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Aáa XXI

MARCHA M ontevideo# 3 de Julio d e 1959 N® 96«

ARTURO A R D A O

América D e s c u b r e su P e n s a m ie n t o
y

O r ig in a l e n E s t a s D o s D é c a d a s
L A in te lig e n c ia a m e r i c a n a s e h a c o n s t it u id o h is t ó r ic a m e n t e a t r a v é s d e la re c e p c ió n , a s im ila c ió n y a d a p t a c ió n d e la s d o c ­
trinas europeas. D e s d e la é p o c a c o l o n i a l h a s t a n u e s t r o s d ía s , s e h a d e s e n v u e lt o c o m o p r o lo n g a c ió n y re fle jo d e los g r a n d e s
centros de la c u ltu ra o c c id e n t a l. C o n m a y o r o m e n o r r e tr a s o , s u s c o n t e n id o s in te le c tu a le s y su s d ire c tiv a s id e o ló g ic a s h a n re­
producido, a su m o d o , c o n t e n id o s y d ir e c t iv a s e m a n a d o s d e lo s p a ís e s d e l v ie jo m u n d o .
Así ha s id o t a m b ié n , d e s d e lu e g o , e n lo s ú lt im o s v e in te a n o s . P e r o e n e ste p e r ío d o — ju sta m e n te a lo l a r g o d e lo s últim oi
veinte años — se h a n a ñ a d i d o a l g u n o s r a s g o s q u e m a r c a n un g i r o d e l p e n s a m ie n t o a m e r ic a n o re sp e cto a la s c o n d ic io n e s p r e ­
cedentes. N o es, s im p le m e n t e , q u e s e h a y a p r o d u c id o la p e n e t r a c ió n d e n u e v a s id e a s y c o rrie n te s. Este es el fe n ó m e n o d e r e n o ­
vación periódica n o r m a l, c o n f o r m e a la p r o p i a r e n o v a c ió n d e l p e n s a m ie n t o e u r o p e o , e n la su c e sió n d e la s g e n e r a c io n e s y la t
doctrinas. El g ir o h a c o n s is t id o , m á s a l l á d e e s o , e n la a p a r ic ió n d e u n a a ctitu d n u e v a e n la in te lig e n c ia a m e r ic a n a , e n c u a n t a
americana. Se h a v u e lto é s ta s o b r e s í m is m a , p a r a r e c o n o c e r s e c o m o t a l e n su m a r c h a h is tó r ic a y p a r a e r ig ir s e e n el ó r g a n o d e
revelación y e x p r e sió n d e u n e s p ír it u q u e le s e a p r o p io . D e a h ; e l in t e n s o m o v im ie n to d e h isto ria d e la s id e a s en A m é r ic a y la
insistente p re o c u p a c ió n p o r el p r o b l e m a d e la f i l o s o f í a a m e r ic a n a , d o b le n o ta d o m in a n t e d e l p e n s a m ie n t o e n lo s ú ltim o s a ñ o s .

Ambas cuestiones, si bien teórica- p ecialm en te características de la épo­ de la Cátedra coincidió con la inicia­
meóte separables, se han dado, de h e­ ca. Lo han sido, sin em bargo, desde ción del ciclo de intensa vuelta a lo
cho. en relación íntima, como resultado posturas doctrinarias distintas y a tra­ americano, que hemos señalado más
de la misma disposición mental y de v és de trayectorias d iferentes. La con­ arriba. En e l seno de esta etapa, e l in­
idénticas circunstancias culturales e frontación de sus discrepancias y coin ­ terés americanista de Romero se ha
hstóricas. Tanto una como otra rem on­ cid en cias es, por eso m ism o, uno de lo s fijado, para apoyarlos y estimularlos,
tan sus antecedentes a etapas anterio­ m ás su gestivos ángulos de observación en los esfuerzos de indagación del j?a-
res. incluso al siglo pasado; pero es en y registro de la marcha d el pensam ien­ sado como condición de la deseada au­
el curso de las dos décadas últim as to en nuestra A m érica de v ein te años tenticidad presente y futura.
que se manifiestan con la organici dad a esta parte. Es pues natural que en la citada
y sistematización que las han converti­ N o carece de interés comprobar, co­ oportunidad de hacer conocer en Frau-
do en rasgos intelectuales de la época. m e persisten cia obstinada de la raíz cia los rasgos de la actualidad filosó­
Alrededor del 40 se produce en e s­ europea, qu e ambos son españoles de fica americana, llamara la atención so­
te campo la decantación de un con­ origen, aunque naturalizados en sus res­ bre el movim iento de historia de las
junto de impulsos y tendencias, que a p ectiv o s países am ericanos. Romero, ideas junto al paulatino desarrollo de
partir de entonces se armonizan e in­ llegad o a tem prana edad a la A rgen­ la filosofía pura, en estas tierras.
crementan. D os ta c to r e s principales in­ tina, ha hecho en ésta su form ación C o n s id e r a Romero que la p r á c tic a
fluyen. Eq. primer lugar la profunda y su carrera. Gaos, llegado a M éxico de la historia de las ideas está en tren
conmoción que para la conciencia am e­ al fin alizar la guerra c iv il española, de volverse aquí, relativamente m ás
ricana significó e l estallido de la se­ d ejó en España una actuación apre- importante que en otras zonas del
gunda guerra mundial, y en especial ciab le, pero es en su país de adopción LEODOLDO ZEA mundo, incluso Europa. Relativam ente,
la caída de Francia: sintiendo perder dende ha realizado la m ayor parte y es decir, en comparación para cada zo- .
regido al país desde Caseros. Pero qu e­
su asidero secular, se vio aquella con­ lo definidor de su obra. na con los estudios de otros sectores
ría perm anecer fie l a A lberdi en lo sus­
ciencia compelida a un angustioso re­ La labor de Romero en este campo de la historia cultural. Eso es conse­
tancial de su actitud filosófica, d efin i­
pliegue sobre sí misma, en busca de resu lta inseparable de la s actividades cuencia, a su vez, de otra prioridad
da. más allá de las Bases, en su fa­
una reorganización de sus valores. En de la Cátedra A lejandro K orn d el Co­ más sustantiva: e l mayor peso y sig­
m oso ensayo montevideano de 1840,
segundo lugar la instalación en A m é­ leg io L ibre de E studios Superiores, cá ­ nificación histórica que en nuestra
donde por primera vez se postulara la
rica. por esas fechas, de un im portan­ tedra que él fundó en 1940 y ha te ­ América han tenido las ideas, con re­
filosofia n a c io n a l y americana. Korn
ti núcleo de pensadores españoles de nido a su cargo hasta ahora. Su pro­ lación a otras zonas, incluso tam bién
viejo retom a con entusiasmo la inspi­
la emigración republicana: contribu­ gram a quiso reproducir la s grandes Li­ Europa. En ésta, las naciones se cons­
ración. de aquel escrito de A lberdi jo ­
yen ellos a excitr r, y en algún caso a n eas de la obra cum plida por e l m aes­ tituyeron primero, y se volvieron des­
ven, sin im aginarse tal vez, toda la
orientar, el interés y e l esfuerzo por tro recordado en la denom inación. Ro­ resonancia que estaba llam ado a tener pués estados modernos, por un largo
la historia y la autenticidad del pen­ m ero, am igo y discípulo' devotísim o de proceso vegetativo, forjando sobre la
en la especulación am ericanista de los
samento americano. A esos factores Korn, a sí lo subrayaba expresam ente, marcha las ideas y doctrinas orientado­
próxim os lustros.
habría que añadir otros menos ocasio­ d istinguiendo tres apartados esenciales: ras. En América, en cambio, las nacio­
Francisco Romero, continuador de
nales: la relativa madurez alcanzada e l trabajo filosófico en cuanto tarea teó­ nes se han constituido conforme a u n
K om , n o ha sustentado e l am ericanis­
pondicho pensamiento, y la influencia rica, e l propósito social d e difundir ia plan deliberado, fruto de ideologías eu­
mo filosófico en los mismos térm inos
general del espíritu h.istoricista contem ­ filo so fía y la intención n acional y am e­ que su maestro. Sería largo puntuali­ ropeas ya hechas, tomadas posterior!
poráneo, condicionante doctrinario de ricanista. “T od os lo s que han frecuen­ zar aquí las disidencias teóricas que como m odelos de su organización, e
aquellos empeños. tado los escritos de don A lejandro e v e n tu a lm e n te d e s u r e o r g a n iz a c ió n .
en esto los separan. Baste decir que
En 1958, en un número de la revista K orn añadía— saben que se interesó arrancan de opuestas concepciones gno- Tal fue en lo s casos típicos d el ilum í-
francesa “Les Études Philosophíques” d e continuo por estos tres aspectos de nísrno cuando la independencia y d
seológicas y axiológícas sobre la ver­
que dirige Gastón Berger, dedicado al la cuestión filosófica, sin posponer nin­ positivismo en la segunda m itad d el
dad filosófica y lo s valores. E l relati­
pensamiento iberoamericano, se obje­ guno de lo s tres*’. vism o hístoricista de A lberdi y Kom , siglo X iX .
tivó lo que esos rasgos tienen de do­ En lo qu e al tercer aspecto se refie­ no seduce a Romero, quien mira, en “Presentándose así la situación —con­
minantes en nuestros días. Francisco re. *Ta in tención nacional y am erica­ consecuencia, con reservas la filoso­ cluye— se comprende la importancia
Romero desde la Argentina y José nista", K o m fu e en la A rgentina un fía nacional o americana como dife­ excepcional de la s ideas en la historia
Csos desde México, puestos a presen­ verdadero precursor de la corriente que renciación de problemas y soluciones de Iberoamérica; esta historia no pue­
tar en los medios europeos la actuali­ con tanta fuerza se iba a m anifestar respecto a la filosofía universal. Esto de ser interpretada correctamente si
dad filosófica de estas tierras, pusie­ en toda A m érica después d el 40. Y no obstante, ha mantenido y m antiene nc se toma en cuenta los elemento*
ron, respectivamente, e l acento en los lo fu e en la s dos exp resion es de esa lina a c t i v a p r e o c u p a c ió n p o r e l desti­ ideológicos”. Todo ello distinguiendo la
ios temas mencionados: la importancia corriente: la histórica, de reconstruc­ no independiente del pensam iento en historia de la s ideas de la filosofía, por
«Icanzada por la historia de las ideas ción d el pasado ideológico propio, y la Am érica, logrado en la autenticidad cuanto más que de la dignidad espe­
en América, (Romero), y e l volum en teó rica , d e elab oración d e u n a filo so ­ de la reflexión, en la superación defi­ culativa de lo s sistem as se preocupa d#
ce la corriente filosófica americanista fía tam bién propia, no su jeta a la tu­ n itiva de las actitudes parasitarias o sus influencias reales en la vida social
(Gaos). A través de enfoques distintos te la m en tal europea. E n cuanto a lo reflejas- Num erosos escritos suyos así A diferencia de lo que será para Gaoc
ccnrorrieron ambos a destacar aqae- prim ero. lle v ó a cabo en la segunda lo docum entan. M encionemos aquí lo s y la importante corriente m exicana
£35notas por las cuales e l pensam ien­ década d el sig lo los prim eros trabajos recogidos en e l volum en Sobre la fi­ que é l a n im a , la histeria de la s ideal
to americano del presente, m uestra su de h istoria d e las ideas filosóficas en losofía en América (1952), a los que en América no es para Romero e l»
originalidad o su diferenciación respec­ la A rgentina, reunidos m ás tarde en el com plem entan otros, anteriores y pos­ mentó inseparable de una filosofía qu«
to a la tradicional fuente europea. volum en "Influencias filosóficas en la teriores. sin referirnos, claro está, a sus fuera americana por la índole de su*
Ko es casual esa doble intervención, evolu ción nacional. En cuanto a lo se­ diversas obras de filosofía generaL temas y sus resultados. No es ella m is­
en tal oportunidad, de Romero y Gaos gundo, in sistió al fin a l de su vida, en A unque esa preocupación e s t é pre­ ma h is to r ia d e l a filosofía en s e n tid a
£o el sur- y en e l norte del continènte, varios te x to s que se extien d en de 1925 sente en Romero antes de 1940, es la estricto. Pero en algo coincide con és­
cesde los dos países más representati­ a 1935, e n la im periosa necesidad para Cátedra Alejandro Korn la que espe­ ta, en cuanto la precaria historia de la
vos de la vida filosófica latinoam eri­ la A rgentina de alcanzar una filosofía cialm ente le h a servido de órgano, co­ filosofía aquí posible, viene subsumida
cana, ambos pensadores son los p rin­ nacional, com o escala d e valores capa­ m o centro activo de inform aciones e en la historia d e las ideas. D e ahí la
cipales animadores de ésta, considera­ c es d e orientar la v o l u n t a d colectiva incitaciones, proyectado sobre todo el importancia con yque esta historia at
da en conjunto. Uno y otro, han sido de su pueblo. G ustó ponerle a este continente. En lo que aquí nos ocupa, le aparece com o nota característica e»
al mismo tiempo los principales anima­ d esign io la divisa de “N uevas Bases”, esa m isión ha sido cumplida cargándo­ él actual panorama d el pem ¡im iflc
dores áe aquellos movimientos y ten­ considerando agotada la filo so fía aiber- se e l acento en e l aspecto c e historia continental. -
deadas que hemos señalado como ea- díana, de esencia p ositivista, que había de la s ideas en América. L a creación (Pasa a la Pág. siguiente}
A M E R IC A D E S C U B R E S U P E N S A M I E N T O ORIGINAL...
(Viene de la Pág. anterior) pues, en la historia entera del pensa­ que extiende a todo el continente. Dis­ a la vida humana, en un antinc'O de
En 1540, recién llegado a México, Jo­ miento de lengua española”. Por dis­ tingue dos grupos de cultivadores de la filosofía de la existencia.
sé Gaos dedicó un comentario al filó­ tintos caminos. Korn y Gaos coinciden la filosofía en México, “y m ás o m e­ Para completar la visión del pensa­
sofo mexicano Samuel Ramos, que fue en los grandes supuestos historicistas nos en los otros países de la América miento americanista (no ya americano)
como el punto de partida de su vas­ de la tesis de Alberdi, de donde su co­ española y el Brasil.” Por un lado, lo* en estos últimos veinte años, seria ne­
ta acción americanista de entonces a mún conclusión de la actual vigencia Que constituyen filosofías emparentadas c e s a r io entrar a detallar autores, obras,
la fecha. Acababa llamos de publicar de ésta. con las europeas por sus temas, sus movimientos, polémicas, reuniones y
El perfil del hombre 7 la cultura en Fomentando, por otro lado los estu­ problemas, sus métodos y sus resulta­ asociaciones que cubren, con mayor o
México, libro aplicado a una reflexión dios de historia de las ideas en su Se­ dos; por otro, los que inspirándose en m e n o r extensión, la totalidad de los
sobre las “circunstancias“ mexicanas, minario del Colegio de México, y temas o problemas americanos, y has­ países del continente. En la imposibili­
en el mismo sentido en que Ortega y ahondando él mismo en el pasado fi­ ta usando métodos americanos, aspiran dad de hacerlo con propiedad dentro
Gasset preconizara, desde las Medita­ losófico mexicano, Gaos ha dado un a una filosofía americana y aún nacio­ de lo s l i m ite s d e esta nota, nos ha pa­
ciones del Quijote (1914), una filosofía paso más en la misma dirección. La nal, que llegue a equiparse a la fi­ recido preferible organizar en tomo a
de las “circunstancias” españolas. Gaos, filosofía mexicana, y por extensión la losofía francesa, alemana, inglesa o las coordenadas dominantes de Fran­
discípulo de Ortega, lo reconoció asi americana, se le ha aparecido, no ya norteamericana. cisco Romero y José Gaos, una rene
de inmediato. Subrayó las similitudes como posible y necesaria, sino como Demás está decir que las sim patías de hechos y tendencias expresivos del
de ambas empresas, observando que realmente existente desde la época co­ de Gaos son para el segundo grupo panorama de conjunto. Puede tenerse
surgían, tanto como de afinidades ob­ lonial. Los pensadores m exicanos tie­ y que es éste el que especialm ente re­ ía seguridad de que esas dos líneas
jetivas entre los temas, “de la origina­ nen la relativa originalidad y autenti­ comienda a la atención de los europeos. ¿on la mejor introducción a la intensa
lidad 7 autenticidad parejas con que cidad que la historia universal de la Refiriéndose a México, reconstruye la ferm entación ideológica producida >n
ambos pensadores se enfrentan a su filosofía reconoce a muchas figuras aje­ línea que partiendo de Caso y Vas­ oste sector de la cultura americana,
realidad nacional circundante y a su nas a los primeros planos. En su ci­ concelos pasa por Samuel Ramos y que, se quiera o no, ha transformado
realidad personal, intima —la nacio­ tada obra En torno a la filosofía me­ conduce al grupo Hiperión, hoy dis­ de manera irreversible su fisonomía.
nal en ellos— en donde incide el va­ xicana concluía: “En vista de los re­ perso. Apuntando antecedentes recuer­ Por otro lado, para completar esa vi­
lor filosófico de las obras”. sultados de la revisión crítica de la da de nuevo no sólo a Ortega sino tam­ sión sería necesario entrar a la con­
Esa valoración de la obra y la orien­ historia de la filosofía en México, no bién a Alberdi, al A lberdi m ontevidea­ frontación de las diversas posiciores
tación de Ramos, por parte de Gaos, se puede menos de estimar la negación no: “Como declaración de independen­ teóricas desde las cuales se sustenta el
formalizó en México una dirección de de la existencia de una filosofía me­ cia estrictamente filosófica hecha en americanismo filosófico. Esto, menú
pensamiento basta entonces apenas in ­ xicana, no sólo como una falsedad, si­ nombre de toda América, concibiendo todavía es posible hacerlo aquí Desde
sinuada. La acción personal subsiguien­ no como una injusticia.” Con el agre­ ya una filosofía americana en el sen­ Alberdi én adelante se ha incurrido ei»
te del propio Gaos, fue decisiva. En gado de que la extensión de tales con­ tido de una filosofía sobre los proble­ este campo en muchas exageraciones y
el plano docente, encauzando e l traba­ sideraciones a los demás países hispa­ mas de los pueblos americanos, ella contradicciones, confusiones y paralo­
jo de los jóvenes; en la crítica filo ­ noamericanos y a España, “habrá ve­ fue la obra del argentino Alberdi, en gismos. La falta de rigor propia deJ
sófica, confiriendo especial interés al nido haciéndola al margen menta7, de Ideas para presidir a la confección del pensamiento americano en general, re­
pensamiento de lengua española; en la ellas el propio lector.” curso de filosofía contemporánea en percute agudamente en el pensamien­
labor bibliográfica, abordando los te­ Inscribiéndose en e l magisterio de el Colegio de Humanidades de Monte­ to americanista. Pero con todo lo Que
mas y problemas propios de ese pen­ Gaos se produce en México, con irra­ video. que continúan siendo vivien tes éste tiene de indecisión doctrinaria y
samiento. Desde los primeros años de diación sobre el resto de América, la y fecundas”. Y al mencionar a clásicos hasta de efervescencia juvenil, repre­
la década del 40 entró al debate sobre obra de Leopoldo Zea. El nombre de del pensamiento hispanoamericano con senta, en nuestros días, el más pode­
la existencia y posibilidad de la filo ­ este p e n s a d o r m e x ic a n o ha llegado a real o r ig in a lid a d filosófica destaca Mo­ roso empeño realizado hasta ahora por
sofía americana, madurando ideas que convertirse en una especie de símbo­ tivos de Proteo, de Rodó, donde la no­ alcanzar la “emancipación menta)" de
diez años más tarde ofreció sistem a­ lo del pensamiento americanista de las ción bergsoniana de evolución creado­ América, que reclamara ya en el siglo
tizadas en su obra En torno a la filo ­ dos últimas décadas, e n el doble as­ ra e s tr a n s f e r id a d e la v i d a geológica pasado la generación romántica
sofía mexicana (1952-53). La historia de pecto de la elaboración de una filo­
las ideas en América ha sido, en el sofía americana y de la historia de
orden d o c e n te c o m o en la especulación las ideas en América. Discípulo de Ra­
teórica, el complemento, y en cierto mos y de Gaos, tomó las directivas
modo el clima de esa tarea. de éstos, para hacer de ellas, con ori­
J d Y E R I / l P /IR IS -
CASA E S P E C IA L IZ A D A EN R E L O J E S D E CA LID A D
El carácter nacional o continental de ginalidad y eficacia, una verdadera mi-
la filosofía, resulta para Gaos no sólo lítancia ideológica.
de los sujetos, sino también de los ob­ Ya en 1942 expuso el plan de una
AGUILA
jetos de la reflexión filosófica. En con­ emancipación filosófica, en conferen­ LA GRAN MARCA SUIZA AL MEJOR PRECIA
secuencia “americana será la filoso­ cias recogidas en 1945 en el volumen
fía que americanos, es decir, hombres En lom o a una filosofía americana.
en medio de la circunstancia america­ Por momentos sus expresiones recuer­
na, arraigados en ella, hagan sobre su dan las de Alberdi. El mismo relati­
circunstancia, hagan sobre América”, vismo historíeista lo lleva a ellas. Con­
decía en 1942. Era la proyección a nues­ cibe Zea la filosofía americana como
tras tierras del mismo espíritu orte- una filosofía con temas y problemas
guiano de salvación de las circunstan- * propios, no excluyentes de los de la fi­
cías españolas en que se había forma­ losofía universal interpretada por Eu­
do. En el fondo, no se trató para él ropa. En esta línea organiza en 1948,
más que de un ensanche de aquel pro­ con compatriotas de su misma genera­
grama, encarando como una sola uni­ ción, el grupo “Kíperión”, dedicado a
dad histórica la totalidad del pensa­ la filosofía del mexicano y de lo me­
miento de lengua española, peninsular xicano, una filosofía de las circunstan­
y americano. La comunidad idiomàti­ cias nacionales. Gaos le dio sin tasa su
ca de ese pensamiento, y al mismo patrocinio espiritual. A la inspiración
tiempo su común condición de margi­ historíeista se superpuso la existencia-
na! respecto a los países europeos di­ lista, en un especial sentido. Paz tien­
rigentes de la modernidad, fundamen­ do d e l existencialism o francés de Sar-
tan la identificación. tre, se desarrolla la tesis de La filoso­
En el desarrollo de esta concepción. fía como compromiso (título de un li­
Gaos fue conducido a poner de re­ bro de Zea), y s e declara tomar al exis­
lieve la significación histórica y teó­ tencialismo no como doctrina, sino co­
rica del ensayo montevideano de Al­ mo método o instrumento: preocupa­
berai. de 1840. Con e l mismo fervor ción por el h o m b r e e n s u s situaciones
con que lo había realizado Korn unos concretas de existencia. D e la filoso­
lustros atrás, lo hace él ahora, pero fía mexicana vuelve Zea a cada ins­
para darle mayor la titu d . K o m lo in ­ tante a la filosofía a m e r ic a n a en gene­
v o c a b a c o n vistas a un designio de fi­ ral. Reorganizó y sistematizó sus ideas
losofía nacional argentina. Gaos lo in ­ sobre ésta en e l volumen América co­
te r p r e ta co n relación a la filosofía mo conciencia (1953).
americana en general, y aún españo­ En cuanto a la historia de las ideas,
la . En 1945 lo incluyó con ese alcan­ ha llegado a ser el más señalado re­
ce en su Antología del Pensamiento presentante del amplio m o v im ie n to q u e
de Lengua Española, y en 1946 lo ca­ en este campo se produce en toda
lificó “e l programa de toda la que América. En primer lugar, por sus
quiera ser filosofía americana, y espa­ propios trabajos, algunos de carácter
ñola. en el mismo sentido en que son local inm ediato como su obra so­
la filosofía francesa, inglesa, alema­ bre El Positivismo en M éxico (19-53-44):
n a ...; uno de los puntos decisivos. otros referidos a todo el confíneme,
cc-mo Dos etapas del pensamiento en
Hispanoamérica. (1949). En segundo lu­
gar. per su labor de animador de los
¿hora puede conseguir coa un estudios de este tipo en toda América,
desde la presidencia del “Comité de
CREDITO "CLARION "i Historia de las Ideas en América”, que
A SOIA FIRM A ejerce desde su creación en 1948. Este
Comité ha promovido reuniones inter­
Caníecdc-nes y artículos nacionales, publica una colección con
para señoras, bombies y niños el mismo nombre en Fondo de Cultura
Económica, y comienza ahora a editar
Muebles, lazar,y .Menage, una Revista especializada.
fanaleria,Bianca y Tapicería

CLARION RADIOSA.
En su citado reciente trabajo para
el número de ”Les Éíudes Phílosophi-
qvea" (1958) dedicado a América, José
J O Y E R I A PARIS e n s us d o s c e s a s
Gaos lim itó su enfoque a la actualidad
CONVENCIO* 1 2 8 0 -Tei.8 45.81 I mexicana. Pero intercala observaciones 18 D E J U L I O 1 4 2 9 y 18 D E J U L I O I 4 5 S

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