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Un esquema es una creencia central sobre usted y su relación. Crea la sensación de que algo anda
mal contigo y/o con tu conexión íntima.
Los esquemas se forman en la infancia y se desarrollan como resultado de experiencias
disfuncionales continuas con cuidadores, hermanos y compañeros.
Los esquemas provienen de mensajes repetidos que hemos recibido sobre nosotros mismos (por
ejemplo, “Eres malo” o “No puedes hacer nada bien”) o de eventos traumáticos específicos. Una
vez que se forma un esquema, es extremadamente estable y se convierte en una forma duradera
de verse y comprenderse a sí mismo y a sus relaciones.
Los esquemas son como gafas de sol que distorsionan todas tus experiencias. Colorean la forma
en que ves las cosas, e influyen en las suposiciones y predicciones que te dicen que el esquema
es verdadero o resultará serlo.
Los esquemas formados durante la infancia se disparan a lo largo de tu vida. Los desencadenantes
comunes incluyen conflicto, fuertes necesidades, pensamientos y sentimientos difíciles. Una vez
que se activa un esquema, aparecen sentimientos dolorosos (vergüenza, pérdida, tristeza, miedo,
ira, etc.). Los esquemas interfieren con su capacidad de sentirse seguro en una relación, su
capacidad para satisfacer sus necesidades y su capacidad para satisfacer las necesidades de los
demás.
Esquema Afecto
Aislamiento/alienación Soledad, vergüenza, abatimiento,
aislamiento, anhelo desolado, miedo,
ansiedad
Autosacrificio/subyugación Culpa, miedo, impotencia, obligación, ira
Derecho/ grandiosidad
Ira, desilusión, privación, hundimiento
Defectuosidad/ vergüenza
Vergüenza, tristeza, miedo, impotencia, ira