Cultura y vida cotidiana
El gaucho
El gaucho fue el habitante típico de la campaña bonaerense. También habitaba la
mesopotamia argentina, la región de la pampa, la zona de Río Grande (Brasil) y la
campaña oriental (actual Uruguay). El gaucho tenía una forma de vivir determinada: era
hombre de a caballo que cazaba ganado para vivir. Podía ser mestizo, indígena, blanco,
español o portugués.
La vida del gaucho
El término gaucho proviene, según algunos autores,
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de gauderio, que significa “vagabundo”. Para otros,
deriva de guacho, “huérfano”, “abandonado”, en lengua
incaica. Los autores extranjeros y algunos argentinos de
la época colonial lo consideraban un haragán, porque
no tenía necesidad de trabajar para vivir. Justamente,
Miguel de Lastarría, un funcionario español, lo describe
en Memoria elevada al Virrey Marqués de Avilés, en el
año 1800:
“Con la barba siempre crecida, inmundos, descal-
zos, y aun sin calzones, con el tapalotodo del poncho;
por cuyas maneras y traje, se viene en conocimiento
de sus costumbres, sin sensibilidad y casi sin religión.”
Juan León Pallière, Pulpería de campaña (1858), acuarela.
Para protegerse, el gaucho levantaba un rancho
precario y no aceptaba trabajo fijo para no perder su
libertad. Producto de un ambiente donde casi todos los
bienes eran comunitarios, era desprendido y generoso.
No buscaba poseer la tierra, pues para él la propiedad
privada no existía. Sin embargo, había excepciones:
caballo, mujer, guitarra y cuchillo eran personales.
Su participación en la vida pública se limitaba a con-
currir a las pulperías, que eran almacenes que vendían
todo tipo de productos, y punto de reunión y diversión
para la población rural. Allí, se jugaba a las cartas y se
escuchaba a los payadores, entre otras actividades.
En las pulperías eran comunes las riñas de gallos y las
peleas en defensa del honor.
El gaucho no reconocía a la autoridad ni las leyes.
Su combatividad lo transformó en una figura central
cuando se formaron los ejércitos de la revolución contra
el poderío europeo.
Actividades
1. ¿Cómo ve el funcionario español
al gaucho? ¿Por qué les parece que
tiene esa mirada?
2. Observen la obra de Pallière y
resuelvan las consignas.
a. ¿Cómo es la vestimenta de los
gauchos?
b. Describan la construcción. ¿Por
qué tendrá rejas?
c. Averigüen qué es una payada y
con qué instrumento se acompaña.
¿Qué personajes del cuadro están
payando?
d. ¿Qué medio de locomoción tenía
el gaucho?
Capítulo 1 El período colonial en América Latina
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La quinta Los Ombúes
En algunos lugares de la Argentina, las huellas del pasado permanecen casi intactas. En
el partido de San Isidro, provincia de Buenos Aires, la quinta Los Ombúes, una casona
original del siglo XVIII que hoy es Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal de San
Isidro, es un ejemplo de esos sitios.
Una quinta con historia
La visita a este Museo permite realizar un recorrido
por la vida cotidiana de un sector social de la sociedad
porteña de fines del siglo XVIII y del siglo XIX. El Museo
cuenta con mobiliario, vestimenta, vajilla, entre otros
objetos de la vida diaria de una familia.
Además, el Archivo que posee este espacio cuenta
con un importante fondo de documentos vinculados,
en especial, con la vida de Mariquita Sánchez de
Thompson, una mujer que tuvo una significativa par-
ticipación en la vida política de los argentinos en su
época. La particularidad de este archivo reside en que
incluye parte de la correspondencia de Mariquita.
La casa de Mariquita Sánchez de Thompson
Mariquita Sánchez de Thompson era una de las anti-
guas dueñas de la propiedad y una mujer comprome-
tida con la política y la causa de la Revolución de Mayo
y la independencia. Se sabe que desde niña, Mariquita
pasó temporadas en la quinta y que, ya adolescente,
Los Ombúes fue escenario del romance con su primo,
el alférez Martín Jacobo Thompson. Por la quinta tam-
bién pasaron personalidades como José de San Martín
y Manuel Belgrano.
Vista de la casona original, hoy parte del Museo, Biblioteca y Archivo
Histórico Municipal de San Isidro Dr. Horacio Beccar Varela.
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Actividades
1. Lean el fragmento perteneciente a una carta de
Mariquita Sánchez de Thompson dirigida al virrey
Sobremonte en 1804. Luego, resuelvan las consignas.
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Excelentísimo Señor:
Ya llegado el caso de haber apurado todos los me-
dios de dulzura que el amor y la moderación me han
sugerido por espacio de tres largos años para que mi
madre, cuando no su aprobación, cuanto menos su
consentimiento me concediese para la realización
de mis honestos como justos deseos; pero todos han
sido infructuosos, pues cada día está más inflexible.
Así, me es preciso defender mis derechos: o Vuestra
Excelencia mándeme llamar a su presencia, pero sin
ser acompañada de la de mi madre, para dar mi úl-
tima resolución, o siendo esta la de casarme con mi
primo, porque mi amor, mi salvación y mi reputación
así lo desean y exigen, me mandará Vuestra Exce-
lencia depositar por un sujeto de carácter para que
quede en más libertad y mi primo pueda dar todos los
pasos competentes para el efecto. Nuestra causa es
demasiado justa, según comprendo, para que Vuestra
Excelencia nos dispense justicia, protección y favor
[…].
a. ¿Con quién quería contraer matrimonio?
b. ¿Quién se oponía a ello?
c. ¿A quién acude en busca de ayuda?
d. En la época, los matrimonios eran concertados por
los padres. ¿Cómo era el carácter de esta joven, por lo
que revela su carta?
e. Averigüen si logró su cometido.
2. Visiten la página web del Museo, Biblioteca y Archivo
Histórico Municipal de San Isidro e investiguen qué
objetos de la exhibición permanente pertenecieron a
Mariquita Sánchez de Thompson.
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La tertulia, un lugar para la diversión

A comienzos del siglo XIX, los jóvenes de las clases privilegiadas de Buenos Aires
–criollos y españoles– comenzaron a reunirse en las casas y dieron paso a las
denominadas tertulias.

Reuniones de la clase alta

Era muy común que los jóvenes de la elite porteña Actividades

se reunieran todos los días en el salón de alguna de sus 1. Imaginen que participan de una tertulia en la época
casas. Estos encuentros se llamaban tertulias, solían de las Invasiones Inglesas. Redacten un diálogo entre
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comenzar al anochecer y duraban hasta tarde. En ellas
se reunían para conversar, cantar y bailar. Las mujeres
se ponían al día con las novedades de la moda europea,
charlaban sobre música, pintura, poesía y otras cuestio-
nes culturales de la época. Los hombres, por su parte,
hablaban sobre los acontecimientos políticos europeos
y rioplatenses, además de comentar sobre alguna
apuesta de juego realizada en una riña de gallos.
Una de las casas más visitadas para estos encuen-
tros era la de Mariquita Sánchez de Thompson. En tiem-
pos de la Revolución de Mayo, una de esas reuniones
fue famosa y quedó plasmada en la representación pic-
tórica que realizó el pintor Pedro de Subercaseaux. La
escena muestra el momento en que, por primera vez, se
cantó el Himno Nacional Argentino.
dos jóvenes que se enteran de las últimas noticias
de este hecho en una tertulia en la casa de Mariquita
Sánchez de Thompson.
2. Investiguen sobre el Himno Nacional Argentino y
respondan las preguntas.
a. ¿Quién escribió la letra? ¿Cuál fue su fuente de
inspiración?
b. ¿Qué compositor es el autor de la música?
c. ¿Cuál es el título original de la obra?
3. En la actualidad, ¿dónde se reúnen los jóvenes?
¿Cuáles son los temas de conversación? ¿Se relacionan
con la realidad política? ¿Qué medios tienen para
enviarse mensajes?

Pedro de Subercaseaux, El ensayo del Himno Nacional en la sala de la casa de María Mariquita Sánchez de Thompson,
Sánchez de Thompson (1909), óleo sobre tela. Colección del Museo Histórico Nacional. daguerrotipo de Antonio Pozzo.

Capítulo 2 Revoluciones de independencia en América

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