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ACTIVIDAD FINAL: EL ALMA DE LA TOGA

MAIRA MARCELA GUERRA HERNÁNDEZ

FILOSOFÍA DEL DERECHO

PROFESORA: ERIKA TERESA CARRILLO DÍAZ

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA

DERECHO - V SEMESTRE

MONTERÍA

MAYO -2021
RESUMEN ACADÉMICO DE “EL ALMA DE LA TOGA”.

Ser estudiante de Derecho, al igual que ser Abogado es una ardua labor y los cambios

sociales contribuyen a que cada día ejercer esta tarea sea un reto, pues esto exige estar en

constante formación para adquirir todas esas habilidades necesarias que nos permitirán

tener un desarrollo profesional óptimo y ser competitivos en el ámbito laboral. Es de este

modo que considero que el Alma de la Toga es un libro que todo estudiante de Derecho

debe leer, pues en él, el autor (Ángel Ossorio y Gallardo) relata a manera de ensayo y de

una forma muy detallada la formación que todo abogado debe buscar y además aclara

muchas de las concepciones equivocas que se tiene respecto a la profesión y al Derecho. Y

a lo largo de los 28 capítulos, el autor nos deja enseñanzas muy significativas que nos

hacen entender que por medio de pequeñas acciones o cambios se puede reivindicar esa

imagen, muchas veces mala que el abogado tiene ante la sociedad.

Expresada entonces una idea general de este interesante libro a continuación, esbozaré la

idea principal que el autor plantea en los apartes que me parecen más interesantes y que se

relacionan con el contenido de la Filosofía del Derecho:

En el primer capítulo “Quién es Abogado” hace un llamado a definir correctamente el

término Abogado, y a entender que serlo va más allá de recibir un título profesional, sino

que se trata de dedicar la vida a dar consejos jurídicos, buscar la justicia en los tribunales,

vivir en rectitud y una concreción profesional. (Gallardo, 2005). El capítulo dos, es muy

interesante, allí nos motiva y resalta la importancia de encontrar esa fuerza interior que

tenemos dentro de nosotros, pues sin ésta no llegaremos a alcanzar las metas que nos hemos

propuesto; dicha fuerza nos ayudará a enfrentarnos a cualquier adversidad que se nos

presente en el camino, a las injusticias e incluso a superar las criticas o agresiones que
afecten nuestra dignidad. Nos recomienda indagar constantemente en nosotros mismos

cómo está esa fuerza interior para así aumentar la confianza y no vivir de acuerdo a lo que

nos dicen los demás.

A lo largo del capitulo 3, hace una interesante exposición de lo que es la Sensación de

Justicia, y expresa que “la Justicia no es el fruto del estudio, sino una sensación” ya la

justicia no es algo que se aprenda leyendo libros, sino que es algo que es producto de las

convicciones y de la moral de cada individuo. Pues lastimosamente en la sociedad en la que

vivimos actualmente muchos abogados se dejan llevar por el amor al dinero antes que por

lo que es justo, equitativo y bueno, tergiversando y usando las leyes a su acomodo para su

beneficio. Me llama aquí la atención un postulado donde señala que:” el derecho positivo

está escrito en libros. Pero lo que la vida reclama no está escrito en ninguna parte”

(Gallardo Á. O., 2005)

El acápite cuarto “La Moral del Abogado” inicia con una frase muy llamativa ¡He aquí el

magno, el dramático problema! Y señala que la moral debe ser un criterio que todo

abogado debe tener y que debe ser en lo que se fomenta la profesión y que sí el abogado

acepta un caso es porque cree (así sea equivocadamente) que la pretensión que persigue es

justa y que su triunfo también es un triunfo para la justicia. Es de resaltar que, en este aparte

también da unos consejos a los abogados: hay que ser refractario al alboroto. Soportar la

amargura de una censura caprichosa e injusta, es carga ajena a los honores profesionales.

Debajo de la toga hay que llevar la coraza. (Pág. 23)

Un aspecto muy importante es desarrollado en el tema “El secreto profesional”

manifestando aquí el autor que ser abogado no es una simple y llana carrera, si no que es un

misterio (servicio) en el que le debemos fidelidad al cliente y a lo que él nos confiese, a


callar se puede estar obligado, más no a mentir. Señala: “los abogados no sólo son hombres

independientes, sino los más independientes de los hombres. En capitulo denominado

“chicana” habla de esas malas practicas que se deben evitar, pues son aquellos trámites

innecesarios que se emplean para la obtención de beneficios, por ejemplo, tener más tiempo

para presentar una prueba o lograr beneficio. Seguido a esto Ossorio habla sobre La

Sensibilidad, centrándose en desmentir la falsa creencia que “un abogado no tiene corazón”

pues señala que una persona que es ajena a la situación que el mundo atraviesa, indiferente

al sentir y dolor humano no puede ser abogado, y personalmente comparto esta concepción,

pues los abogados son apasionados por las causas por las que lucha y esto no sería posible

si no hay una empatía y comprensión de las circunstancias que atraviesan sus clientes.

Seguidamente habla sobre “El Trabajo” donde nos invita a ser firmes como base

fundamental ya que un abogado es contratado por sus diversas cualidades y los clientes

esperan verlas reflejadas en cada unas de las actividades que realizan, por ello es necesario

realizar un trabajo con excelencia para así lograr buenos resultados.

Más adelante, el autor en el capítulo “La Palabra” señala que ésta es el arma fundamental

de un abogado pues permite concebir el Derecho como un arte y destaca además que en

esta profesión se requiere ser un buen orador y escritor, por ello resalta la importancia de un

sistema de justicia donde predomine la palabra hablada. La palabra es un don, que muchos

no hemos aprendido a utilizar y no se ha entendido como un arma que, así como puede

ayudarnos, puede hacernos daño tanto a nosotros mismos como a los demás.

Para finalizar el libro Ossorio, hace una excelente exposición de los principios que deben

regir la actividad profesional del Abogado, en este decálogo que es de necesaria lectura,
recoge una serie de aspectos esenciales que, dentro de la esencia de esta hermosa profesión,

señala, por ejemplo:

I. No pases por encima de un estado de tu conciencia.

II. No afectes una convicción que no tengas.

III. No te rindas ante la popularidad ni adules a la tiranía.

IV. Piensa siempre que tú eres para el cliente y no el cliente para ti.

V. No procures nunca en los tribunales ser más que los magistrados, pero no consientas ser

menos.

VI. Ten fe en la razón, que es lo que, en general, prevalece.

En conclusión, creo que este es un excelente material que todo abogado en formación debe

leer, pues nos ayuda a entender mejor nuestra carrera y a afirmar nuestra vocación. Con

este libro se reconoce la importancia que tiene la profesión dentro de la sociedad y que está

en nuestras manos cambiar todas aquellas malas o equivocas creencias que tienen muchas

personas en cuanto a esta labor.

Además, considero que las ideas expuestas por el autor ayudan a entender mejor el

contenido del curso de Filosofía del Derecho, pues ilustra de manera muy clara la esencia

del Derecho y resalto 4 principios que considero todo estudiante y abogado deben tener en

cuenta:

1. Amar la profesión: abrazar y sentir esta profesión nos hará mejores profesionales y

sentiremos plenitud en hacer lo que realmente amamos y nos apasiona.


2. Tener disciplina y Constancia: No desfallecer ante las circunstancias adversas o que

puedan parecer injustas, sino que cada día se debe trabajar por lo que nos hemos

propuesto. Esto también se ve reflejado en la preparación que debemos tener, esta es

una profesión sumamente social, y la sociedad constantemente está en

transformación y esto representa un reto para nosotros; debemos ir a la par de esos

cambios y así ser competitivos laboralmente.

3. Procurar cultivar la palabra: esta profesión requiere que seamos muy buenos

oradores, es imposible excluir la palabra del Derecho, pues ésta es un arma

fundamental e infalible para alcanzar el conocimiento, defender ideales y dirimir

conflictos.

4. Ser buen ser humano: como lo platea Ossorio en este libro, se logra ser un gran

profesional si la principal ambición esta relacionada con ser buen esposo, un buen

padre, un buen vecino o un buen ciudadano.

(Gallardo Á. O., El Alma de la Toga, 2005)


Bibliografía
Gallardo, Á. O. (2005). ¿Quién es abogado? En Á. O. Gallardo, El alma de la Toga (págs. 1-5).
México D.F.: Editorial Porrúa S.A.

Gallardo, Á. O. (2005). El Alma de la Toga. México D.F.: Porrúa S.A.

Gallardo, Á. O. (2005). Sensación de la Justicia. En Á. O. Gallardo, El alma de la Toga (pág. 12).


México D.F.: Porrúa S.A.

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