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Predica; 26 de Junio del 2022

CÓMO SABER QUE ESTAMOS EN EL CAMINO CORRECTO
Para empezar esta predicación enseñanza, debemos de comenzar a conocer que
Jesús es el Camino, y esto es lo más importante, además porque Jesús dijo que
hay pocos que encuentran este camino, y después que muy pocos lo
encuentran…, deben de aprender andar en el: (Juan 14:6) “Jesús le dijo: Yo soy el
Camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Jesús llama a este
camino “el camino angosto”. (Mateo 7:13,14) “13 Entrad por la puerta estrecha;
porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son
los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que
lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. Jesús vivió en la tierra para mostrarnos el
camino. Seguirle en ese camino significa que debemos andar como Él anduvo. Debemos
seguirle en Sus pisadas y vivir, así como Él vivió. Un camino muestra progreso. Cuando le
seguimos llegamos allí donde Él está ahora. (1 Corintios 1:24-31) “24 mas para los
llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. 25
Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es
más fuerte que los hombres. 26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no
sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27
sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil
del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo
menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de
que nadie se jacte en Su Presencia. 30 Mas por ÉL estáis vosotros en Cristo
Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y
redención; 31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”.
Entonces…, encontrar esta puerta no depende de que seamos un ser humano
excepcional, o por hacer algo que nos hace dignos de encontrarla. (1 Pedro 3:21) “El
bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias
de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la
resurrección de Jesucristo”. La encontramos por el simple hecho del Amor de Jehová Dios
y Su Misericordia, la cual da un anhelo de hacer el bien en nuestros corazones y nos
atrae hacia la dirección correcta.

Todos queremos tener vida, pero solo hay un camino que lleva a la vida, y tenemos que
andar en este camino a fin de recibir vida. Por supuesto que podemos hacernos esta
pregunta ¿Qué es la vida? Las Sagradas Escrituras dicen: (Juan 17:3) “Y esta es la vida
eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has
enviado”. Y por esta razón nuestro Padre Celestial, nos da a escoger entre la
vida y la muerte (Deuteronomio 30:15,19) “15 Mira, yo he puesto delante de ti hoy
la vida y el bien, la muerte y el mal; 19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy
contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la
maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. La vida son las
virtudes de Jesucristo y el fruto del Espíritu. (Gálatas 5:22) “Mas el fruto del
Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe”. La muerte son las
obras de la carne, todo tipo de corrupción (Gálatas 5:19-21) “19 Y manifiestas son
las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría,
hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las

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cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios”. Por esta razón nuestro Padre Celestial por medio dl
apóstol Pablo nos hace esta recomendación: (Colosenses 3:5-9) “5 Haced morir,
pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos
deseos y avaricia, que es idolatría; 6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los
hijos de desobediencia, 7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo
cuando vivíais en ellas. 8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira,
enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. 9 No mintáis los unos a
los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos”.

A las personas que conocen la profecía bíblica no les sorprende este

egocentrismo generalizado, pues Jesucristo dio esta advertencia a los que le
oían: (Mateo 7:13,14) “13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y
espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14
porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que
la hallan”. El primer camino, con espacio suficiente para muchos seres humanos, es
“ancho” porque no tiene las restricciones que imponen los principios bíblicos sobre la
moralidad y la vida cotidiana. Atrae a quienes gustan de pensar lo que les place y vivir
como les apetece: sin reglas ni obligaciones. (Efesios 2:2,3) “2 en los cuales
anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de
la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3 entre los
cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne,
haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de
ira, lo mismo que los demás”. Es cierto que muchas personas que han escogido el
camino ancho afirman que gozan de libertad. Mientras exista este “camino que
conduce a la destrucción”, sus frutos se harán cada vez más perjudiciales.
(Proverbios 1:22,23) “22 ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los
burladores desearán el burlar, y los insensatos aborrecerán la ciencia? 23 Volveos a mi
reprensión; He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, y os haré saber mis
palabras”. (Gálatas 6:7) “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que
el hombre sembrare, eso también segará”. Incluso la violencia, el robo y las
violaciones son fruto del modo de pensar egocéntrico que fomenta este camino
ancho y permisivo. (Gálatas 6:8) “Porque el que siembra para su carne, de la carne
segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”.
Si tan solo pudiéramos ver las realidades del camino ancho: el alto precio que
debe pagar con el tiempo todo el que camina por él.

Pero al momento de ver esa puerta estrecha hay algo por hacer antes de poder
andar en el camino angosto, el cual lleva a vida. Pablo lo describe perfectamente en
(Filipenses 3:7,8) “7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como
pérdida por amor de Cristo. 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida
por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he
perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”. Esto significa que tenemos
que dejar atrás todas las cosas que Dios nos muestra que nos impiden andar en
este camino: nuestros propios razonamientos e ideas, la confianza en nuestras
propias habilidades, relaciones que nos detienen, nuestro estatus, el honor y el
orgullo. Cuando ya hemos entrado en el camino, es tiempo de andar en él.

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Tenemos que ser hacedores y no tan solamente oidores (Santiago 1:22) “Pero
sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros
mismos”. El camino angosto tanto que se estrecha nuestra vida, porque es un
camino de acción. Es un camino que va a través de la carne (Hebreos 10:19,20)
“19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la Sangre
de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que ÉL nos abrió a través del velo, esto es,
de su carne”. Jesucristo nos muestra el camino por el cual anduvo cuando estuvo en la
tierra; el camino que debemos seguir: (Hebreos 10:7) “Entonces dije: He aquí que
vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí”.
Con otras palabras, andar en el camino angosto significa renunciar
completamente a nuestra propia voluntad, así como nuestros propios
pensamientos acerca de cómo debería ser nuestra vida, y nuestros propios
deseos. Nuestro Padre Celestial nos ofrece para efectuar el cambio para bendición a
nosotros sus hijos. (2 Corintios 5:17) “De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Es decir que el
ser humano toma o da lugar a otra naturaleza. El ser humano estando bajo
condenación, está prácticamente a merced del diablo, siendo que todo nuestro
ser está en control permanente, nuestro corazón, nuestro alma, nuestro espíritu
de nuestra mente llegan a tener un rechazo a todo lo Divino, deleitándose en lo
profano, inmoral y todo lo contrario a la Voluntad Divina. (Génesis 6:5) “Y vio
Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.

Vayamos a las Sagradas Escrituras y permitamos sean ellas las que nos hablen.
(2 Corintios 5:17-21) “17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios,
quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a
los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 20 Así
que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de
nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 21 Al que no conoció
pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios
en él”. Difícilmente el hombre natural buscará las cosas de arriba, puesto que su
corazón está cautivo, entenebrecido y no reconocerá al Señor Jesucristo porque
lo espiritual no hallara cabida en él, porque todo esto forzosamente tendrá que
ser discernido espiritualmente. (1 Corintios 2:14) “Pero el hombre natural no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir espiritualmente”. El corazón y la mente sin
regenerar del ser humano, no pueden concebir las cosas de Dios. (Marcos 7:21-
23) “21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos,
los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los hurtos, las avaricias, las maldades,
el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23 Todas
estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre”. Reconociendo el estado del
ser interno sin Jesucristo.

¡Aquí en el sacrificio de Cristo es donde encontramos la bendición y libertad! ¡A

través del sacrificio de Cristo nos dio la más grande muestra y evidencia de su

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amor! (Filipenses 2:5-11) “5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa
a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le
exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y
debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de
Dios Padre”. Ahora Iglesia por favor les invito a que notemos quien es el agente
de las bendiciones: (Efesios 1:7-14) “7 en quien tenemos redención por su sangre, el
perdón de pecados según las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con
nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9 dándonos a conocer el misterio de su
voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10 de
reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así
las que están en los cielos, como las que están en la tierra. 11 En ÉL asimismo
tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que
hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12 a fin de que seamos
para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 13 En
ÉL también vosotros, habiendo oído la Palabra de Verdad, el Evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en ÉL, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para
alabanza de Su Gloria”. Con el sacrificio de su Hijo, nuestro Padre Celestial, nos
vio de nuevo a semejanza suya; Porque mientras no teníamos a Jesucristo, todo
nuestro ser interno estaba atado al pecado, sujeto a malos deseos, a
concupiscencias, siendo entonces nuestro ser interior débil, por tanto…, nuestro
corazón estaba vacío, pero ahora por su sacrificio está lleno de su amor
(Romanos 5:1-6) “1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio
de nuestro Señor Jesucristo; 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta
gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de
Dios. 3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo
que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5
y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. 6 Porque Cristo,
cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos”. Nuestra mente
reprobada, pero ahora tenemos la mente de Cristo (1 Corintios 2:16) “Porque
¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la
mente de Cristo”. Nuestra alma estaba seca, pero ahora vive porque de ÉL corren ríos
de agua viva hacia nuestra alma perdida. Pero ahora ha sido rescatada con su sacrificio.

Es muy importante que mantengamos nuestra mente activa en la obra de Dios,

ya que esto nos mantiene en un total equilibrio en nuestra esperanza de nuestra
salvación: (1 Pedro 1:13-16) “13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro
entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando
Jesucristo sea manifestado; 14 como hijos obedientes, no os conforméis a los
deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15 sino, como aquel que
os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
16 porque escrito está: Sed santos, porque YO Soy Santo”. Las Sagradas

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Escrituras, contienen buenos consejos y principios que fueron puestos por

escrito bajo la dirección de Jehová Dios: (Romanos 15:4) “Porque las cosas que
se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la
paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”. Las Sagradas
Escrituras, fueron suministradas como una guía para nosotros, mostrándonos el
camino por el cual debernos ir, el camino que es para nuestro bien, el camino
que conduce a la vida eterna. (1 Corintios 10:6-11) “Y estas cosas les
acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes
han alcanzado los fines de los siglos”. Por esta razón el apóstol Pablo dijo: (2
Timoteo 3:16,17) “16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. El
cristiano es el que sigue a Cristo, el que anda en sus pisadas. En ningún tiempo
pasó él por alto las Escrituras ni descuidó el ministerio.

A medida que Jesús anduvo por el camino de la integridad cristiana tuvo equilibrio
perfecto y fue inmutable en su lealtad a Jehová Dios. Nada pudo moverlo de ese
camino. Cada uno de nosotros que somos sus seguidores hoy día, tenemos que
tener la misma inmutabilidad si deseamos mantener equilibrio cristiano. (1
Corintios 15:58) “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes,
creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es
en vano”. Podemos imaginarnos por favor una bascula de dos platos, pues
entonces las Sagradas Escrituras representan en punto de equilibrio en nuestras
vidas.

Sirve como el balancín, o contrapeso que usa el equilibrista. Así como el

balancín ayuda al equilibrista a mantener su equilibrio mientras anda por su
alambre delgado, igualmente las Sagradas Escrituras, nos ayudan a todo
cristiano a mantener el equilibrio mientras andamos por el camino angosto de la
integridad cristiana.

La persona quien tiene la responsabilidad de ser pastor, en la Iglesia tiene que

vigilar especialmente su actitud mental. Es el que debe de poner el ejemplo para
los otros. A causa del puesto responsable que tiene le es fácil engreírse. Tal vez llegue a
pensar muy elevadamente de sí mismo. El apóstol Pablo amonesta concerniente a
esto al decir: (Romanos 12:3) “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual
que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener,
sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada
uno”. El apóstol Pablo también dijo: (Filipenses 2:5-8) “5 Haya, pues, en
vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma
de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó
a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz”.

Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor R. Preciado Balderrama. Si usted

no tiene la intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a

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otra persona interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite

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