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9 Externalidades

y bienes públicos

¿Cómo haría la reina de


Inglaterra para tardar
menos en llegar al
estadio de Wembley?
Imagina que estás en el aula de economía esperando a que empiece la
clase. Conversas con tus compañeros sobre el hecho de que la libertad
de mercado tal vez no sea tan negativa después de todo; otros alum-
nos charlan sobre el poder de la mano invisible mientras buscan un
sitio en el que sentarse. La profesora entra tranquilamente en el aula
con el material acostumbrado, pero lleva algo inusitado en la mano
derecha. Al soltar el bolso, saca una caja de cerillas, enciende una y
enciende el cigarrillo que tiene en la mano derecha. Un alumno reso-
pla; otra lanza un grito de sorpresa. ¡La profesora de Economía está
fumando en clase! «Señoras y señores, bienvenidos al mundo de las
externalidades», declara la profesora con descaro.1
Quizá te preguntes cómo encajan las externalidades en los mer-
cados que hemos analizado hasta ahora. La respuesta más simple es que no en-
cajan. Hasta ahora hemos centrado nuestro estudio de los mercados tan sólo en
los compradores y vendedores, que son los únicos afectados directamente por
las transacciones comerciales. Pero sabemos que muchas veces las acciones de
una parte afectan al bienestar de muchas otras partes (como la gente que fuma
o las fábricas que emiten humos). En situaciones así, la mano invisible no siem-
pre es capaz de repartir los recursos con eficiencia. Por ejemplo, mucha gente
puede verse perjudicada por las emisiones contaminantes de una fábrica sin lle-
gar a beneficiarse jamás de la producción causante de la contaminación.

ESQUEMA DEL CAPÍTULO


9.1 9.2 9.3 9.4 9.5 EBE
Externalidades Soluciones Soluciones Bienes Bienes ¿Cómo haría
privadas a las públicas a las públicos comunales la reina de
externalidades externalidades Inglaterra para
tardar menos en
llegar al estadio
de Wembley?

198
IDEAS CLAVE
Hay casos importantes en los que el mercado libre no consigue
maximizar el excedente social.

Este capítulo analiza tres de esos casos: las externalidades, los bienes
públicos y los bienes comunales.

Una característica que suelen compartir estos tres ejemplos es que


existe una diferencia entre los beneficios y costes privados,
y los beneficios y costes sociales.

En tales casos, el Estado puede intervenir para intentar mejorar


los resultados del mercado.

En economía estos ejemplos se denominan externalidades. Una externali-


dad se da cuando las acciones de una persona tienen efectos indirectos sobre
un observador. Habitualmente la gente no se para a pensar de qué manera sus
acciones afectan, ya sea positiva o negativamente, a los demás. Por ejemplo,
piensa en los coches por un momento. No sólo contribuyen al calentamiento
global, sino que también provocan atascos. Sin embargo, ¿has renunciado al-
guna vez a usar el coche para no empeorar un atasco? Nosotros tampoco. Y ese
es el motivo por el que tales externalidades se denominan fallos del mercado.
En este capítulo veremos que en el caso de las externalidades, el Estado
puede aplicar políticas para favorecer que los resultados del mercado generen
mayor cantidad de bienestar social. Por ejemplo, una política posible para
aliviar los atascos de tráfico consiste en imponer una tasa a los conductores que
utilicen ciertas vías. Justo esta será la propuesta que analizaremos en el apar-
tado dedicado a la economía basada en la evidencia al final del capítulo, lo cual
nos ayudará a responder la pregunta inicial sobre cómo reducir el tiempo de
desplazamiento de la reina.
Un ejemplo relacionado en el que el mercado libre no consigue un resul-
tado eficiente para la sociedad es en la provisión de bienes públicos (como la
defensa nacional) o la protección de los bienes comunales (como el acceso libre
a un lago). La característica común a estas tres deficiencias del mercado es que
hay una diferencia entre los beneficios sociales y privados y los costes sociales
y privados, lo que supone que los individuos tienen a incentivos distintos de los
que tiene el conjunto de la sociedad. Así, igual que en el caso de las externali-
dades, veremos que el Estado puede desempeñar un papel crucial en la provi-
sión de bienes públicos y la protección de los bienes comunales.

9.1 Externalidades
Por la mañana te despierta la alarma del reloj. Te levantas con pereza de la cama, cami-
nas hacia el baño, enciendes la luz y abres el grifo de la ducha. El agua sale caliente, y el
extractor mantiene la zona de la ducha sin vaho. Sólo llevas quince minutos en pie, pero
ya has usado la electricidad cuatro veces (el despertador, la luz del baño, el calentador del
agua y el extractor del techo).
Es obvio que la electricidad nos beneficia a todos de diversas maneras, y que la compa-
ñía eléctrica asume unos costes de generación y distribución de la electricidad. Como ya
vimos, el mercado alcanza un precio de la electricidad que refleja estos dos factores: los

Sección 9.1 | Externalidades 199


9.1 Figura 9.1 El mercado Precio 0,40
de la electricidad (por kWh) en $
0,35 S
El punto donde la curva de 0,30
9.2 demanda del mercado con
pendiente descendente 0,25
intersecta la curva de oferta
Pmercado 0,20
del mercado con pendiente
9.3 ascendente determina 0,15
el precio de equilibrio
0,10
(PMERCADO) y la cantidad de
equilibrio (CMERCADO) de la 0,05 D
9.4
electricidad.
100 200 300 400 500 600 700 800
Qmercado Cantidad
9.5 (en miles de
millones de kWh)

beneficios marginales y los costes marginales. En la figura 9.1 damos por supuesto que el
sector eléctrico es un mercado perfectamente competitivo. La curva de demanda del mer-
cado de la figura revela la intención y la capacidad de los consumidores para pagar la elec-
tricidad, y la curva de oferta del mercado refleja los costes marginales de los productores al
generarla. Tal como vimos en el capítulo 7, es en el punto de equilibrio, en la intersección
de estas dos líneas, donde la mano invisible distribuye con más eficiencia los recursos: el
punto donde el excedente social se maximiza.
Pero lo que no muestra la figura 9.1 es que, con la producción de electricidad, las cen-
trales eléctricas suelen emitir contaminantes perjudiciales que incluyen dióxido de azufre y
óxidos de nitrógeno, lo que a veces provoca irritación pulmonar, bronquitis y neumonía. En
un gráfico de este tipo tampoco se ve que la liberación de dosis elevadas de mercurio por
parte de algunas plantas eléctricas que queman carbón puede ocasionar malformaciones
congénitas. El calentamiento global también se ha relacionado con los contaminantes que
emiten las centrales eléctricas.
En términos económicos, la central eléctrica impone una externalidad a la sociedad
Una externalidad se produce como subproducto de la generación de electricidad. Una externalidad se produce cuando
cuando una actividad económica una actividad económica conlleva o bien un coste indirecto o bien un beneficio indirecto
conlleva o bien un coste indirecto o para un tercero. En este caso, la central impone una externalidad negativa, porque al produ-
bien un beneficio indirecto para un
tercero.
cir electricidad genera un coste indirecto que no se tiene en cuenta al tomar las decisiones
relacionadas con la producción. Como los dueños de la planta no tienen que pagar los
costes que conlleva la planta para la sociedad, no tienen en cuenta la salud o el malestar de
la ciudadanía en sus decisiones de producción. Es decir, los mercados libres distribuyen los
recursos de una forma que ignora estas externalidades negativas.

Una mano invisible «defectuosa»: externalidades negativas


Volvamos a la figura 9.1, donde mostramos las curvas de demanda del mercado y de oferta
del mercado de la electricidad. En primer lugar, podemos preguntarnos por qué es eficiente
este resultado. La respuesta es que es eficiente porque en ese punto se maximiza el exce-
dente social: todo comprador dispuesto y capaz de pagar el precio de equilibrio de la elec-
tricidad acaba consumiendo la electricidad que desea a este precio. Y, como las centrales
expanden la producción hasta que CM = IM = P, el excedente social se maximiza: tanto
consumidores como productores se benefician al máximo en equilibrio.
Sin embargo, cuando hay externalidades negativas, este resultado del mercado deja de
Muchas empresas contaminan ser eficiente, por la sencilla razón de que las externalidades negativas imponen un coste
al producir bienes para nuestro adicional a la sociedad que no está reconocido de manera explícita por los compradores
consumo. ni por los vendedores. Cuando se genera electricidad, este coste adicional procede de la
contaminación, un subproducto de la generación de electricidad. Al calcular el resultado
eficiente, hay que ajustar la curva de oferta para tener en cuenta las externalidades negati-
vas, o sea los costes que recaen sobre terceros. Tal como vimos en el capítulo 6, la curva de
oferta es la curva del coste marginal de la empresa, e incluye los costes en que incurre una

200 Capítulo 9 | Externalidades y bienes públicos


Figura 9.2 La cantidad óptima 9.1
Precio 0,40
para la sociedad y el precio (por kWh) en $
Coste marginal +
CMS Coste marginal externo
de la electricidad 0,35
O
Las externalidades negativas 0,30 Coste marginal 9.2
generan costes externos de
Póptimo 0,25
producción que la empresa
privada no tendrá en cuenta a Pmercado 0,20
la hora de tomar decisiones. 9.3
El coste marginal externo es la 0,15

distancia vertical entre la oferta 0,10


de la empresa y el coste mar- 9.4
ginal social (CMS). Si se tiene 0,05 D
en cuenta el coste marginal ex-
terno, se obtiene un precio de 100 200 300 400 500 600 700 800
equilibrio más alto y una canti- Cóptima Cmercado
Cantidad 9.5
(en miles de
dad de equilibrio más baja.
millones de kWh)

central por sus factores, tales como la mano de obra. Los costes
indirectos que soporta la sociedad como resultado de la contami-
Las externalidades negativas impo- nación de la central se ignoran. Sin embargo, para alcanzar un
nen un coste adicional a la sociedad nivel de producción eficiente, hay que reconocer tanto el coste
marginal de la empresa como los costes marginales externos de
que no está reconocido de manera producción. Ambas cosas juntas suman el coste marginal social
explícita por los compradores ni por de la producción.
los vendedores del mercado. ¿Y qué significa eso para el nivel eficiente de producción? La
figura 9.2 revela que en cada nivel de producción hay que incluir
el coste marginal de la central al producir más el coste marginal
externo de la contaminación. Esta nueva curva se denomina curva del coste marginal so-
cial (CMS), porque incluye tanto el coste marginal de la empresa como el coste marginal
externo impuesto a la sociedad (CMS = coste marginal + coste marginal externo). Recor-
demos que la curva de oferta inicial es la curva del coste marginal del productor de la elec-
tricidad; por tanto, el CMS es el coste marginal de la externalidad más este coste marginal.
Teniendo en cuenta los costes adicionales impuestos a la sociedad por la contaminación
de la central, se ve que la CÓPTIMA es inferior a la CMERCADO, porque si hay que tener en
cuenta una externalidad negativa, debería generarse una cantidad menor de electricidad,
puesto que ahora cuesta más producir cada unidad. Por tanto, en los casos en los que se dan
externalidades negativas, los mercados (por sí solos) producen en demasía y generan una
contaminación excesiva.
Tal vez te preguntes cuánto cuesta esta externalidad negativa a la sociedad. Podemos
analizar este interrogante de manera gráfica mediante la figura 9.3. Partamos de la cantidad
de equilibrio, CMERCADO = 400.000 millones de kWh (kilovatios hora). En el mercado libre,
esa es la unidad de producción que equipara la disposición marginal a pagar con el coste
marginal de producir cada unidad de electricidad (0,20 $ = 0,20 $). Pero con la externalidad
negativa, vemos que el coste marginal social asciende a 0,30 $ para la última unidad, no a
0,20 $. Esto significa que al producir la última unidad, en realidad deparamos un bienestar
social reducido en 0,10 $ = 0,30 $ – 0,20 $ (el coste marginal social de producir la última
unidad menos el beneficio marginal de producir la última unidad). Esto significa que si no
se produce la última unidad, se ahorran 0,10 $. Recordemos del capítulo 7 que la pérdida
de eficiencia es el descenso del excedente social que resulta de una distorsión del mercado.
Si la producción de esa última unidad deparara una pérdida de eficiencia de 0,10 $, ¿cuál
sería la pérdida de eficiencia total asociada a la externalidad?
Si extendemos el razonamiento de la producción de la última unidad a todas las uni-
dades producidas entre CÓPTIMA y CMERCADO, obtenemos la región sombreada en amarillo
de la figura 9.3, que es la zona situada entre la curva del coste marginal social y la curva
de demanda del mercado entre las unidades CÓPTIMA y CMERCADO. El triángulo representa la
suma de las pérdidas por unidad (la diferencia entre el coste marginal total y los beneficios

Sección 9.1 | Externalidades 201


9.1 Figura 9.3 Pérdida de Precio 0,40
eficiencia debida a una (por kWh) en $ CMS
0,35
externalidad negativa O
0,30
9.2 La producción de la última
unidad de producción da lu- 0,25 Coste total de
gar a una pérdida de eficien- la externali-
0,20 dad para la
cia de 0,10 $. Al realizar un sociedad =
9.3 ejercicio similar con todas las 0,15 pérdida de
unidades producidas a la de- eficiencia
0,10
recha del nivel de producción
9.4 óptimo para la sociedad (CÓP- 0,05 D
TIMA), la pérdida de eficiencia
se puede representar me- 100 200 300 400 500 600 700 800
diante el triángulo amarillo. Cantidad
9.5 Cóptima Cmercado (en miles de
millones de kWh)

marginales totales de la sociedad en su conjunto). Por tanto, el triángulo amarillo repre-


senta la pérdida de eficiencia de la externalidad negativa. La pérdida de eficiencia suele
tener la forma de un triángulo cuya flecha apunta en la dirección más conveniente para la
sociedad, lo que permite comprobar que el resultado es el correcto. En el caso representado
en la figura 9.3, la flecha del triángulo apunta hacia la izquierda, lo que indica que para la
sociedad es mejor una producción menor que la que genera el mercado libre.
Un rasgo importante de este debate es que no se trata de reducir la contaminación a cero;
éste no es el objetivo. La solución óptima exige reconocer el coste marginal que supone
la externalidad de la contaminación para la sociedad. Tras reconocer el coste marginal
externo, como en este ejemplo, suele ocurrir que en la solución óptima queda algo de con-
taminación. Esto se debe a dos razones esenciales: los contaminantes en dosis moderadas
no son muy dañinos en la mayoría de los casos, y es muy caro producir algún bien sin
contaminar en absoluto.

Una mano invisible «defectuosa»: externalidades positivas


Hay situaciones importantes que son una imagen especular de las externalidades negativas:
las externalidades positivas, las cuales se dan cuando una actividad económica genera un
beneficio indirecto que no se tuvo en cuenta a la hora de tomar las decisiones. Las ex-
ternalidades positivas, igual que las negativas, están por todas partes. Por ejemplo, si un
residente en las Bahamas mantiene bien cuidada su parcela de terreno, seguramente aña-
dirá valor a las parcelas vecinas, aunque éstas no tuvieran nada que ver en la decisión del
primero de tener cuidada su propiedad.
Otro ejemplo importante de externalidad positiva es el rendimiento académico, lo que
no sólo ayuda al estudiante que rinde a tener mejores oportunidades laborales y salarios
más altos, sino que también aporta beneficios considerables a los demás. Estos beneficios
se manifiestan de muchas maneras, pero las más citadas son:
1. La formación académica suele incrementar el civismo, lo que favorece una socie-
dad democrática más informada.
2. Una mano de obra formada es vital para el desarrollo y la adopción de nuevas
tecnologías.
3. Una ciudadanía formada tenderá menos a delinquir.
Para los economistas y los responsables políticos, el argumento de la externalidad positiva
constituye una justificación habitual para que el Estado intervenga en la educación. Para
ilustrar por qué, empecemos por la figura 9.4, la cual muestra las curvas de demanda del
mercado y de oferta del mercado para la educación. Para facilitar la discusión, mantendre-
mos el supuesto de que la educación es un mercado perfectamente competitivo. Por tanto,
CMERCADO será un resultado eficiente: sin externalidades, la mano invisible conduce el mer-
cado hacia un equilibrio eficiente.

202 Capítulo 9 | Externalidades y bienes públicos


Figura 9.4 El equilibrio del Precio 80 9.1
mercado de la educación (en miles de $)
70 O
Como en la figura 9.1, repre-
60
sentamos aquí un mercado 9.2
sin externalidades. La pro- 50
ducción óptima se alcanza
Pmercado 40
en el punto donde la curva
de demanda del mercado 30
9.3
de la educación intersecta la
20
curva de oferta del mercado
de la educación. 10 D 9.4

10 20 30 40 50 60 70 80
Cmercado Cantidad
(en millones 9.5
de años)

Sin embargo, en el caso de que existan externalidades positivas, la mano invisible no


consigue resultados eficientes desde el punto de vista del conjunto de la sociedad. Esto se
debe a que las externalidades positivas crean beneficios sociales externos que cosechan
otros. La figura 9.5 muestra un ejemplo de externalidades positivas, que se presentan como
la diferencia entre la curva de demanda (que es el beneficio marginal) y la curva del be-
neficio marginal social (BMS). Por tanto, la curva del BMS se
corresponde con el beneficio marginal (privado) más el beneficio
Las externalidades positivas crean marginal externo: BMS = beneficio marginal + beneficio marginal
externo.
beneficios sociales externos que Estudiemos con más detenimiento la figura 9.5. La cantidad
cosechan otros. eficiente de educación desde el punto de vista de la sociedad
viene dada por CÓPTIMA. Es ahí donde el beneficio marginal so-
cial de otra unidad de educación equivale al coste marginal de
producir esa unidad de educación. Pero esta no será igual que la cantidad de equilibrio en
un mercado libre. El sector de la educación sólo producirá hasta que su coste marginal se
iguale con la demanda privada de educación, no con la demanda social. Esto se debe a que
este sector sólo puede vender su producto a quienes compran educación. Y, por razones
prácticas, no puede cobrarle a la gente que disfruta del beneficio externo de la producción
de educación, la gente que se beneficia de una ciudadanía más informada o de menos de-
lincuencia, por ejemplo.

Figura 9.5 Pérdida de eficiencia


Beneficio que pierde la sociedad con
de una externalidad positiva Precio 80 la externalidad = pérdida de eficiencia
(en miles de $)
Los rasgos de una población ins- 70
truida, como la formulación de O
políticas más informadas, significa 60
que los beneficios privados de la 50
educación subestiman los bene-
ficios totales. En el gráfico esto 40 Beneficio marginal
significa que la curva del beneficio 30
+ Beneficio
MSB marginal externo
marginal social será más alta que
la curva de demanda para cual- 20
quier cantidad de producción. Esto Beneficio
10 D marginal
conduce a una infraproducción en
educación, lo que da lugar a una
10 20 30 40 50 60 70 80
pérdida de eficiencia para la socie-
Cantidad
dad igual al triángulo amarillo. Cmercado Cóptima
(en millones
de años)

Sección 9.1 | Externalidades 203


Ahora podemos ver la ineficiencia creada al no reconocer la externalidad positiva. Aun-
que hay diferencia entre CMERCADO y CÓPTIMA y, por tanto, los beneficios marginales socia-
9.1
les son mayores que el coste marginal de la producción, esos años adicionales de educación
ni se produjeron ni se consumieron. Así que la cantidad de mercado será demasiado baja
en relación con el nivel de eficiencia social, tal como se ve en la figura 9.5, lo que da lugar
9.2 a una pérdida de eficiencia.
La pérdida de eficiencia se puede calcular igual que en el caso de las externalidades
negativas. Volvamos a la figura 9.5 y partamos de la cantidad de equilibrio, CMERCADO. En
9.3 el mercado libre, esta era la unidad de producción que equiparaba la disposición a pagar
por esa unidad de educación con el coste marginal de producirla (40.000 $ = 40.000 $).
Pero con la externalidad positiva, se ve que el beneficio marginal de la sociedad asciende
a 60.000 $ (40.000 $ privados + 20.000 $ de beneficio externo) para la última unidad
9.4
de educación adquirida. Esto significa que si se produjera esa última unidad, el bienestar
social aumentaría 20.000 $ = 60.000 $ – 40.000 $ (el beneficio marginal social de la última
unidad – el coste marginal social de la última unidad).
9.5 De hecho, con el aumento del beneficio marginal debido a las externalidades positivas,
vemos que deberíamos seguir produciendo porque las ganancias marginales que obtiene la
sociedad son mayores que los costes marginales de producción. Este razonamiento conti-
núa hasta que llegamos al punto CÓPTIMA. La cantidad de beneficio económico que se puede
conseguir si se produce la cantidad óptima se muestra en la zona del gráfico pintada de
amarillo, que es la zona situada entre la curva del beneficio marginal social y la curva del
coste marginal entre unidades CMERCADO hasta CÓPTIMA. Esta zona refleja cuánto aumentaría
el excedente social si se produjera en el nivel de eficiencia. Una vez más se aprecia que la
pérdida de eficiencia adopta la forma de un triángulo cuya flecha apunta en la dirección
que conviene a la sociedad.

Externalidades pecuniarias
La lectura de este capítulo tal vez te lleve a pensar que toda acción comercial tiene una
externalidad. Por ejemplo, si millones de nuevos consumidores deciden comprar iPod, la

DECISIÓN Y CONSECUENCIA

Externalidades en lugares insospechados


Las externalidades surgen cuando un agente intenta ser induces si contraes la gripe puede llegar a ascender a 1,5
lo más eficaz posible sin tener en cuenta cómo afectan infecciones. Teniendo en cuenta que cada año padece la
sus acciones a los demás. Visto así, sería erróneo con- gripe entre un 10 y un 20 por ciento de la población es-
siderar las externalidades como «errores». Las externa- tadounidense, esa cifra revela la repercusión que pueden
lidades pueden aparecer por el mero desconocimiento alcanzar los programas de vacunación contra la gripe.
del daño que causamos a los demás. Y, en tal caso, po- Si te parece importante tener en cuenta tus propias ex-
dríamos tomar decisiones que más tarde lamentaríamos. ternalidades, la próxima vez que sopeses los beneficios
Consideremos las vacunas contra la gripe. Cuando de- y costes que conlleva para ti la vacuna contra la gripe,
cidimos si vacunarnos o no contra la gripe, tan sólo tene- recuerda que el hecho de no vacunarte puede suponer
mos en cuenta los beneficios y costes privados de di- 1,5 contagios más para todo el mundo. En este sentido,
cha vacunación, o sea, los beneficios o costes para uno eludir el pinchazo impone una gran externalidad al resto
mismo. Pero no somos los únicos en los que causa bene- de la población, ¡incluso sobre algunos de los que se han
ficios o costes. vacunado!
Si decides ponerte la inyección contra la gripe, otros
ganan: cuando te vacunas, evitas que otros se contagien
de gripe a través de ti. Pero la gente también puede per-
der si decides no vacunarte, porque puedes pillar la gripe
y propagarla. Muchos de nosotros no tenemos en cuenta
estas externalidades (positivas o negativas) al decidir si
vacunarnos o no, pero están ahí.
Los investigadores que han estudiado las externalida-
des de las vacunas hablan de efectos muy amplios.2 Por
ejemplo, en ciertas situaciones, el efecto externo que

204 Capítulo 9 | Externalidades y bienes públicos


demanda del mercado se desplazará hacia la derecha, lo que aumentará el precio. Si estu-
vieras pensando en comprarte un iPod, ¡esos consumidores te habrían impuesto una exter-
9.1
nalidad negativa!
Intuyes bien. Todo mercado tiene este tipo de externalidad, al menos a corto plazo. Pero
en economía esta clase de externalidad se considera diferente a los ejemplos de externa-
lidad anteriores. Los dos tipos de externalidades que acabamos de estudiar tienen conse- 9.2
cuencias muy diferentes: crean ineficiencias del mercado.
El ejemplo de que mucha gente compre un bien y eso tenga un efecto comercial nega-
Una externalidad pecuniaria ocurre tivo para los demás se denomina externalidad pecuniaria. Las externalidades pecuniarias 9.3
cuando una transacción comercial se dan cuando las transacciones comerciales afectan a otras personas, pero únicamente a
afecta a otras personas únicamente través del precio de mercado. Este atributo definitorio de las externalidades pecuniarias
a través de los precios de mercado.
(que sólo actúen mediante los precios) tiene una importancia crucial. Significa que las
9.4
externalidades pecuniarias no crean ineficiencias del mercado. Y la razón es la siguiente.
Recuerda que las externalidades negativas y positivas generan cantidades de equilibrio
«erróneas». Y esto es así porque crean un coste o un beneficio externo que no se refleja en el
precio de mercado. Las externalidades pecuniarias no tienen ese efecto. Precisamente por- 9.5
que su impacto se limita estrictamente a los precios, el precio de mercado refleja a la per-
fección el impacto de las transacciones comerciales en el conjunto de la sociedad. Cabría
afirmar que las externalidades pecuniarias son necesarias para unos mercados eficientes,
porque a medida que los bienes escasean más o menos, deben variar de precio. Las externa-
lidades negativas o positivas, como la contaminación o la educación, causan ineficiencias
del mercado porque los bienes se producen y se consumen o en exceso o en defecto.

9.2 Soluciones privadas


a las externalidades
Cuando hay externalidades presentes, el resultado del mercado es ineficiente. Las figuras 9.3
y 9.5 del apartado anterior revelan las ineficiencias de no tener en cuenta las externalidades.
Desde un punto de vista conceptual, esas figuras revelan estas dos circunstancias cruciales:
1. Cuando hay externalidades negativas, los mercados libres producen y consumen en
exceso.
2. Cuando hay externalidades positivas, los mercados libres producen y consumen
demasiado poco.
Si con externalidades negativas se produce demasiado de un bien, y con externalidades
positivas se produce demasiado poco de un bien, entonces ¿cómo puede conseguir la so-
ciedad un resultado más eficiente? Caben varias posibilidades, algunas de ellas implican la
actuación particular de ciudadanos privados, mientras que otras implican la intervención
del Estado. En este apartado veremos una serie de soluciones privadas.
Un concepto fundamental unifica las múltiples soluciones a las externalidades, ya sean
públicas o privadas: se trata de la internalización de la externalidad. Cuando un individuo
o una empresa tiene en cuenta la totalidad de los costes y beneficios de sus acciones, debido
Cuando un agente tiene en a algún incentivo público o privado, se dice en economía que está internalizando la exter-
cuenta la totalidad de los costes nalidad. Cuando los efectos de sus acciones se internalizan, el resultado general es que el
y beneficios de sus acciones, está equilibrio del mercado se desplaza hacia un mayor bienestar social.
internalizando la externalidad.
Para comprender cómo funciona la internalización de la externalidad en el ámbito de las
soluciones privadas, consideraremos la situación de una central eléctrica que vierte tonela-
das de sustancias tóxicas a vías fluviales, lo que tiene consecuencias muy negativas para los
pescadores de la zona. Ponte en el lugar del alcalde de la localidad en cuestión y piensa qué
harías si los pescadores acudieran a ti en busca de ayuda para reducir los vertidos de la central.
Tal vez lo primero que se te ocurriría sería leer las ordenanzas municipales de vertidos
para comprobar si existe una ley en contra de la contaminación de los cursos fluviales.
Digamos que al hacerlo descubres que no existe ninguna regulación de este tipo, así que la
central eléctrica tiene derecho a contaminar todo lo que quiera. ¡Increíble!

Sección 9.2 | Soluciones privadas a las externalidades 205


Tu siguiente idea quizá consista en dictar leyes que impongan nuevas regulaciones a
la central eléctrica. Esta es la primera reacción de la gente debido a la percepción erró-
9.1
nea, y muy habitual, de que las autoridades son la única fuente de los cambios necesa-
rios, cuando, en realidad, las organizaciones privadas llevan años gestionando este tipo
de cambios. Estas soluciones privadas al problema de las externalidades suelen requerir
9.2 una negociación entre las partes o la aplicación de algún mecanismo de responsabilidad
social. Veamos cómo puede funcionar una negociación de este tipo.

9.3 Solución privada: la negociación


Para hacernos una idea de cómo puede funcionar una negociación, seguiremos con el ejem-
plo de la central eléctrica y los pescadores. Imagina que descubres que la central eléctrica
9.4 puede eliminar sus vertidos tóxicos si adquiere e instala depuradoras (una tecnología que
limpia el agua y el aire antes de liberarlos al ecosistema). Pero es caro comprar y mantener
las depuradoras. Una estimación de esos costes revela que a lo largo de la próxima década
9.5 los gastos en depuradoras ascenderían a cinco millones de dólares. Sin embargo, como la
central tiene derecho a contaminar por ley, no está obligada a instalar equipos tan caros.
En el otro lado de la ecuación se encuentran los pescadores. Sus asesores científicos les
dicen que la contaminación ha alcanzado niveles tan peligrosos que cabe la posibilidad de
que toda la industria pesquera de la zona desaparezca por completo en cuestión de unos años.
Su análisis revela, además, que la central eléctrica es, de hecho, la responsable principal de
esta situación ya que vierte toneladas de tóxicos al río cada semana. Los pescadores con-
cluyen que si pudieran convencer a la central de que instalara depuradoras, ellos obtendrían
unos beneficios aproximados de siete millones de dólares a lo largo de la próxima década.
En este caso, ¿cuál será el resultado si los pescadores y la central no se comunican entre
ellos? Si la dejan a su aire, es evidente que la central no estará interesada en gastarse cinco
millones de dólares en depuradoras porque no gana nada con esa maniobra. Como ves, este
resultado del mercado no es socialmente eficiente porque el bienestar total podría aumen-
tar. Y podría hacerlo en la medida de la cantidad que está en juego: dos millones de dólares
(siete millones de dólares – cinco millones de dólares). Como recordarás del capítulo 8,
esta diferencia se puede contemplar como las ganancias del mercado.
¿Significa esto que la contaminación continuará al ritmo actual porque la central eléc-
trica tiene libertad legal para hacer lo que le plazca? ¿Puede ayudar la economía a salir de
este atolladero? Pues resulta que la economía tiene un papel crucial.
Los derechos legales no tienen por qué ser un factor decisivo; se puede llegar a un
acuerdo privado. ¿Por qué estamos tan seguros? Sabemos que los pescadores están dis-
puestos a pagar hasta siete millones de dólares para librar las aguas de la contaminación
de la central, mientras que a la central sólo le cuesta cinco millones de dólares reducir la
contaminación. Por tanto, cabe la posibilidad de negociar un acuerdo mediante el cual los
pescadores dan una cantidad de dinero entre cinco millones y siete millones de dólares a la
central eléctrica, y la central instala y mantiene las depuradoras. Lo que no está claro es en
qué cantidad exacta del precio situado entre cinco y siete millones de dólares se negociará
el acuerdo (tal como se comentó en el capítulo 8 en relación con el intervalo de las posibles
relaciones reales de intercambio).
Reflexionemos ahora sobre el caso contrario: imagina que al consultar las ordenanzas
locales descubres que había una ley en contra de la contaminación de las aguas por parte de
la central. En ese caso habrías informado a la central de que estaba infringiendo la ley. Si la
central decidiera no cerrar, instalaría depuradoras para eliminar la contaminación del agua.
Lo sorprendente del asunto es que, con independencia de si la ley permite o no a la
central contaminar, siempre se llega a un resultado económicamente eficiente: la central
instala y mantiene las depuradoras porque reducir la contaminación es lo que aporta el
valor social más alto.

El derecho de propiedad otorga la El teorema de Coase


titularidad de una propiedad o de
un recurso. Este razonamiento, que la negociación conduce a un resultado socialmente eficiente con
independencia de quién tenga el derecho de propiedad legal (la titularidad de la propiedad
El teorema de Coase establece que
o los recursos), se llama teorema de Coase, en honor al economista premiado con el Nobel
la negociación privada dará lugar a que lo propuso: Ronald Coase. Este teorema tiene unas consecuencias de un gran poten-
un reparto eficiente de los recursos. cial: la negociación privada conducirá a un reparto eficiente de los recursos. Esto significa

206 Capítulo 9 | Externalidades y bienes públicos


que la persona que más valore la titularidad de un recurso acabará teniendo el derecho de
propiedad.
El resultado final El resultado final del teorema de Coase es, pues, que la intervención del Estado no es
9.1

del teorema de necesaria para resolver los problemas causados por las externalidades: de ello se pueden
Coase es que la encargar las negociaciones privadas. Aunque se llegue a este resultado eficiente con inde-
pendencia de quién posea los derechos de propiedad iniciales, quien sea que los posea no 9.2
intervención del es irrelevante. Esto se debe a que la forma como esté repartida inicialmente la propiedad es
Estado no es ne- un factor determinante en cómo se distribuya el excedente.
cesaria para resol- Dicho esto, tampoco se puede confiar en exceso en las soluciones privadas para las ex- 9.3
ternalidades por las siguientes razones:
ver el problema
1. El supuesto de que las partes implicadas (las que crean la externalidad y las que la
de las externali- sufren) pueden llegar a acuerdos económicos tiene una importancia crucial. Esto 9.4
dades: de ello se significa que siempre que los costes de transacción asociados a la negociación no
pueden encargar sean demasiado elevados se podrá llegar a un resultado económicamente eficiente.
2. Es importante que el derecho de propiedad esté claramente definido; en muchos 9.5
las negociaciones casos la ley no deja claro quién lo tiene.
privadas. 3. También importa el número de agentes sentados a cada lado de la mesa de nego-
ciación. Es fácil imaginar que una negociación conducirá a una solución eficiente
cuando hay poca gente afectada. Pero es más difícil que funcione una negociación
entre, por ejemplo, una central eléctrica y cien mil pescadores afectados.
El teorema de Coase aplicado a esta situación dirá que, independientemente de que sea
la central la que tenga derecho a contaminar o que sean los cien mil pescadores los que
tengan derecho a unas aguas limpias, el resultado final será una cantidad eficiente en tér-
minos de calidad del agua. Si la central tiene derecho a contaminar, entonces los cien mil
pescadores deberán coordinarse para pagarle a la central la reducción de los vertidos. Si los
pescadores tienen derecho a que se limpien las aguas, la central tendrá que pagarles para
verter contaminación si esa es la solución eficiente. Pero en la práctica es difícil que cien
mil pescadores negocien de alguna manera sus propios acuerdos sobre el nivel admisible
de vertidos y sobre a quién hay que compensar. En este caso, una intervención del Estado
tal vez sea el medio más eficiente para tratar la externalidad.
Los costes de transacción son los Esto es así porque los costes de transacción asociados a la negociación pueden ser de-
costes asociados a la realización de masiado altos. De ahí que, incluso cuando los derechos de propiedad estén perfectamente
un intercambio económico.
determinados, el coste de la negociación en sí (los costes de transacción asociados a la
realización de un intercambio económico) tal vez sea demasiado elevado para permitir
este tipo de acuerdo. Los costes de transacción no sólo incluyen los gastos directos, como
gastos judiciales y de tiempo, sino también el precio de una situación incómoda: tal vez sea
complicado acercarse a la puerta del vecino y negociar con él la cantidad de excrementos
que puede dejar su perro delante de tu portal. Teniendo esto presente, recurrimos a un se-
gundo método privado muy habitual para resolver los fallos del mercado que resultan de
las externalidades: los mecanismos de responsabilidad social.

Solución privada: hacer lo correcto


¿Conoces el logotipo de la izquierda? Si vives en EE.UU. seguramente lo habrás visto en
los electrodomésticos de tu cocina, en tu ordenador o en las ventanas de casa. Significa
que tienes productos con la acreditación de eficiencia energética. ENERGY STAR es un
programa conjunto que introdujeron en 1992 la Agencia de Protección Medioambiental
(EPA) y el Departamento de Energía de Estados Unidos, consistente en un etiquetado vo-
luntario para identificar y promover los productos con eficiencia energética, y reducir así
las emisiones de gases de efecto invernadero. Los primeros productos etiquetados como
ENERGY STAR fueron ordenadores personales y monitores, pero en la actualidad el pro-
grama incluye más de sesenta tipos de productos que incluyen grandes electrodomésticos,
equipos de oficina, iluminación y aparatos electrónicos domésticos. Hoy en día es difícil
no ver esta identificación en cuanto se entra en un lugar de trabajo.
El programa ENERGY STAR se puso en marcha por dos razones principales: porque
¿Compras productos con el dis- hay incentivos económicos asociados a esos productos (reducción de los costes de elec-
tintivo ENERGY STAR? tricidad y posibles ahorros fiscales) y porque implica un mecanismo de responsabilidad
social, ya que informa sobre «productos ecológicos» y apela a un código ético para «hacer

Sección 9.2 | Soluciones privadas a las externalidades 207


lo correcto» y comprarlos. No hay ninguna ley que obligue a comprar productos ENERGY
STAR, pero el aumento sustancial del programa desde 1992 demuestra el poder de motivar
9.1
a la gente para que aporte su granito de arena en relación con el medio ambiente. En len-
guaje económico, el código ético de que cada cual ponga algo de su parte no es otra cosa
que internalizar externalidades.
9.2 Cuando se medita un poco sobre el tema, se ve que los mecanismos de responsabilidad
social están por todas partes y nos ayudan a reducir las externalidades. Por ejemplo, más
adelante en este mismo capítulo veremos que ciertas organizaciones privadas, como el
9.3 Sierra Club, son bastante eficaces en la protección del medio ambiente. La organización
benéfica Smile Train hace una labor increíble con niños de otros países con labio leporino.
Más cerca de nosotros, cuando esperamos en una cola para entrar a un espectáculo o para
pagar en la caja de un supermercado, es raro que alguien se salte la cola. La gente suele
9.4
contenerse, no porque haya fuertes multas para quien lo haga, sino porque saltarse la cola
sería muy mal visto por las personas a quienes les tocaría pagar los costes de la grosería.
Estos costes impuestos por la sociedad reducen la cantidad de episodios de este tipo pro-
9.5 porcionando un beneficio neto de la sociedad. La vergüenza, el sentimiento de culpa y el
temor a la censura pública son mecanismos eficaces de un buen comportamiento social.
En concreto, todos estos controles sociales ayudan a internalizar la externalidad negativa
impuesta sobre otros, lo que reduce este tipo de comportamientos.
Aunque las soluciones privadas pueden revelarse muy eficaces, la intervención directa
del Estado puede tornarse necesaria cuando fracasan las intervenciones privadas. La in-
tervención del Estado suele adoptar la forma de normativas que limitan de algún modo la
producción causante de la externalidad, o de impuestos o permisos necesarios para produ-
cir. Veamos ahora algunos ejemplos de soluciones administrativas de las externalidades.

9.3 Soluciones públicas


a las externalidades
Los mercados pueden fallar en muchos aspectos o, cuando menos, no alcanzar los resultados
ideales del mercado competitivo ilustrados en las figuras 9.1 y 9.4. Siempre que los mercados
fracasan, las autoridades políticas deben plantearse la siguiente cuestión: ¿puede el Estado
conseguir un resultado concreto con más eficiencia que el mercado? Hemos aprendido que
existen soluciones privadas con gran potencial para resolver las externalidades, soluciones
que incluyen la negociación entre las partes y la implantación de mecanismos de responsa-
bilidad social. Pero estas medidas también pueden quedarse cortas en ciertas situaciones.
Las administraciones afrontan las externalidades a través de dos medidas principales:
1. Políticas de imposición y control, con las que un gobierno regula de manera directa
la distribución de los recursos.
2. Políticas basadas en el mercado, con las que el gobierno incentiva a organizaciones
privadas para internalizar la externalidad.
Retomemos el caso de los vertidos de contaminantes desde la central eléctrica. Supón
que la central también emite gases contaminantes al aire que perjudican a millones de
hogares en las regiones circundantes. En tal caso, los costes están tan dispersos que las
negociaciones privadas resultan imposibles. Ponte en el lugar de la autoridad y piensa qué
harías en este caso: una situación en la que tienes la seguridad de que reducir las emisiones
de la central será beneficioso para la sociedad. Acabarás recurriendo a las dos medidas
recién citadas, las cuales analizaremos ahora con más detalle.

Regulación: políticas de control


La regulación imponiendo Si sabes que la reducción de las emisiones sería beneficiosa para la sociedad es porque
controles, o bien limita de manera
directa la cantidad de producción o
has reparado en que CMERCADO > CÓPTIMA, y un paso en la dirección correcta consistirá en
bien impone el uso de determinadas reducir la cantidad producida (y, por tanto, la contaminación). Una medida habitual para
tecnologías. resolver este problema consiste en imponer una regulación. Mediante dicha regulación,

208 Capítulo 9 | Externalidades y bienes públicos


la autoridad política, o bien limita de manera directa la cantidad de producción, o bien
impone el uso de ciertas tecnologías.
9.1
Muchas de las primeras medidas medioambientales que se adoptaron en EE.UU., in-
cluida la histórica legislación de agua limpia y aire limpio de la década de 1970, fueron
regulaciones que imponían un control directo de las actividades productivas. En aquel caso,
el Estado exigió a las empresas contaminantes la adopción de la mejor tecnología disponi- 9.2
ble para reducir la contaminación. Por ejemplo, la Ley de Agua Limpia (Clean Water Act)
de Estados Unidos especificaba con exactitud qué clase de tecnología debía instalar cada
planta para seguir operando. Regulaciones parecidas se encuentran en las diversas Enmien- 9.3
das a la Ley de Aire Limpio (Clean Air Act Amendments). Por ejemplo, las enmiendas de
1977 estipulaban que las fábricas nuevas contaminantes instalaran determinadas tecnolo-
gías de reducción de la contaminación.
9.4
Como habrás adivinado, hay muchas maneras de regular las empresas contaminantes,
y la técnica de imponer un control por ley tal vez no sea el método de regulación más
eficaz para reducir la contaminación. Por un lado, este tipo de regulación incentiva poco
a los productores para que busquen formas más rentables de reducir la contaminación en 9.5
sí. Esto se debe a que los legisladores han centrado la atención en un objetivo equivocado:
imponen la tecnología que debe utilizar el productor. Esto anima al productor a desarrollar
métodos eficientes para usar la tecnología impuesta. Pero, en lugar de dirigir los esfuerzos
del productor en el desarrollo de formas más económicas de usar la tecnología impuesta,
el legislador debería incentivar a los productores para que buscasen o desarrollasen tecno-
logías más rentables.

Regulación: formulaciones basadas en el mercado


Dado que lo que interesa es una regulación eficiente, decides renunciar a políticas de con-
Un planteamiento regulador trol, y aplicar en su lugar un planteamiento regulador basado en el mercado. Este tipo
basado en el mercado internaliza de planteamiento internaliza externalidades aprovechando el potencial de las fuerzas del
externalidades aprovechando mercado. ¿Qué significa esto en el ejemplo de la central eléctrica? Con la formulación
el potencial de las fuerzas del
mercado.
basada en el mercado, el método para reducir la contaminación se deja esencialmente en
manos de quien contamina: la propia central eléctrica. Por tanto, hay más incentivos para
desarrollar métodos nuevos a fin de reducir la contaminación que con las políticas de im-
posición y control.

Impuestos y subsidios correctores


Los planteamientos basados en el mercado más utilizados para atajar externalidades son
impuestos y subsidios correctores. Volvamos al caso de la central eléctrica. Como su pro-
ducción genera una externalidad negativa, está produciendo demasiado. Así que quieres
que la central reduzca su producción porque con ello desplaza la cantidad producida hacia
el nivel eficiente. Puedes hacerlo gravando la producción de la central. Estos impuestos
Los impuestos correctores se denominan impuestos correctores o pigouvianos, nombre que reciben del econo-
o pigouvianos són impuestos mista Arthur Pigou, uno de los primeros en proponer este tipo de impuestos. Un impuesto
diseñados para incentivar
corrector es un impuesto pensado para incentivar a los agentes que producen externalidades
a los agentes que producen
externalidades negativas a reducir negativas a que reduzcan su cantidad hasta alcanzar el nivel óptimo para la sociedad.
su cantidad hasta alcanzar el nivel Si sabes que hay una externalidad, ¿qué deberías hacer? El primer paso consiste en cal-
óptimo para la sociedad. cular el coste marginal externo. La economía ha desarrollado herramientas para facilitar el
cálculo de estos costes, y más adelante, dentro del cuadro titulado «Que hablen los datos»,
comentaremos un ejemplo. En este caso, partiremos del supuesto de que las autoridades
calculan un coste marginal externo como el de la figura 9.6. El siguiente paso consiste en
gravar con un impuesto corrector esa cantidad para reducir la cantidad de equilibrio hasta
el nivel óptimo para la sociedad.
Es decir, se recauda un impuesto por unidad igual al coste marginal externo de la exter-
nalidad que, según la figura 9.6, asciende a 0,10 $ por unidad. Como la carga fiscal es igual
a la diferencia entre O y CMS, las centrales optarán ahora por un resultado maximizador
del beneficio que es igual a CÓPTIMA. Visto desde otro ángulo, un impuesto pigouviano crea
una curva virtual de oferta del mercado que es idéntica a la curva del CMS al hacer que cada
fábrica tenga en cuenta la externalidad al decidir su nivel de producción. Y tienen en cuenta
la externalidad porque no pueden ignorar el impuesto corrector al tomar sus decisiones de
producción. Por tanto, el impuesto alinea a la perfección los incentivos privados con los de

Sección 9.3 | Soluciones públicas a las externalidades 209


9.1 Figura 9.6 Efecto de un impuesto Precio 0,40
pigouviano (por kWh) en $ CMS
0,35
O
Como planificador social que eres,
0,30
9.2 sabes que tienes que procurar que las
externalidades se internalicen. Una 0,25
solución consiste en gravar con un Coste marginal externo
0,20
impuesto cada unidad de producción = impuesto al productor
9.3 por la cantidad de la externalidad ne- 0,15
gativa. Un impuesto así permite que
0,10
la externalidad se internalice y que se
obtenga un resultado más eficiente. 0,05 D
9.4

100 200 300 400 500 600 700 800


Cantidad
9.5 Cóptima Cmercado (en miles de millones de kWh)

la sociedad. En realidad, el impuesto corrector internaliza la externalidad de la contamina-


ción. Y esto conlleva unos resultados eficientes del mercado
El mismo razonamiento aplicado a las externalidades negativas sirve también para las
Los subsidios correctores externalidades positivas: el Estado puede recurrir a subsidios correctores o pigouvianos
o pigouvianos están diseñados para internalizar la externalidad. Un subsidio corrector está pensado para incentivar a los
para incentivar a los agentes que
agentes que producen externalidades positivas para que aumente su volumen de producción
producen externalidades positivas a
aumentar su cantidad hasta el nivel hasta el nivel óptimo para la sociedad. En el caso de las externalidades positivas, se utiliza
óptimo para la sociedad. un subsidio para corregir la externalidad.
Los subsidios correctores o subsidios pigouvianos están diseñados para incentivar a
los agentes que producen externalidades positivas a aumentar su cantidad hasta el nivel
óptimo para la sociedad. Retomemos el ejemplo de la educación, ilustrado en la figura 9.7.
¿Qué habría que hacer en este caso? Igual que cuando existe una externalidad negativa,
hay que empezar calculando el beneficio marginal social de la educación. Después de eso,

QUE HABLEN LOS DATOS

Cómo cuantificar las externalidades


Uno de los mayores retos para una administración con- especialmente peligrosos y, de acuerdo con esas directri-
siste en cuantificar los costes o beneficios externos de ces, la Agencia de Protección Medioambiental y las au-
una actividad. Por ejemplo, en el caso de la contamina- toridades de cada estado impusieron reducciones en las
ción del aire por parte de una central eléctrica, ¿cómo cantidades totales de partículas en suspensión en conda-
harán las autoridades para evaluar los costes de un aire dos calificados como «incumplidores». Tras la implanta-
de peor calidad? Un procedimiento consiste en analizar ción de la ley en 1970 y su enmienda en 1977, que reforzó
cómo influye la calidad del aire en los precios de los bie- la aplicación de la ley al exigir que cualquier aumento de
nes que se comercian en los mercados. Justo eso hicie- emisiones debido a nuevas inversiones se compensara
ron los economistas Kenneth Chay y Michael Greenstone con la reducción de las emisiones de cualquier otra pro-
para cuantificar el valor de limpiar varios tipos de conta- cedencia en un mismo condado, empezó a mejorar la cali-
minación atmosférica tras la implantación de la Ley de dad del aire (de nuevo cuantificada mediante la medición
Aire Limpio de 1970.3 Antes de 1970 apenas existía en de la cantidad total de partículas en suspensión).
EE.UU. una regulación federal sobre la contaminación del Chay y Greenstone estudiaron cómo cambiaron los
aire, y el asunto no era una prioridad a nivel de cada es- precios de la vivienda en los condados donde, debido a
tado. Como consecuencia, muchos condados permitie- la ley de aire limpio, se produjo una mejora considerable
ron el funcionamiento de fábricas sin ninguna regulación de la calidad del aire. Detectaron incrementos considera-
al respecto, y en varios condados muy industrializados la bles en el precio de la vivienda (y ningún cambio aprecia-
contaminación alcanzó niveles muy elevados. En particu- ble en la renta per cápita del condado). Calcularon que
lar, en muchos condados urbanos, los niveles de conta- el valor de la vivienda experimentó un incremento global
minación atmosférica medidos por la cantidad total de aproximado de 45.000 millones de dólares debido a la
partículas en suspensión llegaron a ser peligrosos. ley de aire limpio. La Administración recurre a este tipo
La ley de aire limpio instauró directrices para lo que cons- de cálculos para orientarse al decidir la implantación de
tituían niveles excesivamente altos de cinco contaminantes impuestos y subsidios correctores.

210 Capítulo 9 | Externalidades y bienes públicos


Figura 9.7 Efecto de un subsidio Beneficio marginal externo 9.1
pigouviano en el mercado Precio 80 = subsidio al consumidor
(en miles de $)
de la educación 70
O
Al introducir subsidios pigouvianos, el 60 9.2
Estado pretende aumentar la cantidad
de equilibrio. Este subsidio nos des- 50

plaza hacia un resultado más eficiente. 40


9.3
30 BMS

20

10 D
9.4

10 20 30 40 50 60 70 80
Cmercado Cóptima Cantidad 9.5
(en millones de años)

el siguiente paso consiste en aplicar un subsidio corrector para aumentar la cantidad de


equilibrio hasta el nivel óptimo para la sociedad.
Es decir, la subvención de cada unidad es igual al beneficio marginal social de la exter-
nalidad, que asciende a 20.000 dólares al año, tal como ilustra la figura 9.7, y que equivale
a la diferencia entre D y BMS. Una vez más, como el monto de la subvención es igual
a esta diferencia, la gente tiene ahora un incentivo para elegir el nivel de educación eficiente
para la sociedad, o CÓPTIMA. De este modo, el subsidio pigouviano crea una curva virtual de
demanda que es idéntica a la curva del BMS al hacer que los individuos tengan en cuenta
la externalidad al tomar decisiones relacionadas con su educación. Tenemos en cuenta la
externalidad porque al decidir si continuamos estudiando, tenemos en cuenta el subsidio
corrector. Por tanto, el subsidio alinea a la perfección los incentivos de cada cual con los
incentivos sociales. En realidad, el subsidio corrector internaliza la externalidad positiva.
Y esto conlleva unos resultados eficientes del mercado.
Como sabrás por experiencia propia, estos incentivos se utilizan a menudo en la prác-
tica. Muchos gobiernos destinan grandes subvenciones a la educación, desde los cursos
de preescolar hasta los estudios de doctorado. La creatividad con que se estructuran esos

QUE HABLEN LOS DATOS

Pague por lo que tira: ¡también los consumidores


crean externalidades negativas!
Si compartes piso, seguramente conoces un caso per- y, en teoría, este tipo de impuestos
fecto para instaurar un impuesto pigouviano: la basura. debería animar a la gente a interna-
Seguramente producís gran cantidad de basura en el lizar el coste que su comportamiento tiene para la ciudad.
piso, y cuando el cubo se llena suele dar mucha pereza Los programas «pague por lo que tira» se han introdu-
llevar la bolsa al contenedor. A veces tus compañeros cido en 4.032 comunidades de 43 estados, lo que abarca
prevén este coste y dejan que la basura se apile más y alrededor del 10 % de la población estadounidense, y la
más dentro de la bolsa. abrumadora conclusión es que esos programas reducen
Pero, al final, alguien tiene que sacarla y no suele haber la cantidad de basura que tira la gente. Un estudio reveló
ningún mecanismo para incentivar esa acción. Las ciuda- que la instauración de un programa «pague por lo que
des tienen un problema parecido, pero a una escala mu- tira» ¡redujo la basura doméstica en más de una tonelada
cho mayor. Es decir, la gente compra y tira toneladas de al año!4
basura y su eliminación no sale gratis. Con la finalidad de Esta reducción procede en parte de una disminución
reducir esa basura y el coste que conlleva, las ciudades de la producción de basura, pero también de un au-
han instaurado impuestos pigouvianos que en Estados mento del reciclaje. Al final, el impuesto pigouviano so-
Unidos se conocen como «pague por lo que tira». Estos bre la basura parece cumplir la teoría sostenida por Pigou
programas imponen a la gente un precio por cada bolsa tanto tiempo atrás: que con un impuesto corrector las de-
de basura que produce. Ese precio es, por supuesto, el cisiones de los consumidores empiezan a virar hacia el
coste que le supone a la ciudad deshacerse de cada bolsa óptimo social.

Sección 9.3 | Soluciones públicas a las externalidades 211


subsidios abarca desde la instauración de la educación pública gratuita, hasta becas espe-
ciales para cursar estudios universitarios o préstamos de formación muy subvencionados.
9.1
Todo esto sucede porque el Estado intenta promover la educación con la intención de corre-
gir los fallos del mercado que genera la gente al decidir su nivel de formación.
En resumen, las externalidades tienen la capacidad de abrir una brecha entre los benefi-
9.2 cios y costes sociales y los beneficios y costes privados. Esta separación crea una distorsión
(una pérdida de eficiencia) si las cantidades de equilibrio en el mercado divergen de las
cantidades que son óptimas para la sociedad. Los impuestos y subvenciones correctores
9.3 Una ciudadanía informada pueden hacer que los agentes internalicen sus externalidades. Mediante la aplicación de
puede dar lugar a mejores resul- estos impuestos, el Estado aumenta la recaudación tributaria, pero ése no es su objetivo
tados políticos. principal. Lo que pretende es alinear los incentivos privados y los incentivos sociales, y
9.4
para ello depende sobre todo de la cuantificación de las externalidades. Es un área de in-
vestigación pujante dentro de la economía la del cálculo de los costes y beneficios de las
externalidades. ¿Cómo calcularías tú el valor en dólares de una externalidad?

9.5

9.4 Bienes públicos


Mucha gente del centro de Estados Unidos está acostumbrada a oír la estruendosa sirena que
avisa de la llegada de un tornado cuando el cono nuboso se acerca girando vertiginosamente.
En cuanto suena la sirena, nadie puede impedir que los demás la oigan, y el hecho de que
una persona oiga la sirena no influye en absoluto en la capacidad de los demás para oírla.
Estas dos propiedades (que nadie pueda impedir a otros el consumo de un bien [el aviso de
la sirena en este caso) y que el consumo de una persona no impida el de otras] caracterizan
los servicios o bienes públicos. Son distintos de los bienes que hemos estudiado hasta ahora
(los bienes privados), con los cuales se comercia en mercados donde confluyen compradores
y vendedores y, si ambos están de acuerdo en el precio, se transfiere la titularidad del bien.
Para comprender la naturaleza de un bien público, resulta útil comparar y contrastar
los bienes públicos y los privados con más detenimiento. Hay dos características que los
diferencian:
Una vez que se produce un bien no 1. Exclusión: los bienes privados son excluibles, lo que significa que se puede negar su
excluible, ya no es posible excluir a consumo a la gente que no ha pagado por ellos. Los bienes públicos son no excluibles,
nadie del uso de ese bien.
lo que significa que una vez que se producen, no se puede excluir a nadie de su uso.
2. Rivalidad en el consumo: los bienes privados son rivales en cuanto a su consumo, lo
Un bien no rival es aquél cuyo
consumo por parte de una persona
que significa que no pueden ser consumidos por más de una persona al mismo tiempo.
no impide su consumo por parte de Los bienes públicos son de consumo no rival, lo que significa que su consumo por
otras. parte de una persona no impide que otras lo consuman.
En resumen, podemos afirmar que los bienes privados son excluibles y rivales en cuanto a su
Un bien público es un bien no rival consumo, y que los bienes públicos son no excluibles y no rivales en cuanto a su consumo.
y no excluible. La figura 9.8 ayuda a entender los distintos tipos de bienes que existen en economía de
acuerdo con su grado de exclusión y de rivalidad. Analicemos con más detalle cada una de
las cuatro categorías de bienes de la figura.
(1) Bienes privados ordinarios, en el extremo superior izquierdo de la figura 9.8, son
bienes altamente excluibles y altamente rivales en su consumo. Piensa en las chocolatinas

Exclusión
Figura 9.8 Cuatro tipos
de bienes Alta Baja
Bienes privados ordinarios Bienes comunales
Los bienes se pueden clasifi-
car de acuerdo con dos Alta (ropa, alimentos, mobiliario) (pesca, agua, bosques,
características: la exclusión bocadillos en una comida
campestre)
y la rivalidad. La exclusión Rivalidad en el
disminuye de izquierda consumo Bienes tipo club Bienes públicos
a derecha, mientras que (TV por cable, TV de pago, Wi- (defensa nacional, sistemas de
Baja
la rivalidad en el consumo Fi, descargas de música) alerta temprana, medidas para
disminuye de arriba abajo. proteger el planeta)

212 Capítulo 9 | Externalidades y bienes públicos


Snickers que acabas de comprar en el quiosco: en cuanto te compras y te comes esa cho-
colatina en concreto, nadie más puede hacerlo; has excluido a los demás de comprar esa
9.1
chocolatina en particular. Por tanto, ese consumo tuyo ha reducido la capacidad de otra
persona para consumir esa golosina; de hecho, tu consumo ha producido una reducción
de una unidad en las chocolatinas Snickers disponibles para los demás. Gran parte de los
bienes y servicios que se compran y se venden en la economía de mercado tienen estas 9.2
propiedades, y por eso hemos dado por supuesto que hablábamos de este caso al definir la
oferta y la demanda en capítulos previos.
(2) En el extremo inferior izquierdo de la figura, encontramos otra categoría de bienes: 9.3
los que son altamente excluibles, pero no rivales en su consumo. Estos bienes excluibles
Un bien tipo club es no rival, pero y no rivales se denominan bienes tipo club (club goods), bienes artificialmente escasos, o
excluible. bienes reservados. Por ejemplo, quizá cuando acabes de leer este capítulo enciendas la tele
9.4
para ver tu programa favorito de la televisión por cable. Al hacerlo, no influyes en la capa-
cidad de los demás para ver ese mismo programa. Por tanto, la televisión por cable es un
bien no rival porque mucha gente puede verla al mismo tiempo sin alterar la capacidad de
los demás para verla. Sin embargo, algunos individuos quedarán excluidos de ver la televi- 9.5
sión por cable porque no pagan por el servicio. De ahí que se trate de un bien excluible. Los
bienes tipo club plantean ciertos problemas cuando se venden como un bien privado. Son
bienes no rivales, así que el coste marginal de suministrar una unidad más es bajo (tal vez
incluso nulo), pero suelen requerir grandes costes fijos, como las inversiones necesarias
para ofrecer la televisión por cable. Si se vende al coste marginal, las empresas no llegan a
cubrir nunca los elevados costes fijos en que incurren. En cambio, los consumidores tienen
con frecuencia una disposición favorable a pagar por estos bienes. Como consecuencia, los
bienes club no suelen venderse en mercados perfectamente competitivos.
(3) En el extremo superior derecho de la tabla aparece una categoría de bienes denomi-
Los bienes comunales son un tipo nados bienes comunales y que son no excluibles pero sí son rivales en su consumo. Por
de bienes rivales y no excluibles. ejemplo, el acceso a un lago está abierto a cualquier pescador, pero los peces pescados
no podrán ser capturados por otro pescador y, por tanto, son rivales. De manera análoga,
cuando pasas un día en el campo, ¿qué pasa cuando se acaban los bocadillos de queso?
Pues que no te queda más remedio que recurrir a una segunda opción, que serán los boca-
dillos de jamón. Hablaremos más sobre este tipo de bienes al final del capítulo.
(4) Un tipo muy distinto de bienes figura en el extremo inferior derecho de la figura:
los bienes públicos. Recuerda que son bienes que no son rivales en su consumo y que son
no excluibles. Pensemos en la protección de la Tierra frente al cambio climático. Los go-
biernos de todo el mundo destinan miles de millones de dólares cada año para reducir los
perjudiciales gases invernadero. Aunque alguna gente dejara de pagar sus impuestos para
mantener esas medidas medioambientales, los gobiernos no podrían excluirlos del disfrute
de sus beneficios. Es decir, si bien la televisión por cable es un bien excluible, el disfrute de
un clima benigno en el planeta no lo es. La defensa nacional y los sistemas de alerta local
también son ejemplos de bienes públicos que disfrutamos a diario.
Los bienes públicos plantean problemas especiales para que los proporcionen los mer-
cados, porque los consumidores no ven el sentido de comprarlos. Cuando adquieres una
Nintendo DS, está claro qué te la llevas a cambio de tus 100 $. ¿Qué te ofrecen cuando das
100 $ al Estado para la defensa nacional? El organismo encargado de la defensa nacional
te protegerá pagues o no 100 $. Y como tu aportación de 100 $ no es determinante para
el éxito o el fracaso del sistema nacional de defensa, es muy probable que no pagues los
100 $ en un primer momento. ¿Para qué vas a destinar 100 $ al Estado con la finalidad de
recibir bien poco a cambio, cuando puedes mandar esos mismos 100 $ a Amazon.com y
recibir una Nintendo DS?
Este ejemplo ilustra un problema crucial para la provisión eficiente de bienes públicos:
los queremos, pero no estamos dispuestos a pagar por ellos porque nadie puede excluirnos
de su consumo una vez que se proporcionan. Y esto le pasa a todo el mundo. Así que los
El problema del polizón aparece bienes públicos adolecen de lo que en economía se denomina el problema del polizón
cuando un individuo sin incentivos (free-rider), que se caracteriza por el hecho de que nadie tiene ningún incentivo para pagar
para pagar por un bien decide no por él porque no pagarlo no impide consumirlo. Los polizones o bien consumen más de lo
pagarlo porque esta decisión no le
impide consumirlo.
que les correspondería, o bien pagan menos de lo que les correspondería.
Estas son las situaciones en las que una intervención del Estado puede elevar el excedente
social. Pero ¿qué cantidad del bien público debe proporcionar el Estado si aspira a maximi-
zar el excedente social? ¿Hay otras maneras de proporcionarlo? Analicemos esta cuestión.

Sección 9.4 | Bienes públicos 213


9.1
DECISIÓN Y CONSECUENCIA

El dilema del polizón


9.2 Imagina que te apuntas a participar junto con otros nueve de cada individuo. Si aportas 1 $ a la cuenta común, en-
estudiantes en un experimento económico de laboratorio tonces el conjunto del grupo recibe 2 $ (un beneficio
para ganar un poco de dinero. El encargado del experi- marginal de 1 $), pero a ti sólo te corresponderá recibir
9.3 mento os da 10 $ a cada uno y os explica que, de manera 20 céntimos a cambio de ese dólar. Es decir, el hecho
anónima y simultánea, podéis ceder cualquier fracción de donar ese dólar a la cuenta común, ¡te cuesta a ti 80
de esa cantidad a una cuenta común. En concreto, las céntimos!
aportaciones a la cuenta común se multiplicarán por dos Cuando sabes esto, te das cuenta de que maximizarás
9.4 y la cantidad total resultante se repartirá por igual entre tus ganancias si no donas nada a la cuenta común.
los diez estudiantes que formáis parte del experimento.5 Veamos un ejemplo sencillo. Supón que todos los de-
Por ejemplo, si cada uno de vosotros aporta la mitad de más donan todo lo que tienen a la cuenta común. ¿Qué
lo que recibió, o 5 $, a la cuenta común, ésta empezará diferencia habrá entre que tú también lo aportes todo o
9.5
teniendo 50 $ = 10 × 5 $. Tras doblar esa cantidad, habrá que no aportes nada?
100 $ para repartir por igual entre los 10 participantes. Al
final, te irás con 15 $: o sea, los 10 $ que te corresponden Si no donas nada:
de la cuenta común y los 5 $ que decidiste no donar. 90 $ × 2
Ahora te preguntamos: ¿Qué fracción de esos 10 $ es-
10 $ + = 28 $
10
tás dispuesto a aportar a la cuenta común?
Está claro que para maximizar las ganancias del grupo, Si lo donas todo:
todo el mundo debería donar los 10 $ íntegros al fondo
común. De esta manera, la cantidad total ganada con el 100 $ × 2
0$ + = 20 $
experimento subiría de 100 $ a 200 $, de manera que 10
tocarían 20 $ por persona. Entonces, ¿por qué los expe-
rimentos de este tipo revelan que la media de las apor- Como ves, si haces de polizón y no aportas nada a la
taciones no llega a los 2 dólares, y que alrededor de la cuenta común, ganarás 8 $ más que si lo donas todo.
mitad de los participantes no aporta nada? En la vida real imperan los mismos incentivos cuando se
Para el grupo, el beneficio marginal de donar supera trata de bienes públicos, así que ¡no es de extrañar que
el coste marginal de donar. Pero la cosa cambia al hablar muchos de nosotros actuemos como polizones!

Provisión de bienes públicos por parte del Estado


Lo que diferencia los bienes públicos de los bienes privados es precisamente su naturaleza
no rival y no excluible. Su no excluibilidad representa una oportunidad única para que
el Estado intervenga y los proporcione, porque puede crear impuestos para financiarlos. En el
caso de la provisión de bienes públicos se aplica la lógica habitual de coste-beneficio:
el Estado debería ampliar la producción hasta que los beneficios marginales igualasen los

Precio en $ 100 Precio en $ 100 Precio en $ 100


90 90 90
80 80 80
70 70 70
60 60 60
50 + 50 = 50
40 40 40
30 30 30
Tu Demanda Demanda
20 demanda 20 de Jim 20 del mercado
10 10 10

1 2 3 4 5 6 7 8 1 2 3 4 5 6 7 8 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16
Cantidad Cantidad Cantidad
(a) (b) (c)

Figura 9.9 Obtención de una curva de demanda del mercado para un bien privado
Para construir la curva de demanda del mercado, se halla cuánta cantidad demandáis tú y Jim a un precio determi-
nado, y después se suman esas cantidades en horizontal para trazar la curva de demanda del mercado.

214 Capítulo 9 | Externalidades y bienes públicos


costes marginales. Es decir, si los beneficios marginales superan los costes
marginales de proporcionar una unidad más, ésta debería proporcionarse.
Precio en $ 100 9.1
Desde un punto de vista conceptual, podemos calcular el nivel óptimo de
90
80
provisión de un bien público cuando se conoce la curva de demanda del mer-
70 cado y los costes marginales asociados a la aportación de distintos niveles de
60 un bien público. Para confeccionar la curva de demanda del mercado, hay que 9.2
50 conocer primero las curvas de demanda individuales. Antes de hacerlo, recor-
40 demos cómo se halla la curva de demanda del mercado para bienes privados.
30
Tu Recuerda que en este caso sumábamos en horizontal. Es decir, se suma la 9.3
20 demanda cantidad total demandada por todos los consumidores a un precio determinado
10
para calcular la demanda del mercado a ese precio. La figura 9.9 lo resume con
1 2 3 4 5 6 7 8 un ejemplo de un mercado de dos personas. El gráfico (a) contiene tu curva
9.4
Cantidad de demanda para pantalones, y el gráfico (b) contiene la curva de demanda
(a) de Jim para pantalones. Para simplificar, ambas curvas se han trazado conti-
+ nuas, aunque sería difícil que pudieras comprar 2,5 pantalones. A un precio de
Precio en $ 100 50 $, tú demandas 3 pantalones y Jim demanda 3 pantalones. Esto da lugar 9.5
90 a una demanda total del mercado de 6 pares de pantalones a 50 $, tal como
80
ilustra el gráfico (c) de la figura. Al sumar todas las cantidades demandadas en
70
60
horizontal, se obtiene la curva de demanda del mercado del gráfico (c).
50
La obtención de la curva de demanda del mercado para bienes públicos sigue
40 una lógica similar. Pero la naturaleza no rival y no excluible de este tipo de bie-
30 nes tiene gran relevancia al pasar de la curva de demanda individual a la curva de
Demanda
20 de Jim demanda del mercado para los bienes públicos. En lugar de sumar en horizontal,
10 como hacíamos con los bienes privados, la demanda del mercado de los bienes
1 2 3 4 5 6 7 8
públicos se halla sumando las curvas de demanda individuales en vertical. Esto
Cantidad es así porque el bien público es no rival, así que tanto tú como Jim podéis consu-
(b) mir cualquier unidad del bien al mismo tiempo. Así que, para obtener una curva
= de demanda del mercado, hay que sumar las curvas de demanda individuales en
Precio en $ 200 vertical, porque eso da una medida de la cantidad de dinero que están dispuestos
180 a pagar los consumidores por cada unidad del bien público.
160 Vamos a ponerlo en práctica. Imagina que seguimos hablando de ti y de
140 Jim pero que ahora nos centramos en la demanda de misiones espaciales, un
120 bien público que puede deparar nuevos hallazgos útiles para toda la humani-
100
dad (en el caso de que descubra misterios del cosmos que son no excluibles y
80
no rivales). Para facilitar la comparación, supongamos que tú y Jim tenéis la
60
40
Demanda misma curva de demanda para las misiones espaciales que la que teníais para
del mercado
20 los pantalones, y que esa curva vuelve a ser continua.
La figura 9.10 muestra tu curva de demanda para las misiones espaciales en
1 2 3 4 5 6 7 8
el gráfico (a), la de Jim en el gráfico (b), y la curva de demanda del mercado
Cantidad
(c) para el bien público en el gráfico (c). En cada nivel de provisión del bien pú-
blico, la curva de demanda del mercado revela cuánto estará dispuesto a pagar
el mercado por una unidad adicional del bien público.
Como ves, como valoras la primera misión espacial en 70 $, y Jim también
la valora en 70 $, el beneficio marginal total de este primer viaje de la misión
espacial asciende a 140 $, tal como muestra el gráfico (c). Esto se denomina
Figura 9.10 Obtención de una demanda del mercado para una unidad, porque es la cantidad total de dinero
curva de demanda del mercado que los consumidores están dispuestos a pagar por la primera unidad del bien
para un bien público público. De manera análoga, valoras la tercera misión espacial en 50 $, y Jim la
Los bienes públicos deben cuantifi- valora en 50 $. Por tanto, el beneficio marginal para la sociedad de esta tercera
carse a partir del beneficio marginal misión espacial asciende a 100 $, tal como ilustra el gráfico (c). Es decir, se
que una sola unidad de ese bien suman los precios correspondientes a cada nivel de cantidad de las curvas de
aporta a la sociedad. Por esta razón, demanda individuales para inferir la curva de demanda del mercado para los
las curvas de demanda del mercado bienes públicos.
para los bienes públicos se suman Para calcular exactamente cuánta cantidad del bien público debería pro-
a lo largo del eje de ordenadas, porcionar el Estado, la oferta (la curva del coste marginal) de las misiones
lo que revela la disposición total espaciales debe representarse sobre la curva de demanda del mercado para
a pagar por cada unidad del bien las misiones espaciales. Esto se ha hecho en la figura 9.11. Para calcular el
público.
nivel de equilibrio de las misiones espaciales, seguimos los principios de de-
cisión mencionados con anterioridad: habrá que ir aumentando la cantidad de

Sección 9.4 | Bienes públicos 215


9.1 Figura 9.11 El punto de equilibrio Precio en $ 160
para proporcionar un bien público
140 O
Una vez establecidas las curvas de
120
9.2 oferta (coste marginal) y de demanda
del mercado para las misiones es- 100
paciales, podemos basarnos en las
80
reglas de decisión aprendidas hasta
9.3 ahora para hallar la cantidad óptima 60
de misiones espaciales desde el
punto de vista de la sociedad. Esta 40

9.4 cantidad se situará en la intersección 20 D


entre la curva de demanda y la curva
de oferta del mercado, donde el be- 1 2 3 4 5 6 7 8
neficio marginal de la última misión Cantidad
Cóptima
9.5 espacial iguala el coste marginal.

misiones espaciales hasta que el beneficio marginal iguale el coste marginal, lo que sucede
en el punto CÓPTIMA de la figura 9.11. En este punto se maximiza el excedente total, porque
se cosechan todas las ganancias del mercado. Esto es así porque la cantidad demandada
iguala la cantidad ofertada, o los beneficios marginales igualan los costes marginales. En
el próximo capítulo analizaremos las distintas posibilidades con que cuenta el Estado para
recaudar fondos con la finalidad de pagar bienes públicos como las misiones espaciales.

Provisión privada de bienes públicos


Es posible que desayunes oyendo las noticias en la radio. En tal caso tal vez hayas oído
que hay organizaciones privadas que están comprando las selvas tropicales de Borneo,
Indonesia, o la selva del Amazonas para evitar que las talen por completo. O quizá hayas
oído hablar de los últimos descubrimientos de los investigadores que trabajan para curar
el cáncer. Todas esas actividades y muchas más que ofrecen bienes privados con externa-
lidades positivas, o que aportan bienes públicos, están financiadas por entidades privadas.
Aunque la aportación de bienes públicos por parte de los Estados es crucial, no es la
única que existe. Muchos bienes públicos nos llegan de manera rutinaria por otras vías,
como las donaciones privadas que, de hecho, son una manera muy eficaz de proporcionar
La provisión privada de bienes bienes públicos. La provisión privada de bienes públicos hace referencia a cualquier
públicos se da cuando ciudadanos situación en la que ciudadanos privados contribuyen a la producción o el mantenimiento
privados contribuyen a la
de un bien público. Hay muchos canales para llevar a cabo esa provisión, pero el más
producción o el mantenimiento de
un bien público. importante es el de las donaciones privadas de tiempo y dinero. Por ejemplo, gracias a las
donaciones privadas, la emisora de radio nacional estadounidense, National Public Radio
(en miles de millones de dólares de 2011)

Figura 9.12 Total de 350


donaciones privadas en 325
EE.UU. a lo largo del tiempo 300
275
A lo largo de los últimos 250
40 años, las donaciones 225
benéficas en Estados Unidos 200
Total de donaciones

han aumentado hasta más 175


del doble, y el crecimiento 150
más rápido se produjo a 125
finales de la década de 1990. 100
Fuente: Giving USA 2012 75
50
25

1971 1976 1981 1986 1991 1996 2001 2006 2011

216 Capítulo 9 | Externalidades y bienes públicos


(NPR), llega a todos los rincones del país. En muchas partes del mundo, las selvas tropi-
cales se están salvando mediante donaciones económicas privadas al Fondo Mundial para
9.1
la Naturaleza (o WWF, por sus siglas en inglés). La cura de muchas enfermedades, desde
el síndrome del túnel carpiano hasta algunas cardiopatías, se ha logrado en parte gracias a
donaciones monetarias de individuos para financiar la investigación.
Pero en el mundo no sólo está Estados Unidos. ¿A cuánto ascienden las donaciones en 9.2
Estados Unidos en comparación con los índices de donaciones en otros países del mundo?
Este tipo de comparaciones debe hacerse con cautela; puede haber diferencias debido a
que algunos países utilizan los impuestos para financiar más bienes públicos que otros. En 9.3
este caso, si todo lo demás es igual, sería de esperar que los países con pocos impuestos
dispongan de menos bienes públicos proporcionados por el Estado y de más bienes públi-
cos de origen benéfico. De la misma manera, hay mucha gente que ejerce el voluntariado
9.4
y dedica tiempo a una causa benéfica en lugar de donar dinero. Teniendo en cuenta estas
consideraciones, veamos uno de los conjuntos de datos más comparables entre distintos
países. En 2010 la empresa encuestadora Gallup formuló a gente de todo el mundo una
sencilla pregunta: «¿Donó usted dinero a una organización benéfica el mes pasado?». La 9.5
figura 9.13 muestra que una mayoría de gente en países desarrollados respondió que sí.
Incluso en los países subdesarrollados, la proporción de gente que dona se sitúa por encima
del 10 %, lo que induce a pensar que las donaciones a organizaciones benéficas constituyen
un fenómeno importante en todo el mundo.
Quizá pienses que, teniendo en cuenta la naturaleza voluntaria de las donaciones, esta
forma de provisión de bienes públicos seguramente sea la preferida por los gobiernos. Pero
debemos ser cautos con este tipo de razonamiento porque es muy posible que determinados
bienes públicos fundamentales, como la defensa nacional o los servicios locales de alertas
meteorológicas, fueran muy deficientes si se dejaran en manos privadas.
Puede que un ejemplo nos ayude a entender los riesgos de encomendar la provisión de
bienes públicos al sector privado. Muchos científicos creen que en la actualidad se están
extinguiendo especies animales más deprisa que en cualquier otro periodo de la historia de
nuestro planeta, salvo en los casos de episodios cataclísmicos, como el impacto contra la
Tierra de objetos celestes o las erupciones volcánicas masivas. Para atajar este problema se
han formado cientos de grupos conservacionistas con la ayuda de donaciones privadas. ¿A
qué especies crees que apoyarían más esos donantes? La respuesta, curiosamente, es que
las especies más defendidas son las carismáticas y las más parecidas al ser humano, como
los osos panda y los monos. Si esta financiación se produce a costa de no financiar especies
que son fundamentales para el ecosistema el resultado será un peligro para la vitalidad del
ecosistema. Por supuesto, los Estados tampoco son perfectos, y retomaremos esta misma
cuestión en el próximo capítulo.

65%
62%
53%

40%
34% 33% 32% 31% 28% 25%
21% 18%
15%

Australasia América Europa Asia Asia Asia América África América Asia Europa África Asia
del Norte occidental sudoriental occidental oriental Central septentrional del Sur meridional central subsahariana central
y meridional /Oriente y Caribe y oriental
Medio

Figura 9.13 Donaciones de dinero en distintas zonas del mundo durante 2010
Se representa aquí el porcentaje de gente que respondió afirmativamente la pregunta «¿donó usted dinero a una
organización benéfica el mes pasado?» en cada zona del mundo. Por ejemplo, el 65% de los encuestados en Austra-
lasia (Australia, Nueva Zelanda, Nueva Guinea y otras islas vecinas) respondió que sí.

Sección 9.4 | Bienes públicos 217


¿Qué especie preferirías
preservar?
9.1
En general, los posibles do-
nantes tenderán a defender
las especies más atractivas,
9.2 como los osos panda, en lugar
de especies que resultan ser
decisivas como la estrella de
9.3 mar ocre, cuyo aspecto es mu-
cho menos atractivo.

9.4

9.5

9.5 Bienes comunales


Otra clase importante de bienes que están relacionados con los bienes públicos son los bie-
nes comunales. Estos son bienes no excluibles, de modo que cualquiera puede consumirlos
en tanta cantidad como sea capaz de encontrarlos. Por desgracia, los bienes comunales son
bienes rivales, lo que significa que cada refresco de cola que se beba Jack en la fiesta que
han montado los estudiantes supone un refresco de cola menos para los demás. Esto genera
una externalidad negativa importante que Jack impone al resto.
La externalidad relacionada con un bien comunal surge debido a la combinación del
acceso libre con el desgaste por el uso. Cuando alguien decide cuánto pescar en un lago,
por ejemplo, la gente que usa el lago sólo tiene en cuenta sus propios costes marginales.
Pero ese uso reduce los bienes disponibles para todos. Se trata de una externalidad negativa
clásica. Este resultado es análogo a cuando la cantidad de equilibrio en el mercado libre
es superior a la cantidad de equilibrio óptima en los ejemplos de externalidades negativas
planteados con anterioridad. Como todo el que accede al lago crea esa misma externalidad,
el uso total del lago supera la cantidad óptima desde el punto de vista del conjunto.
En el mundo que nos rodea abundan otros ejemplos de este tipo: la extracción excesiva
de agua de los acuíferos, la tala excesiva de árboles en terrenos públicos, el consumo ex-
cesivo de bollos por parte de un solo individuo del paquete de bollos de desayuno en la
La tragedia de los bienes oficina, etc. Esta sobreexplotación puede dar lugar la tragedia de los bienes comunales.
comunales se produce cuando En algunos casos, las consecuencias de esta sobreexplotación llegan a ser severas: en lugar
los bienes comunales sufren una
de mantener una pesca sostenible, por ejemplo, poblaciones completas y hasta especies
sobreexplotación extrema.
enteras de peces son destruidas por la sobrepesca. No es que los pescadores quieran que se
extingan sus presas; es obvio que preferirían disponer de poblaciones abundantes. Pero una
externalidad negativa puede dar lugar a agotamientos de este tipo: en este caso, demasiados
usuarios del recurso.
Las soluciones de la tragedia de los bienes comunales se asemejan a las ya comentadas
en este mismo capítulo para ciertos tipos de externalidades. Estas intervenciones se pue-
den llevar a cabo desde los gobiernos o desde otros órganos reguladores organizados, ya
sean públicos o privados. Por ejemplo, cada pez que se extraiga del lago Titicaca se podría
gravar con un impuesto pigouviano. O, como los usuarios de los bienes comunales tienen
incentivos para unirse para autorregular la utilización del recurso, tal vez sería viable que
la gente organizara un sistema que fijase un máximo de capturas al año.
Cuando es viable la privatización total del bien (dejando su control en manos de un solo
propietario), también puede funcionar. La titularidad elimina el problema de la externali-
dad porque cualquier desgaste debido al uso lo sufre el propietario, que es quien controla el
acceso al recurso. Siendo el único propietario, el dueño tiene incentivos para regular el ac-
ceso con la finalidad de maximizar el valor que el bien tiene para él. Como el uso eficiente
del bien hace mayor la «tarta» económica del propietario, el propietario tiene el incentivo
de promover un nivel de uso eficiente.

218 Capítulo 9 | Externalidades y bienes públicos


DECISIÓN Y CONSECUENCIA 9.1

La tragedia de los bienes comunales


9.2
En la Edad Media los derechos de propiedad estaban pastos lo asumía por igual toda la comunidad. Por tanto,
poco definidos. Por lo común, la realeza controlaba todas poco a poco era seguro que la zona común de pastoreo
las propiedades y se regía por métodos arcanos para re- se acababa sobreutilizando.
partir el uso de la tierra. El hecho de que no se permitiera Este fenómeno acabó conociéndose como la tragedia 9.3
actuar al mercado condujo a ciertas prácticas estrafala- de los bienes comunales, una expresión que popularizó
rias, entre las que tal vez no haya ninguna más conocida el ecólogo Garrett Hardin, si bien el ejemplo de la sobre-
para los investigadores sociales como el control de la ali- explotación de los pastos con el ganado procede de un
mentación del ganado. ensayo del siglo XIX escrito por el economista británico 9.4
El ganado constituía el sustento de cualquier comuni- William Foster Lloyd.6
dad, ya que brindaba leche y carne, pero eso tenía un La verdadera tragedia de los bienes comunales no ra-
coste, es decir, había que alimentarlo, lo que solía ha- dica tan sólo en sus ineficiencias económicas, sino en el 9.5
cerse pastoreando. Y lo habitual era que quienes tenían hecho de que, en casos extremos, puede llegar el día
ganado estuvieran obligados a apacentarlo en una par- en que los dueños del ganado se encuentren sin ningún
cela de tierra común. lugar en el que alimentar a los animales debido a la so-
Esta dependencia de las tierras públicas creó incen- breexplotación. Esta misma estructura de incentivos per-
tivos perversos. En concreto, los ganaderos podían ad- versos funciona en muchas situaciones del mundo real.
quirir una cabra o una vaca más y quedarse con todas ¿Se te ocurre alguna? ¿Qué herramientas económicas
las ganancias para sí. Pero esa cabeza extra de ganado podrían utilizarse para resolver la tragedia de los bienes
tenía que pastar en algún sitio, y el coste del consumo de comunales?

DECISIÓN Y CONSECUENCIA

La carrera por pescar


Imagina que posees un lago privado provisto de cien lutamente ningún pez. Tal como acabamos de ver, este
hermosas mojarras, y que te dedicas a la pesca. Como tipo de situación se conoce como la tragedia de los bie-
eres el dueño del lago, eres la única persona que puede nes comunales; un dilema en el que múltiples individuos
pescar en él. Así que puedes capturar todas las mojarras que actúan en su propio beneficio agotan un bien comu-
que quieras. Pero sabes que a finales de primavera, las nal limitado, aunque a largo plazo a nadie le interesa que
hembras depositan unos 40.000 huevos en un nido so- eso ocurra. ¿Cómo evitaría el pescador de este ejemplo
mero próximo a la arenosa orilla. Entre dos y seis días que pasara eso?
después los huevos eclosionan, y los machos custodian
los alevines durante sus primeros días de vida.
Teniendo esto en cuenta, ¿cuántas mojarras pescarías?
Lo más probable es que decidieras no capturar la pobla-
ción completa y dejar gran parte de ella en el lago para
que la provisión de mojarras se renueve en la próxima
estación.
Supongamos ahora que ese lago es un bien comunal
y que una mojarra en el anzuelo de otro pescador re-
presenta un pez menos para ti. ¿Seguirías teniendo el
cuidado de dejar muchos peces en el lago para la tem-
porada siguiente? Situaciones reales y experimentos de
laboratorio estudiados por la premio Nobel Elinor Os-
trom revelan que probablemente no lo harías.7,8 Al fin y
al cabo, si decides dejar, digamos, cincuenta peces en
el lago, ¿quién impedirá que los capture otro pescador?
Es posible que este razonamiento anime a todo el
mundo a seguir pescando hasta que no quede abso-

Sección 9.5 | Bienes comunales 219


9.1
Economía basada en la evidencia
9.2
P: ¿Cómo haría la reina de Inglaterra para tardar menos en llegar al estadio
de Wembley ?
9.3

A
finales de la década de 1990, el tráfico se volvió tan denso en el centro de Lon-
dres que el tiempo invertido en desplazamientos subió por encima de la media
9.4 del siglo xix (¡antes de la aparición de los automóviles!).9 El alcalde de Lon-
dres, elegido por una plataforma reformista, prometió hacer todo lo posible para resol-
ver de una vez por todas los problemas de tráfico de Londres.
9.5 Como hemos aprendido en este capítulo, la teoría básica en relación con las externa-
lidades está clara: si hay una externalidad negativa que queremos resolver, un impuesto
pigouviano puede internalizar la externalidad. En este caso, la externalidad negativa es
que los conductores acceden a la vía sin tener en cuenta cómo afectará su presencia a
los demás. Por tanto, un impuesto pigouviano puede ayudar a reducir el problema de
congestión.
Tal vez parezca sencillo, pero la aplicación de la teoría económica al mundo real
resulta a veces complicada. Un problema que había que resolver en Londres era cómo
modificar el uso de las calles. Los peajes sin más crean a menudo los mismos atascos
de tráfico que intentan evitar.
Otra cuestión que hubo que decidir fue el importe de esa tasa. Londres estableció
una tarifa plana diaria de 5 libras (aunque más tarde se incrementó a 10 libras diarias,
quedando exentos del pago del peaje los vehículos híbridos).10 Esta cuota se llamó «tasa
por congestión». Aunque podría aducirse que las autoridades debieron instaurar un im-
puesto por kilometraje en lugar de uno por uso diario, los políticos se decidieron por
esta modalidad para simplificar las cosas. Y para evitar formar embotellamientos inne-
cesarios, el pago de la tasa diaria se controlaría mediante cámaras de vídeo instaladas
en las vías de acceso al centro de la ciudad. Los usuarios tendrían que comprar un pase
diario en puntos de venta autorizados, por Internet o a través del teléfono móvil, y los
infractores detectados sin el pase diario serían sancionados con cuantiosas multas.
¿Y cómo resultó la medida? La figura 9.14 revela algunos detalles. Al comparar el
comportamiento del tráfico en el año anterior a la implantación de la tasa por conges-
tión con el del año posterior, se vio que el tráfico global se había reducido un 12%, y
esta mejora se debía sobre todo a la reducción del tráfico de turismos. En conjunto,
los economistas calcularon que la tasa por congestión había reducido el tráfico rodado
por el centro de la ciudad en un 15% y el tráfico de entrada en esa zona en un 18%. Al
analizar las ventajas de la medida también se consideró importante su repercusión en la
fiabilidad de los trayectos (o la variabilidad del tiempo de los desplazamientos), cuya
mejora alcanzó una media del 30%.
Tal como ilustra la figura 9.14, la introducción de la tasa de congestión incrementó
el uso del transporte público. Como la tasa disuadió de entrar en la ciudad con el coche,
la gente empezó a recurrir a los autobuses. Además, la población se animó a usar más la
bicicleta. En conjunto, la medida fue todo un éxito; ¡ahora la reina de Inglaterra puede
llegar al estadio de Wembley para oír a los Rolling Stones con más puntualidad!

220 Capítulo 9 | Externalidades y bienes públicos


9.1

9.2

Figura 9.14 Resultados


900 9.3

Miles de kilómetros por vehículo


2002 - Último año sin
de la tasa por congestión
tasa por congestión
800
Al comparar los kilómetros tota- 2003 - Primer año con
les recorridos por distintos tipos 700 la tasa por congestión
de vehículos justo antes y justo 9.4
600
después de la implantación de
la tasa por congestión, se ve 500
que se redujo el uso del vehículo 9.5
400
privado (coches, furgonetas y ca-
miones), mientras que aumentó 300
el uso de los taxis, los vehículos
200
de bajas emisiones (ciclomotores
y bicicletas), y los vehículos de 100
uso colectivo (autobuses). En
conjunto, esta evolución indica Coches Furgonetas Camiones Taxis Autobuses Motocicletas Bicicletas
que la tasa por congestión de
Londres sirvió para conseguir los
objetivos propuestos.

Si los alcaldes de otras ciudades se animaran a conseguir un éxito parecido, considera-


rían la ciudad de Londres como un ejemplo. Pero tendrían que tener en cuenta las minas
políticas que habrían de esquivar por el camino. Michael Bloomberg, alcalde de la ciudad
de Nueva York, propuso un plan parecido consistente en una tasa por embotellamiento
en Manhattan. La idea se topó con una gran resistencia ya que fue vetada por el órgano
legislativo del estado de Nueva York y, desde que Bloomberg dejó de ser alcalde, la tasa
por embotellamiento no se ha vuelto a considerar nunca más. En el próximo capítulo ahon-
daremos más en el uso de los impuestos y veremos por qué los impuestos cuentan también
con sus detractores.

Pregunta Respuesta Datos Observaciones


¿Cómo haría la reina de Puede convencer al alcalde Sirve como modelo la polí- Esta sólo es una de las
Inglaterra para tardar me- de Londres para que im- tica real instaurada en Lon- medidas posibles.
nos en llegar al estadio de ponga una tasa por con- dres a finales de la década Otras incluyen soluciones
Wembley? gestión a los coches de la de 1990 y que aún sigue en privadas, como mecanismos
ciudad y los alrededores de vigor. sociales y observancias
Londres. voluntarias.

Sección 9.5 | Bienes comunales 221


Resumen

Los tres ejemplos esenciales de fallo de la mano invisible son: las externalidades, los bienes públicos y los
bienes comunales. En estos tres casos, los mercados libres no suelen maximizar el excedente social.

Existen muchos tipos de externalidades: pueden ser positivas o negativas y darse en el consumo o en la
producción. La solución de las externalidades puede lograrse por medios públicos o privados. La clave en todos
los casos consiste en internalizar la externalidad, porque eso es lo que permite alinear los incentivos privados
y sociales para maximizar el bienestar general.

Los bienes públicos, que se pueden prestar de manera pública o privada, son no rivales en el consumo y
no excluibles. Esto significa que en cuanto se proporcionan no se puede excluir a nadie y todos podemos
consumirlos al mismo tiempo.

Los bienes comunales son no excluibles, pero sí son rivales. Esto da lugar a una importante externalidad
negativa que cada persona impone a las demás: una vez que se pesca una mojarra del lago, nadie más puede
capturarla. Por tanto, las soluciones para resolver los problemas de los bienes comunales se parecen a las
soluciones para las externalidades.

Una conexión determinante entre las externalidades, los bienes públicos y los bienes comunales es que en todos
ellos hay diferencia entre los beneficios y costes privados y los beneficios y costes sociales.

Términos clave
externalidad p. 200 planteamiento regulador basado bienes públicos p. 212
externalidad pecuniaria p. 205 en el mercado p. 209 bienes tipo club p. 213
internalizar la externalidad p. 205 impuestos correctores bienes comunales p. 213
derecho de propiedad p. 206 o pigouvianos p. 210 problema del polizón p. 213
teorema de Coase p. 206 subsidios correctores provisión privada de bienes
costes de transacción p. 207 o pigouvianos p. 209 públicos p. 216
regulación por control p. 208 bienes no excluibles p. 212 tragedia de los bienes comunales p. 218
bienes no rivales p. 212

Preguntas
. 1. ¿Por qué las externalidades se denominan fallos del mer- un mercado competitivo, mayor o menor que la cantidad
cado? ¿Son también las externalidades pecuniarias un eficiente?
ejemplo de fallo del mercado? 4. ¿A qué nos referimos cuando decimos que un individuo o
2. Explica si los siguientes casos son ejemplos de exter- una empresa internaliza una externalidad?
nalidades. 5. ¿Qué es el teorema de Coase? ¿En qué condiciones fa-
a. Pepita no ha dormido bien porque su vecino puso mú- llará este teorema?
sica muy alta. 6. ¿En qué se diferencia una política de control de una polí-
b. Rochelle llegó tarde a una entrevista de trabajo porque tica basada en el mercado?
no sonó el despertador. 7. ¿Qué son los impuestos y subsidios pigouvianos? ¿Cómo
c. José, que es alérgico al polen, está fatal de salud por deciden los gobiernos cuándo crear un impuesto u ofrecer
las flores que crecen en su jardín. un subsidio?
3. Si la producción de un bien particular crea una externa-
lidad negativa, ¿cómo será la cantidad de equilibrio en

222 Capítulo 9 | Externalidades y bienes públicos


8. Clasifica los siguientes bienes en las categorías de bie- 10. ¿Por qué es difícil que el mercado ofrezca una cantidad
nes privados, bienes comunales, bienes tipo club o bienes eficiente para la sociedad de bienes tales como un aire
públicos. limpio o el alumbrado público?
a. Un seguro médico 11. ¿Cuando surge el problema del polizón?
b. El espectro radioeléctrico 12. ¿Por qué se calcula la curva de demanda del mercado para
c. Un vídeo en YouTube los bienes públicos mediante una suma en vertical de las
distintas curvas de demanda individuales?
d. Un programa de control de mosquitos en una ciudad
13. ¿Qué significa la expresión «tragedia de los bienes comu-
e. La colección de libros electrónicos de una biblioteca
nales»? Utiliza un ejemplo para explicar la respuesta.
9. ¿En qué se diferencian los bienes públicos de los bienes
comunales?

Problemas
1. La Unión Europea prohibió ciertos pesticidas durante un 100 $ con la música, y Beatriz sufre un perjuicio equiva-
periodo de dos años tras descubrirse una relación entre lente a 60 $.
esos insecticidas y un descenso en la población de las a. Desde el punto de vista de la eficiencia, ¿habría que
abejas. En particular, la investigación reveló que el uso dejar que Julián oyera así la música?
de imidacloprid, clotianidina y tiametoxam en cultivos en
b. Imagina que en el edificio no existe ninguna norma
flor tiene un efecto adverso en la población de abejas me-
que impida a los residentes poner la música tan fuerte
líferas de América del Norte y Europa.
como quieran. Julián y Beatriz pueden negociar sin
a. Analiza el mercado privado de esos pesticidas. Usa que negociar tenga un coste. ¿Acordarán que Julián
curvas de oferta y de demanda para identificar la can- ponga su música?
tidad de equilibrio de pesticidas que se producirán y
consumirán. c. Supón ahora que el edificio establece una norma que
impide poner música si algún vecino se queja. Igual
b. ¿Cómo elaborarías un modelo de la repercusión del que antes, Julián y Beatriz pueden negociar sin que
insecticida en las abejas melíferas como un coste mar- negociar tenga un coste. ¿Acordarán que Julián ponga
ginal externo? Ilustra la pérdida de eficiencia debida su música?
a esta externalidad en el gráfico que trazaste para la
resolver primera parte de esta pregunta. 5. En tu grupo de estudio de economía medioambiental, un
amigo defiende que usar impuestos para controlar la con-
c. ¿Es eficiente para la sociedad el resultado del mercado
taminación no es una medida eficiente porque, incluso
privado?
con los impuestos, se seguirá produciendo una cantidad
2. Imagina que instalas un localizador invisible en tu orde- positiva de contaminación. ¿Coincides con él?
nador que conducirá a la policía de inmediato hasta él en
6. La malaria se propaga a través de los mosquitos. Es decir,
caso de que alguien lo robe. La adquisición del locali-
un mosquito propaga la malaria cuando pica a una per-
zador, ¿creará una externalidad positiva o negativa para
sona infectada y después inocula la enfermedad a otra
otras personas poseedoras de un ordenador? ¿Qué clase
persona. Un estudio de Jeffrey Sachs y otros investiga-
de externalidad creas para otros dueños de ordenadores si
dores revela una elevada correlación entre la incidencia
compras un bloqueo visible para evitar robos?
de la malaria en un país y la pobreza. Como sabemos, la
3. Caithness Energy, una empresa que produce energía reno- malaria existe en países pobres; asimismo, se ha descu-
vable, regenta un parque eólico en Ione, Oregón. Las fa- bierto que la incidencia de la malaria agrava la pobreza.
milias que viven cerca de esta instalación se han quejado a Una de las maneras más sencillas y efectivas de evitar la
la comisión de planificación del condado por los elevados aparición de la malaria consiste en utilizar mosquiteras
niveles de ruido que producen las turbinas eólicas. Aun- impregnadas con insecticida.
que existe una regulación estatal del nivel de ruido que se
permite en una localidad o ciudad, es difícil decidir cuál a. Analiza el mercado privado de estas mosquiteras. Usa
debería ser el nivel adecuado y cómo debería medirse. curvas de oferta y de demanda para mostrar el nivel de
Después de las quejas, un representante de Caithness ofre- equilibrio de las mosquiteras que se producirán. ¿Es
ció 5.000 $ a las familias a cambio de que retiraran las ese resultado eficiente para la sociedad?
quejas por ruido. ¿Concuerda esto con lo que el teorema b. ¿Cómo señalarías en el gráfico la repercusión de las
de Coase predice que sucederá? Explica la respuesta. mosquiteras sobre la pobreza? ¿Qué sucede con el ni-
4. Julián y Beatriz viven en el mismo edificio de pisos. vel de producción en el mercado?
A Julián le encanta poner sus discos de ópera a un volumen c. ¿Cómo podría fomentar el Estado la producción de
tan alto que Beatriz los oye desde su casa. Beatriz odia una cantidad eficiente de mosquiteras?
la ópera. Julián consigue unos beneficios equivalentes a

Problemas 223
7. Muchas ciudades gravan con un impuesto o prohíben el a. Pensando en términos de eficiencia, ¿debería ofre-
uso de bolsas de plástico de la compra, porque las bolsas cerse el espectáculo de fuegos?
de plástico son antiestéticas, ocupan espacio en los verte- b. ¿Se ofrecerá alguno de los ciudadanos a costear por sí
deros y causan daños en peces, pájaros y otros animales solo el espectáculo pagándolo de su bolsillo?
salvajes.
c. Imagina que la ciudad decide someterlo a votación. Si
a. Muestra en un diagrama la cantidad eficiente de bol- al menos dos personas votan a favor del espectáculo
sas de plástico y la cantidad de equilibrio de las bolsas de fuegos, cada persona deberá pagar un impuesto
de plástico si no hay ninguna política de control. de 20 $ y habrá espectáculo. ¿Cuánta gente votará a
b. Muestra la pérdida de eficiencia debida a las bolsas de favor?
plástico en ese diagrama. 11. Ha llegado el frío y tres compañeros de piso (Romeo, Ju-
c. Indica qué impuesto sobre las bolsas de plástico daría lieta y Ovidio) están pensando en subir la temperatura
lugar a un resultado eficiente. del termostato 1, 2, 3 o 4 grados. Su beneficio marginal
8. El gobierno estadounidense elevó recientemente su previ- individual por calentar más el piso es el siguiente:
sión del perjuicio social que conllevan los gases de efecto
invernadero, como el dióxido de carbono. La producción   Romeo Julieta Ovidio
de acero genera gran cantidad de dióxido de carbono.
1 grado 5$ 4$ 3$
Presenta y analiza un diagrama para explicar tus respues-
tas a estas dos preguntas. 2 grados 4$ 3$ 2$
a. La nueva estimación de un coste social más elevado 3 grados 3$ 2$ 1$
implicará una cantidad eficiente de acero ¿mayor o 4 grados 2$ 1$ 0$
menor?
b. La nueva estimación de un coste social más elevado, Y saben que cada vez que suben 1 grado la temperatura
¿implicará un nivel mayor o menor del impuesto pi- del piso, la factura de la calefacción se incrementa 8 $.
gouviano necesario para generar la cantidad eficiente a. Halla el beneficio marginal social de subir la tempera-
de acero? tura 1, 2, 3 o 4 grados.
9. La periferia de la ciudad está conectada con el centro me- b. ¿Cuántos grados deberían subir la temperatura de la
diante una carretera que se colapsa en hora punta. Si 100 vivienda?
personas usan la carretera en hora punta, el viaje dura 30 12. La caza furtiva de rinocerontes es un problema grave en
minutos. Si accede a la vía la persona número 101, todo el Sudáfrica, donde se encuentra una proporción elevada de
mundo se ve obligado a reducir la velocidad y el recorrido la población de estos animales. La demanda de cuernos
dura ahora 31 minutos. La gente valora su tiempo en 6 $ de rinoceronte, usados en la medicina tradicional china,
la hora (es decir, 0,10 $ por minuto). Para simplificar las ha incrementado considerablemente el precio que se paga
cosas, ignoraremos todos los costes que implica el uso de por esos cuernos, y eso ha alimentado un mercado ilegal.
la carretera salvo el coste en tiempo. ¿Qué herramientas económicas se pueden usar para resol-
a. ¿Cuál es el coste social total de que 100 personas usen ver el problema? (Consejo: Echa una ojeada al discurso
la carretera en hora punta? que pronunció Elinor Ostrom durante la recepción de su
b. ¿Cuál es el coste marginal social de la persona nú- premio Nobel, titulado «Beyond Markets and States: Po-
mero 101? lycentric Governance of Complex Economic Systems»).
c. El alcalde de esta ciudad (que ha tomado un curso de 13. En la obra ¡Horton escucha a Quién!, del doctor Seuss,
economía) querría instaurar un peaje para igualar los el elefante Horton oye voces procedentes de una mota
costes que el último conductor que utiliza la carretera de polvo, pero pronto se da cuenta de que esa mota es
impone al resto de usuarios. ¿A cuánto debería ascen- en realidad un planeta diminuto habitado por los Quién.
der el peaje para usar esta vía en hora punta? Como ningún otro animal de la selva puede oír a los
d. Imagina que a mediodía usan la carretera 50 personas. Quién, amenazan con bañar esa mota en aceite hirviendo.
La vía no está congestionada y el trayecto dura tan La única posibilidad de salvarse que tienen los Quién
sólo 20 minutos. Si el conductor número 51 accede a consiste en hacer tanto ruido que el resto de los animales
la vía, nadie tiene que reducir la velocidad y el viaje consigan oírlos. Horton y el alcalde de Villaquién tienen
sigue durando 20 minutos. ¿A cuánto debería ascen- dificultades para convencer a todos los Quién de que co-
der el peaje a mediodía? laboren en el esfuerzo de hacer mucho ruido. Al final, «un
holgazán muy pequeño llamado JoJo» se une a la causa y
10. Una ciudad formada por tres personas está pensando en todos los Quién juntos hacen suficiente ruido para evitar
hacer un espectáculo de fuegos artificiales. Anne está dis- el desastre.
puesta a pagar 50 $ por ver los fuegos, Marcelo está
dispuesto a pagar 15 $, y Camilo está dispuesto a pagar El doctor Seuss (cuyo verdadero nombre era Theodor
15 $. Los fuegos cuestan 60 $. Seuss Geisel) asistió a dos clases de economía en el Dart-
mouth College durante su formación universitaria. ¿Crees
que se le dieron bien esas clases?

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