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Número 6/2022
Abstract: It is repugnant to the most elementary criteria of legal reason to accept the
finality of different judicial resolutions by virtue of which it turns out that the same facts
occurred and did not occur, or that the same person was their author and was not
(Spanish Constitutional Court, Sentence 158/1985, of November 26). This
constitutional doctrine usual named as "the same facts" is applied in the sentence
object of comment, and will serve as the basis for some critical comments. The
judgment subject to comment also addresses two trascendental procedural issues: the
possibility of appealing if the violation of a fundamental right is alleged, and the ex
officio applicability of the res judicata exception.
I. Introducción
La resolución judicial objeto de comentario es la Sentencia del Tribunal Supremo,
Sala de lo Social, de 17 de mayo de 2022. Se trata de un supuesto fáctico muy típico.
A consecuencia de la existencia de varios juicios por un mismo accidente de trabajo,
se plantea la problemática de que en la resolución de uno de esos juicios se
consideran hechos contradictorios con los que se consideren en otro de esos juicios
resuelto por previa sentencia firme. Siguiendo la doctrina constitucional usualmente
denominada “unos mismos hechos”, la sentencia objeto de nuestro comentario
resuelve la contradicción de hechos replicando en el juicio posterior los que se
consideraron como probados en el anterior.
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aplicación de la cosa juzgada por la potísima razón de que el objeto del recurso sería
distinto al del anterior proceso), ¿podría el Tribunal Supremo haber aplicado de oficio
la doctrina “unos mismos hechos” en base a la sentencia absolutoria dictada en el
proceso de recargo de prestaciones por haber en él acreditado la empresa que la
luminosidad era suficiente? Creemos que en ningún caso.
La segunda se refiere más ampliamente a la circunstancia de que la doctrina
constitucional “unos mismos hechos” en principio hace tabula rasa de la diligencia
alegatoria y probatoria de las partes en los distintos juicios. Si las partes son las
mismas, ello tiene lógica pues han tenido la oportunidad de alegar y probar todo lo
conducente a sus pretensiones en los distintos juicios (y para el resultado de replicar
en el segundo juicio lo resuelto en el primero ni siquiera será necesario acudir a la
doctrina “unos mismos hechos” pues, dado lo establecido en el artículo 400.1 de la
LEC, bastará invocar la cosa juzgada positiva, artículo 222.4). Pero, ¿qué ocurre si las
partes son distintas? De nuevo nos lo preguntamos sobre los hechos del caso
enjuiciado con un pequeño cambio: en vez de un trabajador accidentado, son dos, y
cada accidente sigue distintos procesos: de nuevo quedaría descartada la aplicación
de la cosa juzgada por falta de identidad subjetiva: pero la cuestión otra vez es el
alcance de “unos mismos hechos”: ¿lo resuelto en los procesos seguidos para uno de
ellos declarando que, por ejemplo, la luminosidad era suficiente, se puede considerar
“unos mismos hechos” en relación a los procesos que sigue el otro?
Queremos pensar que en estos casos el órgano judicial optará por inaplicar la
doctrina “unos mismos hechos” invocando la cláusula de escape que la propia
jurisprudencia constitucional ha diseñado: “el órgano judicial que haya de resolver en
segundo lugar podrá razonadamente desechar la identidad de situaciones cuando la
contradicción sea sólo aparente, o existan razones que justifiquen una diversa
apreciación de los hechos”.
X. Apunte final
La doctrina constitucional “unos mismos hechos” se construye sobre unas
premisas aparentemente irrebatibles, pero desconoce que las partes en los distintos
procesos pueden desplegar diferentes alegaciones y pruebas, y más si las partes no
son exactamente las mismas. Para resolver estas disfunciones, la propia doctrina
constitucional abre una vía de escape: “el órgano judicial que haya de resolver en
segundo lugar podrá razonadamente desechar la identidad de situaciones cuando la
contradicción sea solo aparente, o existan razones que justifiquen una diversa
apreciación de los hechos”.
La sentencia objeto de nuestro comentario hace una aplicación impecable de la
doctrina constitucional “unos mismos hechos” que, en el supuesto en concreto,
seguramente coincide con la solución más acorde con las exigencias de seguridad
jurídica sin merma del derecho de defensa, pues las partes de ambos juicios son
sustancialmente las mismas (aunque difieran las administraciones públicas
implicadas), se han alegado en ambos procesos los mismos hechos y fundamentos de
derecho, y, aun así, las soluciones ofrecidas son diferentes pues en un proceso se
descarta la existencia de infracción de medidas de seguridad y en el otro no, sin
razonar por qué se ha separado del precedente.
Aun así, no se pueden dejar de reconocer los difíciles encajes que la doctrina
constitucional “unos mismos hechos” genera en la práctica de los tribunales de justicia
y las matizaciones a las que se la somete para salvaguardar el derecho de defensa de
las partes.
No son pocas las ocasiones en que en procesos multitudinarios (por ejemplo,
despidos por cierre de la empresa) una inicial sentencia de Juzgado de lo Social
donde se resuelve, por ejemplo, sobre si hay o no grupo de empresas en el contexto
del proceso de despido de una sola persona trabajadora, adquiere firmeza inmediata
por no haber sido recurrida (porque el demandante no fue diligente en la alegación y
prueba de los hechos que acreditaría el grupo de empresas, o en el caso de la
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Referencias:
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