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Voces:
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS (En particular) ~ Empleo público ~ Derechos ~ Estabilidad
Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la NaciónCorte Sup.
Fecha: 10/12/1996
Partes: Boaglio, Carlos J.A. v. Municipalidad de Buenos Aires
Cita: TR LALEY 04_319v3t141

Sumarios:
1 . No satisface el requisito de suficiente fundamentación el recurso extraordinario que circunscribió sus
objeciones a defender la validez del decreto alegando que la cita del art. 9º del estatuto aprobado por la
ordenanza 33640 satisfacía la exigencia de fundamentación en sede administrativa, sin advertir que, a mayor
abundamiento, el tribunal había señalado la existencia de un vicio en la finalidad del acto que también
justificaba su anulación.
2 . Los agravios dirigidos a objetar el fallo en cuanto declaró la nulidad del decreto municipal por carecer éste
de suficiente motivación, no justifican la apertura de la instancia extraordinaria, ya que remiten al examen de
cuestiones de hecho y de derecho público local, resueltas con fundamentos bastantes de igual naturaleza, que
descartan la tacha de arbitrariedad (Voto del Dr. Eduardo Moliné O'Connor).
3 . Corresponde tener por suficientemente fundado el recurso extraordinario que, si bien no refuta todos y cada
uno de los fundamentos de la sentencia apelada, omite aquellos que carecen de la envergadura suficiente como
para impedir su tratamiento (Disidencia del Dr. Adolfo Roberto Vázquez).
4 . Ref.: Administración pública. Estabilidad. Cuando el art. 9º, de la ordenanza nº 33640, establece que los
agentes municipales tienen estabilidad en el grupo o categoría de revista alcanzado pero no en el ejercicio de las
funciones de conducción que se les asignen, debe entenderse que persigue otorgar amplias atribuciones a la
administración para reestructurar y renovar sus cuadros directivos por razones de oportunidad, mérito y
conveniencia, lo que como regla no es revisable en sede judicial (Disidencia del Dr. Adolfo Roberto Vázquez).
5 . Ref.: Intendente municipal. Es válido el acto por el cual se hace cesar a los agentes de la comuna en la
función de conducción, aunque carezca de un detallado orden de razones fácticas y normativas frente a las
amplias facultades de superintendencia concedidas al intendente de la Ciudad de Buenos Aires y a la
reglamentación de la estabilidad prevista en la ordenanza 33640 (Disidencia del Dr. Adolfo Roberto Vázquez).
6 . Ref.: Intendente municipal. Empleados municipales. Estabilidad. Requerir del intendente la expresa
motivación del acto como requisito de validez, en función de lo dispuesto por el art. 7º , inc. c), de la ley 19549,
constituye un ritualismo descalificante de lo resuelto, ya que importa desconocer que la invocación de la norma
reglamentaria de la estabilidad en los cargos de conducción revela inequívocamente el ejercicio de la función
discrecional conferida por las razones que justifican el dictado del art. 9º, de la ordenanza 33640 (Disidencia del
Dr. Adolfo Roberto Vázquez).
7 . Ref.: Facultades discrecionales. Bien común. Si bien en un estado de derecho no es posible convalidar la
existencia de una potestad administrativa ilimitada, que conlleva al dictado de actos que resulten arbitrarios para
los administrados, tampoco puede autorizarse una revisión judicial generalizada de aquéllos, que conduzca a
desnaturalizar el ejercicio de las facultades discrecionales, que han sido dadas para la concreción del bien
común (Disidencia del Dr. Adolfo Roberto Vázquez).
8 . Ref.: Facultades discrecionales. Actos administrativos. Poder Judicial. El mayor o menor acierto o error,
mérito o conveniencia de la solución adoptada por la autoridad administrativa constituyen puntos sobre los que
no cabe al Poder Judicial pronunciarse, en la medida en que el ejercicio de dichas facultades discrecionales no
se compruebe como irrazonable, inicuo o arbitrario (Disidencia del Dr. Adolfo Roberto Vázquez).
9 . No satisface el requisito de suficiente fundamentación el recurso extraordinario que circunscribió sus
objeciones a defender la validez del decreto alegando que la cita del art. 9º del estatuto aprobado por la
ordenanza 33640 satisfacía la exigencia de fundamentación en sede administrativa, sin advertir que, a mayor
abundamiento, el tribunal había señalado la existencia de un vicio en la finalidad del acto que también
justificaba su anulación.
10 . Los agravios dirigidos a objetar el fallo en cuanto declaró la nulidad del decreto municipal por carecer éste
de suficiente motivación, no justifican la apertura de la instancia extraordinaria, ya que remiten al examen de
cuestiones de hecho y de derecho público local, resueltas con fundamentos bastantes de igual naturaleza, que
descartan la tacha de arbitrariedad (Voto del Dr. Eduardo Moliné O'Connor).
11 . Corresponde tener por suficientemente fundado el recurso extraordinario que, si bien no refuta todos y cada
uno de los fundamentos de la sentencia apelada, omite aquellos que carecen de la envergadura suficiente como
para impedir su tratamiento (Disidencia del Dr. Adolfo Roberto Vázquez).
12 . Ref.: Administración pública. Estabilidad. Cuando el art. 9º, de la ordenanza nº 33640, establece que los
agentes municipales tienen estabilidad en el grupo o categoría de revista alcanzado pero no en el ejercicio de las
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funciones de conducción que se les asignen, debe entenderse que persigue otorgar amplias atribuciones a la
administración para reestructurar y renovar sus cuadros directivos por razones de oportunidad, mérito y
conveniencia, lo que como regla no es revisable en sede judicial (Disidencia del Dr. Adolfo Roberto Vázquez).
13 . Ref.: Intendente municipal. Es válido el acto por el cual se hace cesar a los agentes de la comuna en la
función de conducción, aunque carezca de un detallado orden de razones fácticas y normativas frente a las
amplias facultades de superintendencia concedidas al intendente de la Ciudad de Buenos Aires y a la
reglamentación de la estabilidad prevista en la ordenanza 33640 (Disidencia del Dr. Adolfo Roberto Vázquez).
14 . Ref.: Intendente municipal. Empleados municipales. Estabilidad. Requerir del intendente la expresa
motivación del acto como requisito de validez, en función de lo dispuesto por el art. 7º , inc. c), de la ley 19549,
constituye un ritualismo descalificante de lo resuelto, ya que importa desconocer que la invocación de la norma
reglamentaria de la estabilidad en los cargos de conducción revela inequívocamente el ejercicio de la función
discrecional conferida por las razones que justifican el dictado del art. 9º, de la ordenanza 33640 (Disidencia del
Dr. Adolfo Roberto Vázquez).
15 . Ref.: Facultades discrecionales. Bien común. Si bien en un estado de derecho no es posible convalidar la
existencia de una potestad administrativa ilimitada, que conlleva al dictado de actos que resulten arbitrarios para
los administrados, tampoco puede autorizarse una revisión judicial generalizada de aquéllos, que conduzca a
desnaturalizar el ejercicio de las facultades discrecionales, que han sido dadas para la concreción del bien
común (Disidencia del Dr. Adolfo Roberto Vázquez).
16 . Ref.: Facultades discrecionales. Actos administrativos. Poder Judicial. El mayor o menor acierto o error,
mérito o conveniencia de la solución adoptada por la autoridad administrativa constituyen puntos sobre los que
no cabe al Poder Judicial pronunciarse, en la medida en que el ejercicio de dichas facultades discrecionales no
se compruebe como irrazonable, inicuo o arbitrario (Disidencia del Dr. Adolfo Roberto Vázquez).
Texto Completo:
FALLO DE LA CORTE SUPREMA
Buenos Aires, 10 de diciembre de 1996.
Vistos los autos: "Recurso de hecho deducido por la demandada en la causa Boaglio, Carlos J. A. c/
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires", para decidir sobre su procedencia.
Considerando:
1º) Que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, reunida en acuerdo plenario, resolvió mantener
vigente la doctrina establecida en fallo dictado en la causa "González Vilar, Carmen c/ Municipalidad de la
Ciudad de Buenos Aires" -del 20 de agosto de 1987- según la cual es susceptible de declararse la nulidad de un
decreto municipal por el que se reescalafona a un agente de la comuna, privándolo de la función de conducción
que desempeña, si en aquél no se indican los motivos determinantes de la decisión pero se citan las normas
legales en que se funda.
2º) Que la Sala H de la cámara, con sustento en dicha doctrina, declaró la nulidad del decreto 1140/80 y
condenó a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires a resarcir al actor por el daño material y moral como
consecuencia de la limitación en la función de conducción que le había sido asignada. Sostuvo, además, que en
el caso se configuraba un supuesto de desviación de poder pues la limitación "aparece como consecuencia
inmediata de una sanción anterior que ha sido dejada sin efecto por dicha autoridad, por falta de responsabilidad
del funcionario en la cuestión"; aludiendo de ese modo al fundamento desarrollado en primera instancia,
mediante el cual se había señalado que existían elementos de convicción suficientes para considerar que la
verdadera causa de la medida impugnada en autos se relacionaba con la conducta del actor en un episodio que
motivó una sanción disciplinaria, dictada unos días antes del decreto 1140/80 y dejada sin efecto
posteriormente. Contra ese pronunciamiento, la demandada interpuso el recurso extraordinario cuya denegación
dio origen a la presente queja.
3º) Que si bien es cierto, como afirma la recurrente, que la sentencia apelada se sustenta en un
pronunciamiento plenario que, en lo esencial, no agrega nuevos fundamentos a los expuestos por la misma
cámara en la causa "González Vilar" -lo que conduciría a su descalificación en los términos del precedente de
esta Corte publicado en Fallos: 311:1206 Ver Texto - también lo es que aquella sentencia contiene un argumento
autónomo, distinto del vinculado con la invalidez formal del acto de limitación, que al no haber sido objeto de
agravios en el remedio federal impide la apertura de la instancia del art. 14 Ver Texto de la ley 48 (confr. Fallos:
305:194; 307:642). Ello es así, pues la apelante circunscribió sus objeciones a defender la validez del acto
alegando que la cita del art. 9º del estatuto aprobado por la ordenanza 33640 -vigente al tiempo de la limitación-
satisfacía la exigencia de fundamentación en sede administrativa, sin advertir que a mayor abundamiento el

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tribunal había señalado la existencia de un vicio en la finalidad del acto que -a su entender- también justificaba
su anulación.
4º) Que, en tales condiciones, la apelación federal no satisface el requisito de suficiente fundamentación que
exige el art. 15 Ver Texto de la ley 48 y la jurisprudencia de esta Corte.
Por ello, se desestima la queja. Se condena a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires a hacer
efectivo el depósito correspondiente cuyo pago se encuentra diferido de acuerdo con lo prescripto en la
acordada 47/91 (confr. fs. 193). Notifíquese, devuélvanse los autos principales y, oportunamente, archívese.
JULIO S. NAZARENO - EDUARDO MOLINÉ O'CONNOR (según mi voto) - CARLOS S. FAYT -
AUGUSTO CÉSAR BELLUSCIO - ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI - ANTONIO BOGGIANO -
GUILLERMO A. F. LÓPEZ - ADOLFO ROBERTO VÁZQUEZ (en disidencia).
VOTO DEL SEÑOR VICEPRESIDENTE DOCTOR DON EDUARDO MOLINÉ O'CONNOR
Considerando:
Que el recurso extraordinario cuya denegación origina la presente queja no refuta todos y cada uno de los
fundamentos de la sentencia.
Que, sin perjuicio de lo expuesto, cabe señalar que los agravios dirigidos a objetar el fallo en cuanto declaró
la nulidad del decreto 1140/80 por carecer éste de suficiente motivación, no justifican la apertura de la instancia
del art. 14 Ver Texto de la ley 48 pues remiten al examen de cuestiones de hecho y de derecho público local,
resueltas con fundamentos bastantes de igual naturaleza que descartan la tacha de arbitrariedad (confr. Fallos:
314:625, disidencia de los jueces Eduardo Moliné O'Connor y Ricardo Levene [h.]).
Por ello, se desestima la queja. Se condena a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires a hacer
efectivo el depósito correspondiente cuyo pago se encuentra diferido de acuerdo con lo prescripto en la
acordada 47/91 (confr. fs. 193). Notifíquese, devuélvanse los autos principales y, oportunamente, archívese.
EDUARDO MOLINÉ O'CONNOR.
DISIDENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DOCTOR DON ADOLFO ROBERTO VÁZQUEZ
Considerando:
1º) Que la sentencia de la Sala H de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, confirmó en lo principal
lo resuelto en primera instancia y en consecuencia hizo lugar a la demanda deducida contra la Municipalidad de
la Ciudad de Buenos Aires, al declarar la nulidad por falta de motivación del decreto 1140/80 que dispuso la
cesación en las funciones de conducción que desempeñaba el agente Boaglio Carlos J. A. como director "B"
judicial de la citada repartición.
2º) Que para así resolver, empleó como fundamento lo decidido en el Acuerdo Plenario de la Cámara
Nacional Civil del 6 de diciembre de 1993 celebrado para esta causa y en virtud del cual se dispuso que debía
seguir vigente -a pesar del criterio contrario sustentado por esta Corte Suprema (in re: "Piaggio de Valero, María
Elena c/ Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires s/ daños y perjuicios" del 7 de julio de 1988- la
jurisprudencia también plenaria de autos: "González Vilar, Carmen c/ Municipalidad de la Ciudad de Buenos
Aires s/ daños y perjuicios" del 20 de agosto de 1987, que establece que corresponde declarar la nulidad de un
decreto municipal por el cual se reescalafona a un agente de la comuna, privándolo de la función de conducción
que desempeñaba, si no se indican en dicho acto los motivos determinantes de la decisión pero se citan las
normas legales en que se funda.
3º) Que contra dicho pronunciamiento la demandada interpuso el recurso extraordinario por arbitrariedad de
sentencia, cuya denegación dio origen a la presente queja.
4º) Que aun cuando el examen de la cuestión, remite al análisis de antecedentes de hecho y derecho público
local, materia ajena en principio a la vía del recurso extraordinario del art. 14 Ver Texto de la ley 48, los agravios
de la apelante suscitan cuestión federal bastante para habilitar la vía intentada y la circunstancia no impide abrir
el recurso cuando como ocurre en el caso la solución de la cámara incurre en un excesivo rigor formal,
incompatible con las reglas del debido proceso y el adecuado servicio de justicia, máxime si el criterio que se ha
seguido para aplicar la legislación local, conduce a un apartamiento de su contenido y finalidad (causas:
C.712.XX. "Cepeda de Peñalba, Alicia T. c/Peñalba, Orlando" del 6 de marzo de 1986, Fallos: 308:235 Ver Texto
; 316:2927 Ver Texto ; 318:1695).
Que por lo demás si bien es cierto que el recurso extraordinario, cuya denegación origina la presente queja,

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no refuta todos y cada uno de los fundamentos de la sentencia apelada, aquellos que omite carecen de la
envergadura suficiente como para impedir el tratamiento de esta presentación, como corresponde hacerlo
teniéndola por suficientemente fundada en los términos del art. 15 Ver Texto de la ley 48.
5º) Que cabe señalar en primer lugar, tal como lo dijo esta Corte Suprema de Justicia de la Nación, in re:
"Piaggio de Valero, María Elena c/ Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires", Fallos: 311:1206 Ver Texto
-aplicable al caso- que cuando el artículo 9 de la ordenanza 33640, establece que los agentes municipales tienen
estabilidad en el grupo o categoría de revista alcanzado, pero no en el ejercicio de las funciones de conducción
que se les asignen, debe entenderse que persigue otorgar amplias atribuciones a la administración, para
reestructurar y renovar sus cuadros directivos por razones de oportunidad, mérito y conveniencia, lo que como
regla no es revisable en sede judicial. Así también, que es válido el acto por el cual se hace cesar a los agentes
de la comuna en la función de conducción, aunque carezca de un detallado orden de razones fácticas y
normativas frente a las amplias facultades de superintendencia concedidas al intendente de la Ciudad de Buenos
Aires y a la reglamentación de la estabilidad prevista en la ordenanza 33640 (Fallos: 318:896 Ver Texto ).
Asimismo que sobre tales bases, requerir del intendente la expresa motivación del acto como requisito de
validez, en función de lo dispuesto por el art. 7º Ver Texto , inc. e, de la ley 19549, constituye un ritualismo
descalificante de lo resuelto, pues importa desconocer que la invocación de la norma reglamentaria de la
estabilidad en los cargos de conducción revela inequívocamente el ejercicio de la función discrecional conferida
por las razones que justifican el dictado del aludido art. 9º.
6º) Que ello es así, porque si bien en un estado de derecho, no es posible convalidar la existencia de una
potestad administrativa ilimitada, que conlleve al dictado de actos que resulten arbitrarios para los
administrados, tampoco puede autorizarse una revisión judicial generalizada de aquéllos, que conduzca a
desnaturalizar el ejercicio de las facultades discrecionales, que han sido dadas para la concreción del bien
común. En estos términos se ha sostenido (in re: Fallos: 316:2044, que el mayor o menor acierto o error, mérito
o conveniencia de la solución adoptada por la autoridad administrativa, constituyen puntos sobre los que no
cabe al Poder Judicial pronunciarse, en la medida en que el ejercicio de dichas facultades discrecionales no se
compruebe como irrazonable, inicuo o arbitrario.
Que, va de suyo que ello es así, siempre que las decisiones que se tomen en el marco de la denominada zona
de reserva de la administración, respeten de manera especial el principio de razonabilidad, que consiste en que
los actos se encuentren motivados, de manera tal de poner de manifiesto su juridicidad. Como ocurre en el caso
de autos, ello se cumple con la sola invocación de la norma que le da sustento, tal es, el ya citado art. 9º por las
atribuciones que en sí misma encierra y sin la necesidad de indagar en los antecedentes fácticos habidos entre
las partes en su relación laboral anterior, como un modo de pretender interpretar la verdadera razón que
determinó a la administración a decidir en algún sentido.
Vale decir pues que, verificada la razonabilidad, del modo que ha quedado expresado en el párrafo anterior,
se advierte que cualquier otra solución conduciría a acotar facultades que en principio siempre que se las ejerza
en la esfera de potestades constitucionales, por su naturaleza, como ya se expresó resultan irrevisables ante la
instancia judicial.
Por ello, se hace lugar a la queja, se declara procedente el recurso extraordinario y se deja sin efecto la
sentencia. En atención a la naturaleza de las cuestiones debatidas se declaran costas por su orden. Notifíquese,
agréguese la queja al principal y, remítase. Vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de que, por quien
corresponda, se dicte un nuevo pronunciamiento.
ADOLFO ROBERTO VÁZQUEZ.

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