cuando se excluye el
entorno”.33 Porque, en general, el self consciente no tiene fronteras fijas, en
cada caso existe mediante el contexto con una situación real y está
limitado por el contexto del interés dominante y las correspondientes
identificaciones y alienaciones.

Técnicas de auto-conocimiento: el experimento

La Terapia Gestalt, que tiene como objetivo prioritario acrecentar la


consciencia inmediata o awareness de la persona, se caracteriza por hacer
hincapié en los experimentos. Experimentos, y no ejercicios. La diferencia
entre estas dos palabras reside en su finalidad. Mientras que en los
ejercicios, el terapeuta o coordinador espera, a priori, un resultado
concreto, en el experimento sabemos lo que estamos planteando pero no
conocemos ni el proceso, el cómo lo hará cada persona concreta, ni los
resultados. Porque lo que en Terapia Gestalt nos interesa “no son las tareas
que haya que completar como tales. […] No es la tarea, sino lo que impide
completar la tarea, lo que se convierte en el centro de nuestro trabajo”.34

Pero si hemos planteado que el auto-conocimiento puede logarse no


solamente mediante la consciencia inmediata sino a través de la
introspección, podemos hablar de que hay dos tipos de experimentos:

- Experimentos diseñados al margen de la situación presente real,


como un acto de la imaginación o el análisis de un recuerdo y que
generalmente van a partir de una introspección pudiendo (debiendo)
acabar en un awareness. Por ejemplo:

Ramón me cuenta en la sesión de terapia que está preocupado


porque va a tener una entrevista de trabajo y le asusta el
encuentro con el director de personal. En la sesión le pido que
imagine, del modo más nítido y real posible, ese encuentro
futuro, y me diga de qué sensaciones se va dando cuenta a
medida que vive la fantasía. Veo cómo su fisiología cambia,
cómo empieza a respirar más agitadamente… y Ramón,
dándose cuenta, me va diciendo…

33
.- PHG II, 11, 2, 15.
34
.- PHG Introducción general, pág. xlvii.
12

- Experimentos sutiles creados e improvisados en el aquí y ahora de


cada situación presente en curso, en donde siempre va a ser el self en
su totalidad el implicado.

Mª Luz, en un momento de la sesión de terapia, me comenta su


dificultad para dejarse apoyar. Es ella quien siempre debe
proteger y dar seguridad. Le pregunto si quiere apoyar sus
manos en las mías. Gustosa acepta. Le dejo la iniciativa y lo
primero que hace es poner sus manos con las palmas para
arriba. Se lo hago notar y sonriendo la vuelve para abajo y las
posa muy delicadamente en las mías. Toda la tensión está en
sus brazos. Le pido que vea de qué se da cuenta, dónde siente
la tensión y la suavidad con la que se apoya en mí… Seguimos
atendiendo a esto durante prácticamente toda la sesión. Se da
cuenta de su incapacidad para aflojar la tensión muscular de
sus brazos y descansar sus manos en las mías. Poco a poco se
deja llevar por la curiosidad que le provoca el experimento…

En la primera modalidad el terapeuta o coordinador da las


instrucciones del experimento; en el segundo caso, es la situación, el self-
en-acción lo que aporta las claves.

Cuando Perls dice: “’Experimento’ viene del latín ‘experiri’:


experimentar. Un experimento es ‘una prueba o una observación especial
hecha con el fin de confirmar o rechazar algo dudoso, bajo condiciones
determinadas por el experimentador; un acto u operación concertada para
descubrir algún principio u efecto desconocido; o probar, establecer o
ilustrar alguna verdad sugerida o conocida; una prueba práctica; una
demostración’”35 está sugiriendo ambas posibilidades.

Cuando los experimentos están diseñados previamente por el


terapeuta o coordinador, y se basan en la introspección, la persona puede
poner al descubierto su personalidad; puede conocer aspectos de él en los
que nunca había reflexionado. Cuando los experimentos responden al aquí-
y-ahora de la situación, el resultado es un ajuste creativo. Pero, en ambos
casos, “la finalidad de los experimentos sería acrecentar la consciencia
inmediata de la realidad”.36

Las características de un experimento son:

35
.- PHG I, pág. 324.
36
.- PHG II, 1, 1, 1.
13

1º.- la persona que va a experimentar, como participante activo del


experimento, se concentra sobre lo que realmente siente, piensa, hace, dice;
trata de contactar con ello más de cerca, con las imágenes, las sensaciones
físicas, la respuesta motora, la descripción verbal, etc.
2º.- es algo que representa un interés vital para él/ella, por lo tanto no
necesita dirigir deliberadamente la atención sobre esto: le llama la atención.
El contexto puede ser elegido por el coordinador o experimentador a partir
de lo que sabe de la persona que va a experimentar.
3º.- Es algo de lo que la persona que va a experimentar es vagamente
consciente, y se vuelve aún más consciente gracias al experimento.
4º.- Durante el experimento, la persona que está experimentando es
animada a que siga sus inclinaciones, a imaginar y a exagerar libremente,
ya que el juego transcurre en total seguridad. Aplica la actitud habitual y la
actitud exagerada en su situación real: la actitud hacia sí mismo/a, hacia el
coordinador, hacia otro compañero/a de experimento, su comportamiento
corriente.
5º.- Alternativamente, acrecienta exageradamente su actitud y aplica la
inhibición en los mismos contextos.
6º.- A medida que el contacto se mejora y que el contenido se enriquece, su
ansiedad se despierta. Esto supone una situación de urgencia sentida, pero
es segura y controlable, y los […] participantes lo saben.
7º.- En esta situación de urgencia segura, el objetivo es que la intención
subyacente (acción, actitud, objeto presente, recuerdo) se convierta en
dominante y re-forme la figura.
8º.- La persona que está experimentando acepta la nueva figura como suya,
sabiendo que ‘soy yo quien está sintiendo, pensando, haciendo esto’. (80)

Para que el experimento sea útil y tenga sentido se deben tener en


cuenta dos elementos:

1º.- Encontrar la manera correcta de acrecentar la tensión.


2º.- Mantener la situación controlable, pero no controlada; que sea sentida
como segura ya que la persona que está experimentando ha llegado a un
estado en donde es necesario “inventar” el ajuste requerido, en lugar de
reprimirlo de manera no deliberada.

Esto es posible porque se utilizan las partes que funcionan, a saber:


la auto-regulación de quien está experimentando, el conocimiento del
coordinador, la liberación de la ansiedad y, en especial, el valor y el poder
creativo formativo que se encuentran en cada persona.

Ejemplos de fijaciones en la función personalidad


14

El problema que aparece en el hecho de auto-conocerse es la rigidez


de la frontera-contacto. En la neurosis, hay una necesidad de mantenerla
fija y sin alteraciones, para evitar el incremento de la excitación que se
viviría como una fuerte ansiedad. La reacción a los experimentos podría ser
la siguiente:

• En la confluencia: el neurótico no es consciente de nada y no tiene


nada que decir. Solamente siente una confusión opresiva y
oscuridad. De seguir en la situación experimental empieza a
enfadarse porque considera la situación aburrida, sin sentido y
algunas veces, dolorosa. Se siente harto de tanto experimento, e
incluso harto de la terapia (o del grupo de crecimiento)… Después
de quejarse, si no encuentra respuesta, se calla. ¡Que otro haga el
esfuerzo! En este silencio se siente, interna y alternativamente,
culpable de no cooperar y lleno de resentimiento. ¡Nadie hace nada
para ayudarle! Entonces siente que, repentinamente, su mandíbula
rígida le duele, y de que está apretando los dientes… Posiblemente
recuerda alguna o varias situaciones en las que ha impuesto su
propia dependencia e indefensión sin que sea necesario… Puede que
se sonría, y se vuelva activo.
• En la introyección: el neurótico califica como normal y suyo lo que
solamente son cuerpos extraños que quisiera expulsar. Empieza a
sentirse avergonzado, y posiblemente también con rabia. ¡Quería dar
una buena imagen! Quiere ser interesante, querido, admirado… pero
encuentra pocas cualidades que le sean propias…
• En la proyección: el neurótico está convencido, como si fuera una
evidencia sensorial, pero si se concentra en este convencimiento va
a sentir un vacío en su experiencia. Los resultados de los
experimentos están llenos de fracasos porque el terapeuta (el
coordinador o alguno de los miembros del grupo de crecimiento) no
quiere avanzar. Más de uno le está utilizando para sus fines e
intereses: para sacarle el dinero, para practicar, para observarle, etc.
• En la retroflexión: el neurótico está activamente implicado, pero al
concentrarse en el experimento descubre que se siente no tenido en
cuenta, excluido de su entorno. Se reprocha a sí mismo sus fracasos
personales. Cita ejemplos de su egoísmo, de su amor por sí mismo y
de su necesidad de ser admirado. Siente que solamente él/ella es
culpable de todo.
• En el egotismo: el neurótico es consciente, intelectual y
racionalmente hablando y, ante todo, siempre tiene algo que decir.
Es “fuerte”, voluntarioso y esforzado. Comprende todo y a todos
estupendamente. Pero si se centra en sus sensaciones, se siente
15

vacío, sin ninguna necesidad y ningún interés. Todo es aburrido, en


realidad. Cuando trata de “dejarse ir” en la situación, descubre que
no es capaz y entonces, se angustia.

El criterio estético como criterio de salud psicológica

El PHG nos recuerda que hay dos tipos de evaluación: la


comparativa y la intrínseca.
En la evaluación comparativa, el criterio es extrínseco al acto. Cada
acto es juzgado comparándolo con otra cosa distinta. Esta suele ser la
forma de evaluación neurótica, que se guía por un ideal del yo.
La evaluación intrínseca está presente permanentemente en cada
acción en curso. La evaluación surge del acto en sí mismo y se refiere a
“las cualidades gestálticas”. Y estas “cualidades gestálticas” son estéticas.

El empleo de la palabra “estética” puede resultar sorprendente. Laura


Perls consideraba que la Terapia Gestalt era una disciplina estética. “Los
conceptos básicos de la Terapia Gestalt son filosóficos y estéticos”. 37
Recurría a su familiaridad con las lenguas clásicas. El griego clásico,
aisthetikos significa “de o por la percepción de los sentidos” y de esta raíz
viene nuestra palabra “estética”. “Estética” mantiene su significado griego
original y no significa “belleza”. La belleza es una organización estética
especial y su consideración no se refiere a la Terapia Gestalt. Tenemos que
incluir esta atención a la estética en el centro de la Terapia Gestalt, y por lo
tanto a la realización y resultado de cualquier experimento ya que establece
por completo nuestro trabajo en el reino de los sentidos, basando nuestr
criterio en la fenomenología, esto es, en lo que se sensaciona, se siente y se
percibe.

Pero antes de las afirmaciones de Laura Perls, la Estética ya formaba


parte de la Filosofía y de las Ciencias. Podríamos definir la Estética como
la ciencia que estudia e investiga el origen sistemático del sentimiento puro
y su manifestación, que es el arte, según asienta Kant en su "Crítica del
juicio" (1790).
Como ya hemos visto, la palabra deriva de las voces griegas aistesis
(sentimiento), e ica (relativo a).
Entre los muchos filósofos que se han ocupado de la Estética
aplicada a la Filosofía y a las Ciencias, merece la pena destacar a Dewey
por la influencia que ejerció en Paul Goodman y en la base de la teoría de
la Terapia Gestalt.

37
.- Perls, Laura y Kudirka, Nijole: El terapeuta es un artista, Revista de la AETG, Mayo, 2006
16

Los escritos de John Dewey sobre estética, por ejemplo, muestran su


influencia sobre la Terapia Gestalt. Dewey analizó la experiencia estética
como parte de la experiencia humana corriente y trató de recuperar la
“continuidad de la experiencia estética en los procesos normales de la
vida”38. La experiencia se comprende mediante la razón, la imaginación, y
la percepción estética. La estética de la experiencia corriente es la armonía
y el ritmo de toda la vida y no solo corresponde al terreno de lo artístico.

El trabajo con los experimentos es el trabajo de darse cuenta de las


figuras que están intrínsecamente carentes de vida a las que Laura Perls se
refería como automatismos de las gestalten rígidas. Con el criterio estético,
la torpeza de evaluar una Gestalt como buena o mala es ahora reemplazada
por una evaluación basada en la experiencia. Este criterio estético es una
afirmación directa de las cualidades sensoriales del campo. Es un nuevo
giro del viejo slogan sobre preguntar “no ‘por qué’, sino ‘cómo’”.

Y las claves de este criterio estético nos las repite PHG a lo largo de
todo el libro: “la atención, la pertinencia, el interés, la consideración, la
excitación y la gracia”39 Así como las características de lo neurótico: “la
confusión, el aburrimiento, la compulsión, la fijación, la ansiedad, la
amnesia, la paralización y el azoramiento”.40

A modo de conclusión: nunca solos

Aceptada la necesidad humana de conocerse a sí mismo, la Terapia


Gestalt nos plantea el experimento como la mejor y única manera de
hacerlo.

Como hemos visto, podríamos hablar de dos tipos de experimentos:

- experimentos diseñados al margen de la situación presente real,


como un acto de la imaginación, el análisis de un recuerdo o un
ejercicio de fantasía dirigida, y que generalmente van a partir de una
introspección pudiendo (debiendo) acabar en un awareness y,
- experimentos sutiles creados e improvisados en el aquí y ahora de
cada situación presente en curso, en donde siempre va a ser el self en
su totalidad el implicado.

38
.- Dewey, John (1934): El arte como experiencia, Ed. FCE, México, 1949.
39
.- PHG Introducción general, pág. xliii.
40
.- Ibidem
17

Pero también nos recuerda que, lo que vayamos a descubrir de


nosotros mismos no está definiendo la totalidad permanente e inmutable de
nuestro ser. El primer tipo de experimento nos aporta datos acerca de
nuestra función personalidad, busca hacer consciente lo que se había
sacado de la consciencia inmediata para poder actualizarlo. Mientras que el
segundo tipo de experimento nos proporciona experiencias, por lo tanto con
asimilación instantánea, de cómo estamos siendo en el aquí-y-ahora de
nuestra existencia.
Hacer algún tipo de entrenamiento experimental para acrecentar el
awareness o consciencia inmediata es algo especialmente recomendable y
útil pero sería como aprender a tocar un instrumento musical. Primero, es
conveniente buscarse un buen maestro, segundo hace falta un cierto
entrenamiento supervisado, tercero no puede uno pasarse el día
“ensayando” y cuarto, de vez en cuando conviene “repasar” para no olvidar
el aprendizaje. Y quinto, se siente más satisfacción y se mejora el estilo si
se toca el instrumento en una orquesta.
Lo importante es no olvidar que, como dice Borges, “la realidad
supera la imaginación” y que nunca estamos solos, ni creamos en solitario
ni individualmente la realidad sino que es una co-creación improvisada y
constantemente nueva y cambiante en cada aquí-y-ahora con otro.
Solamente podemos irnos conociendo y actualizando en nuestros contactos
con los otros y a través de experiencias vividas.

Bibliografía

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Cultural Values in Gestalt Therapy” en Spagnuolo Lobb, M. y Amendt-
Lyon, N, (eds.) (2003) Creative License: The Art of Gestalt Therapy, pp
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Cultura Valle-Inclán, Colección Los Libros del CTP, Ferrol/Madrid, 2002.
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- Perls, Laura (1992): Viviendo en los límites, Ed. Promolibro, Valencia,


1994.
- Perls, Laura y Kudirka, Nijole: El terapeuta es un artista, Revista de la
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Co. (1925); New York: Scribner's (1926).
- Vázquez Bandín, Carmen (2006): Cuando la lealtad se convierte en un
ancla, Madrid.
- Vázquez Bandín, Carmen (2006): ¿Cantan las sirenas?, Madrid.
- Wittgenstein, Ludwig: Lecciones y conversaciones sobre estética,
psicología y creencia religiosa, Ed. Paidos, Bs. As., 1996.

Junio de 2006

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