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Universidad Pedagógica Nacional Francisco

Morazán

Alumna: Sonia Leonor Alvarado


0611-1980-00413

Catedrática: Lic. Vilma Urbina

Asignatura: Fonética y Fonología

Licenciatura en Educación Básica

Curso: N-3

Fecha: 28/08/2021
Introducción

Este ensayo tiene como objeto resaltar la importancia del pensamiento y el lenguaje. El

lenguaje es la base de la comunicación del ser humano, nos permite expresarnos y

comprender a los demás; y, dependiendo de cómo lo utilicemos, vamos a construir e

interpretar el mundo de manera diferente. Si atendemos a una definición estricta del

término, es un conjunto de sonidos o señales a través de los cuales expresamos lo que

pensamos o lo que sentimos. Asimismo, es el estilo de habladuría y escritura de cada persona

en particular. En un mundo complejo como el de hoy, resulta necesaria la posibilidad de

aprender a tomar buenas decisiones, inteligentes, criticas, creativas, reflexivas, autónomas,

afectivas, sabias y sobre todo plausibles. Por este motivo es necesario entrenar al cerebro,

realizando una serie de ejercicios que aporten la práctica de procesos del pensamiento, para

que éste se lleve a cabo en las mejores condiciones posibles. En este breve ensayo redacto la

importancia del lenguaje y el pensamiento.


Importancia del Lenguaje y el Pensamiento

Existen diversos autores que han estudiado el lenguaje en todas sus formas. El psicólogo ruso

Lev Vygotsky analizó su papel fundamental en el desarrollo; en sus teorías, plantea que a

través de la interacción social se adquiere el conocimiento y eso nos permite pensar en

formas cada vez más complejas. Por tanto, con nuestros menores tenemos que tener especial

cuidado en hacer un uso apropiado del lenguaje (sobre todo en el ámbito de la educación y la

psicología) ya que la forma en la que utilizamos las palabras puede cambiar sus percepciones.

Por ejemplo, en el ámbito médico el termino que se utiliza suele ser apropiada, hablando

sobre personas que “tienen/padecen una enfermedad”. Resultaría muy raro escuchar “Carlos

es un infectado” en lugar de “Carlos tiene una infección”. Sin embargo, no resulta difícil

escuchar tanto en nuestra cotidianeidad como en los medios de comunicación términos como

“discapacitados”; no nos damos cuenta que al decir “discapacitados”, estamos englobando la

identidad de la persona en su discapacidad. En su lugar, se debería utilizar “personas con

discapacidad/diversidad funcional”, ya que de esta manera nos permite resaltar a la persona

antes que a su discapacidad.

De la misma forma, y en ocasiones casi sin darnos cuenta, es común utilizar terminología

como “es un vago, un rebelde o un llorica”. Cuando decimos que algo “es” y no “está”, no

estamos diferenciando entre conducta e identidad. Lo mismo ocurre cuando hablamos de

determinadas problemáticas o trastornos, dista mucho decir “es anoréxica” a “tiene

anorexia”. De esta manera, al igual que en ejemplo anterior, le estamos dando mucha entidad

a esos términos en el autoconcepto de la persona; y, a su vez, estamos perpetuando esos

comportamientos en el tiempo, ya que el “ser” tiende a mantenerse estable, mientras que el

“estar” es cambiante.
Por otro lado, la importancia del lenguaje también reside en la concordancia entre el verbal y

el no verbal. Cuando damos una instrucción a los niños para que hagan algo o dejen de

hacerlo, es relevante mantener tanto el contacto visual como una buena postura corporal,

dejar lo que nos ocupaba en dicho momento y, sobre todo, orientarnos hacia ellos para

decírselo, acompañando la cara, gestos, etc. con el mensaje que queremos trasmitir.

El pensamiento implica una actividad global del sistema cognitivo con intervención de los

mecanismos: memoria, atención, procesos de comprensión, aprendizaje, etc. Es una

experiencia interna e intersubjetiva. El pensamiento tiene una serie de características

particulares, que lo diferencian de otros procesos: por ejemplo, no necesita de la presencia de

las cosas para que éstas existan, pero la más importante es su función de resolver problemas y

razonar. A continuación, algunas definiciones: “El pensamiento es, ante todo, un proceso de

cognición generalizado de la realidad, para formar conceptos en los que se reflejen de manera

particular” (Villalba, 2006, p.7). “El pensamiento en nuestro concepto, constituye un proceso

asociado con la investigación y la toma de decisiones” (Raths et al. 2006, p.14). es el

determinante más importante de nuestras emociones, si bien es cierto que los hechos influyen

en las emociones, no son la causa de éstas, en realidad la causa de nuestras emociones no son

los hechos ni las situaciones en sí mismas, sino más bien lo que condiciona y causa las

emociones es la interpretación y evaluación que hacemos de estos hechos o situaciones. Por

eso es habitual encontrarnos que ante una misma situación las personas pueden reaccionar de

formas totalmente diferentes y diversas, debido a que cada una de ellas hace una

interpretación diferente de esa situación, y esa interpretación es la que marca nuestra

respuesta emocional.
Con el tiempo, gracias al lenguaje, los seres humanos generaron reglas, normas sociales, que

les permiten asegurar la supervivencia y la convivencia del grupo. El comportamiento esta

teñido de lenguaje. Aprendemos a pensar con lenguaje, nombramos lo que sentimos en el

cuerpo como emociones y aprendemos a ponerles nombres. Las emociones, a la vez

adquieren un significado u otro según el contexto familiar, cultural en el que nos

desarrollemos; como cuando castigamos el llanto de un pequeño diciéndole “los niños no

lloran”. Muchas otras especies se comunican, pero hasta donde sabemos existen diferencias

cualitativas, muy importantes entre el lenguaje de otras especies animales y el nuestro. Es

decir, que el lenguaje humano se debe a adaptaciones evolutivas que se dan exclusivamente

en el homo sapiens. En la filogenia del pensamiento y el lenguaje, podemos reconocer

indiscutiblemente una fase prelingüística en el desarrollo de la inteligencia y una fase

preintelectual en el desarrollo del lenguaje. En cuanto a la ontogenia, la relación ente las

líneas de desarrollo del pensamiento y el lenguaje son mucho más intrincadas y oscuras.

Podemos establecer diferentes líneas en la evolución y distintas raíces genéticas del

pensamiento y el lenguaje. En la filogenia del pensamiento y el lenguaje, podemos reconocer

indiscutiblemente una fase prelingüística en el desarrollo de la inteligencia y una fase

preintelectual en el desarrollo del lenguaje.

En cuanto a la ontogenia, la relación ente las líneas de desarrollo del pensamiento y el

lenguaje son mucho más intrincadas y oscuras. Podemos establecer diferentes líneas en la

evolución y distintas raíces genéticas del pensamiento y el lenguaje.

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