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El cuerpo, la realidad y la vida

Juan Elías Campos García


Hay una diferencia entre realidad y vida, realidad es una construcción abstracta, un todo
interrelacionado de objetos que existen, es una significación de lo real, imágenes y palabras
que constituyen lo que conocemos. Conocer la realidad es un acto que se hace con la mente.
La mente necesita construir objetos para procesar la información que se encuentra en las
experiencias que se construyen en el cuerpo, esos objetos son una realidad para la mente, el
problema surge cuando los objetos tienen una existencia fuera de la mente, al menos eso se
piensa, el objeto sustituye la información. La vida es un movimiento de energía que emite
información, un proceso en constante cambio, flujos de energía e información que se hacen
materia, produciendo procesos, estructuras, actividades, conexiones, una interrelación e
interdependencia viva organizada en diversas dimensiones, una unidad en completud.
Partir de la realidad o de la vida tiene consecuencias en la manera de construir un saber
que sirva para vivir o que nos haga ignorantes en el oficio de vivir. La realidad puede no
corresponder con lo que sucede en la vida, el objeto deja de ser un vehículo para mover y
entender lo que se vive, es un marco referencial que construye realidades donde el individuo
se pierde, es seducido, satisface sus deseos, se apega, piensa, siente, actúa, y muere con dolor
y sufrimiento. La realidad se hace una imagen en la mente que tergiversa lo que se mueve en
el cuerpo, la imagen sirve de base para justificar un mundo de significados que son usados
para interpretar lo que sucede, la palabra da sentido a los pensamientos y ordena la secuencia
de lo acontecido en un tiempo y espacio lineal, la palabra estructura lo sentido y la intención
de la experiencia.
La realidad se ha separado de la vida. El individuo vive en realidades que no comprende,
se ajusta, busca salidas o subterfugios, no cuestiona, asume, se apropia de una realidad que
no está pensada para su vida, sirve a otros intereses que suele desconocer. Una realidad
avasalla, confunde, encierra las opciones en el oficio de vivir, se socializa en las relaciones
humanas, en el modo de producción, en los valores, en la episteme regional que se globaliza,
en la objetividad y lo válido que define lo que existe y lo que es un absurdo. Dentro de la
realidad no hay salida, la imagen se hace carne, la palabra adquiere referente corporal,
delimita el mundo de significados que son usados para referirse a la experiencia que se tiene
en una cotidianidad que es una artificialidad que se toma como real; el pensamiento se

1
enquista, la reproducción de ideas son un estilo de pensar, sólo hay difusión, se carece de un
acto de creación intelectual. La realidad no cambia, se complica, se enreda, se hace una
hiperrealidad, lo virtual de un mundo y un ser humano que juega con las imágenes, lo que se
representa es lo que existe, lo que se construye en la mente como certeza de lo que debe
vivirse, lo que se dice tiene existencia, si no se habla se pierde, deja de existir. Imagen y
palabra son un marco referencial que establece lo cierto y lo falso, lo que tiene sentido y lo
carece de sentido, fuera de tal marco, habita un pseudoconocimiento y una irrealidad que es
un retroceso para el progreso humano.
La realidad y el cuerpo
El cuerpo es el espacio y el tiempo donde una realidad se hace materia. El cuerpo rebasa
su umbral biológico, la mente reconfigura el paisaje corporal, es otra realidad en el cuerpo,
una concreción y síntesis de un proceso social e histórico que emerge desde una
intersubjetividad o entramado de significaciones que dotan de sentido a la realidad. Los
sentidos son dirigidos por ideas, el mundo es lo inteligible que resulta ser lo que nos sucede
en la existencia, nos pensamos entrecruzados con una significación de lo corporal; el lenguaje
de la vida es discursivo, una narrativa cargada de retórica que decanta la información a la que
el individuo accede. La mente y su apego al sentido de realidad. La información se filtra, el
marco de referencia se reduce y se enquista, los sentidos se embelesan, sucumben ante el
placer y el deseo por acumular información, el cerebro se condiciona, reacción ante cada
nuevo movimiento de los estímulos externos, registra y envía una orden, no ha procesado la
información cuando ya está dirigido hacia otros estímulos. La memoria es una acumulación
de información que no se usa, sólo se posee, sirve para simular que se conoce.
La mente proyecta un espacio y tiempo lineal, los objetos sustituyen lo que está afuera y
adentro, son una mediación que tiene realidad propia, se palpa en las sensaciones de una
mente que consume imágenes, las produce en serie, se ha consolidado un modelo epistémico.
La vida tiene realidad en la medida en que se demuestra su sentido conceptual, cuando el
observador define las propiedades como reales según su marco de referencia que organiza y
dirige la búsqueda de evidencia. Todo se ordena en este marco. El problema surge cuando el
observador se da cuenta de que puede organizar la evidencia en diversos modelos, entonces,
desecha la evidencia o la acomoda a sus intenciones, asistimos a una ceguera epistémica a
voluntad. La información se homogeniza, se establecen los parámetros, se describen las

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regularidades que corresponden con el marco referencial, recolectar y demostrar lo que se ha
puesto de antemano en los sentidos, si el curso normal de los hechos se altera, se clasifica
como extraño o raro, incognoscible, es mejor no pensar ni hablar de ello; la verdad queda sin
valor epistémico, la pregunta cambia, qué es la vida se sustituye por cómo sé que algo está
vivo.
En principio, dinero y lenguaje constituye sistemas de comunicación e
intercambio con los que nos sentimos como en casa, son las formas privilegiadas
de tratar con otros hombres. Y son formas simbolizadas y simbolizantes de
considerar personas y objetos. La comodidad de la costumbre nos ha hecho
olvidar que comerciamos mayormente con símbolos y los manipulamos como si
fuera cosas naturales.1
La realidad es lo habitual, los objetos, las relaciones y las categorías que todos los días se
viven, no importa el escenario social ni el capital cultural, habitamos en una realidad que se
considera única, los márgenes son estrechos y superficiales, de ninguna manera son frágiles,
es un espejo robusto y firme, opaca la luz, bloquea el acceso a otro tipo de información. La
realidad el cuerpo no es diferente, habitamos el cuerpo desde una frontera que, siendo punto
de partida, acomoda y ordena lo que se vive. Habitamos desde un lugar, real o irreal, eso no
interesa, con tal de que todos compartamos el horizonte de la existencia que se abre ante
nuestro sentido de la realidad. El proceso de inventar realidades tiene una intención. Y tal
intención dista mucho de aquella noble causa que guía al ser humano para conocer. Resulta
rentable especular sobre la realidad más que contemplarla. La especulación nos lleva hacia
un mundo de la reflexión que se distancia de la vida, detenerse a pensar y dejar que la mente
elabore un mundo según su naturaleza.
El espacio de la especulación es inteligible. Es una realidad sin asidero, una visión desde
ningún lugar, un marco referencial sin cuerpo; la invención de lo cotidiano es una realidad
siempre se escapa de las manos, vertiginosa, con cimientos endebles, sin conclusión, no hay
completud, los procesos personales quedan pendientes, la vida no toma forma, se dispersa,
el desgaste y desperdicio de la energía es severo, por eso la vida se consume muy rápido,
“[…] la aceleración es la expresión de una ruptura del dique temporal […] Donde el tiempo
pierde todo ritmo, donde se precipita en lo abierto y vacío sin soporte ni dirección, desaparece

1
Gómez, A. El dinero y las palabras. Conexiones insospechadas, Prometeo, Buenos Aires, 2005, p. 72.

3
también todo tiempo justo y bueno”.2 La realidad carece de sentido, deja de servir de
interlocutor para encontrar una forma de vida digna, los vacío afectivos son su expresión, la
deshumanización de las relaciones humanas en estos tiempo de uso y abuso de sí mismo y
de los otros deforman la realidad personal, quién habita ese cuerpo que se mueve al ritmo de
la producción de bienes y servicios, y bajo los norma de pacto social y político; un
desconocido, su realidad está lejos, no se encuentra, perdido en las respuesta que una
sociedad le exige, el escenario de su vida se llena con satisfactores que le hacen confundir
entre lo que necesita y lo que desea para vivir. Esto alimenta una ilusión, pensar que la
realidad es independiente del individuo que la piensa, el discurso y las imágenes se instalan
en el cuerpo, objetivándose, la realidad es un producto que toma forma en el mundo, y dentro
de esta realidad, el individuo tiene que encontrarse.
Eso es difícil en una realidad que no ha sido pensada para vivir con dignidad. Las palabras
se encarnan en la lengua, los ojos y los oídos, son voces extrañas a la realidad corporal; la
mente aprende a pensar a través de categorías ajenas al cuerpo y la tierra, el pensamiento es
una colección de objetos que representa una realidad que el individuo no piensa, construye
sentires que son la evidencia de la realidad propia y compartida. Contrario a lo que se piensa,
la realidad no se sostiene en argumentos de una mente, ella tiene su asidero en la sensibilidad
del cuerpo, el marco referencial se hace carne y huesos al hundir sus raíces en el sentimiento
de lo sucede; la certeza es un sentimiento por tener algo seguro, por eso en la cabeza se es
crítico mientras que las acciones son las que definen el rumbo delimitado por la realidad; n
se desea soltar la certeza porque si se hace, la carencia afectiva-epistémica es profunda.
Los grandes constructores de sistemas han expresado e influido a la vez con sus
obras en las actitudes humanas frente al mundo […] —han afectado
profundamente a los conceptos y las categorías humanos, a la mirada con la que
los hombres ven o perciben y comprenden el mundo, a las lentes a través de las
que miran— pero no han realizado, como proclamaban, una tarea científica, no
han revelado nuevos hechos, aumentado nuestra cantidad de información,
desvelado acontecimientos insospechados.3

2
Han, Byung-Chul, Por favor, cierra los ojos. A la búsqueda de otro tiempo diferente, Herder, Barcelona, 2016,
p. 11
3
Berlín, I. El sentido de la realidad: sobre las ideas y su historia, Taurus, Madrid, 1998, p. 21

4
El individuo es la realidad que le han hecho sentir, se ha acostumbrado sin la elección de
hacerlo. Su mente siente seguridad al acomodar la realidad que especula, se ha
insensibilizado ante la información que produce su cuerpo y su entorno, sólo registra lo
inmediato, ignora otras formas de información; es una ignorancia funcional, accede a la
información necesaria para moverse en los tiempos y espacios sociales y de producción. La
realidad se amorfa, es compulsiva, tener se desata, poseer para sentirse seguro y darle forma
a una imagen social y personal que tiene existencia en la simulación de una realidad del buen
gusto y del buen vivir. La base de esta realidad es una epistemología estética. La retórica
sirve para ocultar este trasfondo ideológico, “[…] la palabra pronunciada busca que, lo que
al orador le parece justo, les parezca también justo a sus oyentes y, en este caso, eso justo no
es más que una apariencia que el orador supo mantener hasta que uno de sus actos injustos
se hizo público”.4 Los actos de esta epistemología son contundentes. Por donde lo veamos,
los resultados no han sido benéficos para la vida. La apariencia de esta realidad se elabora
tan sofisticadamente que el individuo se apega fisiológica y mentalmente, los símbolos y los
significados se entretejen con el sentimiento de lo que sucede; embelesar los oídos de quien
escucha, construirle la imagen en su cerebro, una imagen que lo haga buscar más sentires, de
tal manera que la realidad de la vida se deteriora sin menor atisbo de asombro e indignación.
La realidad es parecer. Un parecer socialmente pactado. El conocimiento no escapa a este
pacto social. Los grupos que legitiman una práctica de conocimiento obedecen sus deseos de
poder y reconocimiento, por eso un autor se renta para escribir las palabras que obnubilen la
consciencia de los individuos; construir realidades tiene este principio, por cualquier medio
se intenta mantener sólida una realidad que ha dejado de tener vigencia. ¿Qué la mantiene?
Sí los críticos de este tiempo son mordaces con sus palabras. Es ideológico. La imagen sigue
intacta. El cerebro retiene la imagen, si es expuesto constantemente hacia una imagen, se
condiciona, apropia la imagen como realidad. La realidad de un mundo humano que se pacta.
Puesto que nuestra sensación de la realidad depende por entero de la apariencia,
y, por lo tanto, de la existencia de una esfera pública en que las cosas surjan de

4
Álvarez, L. Una visión sofística del pacto social. Las palabras y las apariencias corno sostenes del acuerdo.
En Livov, G., y Spangenberg, P. (Eds.) La palabra y la ciudad. Retórica y política en la Grecia Antigua, La
Bestia Equilátera, Buenos Aires, 2012, p. 270.

5
la oscura y cobijada existencia, incluso el crepúsculo que domina nuestras vidas
privadas e íntimas deriva de la luz mucho más dura de la esfera pública.5
Es una realidad que tiene un sentido social compartido, el argumento señala que la esfera
pública define la vida personal e íntima, un mundo social de mutuo acuerdo que regula la
vida privada. Lo público es el mundo de los objetos producidos por el hombre, tiene una
intención, asegurar un buen vivir que se define por la apariencia social. La buena vida es
mera apariencia. Salvar la imagen social, cuidar el prestigio entre los hombres; algo se mueve
detrás de las palabras, el deseo de un mundo que narra una historia que busca borrar la
memoria de los otros. Inventar la vida buena, hacer que la imagen se solidifique a través de
un discurso hegemónico, aspirar a mejorar, avanzar y rechazar las raíces; lo público y lo
privado es una prolongación, la realidad pública sigue en el cuerpo, en lo íntimo el individuo
busca un subterfugio para soportar la realidad social, la vida buena, que no justa, lo lleva a
un sufrimiento mental, es una realidad compartida que todos conocen. Asentar la realidad
sobre la base de una vida buena trae consigo una doble moral, el mundo del mercado laboral
que asegura el éxito y la felicidad no alcanza para darle sentido a la vida en la jubilación; el
individuo labora toda su vida pensando en descansar, esa es la imagen, la comodidad con un
cuerpo que se ha defendido del abuso y explotación de su naturaleza.
La vida buena es una irrealidad que se hace real en el cuerpo. La intención de globalizar
una realidad busca la ganancia y acumulación de los recursos, el capital, las tierras, los
sujetos, los placeres y los sentimientos. En una historia que ha derramado sangre es un
cinismo señalar que el problema de la desigualdad son los pobres. Todo se pone en marcha
para subsistir en esta realidad que han inoculado en el cuerpo. Una vida se deteriora y
desgasta, se vive siguiendo lo que indica el marco referencial, la vida es el apego de un cuerpo
que ha sido entrenado para descansar, estar cómodo y apegarse a sensaciones y placeres
mundanos mientras invierte su vida en los espacios sociales de producción, el anhelo es que
llegue el destiempo de la productividad, recuperar la energía invertida en el consumo, sigue
siendo una realidad informada que no alcanza para pensar y actuar por otra realidad en el
cuerpo.
Los individuos son convocados a ser responsables de su destino, de su
sobrevivencia y de su seguridad, a ser gestores individuales de sus trayectorias

5
Arendt, H. La condición humana, Paidós, Buenos Aires, 2009, p. 60.

6
sociales sin dependencias ni proyectos predeterminados. Sin embargo, esta
responsabilización ocurre al mismo tiempo que la eliminación de las condiciones
que podrían transformarla en energía de realización personal. El individuo es
llamado a ser el amo y señor de su destino cuando todo parece estar fuera de su
control […] Esta responsabilidad individual por la trayectoria social constituye
una culpa por un pasado que verdaderamente sólo existe a la luz de un presente
sobre el cual el individuo no tiene control alguno. La soledad que de aquí resulta
hace que el interés individual, cualquiera que éste sea, no parezca susceptible de
poderse congregar y organizar en la sociedad capitalista, ni de poder ser
reivindicado según las vías políticas y organizacionales propias de este tipo de
sociedad.6
El individuo habita en dos realidades. Una realidad pensada para hacerle creer que es libre
para obtener lo que desea, emplea sus recursos corporales para satisfacerlos; la otra realidad
es de perdida de la esperanza, por más que lo intente, no alcanza lo que necesita, una vida
llena de carencias deteriora su sensibilidad. Vivir no es un arte, se hace un pesar en la vida,
tiene que decidir su existencia. La energía alcanza para rendir en su actividad laboral y
perderse en un mundo de deseos mundanos que no se acaban. Los deseos son otra realidad
en el cuerpo, éstos no se corresponden con lo que el individuo necesita para vivir, este es un
problema bastante serio, aprender a vivir con lo que se necesita y no con lo que se desea es
algo complicado; la mente está confusa, quiere satisfacer sus deseos. Comer nos da un
indicador, la lengua es seducida, la apariencia es atractiva, visión y gusto le dan sentido a una
estética de los alimentos que no nutre, la intención es satisfacer un deseo. Es un acto sin
consciencia, el individuo desconoce lo que se lleva a la boca, al tiempo el abuso de este deseo
que le hace comer cierto alimento le deteriora un órgano y le exalta una emoción; el placer
lo consume y no al revés, resulta difícil abandonarlo, se tiene que mover, esto demuestra que
no es tan libre como pensaba. Si el individuo no regula y se libera de un sabor y una
apariencia, que le espera cuando tenga consciencia del marco de referencia, de su
epistemología que justifica su vida pública y privada. No quiere renunciar, su mundo se
sostiene en una realidad que pende de un hilo, despertar y descubrir que se ha vivido en la

6
De Sousa Santos, B. La caída del Angelus Novus: ensayos para una nueva teoría social y una nueva práctica
política, Antropos, Bogotá, 2003, p. 144.

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ilusión hace años es un mal sabor. La realidad de poseer objetos y personas se desvanece
detrás de lo efímero, esto desata la ambición y el poder por tener algo que permanezca y que
reafirme la existencia, esto es lo real de una realidad social que consume cuerpos humanos.
El proceso de construir realidades es sofisticado, el trabajo se hace desde diversos frentes,
la ciencia, la tecnología, el modo de producción, el arte, la ética y la política, un proceso de
colonialismo que cimientan las imágenes y palabras día tras día, la invención de lo cotidiano
es un proyecto cultural que se pone en marcha silenciosamente; establecer los criterios de
verdad, los valores ético y morales, y los indicadores del arte y del buen gusto por medio de
la educación y los medio de comunicación e información. Este proceso de colonización es
mental, el cuerpo sirve de recurso. La realidad del cuerpo construye un sentir que cimienta
un mundo de sensaciones y pensamientos que organiza la información dentro del marco de
referencia, se deja de construir experiencias; el individuo está preso dentro de un sentir de la
realidad que reconfigura la experiencia, toda información pasa por este tamiz.
Los argumentos son inútiles frente al problema epistemológico de la realidad cuyo
cimiento es un sentir del cuerpo. La palabra busca despertar un sentir en el individuo, un
sentimiento que ancla las imágenes y los significados en la realidad personal y social,
asistimos a una política de las emociones que está pensada para someter la mente, sabedores
de que ella se pierde entre los deseos y los afectos. Es impensable dudar de la realidad que
se registra en el cuerpo, los objetos se concretan en la realidad corporal, son medios para
dirigir la información que se quiere implantar en las mentes de los individuos. La imagen
adquiere realidad porque se siente, un imaginario cognitivo que in-forma una nueva realidad,
los objetos de la mente se materializan, las ideas encarnan, el individuo invierte energía para
producir la realidad externa de los objetos. Lo artificial es producto de la mente, nace la otra
naturaleza, un mudo humano regulado por los 108 deseos.
El engaño de la modernidad se descubre, la realidad no se asienta en la razón, los acuerdos
intersubjetivos descansan en la emoción. Las emociones no son tan irracionales como nos
hicieron pensar, son un medio para transmitir y reproducir una realidad que colonice las
mentes y los cuerpos. Al final, el apego resulta un criterio para conocer. Una estética da forma
al cuerpo de la realidad. La mente se apega a la fisiología de un sentir, vivir es la sensación
de un mundo que seduce los sentidos y la mente; los afectos tienen su lugar en esta realidad,
resulta rentable dejar que el individuo busque hacia afuera lo que ha abandonado en su

8
interior, la sensación se despierta, el hambre de sentir se desata, afuera se producen objetos
que seducen, consumir sensaciones y pensamientos, dispersan la mente y la hacen adicta a lo
sentido. El presente es lo inmediato para el individuo, sentir y ordenar lo sentido, buscar las
sensaciones de placer o de riesgo para silenciar el vacío en su interior; paradójicamente, la
exposición a un mundo sensual-cognitivo tiene una consecuencia lamentable, la
insensibilidad del cuerpo, la perdida de la sensibilidad conlleva una estética de muerte. Un
cuerpo bello ha perdido su naturaleza, la estética es artificial, la tecnología busca optimizar
funciones corporales, seleccionar información para perfeccionar el diseño biológico y
producir en serie un cuerpo humano desnaturalizado. El cuerpo y la mente se hacen
insensibles, los umbrales del dolor se rebasan, el resultado es el sufrimiento mental y el
abandono corporal que cierran las opciones para construir experiencias en el cuerpo que nos
humanicen.
La estética de muerte reconfigura la experiencia corporal, los objetos son obtusos, sin
profundidad, una realidad que desinforma, el individuo aprecia la realidad sin darse cuenta
del desplazamiento epistémico, lo han desubicado, asume un marco de referencia ajeno y
distante; lo que era natural se hace extraño, indiferente, una hiperrealidad que codifica a
través de un lenguaje que no entiende mientras aprende a pensar con categorías ajenas de su
tradición y memoria. Por eso no encuentra respuesta ante una realidad que lo excluye, la
realidad del no-lugar, habitar en ningún lugar como premisa para dejarlo sin asidero,
arrancarle la vida de raíz, sin sentido de arraigo, de grupo, de sociedad. La realidad como
recurso para imponer una visión de mundo y un sitio dentro de ese mundo. Aceptar una
historia y una memoria, validar un conjunto de conocimientos, prácticas, y acciones,
apropiarse de ciertas actitudes, valores y gustos, y redefinir la manera de relacionarse con
otros. Una estética decanta las formas y los límites del individuo, lo in-forma,7 insertándolo
dentro de la imagen, o más bien, haciéndole creer que está dentro de la imagen. Ignora que
está ahí sólo para especular, pensar en la tragedia o la desgracia de un mundo.
El reconocimiento y la ponderación del punto de vista del sujeto irrumpen en el
mundo griego con consecuencias en el campo del arte y la política. Los pintores

7
La in-formación es una propiedad del universo producto del proceso de transformación de la energía y materia,
la raíz y la memoria del universo o vacío de energía que persiste e in-forma a todas las cosas. Para una revisión
de esta categoría, consúltese a Laszlao, I. El universo in-formado. Una teoría integral del todo, Ediciones
Nowtilus, Madrid, 2007.

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dejan de dibujar un pie de frente y comienzan a hacerlo de perfil buscando
responder al ángulo de visión del espectador y así, representando las cosas tal
como aparecen, descubren el escorzo. El Partenón no respeta rigurosamente las
líneas horizontales y verticales, por el contrario, depende, desde su diseño, de
una cierta deformación calculada, pues el edificio se construye para el hombre
que lo mira. Las tragedias y las comedias se escriben y presentan teniendo en
cuenta la visión y la escucha del espectador ubicado en los asientos del teatro.8
La naturalización de la realidad construye simples espectadores, seguidores de un discurso,
lo defiende, lo socializan, dan su vida por mantenerlo vivo; se crean historias, los buenos y
los malos, los ricos y los pobres, los intelectuales y los ignorantes, los que progresa y los que
impiden el progreso; una tragedia y un drama, la realidad del individuo se desvive desde un
trasfondo irreal que se vive real. La realidad es una ilusión, un engaño epistémico, una
estrategia discursiva que se injerta en los abandonos afectivos de un individuo que vive de
anhelos por una vida mejor. La mente construye sus carencias y sus placebos ante una
realidad que responde desde un lenguaje desconocido. El individuo necesita descifrar el
mensaje, el problema es que la codificación está distorsionada, busca una vida mejor
partiendo desde la ausencia del referente de una vida mejor, lo busca en sus seres queridos,
en sus conocidos, en el grupo social y en la sociedad en la que nace y vive, sin hallarlo, la
felicidad es la invención humana más deshumana de este mundo. La pregunta es obvia,
¿cómo puede anhelar aquello que no tiene en su memoria?, ¿cómo se acostumbró y acomodó
a esta realidad? La respuesta está en una pedagogía epistémica que in-forma seres humanos
y grupos.
Al llevar a cabo tipos semejantes de cosas y acciones una y otra vez bajo
circunstancias similares, similares incluso en su mutabilidad, ciertos patrones,
movimientos, ritmos, hábitos, actitudes, experiencias y conocimientos emergen.
Esas experiencias se transmiten a la siguiente generación y se convierten en la
base hereditaria para las acciones ulteriores de un pueblo sobre la naturaleza o
sobre sí mismos. Hay una acumulación gradual de valores que con el tiempo se
convierten en verdades casi obvias, y que gobiernan sus nociones de qué es

8
Álvarez, L. Una visión sofística del pacto social. Las palabras y las apariencias corno sostenes del acuerdo.
En Livov, G., y Spangenberg, P. (Eds.) La palabra y la ciudad. Retórica y política en la Grecia Antigua, op.
cit., pp. 272-273.

10
correcto o incorrecto, bueno o malo, feo o hermoso, valiente o cobarde, generoso
o mezquino en sus relaciones internas y externas. Con el tiempo esto se convierte
en una forma de vida, que puede distinguirse de otras.9
La realidad es una construcción simbólica, cada cultura o forma de vida es la síntesis y
expresión de una manera de entender lo que se vive en la Tierra, el conocimiento descansa
sobre la relación que se tiene con la vida. ¿Qué se tiene a la mano y en la cabeza para construir
una realidad dentro de una geografía?, ¿establecer un imperio cognitivo, redefiniendo lo
justo, lo bello, la verdad? La respuesta la encontramos en los deseos que se despiertan en una
cultura. El deseo es un producto de la mente, un mundo regulado por los deseos carece de
serenidad y prudencia, la verdad necesita certeza, comprobar y demostrar lo que se está
pensando y sintiendo; las palabras pierden referencia, son un juego de lenguaje, una
definición circular que enredado los significados, dejan de ser un vehículo, se hacen objetos
de la mente que definen mundos. La retórica del imperio se echa a andar, reconfigurar la
experiencia, inventar otra realidad, superpuesta sobre los cimientos de los individuos y los
grupos, borrar la memoria y la raíz de la tribu-tierra. Sin memoria, los recursos cognitivos
para protegerse de este epistemicidio son nulos, la realidad se asume como real, reubicando
la posición dentro de dicha realidad a través de encarnar valores éticos y estéticos que son
“[…] el conjunto de lentes espirituales a través de las cuales un pueblo llega a verse a sí
mismo y su lugar en el universo”.10 La discusión epistémica da un giro, establecer los criterios
de certeza y la validez de los juicios sobre el estado de cosas son una tenue hebra del
entramado que teje realidades en las mentes de los que son reubicados como otros.
La discusión epistémica no abandona sus deseos de posesión, los deseos se mueven a
través de la palabra, la intención es tácita, reconfigurar la experiencia en la mente, haciendo
del cuerpo el recurso para construir realidades; la mente y su apego fisiológico son la puerta
que cierra el acceso a otro tipo de información; la discusión epistémica deja intacta la estética
que suscita la pereza y la comodidad del cuerpo, la falta de voluntad en el individuo, el ayuno
de pensamiento en la mente, la negligencia en el corazón, y la indecisión en la acción; la
mente se acomoda a sus deseos, el individuo no desea dejar lo que es suyo, conocimiento,
poder, reconocimiento, vanidad, riqueza, placer, su individualismo salvaje es sofisticado,

9
Thiong'o, N. Descolonizar la mente. La política lingüística de la literatura africana, Debolsillo, España,
2015, p. 58.
10
Ibidem, p. 59.

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insensible ante su verdad corporal, los órganos inflamados, las emociones exaltadas, la
tristeza del pensamiento, las noches sin descanso. Cuidando lo poco que tiene pensando que
es mucho, siempre alerta, celoso y ensimismado, compitiendo, buscando ser mejor que los
otros, justificando los medio con tal de alcanzar su fin, sin congruencia entre lo que piensa,
dice y hace.
La realidad es un proceso más complejo. Una disputa por establecer un marco de referencia
que domine y legitime un conocimiento, la actitud es de defender las ideas, aferrarse a ellas,
dejar que sean una moneda de intercambio para el pensamiento, que se acuñen y sea las ideas
quien regule el mercado del pensamiento. La realidad se hace un discurso que delimita el
campo de una vida que no sabe qué hacer con lo que siente en su interior, sólo responde, a
qué no se sabe, tiene que hacerlo, para seguir los tiempos de un mundo social lleno de
ilusiones y anhelos. El individuo se vive entre ideas que son una realidad que se esfuma,
pierde contacto con la vida, un ir y venir incesante, sin tiempo ni espacios para construir otras
maneras de sentir, pensar y hacer en lo cotidiano; la realidad atrapa, la pregunta continua
cada día de la existencia, quiénes somos en esta realidad; la pregunta está equivocada,
preguntar correctamente es el camino para construir la respuesta correcta; la esencia, el ser,
el devenir son categorías especulativas, la vida no se especula. La pregunta tiene que darnos
un rumbo, preguntar con la cabeza en el cielo azul y los pies en la tierra. La mente quieta y
el corazón puro.
La realidad que habita en la mente seduce, dos realidades en un cuerpo, sentir se hace
compulsión, un sensualismo cognitivo, escuchar para estar seguro, ver para tener certeza,
saborear para comer delicioso, perfumarse para disfrazar los olores, tocar sin tener tacto; la
mente se engaña con sus propios deseos, el cuerpo se abandona, la realidad se hace algo ajeno
a lo que vive, es una idea que habita en la cabeza, amorfa e imbricada. La realidad desata una
compulsión por la comodidad y la certeza, la mente se inquieta y busca asegurar la
artificialidad que ha construido; una mente seducida por sus propios deseos busca poseer,
tener y tener más, acumular y cuidar celosamente, es el rostro del consumo, de la
especulación de los mercados, de la propiedad privada, de los intelectuales orgánicos. En una
realidad que engaña, seduce y desata los deseos, la mente confunde el objeto con la vida,
sustituye la vida con los objetos, elabora finamente un pensamiento que da sentido al día con
día, al final, la vida queda escondida debajo y detrás de una búsqueda por evidenciar con los

12
objetos de la mente lo que se está viviendo sin que se corresponda con la vida. La vida es
irreal ante esta realidad.
La vida y el cuerpo
La vida es un movimiento de energía, información y materia. Energía y movimiento son una
unidad y completud.11 La energía produce energía, información y materia; la información in-
forma la energía y la materia; la materia intercambia información y energía. La materia es el
aspecto visible de la energía, la información el aspecto invisible de la energía; la energía
sigue este proceso de formación, abriendo y cerrando una unidad y completud, al reunir y
dispersar la energía, y al dejar salir y entrar la energía. Movimiento y vida, lo que se mueve
cambia, transforma la energía, la información y la materia, hace y rehace las relaciones en la
trama de la vida; abre o cierra información, concentra la energía y la expande hacia dentro y
hacia afuera, y modifica los patrones de organización de lo vivo. Vivir es encontrar el camino
para sanar y nutrir la vida, in-formarse desde y con la trama de la vida; la información se
produce por el movimiento energético que encarna en una materia, la energía abre el espacio
y el tiempo, produciendo relaciones y vibraciones, paquetes de energía, ondas y partículas
que se organizan alrededor de un núcleo o centro vacío, forman una unidad y completud, y
extiende un campo alrededor suyo que sirve como membrana que permea la energía y la
información, emerge adentro-afuera. En el interior del campo energético, la energía adquiere
una organización y complejidad, establece relaciones y actividades que producen
componentes y propiedades, configurando un patrón de movimiento.
[…] hunyuan quiere decir la totalidad natural de una cosa que es en realidad la
esencia de su ser. Todos en el universo existe en un estado de completud […] El
pensamiento lógico puede entender el hunyuan como completud formada por el
hunhua de dos o más sustancias. Hunhua quiere decir fusiones y transformar.
Nada de lo que existe en el universo es puramente individual ya que todo está

11
[…] una completud se refiere al estado especial de transformación que resulta de la mezcla de la estructura y
la función de un objeto. Es esta mezcla de completud y su esencia característica lo que puede ser percibido
directamente por un estado avanzado de consciencia o lo que se conoce como “habilidad especial”. Ming, P.
La teoría de la completud Hunyuan. El fundamento de la ciencia del qigong, Aroha, México, 2019, p. 24. La
completud es una categoría que expresa el proceso de una consciencia que se integra en unidad con la energía,
la información y la materia.

13
formado a través de este proceso de al menos dos cosas fusionándose y
transformándose.12
El movimiento de la energía se diversifica en dimensiones, de lo invisible a lo visible, de
lo indiferenciado a lo diferenciado, de lo simple a lo complejo, de lo sutil a lo concreto,
durante este proceso de transformación, la unidad continúa; la vida es una trama viviente que
vincula la unidad y diversidad de lo vivo; hay una raíz en todo lo vivo, esta raíz nos nutre,
nos arraiga; la vida tiene una raíz y una memoria, las respuestas a nuestras vidas están ahí,
regresar a las raíces, cuerpo-tribu-tierra, Cuerpo-Tierra, y Cuerpo-Universo. La vida es un
todo interrelacionado de movimientos y energías que se hacen complejos, la energía sigue
moviéndose, al moverse produce información que in-forma la diversidad de lo vivo, los
movimientos respetan los principios de vida a través de la trama de la vida que se entreteje
en el universo. La energía y la información se materializan, confluyen en centros de energía
que adquieren un movimiento singular, son cuerpos-materias que producen su movimiento,
intercambiando materia, información y energía con su alrededor; la energía se abre y se
cierra, se reúne y se expande, sale y entra desde un campo energético que le da identidad a la
organización y relaciones de lo vivo, conforme avanza el movimiento de energía, cada
cuerpo-materia se in-forma e informa.
El cuerpo-materia tiene la información de la vida, es una memoria que regula los proceso
en su interior, su vínculo con la trama de la vida, y su individualidad, la energía tiene que
construir un proceso de vida que le haga alcanzar su unidad y completud. Vivir es moverse,
continuar con la transformación de la energía, hacerla que sea sutil y compleja, rehaciéndose
en cada movimiento, trazando una ruta de movimiento energético que sea las huellas para los
procesos de vida que nacerán. La energía tiene un tiempo y espacio para transformase, un
plano corporal-material que sirve de vehículo para acceder a la información de la vida, ir y
venir por el campo in-formado, reconociendo la información que sirva para vivir. La vida ha
producido información a través de los diversos procesos de unidad y completud energéticas
de su trama viviente. Cada vida que brota desde este campo de energía e información que
pone en movimiento un proceso de vida único e irrepetible, la totalidad y la diversidad
viviente son uno y un distinto movimiento. La vida es una interdependencia e interrelación,

12
Ibidem, p. 29

14
un nosotros viviente en donde cada proceso vivo aporta información que sirve para la vida,
vivir es una enseñanza para los otros seres vivos con quienes compartimos la vida.
Toda materia y su campo de hunyuan qi son una completud. A esto se le llama
hunyuan ti. Montañas, ríos, mares, flores, pasto, árboles, animales, y humanos
somos todos y cada uno un hunyuan ti. Distintos hunyuan ti pueden interactuar
unos con otros y fusionarse y transformarse para formar un hunyuan ti más o
menos avanzado. Esto quiere decir que pueden ya sea evolucionar a formas de
vida más complejas o descomponerse en formas de vida más sencillas.13
La energía se dispersa, in-formando un campo que condensa la energía, se forma la
materia, la información se expande en cierta complejidad y expresión-encarnación, los
procesos vivientes se organizan para definir y regular el intercambio y transformación de
energía, información y materia dentro del campo; emergen los seres vivos, su vida tiene
sentido dentro del campo energético a través de un patrón de movimiento compartido por
cada habitante. La tierra14 y los seres vivos, en una interconexión e intercambio, son los
responsables de desplegar y fortalecer el campo de energía que les da sustento. Cada proceso
viviente y cada ser vivo tiene que hacer lo que les corresponde para continuar viviendo en
unidad y completud; vivir es construir redes vivientes, compartir y cooperar para que la vida
siga en movimiento, abriendo y cerrando procesos energéticos, reuniendo y dispersando
energía e información. El campo de energía y el cuerpo-materia son una unidad y completud
indispensable para asegurar la fusión y transformación de energía y la construcción de redes
que va in-formando la diversidad de lo vivo en su interior.
Toda materia tiene hunyuan qi dentro y alrededor de ella. A la capa de qi invisible
que rodea a la materia se le denomina campo de qi (qui chang). […] La
composición de la materia junto con los cambios en sus propiedades alterará el
campo de qi circundante que impregna su estructura. Cando el campo de qi sufre
alteraciones en un grado crítico, se puede condensar en la materia
correspondiente.15
Cuerpos y tierra interactúan, vivir tiene una implicación para la red de seres vivos y el
campo energético, ninguna acción está suelta, las consecuencias de una acción siempre

13
Ibid., p. 30.
14
La tierra refiere el lugar viviente que es casa de todos los seres vivos que habitan dentro del campo energético.
15
Ibid., p. 30

15
emergen dentro del campo, vivir es un acto ético. La vida abandona el terreno de la
especulación, la verdad de un conocimiento pierde valor si está justificada en sus hallazgos
e interpretación de la realidad que oculta las intenciones y las actitudes epistémicas del
individuo son incongruentes con la vida. Conocer es hacer redes, interrelacionarse e
intercambiar, la verdad se alcanza al vivir o encontrar las conexiones que se entretejen en la
trama de la vida, construir vínculos con la diversidad y la unidad de lo vivo, abrir el campo
de información y de energía, haciendo del cuerpo un vehículo epistémico. La información y
su conocimiento necesita de un proceso corporal, un acto cognitivo viviente que rebasa los
umbrales del pensamiento especulativo; vivir es conocer, conocer es vivir; una cognición
viviente que emerge de una práctica de vida, vivir exige una práctica corporal profunda para
vincularnos con la vida, aprender a mover la información y la energía en el cuerpo, un
conocimiento en unidad y completud de mente y corazón.
Cuando un objeto con materia, energía e información es percibido por los
órganos sensoriales humanos, la información integrada forma una imagen del
objeto en yiyuanti. Esta imagen es la impresión hecha por la energía y la
información del objeto, mientras su materia permanece oculta o latente. La
imagen sigue siendo continuamente procesada en el cerebro hasta que se abstrae
como una concepción. Para entonces, la energía del objeto también está oculta y
solo su información permanece. La consciencia es realmente la actividad de esta
información en el cerebro humano. La consciencia es una sustancia con
información en su estado explícito de existencia.16
Al vivir producimos información, esta información nos alumbra la vida, emergen procesos,
cualidades, relaciones, un paisaje viviente de seres que habitan la tierra en la que nacemos y
vivimos; la mente produce objetos, en éstos se integran la energía y la información de lo que
sucede adentro y afuera, los objetos son el vehículo para mover e intercambiar la energía y
la información, sin objetos no hay consciencia de la vida. El problema epistémico cambia de
dirección, el individuo ignora que la realidad que vive es un producto de su mente, desde esta
ignorancia mueve la energía y la información, por eso construye realidades que tienen
existencia en su vida personal, social y ecológica. El individuo usa los objetos para conseguir
lo que desea. El uso de la mente es un punto vital para la construcción de conocimiento, con

16
Ibid., p. 131.

16
una mente seducida por sus deseos es difícil que se logre un entendimiento profundo
y complejo de la vida, los objetos de la mente sustituirán la energía y la materia,
obteniendo información sesgada e incompleta; el conocimiento será instrumental y
pragmático, inmediatista, movido por la obtención de recursos y riqueza económica y
prestigio social, abusando de las necesidades y búsqueda de bienestar de los individuos,
grupos y sociedades. La verdad tiene un criterio ético. La vida de un ser humano carece de
sentido si no logra unidad y completud con la vida, el individuo se pierde y su conocimiento
será usado para fines injustos; el abuso y engaño está en la mente del individuo, en su falta
de trabajo corporal, conocer exige un trabajo profundo con el cuerpo, calmar la mente. El
individuo alcanza su humanización en el momento en que se vincula con la energía y la
información de la vida, el conocimiento se construye sin ambición ni seducción, la verdad
no necesita certeza, está en el cuerpo y su movimiento de unidad y completud con la Tierra
y el Universo. Esa es la verdad de un ser humano, la profundidad y complejidad que se
construye al intercambiar y transformar la energía e información en el cuerpo.
La pregunta es para qué se desea el conocimiento. Es una cuestión ética. Sin una vida ética,
la consciencia del ser humano sigue dormida, el alcance de su conocimiento es limitado, sólo
aprecia lo que registra con la mente en un estado básico, el marco de referencia es estrecho
y ramplón; el conocimiento se usa para sobrevivir, lo inmediato, lo que haga sentir placer,
satisfacer deseos banales. Este nivel de acceso a la información es parco para construir una
vida digna, la consciencia sobre los procesos de vida se empobrece, resulta complicado
distinguir el camino justo para vivir; [...] los seres humanos no han alcanzado un nivel óptimo
de crecimiento a nivel social, personal, individual. Por eso, la propuesta de una consciencia
que puede facilitar la construcción de las maneras de existir suena tentadora”. 17
Por lo
mismo, se necesita preparar y entrenar al cuerpo y al individuo, que formen una unidad y
completud que construya experiencias que sean profundas y complejas en el oficio de vivir;
el entrenamiento corporal inicia con una relación sana entre cuerpo e individuo, siguen las
relaciones humanas, después las relaciones con la tribu y los ancestros, y por último, el
vínculo con los seres vivos, con la Tierra y con el Universo. La epistemología tiene que
respetar el principio de relación en la vida, un conocimiento que esté distanciado de tal
principio es incorrecto, el problema epistemológico surge justo en la ruptura de la relación

17
López, S. El cáncer y los ocho versos del Dr. Pang Ming, Ediciones Jaguey, México, 2021, p. 24.

17
entre mente y cuerpo; la mente se desubica, pierde contacto con el cuerpo, la mano no piensa,
el ojo no distingue apariencias, el oído no escucha; la mente divaga entre ideas, se dirige
hacia fuera, busca las respuestas, vive buscando solución a sus especulaciones; la mente se
perdió al alejarse de su realidad corporal. El cuerpo se abandona, se le somete y explota para
satisfacer los placeres, se le maltrata y abusa para obtener lo que sea, dinero, diversión,
riesgo, sabor, afecto, conocimiento, poder. Con un abandono corporal y una mente inquieta,
la verdad es irreconocible, por más que se tenga en frente, se duda y se desacredita; se piensa
que la vida tiene algo oculto y misterioso por no está a la altura de los deseos de una mente
seducida por su propia realidad. La mente y su dilema epistémico nos lleva hacia el encuentro
con otras epistemologías que están arraigadas en prácticas corporales para aquietar la mente
y se forme la unidad y completud con el cuerpo. La pérdida de esta unidad y completud nos
da una mente insensible, dominada por una razón instrumental que usa el conocimiento para
someter la vida, tal conocimiento carece de corazón.
Corazonar busca reintegrar la dimensión de totalidad de la condición humana,
pues nuestra humanidad descansa tanto en las dimensiones de afectividad, como
de razón. En el Corazonar no hay centro, por el contrario, lo que busca es
descentrar, desplazar, fracturar el centro hegemónico de la razón; el Corazonar
lo que hace es poner primero algo que el poder siempre negó, el corazón, y dar a
la razón afectividad; Corazon-ar, de ahí que el corazón no excluye, no invisibiliza
la razón, sino que por el contrario, el Co-Razonar le nutre de afectividad, a fin de
que decolonice el carácter perverso, conquistador y colonial que históricamente
ha tenido.18
El conocimiento tiene que enseñarnos a vivir. Respetar la vida y la diversidad de lo vivo,
asegurar una vida con bienestar para cada individuo y grupo, aceptando las diversas formas
de vida y de conocer, de organización política y social, y modos de producción, aprender a
convivir y compartir. La mente siente, la consciencia emerge del cuerpo como proceso
corporal que alumbra el mundo, la existencia se abre desde un sentir del mundo, un
sentimiento que se construye en el cuerpo a partir del vínculo que se tiene con la vida. La
experiencia es la expresión y concreción de este sentimiento de lo vivo, la energía e

18
Guerrero, P. Corazonar desde las sabidurías insurgentes el sentido de las epistemologías dominantes, para
construir sentidos otros de existencia. En Sophia. Colección de Filosofía de la Educación, 8, 2010, p. 115.

18
información que se mueve en el cuerpo se registra como un sentir del mundo viviente; “no
se puede ver, pero sí se puede sentir y, más aún, manifestar en la materialidad de los
objetos”.19 El cuerpo humano es un vehículo para conocer y mover la energía a voluntad, el
trabajo consiste fusionar mente, corazón y cuerpo en unidad y completud; la mente y su
pensar construye objetos y categorías que sirven para procesar la información, el corazón y
su sentir registra la energía, y el cuerpo mueve la energía a través de las acciones y prácticas
corporales. Pensar, sentir-actuar son un movimiento de energía, información y materia que
in-forma sobre el proceso de transformación de la vida.
Por eso, una epistemología de la afectividad nos recuerda que la realidad es sensible, un
ser vivo que siente, conocer desde la razón nos hace vivir a medias en un mundo
desencarnada y sin espíritu, por esa la actitud epistémica del norte desconoce lo venerable y
lo valioso, su deseo de poder y posesión carece de límite, arrasa con el conocimiento regional
y la tradición. La imagen de una realidad inerte, habitada por una colección de objetos cuyo
sentido es la funcionalidad, un artefacto sin vida que necesita un principio de vida externo
para moverse; la tierra tiene utilidad, un valor de uso que se estima en el momento en que se
asoman los intereses humanos, una naturaleza sin derechos sobre su vida, donde los dilemas
éticos no aportan un marco de prudencia sobre las decisiones que se toman al saquear los
recursos naturales, ni el cuidado de los paisajes naturales tiene relevancia, son salvajes y
grotescos, a diferencia de los jardines que son limpios y perfectos. Desde otra perspectiva, la
epistemología del norte alimenta un sentir, la carencia está en el ojo que observa, una mirada
mutilada que desfigura la imagen de la vida, dándonos un paisaje animado, un mundo de las
ideas que perdura, esencias incorpóreas que se busca mantener puras y sin defectos. Un sentir
moral como base del conocimiento.
[…] este factor es muy importante, porque se ha convertido en un mecanismo
que puede establecer un equilibrio al interior del cuerpo y por eso no es factible
que un sujeto pueda romper fácilmente con la moral que le regula los procesos
emocionales y su principio de odiar o amar al otro, en esa lógica, estos aspectos
juegan un papel importante para poder hacer que un cuerpo sea movido en su
interior […]20

19
López, S. El cáncer y los ocho versos del Dr. Pang Ming, op., cit., p. 24.
20
López, S. El cuerpo humano y sus vericuetos, Porrúa, México, 2007, p. 123.

19
La actitud epistémica es moral. La idea de la pureza y la pureza de las ideas, son un
elemento para colonizar mentes, implantar la categoría de lo feo y lo sucio, instituye la
vergüenza colectiva, hacer que el individuo pierda su dignidad y se sienta humillado; un
sentimiento de minusvalía que se materializa en el cuerpo, en la producción de conocimiento,
y en la preservación de la tradición. El marco de referencia despliega un sentimiento estético
y moral que impone imágenes y palabras, lo bueno y lo puro socavan la mente, hacen que el
individuo desee ser otro en su cuerpo. Hacer del cuerpo un recurso para construir una
conciencia moral que no deje ser libre al individuo, que le haga sentir culpa al cuestionar los
valores estéticos de un tiempo, que le hagan sentirse sin voluntad al descubrir el engaño y el
abuso de un conocimiento que se permea en los objetos y las relaciones que tiene a su
alrededor. La moral epistémica es un mecanismo que impide pensar desde otro marco de
referencia, bajo la proyección de su pureza de ideas se refleja el rostro salvaje de los actos de
lesa humanidad que han empobrecido y destrozado seres vivos y cuerpos humanos; ¿no es
un acto de fealdad despojar de sus tierras y de sus saberes a los individuos y grupos
humanos?, ¿no es sucio trastocar la memoria y recrear un pasado que pesa en el cuerpo?
El individuo desea liberarse del sufrimiento que marca su existencia, se aferra a un camino
de no crecimiento y un poco de esfuerzo, busca consuelo, vive a la espera de un acto
milagroso que lo salve, o deja todo en manos de otros. En un cuerpo diezmado por la imagen
de lo puro y bueno, cuesta trabajo pensar, despertar un pensar histórico exige evidenciar que
la historia de dolor no se borra con actos de caridad, es absurdo y perverso lamentarse por la
pobreza desde una ciudad que está tallada de sangre. Al final la ambición de poder sigue
siendo el leitmotiv de la epistemología moral que no venera la vida. Por eso urge corazonar
el conocimiento, una propuesta necesaria que rebase el anhelo por hacer que se escuche la
voz de los olvidados. Claro que es justo, alzar la voz y afirmar la propia existencia en el
mundo globalizado, sólo que no desde la resistencia, a pesar de los años de dolor y opresión,
si se continua desde la lucha, el sufrimiento se extenderá por generaciones. Las palabras y
las imágenes seguirán en la memoria de los no nacidos, y con una pasado que alimenta la
violencia simbólica, las propuestas seguirán con la misma actitud epistémica. Corazonar
necesita emerger desde una base espiritual que reviva una tradición de conocimiento que dé
opciones, siendo consciente del pasado pero no atado a lo sucedido; el pasado es una
enseñanza, que no necesita atormentar el presente ni preocupar el futuro. Sólo tenemos que

20
hacer, indignarse sin darle un lugar al resentimiento dentro del corazón. Escapar de la cultura
del silencio y reivindicar los saberes ancestrales exige un compromiso personal y social que
despierte el espíritu de grupo.
Los intelectuales pueden y deben explorar todas las posibilidades e implicaciones
lógicas de los ámbitos y formas de conocimiento que han escogido. Pero espero
que los intelectuales de nuestro tiempo crean en el contacto entre las culturas
como el oxígeno de la comunidad humana; que los intelectuales de hoy puedan
encontrar en la lucha por la paz y el desarme nuclear, por la justicia y el
intercambio cultural, lo que necesitan para facilitar la generación de más oxígeno,
y que enriquezcan así el legado de lo mejor de todas las religiones, doctrinas,
culturas o lenguas.21
No necesitamos más violencia epistémica. Una epistemología del corazón y la mente en
unidad y completud tiene que afianzarse en el camino de en medio, hacerse una epistemología
de la paz, de la bondad, de lo justo y de lo bello que sea la expresión de lo humano en el
cuerpo. Cambiar el marco de referencia no se hace sólo con buenas intenciones, la mente
suele engañarse a sí misma, el marco de referencia se ha materializado en el cuerpo, toda la
información pasa por este tamiz, la demás se pierde, por eso una seducción gana, falta
preparación en el individuo que se compromete por un cambio; le falta trabajo corporal; la
ambición y las ansías de poder no fueron reguladas, estaban latentes, esperando la
oportunidad idónea para saltar y apoderarse de lo deseado. Ahí concluye un compromiso con
la vida, el proceso se hizo más complejo, la intención se ocultó muy bien, proyectando
imágenes que abusaron de la ingenuidad y confianza de los otros; el corazón se envileció,
sabedor de las carencias afectivas de los otros, los forma para que el marco de referencia siga
enquistado.22 Un intelectual forma el pensamiento del grupo, si no tiene trabajo personal,
arranca de raíz la esperanza de varias generaciones. En esta circunstancia se corre el riesgo
de desvirtuar el saber de los ancestros, la información de la tradición se decodifica bajo las
categorías descorazonadas, el conocimiento pierde su espíritu, en el fondo la intención es

21
Thiong'o, N. Reforzar los cimientos, De Bolsillo, España, 2017, p. 96.
22
En este sentido Guerrero afirma: “[...] nos secuestraron el corazón y los afectos para hacer más fácil la
dominación de nuestras subjetividades, de nuestros imaginarios, de nuestros deseos y nuestros cuerpos,
territorios donde se construye la poética de la libertad y la existencia”. Guerrero, P. Corazonar desde las
sabidurías insurgentes el sentido de las epistemologías dominantes, para construir sentidos otros de existencia,
op.cit., p. 113.

21
despojar el saber para comercializarlo; la ambición se desata en los grupos que defendía la
tradición, esta defensa se hace un cuerpo ideológico, falta un trabajo profundo con el cuerpo,
las prácticas de conocimiento se tiñen con lo exótico y extático, un souvenir epistémico que
sirve para alimentar el ego y engañar a quienes buscan respuestas a sus dudas existenciales.
Desde el Corazonar, lo que buscamos es la construcción de propuestas teóricas,
metodológicas y de miradas éticas y políticas que permitan una praxis que rompa
con la falsa neutralidad de la ciencia; desde la certeza que la cultura es una
respuesta creadora frente a la vida y para hacer crecer y transformar la vida, y
que hace de la existencia, el horizonte de su reflexión y de su praxis; por ello es
necesario ir construyendo una academia comprometida con la vida.23
La academia olvido la vida, decidió estudiar la realidad, legitimar un conocimiento sin
cuerpo ni corazón, las discusiones en el plano académico versan sobre la crítica de ideas y
argumentos que piensas distinto, un pensamiento uni-versal24 que forma conciencias, el
discurso aparece con naturalidad en las palabras para expresar la vida personal, grupal y
social, imágenes compartidas que, siendo quimeras, echan a andar recursos cognitivos y
afectivos para afianzarse a una realidad que no era lo que se pensaba, por eso la desilusión
es moneda corriente a los años, una trayectoria académica con merecido reconocimiento que
no resolvió el vacío interior. La mente se confunde, la verdad se hace inalcanzable, los
criterios de verdad son insuficientes, la sensación de que falta algo es un razonamiento común
en nuestros días; se tiene todo lo que esta cultura y su conocimiento ofrecen, la tecnología
nos arropa con una realidad virtual hacia y desde donde pensarnos siendo otros en este
cuerpo, y el resultado es lo mismo: la pobreza del espíritu. Esta pobreza es el signo de
nuestros tiempos, los individuos buscan formas de vida alternativas para asirse y no caer
dentro del fin de la historia, sólo que lo alternativo es una categoría que está inserta dentro
del marco de referencia dominante, ¿lo alternativo con respecto a qué? La diversidad de lo
vivo es un principio de vida. La vida humana y su expresión y materialización en formas de
vida distan mucho de considerarse como alternativas, ellas son proyecto de vida que abren
información de cierta dimensión de humanización; este es el punto de discusión; el

23
Ibidem, 120-121.
24
Para revisar esta categoría consúltese a Garcés, F. Las políticas del conocimiento y la colonialidad lingüística
y epistémica. Castro, S. y Grosfoguel, R. El giro decolonial Reflexiones para una diversidad epistémica más
allá del capitalismo global, Siglo del Hombre Editores, Bogotá, 2007, pp. 217-242.

22
conocimiento tiene que humanizarnos, qué conocimiento nos está in-formando el espíritu
humano. El argumento para justificar cualquier propuesta de conocimiento tiene que basarse
en este principio epistémico si es que aspira a serlo. Entender que el conocimiento es un
proceso viviente que se produce en las diversas tierras, grupos humanos y cuerpos, sin una
disputa por legitimarse como único ni descalificar a nadie; las tradiciones de conocimiento
pueden convivir y coexistir, nutriéndose unas y otras, aprender de lo que otros han vivido, y
aportar lo que hemos vivido; los cuerpos y sus verdades son la expresión y síntesis de lo
humano, un proceso de vida dentro de la inmensa energía e información en la Tierra y el
Universo.25
El reto del intelectual es hacer que las palabras se conviertan en carne, hacerlas
respirar a pleno pulmón. La teoría siempre tiene que volver a la Tierra para
regenerarse. Porque la palabra que respira vida es todavía necesaria para desafiar
a la que lleva consigo muerte y devastación. Los productos de la imaginación y
las teorías críticas saldrán debilitados si no están a la altura de ese reto.26
Los tiempos que nos tocan vivir sonde una epistemología de la vida, las palabras con vida
dan sentido a un discurso que no se queda en el giro lingüísticos, las palabras no definen la
vida, son una elaboración compleja del cuerpo, los significados son corporales, informan y
mueven la energía, lo que siente, lo que experiencia una vida en su encarnación; por esa la
palabra tiene que ser correcta, sin mediación, salir desde el interior para mover la información
y la energía. Esto nos invita a proponer una epistemología que se asiente en una práctica
corporal. El fin del imperio cognitivo27 no es cognitivo después de todo, la mente habita en
el cuerpo, cambiar de marco referencial es un proceso corporal, el pensamiento sin acción
corporal no toma cuerpo, no se materializa, lo que implica que la energía y la información
no se reúnen ni concentran, se dispersan sin asidero, entonces la palabra es vacía, sin
referentes, su significado se busca en el juego lingüístico, perdida en los deslices de

25
Guerreo lo menciona de esta manera: “[...] la construcción de horizontes de sentido civilizatorios y de
existencia otros, que tengan la felicidad como horizonte, que permitan Corazonar la vida y hagan posible la
insurgencia de formas otras de sentir, de pensar, de imaginar, de decir, de nombrar, de hacer, de significar, para
construir una distinta ética, estética y erótica de la existencia, que para que sea realidad, requiere no sólo de
epistemología, sino sobre todo de ternura y sabiduría”. Guerrero, P. Corazonar desde las sabidurías insurgentes
el sentido de las epistemologías dominantes, para construir sentidos otros de existencia, op. cit., p. 139.
26
Thiong'o, N. Reforzar los cimientos, De Bolsillo, España, 2017, p. 96-97
27
Hago alusión al texto de De Sousa, S. El fin del imperio cognitivo. La afirmación de las epistemologías del
Sur, Editorial Trotta, Madrid, 2019.

23
significado, la información y la energía se dispersa, por eso no hay cambio, los procesos
siguen dentro del mismo movimiento. Darle vida a la palabra implica cambiar la experiencia,
hacer que el cuerpo sienta otro movimiento, que registre el viaje de la energía, que la mente
siga al qi, reconociendo el cuerpo, liberando zonas donde la energía se bloquea o acumula, e
identificando zonas con déficit o desgaste energético para sanar.
Dirigir la información y la energía necesita de una mente atenta. Un pensar correcto que
sea justo ante las circunstancias de la vida, lo justo es lo adecuado, lo que en este momento
se necesita, por eso la que vivimos es justo, la vida se ordena y emerge un sentido que
entiende en la medida en que se tiene trabajo corporal. Para conocer, la mente necesita
construir un objeto, imagen mental que sirve de vehículo para acceder y mover el qi y la
información de un proceso vivo. Esta acción de la mente tiene que moverse desde la
prudencia y serenidad, lo que significa que la intención tiene que ser transparente, sin deseos
ocultos, una intención de corazón. Un pensar correcto que dé sentido al movimiento interior
en el cuerpo para tener equilibrio y armonía con la vida.
Aquietar el pensamiento es una acción artesanal que implica conocer los
símbolos y los significados, transformados en una representación que da sentido
a las acciones cotidianas. Se vive con algunas ideas, pueden ser incluso sólo unas
palabras, hay personas que viven con no más de 300 palabras. Qué se puede
pensar con ese bagaje verbal. Así, algunos no necesitan aquietar su pensamiento,
necesitan ampliar su repertorio para imaginarse un mundo mejor, representarse
una vida más digna, llevar su cuerpo a un estatus de ubicación en el universo.28
Una mente inquieta se pierde en sus deseos, seducida por la ignorancia y el placer; la mente
sufre, este sufrimiento mental desata emociones y sentimientos que se materializan en
diversos pensamientos. La ansiedad del pensamiento busca seguridad, poseer las ideas, se
obsesiona con los objetos, el pensamiento manipula y controla, inventa y consume palabras
huecas, emerge el hambre por decir y creer que algo permanece detrás de este mundo de
apariencias; la mente enloquece cuando los sucesos salen fuera de lo planeado, se rompe el
equilibrio, la certeza se desaparece. La tristeza del pensamiento añora lo pasado en un futuro
incierto, la nostalgia por lo vivido que se ha quedado guardada en la memoria no deja crecer,
perdido en los recuerdos, el anhelo por las experiencias que nunca se tendrán son el desvivir

28
López, S. El cáncer y los ocho versos del Dr. Pang Ming, op., cit., p. 55.

24
de un presente del cual aferrarse a pesar de que sea tan sólo sea una ilusión aquello que se
vive; el pensamiento se hace parco, las ideas se desquebrajan, son secas y ásperas, lastimosas,
buscan echarle la culpa a otros, es una mente atrapada en sus carencias. La ira del
pensamiento destroza las ideas de los otros, agrede y lastima socavando los cimientos que
mantienen firme los pensamientos, lacera las opiniones, se enfrasca en una disputa, una pelea
constante, invierte energía para detectar los puntos débiles de la argumentación para
deshacerlos, su intención no son sólo las ideas, sino intimidar y minar el oficio de pensar;
esta mente está detrás de la violencia simbólica, la ira del pensamiento que cimienta el asura.
La amargura del pensamiento expresa la perdida de esperanza, una anemia intelectual para
producir objetos, pensamientos sin estima ni profundidad, el mundo y sus objetos son una
larga espera que cada día muere, la tragedia y lo indigno son los rostros de una mente que se
ha desvalorizado; sus carencias afectivas lo descorazonan, la mente produce pensamientos
grisáceos al perder su luz y su brillo, el pensamiento fatalista y apocalíptico son la espera de
una vida que arranco de raíz la alegría de vivir. El miedo del pensamiento es la acción mental
que detiene, mina la voluntad, socializa un sentido de insuficiencia e inevitabilidad del
fracaso en la vida; no se desea mover nada, que los sucesos se quedan tal como están, que no
se muevan, porque se desata el sufrimiento ante la verdad personal en que se ha vivido; una
mente con miedo nos lleva por el camino del pensamiento que detiene su movimiento,
haciéndose dócil, la mente se coloniza, y tiene miedo a liberarse.
Con este sufrimiento mental viven los individuos, por eso sus acciones no son libres, se
mueven dentro del marco de referencia, sin consciencia de lo que hacen en su vida,
entrenándose en el oficio de vivir en la ignorancia, incluso en el mundo académico e
intelectual. El correcto pensar y el correcto decir encarnan en el correcto actuar, la acción
correcta es una acción corporal consciente, las acciones corporales in-forman el proceso
corporal, dirigen el movimiento que altera o beneficia la vida. El conocimiento que
construimos es el resultado de nuestra forma de vida que materializa la energía y la
información a través de nuestras acciones y prácticas corporales, esto implica que el valor de
un conocimiento descansa en las acciones que los individuos, los grupos y las comunidades
epistémicas hacen. Si las acciones atentan contra la vida, el conocimiento pierde su valor. Si
las acciones protegen y cultivan la vida, el conocimiento es valioso. Lo que un individuo
conoce encarna en su actuar cotidiano, no en la información que tiene en su cabeza, por eso

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vivir tiene un sentido ético, el sabio encarna los principios de vida en su cuerpo, enseñando
en una acción el conocimiento profundo sobre la vida. El individuo, a través del cuerpo,
mueve la información y la energía de la vida, aprende y enseña, forma a otros, cultiva las
enseñanzas de los maestros; el trabajo de los maestros en el cuerpo de los discípulos,
haciendo que una acción corporal rebase la dimensión de lo personal y se transforme en una
acción con sentido histórico y social; la acción correcta es el cuerpo que se vincula con el
espíritu de grupo y forma una tradición de conocimiento, siendo humilde y agradecido con
la vida de los ancestros. La información está guardada en las células, la raíz y la memoria
está en el cuerpo, la información sigue en él, despertar y mover la consciencia para dialogar
con la vida.
Conclusiones. La epistemología, la ética y la estética en unidad y completud: el
conocimiento viviente
La mente crea realidades, a partir de la información que procesa, esta información es
representada en objetos que sirven de vehículo para darle sentido a las experiencias, emerge
el mundo o interrelación de objetos. La información in-forma la materia y mueve la energía,
esto significa que las realidades que construye la mente encarnan o se materializan,
cambiando la información, la energía, y la materia, cambian su movimiento, produciendo
nueva información que se expresará en un problema energético y corporal. La mente deja de
trabajar para la vida, se hace un obstáculo, un habitante incómodo del cuerpo, olvidando que
ella emerge de la vida, se alimenta de su energía. La discusión epistémica tiene que incluir
este proceso corporal, el trabajo con la mente para aquietarla, estar serena y actuar prudente;
regular la mente, hacer que siga el movimiento de la energía, alumbrando la vida para conocer
nuestra verdad. Omitir esta discusión en las formas de construir conocimiento es un riesgo
para la vida, el individuo que conoce necesita entrenarse, trabajar en su cuerpo, regresar hacia
el interior; un trabajo corporal que prevenga que los órganos no se deterioren
prematuramente, que las emociones no se instalen en el cuerpo, que los deseos no hagan
sufrir a la mente, que las actitudes y las acciones no sean deshumanizadas, que los
sentimientos dejen de alimentar los apegos a una manera de sentir. Si el cuerpo se descuida,
cualquiera de sus habitantes regulará el movimiento de energía e información, lo que nos da
un marco de referencia que construirá una realidad que no corresponde con la vida, faltará o
dejará fuera información que es necesaria para mover el qi.

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La acción de la mente tiene que respetar el movimiento de la vida, para esto es
indispensable construir un conocimiento desde un corazón puro. Mente y corazón en unidad
y completud. En este movimiento epistémico, la mente descubre su naturaleza, materializar
en objetos la información producida por la energía y la materia, mediante los objetos, la
mente dirige la información y la energía hacia el cuerpo y hacia nuestro alrededor,
materializándolas, la realidad mental emerge, esta realidad tiene que corresponder con la
vida, siendo un vehículo para vincularnos profundamente con ella, la información y energía
que se produzca e intercambia nos indicará el camino para encontrar el saber de vivir.
Conocer es la unidad y completud del entendimiento, la compasión y la bondad, un
movimiento de la mente-corazón que cultiva la virtud epistémica de un ser humano justo y
bello que trabaja por la liberación de todos los seres vivos, en este camino, tenemos la
esperanza de contactar la consciencia de la vida, al vivir en unidad y completud con la Tierra
y el Universo. Una epistemología de la vida tiene la intención de encontrar la verdad, la
belleza y la justicia, expresiones de la vida que encarnan en el cuerpo de un ser humano que
ha despertado la sabiduría.

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