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PRESENTACIÓN

ESTIMADOS LECTORES:

Agradecemos profundamente que se tomen el tiempo para leer, apreciar y acompañar la siguiente
compilación de saberes y sentires que se han manifestado durante la pandemia mundial por el COVID desde
finales del año 2019 hasta nuestros días.

Este trabajo es posible gracias a las personas que nos dieron la confianza de compartir un poquito de sí
mismos, de los conocimientos, pensamientos y emociones que la pandemia ha venido a generar y dejar en sus
vidas. Es gracias a ellos que este espacio Yóllotl es posible porque permite crear un diálogo reflexivo “de
corazón a corazón” entre quien comparte y quien se da la oportunidad de escuchar (leyendo y observando) lo
que el otro cree, libera, sana, crea, transforma y trasciende.

Los invitamos a que se den la oportunidad de ser empáticos con lo compartido y respetar la diversidad de
saberes y sentires que encontrarán. También los invitamos a darse un tiempo para sí mismos y preguntarse:
“yo, ¿qué pienso o siento al respecto?” pero no con un afán de juzgar si es bueno o malo, simplemente para
reconocer la diversidad en que vivimos y qué mejor, si esa otredad nos cuestiona, nos consuela, nos

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reconforta, nos motiva e inspira a tomar un camino en la vida donde cada vez nos podamos sentir más sanos,
más plenos y por qué no, menos solos y más acompañados.

Los que organizamos esta compilación, creemos que la mejor manera de sanar, proponer, afrontar, y
transformar los sucesos impredecibles que se dan en la vida, es en compañía de otros. Además de que todos
tenemos derecho a tener un espacio para escuchar y ser escuchados.

La convocatoria para la compilación se abrió durante los meses de febrero a junio 2020 y fue maravillosa la
respuesta que obtuvimos, desde quienes dijeron no estar listos para compartir algo en público, pero señalando
que la invitación les hizo reflexionar sobre sí mismos y en algunos casos, motivarse a buscar la ayuda que
necesitaban por lo que estaban pensando o sintiendo. Otros más, se animaron a escribir para sí mismos y los
suyos. Y unos cuantos, nos compartieron que se darían la oportunidad de “ponerse los lentes” para ver otras
perspectivas de lo que es la vida. El resultado final de esta primera compilación fue de doce trabajos, los
cuales esperamos aprecien tanto como nosotros al recibirlos.

Solo nos resta decir GRACIAS y BIENVENIDOS

ATENTAMENTE

PsicUniVersos
“Semillero de Posibilidades”
psicuniversos@gmail.com

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ÍNDICE
Presentación…………………………………………..…….………………………………… ……………................................... 1

Caligrama poético….……..…..……………………...…………………………...………… ……………………….……………. 4

¿Qué hay tras las cuatro paredes?…………..……………………...………….…………… ……………………………………... 5

En un mundo raro……….…….…...……………………………..................................... ................................................................ 8

¿Cómo le haremos?........................................................................................................ .................................................................. 11

Acuarelas…………………………...………………………………………..……… ………………………………………….... 13

Disección del sí mismo…...……………………………..………………………... ....................................................................... 14

Confinados………………………………………..……….................................. .......................................................................... 21

Almario…………………………………………...…………………………… ………………………………………………… 22

En pie de lucha contra la depresión……………………………...…………… ………………………………………………….. 23

Mandala:......................................................................................................... ................................................................................. 25

Suspicacias y realidades……………………………………...…………… ………....................................................................... 26

Calcifer………...………………………………………………………… ………………………………………………………. 33

Epílogo………………………………………………………………… ………………………………………………………… 34

Agradecimientos infinitos .…………………………………………… …………………………………………………………. 37

Créditos…….………………………………………………………… ………………………………………………………….. 39

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CALIGRAMA
POÉTICO

“Es un intento
por hacer de la
poesía, un
tratamiento
terapéutico”

Alan Rojas
Ramírez

Filósofo y
transformador social
(33 años)

CDMX, México

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¿QUÉ HAY TRAS LAS CUATRO PAREDES?

A lo largo de los últimos meses hemos visto cómo ha ido avanzando el COVID-19 lo que nos ha forzado a mantenernos en
casa ya sea a prescindir de nuestras labores o a mantenerlas desde nuestros hogares. Si bien puede ser difícil dicha adaptación y
mientras más avanza llegamos a sentir inseguridad pues nos cuesta muchas veces estar en cuatro paredes y de esa forma le
sumamos carga a nuestra mente, hoy quiero aligerarla tras enfocarte en otra perspectiva del confinamiento.

El estar en casa no tiene porqué ser aburrido sino más bien todo lo contrario, podemos usar éste tiempo para reflexionar lo
pasado y perdernos para reencontrarnos a nosotros mismos a través de nuestros familiares, amigos, amigas, parejas, etc. Para
ello, considero que el distanciarse de las redes sociales nos beneficiará más puesto que no debemos dejar que la energía negativa
de la situación nos arrope a cada segundo, más bien mantenerla alejada con actividades hogareñas olvidadas o implementar
nuevas.

Suele sonar un tanto repetitivo o cliché como dirían muchos, pero aunque no lo creas funciona de una forma u otra. Si no te
has planteado el dibujar por amor al arte en tiempos libres, te lo recomiendo considerablemente ya que dejas tu ser y proyección
plasmada y las sacas de ti, puedes usarlo como un desinfectante espiritual.

El arte como la lectura, la música, las películas, las series, los comics, los mangas, los animes y nuestros estudios son
actividades que solemos hacer en determinados tiempos para refrescar nuestra mente de ciertas tensiones provocadas por el día a
día y entonces ahora cobrarán más importancia de lo habitual porque podrás sumergir tu mente en una realidad ajena o en el caso
de la música, cerrar tus ojos y conectar con la misma o las letras de ésta. Puede sonar extraño a primera vista pero por increíble
que parezca el arte nos puede salvar o darnos esas energías para soportar esto de una mejor forma, pues hay sentimientos con los
cuales conectamos con las diferentes formas de expresiones artísticas ya sea de vernos reflejados en éstas o estando de acuerdo

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con la visión del autor. A fin de cuentas quieres cuidarte a ti y a tu familia al quedarte en casa y sólo salir para casos de primera
necesidad.

¿Y si no quiero de ninguna forma utilizar algún arte? No pasa nada, actividades físicas en casa, interacción virtual a través de
video llamadas, consultas psicológicas y todo lo anterior funcionan, incluso con las personas que están contigo en dicho
momento, o si es que vives solo. Lo más importante es que sepas que no estás solo y que ésta etapa no tienes que pasarla de
forma perturbadora sino de forma más amena pues en algún momento llegara a su fin y habrán personas, actividades y objetos
esperándote, así que lo ideal es llegar al final para poder vivirlas/os.

No todo tiene que ser entretenimiento sino también aprender hacer cosas que no hacías antes por muy pequeño sea y si puedes
pillar algún curso de idiomas o talleres de tu interés vía online serán de gran ayuda pues es hora de cambiar la perspectiva y no
sólo limitarnos por la presencia sino concentrarnos en nosotros mismos y aprender con el medio que muchas veces utilizamos
sólo para pasar el rato. Al principio será incómodo para los que no estén acostumbrados pero con el tiempo se quitarán esas
dudas y lograrás fluir más detenidamente. Cada vez que realices una actividad productiva puedes anotarlas en un diario para que
lo leas después de la cuarentena y poder ver lo que lograste sin necesidad de salir.

Si bien la lectura aumenta el conocimiento y la capacidad del habla y escritura de la persona, por no mencionar el contenido
de dicha obra, no está de más en que pruebes escribir, ya sea tu misma historia, tus pensamientos, tus emociones, alguna fantasía
que desees realizar o planes que desees hacer tras terminar todo o dentro de casa, eso nos ayuda sacar y reflejar nuestros seres de
nuestro interior y el resultado puede ser una experiencia única para cada quien.

A veces pasamos tanto tiempo en el curro del día a día que nos olvidamos de nosotros mismos, en ocasiones gastamos dinero
que no tenemos para comprar cosas que no necesitamos y es aquí el cambio de perspectiva que ha sido la cuarentena para

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muchos, el desconectarse y respirar, ya sea del trabajo como de las personas que nos presionan y que les regalamos nuestra
energía vital.

He vivido más feliz el último mes y medio que los últimos 4 años debido a que me he quedado en casa con mi familia y sin
recurrir a ellos he podido desconectar, reencontrarme y redefinirme como persona tras ver una cierta cantidad de series, pelis o
leído libros pues era algo que necesitaba y pues aproveché ésta situación para quedarme con lo positivo y lo que me aporta
cambiando mi enfoque, también he podido compartir con mis hermanos, con los cuales no suelo interactuar a menudo, y hasta
aprender a cocinar para toda la familia, cosa que no contemplaba en el pasado, por supuesto siguiendo trabajando desde casa a
través de un ordenador pero sin la presión de tener que dejar mi zona de confort por ello. Puede que haya muchos que no lo estén
pasando igual ya que eventualmente las situaciones varían pero mi mensaje principal hacia el mundo es que hay múltiples
maneras de enfrentar la pandemia, queda de ti elegir la que más se ajuste a tu persona y con la que te sientas más cómodo, que te
lleve a redefinirte, respirar, refrescarte y que tengas claro que sin importar cuánto se prolongue:

¡HAY VIDA TRAS EL COVID19!

*Si tienes alguna duda de lo expuesto arriba o necesitas profundizar en algo o necesitas ser escuchado, leído, visto y
comprendido por alguien ajeno a tu entorno familiar o si estás solo y no tienes a nadie, puedes contactarme para poder extenderte
la mano y lograr que te ayudes a ti mismo.

Juan Núñez Peña

Psicólogo
(27 años)
Santiago de Los Caballeros, República Dominicana
E-mail: darking2521@gmail.com

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EN UN MUNDO RARO mí, es tener una forma única de personas. Y es que es una
forma de distracción tan grande, que sentiría que al ver el
Todo empieza cuando pienso en las potencias mayores, las televisor, el móvil, absorbe de una manera brutal la energía de
potencias que pertenecen del lado del mal, ese lado obscuro, las personas, volviéndonos dependientes de la tecnología,
ese lado donde no hay sensibilidad y es una complejidad que no formando personas inútiles.
me imagino. Pienso -¿Cómo pueden ser tan hábiles, tan
ingeniosos? Para ponernos sobre el juego- Soy yo, soy un brócoli, una verdura que tiene como
finalidad ser devorada por un ser humano. Aparte de esto, uso
Ahí es donde cada uno decide luchar para ganar o caer en la un cubrebocas… ¡Qué ironía!... lo empecé a usar en el 2014 sin
derrota. El patrón de la vida, esa dualidad de encontrar arriba el saber por qué…
bien, abajo el mal. Esa sutileza con la que vemos la vida, el
dejar de sentir, el dejar de ver, el encontrarnos en una vida
virtual y no en la naturalidad con la que nos formaron.

Al estar resguardados en casa pasan cosas buenas y cosas


malas, pasan cosas que ni imagino: adentro depresión, afuera
muertos, arriba sea la paz y abajo, que dejen de controlar a las
personas que queremos lograr liberarnos del mal.

El internet se atrofia y es que es tan poderoso que es difícil


controlarlo, podría decir que él me controla a mí, y es que tiene
un poder tan grande, que finamente logra su objetivo que, para

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Quiero…

Quiero despertar y no tener celular, desconectarme.

Quiero sentir mi respiración.

Quiero tener paz.

Quiero darle agua a las hojas.

Quiero proliferar amor.

Quiero conectarme con el más allá.

Quiero sentir el sol.

Quiero dejar de decir malas palabras.

Quiero que las personas sean felices.

Quiero aprender a ser feliz cada día al despertar.

Quiero alimentar mi cerebro para que él mismo, alimente mi


alma.

Quiero pertenecer a ese mundo donde me esperan.

Peke pek

Graffitera
(20 años)
Estado de México, México

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¡Quién lo diría! …

Quisiera ver esos graffitis con muñecas y


cubrebocas…

Peke pek

Graffitera
(20 años)
Estado de México, México

Es una pieza pintada a pastel en el año 2015

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¿CÓMO LE HAREMOS?

Cuando empecé a ver las noticias sobre la enfermedad me preocupé mucho porque sabía que la situación estaría pesada en lo social
y económico. Me preguntaba qué pasaría ya que poco a poco veía y escuchaba cómo por esta pandemia había lugares cerrando,
despidos y quiebre de algunos locales. Me preocupé ya que no trabajo y mi sustento económico es mi papá y me preguntaba cómo
sería la situación de ahora en adelante.

Los días pasaban y con el tiempo las cosas cambiaban y siguen cambiando, ya casi no había gente en las calles, muchos lugares
cerrados o muy pocos abiertos. Ante la situación, ya no salí más y me quedé en mi casa. La verdad debo de estar agradecido por vivir
en un lugar donde, a pesar de la situación, tengo una cama, un techo y comida servida, ya que empecé a ver y escuchar cómo la gente
la ha pasado y pasa realmente mal y yo, afortunadamente no debo preocuparme por pagar recibos de luz, pagar por gas, renta, etc.

Y conforme la pandemia transcurre, solo escucho la situación de mi mamá y mis tías que tienen que ver la manera de sobrellevar la
situación y salir adelante. Entonces, me puse a ver el panorama en otros lugares y solo me preocupo más ya que la situación económica
se deteriora y cómo ésta nos afecta a todos.

La verdad solo malas noticias hay por el mundo, pero de momento, uno encuentra noticias que nos recuerdan la frase “no hay mal
que por bien no venga” y es que, debido a que la gente no puede andar libremente por ahí, sobre todo en muchos lugares donde la
naturaleza se estaba deteriorando por nuestra causa; son precisamente esas zonas las que se empiezan a recuperar y se observa como
los animales exploraban las ciudades que alguna vez estaban invadidas por las personas. Es increíble cómo la naturaleza nos demuestra
quien manda y que, ante el mundo de tecnología y la ausencia del hombre, la naturaleza reclama y reclamará los lugares que alguna
vez tuvo.

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Y después de reflexionar sobre la situación en la que estoy, me di cuenta que, como persona que algún día tendrá que ganarse el
pan, estoy en un nivel donde debo mejorar porque si fuera mayor pienso que no podría soportar una crisis como ésta, y por eso no
pienso quedarme en una zona de confort, voy a luchar para mejorar como persona y superar esta situación que me mostró que los
humanos dejamos mucho que desear como especie.

Gracias por su atención y tomarse el tiempo de leer

Quetzalcóatl Erandi Catzin Silva


Estudiante
(19 años)
Estado de México, México

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ACUARELAS

Sofía O. LL.

Estudiante
(11 años)
CDMX, México

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DISECCIÓN DEL SÍ MISMO

Probablemente muchas personas de entre nosotrxs estemos por primera vez experimentando alguna clase de encierro con el
confinamiento obligado por esta pandemia de 2020. Los tipos de aislamiento pueden ser, me parece, de distintos tipos, pasando por los
físicos, los económicos, los judiciales, los simbólicos, los voluntarios (y los que no), los del alma, los del pasado, los de la
incertidumbre por el futuro, los de la culpa, entre otros, como los del sí mismo.

Este texto intentará hacer un recorrido de imágenes y sensaciones sobre los últimos meses; tratará, sobre todo, de plasmar algunas
vorágines vividas en el encierro, algunas reflexiones, algunos pensamientos, algunos laberintos. Probablemente, también bordeé
algunos senderos colindantes con abismos oscuros, otros con posibilidades profundas. Es cierto también que estos meses parecen, en
ocasiones, un solo día largo, o como esos sueños que hilvanan largamente otros sueños, los cuales al ser rememorados durante la
vigilia, nos parecen incluso meses transcurridos en una noche. Son parecidos también a esas pesadillas en que alcanzamos a
comprender la terrible lógica, propia y ajena, de cada uno de los sucesos, donde podemos entender el devenir a través del cual nos
encontramos en el siniestro momento en que nos sumimos en una escena ya inexplicable. Como decía unas líneas arriba, hay algo en
esas pesadillas que nos permite también dar cuenta de algunas profundidades, en efecto, inexplicables y, sin duda, debeladoras.

A saber, una probabilidad para dar cuenta de la realidad que nos ha tocado vivir los últimos meses y de la que vive cada quien en su
respectivo encierro, es utilizar algunos procedimientos interpretativos. Cada una de estas operaciones puede partir de identificar cómo
está siendo la experiencia y luego buscar a qué figura se parece, o bien, recurrir a una forma en particular que nos permita organizar las
vivencias. En esta ocasión intentaré hacer uso de dos figuras, la de la disección, entendida como esa separación de tejidos de un
organismo para estudiarlos, averiguarlos y conocerlos. La segunda, la de la cartografía, consistente en un recorrido que busque
identificar y registrar aquellas características que permitan describir un espacio, de modo que al finalizarla tengamos una

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representación de la relación entre diversos elementos que nos permita situarnos proporcionalmente en el espacio referido. Cada una de
estas imágenes genera sus propias sensaciones y efectos anímicos, los cuales en el confinamiento encuentran distintos ecos.

La materia de la que buscan dar cuenta es de una experiencia que podemos llamar el sí mismo, algo como un entramado de
historias, acciones, pensamientos, entre otro montón de cosas, que se conglomeran en una especie de unidad, no siempre cerrada, pero
ciertamente continua. Quizá parecido a la manera de un enjambre de abejas, de cuyo centro pueden salir en distintas direcciones una o
más nubes de abejas, en idas y vueltas. También es cierto, que el sí mismo puede ser semejante a uno de esos cadáveres de animales
pequeños utilizados escolarmente en las clases de anatomía, como ranas o ratas. Otra posibilidad es que sea como el mapa de una
región.

Sobre la disección

Al proceder como se haría en la disección de un cadáver, abriríamos esa cosa llamada sí mismo y esperaríamos ver los órganos
internos, sus conexiones, tamaño, color, consistencia, probablemente sentiríamos nauseas. Me parece que en una sociedad como la
nuestra las personas hemos sido habituadas a tener la certeza sobre lo que tenemos dentro pero en extrañas ocasiones tenemos
oportunidad de corroborarlo, es más frecuente que sepamos de ello a través de la medición de sus efectos, un poco como cuando nos
tomamos la temperatura para saber si hay una infección afectando nuestro organismo o como cuando nos hacemos análisis médicos
sobre la saturación de oxígeno en la sangre. En este caso miramos la gotita de sangre pero no miramos los alvéolos pulmonares, no
obstante podamos llegar a percibir con toda potencia sus efectos, desde la tos o fatiga, hasta los más letales. Así por ejemplo, del sí
mismo podemos dar cuenta de eso interno por los efectos externos en otras mismidades, el dolor, el malestar, la angustia, la

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incertidumbre, las cicatrices (como el caso de la fibrosis pulmonar). Al abrir al sí mismo, podemos mirar los pulmones negrecidos por
años de tabaquismo, por años de angustia sosteniendo un cigarro en la boca, inhalando y exhalando la misma idea no vista, la misma
preocupación no digerida, la misma pesadilla no narrada. Podemos ver también las arterias endurecidas que conducen sangre a los
mismos tejidos atrofiados, podemos abrir la arteria y mirar todas las caminatas evitadas, todas las horas omitidas de la cocina, del
sazonar, del picar las calabacitas, de poner a cocer las lentejas.

Probablemente esté subestimando la atrocidad de la imagen pero al hablar de este y otros procedimientos médicos, ¿acaso no son
terroríficas las fracturas expuestas, en su sentido literal y metafórico? De todos modos, es preciso aclarar que no pretendo espantar a
nadie, solo preguntaría si alguien se ha sentido así. ¿Cómo procederíamos anatómicamente con una fractura expuesta en un estado de
confinamiento obligado? En el caso de una disección escolar, de antemano partimos del estudio de un organismo sin vida, a fin de
conocer eso que suponemos está en los organismos vivos de la misma especie y sus similitudes con otras. Probablemente tengamos
alguna idea de cómo intentar reparar y sanar una lesión similar. Esto último sería, sin duda, un proceso largo, con dolor, con
incertidumbre y tristeza, a la espera del momento en que sea posible dar otro paso. Para el caso del pulmón ennegrecido o las arterias
endurecidas corresponderá, si hubiera un buen pronóstico médico, hacerse cargo de todos los cigarrillos ingeridos compulsivamente
hasta el hastío, de todas las mañanas de pereza preferidas por encima de un té herbal de desayuno, de esas hamburguesas de cadena
gringa en vez de las acelgas cocidas con cebolla acitronada. En fin, que vivir con ello a la espera de oxigenar suficientemen te la
sangre.

Si la disección tuviera como objeto una mente y sus extensiones hacia fuera, sería posible encontrar aquellos sistemas infectados
por el virus de la violencia machista, los cuales irrigan a todo el organismo. Menuda contradicción que mientras el organismo conlleva
sus funciones sirva de vehículo de tal agente, que llega a matar a costa de mantenerse siendo algo que no llega a ser vida. De ahí
preguntar si para erradicar ese virus la acción pertinente sea el confinamiento durante algún tiempo, solo o complementado por un

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fortalecimiento del sistema inmunológico, una vacuna o, en última instancia, la incineración del organismo infectado. Vaya
encrucijada si fuera uno mismo el organismo infectado. Si se pensara en otros organismos infectados en mayor o menor medida, de
este virus, de otros, de bacterias u otros agentes microbianos, como el clasismo, el racismo o la aspiración a la acumulación de capital
(económico, político, cultural, etcétera), ¿cuáles serían las medidas más adecuadas de tomar considerando que cualquiera de estos, al
igual que el virus de la violencia, tiene la potencialidad de matar? ¿Cómo evaluar si las distintas medidas son pertinentes o no?
También de acuerdo a un momento determinado de avanzada la infección. Si fuera yo, apostaría por un proceso de desintoxicación, de
fortalecimiento del sistema inmunitario, de sanación y reparación de los efectos y afectaciones en otras personas, de desistimiento del
abuso de poder.

Sobre la cartografía

Ahora bien, una cartografía para entender a este espacio llamado “sí mismo” se podría empezar a trazar con pesadillas que te
despiertan en medio de la noche, con pesadillas saturadas de luz, con sueños recurrentes, sueños en los que entiendes el daño que has
provocado, sueños en los que te sientas lado a lado con la compasión, con el condolor; en una representación de este tipo, también
caben aquellas fotografías desconocidas pero que habías sabido toda tu vida, como esos recuerdos oníricos que intuyes cuando ya se
borraron. Es decir, como si del mapa de un barrio se tratara, podríamos recurrir a esos testimonios de la gente más vieja, a las
instrucciones de la gente más joven que nos indica cómo llegar a una tiendita o a para donde queda el mercado con su molino. La
relación entre la cartografía que trataré de describir y la disección arriba enunciada no busca ser de exclusión o de sustitución, tampoco
de contraposición, sino de descripción de esas experiencias subjetivas que nos arremolinan en el encierro frente al sí mismo.

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Por ejemplo, una vez soñé que me encontraba con personas que intentan transformar la realidad de distintas latitudes del país, nos
encontrábamos en uno de estos centros comerciales cerrados con largos pasillos con tiendas y aparadores brillantes, con barandales y
pisos relucientes de cerámica blanca, con luces en tonos azules y morados. En lo que ahora me parece repentino pero que
probablemente dentro del desarrollo del sueño tuvo una sucesión verosímil de los hechos, una compañera y yo empezamos a escapar
de la persecución de unos policías armados, que nos asediaban por los asuntos que buscábamos atender. En ese escape, recorríamos los
pasillos y recovecos de niveles cada vez más altos y que esperábamos cada vez más recónditos. Mientras tanto escuchábamos disparos
provenientes de las afueras del centro comercial, a la par que dentro la iluminación se oscurecía. En esta huida llegamos hasta el último
nivel superior, hasta la parte más lejana de esos andadores comerciales, limitados por un lado por las cortinas de los locales, por el otro
por el barandal que da hacia los niveles de abajo y que produce un efecto de ordenamiento pulcro; en este lugar logramos encontrar un
rincón detrás de unos macetones gigantes repletos de tierra seca y algún tipo de arbusto, detrás de los cuales nos agachamos y
pensamos que ya estábamos protegidos. Durante todo el tiempo transcurrido en el sueño, no dejaron de sonar los disparos y el sonido
de las armas cortando cartucho, no dejaron de ser percibidos los uniformes, el equipamiento, las fundas y cintillos de los aditamentos
policiales, los pantalones tipo cargo, las botas tipo militar. En lo que parecía un sueño con el ánimo sí del espanto pero también de la
travesía con una meta por lograr y escondidos detrás de los macetones gigantes, por unas escaleras de servicio contiguas a este
recóndito lugar entre los arbustos y el muro más lejano del centro subieron dos o quizá tres policías con pistolas en la mano y nos
encontraron.

Por esos mismos días tuve otro sueño, no recuerdo si el día anterior o al día siguiente. En este me encontraba yo caminando por un
sendero que bordeaba uno de esos cerros boscosos constantemente humedecidos, que por los costados se mira la tierra casi roja y en la
punta los pinos o pinabetes, era de día, uno muy luminoso como a las 11 de la mañana. Recorría yo ese sendero que al lado opuesto del
cerro tenía una vista que se extendía en la lejanía por valles y cerros vecinos, con pequeñas poblaciones entre ellos, cuando llegó un
camión escolar lleno de personas jóvenes con identidades crisoladas pero de las que deliberadamente destacaban uno de sus aspectos

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en particular. Las personas sin descender habían llegado por mí con reclamos y consignas. No recuerdo qué ocurrió después, ni cuál
fue el término de ese sueño pero sí tengo clara la angustia que me provocó, el terror por ser perseguido.

Por primera vez en muchos años, probablemente desde mi adolescencia, desperté por una pesadilla. Ahora me es difuso saber si me
despertó la policía o el autobús escolar. Sin embargo, junto con otros acontecimientos sí han sido un parteaguas en estos meses de
encierro. Es cierto también que han sido enigmáticos y tal vez estén diciendo aquello que no he atinado a decirme, aunque tam bién
forman parte de la vorágine de preguntas, dudas, enojos y agravios hacia mí y a otras personas.

Otro de los elementos que me gustaría cartografiar son dos imágenes. Una del dibujo de un jaguar de color azul reseco pero
moteado de azul brillante y con la mirada profunda que tienen los grandes gatos. Esa ilustración me recuerda, a su vez, a un sueño que
tuve con un animal tipo felino, con la forma semejante a un leopardo, la cabeza parecida quizá a una leona, del color de esas arenas
oscurecidas por el polvo de hierro sedimentado durante milenios, algo me increpó con su mirada en ese sueño de hace años. Desde
entonces siento una fascinación por el leopardo y los irresueltos dilemas contradictorios, también intento descifrar qué me dijo con los
ojos.

La segunda imagen es una vieja fotografía de familia donde en un exterior, algo equivalente a un patio, aparece de fondo una pared
de esas como de adobe, con el revestimiento derruido. Del lado izquierdo de la fotografía una puerta de herrería hacia el interior oscuro
de una habitación, del lado derecho una escalera de madera, probablemente hecha con dos troncos secos delgados pero ciertamente
bastante rectos, recargada contra la pared. Sobre la escalera una de mis tías y tres de mis tíos cuando eran niños, cada quien recargado
sobre una de las varas que bastante bien funcionaron de peldaños, mirando hacia la cámara. La imagen me sitúa en torno a una
ruralidad precaria, con atavíos terrosos, camisas sin botones y percudidas, las cuales ahora concatenan varias sonrisas disruptivas.

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En esta brevísima cartografía me gustaría situar también estos días sobre mi sí mismo. También con la mención sobre aquellas
regiones inciertas, a veces alertantes, próximas a aparecer y aquellas que ahora se nos presentan. Podría ser que a esto del sí mismo,
como a algunos mapas, haya de cuidar que represente las relaciones entre los elementos representados, sus proporciones y
dimensiones, su importancia, que se cuide también de no dejar sin justicia a las realidades. Me parece que cada sitio puede ser un lugar
sacralizado y los seres orgánicos, sanados y reparados.

Alejandro D. Barragán
Psicólogo y defensor de los Derechos Humanos
(33 años)
CDMX, México

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CONFINADOS

Paula Ponce de León


Universitaria
(20 años)
CDMX, México

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ALMARIO

La cuarentena para mí ha sido un tiempo para explorar mis sentimientos y darles formas a través de una actividad que me gusta
realizar y me hace feliz: el dibujo y la pintura. Estas dos piezas las elaboré al inicio del periodo de confinamiento. Expresan dos
sentimientos diferentes, uno, la angustia y el otro la calma. Estas semanas me he movido en ambos extremos.

Alma Angélica Rodríguez López


Artista y psicóloga
(26 años)
CDMX, México

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EN PIE DE LUCHA CONTRA LA DEPRESIÓN

Es muy común escuchar frases como: "tienes que luchar contra aquello", "pronto lograrás vencerlo"... Además existe el día
internacional de la lucha contra la depresión. "Lucha, vence, pelea…"

Me parece adecuado señalar que el término "lucha" en este contexto debe ser manejado con cuidado. La depresión es un trastorno
que afecta la salud emocional y física de la persona que vive con él. El origen del mismo responde tanto a la interacción como a la
acumulación de más de un factor de riesgo o vulnerabilidad (biológico, psicológico, ambiental-social) en un periodo de tiempo
prolongado, generalmente años, y que de no ser atendidos, se necesita de tan sólo un momento, una situación que amenace la
estabilidad personal, para que la depresión se manifieste.

¿Cómo se lucha contra algo que "permaneció oculto" tanto tiempo, dando apenas señales de vida, en el estado de ánimo, la salud
física, o aquellas ideas tan tristes y catastróficas que de un tiempo para acá fueron más recurrentes; y que ahora pareciera un monstruo
invencible? ¿Cómo luchar contra algo que no sabes ni cómo ni cuándo llegó? ¿Cómo luchar contra algo que vive en ti? ¿Cómo luchar
contra ti mismo? Es aquí donde creo que está la clave.

Es importante que las personas con depresión eviten entrar en un círculo vicioso, el cual les proporciona un deseo imperioso de
querer "deshacerse " de la depresión lo antes posible, lo que origina no otra cosa, sino frustración, desamparo y más tristeza. En
primer lugar, es importante saber que la depresión es un trastorno que, muy paso a paso, requiere ser aceptado, es necesario, en un
principio, aprender a vivir con él, ya que, lo queramos o no, ahora forma parte de nuestra vida y no sabemos por cuánto tiempo. Esto
puede parecer muy difícil, pero es sin lugar a duda esencial. Para esto es indispensable contar tanto con ayuda profesional para la
salud emocional y física como con redes de apoyo afectivas (familia, pareja, amigos) y sobre todo paciencia, mucha paciencia.

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Una vez que se acepta a la depresión con la que se vive, va siendo más clara la manera en la que podemos atenderla. Se vuelve más
sencillo, en conjunto con los profesionales de la salud emocional (terapeuta, psicólogo/a, psiquiatra), identificar, desarrollar y adquirir
las herramientas que nos faciliten dicha tarea. Claro, esto no significa que aquel malestar quede borrado para siempre, quizá regrese,
pero ahora estaremos mejor preparados para que dichas manifestaciones sean cada vez menos intensas y menos frecuentes.
Comprenderemos la situación y la atenderemos de una mejor manera, esto es, nos atenderemos a nosotros mismos desde otra posición,
desde el conocimiento, la comprensión, la compasión y la paciencia, y no desde la posición de aquel guerrero o guerrera que tiene que
luchar con aquel monstruo invencible y que en ese proceso de lucha, pierde más de lo que gana.

Atender nuestra depresión es un proceso largo, escarpado, con altibajos, es decir, nada sencillo, pero al final es justo eso: atender
algo que es nuestro y que por más difícil que parezca, podemos hacer. Es necesario pedir ayuda profesional. No estás sól@. No
estamos sól@s.

Alan Gerardo Ríos Flores


Psicólogo
(29 años)
CDMX, México
E-mail: alang.riosflores@gmail.com

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MANDALAS

“Vive como piensas”

Maricela
Enfermera
(30 años)
CDMX, México

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SUSPICACIAS Y REALIDADES

No sé mucho de cultura universal y, en específico, menos aún sobre refranes. Al señalar esta carencia personal, no puedo evitar
mencionar que suelo hallar consuelo en el pensamiento de que ignorar esto o aquello es relativamente normal, habiendo tanto por saber
y tanto aún más por crear.

Lo digo también con la intención de lanzar el reproche de que a un tema tan importante se le brinde una importancia casi
anecdótica, como antesala del estudio de algo que ya pasó a la historia. De seguir con esa tendencia no sería exagerado pensar en que
llegaremos a un punto en el que hablemos de refranes como algo que existió como parte de nuestra cultura en otro tiempo de este
mundo, que cambia más rápido de lo que tarda un historiador en escribir un libro. Porque aquellas frases que trascienden la genial
capacidad de abstracción de nuestros ancianos, o la ocurrencia de los grupos de amigos, y se popularizan en cualquier hogar, son
testimonio vivo de la sabiduría empírica que se adquiere de toda vida y de cualquier lugar. Su atención merece más allá de una opinión
y en todo caso, se necesitaría prestar tinta a letras expertas para poder estudiar el tema de los refranes en su justa medida.

Así pues, aún y con mis carencias lingüísticas, sociológicas y/o culturales, estoy seguro de que, en otros idiomas, existe el
equivalente a la poderosa sentencia que dice que “cuando el río suena, es porque agua lleva”. Y prácticamente nadie está exento de
escuchar cuando se acerca el trepidante anuncio de un incontenible cauce en movimiento que nos arrastra sin darnos cuenta y sin que
podamos hacer nada para impedirlo. Y cómo impedirlo, si somos nosotros mismos quienes nos integramos por (aparente) voluntad
propia, al cauce de la información del internet, siempre al alcance de un clic o de un dedo en movimiento. Continuamente nos damos
cuenta de que mucho del contenido que leemos en las páginas por las que surcan nuestros ojos a diario, son temas que habrán de
comentarse por todos en la escuela, el trabajo, el transporte, la calle y, en este caso, en casa. Prácticamente todos poseemos la misma

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información del día a día, y más aún con la avalancha de información acerca del tema que nos ocupa las pantallas de las últim as
semanas y la sed constante de recopilar todo lo que podamos saber de la pandemia del COVID 19.

Mucha gente aguarda en sus hogares a que la situación actual pase y gracias a las herramientas tecnológicas, están en la capacidad
de laborar desde casa. Sin embargo, también con ello se encuentran a merced de un pequeño aumento en la probabilidad de caer en la
distracción que provee el río de información que corre por las redes sociales y las páginas de videos más populares. Sonidos de muchas
voces que lanzan sus ideas al océano informático como botellas al mar, botellas que no siempre tienen la inocente intención de ser
encontradas por azarosa coincidencia y cuyo mensaje lleva una intención mayor y más oscura que la de un náufrago desesperado por
ser escuchado. Botellas que a veces, lamentablemente, llegan con la intención de que seamos nosotros quienes nos lancemos al abismo
insondable de un mundo de bits que está creado para saciar otros fines distintos al del conocimiento y la comunicación. Al respecto,
quiero hacer un paréntesis para hacer una recomendación a todos aquellos que nos lean, y en específico para quienes tienen la
posibilidad de permanecer en cuarentena. Si cuentan con acceso a la popular plataforma, de series y películas, del logo con la letra N
mayúscula en rojo, no dejen de ver el documental titulado “The Great Hack”, traducido al español como “Nada es Privado”. Allí
podemos ver un breve retrato que nos invita a cuestionarnos si la internet es ese océano de conocimiento infinito, o más bien un
laberinto donde cada giro siembra una intención y cosecha una acción en apariencia voluntaria. Sin embargo, les advierto que, si
dimensionan el alcance de lo que allí se propone, no volverán a ver sus “me gusta” de la misma manera.

Actualmente, no hace falta más que tener algún tipo de acceso a las redes sociales para acceder a los múltiples sonidos del universo
intimidante que reside en el llutuv y al océano de memes que a diario nos consumen horas que (había que decirlo) ya no usamos de
vida. Pero eso habrá de ser tema de alguna otra reflexión.

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Uno de los sonidos de este río que han llamado mi atención en los últimos días, es acerca de la creciente cantidad de textos y videos
sobre teorías conspiratorias (consparanoicas, dicen por ahí) que en su mayoría tratan de dar explicación a esta epidemia, conectándola
con sucesos que en apariencia no están relacionados, que buscan su origen, adivinan su rumbo, conjeturan sobre las causas o tratan de
estimar el resultado. Desde los textos donde se habla de que alguien lo predijo en una novela de los años 80, hasta aquellos en los que
se afirma que es parte de una estrategia, un plan en la que somos menos que piezas en el tablero, quizá solo fichas de cambio, quizás
nada más que simples espectadores, como hormigas que se encuentran por casualidad en medio de un campo de guerra. Otros tantos
afirman que esto es cierto y que toda gran tragedia de proporción mundial es obra de aquellos que buscan el establecimiento de un
nuevo orden mundial bajo el control mental ejercido por un único sistema.

Se ha especulado también acerca de la terrible casualidad que fue la generación de un virus con tal capacidad de contagio en la
provincia de Wuhan, región de gran importancia para la movilidad y desde donde es posible desplazarse en tren a las ciudades más
importantes de aquel país. A esto se añade que la propagación del virus ocurrió en vísperas del inicio de las festividades por el año
nuevo lunar a las que acuden millones de personas de todo el mundo, y que para muchos representa la única época del año en la que
pueden reunirse con sus familias enteras. Sin embargo, de la misma forma en que estas personas arriban a China como destino
momentáneo, regresan a sus lugares de origen, constituyendo uno de los mayores movimientos migratorios actuales de la humanidad,
lo que sin duda alguna contribuyó a la propagación del virus al resto del mundo. Es ahí donde surge el ingente pensamiento de que,
quien fuera que lo haya liberado, sabía perfectamente lo que hacía y dónde lo hacía, todo ello claro, si fuese verdad que el virus fue
diseñado, creado o modificado para alcanza al ser humano. Cuando el río suena, es que agua lleva.

La intervención humana en el salto del coronavirus a nuestra especie, ha sido negada por expertos que han salido a desmentir dicha
teoría al afirmar que la cepa no tiene ningún indicio de haber sido modificada de alguna forma. Puede esto darnos alguna tranquilidad,
o bien, puede darnos mayores motivos para desconfiar sobre la información que se hace pública, considerando que la versión oficial

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nos dice que el virus llegó al ser humano a través de la ingesta de animales silvestres. Bien, no parece algo improbable para aquellos
que no estamos versados en biología o virología. Sin embargo, no podemos hacer a un lado el hecho de que, en China, la ingesta de
animales exóticos es una práctica que se realiza desde hace cientos de años, tomando incluso tintes de tradición, y parece poco
probable que hasta este momento decidiera hacer su aciaga aparición este virus que seguramente lleva mucho tiempo siendo ingerido.

En un sentido similar, se dio una amplia difusión a la supuesta predicción sobre el origen del coronavirus, que habría visto la luz en
una novela de 1981 del escritor estadounidense Dean Kootz. En ella se describe un arma bacteriológica diseñada en un laboratorio en
las afueras de Wuhan (¿simple coincidencia?) cuyos efectos catastróficos tenían por objetivo la aniquilación de todos los habitantes de
una región. Las diferencias saltan a la vista, y podemos centrarnos en la más evidente que es la tasa de mortalidad que, de manera
afortunada, es muy baja en el caso del coronavirus responsable de la pandemia que estamos viviendo. Aun siendo así, no deja de
sorprender la coincidencia del sitio en el que menciona que se desarrolla el patógeno ficticio, con la región que se ubica como el origen
del COVID-19. Es entonces que surge la duda en la suspicacia de más de uno ¿estamos ante una simple coincidencia, o tiene algo que
ver la existencia de instalaciones dedicadas a la investigación científica de este tipo?, ¿qué fue primero?, ¿el libro de ficción, o la
gallina?, ¿existe la posibilidad de que todo lo que está ocurriendo, haya sido inspirado por una novela?, ¿o que la novela se haya
inspirado en ideas que alguien ha tenido desde aquél entonces? Se habla de la existencia de por lo menos un instituto de virología en la
región de Wuhan, lo que alimenta a esta sospecha. Sin embargo, nuevamente se ha negado rotundamente su relación con la epidemia
por lo que, hasta el momento, dicha especulación se queda en una, no tan simple, casualidad.

En política, nada ocurre por casualidad. La frase es atribuida a Franklin Delano Roosevelt trigésimo segundo presidente de los
Estados Unidos que gobernó por 4 periodos consecutivos y se le considera uno de los artífices de la “victoria de los aliados” en la
segunda guerra mundial. Vaya experiencia curricular ¿cierto? La no tan célebre cita viene al caso debido a que, a la fecha, ya es
posible vaticinar la difícil situación económica que se originará producto de la emergencia sanitaria mundial. Habrá naciones más

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afectadas que otras, pero es innegable que el efecto será global (lamentablemente México es una de las naciones cuya economía se
verá afectada en gran medida), lo que sin duda tendrá, a su vez, un efecto político en nuestro país de proporciones aún no estimadas.
Debido a que los movimientos económicos, siempre tiene algún efecto en el ámbito político (y viceversa), hay quien vaticina que el
resultado de las elecciones presidenciales en el país de las barras y las estrellas, se verá influenciado por el funesto cont eo de personas
infectadas y fallecidas al final de la pandemia. Existen muchas voces familiarizadas con este tipo de teorías que señalan a los intereses
de ésta nación, de estar involucrados en el salto del virus al ser humano y dan vida a las versiones de que el virus fue manipulado. Las
intenciones, sin embargo, pierden claridad, si analizamos los hechos bajo esta óptica, pues la motivación de la que se habla era la de
frenar la creciente expansión de China como súper potencia económica pues para nadie es un secreto que actualmente era el mayor
competidor del país del norte. Siguiendo ésta teoría, si bien el país asiático fue el epicentro de la epidemia, a la fecha en la que se
escriben estás líneas, es la ciudad de Nueva York una de las zonas más afectadas a nivel mundial.

Dejando de lado otras versiones que no se han podido mencionar en este resumen, existe una más que, desde mi punto de vista, es
una de las teorías más oscuras que podemos encontrar, sin embargo, vale la pena ser mencionada. Se dice que muchos de los sucesos
que afectan a la gran parte del mundo, tales como las crisis mundiales, o en este caso, las epidemias, tienen como objetivo la
instauración de un nuevo orden mundial. En este, se logrará por fin el dominio total de la humanidad mediante la renuncia voluntaria o
involuntaria de su libertad y sometimiento al control del mismísimo mal. Leyó bien querido lector. El mal. Durante mucho tiempo se
ha hablado del surgimiento del hombre como producto de ingeniería de otros mundos. Hay quien dice, con el respaldo de la
interpretación de algunos textos de libros sagrados, que de entre todo este caos surgirá alguien que tratará de ser visto como un faro de
luz en la oscuridad en que el mundo se está sumergiendo. Ese alguien en forma de genio, caudillo, benefactor, héroe o desinteresado
mecenas, hará que el mundo se una bajo una sola bandera en pos de la salvación, con una cura, una fórmula secreta, una revelación, o
cualquier cosa que anhele la humanidad para su amparo. Será, sin embargo, un falso profeta y será de hecho la encarnación del mal, y
se hará del poder a través de mentiras, manipulación y con el sólo objetivo de que la humanidad permanezca en la oscuridad de manera

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voluntaria. El interés sobre el que se menciona una cuestión de este tipo, en apariencia religiosa, ficticia y hasta paranorm al, es que si
analizamos este argumento de algún ser maligno que se venda asimismo como un mesías, es porque esa estrategia puede no ser
imposible de aplicar. Algo así como el argumento que podemos ver detrás de producciones televisivas o cinematográficas al estilo de
aquel antihéroe llamado “V”, que ataviado con mascará de Guy Fawkes, le hace ver a una nación, las verdaderas intenciones de
aquellos que predican hacer lo mejor para sus gobernados. Si no la han visto, deben verla, y si algo así sucede, puede que funcione
como inoculación ante el verdadero peligro que estaría por venir. Sin embargo, todo esto suena improbable ¿cierto?, ¿apocalíptico?
Quizás. Pero no podemos dejar de lado que en la historia de la humanidad, ha habido sucesos tan cruentos y oscuros que prácticamente
nada se puede descartar. Podríamos conjeturar acerca de los efectos, podríamos especular acerca de las causas. Pero nadie puede
soslayar la terrible verdad que representaría pensar que tantas muertes hayan sido causa de algún temible plan. O bien, que si las
catástrofes que hemos vivido, no son parte de un plan maquiavélico y deliberado, lo que sí es cierto, es que no van a faltar aquellos que
quieran, como reza otro viejo refrán, hacer leña del árbol caído. Y he ahí un verdadero peligro inmediato que se debe analizar con los
pies en la tierra, sin conjeturas, prestando atención a los hechos y pensando en lo que podemos hacer como sociedad.

Estas teorías parecen apéndices de otros, retoman puntos o tratan de ahondar en los existentes. Y es ahí donde quisiera detenerme y
pensar en que el río suena, pero ¿es agua lo que lleva? ¿A qué suena en realidad? En caso de que ninguna de ellas fuera verdad y se
confirme la vergüenza de que todas éstas historias no son más que producto de una inquieta y suspicaz imaginación colectiva (y más
que colectiva, universal) estaríamos entonces ante un fenómeno de proporciones mundiales. No estaríamos solamente ante alguna
ocurrencia, sino presenciando nada más y nada menos que un síntoma de un problema que no por falso, deja de ser primordial. Esto es,
la desconfianza e inseguridad que la sociedad siente ante las respuestas de quienes están a cargo.

De un estado de güats leí hace un par de días que es sólo en un ambiente constante de seguridad, que florecen acciones lindas de la
humanidad. Lo escribo en términos muy generales y seguramente equivocados, pero quiero usarlo a manera de ejemplo para poder

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poner el acento en la característica fundamental y tal vez también universal, de que muy poca gente confía en la clase que les gobierna.
Para todos nosotros es más fácil imaginarnos a merced de poderes oscuramente fácticos, que confiar en que todo lo que se nos dice
debe ser verdad. Es decir, no vivimos en una sociedad donde nos sentimos seguros y por ello no somos capaces de confiar en lo que se
nos dice. Entonces, si vivimos en un mundo que se rige por formas en las que no podemos confiar, ¿por qué entonces no modificarlas?

A raíz de la difícil situación que atravesamos y de que seguramente muchas cosas habrán de modificarse, debemos estar atentos
para no perder detalle de las cosas que pasan y analizar lo mejor posible los hechos para no perder la perspectiva de cómo estábamos
antes y cómo estaremos en algunos meses. Lo que venga podría considerarse una oportunidad para repensar la forma en la que hemos
vivido hasta ahora y sobre todo la forma en la que nos organizamos. Para nadie es un secreto que es sólo a través del esfuerzo colectivo
que podremos superar esta y cualquier otra eventualidad que amenace de nuevo nuestra cotidianeidad. Ya sea usar un tapabocas, evitar
estar cerca de nuestros seres queridos por mucho que duela, o bien quedándonos en casa, las acciones que se llevan a cabo han
implicado el esfuerzo de todos, de lo contrario cuidarnos no sería posible. Los esfuerzos que hacemos como sociedad nos permiten
saber que aunque no lo parezca, podemos ser parte de cualquier cambio que nos pueda hacer sentir menos inseguros. Y nuevamente
surge un tema, que valdrá la pena explorar.

César Becerril R
Psicólogo
(31 años)
CDMX, México

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CÁLCIFER

“Solo creo en el fuego.

Vida y fuego.

Estando yo misma en llamas enciendo a otros.

Jamás muerte.

Fuego y vida”

Anaïs Nin

Mariana M. LL.
Explorando la creatividad
(19 años)
CDMX, México
Figura en cerámica fría.

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EPÍLOGO

Esperamos que la travesía por este maravilloso recorrido de saberes, sentires y pensares presentados a través del
arte con una cámara fotográfica, barro o sobre un lienzo en forma de pinceladas o palabras; lograra ser una
oportunidad de descubrir y aprender algo nuevo, de encontrarse y encontrarnos, y por qué no, de desencontrarnos.
De descubrirse a sí mismos o mismas y a nosotros con ustedes más allá de las capas del miedo, las heridas, los
estereotipos o prejuicios que hemos acumulado a lo largo de la historia, no sólo en nuestras vidas sino también
como portadores de las memorias familiares, de una comunidad y de la humanidad.

Este espacio creativo es donde las expresiones visuales, al igual que las palabras, lograron llegar a lo profundo
del SER y brindarnos un verdadero regalo para la vida. Es un encuentro que buscó que nos expresáramos a través
de la creatividad y ser un medio de creación, transformación, trascendencia, liberación y sanación.

Quizá para unas personas solo fueron simples palabras o imágenes pero estamos seguros que para otras personas,
fue una oportunidad de ver un poco más allá de las cosas, de ver entre líneas, formas y colores, y contemplar a
personas como ellas, que aman, que se divierten, que sufren, que sueñan, que luchan (hasta con ellas mismas), que
siguen aprendiendo y al mismo tiempo, enseñan.

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Admiramos y agradecemos profundamente a las personas que nos dieron el privilegio de conocer algo sobre
ellas, de poder sentirlas, de que nos permitieran identificarnos con lo que comparten y de animarnos a ver la vida de
diversas maneras.

Anoche leíamos a Vivian Gornick y en voz alta pronunciamos la frase: “… la vida necesita espacio”, y las
palabras mágicamente hicieron eco en toda la habitación que parecía cobrar vida y regresaban más vibrantes a
nuestros corazones, tal como ahora que nos sumergimos en este regalo lleno de vida donde las palabras vuelven a
nosotros en esperanza y confiamos en que llevarán vida a todas aquellas personas que las vean y las lean.

Cuando nos preguntamos si la pandemia ha sido buena o mala, llegamos a la reflexión de que simplemente es
algo nuevo que nos invita a darle un espacio a la vida, y no porque esta sea buena o mala, sino que a veces es
simplemente necesario jugar con el tiempo para contemplarla y sentirla en todo su esplendor.

PsicUniVersos partió de la vulnerabilidad en la que todos nos vimos o hemos visto durante el confinamiento por
nuestros temores, pérdidas, desigualdades y la muerte, para crear un espacio sanador, reflexivo y transformador
que le haga frente mediante la escucha activa para hacernos vibrar el corazón y recordarnos que estamos vivos

La experiencia que hemos vivido con este compilatorio nos permite reafirmar la necesidad de espacios donde la
misma diversidad de la humanidad se encuentre, reencuentre, y conecte para transformar los desafíos que se nos
presentan pero ya no solo manera individual sino en colectividad interconectada con otras colectividades.

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En esta compilación, no hizo distinción alguna por su grado escolar, religión, preferencia sexual o intelectual, las
puertas estuvieron abiertas para la diversidad y esperamos que nos permitan abrirlas de nuevo el próximo año para
seguir dándonos la oportunidad de dar, recibir y de paso, despojarnos de todo aquello que nos impide ser libres y
conectarnos armoniosamente con el maravilloso mundo y todos los seres vivos que lo habitan.

ATENTAMENTE

PsicUniVersos
“Semillero de Posibilidades”
psicuniversos@gmail.com

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AGRADECIMIENTOS INFINITOS…

A Alan por alentarnos a crear imágenes con las palabras para sanar…

A Juan por invitarnos a desdibujar las fronteras entre naciones para acompañarnos…

A Peke por mostrarnos que las imágenes nos ayudan a liberarnos…

A Quetzalcóatl por hacernos mirar el poder creador y destructor del ser humano…

A Sofía por decirnos con pinceladas cuán divertido es aprender y dialogar con la muerte y como diría José
Guadalupe Posada: “La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente
acaba siendo calavera”

A Alejandro por llevarnos de la mano a explorar nuestras entrañas y apuntar a nuestra metamorfosis
transformadora de la realidad…

A Paula por dejar que una captura del mundo nos permita ver los contrastes en que vivimos: de formas, tamaños y
colores…

A Alma por permitirnos ver desnudas sus emociones a través de la expresión más pura de la creatividad…

A Alan Gerardo por reivindicar el sentido de la lucha por la vida de mano de otros y nosotros mismos…

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A Maricela por recordarnos que la vida tiene una infinidad de colores y matices, algunos gratos, otros no tanto
pero a fin de cuentas son los que nos hacen ser lo que somos…

A César por sacarnos de nuestra armadura e invitar a ver el mundo en que vivimos y compartimos con otros…

A Mariana por hacer de la materia fría, incolora y sin forma específica, en una posibilidad…

Ha sido tan valioso ver y leer la vida a través de ustedes que solo podemos decirles yóllotl (de corazón a
corazón)…

¡MUCHAS GRACIAS!

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CRÉDITOS

Coordinadores:

Patricia Torres García (32 años), César Becerril Romero (31 años),
Psicóloga, UNAM. Psicólogo, UNAM.
Ciudad de México, México. Ciudad de México, México.
E-mail: lunam_psico@hotmail.com E mail: csar.becerril@gmail.com

Yazmín Amanecer Campos Ponce (32 años), Ana Monroy (26 años),
Psicóloga, UNAM. Psicóloga, UNAM.
Ciudad de México, México. Ciudad de México, México.
E-mail: namzay.camp4@gmail.com E-mail: analaumota@gmail.com

Ilustración de portada:
“Semillero de posibilidades”
Año: 2020
Artista independiente: Merry (19 años, CDMX)

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