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Sistemas cerebelosos.

Principales estructuras neuronales que componen la unidad V. Esta unidad está


compuesta por los sistemas cerebelosos subdivididos en función de su conectividad
anatómica (Ver tabla 5).

En las recientes décadas, una serie de estudios han demostrado y caracterizado las
funciones cerebelosas más allá del control motor y vestibular, incluyendo los dominios
cognitivos, autónomos, emocionales y sociales (Schmahmann, 2019; Schmahmann,
Guell, Stoodley, & Halko, 2019; Leggio & Olivito, 2018). El cerebelo es sumamente
importante para la sistematización de información, gracias a las características de su
circuito canónico, las enormes posibilidades computacionales y la conectividad con
otras áreas (Grimaldi & Manto, 2012).

Tabla 5

Unidad V (sistemas cerebelosos): principales estructuras. After Schmahmann et al.


(2019),Schmahmann (2019).

1. Red límbica / paralímbica ("cerebelo emocional")


•Cerebelo límbico (vermis posterior). Salida a través de núcleos reticulares,
hipotálamo y estructuras límbicas y paralímbicas.

-Síndromes neuropsiquiátricos cerebelosos: lesiones del vermis posterior


(interrupción de los bucles límbicos cerebro-cerebelosos y conexiones
relacionadas).

2. Red asociativa (cerebelo cognitivo)


•Cerebro-cerebelo. Salida a través del núcleo dentado a las cortezas
cerebrales

-Síndromes cerebelosos cognitivos: lesiones del lóbulo posterior que afectan a


los lóbulos VI y VII, incluyendo Crus I, Crus, II y lóbulo VIIB. (Interrupción de
conexiones o deterioro de la modulación cerebelosa de las cortezas asociativas
cerebrales).

3. Red motora y vestibular (“cerebelo motor y vestibular”)


• Espinocerebelo (paleocerebelo): (1) parte medial del hemisferio cerebeloso
(salida a través del núcleo interpuesto [núcleo esférico + núcleo emboliforme]).
(2) Vermis (salida a través del núcleo fastigial). Conexiones de formación
reticular:

-Síndrome motor cerebeloso: lesiones que afectan el lóbulo anterior y partes


del lóbulo VI (interrupción de las conexiones con los sistemas motores del
cerebro y la médula espinal).

•Vestíbulo cerebeloso (arquicerebelo): lóbulo floculonodular y vermis inferior.


Salida principalmente a través de núcleos vestibulares y núcleos de músculos
extra oculares.

-Síndrome vestibular cerebeloso: lesiones que afectan al lóbulo floculonodular


(interrupción de conexiones con los sistemas de movimiento ocular y vestibular
cerebral, y del tallo cerebral).

Divisiones de los sistemas cerebelosos. Los circuitos cerebelosos se segregan en


áreas funcionales (Brodal, 1992; Grimaldi & Manto, 2012). Una subdivisión clásica del
cerebelo basada en diferencias funcionales, corresponde a una subdivisión basada en
diferencias en el origen de las fibras aferentes (Brodal, 1992).

Esta división corresponde también con la basada en el desarrollo filogenético


cerebeloso (arquicerebelo, paleocerebelo, y neo cerebelo). El arquicerebelo consiste
en el pequeño lóbulo floculonodular (el nódulo en la línea media, conectado
lateralmente al floculo). Esta parte del cerebelo recibe aferencias principalmente del
sistema vestibular (vestíbulo-cerebelo), el paleocerebelo consta de las partes anterior
y posterior del vermis, y las partes adyacentes a la zona intermedia. Esta zona del
cerebelo recibe aferentes de la médula espinal (espino-cerebelo). El neo cerebelo,
consta de las partes laterales de los hemisferios cerebelosos. Los hemisferios reciben
la entrada principal de la corteza cerebral, la vía cortico ponto cerebelosa
(pontocerebelo). El circuito cortico-cerebeloso canónico simplificado es el siguiente:
corteza, protuberancia, corteza cerebelosa/ núcleo dentado, núcleo rojo, tálamo, córtex
(Ito, 2006).

Las tres principales divisiones del cerebelo actúan recíprocamente sobre las partes del
SNC, de las que reciben sus aferentes: el vestíbulo-cerebelo envía fibras
principalmente al núcleo vestibular, el espino-cerebelo actúa sobre la médula espinal,
y el cerebro-cerebelo influye en la corteza cerebral y otras estructuras (Bordal, 1992).
En resumen, los sistemas cerebelosos están involucrados en redes sensoriomotrices,
límbicas y asociativas (Habas, Manto y Cabaraux, 2019).

Como se mencionó anteriormente, la actividad de los sistemas cerebelosos se realiza


en paralelo a los ganglios basales (Milardi et al., 2019). Investigaciones recientes han
demostrado que las vías de conexión anatómicas cerebelosas pasan a través de
subnúcleos específicos del tálamo, “el tálamo cerebeloso” (Habas et al., 2019). El
papel central de estas conexiones debería diferir de una transmisión pasiva de
información (Habas et al., 2019).

Los estudios de casos con lesiones cerebelosas permiten reconocer la topografía


funcional y la naturaleza de tres síntomas cerebelosos: motor, vestibular y cognitivo-
afectivo (Schmahmann, 2019). Además, la red de atención dorsal cortical cerebral
muestra una conectividad fuerte y selectiva con un conjunto de circuitos cerebelosos,
incluido el lóbulo VIIB/VIIIA (Brissendent & Somers, 2019). Estos circuitos muestran
propiedades funcionales características de la vía de atención cortical dorsal: activación
específica de la tarea, respuestas dependientes de la memoria de trabajo, y
representación de la ubicación viso espacial. Se ha sugerido que las vías cortico-
cerebelosas paralelas pueden desempeñar roles funcionales específicos en una serie
de procesos cognitivos (Brissendent & Somers, 2019).

El cerebelo límbico actúa sobre los núcleos reticulares (efectos sobre el sistema
excitatorio), el hipotálamo a través del pedúnculo cerebeloso superior (funciones
autónomas), y el cíngulo y otras estructuras límbicas (emociones y experiencia
emocional) (Turner et al., 2007; Grimaldi y Manto, 2012). Más allá de la división
tradicional de las redes cerebro cerebelosas en módulos sensorio motores/cognitivos,
durante este procesamiento emocional/social, la actividad cerebelosa muestra una
funcionalidad de mentalización específica de dominio, que está fuertemente
relacionada con la red de mentalización correspondiente en el cerebro. Los lóbulos
filogenéticos recientes, Como los lóbulos VI y VII (CRUS II-II) dentro del hemisferio
cerebeloso posterolateral, se han implicado en la cognición social (Leggio y Olivito,
2018).

La transformación universal cerebelosa y la ortometria. A diferencia de la corteza


cerebral, la corteza cerebelosa muestra homogeneidad histológica (un solo tipo de
circuito canónico) (Shepherd, 2004). Esto implica el realizar una operación constante a
la cual se le denomina la Transformación Cerebelosa Universal (TCU) (Schmahmann,
2004, 2019; Schmahmann et al., 2019). Esta operación se aplica de igual forma a
actividades motrices, vestibulares, cognitivas y límbicas (emocionales y autonómicas).
Siguiendo esta teoría de la TCU, “ El cerebelo mantiene el comportamiento en torno a
una línea base homeostática, de forma automática, sin conciencia, informado por el
aprendizaje implícito y realizado según el contexto” (Schmahmann, 2019, p. 62).

En un trabajo anterior se propuso que el cerebelo tenía una función ortométrica (Peña-
Casanova, 2018). La ortometría (o eumetría), en contraposición a la dismetría
(discronometría o disritmia (Blumenfeld, 2010)), implica una regulación y mejora de la
calidad, eficiencia, fluidez, intensidad, suavidad, y la adaptabilidad motriz, de los actos
conductuales y emocionales. En otras palabras, la ortometría implica la graduación
adecuada de la calidad de la fuerza de un impulso para adaptarse a las necesidades.
El mismo concepto de dismetría motriz (o discronometría) que se observa en los casos
con lesiones cerebelosas es aplicable a la cognición y la emoción (Schmahmann,
2004).

El síndrome afectivo-cognitivo cerebeloso, es el término que se aplica a los síntomas


cognitivos, emocionales y conductuales que aparecen en pacientes con lesiones que
involucran al cerebelo (Schmahmann, 2004; Koziol et al., 2014). En este contexto, la
región de la vermis ha sido denominada “Cerebelo límbico”, y la participación
específica de esta área se ha relacionado con alteraciones en la capacidad de
respuesta emocional, alteraciones en la personalidad, así como alteraciones psicóticas
y conductuales (Schmahmann, 2004, 2019; Koziol et al., 2014; Schmahmann et al.,
2019). Estudios recientes, mostraron relación entre el desarrollo cerebeloso, el
comportamiento y trastornos cerebrales complejos (Sathyanesan et al., 2019).

Aprendizaje Cerebeloso: Aprendizaje supervisado. De hecho, el cerebelo está


especializado en un tipo de aprendizaje en particular. Su función se basa en “modelos
internos del cuerpo y el medio ambiente” (Doya, 2000a, p. 738). La función del
cerebelo implica “replicación de mapeo arbitrario de entrada y salida” (Doya, 2000a, p.
738), adquirido en diferentes ubicaciones del cerebro. En este sentido, el cerebelo
tiene una función como predictor o anticipador, para informar a la corteza cerebral
sobre el resultado previsto (Koziol & Budding, 2009), y puede definirse como Sistema
de aprendizaje supervisado. El cerebelo también se encuentra relacionado con el
condicionamiento clásico (Henke, 2010).

Una nota acerca del cerebelo en la obra de Luria. Curiosamente, un caso original del
laboratorio de Luria, llamó la atención en los déficits cognitivos resultantes de un tumor
cerebeloso (Kutsemilova, Luria y Homskaja, 1964). Este informe de caso destacó
síntomas “pseudo frontales”, y las contribuciones cerebelosas a la cognición
(Budisavljevic y Rammani, 2012).

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