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Diplomado Terapia Floral Espagiria

ACERCA DEL MÉTODO SOLAR

LA ESPAGIRIA

Definición:
Por espagiria debe entenderse no sólo una técnica alquímica de preparación de remedios
en base a la captación de las propiedades esenciales de una sustancia, sino una concepción
filosófica esotérica que puede remontarse hasta Pitágoras, de un modo muy generoso, y
más ciertamente a la alquimia medieval y las escuelas médicas del esoterismo judío y árabe.
Etimológicamente, del griego spao (separar) y ageiro (juntar).
Espagiria designa un arte alquímico o un procedimiento mediante el cual se extrae la
esencia o energía sutil de la materia. Esta energía, una vez liberada (a partir de minerales,
vegetales o animales), puede administrarse en forma de remedios y unirse a la energía
del hombre.
Los remedios espagíricos se preparan mediante una técnica llamada "iatroquímica" y son
medicamentos altamente asimilables, en el plano energético, por el organismo en el que se
introducen. Para la espagiria la enfermedad es concebida como un desequilibrio vibratorio
en alguno de los tres aspectos del hombre: físico, psíquico o espiritual. Al tomar los
remedios espagíricos se introduce la "nota correcta" en la que el organismo ha olvidado
"vibrar". La espagiria confía en las potencialidades del hombre, ya que es el propio
organismo el que reacciona y vuelve a su armonía original cuando se le proporciona la
energía adecuada, a través de los remedios portadores de "luz". La medicina espagírica no
es una medicina nueva. Paracelso postuló sus principios y el método del tratamiento, que
consiste en relacionar cada afección con el desequilibrio de una u otra actividad vital. Por
lo tanto, el método espagírico consiste en determinar cuál o cuáles de estas actividades
están desarmonizadas, y administrar la preparación espagírica que, por presentar la misma
similitud de actividad, restablecerá la armonía perdida.
Diplomado Terapia Floral Espagiria

Espagiria y Terapia Floral


Por Eduardo Grecco

La espagiria aparece como un intento para comprender al mundo en su unidad y


funcionando según un plan divino perfecto, donde todos y cada uno de los componentes
que lo integran se corresponden entre sí armónicamente.
Su visión reposa sobre la concepción de la existencia del Spiritus Mundi como manifestación
de la fuerza creadora de Dios, que es la verdadera estrella del proceso alquímico y
espagírico y sobre la idea fundamental de la analogía y relación perfecta que unen al
individuo (microcosmos) con el universo (macrocosmos), de cuyas leyes el hombre no
puede sustraerse. Y una de estas leyes es la que los espagiristas consagraban con el
apotegma de solve et coagula, disolución y coagulación, muerte y vida, que conforman la
polaridad inicial de la manifestación de ese Spiritus Mundi.
Del mismo modo que el cosmos, el hombre está formado por cuatro elementos (aire, agua,
fuego y tierra); o bien se puede decir por cuatro humores (bilioso, sanguíneo, linfático y
nervioso). Es idéntico al universo no solamente en su constitución y en sus modalidades,
sino también en su evolución y en su devenir. La enfermedad es para los espagíricos una
pérdida del rumbo en el curso de esta evolución, y la curación, un retorno al verdadero
camino después de haber rectificado la dirección equivocada en la que se había dejado
llevar.
Los espagiristas hacían suya la idea de que la Naturaleza había puesto los remedios al lado
de la enfermedad, y también pensaban que entre el hombre y el universo las relaciones
eran tales, que a cada planta o a cada sustancia, le correspondía un órgano o un enfermo
determinado. Una consecuencia de esto es que se oponían a toda terapéutica en la que su
indicación derivara del nombre de la enfermedad, en virtud de que cada caso –según ellos–
constituía una particularidad inédita; por lo tanto, en la espagiria el nombre de la
enfermedad, era reemplazado por el nombre del remedio que servía para curarla, postura
que reaparece en la Homeopatía y en la Terapia Floral siglos después.
Diplomado Terapia Floral Espagiria

CÓMO SE PRODUCE EL ROCÍO

El aire contiene cierta cantidad de agua, cierta humedad. Esta humedad puede ser mayor o menor,
dependiendo de la temperatura a la que se encuentre el aire.

El rocío se produce porque, cuando el aire sufre una disminución brusca de temperatura es incapaz
de alojar tanta agua, la cual se va depositando en lo que toca: hojas, flores, paredes, etc, en forma
de pequeñas gotas.

Es un fenómeno físico en el que la humedad del aire se condensa en forma de gotas. Normalmente
en las noches de tiempo tranquilo y claro, el frío del suelo se transmite al aire. Por ello a primeras
horas de la mañana, el ambiente está más frío, lo que supone una merma de la capacidad del aire
para retener vapor de agua. Éste se condensa y aparece el rocío.

EL ANTIGUO ARTE ALQUÍMICO DE RECOLECTAR EL ROCÍO


LA ALQUIMIA CONSIDERA EL ROCÍO COMO UN LÍQUIDO PRECIOSO DEL CUAL SE PUEDE EXTRAER
EL ESPÍRITU UNIVERSAL Y EMPLEAR COMO UNA PODEROSA MEDICINA.

La alquimia es la ciencia de transformar las cosas utilizando el conducto de la naturaleza. Más que
transformar los metales, los alquimistas buscaban transformase a sí mismos conforme a los
principios de la armonía universal: la relación simbólica y simbiótica entre el cielo y la tierra.

Entre las varias técnicas utilizadas dentro de este magno arte, la recolección del rocío tiene un lugar
privilegiado, tanto por su importancia en la obtención de una medicina universal como por su
refinación poética. Es dentro de lo que se conoce como “Espagiria”, el “arte de separar y unir” o
también “la alquimia vegetal”, que está arraigada la práctica de salir al campo, especialmente en
primavera, para recoger el rocío del amanecer del césped o de ciertas plantas (como el Manto de la
virgen o Alchemilla), con la particular influencia de la luna.

Desde el origen de la filosofía humana el aire ha sido relacionado con el espíritu. La etimología nos
dice mucho al respecto, tanto la palabra “alma” como la palabra “espíritu” nacen de palabras que
significan “aliento” o “respiración”. También desde la herencia griega tenemos la palabra
“pneuma” que significa “espíritu” al igual que “aire”. En sánscrito el término “akasa” significa éter,
y es tanto el espacio mismo como el espíritu que permea el espacio y la memoria inherente al
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espacio. También en el hinduísmo, la fuerza vital o “prana” está identificada con el aire y se obtiene,
como es lógico, respirando. Es parte de nuestro inconsciente colectivo asociar el aire con el espíritu
–también decimos que la creatividad ocurre como una inspiración—y creer que de alguna manera
la vida llega a la tierra del cielo o que el espíritu desciende en su escala radiante.

El rocío en la alquimia es la condensación de ese espíritu celeste. La humedad con el frío se


condensa en gotas de agua. La gota de rocío, ya sea de manera literal o simbólica, es la encarnación
prístina del espíritu, primera manifestación visible de lo que es potencia ilimitada, en un estado en
el que aún preserva su pureza. Reflejando la luz, el rocío es una gota de espíritu, un relámpago
transparente o la superficie del cielo en una hoja: una síntesis microcósmica del universo.

Tradicionalmente se recogen las gotas de rocío en la primavera, en noches en las que la luna se
mueve de creciente a plenilunio. Esto, para captar la energía del renacimiento que contiene el rocío
en esta época en reflejo del proceso fertilizante de la naturaleza. El médico espagírico Yabir Abu
Omar, describe el proceso de recoger el rocío, un producto fundamental para trabajar su medicina:
“Para recoger el rocío de la mañana se sale con fregonas y garrafas de cristal (limpias de productos
químicos) en un paraje conocido como la Alfaguara. Se tienen que extender grandes lienzos de lino
sobre las hierbas de los prados que poco a poco se irán empapando de rocío, lo cual tiene un valor
incalculable ya que en sus sales radica “el espíritu universal”.
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LA PRESENCIA DE LA LUZ EN EL MÉTODO SOLAR


Por Julian Barnard

En el método solar tenemos un proceso que utiliza algo de la luz que, de otra forma, caería de modo
general sobre la tierra. La luz está concentrada y enfocada dentro del patrón de las flores del tipo
específico elegidas: Impatiens, Clematis, Mimulus. La energía de la luz pasa a través del filtro de las
flores y penetra en el agua. El agua está como recién nacida desde la oscuridad de la tierra, es
receptiva e impresionable –toma la resonancia de la luz con la cualidad específica de la flor
empleada. Esta transferencia de energía induce cambios visibles en el agua de manantial, se forman
burbujas, hay tintes ligeros de color y sabor. Las burbujas que se forman en el agua deben indicar la
liberación de gases, como las que se verían si el agua se hirviera en una olla. El fuego como elemento
transformador, en forma de luz, ha penetrado en el agua.

Pudiera argumentarse que si la luz ha entrado en el agua de manantial podríamos esperar ver
subsecuentemente la luz en la esencia. Pues bien, así es. Es cierto que no es la luz de una vela que
brilla físicamente, sino la luz que puede ser vista metafísicamente, o percibida por los sensibles. Esta
luz o energía es la potencia del remedio y es única para cada preparación y esencia individual. Es
difícil describirla si no se ve, a pesar de que no hay nada especial sobre esto ya que es algo universal:
la luz de la vida. Toda nuestra cultura está basada en la idea de que hay una diferencia entre la luz
y la oscuridad; con lo cual reconocemos cualidades que pertenecen a lo viviente. Es la presencia del
cuerpo de luz que interpenetra lo físico. Existe alrededor de todas las formas vivientes en grados
diversos: rocas, plantas animales, personas. Cuando se prepara una esencia, este cuerpo de luz se
libera dentro del agua de manantial, es la transferencia de la resonancia que da una cualidad
especial a la esencia.

Una vez preparada, la esencia retiene la resonancia. Y la resonancia se transfiere desde la tintura
madre a la dilución de stock y a la dilución de dosificación, a medida que se diluyen los líquidos.
Entonces, cuando se trata realmente de tomar un remedio, puede experimentarse una
transferencia ulterior: de la esencia a la persona. Así, a medida que la resonancia penetra en el ser,
este aumenta su calidad de tono, elevando el estado emocional, alegrándose su disposición anímica
de la vida.

En 1930, al describir esta experiencia, Bach escribió sobre las primeras personas que tomaron los
remedios preparados por el método solar. Habló de las cualidades específicas de los remedios y
observó la elevación general del ánimo que éstos brindan:

...el remedio proporciona paz y una elevación mental definida, de las que los pacientes son
usualmente muy conscientes.

... el remedio lleva la luz del sol a sus vidas y los ayuda a animar a otros.
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Y poco después, en febrero de 1931, escribió:

La acción de estos remedios es elevar nuestras vibraciones y abrir nuestros canales para la recepción
de nuestro Yo Espiritual...

En términos generales, las cualidades autoafirmativas de la luz en la esencia son las que realzan el
estado mental de la persona – trayendo un cambio en el cuerpo de luz. El efecto terapéutico
particular de cualquier esencia es más específico, y esa particularidad está determinada por el
patrón de la especie vegetal concreta.

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