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PROCESOS PRÁCTICOS:
De entrada hay que aclarar que la medicina espagírica será para ingestión, ya sea en
gotas, infusiones… y también para tratamientos externos (ungüentos, pomadas, etc.),
por lo que es sumamente importante el documentarse bien sobre la planta que vayamos
a utilizar, no sólo por si es tóxica o venenosa, sino que hay que asimilar bien todas sus
propiedades y contraindicaciones. Si albergáis la más mínima duda al respecto, no lo
hagáis. Dicho esto, aquí tenéis un enlace general de las propiedades de las plantas, pero
si vais a la sección de Magia y Ocultismo, al Mapa de sección, encontraréis la etiqueta
de Botánica Oculta. Esta misma os llevará a otros temas más específicos de plantas.
http://www.ekiria.org/content/glosario-y-propiedades-magicas-de-las-plantas
Recordad que para mantener un buen equilibrio con la naturaleza, debemos ser
conscientes de que no podemos hacer un uso –o abuso- unilateral, sólo en nuestro
beneficio. Todo lo que hacemos resuena en los tres planos, así que la ofrenda también
alimentará los tres planos. La recolección no puede ser un acto mecánico, sino que
tenéis que hacerlo como un acto espiritual, con un proceso interior previo y una
conexión y respeto adecuados al entorno natural.
De entrada comentar que ya existe un tema sobre las tinturas muy interesante que hizo
Zaphiro:
http://www.ekiria.org/content/las-tinturas
Pero pondré cuatro datos aquí para que quede una idea general.
Dentro de las múltiples formas de hacer tinturas, algunas muy costosas por el precio de
los materiales, explicaré brevemente la más sencilla, elaborada por maceración:
1. Se toman las hojas, flores, o ramas de la planta que vayamos a usar, se lavan bien de
posibles restos de tierra, telarañas, etc. Y se dejan secar a la sombra. Una vez secas
80º
3-4 semanas
La tintura ya contiene en este momento el Mercurio (alcohol y agua -si lo hemos hecho
mezclando agua-) y el Azufre (aceites esenciales). Hemos realizado el solve. Cuando le
incluyamos la ceniza calcinada (la Sal) generaremos el coagula.
Otros ejemplos recomiendan la destilación de la planta, creando así por una parte “Agua
de esa planta” y por otra “Aceite esencial puro”, pero este sistema es prácticamente
inaccesible para nosotros, dado el coste del material y la necesidad de un gran espacio
para producirlo todo.
También se puede tener en cuenta el día y hora astrológicos adecuados para elaborar la
tintura, en función del planeta regente de la planta escogida (se puede ver en el cuadro
anterior), de forma que si tomamos consciencia de la misma en el proceso, le otorgará
mayor poder y carga energética a lo que estamos haciendo.
Bien, aquí entramos en el quid de la cuestión que me ha traído hasta este tema
De nuevo es necesario advertir, ya que aquí necesitaremos elaborar las cenizas con
fuego.
Necesitaremos:
Procedimiento:
Si bien es cierto que la alquimia tiene muchas vertientes y que en su aspecto
práctico en el laboratorio este trabajo se extiende a los reinos metálico, mineral,
vegetal y animal, en esta ocasión se abordará principalmente el trabajo con el
mundo vegetal, ya que es del cual tengo mayor experiencia directa. Sin embargo,
muchos de los principios básicos dentro de la alquimia se aplican a todos los
reinos y son los procesos dentro del laboratorio los que cambian. Vale la pena
mencionar también que la espagiria vegetal es considerada la obra menor,
mientras que la práctica con metales se considera la obra mayor, la que esconde
los tesoros más profundos y la que requiere de operaciones, potencialmente, más
peligrosas.
Pero antes que nada, comencemos por lo primero: ¿qué es la alquimia? y ¿qué es
la espagiria?
Si bien esto puede parecer tan críptico y poco claro como las definiciones
anteriores, espero que al final de este artículo se clarifique el porqué he elegido
esta definición como aquella que engloba mi exploración y trabajo en este campo.
La espagiria es otro término que tiene toda una serie de definiciones. Algunos
dicen que es solo otro termino para decir alquimia, otros dicen que es un tipo de
preparado o la preparación de ciertos elixires usados con distintos fines. Mi
entendimiento es que la espagiria es la rama de la alquimia que se centra en la
preparación de medicinas para cuerpo, mente y alma. Etimológicamente, la palabra
espagiria se compone de dos palabras de origen griego: σπάω (spao), que se
puede traducir como “separar” o “extraer”; y ἀγείρω (ageiro), que quiere decir
“recombinar” o “unir”. De modo que el término hace alusión a los procedimientos
básicos de todo trabajo alquímico: separación, purificación, reunificación.
A pesar de que hay cierta diferenciación entre alquimia y espagiria, sobre todo en
cuanto a los elementos con los que trabaja y a la complejidad de algunas de sus
prácticas, los principios que rigen ambas artes son los mismos, por este motivo,
los conceptos que describiremos a continuación conciernen tanto a la alquimia
como a la espagiria.
[1]
El regente planetario del romero es el Sol, por lo que podríamos elegir un domingo
para iniciar nuestro proceso. Si quisiéramos ser aún más específicos, podríamos
adoptar alguno de los distintos sistemas que dividen el día en horas planetarias,
[2] donde, según el sistema elegido, una o más horas del día caen bajo la regencia
de uno u otro planeta. De ser así, también tendríamos que elegir la hora planetaria
bajo la influencia del Sol para potenciar aún más las energías celestiales del
regente planetario de nuestra planta. Si quisiéramos ir todavía profundo,
podríamos proyectar la carta astral del día para determinar si es un momento
auspicioso para el trabajo con el romero. Evidentemente, para poder hacer esto se
requiere un conocimiento de astrología y una comprensión de las influencias
planetarias.
Una vez determinado el mejor momento para iniciar el trabajo, el primer paso es
extraer el Sulfur, el alma de la planta, el principio que manifiesta su individualidad,
su conciencia. En el mundo vegetal, el Sulfur se manifiesta en forma de aceite, por
lo general, como aceite esencial, el cual es único para cada especie y marca parte
de la individualidad de esa planta. El método general de extracción es por
destilación.
Lo que nos queda, una vez separado el Sulfur, es el cuerpo de la planta, el hidrosol
(agua destilada que pasó junto con el aceite esencial) y algo parecido a un té muy
concentrado que quedó en el matraz donde se calentó el agua con la planta. Todos
estos elementos se sacan del destilador y se mezclan en un frasco lo
suficientemente grande como para contenerlos a todos, dejando un buen espacio
aún libre.
Una vez completada la fermentación, el líquido se cuela y se separa del resto del
cuerpo de la planta. Este líquido se coloca nuevamente en el destilador para así
separar el agua del alcohol. El alcohol tiene un punto de ebullición de 78 ºC a nivel
del mar,[3] lo cual permite que al calentar el “vino de romero” lo primero que se
evapore sea el alcohol. De este modo y gracias a sus distintos puntos de ebullición,
el Mercurio de separa del agua. Por lo general, el Mercurio obtenido se destila
nuevamente entre 3 y 7 veces más en un proceso conocido como rectificación.
Estas destilaciones se llevan a cabo en sincronía con los astros, asegurando que
los aspectos planetarios sean auspiciosos para el trabajo realizado. Con cada
destilación adicional el grado de pureza del alcohol aumenta, además de que con
cada tránsito por el cielo del destilador, se impregna con las sutiles energías
celestiales.
Hecho esto, tenemos nuestro segundo principio, nuestro Mercurio, el más volátil de
los principios, el más veloz, manifestación física de la mente, del espíritu de la
planta.
Por último, nos queda la Sal, el tercer principio, el más solido, el más denso y el que
requiere de mayor energía para ser purificado y extraído.
Se toma lo que quedó del cuerpo de la planta, se coloca al Sol y una vez seco se le
prende fuego. En la primera quema el cuerpo de la planta se reduce a una ceniza
negra. Son necesarias varias quemas a temperaturas elevadas para purificar estas
cenizas que irán cambiando de negras a grises, a blancas. El fuego va disolviendo
las capas de lo que no es para finalmente revelar la manifestación más pura del
cuerpo de la planta, aquello que siempre ha estado allí, escondido bajo la forma
física.
Para llevar a cabo este proceso, las cenizas se colocan dentro de un crisol y se
someten a altas temperaturas durante periodos extendidos de tiempo para quemar
las impurezas y dejar solo el aspecto mas puro del cuerpo. En este proceso,
conocer el fuego o tener buenos aparatos de medición es fundamental, ya que si la
temperatura es demasiado baja, el trabajo no progresa, y si la temperatura es
demasiado alta, (mas de 900 ºC) se corre el riesgo de fundir las sales, echándolas
a perder. El proceso de calcinación continúa hasta que las cenizas sean
completamente blancas o de un aspecto blanco grisáceo que ya no cambia de
color a pesar de ser sometido al calor repetidamente.
Una vez calcinado el cuerpo de la planta, las cenizas se lavan con agua destilada,
es decir, se les coloca en un recipiente al cual se le agregan 3 partes de agua por
cada parte de ceniza. El agua destilada es agua libre de minerales, como tal, es
ideal para extraer las sales minerales solubles en agua que se encuentran
presentes en las cenizas. Después de agitar durante un tiempo la mezcla,
permitiendo que las sales se disuelvan en el agua, la parte líquida se separa de las
cenizas no solubles en agua. Esto se lleva a cabo usando un filtro muy fino que
evite el paso de las partículas no solubles. Una vez hecho esto, deberíamos tener
un líquido transparente o claro con un aspecto algo nublado. Si el proceso de
calcinación se llevó a cabo de manera correcta, no debería haber color alguno en el
agua, si esta tiene un tinte algo amarillo, quiere decir que las cenizas no se
calcinaron del todo y requieren ser sometidas a calor nuevamente.
Ahora que se tiene el líquido con las sales minerales disueltas en él, el próximo
paso es evaporar el agua para hacer visible la Sal del romero. Lo ideal es hacerlo
de manera lenta y gentil, evitando subidas de temperatura bruscas como en el
caso de la evaporación por fuego directo. Lo ideal es colocar el líquido al Sol para
que se evapore gentilmente. Al evaporarse el agua, lo que queda es la Sal de la
planta, el cuerpo purificado del romero, los cristales que corporalizan el tercer
principio alquímico.
Con esto, hemos separado y purificado los 3 principios que componen a nuestra
planta y vemos manifiestos ante nosotros la esencia pura del alma, el espíritu y el
cuerpo que le dan vida a este ser. Ahora, el próximo paso es reunir nuevamente los
principios del romero para volver a darle vida en un estado de mayor pureza. Para
esto, volvemos a dirigir nuestra atención a los astros, buscando un momento
propicio para el proceso de reunificación.
Como todo en este arte, hay varias formas de reunir los 3 principios. En este caso
lo que haremos es colocar las sales en un matraz u otro contenedor que se pueda
sellar herméticamente, ya que tanto el Mercurio como el Sulfur son altamente
volátiles. Al cuerpo purificado de la planta (las Sales) se le infusiona con el espíritu
(Mercurio) y finalmente con el alma (Sulfur). Los 3 principios se combinan, dando
nueva vida a este ser cuyas propiedades han sido exaltadas y su medicina
potenciada por los elementos y las energías planetarias.
Como cualquier ser vivo que acaba de tomar forma en esta tierra, requiere tiempo
para madurar y expresar su potencial completo. Así mismo, nuestra medicina
espagírica requiere de un periodo de maduración en el cual irá floreciendo y
desplegando su fuerza. Este tiempo de incubación varia según la preparación.
Puede ser desde unas semanas hasta meses o años en el caso algunos trabajos
más avanzados.