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Universidad de San José

Carrera:

Bachillerato en educación con concentración en la enseñanza del español

Tema

Obra: La odisea

Curso

Literatura clásica, griega y latina

Docente:

José Antonio Duartes Sequeira

Estudiante
Nombre Identificación
Jazmine Álvarez Loria 5-393-753

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Introducción

La Odisea está escrita a finales del siglo VIII a.C. Esta obra es un relato de aventuras de

tonos casi novelescos y de sorprendente normalidad. Su principal protagonista es Odiseo o

Ulises, un héroe de gran humanidad y con una singular personalidad, se trata de un

personaje épico que combate en la guerra de Troya, pero cuya figura cobra aquí un rostro

más complejo. La Odisea es un poema de género épico que narra las aventuras del guerrero

griego Odiseo hacia su regreso a su hogar en Ítaca, después de haber participado en la

guerra de Troya durante diez años. El libro está compuesto por 24 cantos y se suele dividir

en tres partes: la telemaquia, el regreso de Odiseo y la venganza de Odiseo. La primera

parte llamada la Telemaquia, integra los primeros cantos del poema, concretamente del

primero al cuarto canto, donde se narra la historia de Telémaco, hijo de Odiseo, que decide

partir de su hogar en busca de su padre. La segunda parte, llamada el Regreso de Odiseo,

comprende desde el cinco al doce canto, donde se cuenta las aventuras y las desventuras de

Odiseo en su viaje de vuelta a Ítaca. Y la última parte, va desde el trece hasta al veinticuatro

canto. En ellos se relata el regreso de Odiseo a su patria, así como la gestación y posterior

ejecución de la venganza del héroe griego a los pretendientes de su esposa, Penélope. Y

también, relata el reencuentro de Odiseo con su 13 familia que al principio su mujer duda

que sea él por su aspecto envejecido, pero más tarde está lo acepta y se abrazan

mutuamente.

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Circe En la Odisea, es hija del titán Helios o Hiperión y de la Oceánide Perse o Perseide,

hermana de Eetes y Pasífae. Está maga convirtió en cerdos a los compañeros de Odiseo

después de haberlos drogado con comida y bebida, quiso hacer lo mismo con el héroe, pero

éste, advertido por los dioses, puedo reducirla a tiempo. Según, en el poema perdido del

ciclo troyano llamado Telegonía, del encuentro entre Circe y Odiseo nacería Telégono, que

acabaría matando accidentalmente a su padre. Circe es una hechicera que vive en un

palacio de piedra que se alzaba en el centro de la isla de Eea, en medio de un valle y un

claro denso bosque. El poeta la describe así: «la de hermosos cabellos, potente deidad de

habla humana» Este personaje es quizá uno de los más complejos e inconfundibles de la

Odisea, se puede describir como una mujer demoníaca y amenazante, pero a la vez

protectora, ayudante, inteligente y sobretodo es misteriosa. También es una mujer bella que

ofrece su palacio al recién llegado Odiseo, hospedándolo durante un año entero en su isla.

Circe se enamora de Odiseo y trata de retenerlo en su palacio lo máximo posible. El amor

entre ambos no es correspondido, Odiseo tiene en mente volver a su patria, Ítaca, junto a su

mujer e hijo. Circe al ver que no tenía nada que hacer para enamorar a Odiseo y retenerlo a

su lado, le ayudó a devolver en su forma humana a sus hombres así como también le sugirió

varias rutas para volver a su patria querida, si este permaneciera con ella durante un tiempo.

Siendo ella misma la que le dice que ya es hora de partir como bien lo dice claramente en el

canto X de la Odisea: «Hora es ya, buen señor, de que vuelvas la mente a tu patria si de

cierto es decreto divino el salvarte y que llegues de regreso a tu excelsa mansión y al país

de tus padres»

La Antigüedad clásica la podemos clasificar como un sistema patriarcal, es decir, que como

bien explica Dunia Alzard en su trabajo final de máster, sería como una forma de

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dominación y organización política de los hombres sobre las mujeres que, progresivamente

ha ido adaptándose en el tiempo y variando según las diferentes sociedades. De este modo

entendemos que el sistema patriarcal se establece como una opresión basada en las

construcciones culturales de género, que atienden a diferentes variables de desigualdad

vinculadas al sexo, raza, clase, lengua, religión, etnia…

¿Qué representación general tienen las mujeres libres en los poemas de Homero? La mujer

noble se define únicamente por los hombres con los que le ha tocado compartir su vida, es

decir, su identidad es a través y exclusivamente del varón. Esto lo podemos ver muy bien

cuando Odiseo en el canto XI de la Odisea se encuentra en el Hades y empiezan a acercarse

mujeres «eran hijas y esposas de insignes varones» como se puede apreciar a las mujeres se

les condiciona su función de “esposa de”, “hija de” o “madre de” un héroe ilustre. En la

Ilíada también ocurre exactamente lo mismo, a las troyanas se les llama esposas e hijas de

troyanos.

Ismaro y la Flor del Loto

Al zarpar rumbo a casa, decidieron hacer una parada en Ismaro muy cerca de Troya. Y

en las palabras de Ulises querían ‘someter a esta gente al fierro’. En otras palabras: matar a

todos, incluyendo niños y ancianos, violar sus mujeres, y quemarles las casas como

pólvora.

A estos pueblerinos se les llamaba Cicones, y desafortunadamente para Ulises, había más

Cicones cuesta arriba. Y cuando los pueblos costeros llamaron por ayuda, un montón de

Cicones salieron de las montañas y sobrepasaron en número a los Griegos totalmente.

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Matando setenta y dos soldados del grupo de Ulises. Afortunadamente los que

sobrevivieron se subieron a sus naves y salieron de ahí.

Ulises se fue de Troya con doce naves, y más o menos calculo que había unos veintidós

hombres por nave. Entonces un poco menos de trescientos hombres. Ahora, ya habían

perdido setenta y dos hombres en la pelea con los Cicones, entonces decidieron dejar de

joder y regresar directo a Ítaca. ¡El problema es que ese día el clima estaba fatal! Les tocó

bajar las velas para que los mástiles no se partieran, y la tormenta los revolcó por nueve

días y nueve noches. ¡Y al final terminaron en África! En el país de la Flor del Loto. En

donde todos sus habitantes se alimentaban exclusivamente de estas flores.

Las flores del Loto no son alucinógenas o adictivas (no que yo sepa). Tal vez Homero (el

autor) se refería a otras flores (opio de pronto?) porque cuando los soldados de Ulises se

comieron un par de estas flores, empezaron a alucinar y a decir que se querían quedar allí

para siempre. A Ulises le tocó arrastrarlos de vuelta a sus naves y zarparon—todavía medio

drogados.

Polifemo el Cíclope

Llegaron a un lugar cerca a Sicilia donde había dos islas. Una de estas islas estaba

deshabitada pero tenía muchas ovejas. La otra, era la Tierra de los Cíclopes. Los Cíclopes

en este libro no son esas criaturas de un ojo que se ven en otra mitología. Lo más seguro es

que sí tenían dos ojos, porque Homero en algún momento habla de sus cejas. Entonces esos

gigantes de uno ojo a los que la mayoría de la gente identifica como cíclopes son

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malinterpretaciones, pero en lo que sí concuerdan es que son gigantes—y al parecer arrean

ovejas gigantes también.

Pero bueno, Ulises primero fue a la isla deshabitada y agarró un par de ovejas (de tamaño

normal) “para llevar”. Pero él quería algo más que cordero al carbón. Estaba antojado de un

pedazo de queso (o algo así). Entonces se fue a la otra isla, y le dijo a sus doscientos (y

pico) de hombres que lo esperaran en la costa mientras él y doce de sus mejores hombres

iban a ver cuál era el cuento con los Cíclopes. Se acercaron a uno de estos gigantes, el cual

estaba haciendo sus deberes de Cíclope—ordeñando sus ovejas gigantes y cortando leña

por aquí y por allá—y no sé qué carajos estaba pensando Ulises pero básicamente dijo algo

así como “¿porque no nos metemos a su cueva y nos comemos su comida? Luego cuando él

entre y nos vea, ¡seguramente nos va a dar un regalo!...”

Obviamente cuando el Cíclope entró y vio un poco de hombrecitos comiéndose su

comida se emberracó y empezó a hacer tremenda pataleta. Ulises se puso a hablarle paja y

le dijo que su nombre era ‘Nadie’ y que él simplemente quería un pedazo de queso. Pero al

Cíclope le importó un carajo quién era él, agarró un par de sus hombres ¡y los partió en

dos! El resto de soldados salieron corriendo en pánico, pero no podían salir. La cueva

estaba cerrada y la puerta era una roca gigante que solo el Cíclope podía mover.

Afortunadamente la cueva era lo suficientemente grande para que se escondieran, y al

parecer el Cíclope los consideraba tal cual como cucarachas porque no dudó en

simplemente acostarse a dormir al lado de su fogata.

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Pero Ulises quería venganza, ¡después de todo el maldito Cíclope se había comido dos de

sus mejores hombres! En medio de la noche agarraron un palo de unos dos metros de largo,

lo afilaron, le pusieron la punta al calor del fuego hasta que se puso roja ardiente, y (¡zaz!)

¡Se la clavaron en el ojo al Cíclope! Dice Ulises que hizo un sonido como cuando uno pone

un sartén caliente en el agua…

El Cíclope se paró y empezó a gritar como loco. La sangre le lavaba la cara y al parecer

no podía ver bien con su otro ojo

, y decidió abrir la cueva para que entrara más luz. Con toda esa gritería y conmoción, las

ovejas asustadas empezaron a salir de la cueva. ¡Y ahí estaba su oportunidad! Se

escondieron debajo de las ovejas agarrándose de su pelaje y pasaron por entre las piernas

del Cíclope sin que él los viera.

Pasaron un buen susto, ¡pero se salvaron! Regresaron a sus naves y zarparon… Pero…

mientras zarpaban, a Ulises se le ocurrió otra de sus ideotas. Procedió a gritarle al Cíclope,

diciéndole que él fue el que le jodio el ojo, y que su nombre no era “Nadie”, su nombre era

Ulises el rey de Ítaca. ¡Y qué más le vale que se acuerde de su lección!

Y esa es la parte más importante de la historia. Porque este Cíclope resultó ser el hijo de

Poseidón, el dios de los siete mares

. Y cuando se enteró que Ulises había apuñalado a su hijo con un palo ardiente, prometió

que nunca lo iba dejar regresar a Ítaca… Estaba condenado.

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El rey Eolo y la ciudad de Lamo

Ulises y sus hombres salieron de la tierra de los Cíclopes, navegaron un poco, y pararon

a recargar sus baterías en lo que hoy en día es Lipari. Donde vivía el Rey Eolo.

El rey Eolo era amigable. Y como sabemos, eso solo significa una cosa, opción dos.

Comieron juntos, tomaron hasta más no poder y se contaron cuentos todas la noches—

fueron los mejores amigos del mundo por la duración de la visita, un mes entero. Y tal

como les dije, antes de irse, le dieron a Ulises un cofre lleno de oro, solo porque sí.

Entonces Ulises zarpó rumbo a Ítaca, con su nave llena de oro y navegaron por nueve

días y nueve noches—hasta que llegaron tan cerca de Ítaca como para ver la isla. ¡Estaba

ahí nomás! Pero Poseidón estaba viendo… Y conjuró una tormenta tan grande que se llevo

a todas las doce naves de vuelta a Lipari.

¡Carajo! Eolo los vio llegar de vuelta y les dijo algo así como “¿Y esto? ¿qué paso?” Y

cuando Ulises le dijo que tenía la leve sospecha de que Poseidón lo había condenado, (¡Ay

papá!) Eolo no quería involucrarse en absolutamente nada que tenga que ver con emputar a

los dioses—y le dijo a Ulises que se largara de su isla.

¡Pero esa semana no había ni una gota de viento! Y les tocó remar por seis días y seis

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. Pero bueno, llegaron a Telépilo, la ciudad de Lamo (en Corsica). Y aquí es donde Ulises

pierde a la mayor parte de sus hombres. Esta isla estaba habitada por una clase de ogros

gigantes. Y después de un corto dialogo empezaron a tirarles piedras a las naves,

destruyéndolas... ¡todas!... Excepto la de Ulises (obviamente). ¡Solo cuarenta y dos

hombres sobrevivieron... de doscientos!

 Zarparon en la única nave que tenían, y llorando la pérdida de sus camaradas, llegaron a un

lugar no muy lejano donde vivía la diosa Circe.

La casa de Circe

Se separaron en dos grupos, uno se fue a explorar el área mientras que el otro se fue

directo a la casa de Circe. Ulises no fue a donde Circe, pero el grupo que sí fue, estaba

apunto de llevarse tremenda sorpresa… A medida que se acercaban, se encontraron con un

montón de animales salvajes. Cerdos, corderos, lobos, etc. Pero lo curioso es que todos

estos animales eran súper dóciles. Se restregaban sus hocicos tiernamente contra las piernas

de los hombres y ni los depredadores ni las presas actuaban como tal. Todo esto era muy

raro, pero ellos siguieron. Y cuando llegaron a donde Circe, ella parecía estar esperandolos,

los invitó adentro y les ofreció comida y vino…

¡Fue tremenda parranda! Pero obviamente había cierto precio que pagar. Al parecer

Circe los drogó, y procedió a transformarlos en animales. Y ahí es donde nos damos cuenta

que precisamente todos los animalitos que se encontraron en el camino solían ser personas

hace muchos años y ahora eran tiernas mascotas. Solo uno de los soldados de Ulises

escapó, y cuando Ulises se enteró de la situación, no dudó en ir a salvar a sus amigos.

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Bueno, aqui las cosas se ponen un poquito confusas—no se me pierdan. Cuando Ulises

estaba en camino a la casa de Circe, se topó con Hermes, uno de los hijos de Zeus. De

hecho, esto es algo muy común en la mitología Griega. Los dioses bajaban de los cielos a

visitar a los humanos, pero normalmente disfrazados de vagabundos, o gente que ya había

muerto, o viajeros, o comerciantes, lo que sea… Pero la gente siempre sabía cuando era un

Dios el que les hablaba a pesar de que estuvieran disfrazados de pordioseros.

Hermes le contó a Ulises cuál era la situación. Y le dio una yerba que lo protegería de la

magia de Circe. También le dijo que tenía que intentar matar a Circe (aunque le hizo mucho

énfasis en la palabra intentar), porque al parecer eso la exitaria tanto que le pediría a Ulises

que se la llevara a la cama. PERO, y esto es muy importante, Ulises debería resistir la

tentación, porque si se dejaba seducir, ¡Circe le cortaría el pipí!

Ulises obviamente (como cualquier mortal) no se resistió la tentación de acostarse con

una diosa—a pesar de la amenaza del tijerazo. Pero Circe debió quedar encantada, porque

no solo no le cortó el pipí, sino que transformó a sus soldados de vuelta. Y para rematar, les

ofreció que se quedaran con ella por un año entero, comiendo, tomando y parrandeando.

Después del año decidieron regresar a casa, pero Circe le dijo a Ulises que Poseidón

nunca lo dejaría llegar a casa a menos que él hiciera algo para ser perdonado. El primer

paso para esto sería ir a la casa de Hades (el dios de los muertos) y hablar con un tal

Tiresias.

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