Está en la página 1de 4

Moby Dick 

es una novela del escritor norteamericano Herman Melville, publicada


en el año 1851, y convertida hoy en un clásico de la literatura occidental. Cuenta la
historia del barco ballenero Pequod, a cargo del capitán Ahab, decidido a cobrar
venganza contra una legendaria ballena blanca conocida como Moby Dick.

“¡Qué no conseguirá un hombre cuando desea una cosa!” es una de las frases más
reveladoras de la novela. La frase no solo explica al temerario capitán Ahab.
También al mismo Herman Melville, quien se propuso escribir una obra
monumental basada tanto en su experiencia como ballenero como en el caso del
barco ballenero Essex, de Nantucket, embestido por un cachalote hacia 1820.

Compuesta de 135 capítulos, Moby Dick se despliega en unas 800 páginas. Como
si fuera poco, la obra supera los límites de la narrativa, y echa mano de rasgos del
discurso poético, teatral y ensayístico. Moby Dick repasa también referencias
literarias y simbólicas alusivas al poder, a la lucha entre el bien y el mal y a la
lucha entre la razón y la locura.

Todos estos aspectos, que hoy se valoran como una genialidad, fueron causa del
rechazo y rotundo fracaso en ventas de Moby Dick mientras vivía el autor.

La novela Moby Dick está narrada en primera persona. Su narrador es el personaje


de Ismael, quien algunas veces parece desdibujarse en un narrador omnisciente que
todo lo sabe y todo lo conoce.

El preciosismo del detalle en la descripción del universo ballenero es


verdaderamente sorprendente

La realidad ballenera, tan épica como desconocida, es acompañada de un


verdadero esfuerzo por dar cuenta de la naturaleza humana y el pulso de sus
pasiones individuales y colectivas. Esto ha despertado diversas interpretaciones
simbólicas, religiosas y hasta políticas. El mar es la representación simbólica de los
límites traspasados. A Ismael, el narrador, se le antoja el mar como un espacio de
aventuras. Quizá a causa de su juventud e ingenuidad, Ismael no es capaz de captar
cómo el orden conocido, que le permite interpretar el mundo, se desvanece en el
horizonte al tiempo que se adentra en el dominio de lo desconocido.

Ha dejado tierra firme –un lugar seguro, cuyas normas conoce y en las que sabe
moverse muy bien–, para navegar con una tripulación conformada por hombres de
las más diversas culturas, forzados a tolerarse y convivir.
En la tripulación, casi todos son cazadores de fortuna o aventureros que aceptan
subordinarse a un capitán que no conocen y del que poco o nada saben. Es fácil
especular que una nueva ley ha de imperar en ultramar. Aquel espacio de
supervivencia no estará regido, ciertamente, por la ley del dios de los cristianos.

El personaje Moby Dick es representado como un monstruo por el capitán Ahab y


por los balleneros de otros barcos, esos mismos que le exhortan a desistir de su
obsesión. La diferencia entre estos y el capitán es que los balleneros son capaces de
reconocer sus limitaciones frente a la bestia monumental y, por ello, temen y
respetan su “naturaleza”. Ahab está cegado por la soberbia.

Como ser de la naturaleza, Moby Dick es representación de lo indómito y lo


salvaje. Para el cegado hombre occidental, es la “bestia” destinada a ser dominada,
pero que ha invertido el orden establecido.

Por sobre todas las cosas, para el capitán Ajab, Moby Dick es la encarnación del
mal, del cual se siente víctima y victimario. Gracias a la contraposición que
representa Starbucks, el único que parece consciente del sinsentido de la empresa,
vemos cómo el capitán absolutiza de tal modo su propósito que no le importa
sacrificar a los suyos.

La relación entre el bien y el mal queda invertida. El mal ya no reside en la bestia,


sino en la persona, alienada de la realidad, arrebatada del sentido común. El mal
reside en la soberbia y la ambición humanas, cuando el hombre traspasa sus límites
y juega a ser dios. Por ello, su destino es la muerte.

Los personajes principales de este gran éxito son

Ismael: es el narrador de la historia. Se trata de un joven que ha decidido


incursionar en el mundo de la caza de ballenas. Tiene por motivación las aventuras
que espera experimentar. Pronto se da cuenta de la crudeza de aquel oficio.

Capián Ahab: es el capitán del barco ballenero Pequod. Su objetivo es asesinar al


cachalote Moby Dick, al que responsabiliza por la pérdida de su pierna.

Queequeg: arponero originario de una tribu caníbal ficticia. Se convierte en el


mejor amigo de Ismael.
Starbucks: cuáquero de religión y primer oficial del barco ballenero Pequod. Su
motivación principal es ganar dinero suficiente para regresar a casa con su esposa e
hijo. Es el único que cuestiona las motivaciones del capitán Ahab.

Stubb: segundo oficial a bordo del Pequod. No es un hombre educado, pero


destaca por su comprensión de la vida.

Flack: tercer oficial a bordo del Pequod.

Moby Dick: ballena asesina blanca, personaje en torno al cual gira todo el relato.
Durante una travesía, el capitán Ahab y Moby Dick sostienen una lucha en la cual
Ahab pierde una pierna.

En esta, una novela de aventuras también, el recorrido que efectúa Ismael es en


verdad un viaje existencial, la búsqueda, su propia búsqueda, a diferencia de los
demás marineros. Su deseo es conocer y aprehender el oficio, no precisamente
buscar en él lo equivalente al enajenamiento en el cual sucumben los demás,
psicológica y físicamente.

En este viaje de aventura, más siniestra que de disfrute, el texto parece asimilar
la idea de La Odisea, de Homero, en tanto viaje de aventuras, pero colmado de
peligros y de aciagos encuentros.

El texto, pleno de descripciones y detalles, configura el encuentro y desencuentro


del muchacho con un mundo que le es desconocido, en donde la ballena está pre
figurada como el monstruo, cuando en verdad la monstruosidad está de parte de
Ahab y sus hombres, perdidos en una búsqueda sin salida, cuyo objetivo se traza
desde lo imposible: el enfrentamiento contra una ballena fantástica, invencible,
símbolo a su vez de la fuerza del mar y de la naturaleza, contra los cuales sucumbe
el orgullo del ser humano.

Es así cómo cada subtítulo del texto prefigura un contenido que se va anudando
con los demás y establecen una linealidad de la novela en la cual el encuentro final
con la ballena, contra el cachalote como tal, es el paso último hacia la muerte y el
aniquilamiento del gran depredador: el ser humano. No es la locura de la ballena,
ni la monstruosidad e incluso majestuosidad de ésta, sino la carencia de lógica en
la obsesión del hombre por conquistarla en un afán de venganza destinado a
fracasar. Ante ello, Ismael cuestiona la contradicción plena de la vida religiosa, su
concepto como tal, y la lectura “cristiana” que efectúan los marineros en su mundo
o submundo marino: el valor de la vida, el vivir la aventura, prepararse para la
muerte, sin renunciar al valor que implica el estar vivo, pero con el “poder” de
matar, de cazar a las ballenas, de arponearlas, capturarlas y extraerles todo lo que
de ellas resulte rentable. Es el precio de la vida de otros seres fijados por los
marineros, como si estos no tuviesen el derecho a la vida de igual manera. La vida
del otro, de lo otro, se negocia, no la del ser humano. Es el concepto del hombre
como centro de la vida, del mundo.

Por otra parte, la gran cantidad de acciones, de micro acciones que van tejiendo
la novela, se enlazan y constituyen los metadiscursos que van apareciendo, tal
como el relacionado con el del púlpito, al inicio de la novela, en donde este remite
a la vida marítima, y al acontecer del marinero, del ser humano en la vida del mar,
con todas sus vicisitudes, triunfos y fracasos. Las grandes pérdidas, las vidas de los
marineros, se convierten apenas en una estadística dentro del proceso, pues otros
los han de sustituir, pero la vida del marinero debe continuar en su afán de
conquista, específicamente la vida de los hombres que efectúan el oficio de
balleneros.

El título de la obra fue tomado del nombre de una ballena real: Mocha Dick,
avistada por primera vez en siglo XIX por un grupo de marineros cerca de la isla
Mocha, en el sur de Chile.
Moby Dick es una obra de profundo simbolismo. Se suele considerar que comparte
características de la alegoría y de la épica. Incluye referencias a temas tan diversos
como biología, idealismo, jerarquía, obsesión, política, pragmatismo, racismo, relig
ión y venganza.

También podría gustarte