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disfraces y pregones?
http://www.educared.org/global/dilemas/contenido1?EDUCARED_SHARED_CONTENT_I
D=12536918
Junio 2007
En el Nivel Inicial estos festejos suelen estar acompañados con la participación de los
padres, quienes a veces bailan para los niños viejos o vigentes bailes tradicionales;
cocinan con ellos: tamales, empanadas, humitas, pastelitos o participan viendo actuar a
sus pequeños. El festejo tiene cierta reminiscencia a encuentros comunitarios, con
cantos, bailes y comidas.
Beatriz Goris
Todos los años las efemérides marcan ritmos institucionales, pero a veces, ante la
vorágine de la vida y el cotidiano escolar, es bueno detenerse un momento, pensar,
observar, escuchar, valorar y discernir acerca de aquellas prácticas sociales que al
reiterarlas se tornan imágenes congeladas, y las mismas escenas se repiten año tras
año, así, los actos escolares en los que se recuerdan hechos importantes del pasado,
desvelan al docente que se muestra ante la comunidad; fotos, largas horas de ensayo.
La pregunta es: ¿De qué estamos hablando? Hablamos de niños, pequeños,
espontáneos, creativos, asustados, presionados por tener que exponerse ante una
multitud de docentes y familiares que se han olvidado de que es un “niño/a”.
Pero a esta realidad se suma que a los niños se les asigna un rol, “vos vas a ser….”, así
gauchos, patriotas, “damas antiguas”, negritas alegres de su condición de esclava,
vendedores ambulantes, etc., etc. desfilan en un escenario, recitan pregones, con el
agravante de la frustración que sienten otros, por no poder desempeñar papeles
protagónicos, debido a que no responden a la representación que el docente tiene de los
personas que desempeñaron ese rol. ¿Cómo romper con estos estereotipos que se
repitan año tras año?
Ante todo debemos convenir que para recrear el pasado el docente debe estudiar, leer,
buscar, analizar fuentes, bucear en bibliografía, de lo contrario todo es más de lo
mismo.
Pero, también había industrias “…como las de fundiciones, de sebo, las fábricas de
jabón, de velas, de chocolate, de fideos, de yerba; las de carrozas, de recados, sillas
extranjeras, cinturones, baúles, maletas, etc. de peines de carey de de cuerno; las
panaderías, hojalaterías, sombrererías, colchonerías y confiterías” (Isabelle, A citada en
Romero L.A.: 1983, 47) muchas de ellas en manos de europeos. Esto no sólo, amplia
nuestra mirada de la época, sino que genera recorridos que superan los estereotipos.
El mal definido recorte “las comidas” (por ser un tema, no un recorte) puede ser
propicio para comprender que éstas no se limitaban al locro, la carbonada, las
empanadas. El pescado formaba parte de la dieta diaria por la proximidad con el río, lo
mismo sucedía con la carne vacuna, Shavelzon, cita a los hermanos Robertson: “en
torno al fogón había ollas y cacerolas de barro, una caldera de cobre para el mate y
piedra de afilar y media docena de cabezas de vaca.
En el fogón goteaba el sabroso asado que teníamos para la cena y en la olla se cocía un
puchero”.
Si se observa esta acuarela de 1858 realizada por León Pallière: La Posta, el análisis del
contexto nos permite identificar diferentes formas de cocción de alimentos en la época,
complementando el texto anterior, permite el diseño de propuestas en torno al análisis
de este contexto, enriquecido por el aporte de las fuentes.
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Bibliografía citada:
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Notas:
(1) Se recomienda leer en Dilemas. Temas Anteriores: ¿Cómo abordar el ambiente
socio-natural en la escuela infantil? Para establecer puentes con el tratamiento de
realidades históricas.
La pregunta del título nos invita a reflexionar sobre algunas cuestiones relativas a los
actos escolares y a las actividades de enseñanza en torno de las efemérides en la
escuela infantil. Deberíamos revisar algunas de las prácticas que frecuentemente se
asocian a la realización de los actos escolares con niños pequeños (disfraces, aprender
canciones, bailes, pregones y poesías, elegir quienes “actúan”, preparar las palabras
alusivas, organizar la ornamentación del lugar), como así también las actividades que
permiten aproximarnos a las efemérides en la escuela infantil.
Proponemos pensar los actos escolares como momentos educativos que deben
promover situaciones de aprendizaje. En ese sentido, los actos pueden recuperar el
trabajo didáctico iniciado antes con los grupos, constituyendo una oportunidad para que
los niños y los docentes muestren, de distintas maneras, cómo se han acercado en las
salas al recuerdo de una fecha patria, qué han aprendido.
Siguiendo este mismo propósito de generar aprendizajes, los actos pueden también
incluir instancias de trabajo compartido, en las que se convoca a la comunidad a
participar de una actividad de indagación en torno a la fecha, o de celebración conjunta.
Actividades de enseñanza
Para abordar el pasado con niños pequeños es necesario diseñar actividades que les
ofrezcan contacto con “testimonios” de ese pasado: objetos, imágenes, lugares de la
ciudad en los que puedan observarse “huellas” del pasado (calles, monumentos,
edificios, placas, etc.), relatos de protagonistas de esa época (viajeros, escritores, etc.)
Pensar el acto como momento educativo implica correrse del lugar del show o
espectáculo, en el que los chicos lucen disfraces, repiten pregones y canciones. En el
acto escolar las actividades deben estar al servicio de comunicar a otros lo indagado. En
este caso los “otros” destinatarios se amplían, no sólo son los compañeros y maestros
de otras salas, sino que también se convoca a la comunidad, a las familias. Esto supone
un doble propósito: contarles qué se ha trabajado y también cómo se abordan estas
cuestiones en la escuela. Algunas de las actividades que mencionamos pueden formar
parte del acto escolar, en tanto permiten mostrar lo realizado o el proceso de
indagación en marcha.
Así, los actos escolares pueden constituir un momento de cierre del itinerario. Por
ejemplo, los alumnos muestran lo que aprendieron acerca de modos de vestirse de
mujeres, hombres y niños en el Buenos Aires de los primeros años del siglo XIX. Para
ello, con anterioridad han visto fragmentos de películas, han observado litografías, han
buscado información en textos, han visitado algún museo que expone trajes y
accesorios de la época, se han vestido usando polleras largas, guantes, sombreros, etc.,
tratando de imaginar cómo sería caminar por la calle, sentarse o jugar con esta
vestimenta. En este caso, el hecho de disfrazarse, de vestirse como… tiene un sentido,
ya que ha sido el foco de la indagación.
El día del acto hay un motivo que convoca y da sentido a la reunión, por eso es
importante señalar por qué, para qué y cómo se invita a la comunidad a participar. Su
organización requiere tomar decisiones sobre aspectos didácticos e institucionales.
Sabemos que las familias concurren interesadas y expectantes de ver a sus hijos.
Seguramente esperan encontrar algo de aquello que recuerdan como “sus” actos
escolares (los disfraces, sus hijos que “actúan”), teñidos de la particular nostalgia de la
mirada hacia la propia infancia. ¿Se previó cómo anticiparles para qué se los convoca y
cómo se abordan las efemérides en la institución?: ¿recorrerán una muestra,
participarán de talleres en las aulas, serán espectadores de una representación?
Por otra parte, están los niños, que viven un día escolar “distinto” al resto, algunos
estarán ansiosos por ello, o inhibidos ante tanta gente. Consideramos valioso pensar la
participación de los niños desde el lugar de dar cuenta de lo trabajado, o de ser
partícipes de una actividad compartida. Esto supone revisar ciertas prácticas que los
convierten en actores de un espectáculo en cuya generación no han intervenido, o cuyo
sentido no comprenden.
También para los maestros el acto escolar implica un cambio en la rutina cotidiana. En
su realización ha sido necesario disponer los espacios y tiempos de otra manera, así
como abrir la institución para recibir a las familias y, en cierto modo, exponer la escuela
infantil a sus miradas, expectativas y opiniones.
El trabajo didáctico sobre las efemérides trasciende las puertas de la sala y la tarea
individual de cada docente.
Involucra a la institución en su totalidad, en la tarea de lograr acuerdos, tomar
decisiones, definir estrategias, distribuir tareas y fundamentalmente revisar contenidos
y concepciones pedagógicas.
En este sentido, este artículo pretende ofrecerles algunos aportes para acompañar el
trabajo institucional compartido. La tarea queda abierta.
“No solamente [el] pasado no es el mismo para todos, sino que […] el recuerdo se
modifica con el tiempo: esas
imágenes cambian a medida que se transforman el saber y las ideologías, a medida que
cambia, en las sociedades, la
función de la historia”
Marc Ferró (1993:9)
Uno de los aspectos más cuestionados fue el carácter de las celebraciones. Se criticaron
los actos precedidos de muchos ensayos, los disfraces demasiado elaborados que
volvían el festejo algo supuestamente molesto para los/as niños/as, y la evocación sin
un tratamiento en la sala que permitiera la contextualización de los acontecimientos y
personajes.
Mi intención no es volver a cargar las tintas sobre esto, sino plantear algunas preguntas
para reflexionar sobre sus respuestas. Entiendo que varios de aquellos interrogantes
motorizaron las críticas formuladas, pero se fueron apagando y el planteo quedó
limitado a la cuestión de las dramatizaciones durante los actos. Pretendo recuperar,
aquí, tales preguntas y formular otras que las complementan.
Las invito a profundizar la reflexión preguntándose junto a sus colegas: ¿qué personajes
protagonizan los relatos que contamos sobre las fechas recordadas? ¿cómo podemos
hacer visibles a otros sujetos que también participaron de esos sucesos? ¿cómo se
seleccionan los acontecimientos que integran el calendario escolar? ¿qué otros sucesos
nos parece importante festejar o conmemorar? ¿cuestionamos algunos, cuáles?
Ahora bien, a mi modo de entender, este nuevo lugar en el que ubicamos a los/as
niños/as frente al pasado, no se opone necesariamente a las celebraciones donde
podemos encontrarlos/as disfrazados/as. Creo que podemos movernos entre la puesta
en cuestión a través de la pregunta y la puesta en acto a través del ritual. Los puentes
entre una y otra los tiende la maestra al diseñar un recorrido que se inicia en la sala y
culmina en el acto. El mismo puede ser una dramatización basada en un relato que
gustó a los/as niños/as o inspirada en juegos dramáticos que se hayan realizado en la
sala; los disfraces pueden mostrarse en un desfile, luego de haber averiguado cómo se
vestían los distintos sectores sociales durante la época colonial o puede bailarse una
danza de moda en aquel momento (cuya coreografía se haya simplificado) invitando a
las familias a integrarse al baile para no someter a los niños/as a nervios innecesarios.
Hay alternativas que permiten evitar la exposición de los/as pequeños/as sin sacrificar
los disfraces, los juegos, la decoración especial que todos/as asociamos al clima festivo.
Además sabemos que una manera de otorgar significado para un niño pequeño es
jugar, dramatizar, disfrazarse. ¿Por qué no pensar, entonces, maneras de recordar que
aúnen los componentes de las fiestas y los resultados de las indagaciones de los/as
niños/as? Ese es un modo de favorecer un encuentro personal con ese pasado que
también les pertenece.
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Notas:
(1) VARELA, B y FERRO, L (2000): Las ciencias sociales en el nivel inicial. Andamios
para futuros/as ciudadanos/as, Bs. As., Colihue, págs 13 y 14.
(2) Entre otras: LÓPEZ CARRETERO, A (1979): “Evolución de la noción de familia en el
niño” en Infancia y aprendizaje N° 9 Madrid; ASENSIO, M y POZO, J (1987): El
aprendizaje del tiempo histórico en psicología y educación, Madrid, Visor, MEC;
CASTORINA, A y AISENBERG, B (1989) “Psicogénesis de las ideas infantiles sobe la
autoridad presidencial…” en AA.VV: Problemas en psicología genética, Bs As, Miño y
Dávila; DELVAL, J (1994) El desarrollo humano, Madrid, SXXI.
(3) Entre otros: ALDEROQUI, S (1989) Capítulo de Ciencias Sociales del Diseño
Curricular para la Educación Inicial, MCBA; SERULNICOFF, A (1995) Capítulo de Ciencias
Sociales del Anexo del Diseño Curricular para la Educación Inicial, MCBA; GONZÁLEZ, S
(2000): Los actos patrios en el nivel inicial, Circular Técnica de la DGCyE de la Provincia
de Buenos Aires; BERNARDI, C y GRISOSKY, L: (2005) Orientaciones Didácticas para el
Nivel Inicial, DGCyE de la Provincia de Buenos Aires.
(4) DE CERTEAU, M (1985) La escritura de la historia, México, Iberoamericana.
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Mientras aquellas están generalmente centradas en estereotipos en los que los grupos
sociales son presentados de forma descontextualizada, disfrutando de situaciones
infrahumanas de vida como son la esclavitud, la marginación, la extrema pobreza,
cuadro reiterado en los actos escolares; los nuevos enfoques proponen una mirada que
se preocupa por la formación de niños críticos y comprometidos con la realidad. Explicar
no es sencillo .
Analicemos un ejemplo:
A partir de la salida a un museo gauchesco, los niños han aprendido que algunas
personas del sector rural se calzaban con “bota de potro”, denominación que proviene
de la materia prima y la forma de elaboración.
Esto propone una serie de interrogantes: ¿Cómo eran? ¿Por qué las usaban? ¿Cómo las
hacían? ¿Por qué los dedos quedan descubiertos? ¿Dónde se utilizaban? ¿Los hombres
de la ciudad también las usaban? ¿La bota de potro era el calzado de los pobres? ¿El
gaucho podía comprar un calzado de otra calidad? ¿Hoy se siguen utilizando? ¿Cómo
fueron modificándose?
Si la docente analiza con los niños la acuarela de León Palliere La Pizadora de Maíz
(1858), cuando se analice el calzado, (ver detalle) será posible comprender el contexto
en el que fueron utilizadas, los recursos con los que contaba la población rural, el uso
que se daba a ésta, el dibujo que complementa la imagen le permitirá explicar la
importancia del diseño.
Cuando ese docente recree una escena rural para ser mostrada a la comunidad y realice
botas con los niños a partir de medias, aunque los niños la calcen sobre su calzado
habitual por las características de los tiempos fríos, ese niño sabrá porque calza esa
bota, quien la usaba y cuando la usaba. Así el acto escolar y la participación infantil
cobra una mirada totalmente diferente. Ese niño ha compuesto un personaje, se ha
caracterizado, por un momento en su corta historia es un gaucho de aquellos que
recorrían la pampa argentina.
Es muy común escuchar, que para explicar el pasado hay que tener conocimientos
históricos, si bien esto es real, atrévase a comenzar por recortes pequeños, seleccione
aquellos que realmente le interesen y sean factibles de trabajar con niños, disfrute y
apasiónese, busque fuentes, indague, atrévase, créame lo demás va a venir solo. Le
deseo éxitos en el camino.
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Segunda vuelta
Cecilia Bernardi y Laura Grisovsky
Consideramos que la posibilidad de una “segunda vuelta” para retomar ideas pone de
manifiesto que las ideas no se construyen de una sola vez, sino que llevan un tiempo de
rodar, decantar, ir y venir, de revisión, en un diálogo con otros.
En esta oportunidad, nos interesa invitar a pensar las decisiones docentes acerca de la
búsqueda, selección y organización de materiales didácticos adecuados para indagar el
ambiente social del pasado con niños pequeños.
Las decisiones didácticas acerca del eje de trabajo para las efemérides, los aspectos en
que se centrará la propuesta, determinan la selección de contenidos a enseñar.
El itinerario de actividades pone en juego diversas maneras de aproximarse al aspecto y
foco elegido como objeto de indagación; en su transcurso es fundamental la tarea con
materiales didácticos pertinentes.
En este tipo de actividad en relación con fechas patrias, debemos recurrir a los museos,
ya que allí se coleccionan y exhiben diversos elementos que caracterizan la época (tales
como trajes, accesorios de vestir, muebles, mates, utensilios de cocina, boleadoras,
puntas de flechas, diligencias, carruajes, y tantos otros). Si bien por cuestiones de
conservación los objetos allí atesorados “no se tocan”, podrán organizarse actividades
en las que se ofrezca a los chicos oportunidad de observarlos y explorarlos de una
manera diferente. Así, podrán tratar de responder algunas preguntas a partir del objeto
(¿cómo harían las mujeres para ponerse guantes tan largos?), o tendrán que dibujarlo,
lo que supondrá observarlo con más detenimiento.
La selección de los materiales didácticos, así como las estrategias para el trabajo con
ellos, constituyen un aspecto central de la propuesta, en tanto la tarea de enseñanza
del pasado requiere poner a los niños en contacto con diversos testimonios de ese
pasado.
Creemos necesaria una mirada institucional sobre esta cuestión, ya sea organizando
una pequeña colección de imágenes o textos a los cuales recurrir en diversas ocasiones,
como elaborando un listado de los museos o sitios históricos (plazas, monumentos,
calles, edificios públicos, ciertos comercios, etc.) que cada ciudad pone al alcance de sus
habitantes y de quienes la recorren con “ojos de curiosidad”.
Notas:
(1) Orientaciones didácticas para el nivel inicial 1ª parte, serie Desarrollo Curricular Nº
1, DGCYE y Programa de Fortalecimiento de la gestión curricular e institucional. 2002.
Este libro presenta algunas ideas en torno de las efemérides pensadas como mitos
ligados al origen de los pueblos, revisando sus sentidos en una perspectiva de
actualidad.
Incluye un conjunto de relatos, “Los cuentos de la Tía Clementina”, que desde la voz de
la nodriza de una niña de las primeras décadas del siglo XIX, va contando situaciones, y
presentando “héroes” y personajes, ligados con las efemérides, entramando la ficción
con la vida cotidiana de la época.
Se abre también un espacio de reflexión y análisis de los cuentos, pensando de qué
modo los maestros pueden convertirlos en herramientas de trabajo.
Si bien los relatos están dirigidos a niños de mayor edad, son historias fácilmente
adaptables a alumnos de nivel inicial. El texto ofrece, en este sentido, algunos criterios
a considerar en el armado de historias para ser contadas a los niños.
Se incluye también un apartado en el que se presenta brevemente un marco histórico
que ayuda a interpretar los cuentos.
Se despliegan algunas ideas en torno de las preguntas sobre el qué enseñar y con qué
sentido. Para ello se explicitan algunos conceptos centrales del campo de las ciencias
sociales, y en especial de la historia, relacionados estrechamente con las efemérides.
Resulta un interesante aporte considerando el problema de la formación de los docentes
en el campo de la historia, y la necesidad de revisar los estereotipos, los conocimientos
fragmentados y la banalización con que se abordan los contenidos de historia.
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