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Apuntes sobre garantizar la continuidad de la

operación / resiliencia organizacional

En 2016, y como parte de los servicios profesionales que prestaba en Idea


Consultores, trabajamos para la Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX. Ahí
tuvimos participación en la Cumbre Mundial de las 100 Ciudades Resilientes y
posteriormente en el desarrollo de la estrategia de resiliencia de la CDMX.

De alguna manera, yo tenía algún conocimiento del concepto de resiliencia. De


hecho, cuando me dediqué a la consultoría en seguridad, en una de las empresas
que les hice servicios me comentaron sobre una asesoría para garantizar la
continuidad de la operación tras un evento desastroso. Conocía yo a un especialista
en el tema y trabajamos juntos un proyecto de plan, que al final no cuajó por grillas
dentro de la empresa.

Esto viene a colación por la circunstancia actual de esa empresa, pues un evento
desafortunado y desde luego nada deseado, podría poner en riesgo la continuidad
e incluso su permanencia como organización.

En términos estrictos, la resiliencia se refiere a la capacidad de un organismo para


recuperarse al estado previo a un evento desastroso; desde un ser vivo hasta una
entidad pública o privada. La estrategia de las ciudades resilientes proviene de la
ONU; resulta innecesario para estos apuntes detallar cómo surgió y su desarrollo.

Así pues, toda organización debiera contar con un plan que permita asegurar su
supervivencia y recuperarse al estado previo para continuar existiendo y operando.
Porque debe considerarse que, además de la afectación física, económica, laboral
o de la índole que sea, pueden generarse efectos adversos en la reputación de la
organización y en la satisfacción del cliente.

De hecho, existe un estándar internacional que establece los requisitos a cumplir en


la implementación de un sistema de gestión de la continuidad del negocio, la ISO
22301 y sobre la base del ciclo de mejora continua conocido como ciclo de Deming
o PDCA, permite planificar, establecer, implementar, operar, supervisar, revisar,
mantener y mejorar de manera continua un sistema de gestión plenamente formal
y documentado, en línea con los objetivos de la empresa para garantizar su
resguardo en caso de ocurrencia de eventos disruptivos que afecten su operación.

Es muy probable que la dirección general tendrá algún plan en cuanto a la línea de
mando que permita continuar en caso de una ausencia temporal o hasta
permanente. Sin embargo, resulta importante abordar el tema para conocer si existe
dicho plan, o de lo contrario tomar las decisiones necesarias, siempre con la visión
de que se trata de una circunstancia temporal y recuperable en el corto plazo.

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