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“¡Qué no conseguirá un hombre cuando desea una cosa!” es una de las frases más
reveladoras de la novela. La frase no solo explica al temerario capitán Ahab.
También al mismo Herman Melville, quien se propuso escribir una obra
monumental basada tanto en su experiencia como ballenero como en el caso del
barco ballenero Essex, de Nantucket, embestido por un cachalote hacia 1820.
Compuesta de 135 capítulos, Moby Dick se despliega en unas 800 páginas. Como
si fuera poco, la obra supera los límites de la narrativa, y echa mano de rasgos del
discurso poético, teatral y ensayístico. Moby Dick repasa también referencias
literarias y simbólicas alusivas al poder, a la lucha entre el bien y el mal y a la
lucha entre la razón y la locura.
Todos estos aspectos, que hoy se valoran como una genialidad, fueron causa del
rechazo y rotundo fracaso en ventas de Moby Dick mientras vivía el autor.
Ha dejado tierra firme –un lugar seguro, cuyas normas conoce y en las que sabe
moverse muy bien–, para navegar con una tripulación conformada por hombres de
las más diversas culturas, forzados a tolerarse y convivir.
En la tripulación, casi todos son cazadores de fortuna o aventureros que aceptan
subordinarse a un capitán que no conocen y del que poco o nada saben. Es fácil
especular que una nueva ley ha de imperar en ultramar. Aquel espacio de
supervivencia no estará regido, ciertamente, por la ley del dios de los cristianos.
Por sobre todas las cosas, para el capitán Ajab, Moby Dick es la encarnación del
mal, del cual se siente víctima y victimario. Gracias a la contraposición que
representa Starbucks, el único que parece consciente del sinsentido de la empresa,
vemos cómo el capitán absolutiza de tal modo su propósito que no le importa
sacrificar a los suyos.
Moby Dick: ballena asesina blanca, personaje en torno al cual gira todo el relato.
Durante una travesía, el capitán Ahab y Moby Dick sostienen una lucha en la cual
Ahab pierde una pierna.
En este viaje de aventura, más siniestra que de disfrute, el texto parece asimilar
la idea de La Odisea, de Homero, en tanto viaje de aventuras, pero colmado de
peligros y de aciagos encuentros.
Es así cómo cada subtítulo del texto prefigura un contenido que se va anudando
con los demás y establecen una linealidad de la novela en la cual el encuentro final
con la ballena, contra el cachalote como tal, es el paso último hacia la muerte y el
aniquilamiento del gran depredador: el ser humano. No es la locura de la ballena,
ni la monstruosidad e incluso majestuosidad de ésta, sino la carencia de lógica en
la obsesión del hombre por conquistarla en un afán de venganza destinado a
fracasar. Ante ello, Ismael cuestiona la contradicción plena de la vida religiosa, su
concepto como tal, y la lectura “cristiana” que efectúan los marineros en su mundo
o submundo marino: el valor de la vida, el vivir la aventura, prepararse para la
muerte, sin renunciar al valor que implica el estar vivo, pero con el “poder” de
matar, de cazar a las ballenas, de arponearlas, capturarlas y extraerles todo lo que
de ellas resulte rentable. Es el precio de la vida de otros seres fijados por los
marineros, como si estos no tuviesen el derecho a la vida de igual manera. La vida
del otro, de lo otro, se negocia, no la del ser humano. Es el concepto del hombre
como centro de la vida, del mundo.
Por otra parte, la gran cantidad de acciones, de micro acciones que van tejiendo
la novela, se enlazan y constituyen los metadiscursos que van apareciendo, tal
como el relacionado con el del púlpito, al inicio de la novela, en donde este remite
a la vida marítima, y al acontecer del marinero, del ser humano en la vida del mar,
con todas sus vicisitudes, triunfos y fracasos. Las grandes pérdidas, las vidas de los
marineros, se convierten apenas en una estadística dentro del proceso, pues otros
los han de sustituir, pero la vida del marinero debe continuar en su afán de
conquista, específicamente la vida de los hombres que efectúan el oficio de
balleneros.
El título de la obra fue tomado del nombre de una ballena real: Mocha Dick,
avistada por primera vez en siglo XIX por un grupo de marineros cerca de la isla
Mocha, en el sur de Chile.
Moby Dick es una obra de profundo simbolismo. Se suele considerar que comparte
características de la alegoría y de la épica. Incluye referencias a temas tan diversos
como biología, idealismo, jerarquía, obsesión, política, pragmatismo, racismo, relig
ión y venganza.