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Facultad de Salud

Escuela de Bacteriología y Laboratorio Clínico


Programa Académico de Bacteriología y Laboratorio Clínico
Guía de laboratorios de parásitos emergentes, re-emergentes y exóticos

CONTENIDO

1. Laboratorio 1: Diagnóstico de Protozoarios intestinales y tisulares.


1.1. Protozoarios
1.2. Generalidades del diagnóstico de las infecciones por protozoarios
1.2.1. Protozoos intestinales
1.2.2. Cultivo y aislamiento
1.2.3. Control de calidad
1.3. Morfología de protozoarios intestinales que infectan humanos
1.3.1. Morfología microscópica de Coccidias intestinales
1.3.2. Morfología microscópica de Flagelados y Cromistas
1.3.3. Morfología microscópica de Sarcodinos e Incertae sedis
1.4. Protozoos tisulares y hemáticos
1.4.1. Diagnóstico microscópico de los protozoos tisulares y hemáticos
1.4.1.1. La gota gruesa y el extendido
1.4.1.2. Evaluación de los frotis para el diagnótico de la leishmaniasis
1.4.2. Morfología microscópica de protozoos tisulares y hemáticos
2. Laboratorio 2: Diagnóstico de Helmintos: Céstodos, Digéneos y Nematodos.
2.1. Helmintos
2.2. Generalidades del diagnóstico de las infecciones por helmintos
2.2.1. Helmintos intestinales
2.2.2. Helmintos tisulares
2.2.3. Informe de laboratorio de los helmintos
2.3. Morfología de helmintos que infectan humanos
2.3.1. Morfología de los estadios diagnósticos de nematodos
2.3.2. Morfología de los estadios diagnósticos de platelmintos
2.3.3. Morfología de los adultos de nematodos
2.3.4. Morfología de los adultos de platelmintos
2.3.5. Morfología microscópica de Digeneos
2.3.6. Morfología microscópica de Céstodos
2.3.7. Morfología microscópica de Nematodos

3. Laboratorio 3: Laboratorio de técnicas.

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Emergentes, Re-emergentes y Exóticos. Parasitología
Normas básicas de seguridad en el laboratorio

En las prácticas de laboratorio se trabajará con agentes causantes de enfermedades


en humanos; por lo tanto, es importante tener en cuenta la siguiente premisa: “TODA
muestra fresca que se trabaje dentro del laboratorio está CONTAMINADA hasta
que no se demuestre lo contrario”. Por ende, es necesario que para evitar
inconvenientes se trabaje siguiendo detalladamente las recomendaciones de
bioseguridad.
Antes de empezar a trabajar es indispensable reconocer, entender y aplicar las
principales normas de bioseguridad. A continuación, se dan a conocer las normas que
deben cumplir los estudiantes.

Vestuario
 Ingresar al laboratorio con la bata puesta y abotonada.
 Utilizar siempre zapatos cerrados.
NO utilizar vestimenta corta ni joyas y mantener el cabello recogido.

Comportamiento
 Utilizar los elementos de Bioseguridad pertinentes (Bata, guantes,
gafas, tapabocas, etc.)
NO fumar, comer, beber o mascar chicle
NO pipetear con la boca.
NO correr, gritar, empujarse o causar pánico.
NO arrojarse líquidos o reactivos.
Está PROHIBIDO el uso de teléfonos celulares y computadores
portátiles dentro del laboratorio.
 Utilizar los elementos del laboratorio únicamente dentro de este.
 Conocer la ficha técnica de un reactivo previa manipulación.
NO utilizar los equipos del laboratorio sin conocer las instrucciones de
manejo.
En caso de embarazo NO manipular sustancias tóxicas
 Informar inmediatamente de cualquier accidente o derrame ocurrido en
el laboratorio.

Bioseguridad
Está PROHIBIDO manipular el microscopio con los guantes puestos.
NO es permitido manipular las manijas de las puertas con los guantes
puestos
NO tocarse el rostro, los ojos, la nariz, la boca, el cabello o la piel en
general con los guantes puestos.

Manejo de equipos y Materiales


 Cada estudiante es responsable de su área de trabajo, por lo tanto
debe realizar aseo de la misma ANTES y DESPUÉS de la práctica con
Etanol al 70%.
 Cada estudiante es responsable de su microscopio, por lo tanto debe
revisarlo cuidadosamente ANTES de iniciar la práctica e informar si
presenta irregularidades.

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Emergentes, Re-emergentes y Exóticos. Parasitología
 Al terminar las prácticas, cada estudiante debe realizar aseo (etanol al
70%) de las siguientes partes del microscopio: platina, pinza de la
platina, tornillos macrométrico y micrométrico.
NO trabajar lejos de la mesa de laboratorio, no colocar objetos en el
borde
 Verificar que el material de vidrio esté en buenas condiciones en el
momento de recibirlo y devolver el material astillado o quebrado a la
persona responsable.
 Depositar el material de vidrio roto en el lugar apropiado para tal fin.
 Reportar al profesor el material/equipo: quebrado, extraviado o dañado

Desechar los guantes usados ÚNICAMENTE en la bolsa roja.


 Cumplir con el programa de vacunación establecido por la Universidad,
para el ingreso a los laboratorios.
 Seguir los procedimientos establecidos por el profesor, para el manejo
de preparados y micropreparados.
 Si sus manos han entrado en contacto con la muestra, debe lavarse las
manos con agua y jabón.
NO introducir ningún elemento a la boca.
 Identificar la ubicación de la ducha lavaojos, extintores y salidas de
emergencia.
 En caso de emergencia, de aviso al profesor o persona encargada del
laboratorio y siga el protocolo para obtener ayuda.

Introducción.

La parasitología es el área de la zoología encargada del estudio de las relaciones


simbióticas parasitarias que se presentan entre organismos pertenecientes a
diferentes especies, en las cuales uno de los organismos, el parásito, usa al otro, el
hospedero (también llamado hospedador), como su sitio de residencia
(medioambiente), su fuente de alimento y en algunos casos puede incluso haber una
dependencia a nivel fisiológico. De esta relación, el parásito saca provecho para su
alimentación, sobrevivencia y reproducción, y el hospedero puede verse afectado en
mayor o menor grado, con lo cual pueden alterarse algunas de sus funciones
biológicas (crecimiento, tasa reproductiva y/o supervivencia).
Los humanos, al igual que muchos otros seres vivos de los reinos Animal y Vegetal,
hemos establecido relaciones de tipo parasitario con organismos pertenecientes a los
reinos Monera, Chromista, Protista, Hongo y Animal; incluso con los virus tenemos
relaciones de tipo parasitario, de hecho, estos constituyen uno de los ejemplos
extremos de este tipo de relación. Sin embargo, el término Parásito se emplea, en un
espectro menos amplio, básicamente para describir organismos eucariotas, uni o
multicelulares, de los reinos Chromista, Protista y Animal.

Los parásitos que afectan al hombre se cuentan entre las principales causas de morbi-
mortalidad en los países tropicales y sub-tropicales. En las últimas décadas del siglo
XX con la aparición del VIH-SIDA, la masificación de las transfusiones y los trasplantes
de órganos, el uso indiscriminado de antibióticos (antibacterianos, antifúngicos y
antiparasitarios), así como los fenómenos conducentes al cambio climático han
facilitado la aparición de nuevas entidades (Emergentes), entre las que se cuentan las
Microsporidiosis y las infecciones por Cyclospora cayetanensis y Cryptosporidium sp.,

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o el resurgimiento de enfermedades que se creía estaban controladas en algunas
áreas (Re-emergentes), como la TBC y la Malaria, por citar algunos ejemplos. El
personal médico y médico-asistencial (enfermeras, bacteriólogos, microbiólogos
clínicos, laboratoristas) debe conocer cuáles son los posibles agentes parasitarios
presentes en diferentes circunstancias e individuos y estar en capacidad de realizar
una correcta toma y manipulación de la muestra para obtener un resultado confiable, y
establecer qué técnica se ha de emplear para ofrecer un diagnóstico acertado de las
enfermedades parasitarias. De este modo se logra una atención oportuna, eficiente y
adecuada del paciente.

1. Laboratorio 1: Diagnóstico de Protozoarios intestinales y tisulares.

1.1. Protozoarios

El hombre es hospedero de varias especies de protozoarios, algunos actúan como


comensales, otros lo hacen como parásitos obligados y unos cuantos más son
parásitos oportunistas. Dependiendo de su localización, el tiempo de evolución y el
cuadro clínico del paciente se debe decidir cuál es la muestra óptima a utilizar para
diagnosticar todas aquellas infecciones, que se sospecha, son causadas por
protozoos. Igualmente, dependiendo de la muestra, hay diferentes tipos de pruebas
que el laboratorio debe aplicar para determinar la presencia del patógeno, bien sea de
manera directa o indirecta. Sin embargo, en la mayoría de los casos el diagnóstico de
las infecciones por protozoos tiene como base la determinación de la presencia del
agente y su correcta identificación con base en sus características morfológicas, por lo
tanto, una gran parte del diagnóstico recae en el examen directo, con o sin
coloraciones especiales. En otros casos, como en las infecciones por Toxoplasma
gondii y Trypanosoma cruzi, son de gran utilidad las pruebas indirectas, aquellas que
miden indirectamente la presencia del parásito al establecer el nivel de respuesta
inmune del paciente ante la presencia del patógeno, bien sea determinando la
presencia de anticuerpos o la respuesta inmune celular.

Entre los protozoos que afectan al hombre encontramos algunos de localización


intestinal, bien en intestino delgado o grueso, mientras otros son hemáticos o tisulares.
Entre estos últimos, algunos se localizan en piel, otros en diferentes órganos y unos
más pueden incluso ser multi-sistémicos. Entre los parásitos intestinales se
encuentran Cryptosporidium sp. y Giardia duodenalis, los cuales, por su prevalencia,
generan alta morbilidad, principalmente en población infantil y en edad escolar.
Además, Cryptosporidium y los Microsporidios están asociados con diarreas crónicas
en pacientes con inmunocompromiso, incluidos VIH+. De los parásitos tisulares son de
gran importancia T. gondii y T. cruzi. El primero puede ocasionar cuadros clínicos
agudos o crónicos en fetos, recién nacidos y pacientes con diferentes tipos de
inmunosupresión, mientras el segundo generalmente se detecta en pacientes con
cuadros crónicos; en ambos casos se puede comprometer la vida del paciente o
generar alta morbi-mortalidad. También son importantes Leishmania, por el efecto
desfigurante de sus lesiones en piel y mucosas, además de la mortalidad infantil en los
cuadros viscerales, y Plasmodium por la posibilidad de malaria severa, malaria
complicada y mortalidad tanto de adultos como de niños.

1.2. Generalidades del diagnóstico de las infecciones por protozoarios.

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1.2.1. Protozoos intestinales: Las parasitosis intestinales son una de las principales
causas de morbilidad en población infantil. Entre los protozoos más frecuentemente
informados como causantes de infección intestinal en humanos se encuentran
Iodamoeba buetschlii, Endolimax nana y varias especies de Entamoeba, en el grupo
de las amibas; Giardia duodenalis, Chilomastix mesnili y Trichomonas hominis entre
los flagelados; Balantidium coli como el único ciliado y Blastocystis sp. como el único
Chromista. Entre las coccidias intestinales se encuentran Cyclospora cayetanensis,
Cystoisospora (Sin. Isospora) belli, Sarcocystis bovihominis, S. suihominis y varias
especies de Cryptosporidium.

Las amibas, los flagelados, B. coli, C. belli y Blastocystis se diagnostican usualmente


por examen microscópico de muestras de materia fecal en directo con solución salina
y coloración temporal con lugol (Figura 1) y concentración o enriquecimiento por
sedimentación o flotación. En el caso de las coccidias intestinales se emplean técnicas
de coloración ácido alcohol resistente como Ziehl-Neelsen y Kinyoun, o la coloración
de Safranina (Figura 2). Sin embargo, el examen morfológico no puede en ocasiones
diferenciar las especies involucradas (especialmente en los géneros Entamoeba sp, y
Cryptosporidium sp.), por lo cual se requieren técnicas moleculares. La definición de la
especie es importante para poder establecer la fuente de infección y las medidas de
control.

Figura 1. Para el diagnóstico por examen coprológico es necesario realizar el montaje de dos soluciones homogenizadas
de la muestra de materia fecal, una con solución salina y la otra con lugol. Al realizar este procedimiento debe verificarse
que se pueda leer un texto impreso a través de la preparación. Si queda muy gruesa será imposible discernir entre
artefactos y formas parasitarias. Si queda muy delgada es posible que no haya suficiente muestra y los parásitos estén
ausentes en la preparación.
Imagen tomada de: http://www.cdc.gov/dpdx/diagnosticProcedures/stool/microexam.html

Figura 2. Para el diagnóstico de las coccidias intestinales se recomiendan las coloraciones AAR (Ziehl-Neelsen y
Kinyoun) (derecha) y de Safranina (izquierda).
Imagen tomada de: http://www.cdc.gov/dpdx/cryptosporidiosis/index.html

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1.2.2. Cultivo y aislamiento: En algunos casos se recomienda la realización de
cultivos tanto para protozoos intestinales como tisulares, pero no están al acceso de
todos los pacientes pues usualmente se realizan en laboratorios especializados. Estos
cultivos pueden ser xénicos, axénicos o en cultivos celulares (para los intracelulares
obligados) y permiten obtener un mayor número de organismos para realizar con ellos
la identificación morfológica, así como otras pruebas diagnósticas o de genotipificación
molecular. También se puede hacer cultivo in vivo o inoculación en animales de
laboratorio, pero igualmente esto solo se logra en laboratorios de referencia y a unos
costos no asequibles para muchos de los pacientes.

1.2.3. Control de calidad

Los laboratorios requieren de controles internos y externos para asegurar la calidad


del diagnóstico. Para ello se remiten muestras conocidas por la entidad encargada de
realizar los controles externos pero desconocidas para el personal del laboratorio.
Estas muestras deben ser evaluadas y los resultados entregados a la entidad
acreditadora. Cuando se realiza este tipo de procedimientos se deben también
implementar las técnicas de coloración de extendidos de materia fecal, bien sea con
Hematoxilina Férrica o Colorante Tricrómico de Wheatley, consideradas estándares de
oro del diagnóstico coprológico.

1.3. Morfología de protozoarios intestinales que infectan humanos.

(Las características detalladas que identifican los diferentes protozoarios intestinales,


hemáticos y tisulares deben ser estudiadas en los textos complementarios sugeridos
en clase). Cabe recordar que los protozoarios intestinales presentan los estadios de
trofozoito, quiste, ooquiste y varias morfologías en Blastocystis. En el caso de las
amibas, el trofozoito tiene una forma irregular, cuando la materia fecal está fresca se
puede apreciar la movilidad de sus seudópodos y se debe identificar la morfología de
sus núcleos, pues estos varían entre los diferentes géneros y especies. Los quistes de
las amibas varían en su forma, su tamaño, su número y la apariencia de los núcleos.
Las coccidias intestinales: se diferencian por la morfología y tamaño de sus
ooquistes, así como por diferencias en la captación del colorante cuando se realiza la
coloración AAR. De las coccidias Cystoisospora belli es la única que puede ser
diagnosticada solo con base en sus características morfológicas en examen directo.
Cryptosporidium y Cyclospora cayetanensis deben ser diagnosticadas por medio de
coloraciones especiales, las cuales no se incluyen en el examen coprológico de rutina,
por lo cual el médico tratante debe hacer la solicitud expresa de la coloración en la
orden que se envía al laboratorio. Se debe tener en cuenta que la mayoría de expertos
recomienda la realización de al menos dos exámenes, usualmente tres, en días no
consecutivos para lograr una mayor sensibilidad en el examen coprológico.

Los flagelados intestinales: presentan trofozoito y quiste, con excepción del género
Trichomonas, en el cual solo se encuentra el estadio de trofozoito. Los flagelados en
general tienen forma piriforme en estadio de trofozoito y cuando están viables se
aprecia el movimiento de los flagelos. Los quistes varían en tamaño y forma y son
fácilmente distinguibles unos de otros.

El Chromista: Blastocystis es bastante pleomórfico tanto en tamaño (varía entre 5 µm


y 40 µm), como en sus múltiples formas (vacuolar o de cuerpo central, granular,
multivacuolar, ameboide y quiste, entre otras), de las cuales la más fácilmente

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reconocible es la forma de cuerpo central, en la cual hay una gran vacuola en el centro
del trofozoito que deja un muy delgado halo de citoplasma en el cual se distribuyen los
núcleos.

1.3.1. Morfología microscópica de Coccidias intestinales

PROTOZOOS INTESTINALES: Coccidias

Nombre: Cryptosporidium sp Nombre: Cyclospora cayetanensis


¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

Nombre: Cyclospora cayetanensis Nombre: Cystoisospora belli


¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

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1.3.2. Morfología microscópica de Flagelados y Cromistas

PROTOZOOS INTESTINALES: Flagelados y Cromistas

Nombre: Giardia duodenalis Nombre: Giardia duodenalis


¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

Nombre: Blastocystis sp Nombre: Blastocystis sp


¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

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1.3.3. Morfología microscópica de Sarcodinos e Incertae sedis

PROTOZOOS INTESTINALES: Sarcodinos e Incertae sedis

Nombre: Entamoeba histolytica/E. Nombre: Entamoeba histolytica/E.


dispar/E. moshkovskii dispar/E. moshkovskii
¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

Nombre: Urbanorum sp
¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica:

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1.4. Protozoos tisulares y hemáticos: Estos protozoos requieren procedimientos
de toma de muestras más invasivos, técnicas más complejas y, en la mayoría de los
casos, el diagnóstico recae más en las técnicas indirectas (determinación de
anticuerpos). En los casos en que se pueden emplear técnicas directas se requiere el
apoyo de coloraciones para lograr un buen diagnóstico. Para los protozoos hemáticos
también se recurre a las coloraciones para facilitar la identificación específica con base
en las características morfológicas de los diferentes estadios.

Los flagelados tisulares: presentan las formas de amastigote, epimastigote,


promastigote y tripomastigote. Hay diferencias entre los géneros Leishmania y
Trypanosoma en cuanto a cuáles de estas formas están presentes en su ciclo de vida.
Para la realización del examen directo se recurre frecuentemente a la coloración de
Giemsa, con la cual se resaltan las características morfológicas de los organismos.
Esta misma coloración se emplea para los parásitos sanguíneos y para colorear
taquizoitos de Toxoplasma gondii obtenidos por aislamiento en cultivo o en ratón.

Las leishmaniasis son enfermedades zoonóticas producidas por parásitos del género
Leishmania y transmitidas por insectos vectores hematófagos. Las leishmaniasis
comprenden un amplio espectro que incluye infecciones subclínicas (asintomáticas o
inaparentes), localizadas (lesiones en piel) y diseminadas (cutánea, mucosa o
visceral). Afecta a más de 88 países en el mundo y se estima que anualmente 1.5 –
2.0 millones entre niños y adultos desarrollan la enfermedad. Aproximadamente 350
millones de personas están en riesgo de adquirir la enfermedad y más de 12 millones
están actualmente infectadas. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad están
asociadas con la especie del parásito y, por consiguiente, con el área endémica.
Existen más de doce especies diferentes de Leishmania que producen enfermedad en
humanos.

Leishmania es un parásito unicelular obligado que sobrevive intracelularmente en


células fagocíticas (principalmente macrófagos) del hospedero. Es trasmitido a
animales mamíferos y al hombre (hospederos) a través de la picadura de insectos
vectores infectados (principalmente Phlebotomus en el Viejo Mundo y Lutzomyia en el
Nuevo Mundo). Las formas promastigotes del parásito (flageladas), presentes en el
insecto, son inoculadas en la piel durante la picadura. En el hospedero infectan los
macrófagos de la piel y se transforman en amastigote (aflagelado). Los amastigotes se
reproducen dentro del macrófago. En el sitio de inoculación puede desarrollarse una
lesión y/o, dependiendo de la especie, el parásito puede migrar a otros tejidos del
cuerpo (mucosa o vísceras).

El diagnóstico presuntivo de la leishmaniasis se basa en la presentación clínica de la


enfermedad, aspectos epidemiológicos relacionados con la transmisión del parásito, y
en algunos casos, en el resultado de la prueba intradérmica de leishmanina o
Montenegro. Sin embargo, el diagnóstico definitivo solo se logra a través de la
visualización del agente etiológico de la enfermedad. El examen directo permite hacer
el diagnóstico inmediato visualizando la forma intracelular, amastigote, en un
extendido de una muestra tomada de una lesión representativa. El aislamiento o
recuperación de formas repetitivas flageladas, promastigotes, se realiza inoculando
muestras clínicas en medios de cultivo selectivos para tripanosomas.

El cultivo es un método específico y constituye el estándar de oro de los métodos de


diagnóstico para leishmaniasis y es utilizado en segunda instancia para el diagnóstico,

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después del examen directo. Es útil no solo en el diagnóstico clínico sino también en
investigación, permitiendo la posterior identificación de la especie utilizando
electroforesis de isoenzimas, anticuerpos monoclonales o técnicas moleculares, y la
determinación in vitro de la sensibilidad del parásito a medicamentos. La evaluación de
una biopsia histopatológica de lesión representativa también permite la detección del
parásito en tejidos, pero es menos sensible que los dos métodos antes descritos. La
detección y aislamiento de los parásitos también puede realizarse mediante la
inoculación de un aspirado de la lesión en el hámster dorado, pero esta prueba es de
más difícil realización, por lo cual es poco utilizada.

Existen herramientas diagnósticas indirectas, basadas en respuesta inmune, tales


como pruebas serológicas y pruebas intradérmicas, que contribuyen a definir el
diagnóstico clínico y el tratamiento, pero que no confirman la presencia del parásito;
son de gran utilidad para el desarrollo de estudios epidemiológicos.

La malaria o paludismo: es una enfermedad transmitida a través de la picadura de


mosquitos Anopheles infectados, es considerada un problema de salud pública en
varios países del mundo, con elevados casos de mortalidad. Entre los síntomas que se
presentan se destacan fiebre, cefalea y escalofrío, que suelen aparecer 10 a 15 días
después de la picadura del vector. Si no se recibe tratamiento oportuno, la malaria
puede poner en riesgo la vida del paciente en corto tiempo, especialmente por malaria
complicada y malaria cerebral. Entre las medidas de control de la enfermedad se
encuentran el diagnóstico y tratamiento rápido y eficaz, el uso de toldillos impregnados
de insecticida y la fumigación con insecticidas de acción residual que buscan controlar
los vectores.

La malaria es causada por parásitos del género Plasmodium. En el humano es


producida principalmente por cuatro especies: P. falciparum, P. vivax, P. malariae y P.
ovale. Recientemente se ha descrito en Asia la infección por P. knowlesi, una especie
que infecta monos, y ocasionalmente se informan otras especies zoonóticas.
Plasmodium es transmitido de humano a humano a través de la picadura del mosquito,
de madre a hijo congénitamente, por transplante de órganos o vía transfusión
sanguínea.

El ciclo de vida del parásito comprende dos fases, la asexual que se desarrolla en el
humano y la sexual en el invertebrado. La infección inicia cuando el mosquito infectado
inyecta esporozoitos a través de la saliva al torrente sanguíneo del humano, estos
alcanzan el hígado, donde desarrollan su ciclo extraeritrocítico. Los merozoitos
liberados de los esquizontes tisulares alcanzan el torrente sanguíneo y dan inicio al
ciclo eritrocítico. Dado que no se cuenta con una vacuna que prevenga la infección,
gran parte de las medidas de control de la enfermedad están dirigidas al diagnóstico
oportuno y al tratamiento adecuado. El diagnóstico es crucial para decidir el
tratamiento antimalárico, para el cual no sólo se tiene en cuenta la especie causal sino
también el grado de resistencia de los parásitos en la zona.

1.4.1. Diagnóstico microscópico de los protozoos tisulares y hemáticos

El diagnóstico oportuno de malaria es crítico dado que la infección se puede complicar


a medida que los parásitos se van multiplicando en el tiempo. La identificación
microscópica es el principal método diagnóstico para malaria y permite establecer la
especie de Plasmodium y el recuento parasitario, criterios importantes para el

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Emergentes, Re-emergentes y Exóticos. Parasitología
tratamiento y control del paciente. Cada una de las especies que infectan al humano
tiene características morfológicas que permiten el diagnóstico diferencial.

Las pruebas de diagnóstico rápido para malaria (PDRs), surgen como una alternativa
a la gota gruesa, en situaciones en que el uso de la microscopía es limitado o poco
factible. Las PDRs diagnostican malaria al reconocer antígenos específicos del
parásito presentes en la sangre del paciente y algunas de ellas permiten la
diferenciación entre especies de manera clara (pruebas de cuatro bandas), pero tienen
limitaciones para establecer la carga parasitaria y siguen siendo positivas varias
semanas post-tratamiento, lo que dificulta el seguimiento al paciente. Por ello, se
recomienda usarlas simultáneamente con la GG.

Para el diagnóstico de la leishmaniasis se emplea como estrategia inicial el examen


microscópico de frotis realizados con material tomado del borde activo de la lesión,
posterior a su tinción con Giemsa. Esta técnica tiene como inconvenientes que puede
ser poco sensible, requiere buen entrenamiento para su análisis y no permite
identificar la especie de Leishmania. Existen técnicas moleculares y pruebas
inmunocromatográficas, con mayor sensibilidad.

1.4.1.1. La gota gruesa y el extendido


El examen de Gota Gruesa (GG) sigue siendo considerado el estándar de oro y la
mejor técnica para el diagnóstico de la malaria en las zonas endémicas (Figuras 3 y 4).
Las técnicas moleculares presentan una mayor sensibilidad y especificidad, pero el
acceso a ellas es limitado en las zonas rurales, no solo por su no disponibilidad sino
también por sus costos. La GG se considera una técnica de concentración, en la cual
se puede apreciar una cantidad de sangre representativa para establecer la presencia
de formas de los parásitos causantes de malaria (Plasmodium sp), tripanosomiasis
americana y africana (Trypanosoma sp), filariasis linfáticas y apatógenas (Wuchereria
bancrofti, Brugia sp y Mansonella), babesiosis (Babesia sp) y, excepcionalmente,
leishmaniasis visceral (Leishmania sp) en pacientes inmunocomprometidos. Esta
técnica se realiza generalmente en conjunto con un Extendido en capa fina (Ext.), este
permite ver la morfología típica de las diferentes especies de Plasmodium y relación
entre el parásito y la célula hospedera, con lo cual es muy útil para la determinación de
la especie; mientras que la GG es útil para la determinación específica y permite
detectar pacientes con bajas cargas parasitarias. Cuando no es posible establecer la
especie en la GG, bien porque el paciente ha tomado medicamentos que alteran la
morfología del parásito o por la sospecha de malarias mixtas, se recurre al Ext. para
definir la especie.

Figura 3: Para elaborar la gota gruesa debe tenerse en cuenta que es la lámina portaobjetos la que se lleva
hacia la gota de sangre para ser tomada del dedo.
(Tomado de:http://emergenmedhb.blogspot.com.co/2015/06/malaria-o-paludismo-enfermedad-de-
los.html)

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Emergentes, Re-emergentes y Exóticos. Parasitología
Figura 4: En algunas áreas del mundo se hacen la GG y el Ext. en la misma lámina. En nuestro
medio lo usual es emplear láminas independientes, realizando dos GG en una misma lámina.
(Tomado de: https://practicasdehematologiaycitologia.wordpress.com/2014/11/12/practica-
no10-preparacion-de-gota-gruesa/)

1.4.1.2. Evaluación de los frotis para el diagnótico de la leishmaniasis.


Se debe realizar la toma de la muestra a partir del borde de la lesión más reciente
(Figura 5) que le haya aparecido al paciente. Es deseable que esta lesión esté libre de
coinfección por bacterias. Se deben realizar tres frotis con el material recuperado en
una misma lámina portaobjetos (Figura 6) y al menos tres láminas por paciente. El
material puede ser obtenido con un bisturí o una jeringa de insulina (Figuras 5 y 7).
Este material también puede ser usado para cultivo, inoculación de animales o
pruebas moleculares

Figura 5. Foto de una lesión de leishmaniasis cutánea. Para el examen directo, la incisión se realiza
con la hoja de bisturí en el borde de la lesión

Figura 6. Frotis extendidos de forma circular en la lámina portaobjeto

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Emergentes, Re-emergentes y Exóticos. Parasitología
Figura 7. Toma de aspirado a partir de la lesión con jeringa de tuberculina

1.4.2. Morfología microscópica de protozoos tisulares y hemáticos

PROTOZOOS TISULARES

Nombre: Microsporidios Nombre: Leishmania sp


¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

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Emergentes, Re-emergentes y Exóticos. Parasitología
Nombre: Trichomonas sp Nombre: Toxoplasma gondii
¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

PROTOZOOS HEMÁTICOS

Nombre: Babesia sp Nombre: Trypanosoma cruzi


¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

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Emergentes, Re-emergentes y Exóticos. Parasitología
Nombre: Plasmodium falciparum Nombre: Plasmodium falciparum
¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

Nombre: Plasmodium vivax Nombre: Plasmodium vivax


¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

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2. Laboratorio 2: Diagnóstico de Helmintos: Céstodos, Digéneos y Nematodos.

2.1. Helmintos

El hombre es hospedero de varias especies de helmintos, tanto gusanos planos


(Platelmintos) como redondos (Nematodos). Entre los primeros pueden infectar al
hombre Cestodos y Digeneos. En muchos casos el hombre actúa como hospedero
definitivo y en otros lo hace como hospedero intermediario. Algunos de estos gusanos
son de transmisión fecal oral y son adquiridos a través de manos, alimentos y aguas
contaminados, otros pueden penetrar activamente por piel y también los hay de
transmisión vectorial. El hombre puede actuar como único hospedero para algunos de
ellos mientras otros son zoonóticos. Aunque las infecciones con números pequeños de
estos organismos generalmente cursan asintomáticas, cuando su número aumenta
pueden causar cuadros clínicos con patologías variables e incluso fatales. En otros
casos, el estadio larvario es el que causa la patología, no el adulto, y la respuesta
inmune puede participar en la patología.
Algunos de estos helmintos presentan ciclos de vida sencillos, mientras que para otros
son complejos, con migración visceral antes de llegar a su localización definitiva o
usando varios hospederos intermediarios antes de alcanzar al humano. Al igual que
con los protozoarios, la localización de los helmintos en el cuerpo del individuo
infectado y el cuadro clínico que este presenta son determinantes para decidir cuál es
la muestra óptima a utilizar para diagnosticar las infecciones helmínticas. Algunas
veces el diagnóstico se puede hacer por métodos directos, pero en otros casos se
requiere, no solo de métodos indirectos, sino que también es necesario hacer una
correlación de los resultados de laboratorio con la historia epidemiológica y clínica del
paciente y de los resultados de otros exámenes complementarios como pueden ser
ciertas pruebas imaginológicas. Hay diferentes tipos de pruebas que el laboratorio
debe aplicar para determinar la presencia del patógeno, bien sea de manera directa o
indirecta; sin embargo, como con la mayoría de los protozoos, el diagnóstico de estas
infecciones tiene como base la determinación de la presencia del agente y su correcta
identificación con base en sus características morfológicas; por lo tanto, una gran parte
del diagnóstico es directo.

Entre los helmintos que afectan al hombre encontramos algunos de localización


intestinal, bien en intestino delgado o grueso, mientras otros son hemáticos o tisulares.
Entre estos últimos algunos se localizan en piel, otros en diferentes órganos y unos
más pueden incluso ser multi-sistémicos. Entre los parásitos intestinales se
encuentran Ascaris lumbricoides y Trichuris trichiura, los cuales por su prevalencia,
generan alta morbilidad, principalmente en población infantil y en edad escolar. De otro
lado, Strongyloides stercoralis está asociado a cuadros complicados en pacientes
transplantados, inmunosuprimidos y HTLV-1+. De los parásitos tisulares son de gran
importancia Onchocerca volvulus que se localiza en tejido subcutáneo y otras filarias
de localización linfática, el primero ocasiona cuadros de ceguera en un gran número
de personas, especialmente en África, mientras las otras ocasionan un cuadro
incapacitante conocido como elefantiasis.

2.2. Generalidades del diagnóstico de las infecciones por helmintos

Las parasitosis intestinales por helmintos se cuentan entre las principales causas de
morbilidad en población infantil. Entre los nematodos más frecuentemente informados
como causantes de infección intestinal en humanos se encuentran Ascaris

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lumbricoides, Trichuris trichiura, Enterobious vermicularis y Strongyloides stercoralis,
este último, dependiendo de las condiciones del hospedero puede ocasionar cuadros
de diseminación e hiperinfección que llegan a ser fatales. Otros nematodos son de
localización en tejido subcutáneo (Onchocerca volvulus) o linfático (Wuchereria
bancrofti, Brugia sp) asociándose el primero a cuadros de dermatitis y ceguera y los
segundos a elefantiasis. De las tenias o cestodos intestinales, los más frecuentes son
Hymenolepis nana, H. diminuta, Taenia saginata, T. solium y T. asiatica. Fasciola
hepatica, Paragonimus sp, Clonorchis sinensis, Schistosoma mansoni, S.
haematobium y S. japonicum son los digéneos más frecuentemente asociados a
infección en humanos, siendo de localización tisular. Para otros helmintos, el hombre
sirve de hospedero intermediario y los cuadros clínicos pueden ser incapacitantes e
incluso fatales, entre estos parásitos se encuentran varias especies de Echinococcus,
de las cuales en Colombia se encuentran E. vogeli y E. oligarthrus, y el estadio larvario
de T. solium, que ocasiona cuadros de cisticercosis con diferentes localizaciones,
siendo de gran importancia su ubicación en sistema nervioso central
(neurocisticercosis).

2.2.1. Helmintos intestinales

Las infecciones por helmintos, al igual que las infecciones por protozoarios, dependen
de la localización del parásito para definir el tipo y número de muestras y el tipo de
prueba que se pueda emplear. Para aquellos de localización intestinal, la muestra
ideal es materia fecal en examen seriado. El número de muestras varía entre 3
(Ascaris, Trichuris) y 10 (Strongyloides,Taenia) dependiendo del parásito involucrado.
Para las infecciones por oxiuros (Enterobius vermicularis) y Taenia sp se puede tomar
una impresión de la región perianal con cinta pegante transparente (Método de
Graham).

2.2.2. Helmintos tisulares

Para los helmintos de localización pulmonar (Paragonimus) así como para los que
hacen migración por este órgano en su ciclo de vida (uncinarias, Ascaris y
Strongyloides) puede ser útil tomar muestras seriadas de esputo. Tanto Paragonimus
como los de localización en vías hepáticas y biliares (Fasciola y Clonorchis) también
pueden diagnosticarse por medio de examen coprológico. En algunos casos pueden
ser usadas muestras como aspirados duodenales, de bilis o lavados broncoalveolares
para el diagnóstico de estos helmintos.

Los helmintos de localización linfática (filarias como Wuchereria y Brugia) se


diagnostican por medio de muestras de sangre en las cuales se deben buscar las
microfilarias. Para Onchocerca volvulus la muestra de elección es una bopsia de piel
tomada en las zonas correspondientes a los huevos planos (escápula y cresta ilíaca o
cerca de los nódulos subcutáneos). Otras helmintiasis son más difíciles de
diagnosticar y se requiere emplear técnicas indirectas, que permitan detectar
anticuerpos en los pacientes infectados. Sin embargo, en algunos casos es necesario
tener en cuenta no solo los resultados de los exámenes de laboratorio si no también
los resultados de pruebas imaginológicas (RMN y TAC), los antecedentes
epidemiológicos y los signos y síntomas que presenta el paciente para poder realizar
un diagnóstico certero. Entre estas infecciones se encuentran la neurocisticercosis, la
equinococosis y la fascioliasis. Entre las pruebas para detección de anticuerpos se
encuentran ELISA, IB o WB (inmunoblot o western blot), dot-ELISA, hemoaglutinación,

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entre otras. En algunos casos se emplean antígenos crudos para las pruebas
indirectas, pero se presentan con frecuencia problemas de reacción cruzada y falsos
positivos con otras infecciones; para minimizar estas reacciones cruzadas se han
estandarizado técnicas que emplean antígenos purificados en columnas de sefarosa
con lectina de lenteja (cisticercosis) o antígenos recombinantes (Toxocara,
Onchocerca, Echinococcus), lo cual ha asegurado una mayor especificidad de las
pruebas diagnósticas.

2.2.3. Informe de laboratorio de los helmintos


Es importante recordar que las infecciones por nematodos (Ascaris, Trichuris y
uncinarias) deben informarse con recuento de los huevos, bien sea por preparación o
por gramo de materia fecal y que la técnica recomendada por la OMS como la de
elección para cuantificar los huevos de helmintos es la de Kato-Katz. En el caso de las
infecciones por cestodos o digeneos no se hace recuento, excepto para los casos de
esquistosomiasis.

2.3. Morfología de helmintos que infectan humanos.

(Las características detalladas que identifican los diferentes helmintos parásitos de


humanos deben ser estudiadas en los textos complementarios sugeridos en clase).

2.3.1. Morfología de los estadios diagnósticos de nematodos

Cabe recordar que los helmintos intestinales pueden diagnosticarse por medio de la
indentificación de huevos, larvas, fragmentos o adultos que se encuentran presentes
en la materia fecal, sangre, esputo u otras muestras. En el caso de los helmintos
intestinales, el diagnóstico se basa principalmente en la identificación de los huevos,
cuya morfología varía según la especie involucrada. Una excepción es Strongyloides
stercoralis, que se diagnostica generalmente por la identificación de las larvas.
Los huevos de Ascaris poseen una estructura caracterizada por la presencia de unas
proyecciones globosas llamadas mamelones en su cubierta externa (algunos huevos
pueden carecer de ella y se les llama decorticados) y una sola masa central o
blastómero, a partir de la cual se formará la larva. En el caso de Trichuris, los huevos
tienen forma de barril y en los extremos poseen abultamientos traslúcidos que se
conocen como tapones polares. Los huevos de uncinarias (Ancylostoma y Necator)
son indiferenciables entre los dos géneros y presentan una cubierta externa delgada y
la masa de células sale con su proceso de división ya adelantado en estado de
mórula, por lo que se aprecian varios blastómeros. Los huevos de oxiuros tienen forma
de letra D o grano de arroz y se encuentran con la larva ya casi totalmente formada en
su interior.

Las filarias linfáticas se diagnostican por la presencia de microfilarias en sangre


periférica y la diferenciación de especie se basa en la morfología que incluye
presencia o no de vaina y la distribución de los núcleos a lo largo del cuerpo,
principalmente. El diagnóstico de Toxocara canis se basa en la presencia de
anticuerpos, bien en suero o humores vítreo y acuoso, y en otros exámenes
complementarios. Las infecciones por Strongyloides se detectan por coprológico
seriado de al menos siete muestras, pero son más sensibles las técnicas de embudo
de Baerman y cultivo en agar. En algunos casos de diseminación se puede detectar en
esputo, orina o en biopsias de tejido. En esta infección se pueden apreciar tanto las
larvas filariformes como las rabditiformes y se debe hacer el diferencial con larvas de

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uncinarias. Ocasionalmente se pueden apreciar hembras parasíticas y huevos en
materia fecal.

2.3.2. Morfología de los estadios diagnósticos de platelmintos

La infección por Taenia, Hymenolepis o Dipylidium se diagnostica por presencia de


huevos en materia fecal, pero para Taenia también es útil la cinta de Graham ya que
los proglótidos al salir activamente por el ano dejan un rastro de huevos en la región
perianal. Los huevos de Taenia se caracterizan por la presencia de una cubierta
gruesa radiada (embrioforo) que en su interior contiene la oncosfera, con sus típicos
ganchos. Los huevos de Hymenolepis nana se caracterizan por presentar una forma
ligeramente ovalada, una pared delgada y filamentos polares mientras que los de H.
diminuta son algo más grandes y redondos y carecen de filamentos polares. Los
huevos de Dipylidium se aprecian en paquetes conocidos como cápsulas ovígeras, las
cuales continenen entre 12 y 26 huevos. En todos los casos se aprecia la oncosfera
en el interior de los huevos.

Los huevos de Fasciola son ovalados, operculados y de color ámbar, mientras que los
de Paragonimus son mucho más pequeños, cafés, operculados y presentan un
engrosamiento de su pared en el extremo contrario al opérculo. Los huevos de las
diferentes especies de Schistosoma son carácterísticos. En S. mansoni son ovalados
con un extremo más aguzado que el otro y tienen una espina lateral subterminal
grande; en el caso de S. haematobium con ahusados en ambos extremos y tienen una
espina terminal, y los de S. japonicum son más pequeños, redondeados y tienen una
pequeña espina subterminal lateral, a veces inconspicua.

2.3.3. Morfología de los adultos de nematodos

Los gusanos adultos de Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura y Enterobius


vermicularis presentan dimorfismo sexual, siendo las hembras más grandes que los
machos. Ascaris se caracteriza por su gran tamaño (hembras hasta 32 cm y machos
hasta 27 cm), su color entre crema y rosado y los machos por su extremo posterior
curvo y la presencia de espículas. Los adultos de Trichuris presentan el extremo
anterior mucho más delgado que el posterior y los machos un gran curvamiento de su
extremo caudal. Los adultos de Enterobius presentan aletas cefálicas y el macho su
extremo caudal curvo y espículas. En el caso de los adultos de uncinarias hay que
identificar la presencia de placas cortantes (Necator) o dientes (Ancylostoma) en la
cavidad oral, tanto en machos como en hembras; los machos además presentan la
bursa copulatoria o copulatriz en el extremo caudal, la cual es característica de cada
especie, y espículas. Los adultos de Toxocara se encuentran en el intestino de perros
y gatos. Sus huevos al salir al ambiente se encuentran no embrionados y cuando
embrionan se vuelven infectivos tanto para su hospedero definitivo como para muchos
otros vertebrados que sirven de hospederos paraténicos. Los gusanos se caracterizan
por la presencia de aletas cefálicas y labios en la región anterior y dimorfismo sexual,
siendo las hembras más grandes que los machos (15 cm vs 8 cm).

2.3.4. Morfología de los adultos de platelmintos

Los proglótidos de Taenia en estado grávido presentan un útero con ramificaciones


conspicuas, cuyo número varía entre T. solium (hasta 12 ramificaciones) y T. saginata
(más de 12 ramificaciones). Los adultos de los digeneos presentan las ventosas oral y

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ventral (llamada también acetábulo), el intestino en Fasciola hepatica se presenta
como ciegos ramificados mientras que en Clonorchis sinensis son sencillos. La
morfología y disposición de los ovarios, testículos y glándulas vitelógenas varía según
la especie de digeneo. F. hepatica presenta un adelgazamiento en la zona anterior
llamado cono cefálico, el cual muestra espinas en esa porción del tegumento.

2.3.5. Morfología microscópica de Digeneos

HELMINTOS INTESTINALES Y TISULARES

Nombre: Paragonimus mexicanus Nombre: Schistosoma mansoni


¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

Nombre: Clonorchis sinensis


¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica:

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Nombre: Fasciola hepatica
¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica:

2.3.6. Morfología microscópica de Céstodos

Nombre: Echinococcus sp Nombre: Taenia


¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

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Nombre: Diphyllobotrium latum Nombre: Taenia
¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

2.3.7. Morfología microscópica de Nematodos

Nombre: Strongyloides stercoralis Nombre: Toxocara canis


¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

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Emergentes, Re-emergentes y Exóticos. Parasitología
Nombre: Uncinarias Nombre:
¿Estadio?: ¿Estadio?:
¿Infectivo?: Si _____ No _____ ¿Infectivo?: Si _____ No _____
Técnica: Técnica:

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