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Universidad Nacional Experimental Politécnica

“Antonio José de Sucre”


Vicerrectorado Puerto Ordaz
Departamento de Estudios Generales
Sección de Humanidades
Asignatura: Ciudadanía y Poder (M1)

Acceso de los ciudadanos a la tecnología


¿Servicio o derecho?

Integrantes:
 Cesar González CI 26.753,389
 Gabriel Bastardo CI 25.695.355

Puerto Ordaz, Julio de 2022


El impacto que la nueva realidad tecnológica tiene sobre la intimidad, la integridad
y los derechos humanos de las personas, así como que no existan fronteras
políticas y físicas que la limite, aumenta el riesgo sobre los ciudadanos. ¿Qué
están haciendo los gobiernos?

El rápido desarrollo tecnológico de las últimas dos décadas ha acelerado la


transformación de la sociedad y está cambiando de una manera impresionante las
reglas de juego dentro y fuera de las fronteras nacionales. De hecho, como todos
sabemos, Internet no entiende de fronteras, y tanto la información interesante y útil
como los contenidos criminales circulan por la Red. La vida virtual ya forma parte
de la vida real de miles de millones de personas y ha cambiado hábitos sociales,
maneras de atender y expandir negocios, la forma de resolver problemas
administrativos y el marco en que se mueve la idea de seguridad nacional e
internacional. No obstante, Internet es sólo la cara visible de una realidad que va
más allá y que incluye una nueva generación de máquinas, desde los drones y las
armas autónomas hasta los robots y la muy comentada inteligencia artificial,
pasando por algo que hoy se debate relativamente poco en comparación con el
gran impacto que tiene – el llamado big data

La pregunta que algunos se plantean hoy es: ¿hasta qué punto, todos estos
nuevos hitos del progreso encajan en las universalmente aceptadas bases de
protección de la dignidad y la integridad del ser humano, como son los derechos
humanos?
Las tecnologías de la información y de la comunicación generan nuevos derechos,
pero su actual desarrollo industrial se asocia a los conflictos bélicos, las
desigualdades extremas y la explotación humana y medioambiental.

El simple hecho de disponer de un teléfono inteligente tiene unas consecuencias


desconocidas por los usuarios. No solo en cuanto a la protección de sus datos
personales, sino con respecto a los conflictos derivados de la obtención de los
materiales básicos para fabricarlo.

Los avances tecnológicos se han convertido en un gran reto a escala social y


medioambiental. En los últimos veinte años se ha producido una revolución
tecnológica y científica de gran relevancia. Las nuevas tecnologías y el desarrollo
científico se han convertido en un símbolo de nuestra cultura.

Estos avances pueden ser herramientas para fortalecer la democracia y luchar


contra las desigualdades. Pero también comportan riesgos y amenazas
potenciales para la ciudadanía y los derechos humanos.

Las nuevas tecnologías y los derechos humanos de tercera generación pueden


comportar la violación de derechos fundamentales. La Declaración universal de
derechos emergentes (DUDHE), aprobada en Monterrey en el 2007, pone al día
algunos de los temas de la Declaración universal de derechos humanos (DUDH),
de 1948, que merecen revisión y actualización.

Uno de ellos se refiere al “derecho a la ciencia, la tecnología y el saber


científico, que garantiza el acceso a los conocimientos científicos,
tecnológicos y humanísticos, y a beneficiarse de los resultados”. (Art. 8.1.)
Esta declaración también se refiere al derecho a la comunicación, que reconoce
“el derecho de todas las personas y de toda comunidad a comunicarse con sus
semejantes por cualquier medio de su elección. A este efecto, toda persona tiene
derecho al acceso y al uso de las tecnologías de la información y de la
comunicación, en particular internet”. (Art. 5.8.)

De todos modos, el desarrollo de las tecnologías de la información y de la


comunicación (TIC) puede comportar, también, la violación de otros derechos
fundamentales, por ejemplo: el derecho a la vida, a la libertad y a su seguridad de
la DUDH; o el derecho a la seguridad vital, el derecho a la integridad personal, el
derecho a la salud, el derecho a la paz y el derecho a habitar el planeta y al medio
ambiente de la DUDHE.

La Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC), que trabaja por


unas TIC basadas en valores de transformación social (justicia social,
sostenibilidad ambiental, participación política, derechos de las mujeres, etcétera),
redactó, en el 2002, la Carta sobre los derechos en internet. Tomando como
referencia varios derechos de la DUDH, la carta se estructura en varios principios,
como el acceso a internet para todos y todas, la libertad de expresión y
asociación, el acceso al conocimiento, al software libre, a la privacidad, a la
internet multilateral y a la democracia y protección de los derechos.

En este sentido, la APC indica: “Un acceso asequible, rápido y fácil a internet
puede ayudar a generar sociedades más igualitarias. (…) Pero no se tendría que
dar por descontado que la innovación tecnológica genera un beneficio automático.
Las organizaciones de la sociedad civil (OSC), los gobiernos y los entes
reguladores deberían ser conscientes del potencial de internet de reforzar las
desigualdades existentes”.

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