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Pág. 33-> en la P.I., la codificación de los rostros se centra en ojos muy redondos, a
vecs con rayos en todo su contorno que se ha interpretado como ojos-soles. Los ojos,
junto con el tatuaje bajo ellos, se constiuyen como un recurso gráfica prácticamente en
todas las tipologías de piezas. Otra opción interesante es que estos ojos-soles fueran
máscaras, un elemento de amplia representación en todo el conjunto de las estatuillas.
Se conocen depósitos de máscaras en en sitios como Gobleki Tepe 1 y es un elemento
extendido [represntaciónde máscaras en figuras paleolíticas].
Pág. 34-> las figuritas ibéricas encajarían mejor en el mundo familiar o de linajes
relacionado con el los contextos funerarios o con el mundo cotidiano.
Pág. 35-> los ídolos oculados sería un motivo (tanto en su vertiente mueble como
parietal y megalítica) que se encontraría estandarizado ya en el IV milenio a.C. 2, y sus
primeros rastros pueden situarse en el Neolítico antiguo, cosa que ocurre en Andalucía3.
1
Dietrich (2018): Behind the mask…”.
2
Sacarle una foto a los diferentes trabajos de Bueno-Ramírez
3
Carrasco (2011): “Las cerámicas neolíticas pintadas en Andalucía y sus contextos arqueol´goicos”,
Antiquitas 24: 17-79
1
Pág. 35-36- > La viveza de las tipologías ibéricas solo encuentra parangón con otros
ejemplos mediterráneos (véase las Cícladas y Malta). Aún así, siguen destacando por la
variabilidad de las producciones frente a lo compacto de otras europeas, así como la
variabilidad en la materia prima o la finura del trabajo. Una hipótesis fácil de aceptar
sería aceptar el mantenimiento del conocimiento de las porudcicones del paleolítico
superior durante generaciones, llegando hasta el Neolítico.
Que los antropomorfos ibéricos se parezcan a otras expreisones europeas indica las
conexiones con el mediterráneo pero no evitan que podamos otorgar la espontaneidad
propia que se merecen las producciones ibéricas.
A fines del s. XX vemos investigadores que prefieren usar expresiones más neutrales y
que dan espacio a amplias interpretaciones dentro del marco simbólico5.
4
En el MAN (2009).
5
Escoriza Mateu (1991-92): “La formación social de los Millares y las producciones simbólicas”.
Cuadernos de prehistoria y Arqueología UGR, 16-17: pag. 139.
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2
Pág. 42-> J. Dechelette atribuía la expresión del rostro a una deidad femenina,
guardiana de las sepulturas, de amplio espectro en lo geográfico.
En los trabajos de Siret hay una justificación de un nexo micénico que será seguida por
otros autores y que permitía vincularlo con la idea de la Diosa Madre oriental. Por
ejemplo, en 1947, Childe interpretó los ídolos de la P.I. como una adaptación de las
figuras femeninas con ojos de lechuza, características de la imaginería sumeria y
troyana. Propuso para los ídolos peninsulares una significación funeraria, donde la diosa
de la fertilidad acaba teniendo también el papel de la muerte.
Crawford en 1991 abrazó las ideas de Childe y supone un origen oriental, donde
diferentes migraciones llevarían consigo el ritual del oculado. Relaciona estos motivos
con la divinidad femenina.
En la P.I., Ballester (Tormo 1945), se muestra favorable a las ideas de Childe. Sus
investigaciones sobre el contexto funerario de La Pastora lo llevan a hipotetizar esa
divinidad funeraria, protectora de las sepulturas, cuyos “ojos-lechuza” serían uno de los
elementos más característicos y de herencia oriental.
Pág. 42-43-> En M.J. Almagro y “Ídolos del Bronce Hispano I7”, texto indispensable
durante décadas – y en la actualidad- para el estudio de la cuestión idólica. Los ídolos
son claramente religiosos, tratándose de objetos de culto, de la divinidad megalítica y
del equivalente oriental que es la “Gran Diosa Madre”, divinidad que parte desde el
Paleolítico en Anatolia y se extiende por toda Europa. Los ídolos ibéricos del
Calcolítico serían producto de procesos sucesivos de esquematización. Justifica la
representación de ambos sexos atribuyendo a la divinidad una significación como
principio esencial de la vida que no importaba el sexo que se le atribuyera.
Pág. 44-> en los años 20, el antropólogo polaco Frankoswski se desvincula de las
interpretaciones de corte orientalista y apuesta por los ídolos, teniendo en cuenta que su
estudio se basó en los ídolos placa, como una representación del muerto.
Pág. 44-45-> otros investigadores como el prehistoriador Nils Aberg (1920) apuntan
desde bien temprano a una vinculación de los ídolos con lo humano, abriendo un
importante abanico de interpretaciones.
Pág. 45->
A. Fleming en 1969 denuncia que las hipótesis de la Diosa Madre pecan más de ser un
constructo de los prehistoriadores que una expresión de los constructores de megalitos.
Señaló varios incovenientes a al sostenimiento de una deidad femenina megalítica
común y equiparable a la Diosa Madre mediterránea: la regionalización del
megalitismom como problema a la hora de estimar ritos y creencias comunes, entre
otras.
7
Término cronológico cultural de escaso recorrido que durante años se asimiló al Eneolítico o al
Calcolítico.
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Pero estas voces críticas de la comunidad científica europea no encuentran reproducción
en la Península Ibérica, donde la Academia acepta y difunde una corriente orientalista
que hace del Sureste el centro colonizador de la Península, siendo la Cultura de los
Millares producto de las influencias que los primeros pueblos metalúrgicos traen hasta
el Occidente Europeo desde el Mediterráneo Oriental (Almagro Basch, 1966).
Encontramos nuevamente figuras contrarias como Bosch Gimpera, quien en 1966 y
1975 defiende lo occidental de nuestros ídolos.
En los años 80 hay un primer debate donde se pretende superar un problema de fondo:
el problema de relación de de la idea ideomorfa en el arte rupestre con respecto al Arte
Levantino. Por tanto, vinculado el problema de la interpretación de los ídolos hay
también un problema de autoctonismo y difusionismo: autores como Francisco Jordá
(1983) concluía que la cultura megalítica no había sido producto de una colonización
oriental sino una creación del Occidente Peninsular. El propio Jordá considera el ídolo
como, tanto en sus localizaciones funerarias como en el arte rupestre, una
representación esquemática de figuras femeninas que se usarían para distitnos cultos
funerarios y de otro tipo.
Pág. 46-> En este línea de discusión sobre el Arte Levantino, Pilar Acosta (1967),
consideraba que, si bien el ídolo era producto del contacto con colonos orientales, los
ibéricos habrían acabado desarrollando producciones propias como los de las paredes
rocosas.
Pág. 49-> hay además motivos oculares que por repetidos, sugieren más de una
identidad en distintos contextos funerarios de las provincias de Valencia, Almería y
Alicante-> VER MÁS EN SOLER DIAZ (2017): de nuevo sobre los ídolos oculados
tipo Pastora…
Pág. 50-> no se debería pensar en los ídolos como figuraciones que expresen una deidad
de extenso culto, motivo de los diferentes contextos y motivos que se le aplican. Esa
diversidad, más que un solo concepto religioso, nos aproxima a pensar en expresiones
diversas con la característica común de representar rasgos humanos.
4
Pág. 51 ->Para el autor de este capítulo, destacan algunas atribucones sobre los ídolos
de hueso largo:
Conclusión: la riqueza temática hace difícil proponer que todas las figuras clasificadas
como ídolos siginificaran lo mismo.
Megalisitmo gallego:
5
En los sitios anteriores, las piezas estaban en posición vertical8.
Pág. 186-> debemos creer que los ídolos gallegos son también representaciones
antropomorfas. Por otro lado, su recurrente ubicación en las áreas externas del
acceso a las tumbas megalíticas (en lugar de colocarse en la cámara propiamente
dicha) hace razonable argumentar que su papel no estaba vinculado únicamente a
los individuos enterrados en el interior (a modo de retrato a o figuras apotropaicas,
por ejemplo). Esa ubicación exterior podría indicar un papel como agentes en alguna
clase de interacción social entre la comunidad de vivos y sus antepasados. Podríamos
preguntarnos si el emplazamiento de los ídolos junto a la entrada de las tumba
megalíticas formaba parte del proceso del proceso del cierre del monumento, es decir,
un evento deposicional de corta duración o, alternativamente, se dispusieron solo como
un acto final tras un largo servicio y mientras la tumba aun estaba en uso.
8
Ninguna presenta los caracteres típicos de los oculados del sur. De hecho, son lisas.
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Pág. 218-> se presenta una muestra de 23 yacimientos, que parten desde el Tajo hacia el
norte, 21 están asociados a construcciones megalíticos con función funeraria.
Pág, 219-> lo habitual por desgracia es que aparezcan mezclados con el ajuar, por lo
que es difícil adscribirlos correctamente. ¿Fueron los ídolos espátula ajuares
funerarios? ¿Fueron objetos ceremoniales?
--Tell Hallula
A pesar de ello, concluyen que por el momento no existen pruebas, como por ejemplo
eslabones intermedios, que permitan relacionar directamente los objetos de tan dispares
regiones con los de los dólmenes peninsulares.
Pág. 223-> los primeros pasos en el estudio de estos “ídolos” estuvo acompañado de
unas primeras pinceladas donde la indefinición crono-cultural impuso la búsqueda de
paralelos necesarios con el sur peninsular. Sin embargo, esta construcción acabaría
derrumbándose en pos de una defensa del auctoctonismo. Cuando su espacio temporal
fue adscrito definitvamente al Neolítico, ello implicó que eran más antiguos que los
paralelos meridionales que les fueron atribuidos. Pronto se van identificando una serie
de características comunes:
Pág. 224-225-> la idea de que estos ídolos espátula representen a una divinidad
funeraria presumiblemente femenina. Algunos ídolos espátula como el de La Velilla
presenta claros atributos femeninos, y ello ha servido a algunos historiadores para
esgrimir el argumento de la diosa muerte, sugiriendo algunos una divinidad dual
fertilidad-defunción.
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ha venido matizándose. Hay algunos ejemplos –véase El Miradero- donde un individuo
adulto (varón) acumulaba en su ajuar concreto unos 30 ídolos espátula. Esto lleva a
pensar que los ídolos espátula son “acaparados” como símbolo de prestigio.
Otra hipótesis adhiere a estos ídolos con una función doble del dolmen: no solo espacio
funerario sino también otras actividades relacionadas con las actividades de la vida
social y política de una comunidad. Que la forma tenga una funcionalidad práctica
relacionada con un ritual.
Pág, 130-> Catálogo: de las 147 catalogadas como figuras antropomorfas, nos interesan
las 16 figuras naturalistas halladas, 15 de ellas hehcas de marfil y localizadas en
contexto funerario (Cremaciones) y cronología calcolítica; y una pieza hecha de arcilla
hallada en superficie.
Dos casos presentan un objeto en sus manos, que los autores denoniman
como una especie de pequeño bastón.
8
Las dos únicas figuritas donde se ha conservado la parte inferior se registra la
representación del sexo, masculino en ambos casos.
2. Pieza hecha de arcilla. Muy fragmentada, donde solo se conserva la zona del
bajo abdomen, nalgas e incio de las piernas. Hay una pequeña incisión que algunos
apuntan sería una referencia al sexo [femenino].
Pág. 234-> tres ídolos cilíndricos presentan los motivos tradicionales del ídolo
oculado: ojos, cejas, tatuaje facial y cabello en zigzag.
Pág. 237-> las figuritas se depositaban en Perdigoes. La cuestión es por qué no se hizo
en otros lugares aledaños. El sistema local, que agrupa a decenar de asentamientos y
más de un centenar de monumentos megalíticos tienen únicamente un registro
esporádico de representaciones antropomorfas.
Curiosamente, las primeras imágenes antropomorfas del recinto –véase las de tipología
almeriense- aparecen fuera de los conextos funerarios (Neolítico Tardío). Es a partir del
III milenio a.C. cuando la deposición se realizó principalmente en contextos funerarios.
Mayor profusión durante el III milenio a.C. hasta desaparecer en el II milenio a.C. –al
menos con las mismas características-.
Pág. 240-241-> parece ser, al menos para el sur de Portugal que el surgimiento de
la representación naturalista del cuerpo humano parece coincidir con el
surgimiento de las prácticas de enterramiento individual-> ¿élites emergentes?
Pág. 241-> Pero hay algunos problemas: nunca se han encontrado figuritas
antropomorfas asociadas a enterramientos individuales [entiendo que el sur de
Portugal]. En el caso de Perdigoes se dan en deposiciones funerarias secundarias donde
no es posible reconocer ninguna individualidad ni asociación particular a materiales
votivos.
Resulta interesante que en las cremaciones donde aparecen estas figuras naturalistas y
esquemáticas, se habrían calcinado y fragmentado con los restos humanos.
Pág. 242-> De manera repentina a partir del III milenio a.C. –tomando el caso de
Perdigoes- aparecen figuras de gran naturalismo. Preocupación por el realismo y
difusión de mismos tipos por el sur peninsular. La posición del cuerpo, estirados
completamente salvo los brazos sobre el abdomen, harían alusión a una serie de gestos
significativos y movimiento corporales que serían relevantes, que formarían parte de un
código de dichas poblaciones.
10
Las mú ltiples formas de lo sagrado: las imá genes portables
del neolítico final y la edad del cobre en el Sur de Españ a (pá g.
245-265). Sonia García Pérez, Víctor Hurtado Pérez, Leonardo García-
Sanjuá n y Marta Cintas-Peñ a.
Pág. 247-> La investigación en el sur peninsular está marcada por diversos problemas:
-para muchas piezas, no existe un registro exhaustivo: faltan imágenes, precisión del
registro, del contexto…
-casi el 50% del inventario parte de la obra de los Leisner (1943, 1959), que a su vez se
basan en las excavaciones de Siret.
Aunque por lo general se acepta que las imágenes portables tratadas en este artículo
estuvieron conectadas por la cosmovisión, religión e ideología de las sociedades que las
manufacturaron y usaron, no existe una terminología unánimemente aceptada para
describirlas: “ídolos, “figuras” “artefactos ideotécnicos”… Además, nunca se ha hecho
un intento sistemático de clasificar estos objetos en base a categorías formales
completas. Un primer intento temprano fue Gorbea en el 73, con 15 categorías básicas
de ídolos. Sigue siendo el más reproducido en la actualidad, pero cualquier revisión de
la cuestión sería ineficaz para un proceso de gran variabilidad en los soportes, materias,
motivos…
El motivo oculado. Parece claro que este motivo tuvo un significado compuesto que
implicaba el simbolismo del ojo (y el acto de ver) combinado con el del sol (y el acto de
iluiminar o conocer).
Pág. 248->
11
Pág. 252-> en La Pijotilla hay 36 cilindros oculados
Pág. 254-> son más abundantes en el Suroeste que en el Sureste. Buen parte de los
ejemplares proceden de La Pijotilla. Tres ejemplares en Valencina.
Uso principal de mármol y marfil El uso del marfil en el Calcolítico suele vincularse al
ámbito de lo sagrado y/o el ascenso de la élites.
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o similar. Es difícil asociarlas a símbolos de poder de unos líderes pues estas figurillas
no se han encontrado asociadas a individuos específicos.Sugieren que como estos
objetos no se han hallado en el registro arqueológico, estarían hechos de materiales
perecederos-> BUENO QUIZÁS ES QUE NO SE HA MIRADO BIEN EL REGISTRO
Y PODRÍAN SER LAS HACHAS O MATERIALES CORTANTES QUE TANTO
SUELEN APARECER.
Pág, 257-> de un registro de 1702 artefactos, solo 83 son ídolos cilindros. Parece ser
que el mayor numero de piezas –falanges y betilos- se asocia por a facilidad de acceso a
la materia prima y de elaboración de la pieza. Podríamos hipotetizar tres categorías: de
alto valor, la “popular” de bajo valor, y la intermedia –quizás aquí entrarían los
cilindros-. Esta hipótesis debería ir acompañada del estudio de los contextos ya que
podría predecir el rango del mismo. Podríamos suponer diferentes usos: mientras unas
fueron amuletos apotropaicos otras eran protagonistas de importantes rituales.
-Sevilla: 12 cilindros
-Cádiz: 6´
-Córdoba:1
-Huelva: 10
-Badajoz: 45
Pág. 257-> este número es en realidad alto teniendo en cuenta las pocas excavaciones
realizadas en Cádiz, Córdoba, Huelva o Málaga.
De la muestra de 1700 piezas, destaca que en megasitios como Marroquíes Bajos, donde
se han encontrado grandes zanjas y estructuras de diversos tipos, no haya más que 6
piezas ¿? En contraste, yacimientos como La Pijotilla, Los Millares y Perdigoes. Que
dos megasitios como Valencina9 y Marroquíes bajos tengan un recuento bajo podría
significar algo.
Pág. 258-> los cilíndricos oculados son más propios de la cuenca Media del Guadiana,
donde La Pijotilla abarca 36 ejemplares. Lo mismo ocurre con los antropomorfos
naturalistas, menos presentes en el Guadalquivir y aún menores en el sureste.
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--La Pijotilla: 36 cilindros, 20 antropomorfos naturalistas y 3 de otro tipo
Pág. 260-> * en los Millares ocurre algo que ya documentábamos en Galicia*-> los
betilos, que suelen ser lisos, aparecen colocados en disposición vertical en la entrada de
la tumba. En Valencina ocurre parecido: cuatro betilos cónicos hechos en arcilla cruda y
pintandos en rojo intenso fueron encontrados junto a la estela de arcilla que presidía la
Cámara Grande del tholos de Montelirio.
Pág. 261-> una muestra muy pequeña procede de este tipo de estructuras, que en
realidad aparecen a centenares en algunos de los grandes sitios de la Edad del Cobre
como Valencina o Marroquíes Bajos
Una pieza de lámina de oro repujada fue hallada en la Estructura 10.029, un hoyo, de
Valencina.
El sexo de los antropomorfos naturales-> no hay diferencias claras, con una pequeña
predominancia de la representación masculina. Pero de las que sostienen un objeto en su
pecho (cuatro), todas son masculinas.
Pág. 293-> los cilindros están aparentemente ausentes en el Sureste, pero tenemos un
posible ejemplo realizado en mármol y procedente de la sepultura 38 de Los Millares.
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