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Los primeros ejercicios de dictado musical aparecieron de manera

más asidua en manuales del siglo XIX para ayudar a los alumnos a
cantar, así como para mejorar la enseñanza del solfeo y la lectura a
1ª vista.

Este tipo de enseñanza no estaba todavía reglada, sino


que se dirigía a estudiantes amateurs.

Estos primeros manuales (Chevé y Paris, Wilhelm, Curwen, etc.) incorporaban ejercicios de
reconocimiento auditivo, dedicados a practicar intervalos y melodías, los cuales, se podían
copiar de manera oral o escrita. Las melodías que se usaban para la realización del dictado
solían ser las mismas que se utilizaban para cantar.

J H O N CU RWE N

John Curwen, el impulsor del método de entonación Sol-Fa, fue el primero en utilizar
melodías diferentes para la entonación y para los ejercicios de dictado.

Se puede ver aquí una primera aproximación a lo que, no demasiado después, serán los
tratados de dictado que aparecerán, a un nivel más académico, en los conservatorios con los
primeros libros sistematizados de dictado musical de Lavignac y Riemann a finales del siglo
XIX, en Francia y Alemania respectivamente. 

Imagen. Portada tratado dictado musical Lavignac. Fuente: gallica.bnf.fr


¿Sabías qué...?

El primer el dictado musical como disciplina se instauró en el


Conservatorio de París en 1871.

Diez años después, Albert Lavignac publicó su Cours


Complet théorique et pratique de Dictée Musicale (1882), el
cual se tradujo al alemán un año después.

Hugo Riemann publicó en 1889  su Katechismus der Musik-


Diktats, el cuál parece estar basado en el libro de Lavignac.  
Imagen. Ejemplo tratado dictado musical Riemann. Fuente: s9.imslp.org

Desde entonces el solfeo y el dictado han constituido el núcleo del currículo de los
primeros años de enseñanzas musicales durante, al menos, un siglo, siendo las principales
estrategias para la educación del oído, así como de la lectura, entonación y ritmo.

Co n tin ú a

Enfoques actuales de la formación del oído

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