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poder
Dulce María Cabrera Hernández
Introducción
Aunque nos resistimos a la idea de que este escrito únicamente se considere como
producto o insumo para la investigación educativa, hemos adelantado que el
1
Gran parte de los sucesos reseñados se desarrollaron durante el semestre agosto-noviembre 2021
y tuvieron lugar en el curso de Educación popular -modalidad a distancia- en el marco de la
Licenciatura en Procesos Educativos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.
Los participantes de este curso y autores de esta gran conversación son: XXXX, algunos nombres
fueron sustituidos por pseudónimos.
contenido de esta sección versa sobre metodología porque su elaboración es un
intento legítimo por sistematizar un conjunto de experiencias pedagógicas, esto
significa desarrollar una actitud crítica y, por esa razón nos proponemos:
Vivir en un permanente estado de interrogación crítica sobre
lo que pensamos, hacemos y nos sucede; desarrollar en
nosotros la capacidad de la pregunta, de cuestionamiento, de
insatisfacción ante respuestas que puedan corresponder a otros
contextos o momentos históricos. En suma, buscamos
desarrollar en nosotros la cualidad de crear un pensamiento
propio a partir de los restos que nuestra intervención en la
historia nos plantea siempre algo como nuevo (Jara, 1994, p.
77).
Este ejercicio se activa con una intención política, cuestionar de fondo nuestro
estar en el mundo, interrogarnos a la manera de los niños, ¿quiénes somos?,
balbucear algunas respuestas e incomodar al statu quo. La primera parte da cuenta
de las conversaciones que se realizaron en diferentes encuentros virtuales con los
compañeros de Educación Popular, hemos marcado algunos episodios
significativos para acentuar los cuestionamientos formulados por los
participantes.
En la segunda parte, hacemos una reflexión de segundo orden. Esto significa que
[re]pensamos las experiencias construidas por los propios sujetos y, al mismo
tiempo, intentamos darles un sentido colectivo. El concepto de problematización
ofrecido por Freire incita a cuestionar la praxis educadora desde sus escenarios
“naturales” y en las circunstancias actuales.
En esa circunstancia, la formación implica que cada una de las partes suspenda
sus modos de ser habituales para abrirse al encuentro con otros, al involucrarse en
esta relación se trata “sencillamente” de ser sujetos y de auspiciar que los otros
también puedan serlo. Es en este encuentro donde puede darse una reformulación
constante de nuestra subjetividad y de nuestro modo de estar en el mundo para ser
capaces de estar con otros. Esa reformulación da paso a la transformación,
devenimos sujetos con otros y para otros, por lo tanto, la relación pedagógica atañe
a una experiencia formativa que no puede darse fuera de un vínculo comunitario
entre sujetos.
¿Y por qué hablar de una relación pedagógica si queremos conversar con los
jóvenes? Esta pregunta da lugar al siguiente planteamiento: la [inter]relación
implica que “uno es de alguien” -su amiga, su madre, su padre, su hermano, su
acompañante, etcétera-. Entonces, en la relación pedagógica un sujeto establece
lazos con otros bajo el acuerdo de construir “algo” juntos. Por eso, para conversar
con los jóvenes es necesario aceptar el acuerdo de querer estar juntos, ser “algo”
de alguien. Este acuerdo lleva implícita una afirmación: Soy un sujeto en esta
relación, igual que tú, si uno de nosotros falta, no hay formación. Tal como decía
Serrat: “pero si falta usted no habrá milagro” (1974, 2m 39s).
Esto representaba un reto muy grande: ¿Cómo trabajar con las ideas del autor, sin
traicionarlo? Para empezar, nos parecía absurdo exponer algunos planteamientos
de Freire en una clase magistral. Nuestro primer reto fue resistir a la tentación de
exponer magistralmente los planteamientos de Freire y desvirtuar la crítica a la
educación bancaria que él hizo en la Pedagogía del Oprimido (1970), en la
Educación como práctica de la libertad (1964), en Extensión y comunicación. La
concientización en el medio rural (1984), en la Pedagogía de la esperanza (1992),
y en muchas otras obras2.
2
No obstante, vale advertir que “realmente” pasamos el curso sentados sen una banca porque los
encuentros semanales se realizaron a través de videollamadas, ya que la universidad trabajó a
distancia desde marzo de 2020
Pedagogía del oprimido (1970), y esta revisión de nuestro modo de vida precipitó
una conclusión: nada va a cambiar.
Esperanza
Una tarde nos encontramos conversando sobre la riqueza económica, el derroche
y la conquista del éxito, pero bastó aguzar la mirada para darse cuenta de que esas
ideas son columnas de humo. Sí, humo que no nos permiten distinguir las formas,
las figuras y los cuerpos. Humo que oscurece el panorama y que trata de impedir
la claridad. ¿De dónde viene la humareda? De los sueños calcinados.
Algunos días vivimos en ascuas, siendo el calor que escuece la esperanza o que
aniquila el aliento. Otros días más felices podemos traspasar la cortina de humo,
refrescarnos la piel y mirar el horizonte, aunque sea para volver a sumergirse en
la pesadumbre. Así se nos van los días y las noches, así llegan las estrellas y los
amaneceres. Entre ir y venir la vida simplemente ocurre. ¿Cómo vivir días más
brillantes, cómo acercarse al sol sin sucumbir ante sus rayos, cómo iluminar la
mirada triste de un joven que no encuentra una ruta para seguir? ¿Cómo decirle
que todo estará bien?, ¿Cómo invitarle a vivir una vida plena cuando las
estadísticas y las noticias que corren en el barrio son un recordatorio permanente
de que nuestro mundo se acaba?
No se trata de elaborar discursos desde el lugar del profesor que conoce un tema
en un nivel de experto, tampoco se trata de “ofrecer lecciones” sobre la vida y
cómo vivirla (Badiou, 2017). ¿Cuán difícil y estéril puede ser hablar a los jóvenes
sobre la esperanza, si cada vez que sueñan y anhelan reciben rechazo? Para qué
sirve la esperanza en condiciones tan desiguales e injustas; cómo explicar que,
algunas personas podemos ir a la escuela y otras no; cómo podemos hablar con
los jóvenes y decirles que otro mundo es posible. ¿Cómo ayudar a que esta vida
sea más auspiciosa, a tener esperanza y sobre de qué?
Gracias a su palabra pudimos entender cómo surge la política del miedo, cómo se
busca deslegitimar a quienes luchan: “El menosprecio por la opinión pública que
revela este discurso habla de la arbitrariedad de los poderosos y de lo seguros que
están de su impunidad. Y esto ocurre al final del segundo milenio” (Freire, 2012,
p. 39). Nosotros somos los nuevos comunistas que amenazan el orden y que ponen
en riesgo la institucionalidad.
Sentidos colectivos
Al momento de escribir estas líneas, nos encontramos en dialogo. Preguntamos
¿Por qué vienes a la clase?, ¿cuál es la razón que te invita a conectarte? Y las
respuestas no solo son cálidas y emotivas, sino comprometidas. Valentina
mencionó que se sentía responsable al asistir a clases. Y este sentido conecta con
lo que Jonas (2012) señala: la responsabilidad es la capacidad de responder por
las consecuencias, deliberadas o no, de nuestras acciones. No solo Valentina
compartió su experiencia, muchos estudiantes señalaron que la clase les da
oportunidad de acompañar y ser acompañados. Son apoyo y apoyan a sus
compañeros. Buscan rutas y queremos volver al espacio público. Lily mencionó
que ya es tiempo de volver a estar en contacto con la sociedad y cambiar.
Estas respuestas no fueron palabras ingenuas, fueron adjetivos que los estudiantes
encontraron y formaron cadenas de significación, estas ideas se fueron
eslabonando hasta organizar una polifonía y en algún momento nos preguntamos
si realmente aspiramos a ser educadores populares, cómo sería y qué compromisos
vamos a asumir. Obviamente, no esperamos respuestas contundentes, quizá sea
más modesto decir que nos encontramos cada semana trazando nuestro itinerario
colectivo, en donde algunos sujetos se encuentran y otros se desencuentran
consigo mismos. En esta ruta no hay respuestas únicas, ni cerradas, hay preguntas,
muchas preguntas.
Tal como lo hemos comentado en la primera parte de este escrito, han sido los
jóvenes quienes han construido sus conocimientos sobre Educación popular y
sobre Freire. Vale decir que no aspiramos al conocimiento erudito sobre esas
cuestiones, ni buscamos agotar toda la bibliografía existente. Aunque a nosotros
nos parece obvio, nos gustaría aclarar que la intención pedagógica del curso es
provocar una teoría-acción y reflexión críticas desde los estudiantes, con sus
propios lenguajes y sentidos.
En esta relación pedagógica los participantes no nos colocamos en los lugares que
la escuela ha establecido: educador-educando, docente-discente, maestro-alumno,
etcétera. Lo que proponemos es una interacción libre de etiquetas, lo que
promovemos es el dialogo y el intercambio como sujetos que aspiran a ser libres:
“Como sujetos del conocimiento y no como recibidores de un “conocimiento” que
otro u otros les donan o les prescriben” (Freire, 1984, p. 97).
¿Hay algún destino, una finalidad o una razón para hacer esto? En realidad,
desconocemos la respuesta. No podemos asegurar que haya cambios duraderos en
los procesos educativos que ahora desarrollamos. Y esto se debe, al menos en
parte, al carácter dinámico de la realidad, por lo tanto, es posible prever que estos
ejercicios pueden desaparecer en cuanto el contexto tenga una variación. Quizá la
perdurabilidad de estos procesos no pueda fijarse en el tiempo cronológico -
Chronos-, sino en el tiempo de la oportunidad y de la excepcionalidad -Kairós-
(Kohan, 2020). En ese tiempo que se da cada vez que nos encontramos y que nos
abrimos a la oportunidad de conocer.
¿Por qué hacemos esto? Porque ahora podemos coincidir con los jóvenes para
imaginar otros mundos y porque el humo ya no nos impide ver dónde y con quién
estamos. Este es el momento de buscar otras formas para comunicarnos, quizá la
pandemia ha exacerbado nuestra necesidad de religarnos con otros sujetos a través
de relaciones pedagógicas.
Referencias
Berger, P. y Luckmann, T. (2008). La construcción social de la realidad.
Argentina: Amorrortu.
Badiou, A. (2017). La verdadera vida. Un mensaje a los jóvenes. Buenos Aires:
Malpaso.
Cabrera, D. (2021). “¿Quiénes somos? Narrativa biográfica y experiencia
formativa”, ( pp. 37-60), en Cabrera, D. (coord.) Narrativa biográfica y
formación de investigadores educativos. México: Ediciones del Lirio
Cabrera, D. (2020). Carta de ruta: caminos de experiencia (pp. 27-46). En Cabrera,
D. y Pinto, L. (coords.) Reexistencias. Lugares de la memoria. Ciudad de
México: Editorial Balam.
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rural. Ciudad de México, México: Siglo XXI.
Freire, P. (1970). Pedagogía del oprimido. Ciudad de México, México: Siglo
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Freire, P. (1964). La educación como práctica de la libertad. Ciudad de México,
México: Siglo XXI.
Jara, O. (1994). Para sistematizar experiencias. Una propuesta teórica y práctica.
Costa Rica: Alforja.
Jonas, H. (2012) Pensar sobre Dios y otros ensayos. Barcelona: Herder.
Kohan, W. (2020). Paulo Freire más que nunca. Una biografía filosófica.
Argentina: Clacso.
Pinto, L. y Cabrera, D. (2018). Jóvenes en Barranca Honda: transmigrantes en la
sociedad del riesgo. Devenir Revista de Estudios culturales y regionales. 7
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Serrat, J. (1974). Canción infantil para despertar a una paloma morena de tres
primaveras [Canción]. En Canción infantil. Ariola.
Suárez, D. y Rivas, I. (2017). La investigación narrativa, la formación y la práctica
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Torres, A. (2007). Educación popular. Trayectoria y actualidad. Bogotá:
Ediciones el Búho.