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Hablar de enfermedades es remitirnos a periódos muy antiguos y hablar de cada una de ella es
presentar una variedad propia de signos y de síntomas, que se reflejan en lo físico y mental del
que la padece. Además, dependiendo de sus manifestaciones clínicas, del estado del
conocimiento actual, la ciencia y la religión, que las tratan de explicar tienen repercusiones
sociológicas.
Es así como a lo largo de la historia humana estas dolencias o enfermedades que generan
miedo e incertidumbre y en su afán de buscar explicaciones a las mismas, han terminado por
caminos a veces sin salida, donde, generalmente, las únicas explicaciones que se dieron son de
tipo metafísico, mágico, fantástico y divino, las cuales, emergen frente a las manifestaciones
clínicas y que se atribuyen al supremo creador, a espíritus o fuerzas sobrenaturales. De
acuerdo con Pavía-Ruz et al. (1998), en las culturas ancestrales, existía un grupo selecto de
personas que, con una capacidad de sugestión, iniciaron las primeras prácticas curativas,
mediante el uso de conjuros, empleo de pócimas y otros artificios, retando a esa ignorancia y
buscando hacer frente a las patologías somáticas y psiquiátricas, que ahora se comprenden
mejor.
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Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me
fue vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre;
porque su señorío es sempiterno, y su reino por todas las edades.
LICANTROPÍA
En relación a esto, podemos decir que la teriantropía que es una palabra derivada del griego
therion, que significa bestia, y anthropos, que significa hombre. La teriantropía es la creencia
de haberse convertido de humano en animal y viceversa. Los teriántropos han sido descritos
desde las pinturas rupestres hasta la actualidad por la literatura médica.
En medicina, la licantropía clínica está descrita como una rara condición psiquiátrica en la que
el paciente cree que es posible su transformación anatómica total o parcial en un animal.
Además, creer que es una persona cercana la que se convierte en animal o tomar únicamente
el comportamiento de determinado animal son también variantes de este síndrome.
La etiología del síndrome clínico es diversa, generalmente está asociada como una expresión
idiosincrática a un trastorno psiquiátrico, principalmente en esquizofrenia, pero también
puede presentarse en el trastorno bipolar (tipo mixto), la psicosis severa la enfermedad
maniaco-depresiva, trastornos convulsivos, drogas psicomiméticas, intoxicación por alimentos
o sustancias alucinógenas.
La licantropía clínica es una entidad siquiátrica, descrita por primera vez en el siglo XVII, como
una forma de locura; sin embargo, en los siglos XIX y XX, los reportes de casos son
extremadamente raros (Fahy, 1989). La licantropía es una creencia inusual o ilusión que la
persona que la padece se ha transformado en un animal y adquieren comportamientos o
sentimientos acordes a tal creencia. Generalmente, los delirios licantrópicos se asocian a
trastornos depresivos mayores, con síntomas psicóticos; estos delirios son agudos y
rápidamente reversibles y están influenciados por el entorno cultural del paciente (Khalil et al.
2012).
A menudo, podemos encontrar algunos síntomas que aparecen en aquellas personas que
padecen este cuadro clínico. A continuación, describiremos los más importantes.
Tener conductas similares a las del animal en el cual creen que se transformaron. Por
ejemplo, si la persona piensa que es un lobo, puede desplazarse en cuatro patas,
gruñir, realizar sonidos similares, comer carne cruda, entre otros.
Existe otro extraño trastorno, la Boantropia, de acuerdo con Claudia (2006), en Babilonia,
cuando una persona era considerada como “loco”, debido a su conducta, o si constituían una
amenaza para la paz o el orden público eran expulsadas de la comunidad a su suerte o se les
condenaba a muerte, debido a los supuestos espíritus malos o demonios que se habían
apoderado de ellos. Estas sociedades eran hostiles con los enfermos mentales, por lo
que muchos de ellos tuvieron que huir hacia los bosques, en donde se les olvidó y por ende su
condición empeoraba, convirtiéndose en un terror para quienes se tropezaban con ellos.
Así también, según Postel y Quétel, (2000) en la civilización hebrea antigua, en Mesopotamia
no había santuarios terapéuticos ni instituciones hospitalarias. Por ello, los autores estiman
que la enfermedad mental era considerada como un castigo del cielo, concepción tradicional
de la cultura judía, agregado a esto, la creencia en seres peligrosos, que eran mitad bestia y
mitad hombre, salvajes, habitantes de bosques o de lugares desiertos, estuvo muy extendida
por Europa hasta finales de la Edad Media.
Algunos estudios refieren a que hay deterioros en las partes del cerebro que se encargan de la
percepción sensorial, en específico del hemisferio cerebral encargado de la propia percepción,
la cual se presenta con distorsiones. Esto llevaría a una persona que sufre de boantropía a que
no reconozca en dónde se encuentran situados sus músculos ni comprenda cuál es la postura
corporal que debe adoptar.
Posteriormente, su cuerpo fue bañado con el rocío del cielo y cuando reconoció que el Dios
Altísimo dominaba sobre el reino del hombre y pone a quien le place, entonces se pudo liberar
de tal estado.
En el caso de Nabucodonosor lo vemos convertido en una especie de animal que come hierba,
como el texto lo describe: “… y fue echado de entre los hombres; y comía hierva como los
bueyes.” “hasta que su pelo creció como de águila, y sus uñas como de aves.”.
Alteraciones neurológicas
Referencias Bibliográficas:
Claudia, M. (2006). Breve consideración histórica sobre las nosografías psiquiátricas. Alcmeon,
13(3). 67-108. Recuperado de: https://www.alcmeon.com.ar/13/51/6_derito.htm
Fahy TA. Lycanthropy: a review. J Roy Soc Med 1989; 82: 37-39.