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POR: MICHAEL FEIJOO

LA ODISEA: DE HOMERO

Diez años después de la caída de Troya, el victorioso héroe griego Ulises todavía no ha


regresado a su Ítaca natal. Una banda de pretendientes alborotados, creyendo que Ulises
está muerto, ha invadido su palacio y está cortejando a su fiel pero debilitada
esposa, Penélope, mientras disfruta de sus reservas de alimentos. Con el permiso de
Zeus, la diosa Atenea, principal aliada inmortal de Ulises, aparece disfrazada e insta al
hijo de este, Telémaco, a buscar noticias de su padre en Pilo y Esparta. Los
pretendientes, liderados por Antínoo, planean emboscarlo a su regreso.
Mientras Telémaco sigue el rastro de Ulises a través de las historias de sus antiguos
compañeros de armas, Atenea organiza la liberación de Ulises de la isla de la bella ninfa
Calipso, de quien él ha sido prisionero y amante durante los últimos ocho años. Ulises
zarpa en una balsa improvisada, pero Poseidón, dios de los mares, en cuya ira incurrió
Ulises anteriormente al cegar a su hijo, el ciclope Polifemo, evoca una tormenta. Con la
ayuda de Atenea, Ulises llega a la tierra de los feacios. Su princesa, Nausica, enamorada
del guapo guerrero, le abre al extraño las puertas del palacio. Ulises mantiene su
identidad en secreto tanto como puede, hasta que finalmente, a petición de los feacios,
cuenta el relato de sus aventuras.

Ulises relata cómo, después de la guerra de Troya, sus hombres sufrieron más pérdidas a
manos de los cícones, y luego casi se vieron tentados a quedarse en la isla de los
lotófagos. A continuación, el ciclope Polifemo devoró a muchos de los hombres antes
de que un ingenioso plan de Ulises permitiera escapar al resto, pero no antes de que
Ulises revelara su nombre a Polifemo, comenzando así su guerra personal con Poseidón.
Eolo, dios del viento, entregó luego a Ulises el odre de los vientos para ayudarlo a
regresar a su casa, pero sus insensatos compañeros abrieron el odre con avidez,
enviando así el barco a la tierra de los Lestrigones, gigantes devoradores de hombres, de
donde apenas lograron escapar.

LA ILIADA

Sin duda alguna, una de las tres grandes epopeyas de la Grecia Clásica es
la Ilíada, cuyo autor no se sabe a ciencia cierta quién es, pero se atribuye por
mayoría al poeta Homero. Es una de las obras clásicas por excelencia, fuente
de inagotables poemas, textos, novelas, canciones, obras teatrales, series y
películas cinematográficas. Dentro del propio mundo griego, en su época
la Ilíada y la Odisea se consideraban como las dos obras literarias más
importantes e influyentes. Tanto es así, que ambas se utilizaban en los colegios
con fines pedagógicos que transmitían los valores morales de la época.
En esta lección de un profesor vamos a hacer un breve recorrido por la
temática y los aspectos más importantes de los distintos temas que aparecen
en la obra.

DIVINA COMEDIA: DANTE ALGERI


Dante comienza su viaje imaginario, “perdido en una selva oscura” (alegoría de
la vida humana, sus dificultades y tentaciones), debiendo ser guiado por el
poeta Virgilio (en inglés) para conseguir salir, atravesando el infierno, el
purgatorio y el paraíso.

En el primero, Dante describe el ante-infierno (donde se encuentran los


cobardes) y los siguientes nueve círculos, uno por cada tipo de pecador
(incluyendo el primero, el limbo, hogar de los no bautizados; luego los
lujuriosos; los golosos; los avaros y pródigos; los iracundos, indolentes,
soberbios y envidiosos; los herejes; los violentos; y los fraudulentos ); al final,
en el círculo de los traidores, se encuentra Lucifer, con tres cabezas, en una de
las cuales mastica a Judas permanentemente.

A continuación, Virgilio y Dante llegan al Purgatorio, una isla montañosa,


dividida también en 9 círculos. El primero es el ante-purgatorio, donde están las
almas de quienes se arrepintieron a última hora; luego los 7 círculos
correspondientes a los siete pecados capitales, donde se encuentran: los
soberbios; los envidiosos; los iracundos; los perezosos; los avaros y pródigos;
los golosos; y los lujuriosos, respectivamente (a diferencia del infierno, los
pecados están en orden descendente en cuanto a su gravedad); por último, el
Paraíso Terrenal, donde lo espera Beatriz, la mujer que ama.

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