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VIA

CRUSI
S
CAMI
NO DE
DOLO
R

SIGNIFICADO

Vía Crucis" en latín o "Camino de la Cruz" . También se le llama Estaciones de la


Cruz y Vía Dolorosa. Se trata de un camino de oración que busca adentrarnos en
la meditación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en su camino al Calvario.
El camino se representa con una serie de imágenes de la Pasión o "Estaciones"
correspondientes a incidentes particulares que Jesús sufrió por nuestra
salvación.

HISTORIA

Las imágenes pueden ser pinturas o esculturas. Algunas representaciones son


grandes obras de arte inspiradas por Dios para suscitar mayor comprensión del
amor de Jesucristo y movernos a la conversión. Entre éstas se destacan las de la
catedral de Antwerp en Bélgica y las del Santuario de Lourdes en Francia.

Las estaciones generalmente se colocan en intervalos en las paredes de la iglesia


o en lugares reservados para la oración. Los santuarios, casas de retiros y otros
lugares de oración suelen tener estaciones de la cruz en un terreno cercano. En
los monasterios generalmente se encuentran en el claustro.

La erección y uso de las Estaciones se generalizaron al final del siglo XVII. Al


principio el número de Estaciones variaba pero se estandarizó en las catorce
arriba mencionadas.

La finalidad de las Estaciones es ayudarnos a unirnos a Nuestro Señor haciendo


una peregrinación espiritual a la Tierra Santa, a los momentos mas señalados de
su Pasión y muerte redentora. Pasamos de Estación en Estación meditando
ciertas oraciones. Varios santos, entre ellos San Alfonso Ligorio, Doctor de la
Iglesia, han escrito meditaciones para cada estación. También podemos añadir
las nuestras. Es tradición, cuando las Estaciones se hacen en público, cantar una
estrofa del "Stabat Mater" mientras se pasa de una estación a la otra.

La costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en


Jerusalén. Ciertos lugares de La Vía Dolorosa (aunque no se llamó así antes del
siglo XVI), fueron reverentemente marcados desde los primeros siglos. Hacer allí
las Estaciones de la Cruz se convirtió en la meta de muchos peregrinos desde la
época del emperador Constantino (Siglo IV).

Según la tradición, la Santísima Virgen visitaba diariamente las Estaciones


originales y el Padre de la Iglesia, San Jerónimo, nos habla ya de multitud de
peregrinos de todos los países que visitaban los lugares santos en su tiempo. Sin
embargo, no existe prueba de una forma fija para esta devoción en los primeros
siglos.

Desde el siglo doce los peregrinos escriben sobre la "Vía Sacra", como una ruta
por la que pasaban recordando la Pasión. No sabemos cuando surgieron las
Estaciones según las conocemos hoy, ni cuando se les comenzó a conceder
indulgencias pero probablemente fueron los Franciscanos los primeros en
establecer el Vía Crucis ya que a ellos se les concedió en 1342 la custodia de los
lugares mas preciados de Tierra Santa. Tampoco está claro en que dirección se
recorrían ya que, según parece, hasta el siglo XV muchos lo hacían comenzando
en el Monte Calvario y retrocediendo hasta la casa de Pilato.
Ferraris menciona las siguientes Estaciones con indulgencias: 1) El lugar donde
Jesús se encuentra con su Madre. 2) Donde Jesús habló con las mujeres de
Jerusalén. 3) Donde se encontró con Simón Cirineo. 4) Donde los soldados se
sortean Sus vestiduras. 5) Donde fue crucificado. 6) La casa de Pilato. 7) El
Santo Sepulcro.

Muchos peregrinos no podían ir a Tierra Santa ya sea por la distancia y difíciles


comunicaciones, ya sea por las invasiones de los musulmanes que por siglos
dominaron esas tierras y perseguían a los cristianos. Así creció la necesidad de
representar la Tierra Santa en otros lugares mas asequibles e ir a ellos en
peregrinación. En varios lugares de Europa se construyeron representaciones de
los mas importantes santuarios de Jerusalén.

En los siglos XV y XVI se erigieron Estaciones en diferentes partes de Europa. El


Beato Álvarez (m.1420), que en su regreso de Tierra Santa, construyó una serie
de pequeñas capillas en el convento dominico de Córdoba en las que se pintaron
las principales escenas de la Pasión en forma de estaciones. Por la misma época,
la Beata Eustochia, clarisa, construyó Estaciones similares en su convento en
Messina. Hay otros ejemplos. Sin embargo, la primera vez que se conoce el uso
de la palabra "Estaciones" siendo utilizada en el sentido actual del Vía Crucis se
encuentra en la narración del peregrino inglés Guillermo Wey sobre sus visitas a
la Tierra Santa en 1458 y en 1462. Wey ya menciona catorce estaciones, pero
solo cinco de ellas corresponden a las que se usan hoy día, mientras que siete
solo remotamente se refieren a la Pasión.

Por la dificultad creciente de visitar la Tierra Santa bajo dominio musulmán, las
Estaciones de la Cruz y diferentes manuales para rezar en ellas se difundieron
por Europa. Las Estaciones tal como las conocemos hoy fueron aparentemente
influenciadas por el libro "Jerusalén sicut Christi tempore floruit" escrito por un
tal Adrichomius en 1584. En este libro el Vía Crucis tiene doce estaciones y estas
corresponden exactamente a nuestras primeras doce. Parece entonces que Vía
Crucis, como lo conocemos hoy surge de las representaciones procedentes de
Europa.

Pocas de las Estaciones en los tiempos medievales mencionan la segunda (Jesús


carga con la cruz) ni la décima (Jesús es despojado de sus vestiduras). Por otro
lado algunas que hoy no aparecen eran antes mas comunes. Entre estas, el
balcón desde donde Pilato pronunció Ecce Homo (he aquí al hombre).

En el año 1837, la Sagrada Congregación para las Indulgencias precisó que


aunque no había obligación, es mas apropiado que las estaciones comiencen en
el lado en que se proclama el Evangelio. Pero esto puede variar según la
estructura de la iglesia y la posición de las imágenes en las Estaciones. La
procesión debe seguir a Cristo mas bien que encontrarse de frente con El.

Comprendiendo la dificultad de peregrinar a la Tierra Santa, el papa Inocente XI


en 1686 concedió a los franciscanos el derecho de erigir Estaciones en sus
iglesias y declaró que todas las indulgencias anteriormente obtenidas por
devotamente visitar los lugares de la Pasión del Señor en Tierra Santa las podían
en adelante ganar los franciscanos y otros afiliados a la orden haciendo las
Estaciones de la Cruz en sus propias iglesias según la forma acostumbrada.
Inocente XII confirmó este privilegio en 1694 y Benedicto XIII en 1726 lo
extendió a todos los fieles. En 1731 Clemente XII lo extendió aun mas
permitiendo las indulgencias en todas las iglesias siempre que las Estaciones
fueran erigidas por un padre franciscano con la sanción del ordinario (obispo
local). Al mismo tiempo definitivamente fijó en catorce el número de Estaciones.
Benedicto XIV en 1742 exhortó a todos los sacerdotes a enriquecer sus iglesias
con el rico tesoro de las Estaciones de la Cruz. En 1857 los obispos de Inglaterra
recibieron facultades de la Santa Cede para erigir ellos mismos las Estaciones
con indulgencias cuando no hubiesen franciscanos. En 1862 se quitó esta última
restricción y los obispos obtuvieron permiso para erigir las Estaciones ya sea
personalmente o por delegación siempre que fuese dentro de su diócesis.

INDULGENCIAS

Las instrucciones de la Sagrada Congregación, aprobadas por el papa Clemente


XII en 1731, prohíben especificar que o cuantas indulgencias pueden ganarse
con las Estaciones de la Cruz. En 1773 Clemente XIV concedió la misma
indulgencia, bajo ciertas circunstancias, a los crucifijos bendecidos para el rezo
de las Estaciones, para el uso de los enfermos, los que están en el mar, en
prisión u otros impedidos de hacer las Estaciones en la iglesia. La condición es
que sostengan el crucifijo en sus manos mientras rezan Padre Nuestro, el Ave
María y el Gloria un número determinado de veces. Estos crucifijos especiales no
pueden venderse, prestarse ni regalarse sin perder las indulgencias ya que son
propias para personas en situaciones especiales.

Regulaciones actuales sobre las indulgencias Publicadas en el Enchiridion


Indulgentiarium Normae et Concessiones, Mayo de 1986, Librería Editrice
Vaticana. (Traducción del inglés por el Padre Jordi Rivero).

Se concede indulgencia plenaria a los fieles cristianos que devotamente hacen


las Estaciones de la Cruz.

El ejercicio devoto de las Estaciones de la Cruz ayuda a renovar nuestro


recuerdo de los sufrimientos de Cristo en su camino desde el praetorium de
Pilato, donde fue condenado a muerte, hasta el Monte Calvario, donde por
nuestra salvación murió en la cruz.

Las normas para obtener estas indulgencias plenarias son: 1. Deben hacerse
ante Estaciones de la Cruz erigidas según la ley. 2. Deben haber catorce cruces.
Para ayudar en la devoción estas cruces están normalmente adjuntas a catorce
imágenes o tablas representando las estaciones de Jerusalén. 3. Las Estaciones
consisten en catorce piadosas lecturas con oraciones vocales. Pero para hacer
estos ejercicios solo se requiere que se medite devotamente la pasión y muerte
del Señor. No se requiere la meditación de cada misterio de las estaciones. 4. El
movimiento de una Estación a la otra. Si no es posible a todos los presente hacer
este movimiento sin causar desorden al hacerse las Estaciones públicamente, es
suficiente que la persona que lo dirige se mueva de Estación a Estación mientras
los otros permanecen en su lugar. 5. Las personas que están legítimamente
impedidas de satisfacer los requisitos anteriormente indicados, pueden obtener
indulgencias si al menos pasan algún tiempo, por ejemplo, quince minutos en la
lectura devota y la meditación de la Pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo. 6. Otros ejercicios de devoción son equivalentes a las Estaciones de la
Cruz, aun en cuanto a indulgencias, si éstos nos recuerdan la Pasión y muerte
del Señor y están aprobados por una autoridad competente. . 7. Para otros ritos.
Los patriarcas pueden establecer otros ejercicios devotos en memoria de la
Pasión y muerte de nuestro Señor, en manera similar a las Estaciones de la
Cruz.

Los requisitos de arriba son necesarios para obtener las indulgencias, pero
siempre que se hacen las Estaciones con devoción en cualquier lugar, ya sea
públicamente o en privado, se obtendrán muchas gracias. Claro que deben
hacerse de corazón, con sincera intención de conversión.

Las Estaciones de la Cruz se pueden hacer con gran beneficio todo el año y son
especialmente significativas durante la Cuaresma. Cada viernes santo, el Santo
Padre dirige las Estaciones de la Cruz desde el Coliseo en Roma para recordar a
los mártires y nuestro llamado a seguir sus pasos.

EL HERMANO ESTANISLAO (1903 - 1927)

A la edad de 18 años, un joven español ingresó al noviciado de los


"HERMANOS DE LAS ESCUELAS CRISTIANAS", en Bugedo. En la vida religiosa,
este joven tomó los votos de religión que son: el cumplimiento de los
reglamentos; avanzar en la perfección cristiana; y alcanzar el amor puro. El mes
de octubre de 1926, este hermano se ofreció a Jesús por medio de María
Santísima. Poco después de haber hecho esta donación heroica de sí mismo, el
joven religioso se enfermó y fue obligado a descansar. Murió santamente el mes
de marzo, 1927. Según el maestro de novicios, este religioso era un alma
escogida de Dios; y que recibía mensajes del Cielo. Los confesores del joven, así
como los teólogos, reconocieron estos hechos sobrenaturales como actos
insignes. El joven se llamaba Hermano Estanislao. El director espiritual del
Hermano Estanislao le había ordenado escribir todas las promesas transmitidas
por NUESTRO SEÑOR. Esto sería para el bien espiritual de los que fueran
devotos al VÍA CRUCIS. Las promesas son las siguientes:

PROMESAS PARA LOS DEVOTOS DEL VÍA


CRUCIS
1.  Yo concederé todo cuanto se Me pidiere con fe, durante el Vía Crucis.
2.  Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el
Vía Crucis.

3.  Durante la vida, Yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda


especial en la hora de la muerte.

4.  Aunque tuvieran más pecados que las hojas de la hierba que crece en los
campos, y más que los granos de arena en el mar, todos serán borrados por
medio de esta devoción al Vía Crucis. (Nota: Esta devoción no elimina la
obligación de confesar los pecados mortales. Se debe confesar antes de
recibir la Santa Comunión.)

5.  Los que acostumbran rezar el Vía Crucis frecuentemente, gozarán de una


gloria extraordinaria en el Cielo.

6.  Después de la muerte, si estos devotos llegasen al Purgatorio, Yo los libraré


de ese lugar de expiación, el primer martes o viernes después de morir.

7.  Yo bendeciré a estas almas cada vez que rezan el Vía Crucis; y mi bendición
les acompañará en todas partes de la tierra. Después de la muerte, gozarán
de esta bendición en el Cielo, por toda la eternidad.

8.  A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación del


demonio. Al espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas almas.
Así podrán reposar tranquilamente en Mis Brazos.

9.  Si lo rezan con verdadero amor, serán altamente premiados. Es decir,


convertiré a cada una de estas almas en Copón viviente, donde Me
complaceré en derramar Mi Gracia.

10. Fijaré la mirada de Mis Ojos sobre aquellas almas que rezan el Vía Crucis con
frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para protegerlas.

11. Así como Yo fui clavado en la Cruz, igualmente estaré siempre muy unido a
los que Me honran, con el rezo frecuente del Vía Crucis.

12. Los devotos del Vía Crucis nunca se separarán de Mí porque Yo les daré la
gracia de jamás cometer un pecado mortal.

13. En la hora de la muerte, Yo les consolaré con Mi presencia, e iremos juntos


al Cielo. La muerte será dulce para todos los que Me han honrado durante la
vida con el rezo del Vía Crucis.

14. Para estos devotos del Vía Crucis, Mi Alma será un escudo de protección que
siempre les prestará el auxilio cuando recurran a Mí.

Promesas de Jesús a María Marta Chambón:


"Las Santas Llagas son el tesoro de los tesoros para las almas del purgatorio".

"Cada vez que miren al divino crucificado con un corazón puro, obtendrán la
libertad de cinco almas del purgatorio: una en cada fuente (cada Llaga de las
manos, pies y el costado)".

"Obtendrán también, si el corazón de vosotros es puro y desprendido, el mismo


favor en cada estación, por los méritos de cada una de mis Llagas".

VIA CRUCIS Durante la Pandemia del COVID-19


Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros enemigos
Líbranos, Señor, Dios nuestro

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu


Santo.
Amén.

Oraciones iniciales

Alma de Cristo, santifícame. 


Cuerpo de Cristo, sálvame. 
Sangre de Cristo, embriágame. 
Agua del costado de Cristo, lávame. 
Pasión de Cristo, confórtame. 
Oh buen Jesús, óyeme. 
Dentro de tus llagas, escóndeme. 
No permitas que me aparte de Ti. 
Del maligno enemigo, defiéndeme. 
En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a
Ti,  para que con tus santos te alabe, por los siglos de
los siglos. Amén.

Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Padre Creador, y Redentor mío; por ser tu quien
eres, y porque te amo sobre todas las cosas, a mi
me pesa Señor en el alma todo corazón te haberte
ofendido; yo propongo firmemente nunca mas pecar,
apartarme de las ocasiones de ofenderte, confesarme
y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Te
ofrezco, Señor mi vida, obras y trabajos en
satisfacción por mis pecados; y así como te lo suplico,
así confío en tu bondad y misericordia infinita, me los
perdonaras por tu preciosísima sangre, y me darás
gracias para enmendarme y perseverar en tu santo
servicio hasta el fin de mi vida. Amen

ORACION INICIAL
te presentamos hoy nuestras oraciones por nuestro
mundo, nuestra nación, nuestra región y nuestra
comunidad local. Al meditar en tu sagrada pasión,
permítenos cargar con el dolor y las necesidades de la
humanidad y orar a través de tu sufrimiento por toda
la creación: el pueblo que tú amas. Por tu santísimo
nombre. Amén

PRIMERA ESTACIÓN
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE
-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
-Que porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a
mi que soy pecador.
Señor, fuiste cautivo por nosotros y recibiste una
sentencia de muerte. No te la merecías, pero igual
fue ejecutada a pesar de tu inocencia. Hay miles de
personas en nuestro mundo que se encuentran en
cautiverio sin saber lo que les espera en el futuro:
familias en cruceros, hoteles, ciudades, barriadas,
personas en bases militares, y aquellos en sus
propias casas que están completamente aislados del
mundo. Todos ellos también son víctimas inocentes:
víctimas de una enfermedad invisible que no puede
ser reconocida a primera vista. Te pedimos por
aquellos que están en las cárceles y en las prisiones
de máxima seguridad, retenciones de inmigración, y
por todos los que trabajan en estos lugares para
proteger su salud. Te pedimos por todos ellos.
Permíteles sentir tu presencia. Cuídalos. Espíritu
Santo, dales paz y tranquilidad.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre

SEGUNDA ESTACIÓN
JESÚS CARGA LA CRUZ

-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos


-Que por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi que
soy pecador

Señor, te fue dada una cruz, una carga pesada


llena de dolor, de muerte y del sufrimiento de toda la
humanidad. La separación que el pecado nos causó
seguramente fue un dolor insoportable con el cual
tuviste que cargar. La separación que
experimentamos ahora, la muerte, la enfermedad…
¿fué acaso parte de la cruz que cargaste? Que
dependamos de tu amor siempre. Y que al cargar tu
cruz, nos lleves también sobre tus hombros en estos
tiempos de incertidumbre. Cuídanos. Espíritu Santo,
enséñanos a aceptar la cruz de esta pandemia, y
ayúdanos a seguir adelante.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre

TERCERA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos


-porque por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi
que soy pecador

Señor, tu caíste bajo el peso de la cruz mientras


sufrías el dolor de tus heridas. Tu vía dolorosa fue
difícil al punto de hacerte caer de rodillas. El
coronavirus ha sido para nosotros algo inesperado
que nos ha hecho caer a todos de rodillas: el mundo,
nuestra nación, nuestra comunidad… todo para lidiar
con algo invisible… una enfermedad que se manifiesta
de modo diferente en cada uno. Nación tras nación
está cayendo… pero, así como tú no te rendiste,
tampoco se rinde la humanidad que tú creaste.
Cuídanos. Espíritu Santo, con tu ayuda, que el mundo
reciba la fortaleza para combatir de pie esta
enfermedad

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre

CUARTA ESTACIÓN
JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE

-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos


-Que por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi que
soy pecador
Señor, amaste a tu madre, y ella a ti. El verte así
frágil y débil habrá sido muy difícil para ella. Que
todas las familias del mundo, de nuestro país, de
nuestra comunidad se unan para ayudarse
mutuamente en este tiempo de prueba. Que este
tiempo de estar juntos en nuestras casas sea para
nosotros un tiempo de bendición.

Es la única forma de poder llegar a conocernos


unos a otros de una manera más profunda y
completa. Cuídanos. Espíritu Santo, ayúdanos a
sentirnos cómodos, una vez más, los unos con otros.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre

QUINTA ESTACION
SIMON AYUDA A JESUS A CARGAR LA CRUZ
-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
-Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi
que soy pecador

Señor, tu cruz era pesada y cada vez tu paso era


más lento. Simón fue elegido para ayudarte. Y tú,
humildemente aceptaste su ayuda. Sabemos que en
este tiempo de pandemia cada país está tratando de
combatir el virus… usando sus propios medios, para
poder sanar a los infectados o para descubrir alguna
vacuna o medicina de prevención. Oramos por la
Organización Internacional de la Salud, los Centros de
control de enfermedades, nuestro presidente, y todos
los funcionarios electos para que tomen decisiones
para el beneficio de todos. Que los líderes de las
naciones e instituciones médicas de todo el mundo
sepan compartir información mutua, de modo que
juntos, bajo la guía del Espíritu Santo, lleguemos a
descubrir la forma de combatir la cruz de esta
enfermedad. Cuídalos. Que sean instrumento de
sanación a través de su servicio. Espíritu Santo,
guíalos.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre

SEXTA ESTACION
VERONICA LIMPIA EL ROSTO DE JESUS

-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos


-Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi
que soy pecador

Señor, la sangre y el sudor cubrían tu rostro y tus


ojos. Ya no podías ver bien hacia donde ibas. Cuando
te limpiaron el rostro con tanta ternura, amor y
cuidado, experimentaste un momento de alivio.
Buscamos ahora formas de aliviar nuestra ansiedad y
el temor que abunda. Tambien buscamos modos de
intercambiar información sin pánico y enojo. Te
pedimos por nuestros sacerdotes que visitan a los
enfermos diariamente, que oran por ellos y que los
ungen. Protégelos. Te pedimos también por los
trabajadores en los hospitales y clínicas ya que ellos
ponen incansables horas de su tiempo y muchas
vigilias. Cuídalos. Dales sabiduría. Que todo intento
de las naciones para truncar el contagio sea una
lección para la comunidad internacional. Cuídanos.
Espíritu Santo, ayúdanos a confiar una vez más y a
no tener miedo.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre

SEPTIMA ESTACION
JESUS CAE POR SEGUNDA VEZ
-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
-Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi
que soy pecador

Señor, la debilidad te vence una vez más y caes


nuevamente sobre el peso de la cruz que cargabas
por nosotros. Te pedimos por la capacidad limitada de
nuestro sistema de salud y por los sistemas de
gobierno que no parecen tener la habilidad de lidiar
con esta pandemia. Nunca habíamos vivido algo así. Y
necesitamos tu ayuda para poder combatir el virus.
Somos más fuertes cuando estamos unidos - en vez
de andar peleando por minucias de política. Ayúdanos
a aceptar nuestras debilidades y a arreglar las
diferencias para el bien de la humanidad. Cuídanos.
Únenos. Espíritu Santo, inspíranos a dejar las
diferencias, y ayúdanos a estar a la altura de las
circunstancias para cumplir la labor que nos das aquí
en la tierra.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre

OCTAVA ESTACION
JESUS ENCUENTRA A LAS MUJERES DE JERUSALEN
-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
-Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi
que soy pecador

Señor, algunas amistades se acercaron a ti


cuando más las necesitabas. En estos tiempos de
prueba vemos a familias y amigos ayudándose
mutuamente. Vemos a amigos y a extraños dándose
la mano para proveer el sustento a niños que no
tendrán un plato de comida - debido a que los
comedores escolares están cerrados. Vemos a
doctores y a enfermeras al frente de batalla -todos
los días que cuidan de los enfermos sin saber si los
pacientes han sido víctimas de la pandemia o de un
simple resfrío. Pedimos por todos los familiares de
nuestros enfermos para que les des tranquilidad en
su preocupación y seguridad en su deseo de cuidar y
proteger a sus seres queridos. Cuídalos. Anímalos.
Espíritu Santo, dales entendimiento y esperanza.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre

NOVENA ESTACION
JESUS CAE POR TERCERA VEZ

-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos


-Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi
que soy pecador

Señor, el dolor te consumía de pies a cabeza.


Necesitabas de concentración extrema para poner un
pie delante del otro. El dolor era tan intenso que
caíste una vez más. Nadie podría entender todo lo
que te estaba pasando. Para nosotros es difícil
entender lo que nos está pasando. ¿Cómo es posible
que en estos tiempos modernos un virus tenga al
mundo con los nervios de punta? Oramos por
aquellos en el mundo que se aprovechan de los
demás, acumulando productos y suministros médicos
para revenderlos a precios inaccesibles. Esto nos trae
pánico, temor e inestabilidad. Cuídanos. Cambia los
corazones. Espíritu Santo, hazles ver su culpabilidad
para que dejen de tomar ventaja de las
circunstancias.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre
DECIMA ESTACION
JESUS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos


-Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi
que soy pecador

Señor, cuando te despojaron de tus vestiduras, se


burlaron de ti y te humillaron. Hemos visto a
personas siendo humilladas a causa de este virus. Te
pedimos perdón por todas las veces que hemos
marginado a otros a causa de su cultura, raza, edad o
condición social. Somos todos tus hijos. Y debemos
tratarnos los unos a otros con dignidad y respeto. Te
pedimos de manera especial por quienes en nuestra
ciudad son más vulnerables al virus: aquellos que ya
lidian con varias enfermedades, los ancianos y las
personas con discapacidades. Cuídalos. Fortalécelos.
Espíritu Santo, abre nuestros ojos para poder
reconocer toda injusticia y todo prejuicio; y danos el
coraje para defender a los más necesitados.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre
DECIMOPRIMERA ESTACION
JESUS ES CLAVADO EN LA CRUZ

-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos


-Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi
que soy pecador

Señor, al ser crucificado en esa cruz fuiste


elevado para recibir la burla y la condenación de
todos. El sufrimiento y la muerte lenta poco a poco
iban avanzando con cada respiro que dabas. Tu
madre nunca te abandonó mientras algunos de tus
amigos permanecieron cerca hacienda vigilia. E
incluso en pleno dolor, no te olvidaste del ladrón de al
lado y le diste el consuelo y la esperanza de la
salvación. Nosotros también buscamos consuelo en
estos tiempos. Algunos temen el morir a las
comodidades de siempre. Oportunidades laborales se
han perdido. Hemos olvidado cómo era la vida
cotidiana, una vida de normalidad. Buscamos
confianza en ti. Tú prometiste jamás dejarnos solos.
Que todos entendamos tu promesa y reconozcamos
tu presencia. Cuídanos a todos. Unifícanos. Espíritu
Santo, que veamos el rostro de Cristo en cada uno.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre
DECIMOSEGUNDA ESTACION
JESUS MUERE EN LA CRUZ

-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos


-Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi
que soy pecador

Señor, tu muerte fue un sacrificio muy doloroso.


Lo hiciste por todos y cada uno de nosotros. Tu
sacrificio fue entrega total, fue un sacrificio completo.
Lo hiciste con un corazón humilde y perfecto. Tu
muerte nos libró del dolor de la separación eterna que
trae el pecado. Te pedimos por todos aquellos en
nuestro mundo, nación, región y comunidad que han
muerto o sucumbirán a causa del coronavirus. Te
pedimos también por el eterno descanso de todos los
difuntos. Que por tu divina misericordia y eterna
bondad, descansen en tu regazo. Espíritu Santo, que,
al reconocer nuestra dignidad, alcancemos la paz.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre
DECIMOTERCERA ESTACION
JESUS ES BAJADO DE LA CRUZ

-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos


-Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi
que soy pecador

Señor, tu cuerpo, al ser bajado de la cruz, fue


recibido por los brazos de tu madre. Su dolor, su tristeza
y confusión han de haber sido inexplicables.
Seguramente incrementaron en ella el temor y la
impotencia. Pero ella era una mujer de esperanza. Ella te
conocía bien, y te amaba tanto, que su corazón solo
podía estar lleno de esperanza. A lo mejor no entendía a
plenitud a lo que esa esperanza la llevaría. Sin embargo,
tú nunca la abandonarías a su soledad. En estos tiempos
en los que vemos a muchos enfermos a causa de este
virus, lloramos desesperados por aquellos que morirán.
Nosotros también vivimos en tristeza y confusión, en
temor e impotencia. Contemplamos a tu madre, nuestra
Santísima Madre, como modelo de esperanza mientras
miramos la incertidumbre del futuro, cara a cara.
Cuídanos. Santa María, madre nuestra, ruega por
nosotros. Espíritu Santo, ayúdanos a encontrar
esperanza en esta oscuridad, porque sabemos que tú
nunca nos abandonas… especialmente en estos tiempos
de gran necesidad.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre
DECIMOCUARTA ESTACION
JESUS ES BAJADO DE LA CRUZ

-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos


-Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi
que soy pecador

Señor, tu cuerpo fue sepultado de manos de tu madre en


una tumba nueva para que encuentres descanso. Ese momento
fue de total separación para ti y para ella. Te pedimos por
aquellos en nuestro mundo, nación, región y comunidad que ya
se sienten o se sentirán aislados a causa de esta pandemia.
Cuídalos en su soledad. Nos dicen que debemos aislarnos los
unos de los otros por medio del distanciamiento social. Nos
separamos de aquellos que están enfermos. Nos quedamos en
nuestras casas por el temor de sacrificar nuestra seguridad. Se
nos dice que nos alberguemos en nuestros nidos como la única
forma de controlar a este virus. Esta separación nos da temor y
nos deja solos. Pero este tiempo también es una oportunidad
para sanarnos interiormente. Te pedimos por los que no tienen
techo, por aquellos que no tienen a nadie que los cuide, por los
que no tienen un hogar. Te pedimos por los que trabajan en
albergues de emergencia… y también por los que sienten la
completa separación del mundo por medio de la muerte. Espíritu
Santo, muéstranos tu presencia especialmente cuando nos
sentimos solos.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre
DECIMOQUINTA ESTACION
LA RESURRECCION DE JESUS

-Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos


-Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi
que soy pecador

Señor, la humanidad no habría podido imaginar la


alegría y las maravillas que nos otorgarías a través de
tu resurrección de entre los muertos. Eres un Dios de
lo inesperado. Jamás podríamos haber previsto lo que
tenías preparado para todo el mundo a través del
espacio y del tiempo. Tu resurrección es la última
esperanza, la salud definitiva, la salvación de todos.
Que nos acerquemos a ti no solamente en este
tiempo de necesidad, sino también en el futuro -
cuando estemos gozando de la claridad- después que
haya pasado esta nube oscura. Ayúdanos a
entendernos mejor los unos a los otros. Ayúdanos
también a ver que durante este tiempo de sufrimiento
tú no nos has abandonado… ¡que has escuchado
nuestras plegarias y nuestros gritos!... que nos has
guiado con amor y que nos has acompañado en
nuestro propio Vía Crucis. Tu resurrección nos da
esperanza y nos abre horizontes. Te pedimos por
nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, por nuestro
Obispo, nuestros sacerdotes y todos los que cooperan
en algún ministerio de tu iglesia universal y local.
Todos caminamos juntos en la incertidumbre de esta
pasión
Que en el futuro nos podamos volver a ver, de
modo que, reunidos como Iglesia, podamos irradiar al
mundo con tu luz… esa luz que se nos aproxima más
y más al final de este túnel de sombras. Cuídanos.
Espíritu Santo, anima nuestra fe y no permitas que
nos rindamos.

Padre nuestro
Ave Maria
Gloria al padre

ORACIÓN FINAL

Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión


de tu Madre la Virgen, que cada vez que medite tu
Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad
constante, lo que Tú has hecho por mí y tus
constantes beneficios. Haz, Señor, que me acompañe,
durante toda mi vida, un agradecimiento inmenso a
tu Bondad. Amén.

Virgen Santísima de los Dolores, mírame cargando la


cruz de mi sufrimiento; acompáñame como
acompañaste a tu Hijo Jesús en el camino del
Calvario; eres mi Madre y te necesito. Ayúdame a
sufrir con amor y esperanza para que mi dolor sea
dolor redentor que en las manos de Dios se convierta
en un gran bien para la salvación de las almas. Amén.

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