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Ministerialidad 1

Etapa 3 - Módulo 2 – Sesión 12


La Iglesia como Comunión
Presbítero Marcos Montealvo
1ª parte

Síntesis.- CVII tiene 2 constituciones que nos habla de la Iglesia:


1.- Lumen Gentium , Naturaleza, esencial, misión de la Iglesia.
2.- Gaudium et Spes. Iglesia en relación con el mundo. Diálogo con el mundo.

Lumen Gentium.
Capítulo 1 habla del misterio de la Iglesia.
Capitulo 2 habla de la Iglesia como pueblo de Dios.

Hemos visto en estas últimas clases la Iglesia como misterio, Iglesia como Sacramento.
Hoy vamos a ver la Iglesia como comunión y antes de continuar haremos un breve recorrido de
síntesis.

Estas dos constituciones debemos de leerlas juntas para poder comprenderlas. Lumen Gentium
después del capítulo primero que habla del Misterio de la Iglesia. El capítulo segundo; La Iglesia
como pueblo de Dios. Imagen o modelo de la Iglesia como comunión, Sacramento, misterio.

Otras muchas imágenes: Templo del Espíritu, las notas de la Iglesia, familia, redil, Cuerpo de Cristo.

Son muchas las imágenes que encontramos en este documento. No vamos a encontrar propiamente
como tal la imagen o modelo de la Iglesia como comunión, fue hasta el segundo sínodo en 1967
cuando los obispos reflexionan sobre del Concilio. Habían pasado para entonces 20 años de
haberse clausurado, haber terminado este acontecimiento.

Es en este documento del sínodo de los obispos, en donde la Iglesia a la luz de la palabra de Dios, la
segunda asamblea extraordinaria; se pone de manifiesto como la del Concilio Vaticano II, de la
Iglesia como comunión.

En el capítulo segundo; la Iglesia como pueblo de Dios; está este concepto clave que ayuda a
comprender toda la eclesiología. El Concilio Vaticano II número 61 seguramente lo pueden
encontrar.

Si se hace una especie de síntesis de todas o de las 4 constituciones.


Bajo la palabra de Dios que es la constitución Dei verbum; celebran los misterios cristianos. La
Constitución sacrosanto Concilio fue la primera Constitución que sale; celebra la Iglesia, la palabra de
Dios celebra los criterios cristianos para la salvación del mundo.
El documento de la Constitución de la Gaudium et Spes, la Iglesia, bajo la palabra de Dios del verbo,
celebra los ministerios cristianos de la Iglesia en su relación con el mundo.

Hasta el segundo sínodo en 1967 fue cuando los obispos reflexionan y se pone de manifiesto el
concepto clave de la Iglesia la Comunión. “La Iglesia bajo la palabra de Dios celebra los misterios
cristianos para la salvación del mundo”.

Posteriormente, “ La congregación para la doctrina de la fe “, es un documento para poder explicar


en esta reflexión teológica sobre la Iglesia como común unión.

Capítulo 5
“La Eclesiología como comunión”

Antón en 1969 dice:


La innovación del Concilio Vaticano II de mayor trascendencia para la eclesiología y para la vida de la
Iglesia ha sido haber centrado la teología, el misterio de la Iglesia sobre la noción de comunión.

La noción de comunión impregnó durante el primer milenio la conciencia de la Iglesia y la doctrina


de la Iglesia, la tradición de las Iglesias orientales hasta nuestros días.

Voy a hacer una anotación en un comentario, llevamos más de 2 milenios de historia de la Iglesia.

En el primer milenio la imagen o la noción que prevaleció sobre la Iglesia fue la noción de comunión
en la Iglesia como comunión qué tiene que ver más con la cuestión sacramental.

En el segundo Milenio la noción con la misión o comprensión de la Iglesia era una sociedad la parte
más jerárquica; que al hablar de jerarquía también debemos de entender con ello, una relación por
imagen de comunión, una comunión jerárquica, o hablar de Iglesia; cada diócesis es una Iglesia
particular. La Iglesia particular, el Obispo que la preside, está en comunión con todos los obispos y
todos los obispos con el papa. Es necesario comprender la jerarquía.

Lo mismo cada Iglesia particular que se reúne con los obispos para celebrar juntos la Eucaristía
entonces, en el primer milenio la imagen con la noción propia de la Iglesia era más como la
comunión.

En el segundo milenio lo que prevaleció para la comprensión de la Iglesia era más el aspecto de
sociedad y muchos documentos hasta antes de la mystici corporis de Pio XII que se utilizaba la
noción de la Iglesia como una sociedad perfecta, más cómo estructura jerárquica, quitando el
aspecto por la noción sobrenatural o este aspecto sacramental de la comunión.

Entonces estamos, dice Ratzinger, ante una recuperación tradicional, algo que en el primer milenio
se vivía, con el segundo milenio en el Concilio Vaticano se recupera está noción imagen de la Iglesia
como comunión dice Ratzinger, a la luz del Concilio es la comunión el concepto clave para la
comprensión de la Iglesia como tal.
La Iglesia es un misterio de comunión. Aquí vamos entonces ya uniendo de alguna manera las
diversas imágenes; Iglesia misterio, Sacramento, Iglesia comunión.

Entonces la Iglesia es un misterio de comunión y su forma de existencia es la comunión.

Es a través de la relación de los miembros, que cada uno tiene un carisma distinto como puede
realizarse y llevarse a cabo la comunión.

Hay un escrito del Cardenal Carlo María Martini que me gusta mucho, hace unas reflexiones
catequéticas sobre los Hechos de los apóstoles y lo menciona así: “La Iglesia es una comunidad que
vive la comunión a través de la comunicación”.

Son 3 palabras que están relacionadas: comunidad, comunión, comunicación. Las 3 tienen la misma
raíz o comunión, es decir, una comunidad vive la comunión a través de la comunicación.
A través del diálogo, de la apertura al otro.

Cuando no hay apertura, cuando no hay escucha del otro, cuando no hay diálogo, no puede haber
comunión. Hay ruptura, separación, división en cada una de las comunidades en las que cada uno
participa.

Cuando en los grupos o entre el grupo, entre los distintos grupos que conforman la comunidad
parroquial, cuando no hay comunicación, cuando no hay diálogo, cuando no hay escucha, no hay
comprensión, no hay entendimiento, que no está en progreso, avance, y entonces se genera en
divisiones que se provocan por los celos, por cierta rivalidad.

Esta imagen de comunión entonces, o modelo de la Iglesia suele ayudar mucho para poder
comprender dentro de la comunidad nuestra misión, la tarea.
“Estamos llamados los miembros de la Iglesia, todos los que formamos parte de ella estamos
llamados hombres y mujeres de diálogo, de comprensión, empatía”.

Esto es a fin de cuentas lo que el Papa nos ha invitado en estos tiempos: “ser una Iglesia sinodal”,
que es una de las lecciones o de los temas que vamos a ver más adelante por la lección 7, la Iglesia
sinodal.

La comunión por tanto dice Ratzinger, no es un aspecto parcial, sino una dimensión constitutiva.
¿Qué es lo que quiere decir, si la Iglesia es una comunión?

Los obispos italianos en un documento esto es lo que han dicho que entienden por comunión:
Cuando decimos comunión pensamos en aquel don del Espíritu por el cual el hombre ya no está solo
ni alejado de Dios; sino llamado a participar, ser parte de la misma comunión que une al Padre, al
Hijo y al Espíritu Santo y tienen el gozo de encontrar en todas partes hermanos con quienes
comparten el misterio profundo de su relación con Dios.

¿Cómo entender la comunión? ¿Cómo es posible la comunión?


La referencia fundamental es la unidad y comunión de Dios uno y trino, es la imagen central para
comprender este misterio de la Iglesia. En esta unidad las tres personas viven la comunión, la
relación entre sí. Hablamos de relaciones, entre algo en común.

¿En cada uno de nosotros como puede ser posible la comunión? Por el don del Espíritu, desde
nuestro bautismo, después en nuestra confirmación.

En el número 12 de la Lumen Gentium que es la constitución que habla sobre la Iglesia, el número
12 habla del sensus fidei, el sentido de la fe y hay un sentido de la fe desde el último de los fieles
hasta el Papa. Eso hace posible esta sensibilidad, esta apertura y capacidad de escuchar el Espíritu.

Esto es posible gracias al Espíritu que habita en nosotros; aunque muchas veces no lo dejamos
hablar, sofocamos la voz que interiormente nos habla. En vez de escuchar, de prestar oído,
opacamos la voz, la apagamos dentro de nosotros.

La Iglesia es comunión porque hunde sus raíces en el misterio fundamental de la comunión de Dios
Padre, el Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo.

El Dios cristiano no es soledad, sino comunión. Dios nos ha creado a su imagen. Dios nos ha dado su
Espíritu. Desde el libro del Génesis, vimos como Dios insufló su Espíritu.
Y el hombre se convirtió en un ser viviente, después al crear al hombre y a la mujer en Génesis
capítulo 2: “No es bueno que el hombre esté solo”.

Por lo tanto, reducir la eclesiología de comunión a cuestiones organizativas, o forcejeo de poderes,


es incomprender o malcomprender su contenido. La comunión tiene que ver con algo interno, con
algo sobrenatural, algo que es provocado por el Espíritu.

La comunión es de orden sacramental, ya lo decía en el primer milenio la noción de la Iglesia era más
comunión, de hecho, veíamos en la introducción en el capítulo primero el recorrido histórico de la
eclesiología.

Al principio no se vio la necesidad de un tratado eclesiológico sistemático porque la Iglesia era el


contexto en el cual se vivía la fe, era la comunidad; entonces no era necesario. Fue hasta CVII cuando
se elabora un tratado, una reflexión más profunda sobre el misterio de la Iglesia.

La comunión eclesial tiene una extensión orgánica, pero lo visible recibe sentido de lo invisible.
¿Cómo lo visible e invisible pueden complementarse, cómo se relacionan?

Hay dos imágenes: la Iglesia pueblo de Dios que hace relación a la historia. La Iglesia como sociedad
en la historia. También está la imagen de la Iglesia como cuerpo de Cristo. El cuerpo de Cristo somos
todos nosotros y como cabeza está Cristo. Somos miembros. Pero al mismo tiempo es visible en los
miembros. De alguna manera invisible por Cristo quien la habita y está presente en ella.
El Espíritu sopla y va haciendo historia. Siendo una comunidad que anuncia y proclama el Evangelio.
Por lo tanto es Dios y nosotros los que damos presencia en la vida cristiana , la vida cristiana no
puede ser sin los otros.

Para poder vivir la vida cristiana necesito del otro. En Lumen Gentium al comenzar el capítulo 2 en el
número 9 : “Dios quiso santificar y salvar al hombre , no aisladamente”.

Dios quiso formar un pueblo. No quiso salvar al hombre individual. La razón fundada por la cual nos
acerquemos a la comunidad cristiana.

Un fiel o creyente que no tiene una referencia con la comunidad, con la Iglesia, no es propiamente
un cristiano porque la existencia cristiana la dan Dios y los otros. La etimología de Iglesia, ecklesia, es
llamado, convocado. Dios nos llama para escuchar su palabra y proclamar sus alabanzas.

Dios está en todas partes, en su palabra; pero el otro que es mi hermano no está en todas partes, de
ahí que es necesario que yo deba acercarme a la comunidad. Decimos ir a la Iglesia, ir al hermano.
Cuando yo digo voy a la Iglesia no es ir al templo, templo es otra cosa. Yo voy al hermano, al
encuentro con el hermano, porque a través de él yo encuentro la maravilla de Dios. Juntos se
glorifica y se alaba a Dios.

Cristo es el otro en cuya comunión se vive la existencia cristiana. La existencia cristiana, la vida
cristiana sólo puede ser posible con el otro. Donde no hay comunión con Cristo no hay existencia
cristiana.

Se trata de comunión, no de absorción. Comunión, dice respeto, escucha, comprensión, igualdad.

Veremos más adelante, Iglesia sinodal. Como no puede ser posible una Iglesia sinodal cuando se vive
perfectamente la comunión en la Iglesia, pueblo de Dios. Si todos poseemos el Espíritu de Cristo, si a
todos se nos ha dado, todos somos iguales y todos nos necesitamos.

No se trata de apagar el don y carisma de lo que el otro puede hacer. En la Iglesia cada uno debe de
realizar todo aquello a lo que Dios le llama, nadie puede suplir a otro. En la Iglesia nadie se suple
porque cada uno ocupa su lugar.

Si alguien no va a la Iglesia en el sentido mencionado faltaría esa parte. Tanto el que reza, el que
interviene, el que intercede. Cada uno realiza su misión determinada. Esta relación con Cristo es
inseparable de la relación con otros. Esa es la comunión, es vertical y horizontal.

Entre más relación tenga con Cristo más se va a reflejar en mi relación con mis hermanos. ¿Por qué
es necesario nuestra comunión con Dios? Precisamente porque entre más me relacione con Dios
más podré estar en comunión con mis hermanos. “Mi relación con los demás delata mi relación
con Dios”.
Todo el que está en Cristo nunca se encuentra en una relación en soledad. Cuando una persona se
siente sola es quizá que no ha comprendido esto. Hay personas que pudieran estar rodeadas de
gente y sentirse solas, estar acompañadas y sentirse solas.

La soledad no depende de estar rodeado de gente; se trata de verdaderamente estar en comunión,


vital y existencial. Jesús en el Evangelio de San Juan. “El Padre y yo somos uno”. “Yo no me siento
solo, el Padre me acompaña”.

La vida en Cristo implica jamás sentirse solos. Desde el bautismo estamos vinculados, relacionados.
Relación vital. Cómo está escrito en la vid y los sarmientos : “Separados de mí, no pueden hacer
nada”. Así es como la Iglesia , cuerpo de Cristo , no es eliminación sino la comunión en las mismas.

Todos los cristianos son miembros del cuerpo, partícipes de una vida, corresponsables en una misión
y consortes del mismo destino. Todos los cristianos son fieles. Creyentes en Cristo. Dice en el
Concilio: el sacerdocio común es el de todos los bautizados, y el sacerdocio ministerial tenemos la
misma dignidad. Porque somos del pueblo de Dios.

Aunque tenemos la misma dignidad dice el Concilio que hay una diferencia esencial y no de grado.
Con esencial se refiere a que el ministro ordenado está llamado a representar dentro de la
comunidad cristiana a Cristo cabeza. Se habla de grado refiriéndose a Cristo siervo, Cristo cabeza,
Cristo pastor.

La corresponsabilidad habla de que cada bautizado tiene una tarea específica, concreta y que si no la
hace él no la hará nadie.

La Iglesia comunión nos necesitamos unos a otros “La común unión”.

(El padre pidió leer el capítulo 7 de la Lumen Gentium “La índole escatológica de la Iglesia
peregrina” números 48- 51. )

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