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introducción

Enrique Dussel

Todos los pueblos tienen “núcleos proble- universales que no pueden faltar en ningu-
máticos”, que son universales y consisten na cultura o tradición.
en aquel conjunto de preguntas fundamen- El contenido y el modo de responder a
tales (es decir, ontológicas) que el homo sa­ estos núcleos problemáticos disparan de­
piens debió hacerse llegado a su madurez sarrollos muy diversos de narrativas racio­
específica. Dado su desarrollo cerebral, con nales, si por racionales se entiende el simple
capacidad de conciencia, autoconciencia, “dar razones” o fundamentos que intentan
desarrollo lingüís­tico, ético (de responsa­bi­ interpretar o explicar los fenómenos, es de-
lidad sobre sus actos) y social, el ser huma- cir, lo que “aparece” en el nivel de cada uno
no enfrentó la totalidad de lo real para poder de esos “núcleos problemáticos”.
manejarla a fin de reproducir y de­sarrollar Siempre e inevitablemente, la humani-
la vida humana comunitaria. El des­concier­ dad — fuera cual fuese el grado de desarro-
to ante las posibles causas de los fenómenos llo y en sus diversos componentes— expuso
naturales que debía enfrentar y lo impre­ lingüísticamente las respuestas racionales
visible de sus propios impulsos y com­por­ (es decir, dando fundamento, el que fuera y
tamientos lo llevó a hacerse preguntas en mientras no se refutara) a dichos núcleos
torno a algunos núcleos problemáticos ta- problemáticos por medio de un proceso de
les co­mo: ¿Qué son y cómo se comportan “producción de mitos” (una mitopoiesis).
las cosas reales en su totalidad, desde los fe- La producción de mitos fue el primer tipo
nómenos astronómicos hasta la simple caí- racional de interpretación o explicación del
da de una piedra o la producción artificial entorno real (del mundo, de la subjetividad,
del fuego? ¿En qué consiste el misterio de del horizonte práctico ético, o de la referen-
su propia subjetividad, el yo, la interioridad cia última de la realidad que se describió
humana? ¿Cómo puede pensarse el hecho simbólicamente).
de la espontaneidad humana, la libertad, el Los mitos, narrativas simbólicas enton-
mundo ético y social? Y, al final, ¿cómo pue- ces, no son irracionales ni se refieren sólo a
de interpretarse el fundamento último de fenómenos singulares. Son enunciados sim­
todo lo real, del universo? ­—lo que levanta bólicos y por ello de “doble sentido”, que
la pregunta sobre lo ontológico en aquello exigen para su comprensión todo un proce-
de que: “¿Por qué el ser y no más bien la so hermenéutico que descubre las razones, y
nada?”. Estos “núcleos problemáticos” de- en este sentido son racionales y contienen
bieron de hacerse inevitablemente presen- significados universales (por cuanto se re-
tes cuestionando a todos los grupos huma- fieren a situaciones repetibles en todas las
nos desde el más antiguo Paleolítico. Son circunstancias) y construido con base en
“núcleos problemáticos” racionales o pre- conceptos (categorizaciones cerebrales de
guntas, entre muchas otras, de los “por qué” mapas neocorticales que incluyen millones

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de grupos neuronales por los que se unifi- riores (aun en la edad de los discursos ca­
can en su significado múltiples fenómenos tegoriales filosóficos y de la ciencia de la
empíricos y singulares que enfrenta el ser mo­dernidad misma), hasta el presente. Nun-
humano). ca desaparecerán todos los mitos, porque
Los numerosos mitos que se ordenan en algunos siguen teniendo sentido, como bien
torno a los núcleos problemáticos indicados lo anota Enst Bloch en su obra El principio
se guardan en la memoria de la comunidad, esperanza (Bloch, 1959).
al comienzo por tradición oral, y desde el Se nos tiene acostumbrados, en referen-
iii milenio a.C. (en Mesopotamia o Egipto, cia al pasaje del mythos al logos (dando en
y desde antes del i milenio a.C., en Meso­ este ejemplo a la lengua griega una prima-
américa y en otras regiones) ya escritos, se- cía que pondremos enseguida en cuestión),
rán colectados, recordados e interpretados de ser como un salto que parte de lo irracio­
por comunidades de sabios que se admiran nal y alcanza lo racional; de lo empírico
ante lo real, “pero el que no halla explicación concreto a lo universal; de lo sensible a lo
y se admira reconoce su ignorancia, por lo conceptual. Esto es falso. Dicho pasaje se
que el que ama el mito (filomythos) es como cumple desde una narrativa con un cierto
el que ama la sabiduría (filósofos)”, según ex- grado de racionalidad a otro discurso con
presión de Aristóteles (Metafísica i, 2, 982b, un grado diverso de racionalidad. Es un
pp. 17-18). Nacen así las “tradiciones” míti- progreso en la precisión unívoca, en la clari-
cas que dan a los pueblos una explicación dad semántica, en la simplicidad, en la
con razones de las preguntas más arduas que fuerza conclusiva de la fundamentación,
acu­ciaban a la humanidad y que hemos de- pero es una pérdida de los muchos sentidos
nominado los “núcleos problemáticos”. Pue- del símbolo que pueden ser hermenéuti­
blos tan pobres y simples como los tupinam- camente redescubiertos en momentos y lu-
bas de Brasil, estudiados por Levy-Strauss, gares diversos (característica propia de la
cumplían sus funciones en todos los momen­ narrativa racional mítica). Los mitos pro-
tos de su vida gracias al sentido que les otor- meteico o adámico (véase Ricoeur, P., 1963)
gaban sus numerosísimos mitos. siguen teniendo todavía significación ética
Las culturas, al decir de Paul Ricoeur, en el presente.
tienen por su parte un “núcleo ético-mítico” Entonces, el discurso racional unívoco o
(Ricoeur, P., 1964), es decir, una “visión del con categorías filosóficas, que de al­guna ma-
mundo” (Weltanschauung) que interpreta nera puede definir su contenido conceptual
los momentos significativos de la existencia sin recurrir al símbolo (como el mito), gana
humana y que los guía éticamente. Por otra en precisión pero pierde en sugestión de
parte, ciertas culturas (como la china, la in- sentido. Es un avance civilizatorio impor-
dostánica, la mesopotámica, la egipcia, la tante, que abre el camino en la posibilidad
azteca, la maya, la inca, la helénica, la ro- de efectuar actos de abstracción, de análi-
mana, la árabe, la rusa, etc.) alcanzaron, sis, de separación de los contenidos semán-
debido a su dominio político, económico y ticos de la cosa o del fenómeno observado,
militar, una ex­tensión geopolítica que subsu­ del discurso, y en la descripción y explica-
mió otras culturas. Estas culturas con cier­ta ción precisa de la realidad empírica, para
univer­salidad sobrepusieron sus estructu- permitir al observador un manejo más efi-
ras míticas a las de las culturas subalternas. caz en vista de la reproducción y desarrollo
Se trata de una dominación cultural que la de la vida humana en comunidad.
historia constata en todo su desarrollo. La mera sabiduría, si por sabiduría se en-
En estos choques culturales, ciertos mi- tiende poder exponer con orden los di­versos
tos habrán de perdurar en las etapas poste- componentes de las respuestas a los núcleos
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problemáticos indicados, se torna ahora en pájaro tropical que significaba la divinidad,


el contenido de un “oficio” social diferencia- y coatl, el gemelo o hermano igual: los “dos”),
do que se ocupa del escla­recimiento, la ex- que los tlamatinime (“los que saben algo”, a
posición y el desarrollo de la dicha sabidu- los que fray Bernardino de Sahagún llamó
ría. En una sociología de la filosofía las “filósofos”) (véase Dussel, 1995b, párr. 7.1.
comunidades de filósofos forman agrupa- The tlamatini) denominaban Ometeotl (de
ciones diferenciadas de los sacerdotes, ar- ome: dos; teotl: lo divino), dejando ya de lado
tistas, políticos, etc. Los miembros de estas los símbolos. Esta última denominación in-
comunidades de sabios, ri­tualizados, que dicaba el “origen dual” del universo (no ya el
constituían “escuelas de vida” estrictamente origen unitario del to ėn: el Uno de Platón o
disciplinada (desde los sabios de la ciudad Plotino, por ejemplo). Esto indica el comien-
de Menfis en el Egipto del iii milenio a.C., zo del pasaje de la racionalidad simbólica a
hasta el calmecac azteca o la academia ate- la racionalidad por categorización concep­
niense), fueron los llamados “amantes de la tual filosófica entre los aztecas, en la persona
sabiduría” (philo-sophoi) entre los griegos. histórica de Nezahualcóyotl (1402-1472).
En su sentido histórico, los “amantes de los Algunos, como Raúl Fornet-Betancourt
mitos” eran también y estrictamente “aman- en América Latina (Fornet-Betancourt, R.,
tes de la sabiduría”, y por ello los que poste- 2004), defienden la tesis de que se practicó
riormente serán llamados filósofos deberían la filosofía en Amerindia (antes de la inva-
más bien ser denominados filólogos, si por sión europea de 1492) o en África. El ata-
logos se entiende el discurso racional con que a una etnofilosofía lanzado por el afri-
categorías filosóficas, que ya no usan los re- cano Paulin Hountondji (Hountondji, P.,
cursos de la narrativa simbólica mítica sino 1977) contra la obra de Placide Tempel, La
de manera excepcional y a mo­do de ejemplo filosofía bantú (Tempel, P., 1949; León-Por-
para ejercer sobre ellos una hermenéutica tilla, M., 1959), apunta justamente a la ne-
filosófica. cesidad de definir mejor qué es la filosofía
Este comenzar a dejar atrás la pura ex- (para distinguirla del mito).
presión racional mítica y depurarla del sím- Cuando leemos detenidamente los pri-
bolo para semánticamente dar a ciertos tér­ meros enunciados del Tao Te king (o Dào
minos o palabras una significación unívoca, Dé Jing) del legendario Lao-Tsé: “El tao
definible, con contenido conceptual fruto que puede nombrarse no es el que fue
de una elaboración metódica, analítica, que siempre […] Antes del tiempo fue el tao in-
pue­de ir del todo a las partes para ir fijando efable, el que no tiene nombre” (Tao Te
su significado preciso, se fue dando en todas King, 1950, p. 18), nos encontramos ante
las grandes culturas urbanas del Neolítico. un texto que usa categorías filosóficas que
La narrativa con categorías filosóficas se fue se alejan del to­do del relato meramente
dando entonces en Egipto (con textos como mítico. Hoy ya nadie puede ignorar la den-
el denominado “filosofía de Menfis”), en In- sidad agumentativa y racional de la filoso-
dia (posterior a los Upanishads), en China fía de K’ung-fu-tsu (Confucio) (551-479 a.C.)
(desde el Libro de las mutaciones o I Ching), (véase Confucius analects, 2003). El desa-
en Persia, en el Mediterráneo oriental, entre rrollo filosófico continuamente argumen-
fenicios y griegos, en Mesoamérica (mayas tado (hasta el exceso) de un Mo-Tzu (479-
y aztecas), o en los Andes, entre aymaras y 380 a.C.) (véase Sources of Chinese Tradition
quechuas que se organizaron en el Imperio from Earliest Times to 1600, 2003, vol. 1,
inca. Así, entre los aztecas, Quetzalcóatl era pp. 66 ss.), que criticó las implicaciones
la expresión simbólica de un dios dual origi- sociales y éticas del pensamiento de Con-
nario (siendo el quetzal la pluma de un bello fucio, afirmando un universalismo de gra-
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ves implicaciones políticas, escéptico de Con esto queremos indicar claramente


los ritos y con una institución o “escuela” que ni la filosofía nació sólo ni primeramen-
excelentemente organizada, no puede de- te en Grecia (en el tiempo), ni puede tomár-
jar de ser considerado como uno de los pi- sela como el prototipo del discurso filosófico
lares de la filosofía china que antecedió a (por su contenido). De allí el error de mu-
la gran síntesis confuciana de Meng-Tzu chos, que en vez de describir los caracteres
(Mencius) (390-305 a.C.) (ibid., pp. 114 ss.; que deben definirse como criterios de demar­
véase Collins, R., 2000, pp. 137 ss. y 272 ss.). cación entre el mito y el discurso categorial
Esta filosofía atravesará 2 500 años, con filosófico, tienden a tomar a la filosofía grie-
clásicos en cada siglo, y aun en la moder- ga como la definición misma de la filosofía
nidad europea, tales como Wang Yang- en cuanto tal. Esto es confundir la parte con
ming (1472-1529) (que desarrolla la tradi- el todo: un caso particular no incluye la defi-
ción neoconfuciana que se prolonga hasta nición universal. Lo que no impide que se
nuestros días, no sólo influyó a Mao Tse- indique que la filosofía griega fue un ejem-
tung sino que cumple la función que el cal- plo en su tipo entre las filosofías producidas
vinismo tuvo en el origen del capitalismo por la humanidad, y que le tocó histórica-
actual en China, Singapur, etc.), o Huang mente continuarse en las filosofías del Impe-
Tsung-hsi (1610-1695), gran renovador de rio romano, que por su parte abrirán un ho-
la filosofía política. rizonte cultural hacia la llamada Edad Media
De la misma manera, las filosofías in- europeo latino-germánica, que al final cul-
dostánicas se organizan en torno a los nú­ minará en la tradición de la filosofía europea
cleos problemáticos filosóficamente expre- que fundamentará el fenómeno de la Moder-
sados (véase Sources of Indian Tradition nidad desde la invasión de América, la insta-
from the Beginning to 1800, 1999, vol. 1; lación del colonialismo y del capitalismo, y
también Collins, R., 2000, pp. 177 ss., so- que por la revolución industrial desde fina-
bre Japón, ibid., pp. 322 ss.). Leemos en el les del siglo xviii (hace sólo dos siglos) llega-
Chandogya upanishad: rá a convertirse en la civilización central y
dominadora del sistema-mundo hasta el co-
En el comienzo, querido, este mundo fue sólo mienzo del siglo xxi. Esto produce un fe­
Ser (sat), sólo uno, sin un segundo. Algunos nómeno de ocultamiento y distorsión en la
opinan: En el comienzo, verdaderamente, el interpretación de la historia (que denomi­na­
mundo fue sólo No ser (asat), sólo uno, sin un mos heleno y eurocentrismo) que impedirá
segundo; donde el No ser emergió el Ser. Pero, tener una visión mundial de lo que realmen-
pienso, querido, ¿cómo pudo ser esto? ¿Cómo te ha acontecido en la historia de la filosofía.
pudo el Ser emerger del No ser? Por el contra- De no aclararse estas cuestiones mediante
rio, querido, en el comienzo del mundo fue un diálogo actual entre tradiciones filosófi-
sólo el Ser (6. 12-14; Sources of Indian Tradi­ cas no occidentales con la filosofía europeo-
tion…, 1999, vol. 1, p. 37). norteamericana, el desarrollo de la filosofía
entrará en un callejón sin salida. Lo digo en
¿No es esto filosofía? ¿Serían, por el con- especial como latinoamericano.
trario, Parménides o Heráclito filósofos y Por ello es un poco ingenua la siguiente
no los de India? ¿Cuál sería el criterio de reflexión de E. Husserl (repetida por M.
demarcación entre el texto citado y el de los Heidegger y en general en Europa y Esta-
presocráticos? dos Unidos):
En el hinduismo, en la tradición vedanta
o en el jainismo encontramos la misma pre- Por ello la filosofía […] es la ratio en constante
sencia de la filosofía explícita. movimiento de autoesclarecimiento, comen-
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zando con la primera ruptura filosófica de la latino en París, por ejemplo, tiene su origen
humanidad […] La imagen que caracteriza a en los textos griegos y los comentaristas
la filosofía en un estadio originario queda ca- árabes traducidos en Toledo (por especia-
racterizada por la filosofía griega, como la pri- listas árabes), textos utilizados (los griegos)
mera explicación a través de la concepción y creados (los comentarios) por la “filosofía
cognitiva de todo lo que es como universo (des occidental” árabe (del Califato de Córdo-
Seienden als Universum).1 ba, en España), que continuaba la tradición
“oriental” procedente de El Cairo, Bagdad o
En América Latina, David Sobrevilla sos- Samarcanda, y que entregó el legado grie-
tiene la misma posición: go, profundamente reconstruido desde una
tradición semita (como la árabe), a los euro­
Pensamos que existe un cierto consenso sobre peos latino-germánicos. Ibn Rushd (Ave-
que el hombre y la actividad filosófica surgie- rroes) es el que origina el renacimiento filo-
ron en Grecia y no en el Oriente. En este sen- sófico europeo del siglo xiii.
tido Hegel y Heidegger parecen tener razón Hay entonces filosofías en las grandes
contra un pensador como Jaspers, quien pos- culturas de la humanidad, con diferentes
tula la existencia de tres grandes tradiciones estilos y desarrollos, pero todas producen
filosóficas: la de China, la India y la de Grecia (algunas de manera muy inicial, otras con
(Sobrevilla, D., 1999, p. 74). alta precisión) una estructura categorial con­
ceptual que debe llamarse filosófica.
La filosofía del Oriente o de Amerindia El discurso filosófico no destruye el mito,
sería filosofía en sentido amplio; la de Gre- aunque sí niega aquellos que pierden ca­
cia, en sentido estricto. Se confunde el ori- pacidad de resistir el argumento empírico
gen de la filosofía europea (que puede en de dicho discurso. Por ejemplo, los mitos de
parte situarse en Grecia) con el de la filoso- Tla­caélel entre los aztecas, que justificaban
fía mundial, que tiene diversas ramificacio- los sacrificios humanos, para los que había
nes, tantas como tradiciones fundamentales buenas razones (sobre Bartolomé de Las
existen. Además, se piensa que el proceso Casas y los sacrificios humanos véase Dus-
fue siguiendo linealmente la secuencia “fi- sel, 2007, pp. 203 ss.), se derrumbaron com-
losofía griega, medieval latina y moderna pletamente una vez que se demostró su im-
europea”. Pero el periplo histórico real fue posibilidad, y además su inoperancia.
muy diferente. La filosofía griega fue culti- Por otra parte, hay elementos míticos
vada posteriormente por el Imperio bizan- que contaminan también los discursos, aun
tino, principalmente. La filosofía árabe fue los de los grandes filósofos. Por ejemplo, I.
la heredera de la filosofía bizantina, en es- Kant argumenta, en la “Dialéctica trascen-
pecial en su tradición aristotélica. Esto dental” de su Crítica de la razón práctica, en
exigió la creación de una lengua filosófica favor de la “inmortalidad del alma” para so-
árabe en sentido estricto.2 El aristotelismo lucionar la cuestión del “bien supremo” (ya
que recibiría el alma después de la muerte
1
 Husserl, E., 1970, pp. 338-339 (párr. 73, Die Krisis
la felicidad merecida en esta vida terrenal
der europäischen Wissenschaften, 1962, Nijhoff, Haag, virtuosa). Pero una tal “alma”, y mucho más
Husserliana, vol. 6, p. 273). El mismo texto que aparece
en The Crisis of European Sciences, párr. 8, pp. 21 ss. (en
el original alemán, pp. 18 ss.). Debe pensarse, en contra- to, nos dan una idea de la “precisión terminológica” de
rio, que el llamado “teorema de Pitágoras” fue formulado la falasafa (filosofía) árabe. La última es: “792: Yaqini,
por los Asirios en 1000 a.C. (véase Semerano, G., 2005). certain, connu avec certitude, relatif à la connaissance
2
 Véase por ejemplo el Lexique de la langue philoso­ certaine […]”; y siguen 15 líneas de explicación con las
phique d’Ibn Sina (Avicenne), 1938. Los 792 términos expresiones árabes, en escritura árabe, en el margen
analizados por el editor, en 496 páginas de gran forma- derecho.
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su “inmortalidad”, nos muestra la perma- elementos míticos en las mejores filosofías.


nencia de elementos míticos indostánicos Se las puede también llamar ideologemas
del pensamiento griego que contaminó to­ no intencionales.
do el mundo romano, medieval latino-cris- De todas maneras se tiene conciencia de
tiano y moderno europeo. Las pretendidas que la exposición de las filosofías amerin-
demostraciones filosóficas son en estos ca- dias deberá desarrollarse mucho en el fu­
sos tautológicas y no demostraciones ra­ turo. Valgan las contribuciones siguientes,
cionales a partir de datos empíricos. Habría elaboradas por especialistas en los temas,
así presencia no advertida (e indebida) de como iniciación a la temática.

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