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Texto de Apoyo N° 2

Las Narrativas en la producción del saber desde la práctica del maestro.


Escrito por: Diana Estella Gallego Madrid 1 e Isabel Cristina Orrego Vásquez 2.

“La razón principal para el uso de la narrativa en la investigación educativa es


que los seres humanos somos organismos contadores de historias, organismos
que, individual y socialmente, vivimos vida relatadas.”
Connelly y Clandinin.

Las narrativas 3
Los acontecimientos educativos en la sociedad colombiana a través de la historia, han indicado una realidad ajena a las
necesidades y contextos de los individuos. Acontecimientos enmarcados en un sistema educativo desligado de la
cotidianidad de los miembros de las comunidades, vistos en unos parámetros que en la mayoría de los casos no favorece
las dinámicas en las aulas de clases y en gran medida, un desconocimiento de los docentes frente a su quehacer y
cualificación como profesionales y generadores de conocimiento.

Suplir estas falencias estructurales y socioeducativas lleva a que la escuela actual demande metodologías, aptitudes y
actitudes diferentes que estén permanentemente acompañadas de la reflexión y la crítica constructiva del entorno
escolar. Esta situación posibilita que se asuma una postura propositiva desde las lecturas socioeducativas y políticas para
generar revoluciones ideológicas y cambios sustanciales que resulten ser favorables para la transformación social.

1
Licenciada en Ciencias Naturales y Educación Ambiental, Universidad de Antioquia, Candidata al título de Magíster en Educación,
Universidad de Antioquia. Coordinadora académica, Corporación Parque Explora. gallediana@gmail.com,
diana.gallego@parqueexplora.org

2
Licenciada en Educación Básica con énfasis en Ciencias Naturales y Educación Ambiental. Universidad de Antioquia. 2007.
Actualmente Profesional Pedagógica de Redes -Parque Explora-. Proyecto Apropiación de Parques Educativos. Gobernación de
Antioquia, Grupo Argos, Celsia-Argos. Isabel.orrego@parqueexplora.org isazurdita8@hotmail.com

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Imagen tomada de la página web: Espacio de trabajo pedagógico para la transformación de profesores de historia centrado en la
práctica docente en el ISFD N° 186. Ver en http://goo.gl/O5WYW2 consultada marzo de 2014.

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Es por esto, que el maestro como agente movilizador en la sociedad tiene un rol activo como individuo generador de
conocimiento, y de nuevas alternativas de enseñanza y aprendizaje que responda a las realidades del contexto y de los
intereses de sus estudiantes, que permita desde funciones críticas y constructivas la generación de un nuevo modelo
educativo colombiano que parta de nosotros y para nosotros, teniendo en cuenta todas las implicaciones civilistas que
lleven indudablemente a dejar huella y registro de esos entornos y realidades escolares.

Encaminarse en la construcción de un nuevo modelo educativo pertinente no es tarea solo del docente, sin embargo,
como miembro importante de la comunidad educativa puede comenzar a generar espacios significativos que vayan
mostrando resultados positivos que contribuyan a esa modelización deseada acorde al contexto colombiano, para ello,
un deber desde el ser, saber y saber hacer en la construcción de conocimiento es comenzar a fortalecerse en el ejercicio
oral y escritural, desde una perspectiva investigativa en donde se plasmen permanentemente los sucesos del aula de
clase y a nivel institucional para el ejercicio reflexivo, constructivo y re-constructivo escolar. Retomar dichos ejercicios
hermenéuticos y narrativos trabajados desde fines de los años 60´ y a principio de los 70´ pueden respaldar las prácticas
sociales apoyadas desde algunas alternativas como: grabaciones, audios, historias de vida, transcripciones y otras
metodologías que ayuden al registro y análisis de los sentires y vivencias escolares para aportar a la construcción
educativa real.

Una construcción que parte desde la naturaleza misma del ser humano al ser contador de historias como una fortaleza
que no se puede desaprovechar y menos desde lo educativo; por eso el docente escuchando al otro, sus mundos, sus
sentimientos, pueden revelar en gran medida, lo que se requiere para potenciar el desarrollo de sujetos socialmente
transformadores. Y así, darle un cúmulo de información que puede abrirle caminos a nuevas ideas que se conviertan en
la base de un concepto educativo colombiano pertinente. Por tanto, ser contador de historias trasciende lo oral para
ubicarse en el plano escritural, resultando como una de las tantas posibilidades: las narrativas pedagógicas.

¿Qué son las narrativas pedagógicas?

Las narrativas pueden entenderse como una estructura textual que describe en una línea de tiempo y espacio, algunas
preguntas como: el por qué, el cómo, el para qué se está haciendo “algo”. Como lo menciona Connelly y Clandinin
(1995: 11 y 12), “…El estudio de la narrativa…, es el estudio de la forma en que los seres humanos experimentamos el
mundo” lo que apoya la idea de fundamentar el trabajo escrito como un puñado de historias que lleven a modificaciones
de los entornos sociales en nuestro país. Dichas narrativas pueden ser de tres tipos: El primer tipo son las narrativas
argumentativas, las cuales buscan expresar un punto de vista, transmitir una postura propia o plasmar una enseñanza

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implícita en los discursos escritos. El Segundo tipo son las narrativas explicativas, que hacen referencia a la comprensión
de un objeto de conocimiento, es decir, desarrollar el texto en función de hacer que se entienda “algo”. Y el tercer tipo
son las narrativas divertidas, quienes tienen un sentido jocoso y manifiesto desde la risa para compartir una idea o
experiencia y no necesariamente se sustentan desde la construcción de un conocimiento.

De esta manera, las narrativas cobran vida cuando el escritor decide desarrollar uno de los tipos anteriormente
expuestos, teniendo en cuenta el ejercicio previo de identificar: ¿A quién va dirigida?, ¿Qué se pretende hacer?, ¿Cómo
se va a decir?, ¿Cuál es el contexto en que se desarrolla?, ¿Cuáles fueron los aportes, desaciertos y reflexiones en torno
a la experiencia vivida? y ¿Qué aporta al campo de la didáctica y al ejercicio docente?.

Estos cuestionamientos son fundamentales en los contextos educativos y más, cuando se encuentra una relación directa
con el campo pedagógico, porque teniendo la concepción de la educación como pilar fundamental en la construcción y
reconstrucción de las bases en la sociedad, nos exige que lo escrito se permee desde la acción crítica-reflexiva al
mejoramiento continuo, teniendo en cuenta las experiencias, las vivencias, el quehacer docente y demás situaciones
relacionadas con las interacciones sociales; encontrándole un sentido propositivo y evaluativo al ejercicio docente.

Las narrativas como estrategia en la producción de saber pedagógico por parte de los maestros

Contar, escuchar, expresar, escribir, documentar, reflexionar, analizar, proponer y compartir, son solo algunas de las
acciones que el campo educativo permite y además, que se valorizan desde el ejercicio escritural porque entrega de
primera mano una mezcla de elementos importantes para la reflexión socioeducativa. Reflexión que no puede desligarse
del trabajo colaborativo y entre pares que pongan en conversación desde sus contextos y necesidades la elaboración de
nuevas alternativas para la enseñanza y aprendizaje de sus estudiantes y de cómo pueden más que recibir y transmitir,
asumir una actitud crítica frente a la información y el conocimiento compartido.

Narraciones que cuentan con un potencial que cabe en espacios colaborativos, poniendo a prueba nuevas formas de
nombrar y asumir situaciones pedagógicas frente a “lo que sucede” y lo que “les sucede” a los actores educativos
cuando se enfrentan a éstas. Connelly y Clandinin, (1995, citados en Suárez, (2005), afirman que “los practicantes (los
docentes) se han visto a sí mismos sin una voz propia en el proceso de investigación, y muchas veces han encontrado
difícil el sentirse animados y autorizados para contar sus historias. Se les ha hecho sentir desiguales, inferiores”. (p. 20)
Por ello, las narrativas son incluyentes en el devenir educativo dando reconocimiento e importancia al ejercicio docente

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y llevando a la visibilización de sus experiencias a través de ese ejercicio escrito serio, reflexivo que evoca sentimientos y
vivencias en ese espacio de socialización del mundo pero también del conocimiento del mismo.

Aunque Anderson y Herr (2005, citados por Suárez, (2005) mencionan que las narrativas “ no pueden limitarse a ofrecer
comprensiones contextualizadas del mundo escolar y de las prácticas de enseñanza, y a recuperar lo más fielmente
posible las “voces”, palabras, emociones y biografías de los docentes, hasta entonces silenciados, descalificados o
tergiversados por el saber experto y los investigadores ortodoxos. Por el contrario, consideran que estas tareas sólo
serán críticas y alternativas en la medida en que sus estrategias de trabajo estén dirigidas a construir colectivamente un
conocimiento que muestre y explique también los anclajes ideológicos de las prácticas de enseñanza y narrativas de los
docentes y que, al mismo tiempo, esté orientado a la acción transformadora de las situaciones y relaciones que
denuncia. Para esta visión radicalizada de la investigación narrativa e interpretativa, la transformación del mundo
escolar y de las prácticas docentes “surge desde dentro”. El cambio va a ser posible a través de la elaboración y difusión
de nuevas y cada vez más densas descripciones y autodescripciones sobre lo que hacen, piensan y dicen los docentes y
otros actores escolares; a través de la construcción colectiva y conversada de nuevas formas de nombrar a los
fenómenos, objetos, actores y relaciones de la cotidianeidad escolar.”

Elementos para comenzar a escribir una narrativa pedagógica:

En el proceso de escritura de la narrativa, los maestros se acercan a los significados, explicaciones y justificaciones de los
sucesos, estrategias y experiencias que se viven en el aula, por lo cual según Stphens (1992, citado en Galvão, 2005) las
narrativas se constituyen mediante la interrelación de tres elementos básicos: a) la historia que se cuenta, que abarca
las personas implicadas en un determinado suceso, el espacio y el tiempo en que acontece; b) el discurso, o proceder a
la hora de representar la historia; y c) el significado, una interpretación que atañe al lector externo o espectador, que
resulta de la comparación entre lo que cuenta la historia y el tipo de discurso que la bosqueja.

Así mismo, como elemento importante para el inicio de la escritura de la narrativa, el maestro puede tener en cuenta los
registros que utiliza para planear, desarrollar y evaluar los procesos de enseñanza y aprendizaje que se viven en el aula
de clase como: el diario de campo, diario pedagógico, bitácora, portafolio, entre otros; que proporcionan información
valiosa como la que se relaciona a continuación:

-Elementos que identifican y describen el contexto escolar, así como las políticas educativas de la Institución o Centro
Educativo y el modelo pedagógico del mismo.

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-Características de la comunidad educativa y en sí la de sus estudiantes, en donde se identifican los intereses,
necesidades, potencialidades y condiciones para el desarrollo de los aprendizajes.
-Diseño y desarrollo de los planes de aula o estrategias de aula, a partir de los planes de área de la Institución o Centro
Educativo.
-Evaluación de las actividades y momentos vividos en la clase, así como la regulación de los aprendizajes de los
estudiantes.
-Reflexiones del maestro desde su rol en los procesos de enseñanza, en el desarrollo de los planes y estrategias de aula y
las decisiones didácticas que toma en el momento de la planeación, desarrollo y evaluación de los aprendizajes de sus
estudiantes.

De esta forma, el maestro que lleva un registro de su práctica docente, tiene una guía para la reflexión, pero sobre todo
para la toma de conciencia sobre la evolución que llega a tener sobre sus esquemas de actuación en el aula teniendo en
cuenta la relación del saber pedagógico, didáctico y disciplinar que fundamenta su conocimiento y la manera cómo lo
enseña; siendo así, insumos importantes para iniciarse en el ejercicio de la sistematización, de la investigación y de la
producción del saber pedagógico.

Teniendo en cuenta lo anterior, una narración está compuesta por la siguiente secuencia:
1. Una situación inicial, en donde se expone el contexto de la acción central. Puede entenderse también como el
antecedente, el marco o el antes.
2. Una situación nuclear, que corresponde a la transformación de la situación inicial o a un hecho la complica. Para
el caso de la narrativa pedagógica, este es el momento donde el maestro puede desarrollar la experiencia o
sucesos del aula que desea narrar.
3. Una situación final: donde se expone un resultado o la resolución del núcleo de la narrativa y que puede dar
lugar a una nueva situación inicial.

Se adjunta a este texto de apoyo, una guía general para iniciar el proceso de escritura de una narrativa pedagógica que
le permitirá al maestro, hacer un primer acercamiento a la sistematización de sus prácticas y experiencias significativas.

Para finalizar, es necesario resaltar que cuando los docentes narran experiencias pedagógicas que los tienen como
protagonistas, lo que están haciendo es reconstruyendo interpretativamente parte de sus trayectorias profesionales y
les están otorgando sentidos particulares a lo que hicieron y a lo que alcanzaron a ser en un determinado momento
como docentes, en el mismo movimiento en que re-elaboran reflexivamente parte de sus vidas y se re-posicionan

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respecto de ellas, ya más distanciados que cuando las vivieron (Bullough, 200; Huberman, 2000). Aunque también
cobran vida desde el papel activo y propositivo en las esferas sociopolíticas y educativas, en la medida que dan cuenta
de su labor y de cómo puede aportar a sus colegas y al entorno escolar.

FUENTES DE CONSULTA
Anderson, Gary y Herr, Kathryn (2005), The action research dissertation. A guide for students and faculty. Londres: Sage.

Connelly, F. Michael y Clandinin, D. Jean (1995), “Relatos de experiencia e investigación narrativa”, en Larrosa, J. y otros,
Déjame que te cuente. Ensayos sobre narrativa y educación. Barcelona: Laertes.

Galvão, C. (2005). Narrativas em educação. Ciencia & Educação, 11 (2), 327-345.

Huberman, Michael y otros (2000), “Perspectivas de la carrera del profesor”, La enseñanza y los profesores I. La
profesión de enseñar. Barcelona: Paidós.

Suarez, Daniel. (2005). Docentes, narrativa e investigación educativa. El saber de la experiencia. Maestros, narrativas y
nuevas perspectivas para la formación docente continua Laboratorio de Políticas públicas. Universidad de Buenos Aires.
Buenos Aires. Argentina.

____ (2010) Textos Narrativos. Enciclopedia de conocimientos fundamentales


Volumen I, Español|Literatura. UNAM‐Siglo XXI México, págs. 22‐28, 41‐42

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