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La ley 1420 (1884), resumiendo los postulados del Congreso pedagógico
Concepto de 1882, establece que la educación ha de ser universal, común, mixta,
educativo gratuita, obligatoria y neutra.
La ley, (válida para Capital Federal y los territorios nacionales), establecía:
1. Qué el Estado es el responsable de la educación pública. 2. Que el
gobierno colegiado a través del Consejo Nacional de Educación y los
Consejos de Distritos. 3. Se financia la educación primaria (Fondo Escolar
permanente). 4. Se estimula la creación de jardines de infantes, escuelas
para adultos y en caso de necesidad, escuelas ambulantes. 5. Se establecen
contenidos mínimos de lengua nacional, historia nacional y geografía
nacional. 6. Se Normatiza la construcción de edificios escolares y
cuestiones de sanidad escolar. 7. Se Normatiza la actividad docente,
asegurando formación, estabilidad y derecho al retiro. 8. Se promueve la
creación de bibliotecas populares. 9. Se establece la Inspección Estatal
sobre escuelas particulares.
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El interés estaba centrado en el conocimiento académico.
El objetivo principal que persiguió la Ley 1420 tuvo que ver con la concepción de
Observaciones la unidad nacional a través de la Educación Común. En un país que recibía gran
u otros cantidad de inmigrantes era muy importante integrar rápidamente al Estado a los
nuevos habitantes en calidad de ciudadanos, para lo cual era necesario promover
una educación común que impartiera formación integral primaria y básica y
"unificadora" en sus principios filosóficos. Desde el punto de vista político, la ley
fue concebida como un instrumento necesario e imprescindible para ejercer el
gobierno efectivo del sistema educativo y por supuesto para crear este sistema y
concebir asimismo los mecanismos más adecuados para su administración y
gestión. Por último agregaré que fue un medio efectivo para la "democratización"
y para la expansión del sistema educativo.
La Ley 1420 fue una ley nacional que tuvo vigencia en la Capital Federal y en los
Territorios Nacionales, lo que indica que no se trató de una Ley General de
Educación, aún teniendo en cuenta la extensión relevante de estos territorios
nacionales en 1884. No obstante, las dificultades de su aplicación debidas a las
grandes distancias y el vació de legislación educativa en las distintas
jurisdicciones provocó que estas reglamentaran localmente la Ley – en la
Provincia de Buenos Aires cabe destacar la sanción de la Ley 988 - y dispusieran,
en la práctica, su aplicación a nivel nacional. El impulso de la Ley Laínez que
produjo la nacionalización centralizada del sistema educativo, favoreció esta
aplicación general a partir de 1905.
Sin lugar a dudas, aun considerando las desventajas que ocasionó su aplicación
sobre todo en lo que hace a su generalidad, la Ley 1420 constituyó un hito en la
organización del sistema educativo argentino, en su fundamentación ideológica,
su gobierno y su administración. En efecto, además de los logros políticos y
sociales que conllevó su aplicación cabe destacarse su efecto sobre la
organización y la expansión del sistema educativo.
En el plano del derecho positivo incluyó a una gran cantidad de habitantes dentro
de los favorecidos con el ejercicio del derecho a "enseñar y aprender" reconocido
por el artículo 14 de la Constitución Nacional. Al respecto la ley garantiza una
educación gratuita, obligatoria y laica, atendiendo a las necesidades de la gran
masa inmigrante que llenaba los centros urbanos del país. Se puede rastrear una
gran importancia otorgada a la educación ya desde Manuel Belgrano. Éste
consideraba que las escuelas debían ser gratuitas y su función, instruir de
acuerdo con buenas máximas e inspirar el amor al trabajo. La educación
resultaba fundamental en su concepción de un Estado democrático, y también
beneficiaría al comercio.
Belgrano concibió a la educación como productora de la felicidad del pueblo y el
progreso de las naciones. En forma consecuente con esta idea, “…los 40000
pesos que debió recibir como premio por sus triunfos en Tucumán y Salta los
destinó a la fundación de cuatro escuelas primarias: Tarija, Jujuy, Tucumán y
Santiago del Estero, cuyo reglamente redactó.” (Weinberg, 1984, p. III)
Por su parte, Mariano Moreno relaciona la necesidad de educar con la formación
de conciencia del pueblo, el afianzamiento de la Revolución y el sostenimiento de
la libertad. Asimismo, con Bernardino Rivadavia puede observarse la propuesta
de obligatoriedad de la educación y la aplicación del sistema lancasteriano de
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enseñanza, que permitía intensificar la educación primaria, contando con
mínimos recursos.
Se vislumbraba en los discursos pro-educación, la intención de formar al
ciudadano de la nación que se estaba constituyendo, con la debida instrucción
relativa a sus derechos y obligaciones, y la que permitiría la participación política.
Esta tendencia aparece en el ideario de Esteban Echeverría.
Finalmente, Sarmiento exigió “…una escuela popular, democrática, gratuita, laica,
con rentas propias y autónomas, programas científicos y racionales de acuerdo a
los intereses de la Nación, y de su pueblo…” (Weinberg, 1984, p. IV). La
propuesta sarmientina incluye la defensa del derecho a la educación para todos
los habitantes, extendiéndose a los niños de entre 6 y 14 años, además de
mujeres, adultos y soldados.
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